Esta crisis por la que estamos pasando no es la primera ni
será la última. Tratemos de sobrevivir a ella y descubrir que
debemos hacer para que la próxima vez no nos afecte del mismo
modo.
La primera medida es NO venda su producto. Venda una
solución.
Recuerde que los beneficios, no los productos, son
los que conducen a la demanda, por lo tanto remarque todas las
ventajas de su producto y ofrezca siempre más
información.
Debe tener presente que constantemente debe
diferenciarse de la competencia. Hacer lo mismo que hacen los demás,
de la misma manera, es la mejor forma de hundirse en la mediocridad.
Por lo tanto si usted quiere sobrevivir en el mundo de los negocios,
debe conocer a sus clientes.
¿Qué es lo que quieren nuestros
clientes?
¿Cuales son sus necesidades?
Trate de
asociar las características de su producto con cada
necesidad.
Realicé una investigación del mercado al que se
dirige.
¿Quién compra su producto? ¿Por qué? ¿Quién NO
compra su producto? ¿Por qué?
Deje que los clientes
prueben su producto, averigüe que piensan de el y pídale
sugerencias. Con los resultados obtenidos ajuste su producto y
desarrolle campañas de marketing que le permita conseguir mas
ventas.
Recuerde que usted no esta solo, su competencia esta
pasando por lo mismo y tratara de ganar más parte de su
mercado.
Usted no solo debe conseguir más clientes, sino que
debe retener a los que tiene para que no se vayan a la
competencia.
En épocas de crisis es cuando más tenemos que
trabajar para lograr buenos resultados.
Por ejemplo el dueño
de una ferretería brindaba charlas gratuitas mensualmente en su
negocio sobre como reparar artefactos eléctricos, como pintar, como
instalar pisos vinílicos, etc. Lo interesante era enseñar, no
vender. Pero cuando los clientes necesitaran algo, pensarían en el y
no en su competencia.
Otra persona con un negocio de venta de
muebles, observo que los compradores siempre venían en pareja y que
los hombres no se sentían cómodos alrededor de dormitorios, mesas,
sillas, etc. Creo un ambiente en el cual coloco distintos tipos de
sillones y un televisor de grandes dimensiones en el cual se pasaba
deportes.
Con esto logro que además de hacerle más agradable
la espera a los hombres, les estaba mostrando lo agradable que eran
sus sillones.
El cliente es el activo más importante que
tenemos, debemos lograr que su experiencia en nuestro negocio sea
inolvidable. Tenemos que lograr que confié y se sienta identificado
con nosotros para que vuelva a realizar una nueva
compra.
Cada cliente tiene un valor distinto para nosotros.
Podemos decir que el valor del cliente es igual al volumen de
compras, por el margen de ganancia, por el número de compras
repetitivas.
Por ejemplo doña María nos compra $ 7 todos los
días y don José nos compra $ 20 por semana.
¿Cuanto valen en
realidad estos clientes?
Doña María nos compra $ 35 a la
semana o sea $ 140 al mes, o lo que es igual a $ 1680 al año, sin
embargo don José nos compra $ 80 al mes, por lo tanto al año nos
compra $ 960.
Ese es el valor real de cada cliente, ahora si
pensamos que por mala atención se nos han ido tres clientes este mes
como doña María, no perdimos $ 21 sino que perdimos $ 5.040
!!!
Se da cuenta ahora de la importancia de retener un
cliente. Cuanto más sepamos de él, mejor lo podremos atender,
debemos diseñar un plan enfocado a la Fidelización del Cliente y a
descubrir nuevas necesidades que puedan generar oportunidades de
negocio.
Reaccionar a una crisis no es solo bajar precios,
bajar costos o despedir personal. Tener un buen negocio ayuda, es
difícil tener éxito en un mal negocio, pero además debemos saber
gerenciarlo.
El dueño y el gerente pueden ser la misma
persona pero sus responsabilidades son diferentes. Muchos
comerciantes o profesionales se quejan que les va mal, que no hay
ventas, etc., pero no vemos que hagan nada distinto, por el
contrario siguen haciendo más de lo mismo.
Hoy más que nunca
debemos ser eficientes, rentables y competitivos.
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