Lampromanía ___________________________________________________________ HIBRIDACIÓN ENTRE LAMPROPELTIS
En este artículo no trataremos sobre cómo realizar las hibridaciones, pues no entraña una especial dificultad, y si este aspecto te interesa, quizás puedas consultar a algunos miembros expertos en la materia. Más bien nos centraremos en la conveniencia o no de realizar hibridaciones entre Lampropeltis. Cómo en otros muchos asuntos relacionados con las Lampropeltis (hibernación, terrarios compartidos, luces de espectro total) las opiniones son a menudo diametralmente opuestas según los criadores, y este asunto no es una excepción. Antes de detallar los argumentos que servirán para decidir si hibridar o no nuestras Lampropeltis, es justo señalar que no existe ninguna prohibición ni obligación en este aspecto, y que cada criador deberá tomar su decisión conociendo las ventajas e inconvenientes de cada opción. A partir de ese momento, su opción es la mejor. Entrando de lleno en el asunto, primero expondremos las ventajas que ofrece la hibridación de nuestras Lampropeltis. Como bien sabrás, nuestra familia de serpientes no es la más amplia, y no todas se comercializan. Además, exteriormente muchas de ellas presentan la misma coloración y dibujo. Por ejemplo, la mayoría de la subfamilia triangulum (que contiene los ejemplares más comunes en los terrarios) se caracteriza por una sucesión de anillos rojos, negros y blancos siendo el grosor de estos la única variación entre diferentes especies. Sin embargo, gracias a las hibridaciones selectivas que expertos han realizado combinando Lampropeltis morfológicamente muy diferente ahora disponemos de, mal expresado, nuevas especies de interesantísimos dibujos y coloraciones. Y esta es, en mi opinión, la clave para decidirse por hibridar o no Lampropeltis, la consecución de nuevas variaciones. Sin embargo, este no ha sido desgraciadamente el objetivo perseguido por muchos criadores, y sus resultados son lo que ha generado reticencias a otros criadores para hibridar. Para explicarlo, pongamos un ejemplo tan exagerado como explicativo: Supongamos que un criador pretende cruzar las dos serpientes cuyas fotos vemos a continuación:
Aunque parezcan iguales, no se trata de la misma clase de serpiente. La primera es una l.t. nelsoni y la segunda una l.t. sinaloa. Pensemos brevemente en el resultado de este cruce. Es cierto que las leyes genéticas son caprichosas y quizás nos topemos con alguna interesante sorpresa, pero por normal general dispondremos de un híbrido que se parecerá muchísimo a una l.t. sinaloa y, también a una l.t. nelsoni, pero que ... ¡no será ni una cosa no otra! El problema no sería tal si el criador se queda para él sus crías o, si las vende identificando al comprador el origen de sus genes. Pero aparece cuando, especialmente, comerciantes desaprensivos, venden híbridos como ejemplares puros. Sólo un criador experimentado sabrá diferenciar éstas Lampropeltis híbridas de las puras, no un aficionado que además confía en su vendedor. A su vez este aficionado, es posible que al año siguiente compre ilusionado una pareja para su serpiente, las reproduzca, e inintencionadamente y por su desconocimiento, venda las pequeñas como excelentes ejemplares puros, pero genéticamente, no lo son. Es por este motivo que cada vez resulta más difícil encontrar Lampropeltis genéticamente puras y por el que muchos compañeros aborrecen las hibridaciones.
Así y en resumen, deberíamos optar por la hibridación cuando pretendamos conseguir ejemplares determinados diferentes o variaciones genéticas, pero no para producir crías que generen confusión y que imposibiliten cada vez más la compra de ejemplares puros. |