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El cemento es el corazón de la
expansión.
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Loma Negra se desprendió de negocios con los que se había
diversificado
· Apuesta a las reacciones rápidas
· El desafío es leer mejor que la competencia las necesidades
del mercado
El plan de reconversión y expansión de Loma Negra es de
especialización en el área cemento y es en lo que Alejandro
Bengolea tiene puestos sus mayores esfuerzos. Eso es así aunque
recuerda que Alfredo Fortabat inició su fortuna con la producción
agropecuaria y que fue en las estancias del grupo donde él mismo
comenzó a trabajar para ocupar algún día el sitio
de sucesor de Amalita.
Cuenta que esa especialización es lo que llevó a su abuela
a vender el diario La Prensa. Y aunque él no lo dice, también
hay versiones de que muy pronto vendería su participación
en radios.
-¿Cuál es el núcleo de la reingeniería del
grupo?
-En este plan de inversiones nos concentramos en hacer lo que sabemos:
"zapatero a tus zapatos", explotar el know-how que tienen nuestra
gente y nuestra organización, que es saber hacer cemento. Nosotros
somos buenos en hacer cemento y en servir al cliente; entonces, la presidenta
decidió vender en su momento el diario, la distribuidora de gas
y energía en la provincia de Buenos Aires -hoy tenemos una porción
minoritaria- y apostar a nuestros orígenes.
-La decisión es seguir solos...
-Sí, por supuesto. Todo este plan de inversiones y de transformación
no es para ser comprados, sino para correr con un competidor diferente
del que teníamos antes. Ahora necesitamos un nivel de entrenamiento
y de performance distinto dentro de la organización; hay que asumir
y afrontar el desafío de ser una empresa líder en un contexto
distinto. Creemos que podemos seguir siendo líderes, y estamos
trabajando para serlo.
-¿No hay gente interesada en asociarse con
ustedes, fondos de inversión, por ejemplo?
-Sí, sí... Pero la vocación de la presidenta de la
compañía es... Para establecer una sociedad hay que tener
objetivos a largo plazo en común, y realmente ése es un
punto difícil de encontrar. Desde el punto de vista local, no vemos
ninguna sinergia importante en una asociación de ese tipo. En el
nivel regional tampoco; y en el plano internacional lo que nos podría
llegar a llevar es el acceso al capital... En esto, nuestro desafío
en ser una empresa de costo de clase mundial es aún mayor; el acceso
al capital que tienen nuestros competidores es bastante más bajo
que el que que tenemos nosotros como empresa argentina con este riesgo
país.
-¿Hubo una oferta de la mexicana Cemex por
Loma Negra?
-Ni conversaciones.
-¿A qué países están
apuntando en el nivel regional?
-En Uruguay ya tenemos una alianza estratégica comercial con Ancap,
con posibilidad futura de extender esa asociación a la operación
de las plantas. Y diría que es el paso natural de nuestra compañía
hacia la regionalización. Paraguay es otro paso natural: estamos
permanentemente en conversaciones. La vocación es hacerlo; primero
tenemos que ser muy sólidos localmente.
-¿En qué quedó el proyecto
del ferrocarril a Chile?
-No es un proyecto que estemos analizando en este momento. Hubo alguna
conversación con la Sra. Fortabat, pero no es algo que hoy tenga
vigencia... Nosotros no participamos tan activamente como apareció...
-El objetivo principal es el cemento...
-Sí. Nosotros tratamos de que nuestra organización aprenda
más rápido que lo que aprende la competencia, que se anticipe
a la necesidad del mercado. Lanzamos, hace 8 meses, distintos tipos de
productos para distintos usos. Antes éramos muy dependientes del
cemento Portland normal; ahora lanzamos el cemento con escoria, el cemento
compuesto, distintos tipos de productos para distintos usos, pensando
en el mercado.
Una anécdota que siempre contamos para mostrar lo que significa
este cambio es que cuando Alfredo Fortabat y mi abuela iban a las plantas,
cuando había colas de camiones era señal de que las cosas
andaban bien. Hoy uno va a la fábrica y ve más de dos camiones
y es una mala señal. Algo anda mal: estamos atendiendo mal al cliente,
tenemos problemas con las embolsadoras
La
Nacion, domingo 16 de julio de 2000
Por Laura Suarez Samper y Jorge Oviedo |
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Un
mercado que se transforma
Los cambios que trajo el gigante suizo
El reinado absoluto de Loma Negra en el mercado local del cemento se
vio amenazado, por primera vez en décadas, con la llegada del
gigante Holderbank. No sólo se trataba del jugador número
uno del mundo, sino que los suizos se quedaron con los dos principales
competidores de Fortabat: primero con la cordobesa Corcemar y al tiempo,
siguieron con su vecina, Juan Minetti. Tomaron, en pocos meses, el 33%
de las ventas, y dejaron en el pasado el escenario de una competencia
fragmentada y débil.
Las plantas de Corcemar y Juan Minetti están separadas por pocos
metros, tienen canteras cercanas y son líderes en el centro del
país. Holderbank Financiére Glaris Ltd. factura US$ 8000
millones por año y vende unos 80 millones de toneladas en 70
países. Su estrategia de "presencia global" consiste
en balancear el riesgo de las fluctuaciones en la demanda de materiales
para la construcción con operaciones en naciones industrializadas
y en países emergentes. Emplea a más de 40.000 personas
en todo el mundo.
La compañía nació en 1912, en la ciudad suiza que
le dio su nombre. América latina es una de las piezas clave de
su expansión. Holderbank confía en el crecimiento de la
región durante este año, particularmente en México
y en Brasil.
La
Nacion, domingo 16 de julio de 2000
Por Laura Suarez Samper y Jorge Oviedo
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