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Este texto ha sido elaborado por un grupo de investigadores del Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social de Cuba, con la autoría principal de Rafael Alhama Belamaric, la coautoría de Francisco Alonso Arrastra y Tania Martínez Núñez, y la colaboración de René Fernández Luzúa y Loyda Velásquez Cabrera. 
 
 
 
 


 

Contenido

Prologo de Ricardo Antunes

Introducción       1

Capitulo I: Organización. Alcance      12

   1.1Organización      12

   1.2 Raíces históricas y conceptuales      15

Capitulo II. Tipos de Organizaciones. Principios      51

   2.1Tipos de Organizaciones      51

   2.2 De la organización Jerárquica a la de Conocimientos    73

Capitulo III: Sistemas de Gestión Integrados      88

   3.1Sistema de Gestión Integrada      88

   3.2 Funciones y Principios de la Organización      98

   3.3 Estructuras               103

Bibliografía capítulos I, II, III               111

Capitulo IV: Enfoque Interdisciplinario para el estudio

           del Comportamiento Organizacional.

           De la Cultura de la Eficiencia a la de Apoyo e Innovación.

           Valores de una Dirección Integral Colaborativa.  114

   4.1 Enfoque Interdisciplinario para el estudio del

         Comportamiento Organizacional.                                                114

   4.2 De la Cultura de la Eficiencia a la de Apoyo e Innovación

   4.3 Valores de una Dirección Integral Colaborativa     129

Bibliografía      133

Capitulo V: Nuevas Formas de Organización del Trabajo

         a nivel de Puesto de Trabajo      135

   5.1 Principios fundamentales tradicionales      135

   5.2 División y Cooperación      164

Bibliografía      174

Capitulo VI: Las Nuevas Formas de Organización del

          Trabajo y La Integración Global. Nuevos Principios.

          Factores de Potenciación      176

   6.1 Las Nuevas Formas de Organización del Trabajo y

      La Integración Global. Nuevos Principios       176

   6.2 Factores de Potenciación      201

Bibliografía      204

Capitulo VII: Evaluación del Desempeño de la Organización    208

Bibliografía      232

Capitulo VIII: La Remuneración y Estimulación en las

            Nuevas Formas de Organización del Trabajo.    233

Bibliografía      256 
 
 
 

 

Prólogo 

Dentro de las innumerables contradicciones de la sociedad actual encontramos una cuya solución parece una completa imposibilidad, dentro de la lógica destructiva que preside la sociedad del capital; si bien en el plano microcósmico, en el plano de las empresas, hay una necesidad intrínseca de racionalizar su modus operandi, si hay una necesidad imperiosa de seguir el recetario y la pragmática de Lean Production, de una empresa ligera, vislumbrando cómo preservar la concurrencia con las demás empresas que participan del sistema global del capital, la expansión ilimitada de esa lógica microcósmica para la totalidad de las empresas del ámbito mundial, desencadena una consecuencia trágica. 

Su racionalidad interna acaba por generar una monumental sociedad de desaciertos, una vez que la lógica de reestructuración y de la productividad, cuando dirigida por el ideario y por la pragmática del capital, acaban por acarrear la reducción del trabajo vivo y su sustitución por el trabajo muerto, para usar los términos de Marx. 

El resultado está presente en (casi) todas partes del mundo: cerca de un tercio de la fuerza de trabajo a escala global, se encuentra viviendo en la informalidad, la precarización del trabajo, el desempleo estructural. Al seguir la racionalidad, en el plano microcósmico, estalla como resultante la sociedad del trabajo precarizado y del desempleo, consecuencia de la más nefasta barbarie del capital y de su capitalismo. 

Pero, ¿cómo hacer cuando la lógica de la producción no es dirigida prioritariamente por la acumulación privada del excedente, cuando el objetivo de la economía fuese economizar, en el sentido original, del latín oeconomia, esto es, utilizar racionalmente los recursos naturales y humanos?; Cuando el objetivo es transformar la empresa productiva desde la óptica de producción de bienes socialmente útiles, colectivamente determinados?; Cuando el objetivo no es la acumulación privada de capital, sino avanzar en la construcción de un diseño societal socialista, donde el valor de uso de los bienes producidos no está dirigido por la prevalencia de su valor de cambio? 

Estas consideraciones son tratadas en el libro Nuevas Formas Organizativas, de un grupo de investigadores del Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, con la autoría principal de Rafael Alhama Belamaric y la coautoría de Francisco Alonso Arrastra y Tania Martínez Núñez, y la colaboración de René Fernández Luzúa y Loyda Velásquez Cabrera. 

Partiendo del debate teórico, pero con un claro sentido práctico, ese propósito colectivo de los autores, recorre dentro de las más diversas ideas, tesis e hipótesis, presentes desde los clásicos hasta los apologistas contemporáneos del mercado, con el objetivo de auxiliar en la búsqueda de caminos donde el economizar, el racionalizar, no sean prisioneros de una lógica destructora del capital, que acumula, pero deshumaniza, que genera valor, pero también desvaloriza a las personas que trabajan.  

Que por el contrario, sea una contribución para que se piense en una forma de empresa socialmente productiva, capaz de apoyar efectivamente la construcción de una sociedad nueva, donde la autonomía, el autocontrol, el saber colectivo prevalezcan sobre la heteronomía, el sometimiento, la alienación, típicos de la sociedad capitalista. 

Los autores saben que hay grandes limitaciones objetivas (y también subjetivas) que dificultan el tránsito en dirección a lo nuevo, pero recorren un camino que procura señales y direcciones. Por eso, hay un alerta; una cosa es seguir el recetario del capital, otra muy distinta es buscar y concebir alternativas fuera del sistema del metabolismo social del capital, para que la creación de valores tengan un sentido de utilidad verdaderamente colectivo y social. 

Eso, porque la empresa capitalista moderna, al defender los “intereses del consumidor”, está de hecho escondiendo el universo privatizador que la domina, el de la búsqueda ilimitada de ganancia. Por eso la falacia del individuo, del colaborador, del consumidor procura encubrir y esconder la búsqueda de la ganancia y de la acumulación. 

¿Cómo entonces, compatibilizar productividad, competencia con humanidad ?  

¿Cómo hacer para que el conocimiento no se convierta, como todo en la sociedad del capital, en una mercancía más, deshumanizada y fetichista? 

Son estos los desafíos y cuestiones que afloran después de la lectura del libro Nuevas Formas Organizativas de Rafael Alhama Belamaric y sus compañeros coautores del Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo.  

Por eso, el debate central del siglo XXI no es intentar salvar la sociedad del capital frente la humanidad, sino salvar la humanidad frente el capital. O lo que, a su modo, Cuba va tratando de hacer ya hace más de cuatro décadas. Por tal razón, también necesita producir, aunque con otra lógica y de otro modo. Y aquí reside la esencia del libro que nos ayuda mucho a pensar en los caminos a seguir, como en aquellos que debemos rehusar. 

Ricardo Antunes

Unicamp/Brasil 

 

Introducción 

Trataremos de dar un sentido práctico a este texto, combinando el análisis y la reflexión con las experiencias y las acciones prácticas de más de tres décadas de investigación, trabajos de campo, experimentos y aplicaciones en las empresas y entidades del país, pero también tratamos de ser problematizadores y proponentes, para despertar el debate y el desarrollo de las temáticas, todas complejas, para comprender, introducir y desarrollar las Nuevas Formas Organizativas y las Nuevas Formas de Organización del Trabajo. 

En la empresa de hoy, la empresa que hace Gestión de Conocimientos, o mejor aún, la Organización en Aprendizaje (Learning Organization), es decir, la organización que facilita el aprendizaje de todos sus integrantes y donde este aprendizaje se traduce en un proceso de transformaciones continuas, las dimensiones teoría y práctica, la concepción y el procedimiento, son inseparables, puesto que ni el empresario puede ser sólo de acción, ni el académico puede limitarse a la reflexión y el pensamiento.  

La ideación-interpretación-propuestas-acción es un proceso, y sin pensamiento sistémico y sin actividades de integración de las disciplinas sociales y técnicas, y de un trabajo coordinado, no fortuito, de la práctica y la teoría, no es posible ni concebir ni desarrollar, ni las Nuevas Formas de Organización (NFO) con cambios profundos a nivel global de toda la organización, ni las Nuevas Formas de Organización del Trabajo (NFOT), referidas más a elementos técnicos del proceso de trabajo, al menos como se presentan hasta hoy, y unas dependen de otra. 

La intuición de los empresarios, cada vez se debe basar más en procedimientos sistémicos y conocimientos teórico-conceptuales que no sólo disminuyen el azar, sino aumentan la posibilidad de sobrevivencia y desarrollo de la organización. 

Si parafraseamos a Drucker, P. que señala en “Los desafíos de la administración en el siglo XXI” que: “Todas las empresas tienen que hacer de la competitividad global una meta estratégica. Ninguna empresa puede tener la esperanza de sobrevivir, y ni hablar de ser exitosa, a menos que esté a la altura de los estándares fijados por los líderes en su campo, en cualquier lugar del mundo”,  y agregamos o aclaramos que los estándares se refieren a elementos de competitividad que tienen en cuenta en primer lugar, la situación de la innovación y el nivel de conocimientos que se aplican.

Entonces se puede decir que, ninguna empresa puede tener la esperanza de sobrevivir y ni hablar de ser exitosa, a menos que esté a la altura de los estándares fijados por los líderes en relación con las Nuevas Formas de Organización.  

Pero, en nuestro caso, decimos más, lo que nos obliga a más: ninguna empresa en nuestra sociedad se puede limitar a los estándares y a las propuestas conceptuales, y sobre todo, a los principios elaborados, ya sea por estudiosos académicos o empresarios, que responden a principios de las sociedades de clases. 

Desde luego, que la competitividad es más compleja que decir que es el resultado de los conocimientos y la gestión eficaz, en la que intervienen circunstancias y factores de carácter extra empresarial, nacional e internacional, y lo que se quiere enfatizar es en la importancia de la estrategia empresarial, en el cómo de las cosas, pero también en el porqué de las cosas si se trata de un enfoque sistémico, que marca diferencias profundas con el qué o los contenidos de las cosas, e incluso con el cómo o la aplicación de las cosas.  

Como parte esencial de ésta estrategia, y de la filosofía y la concepción de las NFO y las NFOT, está el lugar que ocupan las personas y los “recursos de los humanos”. Este es el objetivo del presente texto. 

Es a nivel de la empresa que se pueden y deben aprovechar las oportunidades en cada momento. Es a la empresa a la que hay que facilitar las vías que posibiliten aprovechar las oportunidades, es la empresa la que debe reaccionar primero. Es la empresa la que diseña y la que debe responsabilizarse, con todo lo que ello implica, con la estrategia que debe estar orientada al cambio, que pasa por el establecimiento de los valores culturales necesarios para llevar  a cabo los cursos de acción más convenientes.  

Y, la mayoría de las veces, no son las estrategias las que fallan, sino los apoyos y las coordinaciones necesarias, puesto que las percepciones diferentes o enfrentadas sobre los problemas, sobre las perspectivas, los escenarios, sobre la base de conocimientos, capacidades e informaciones disponibles y diferentes, hacen apoyar o no el quehacer de la organización para alcanzar la estrategia trazada.  

La tan mencionada “resistencia al cambio” o en otras palabras la aceptación de lo establecido, más allá de la valoración de los elementos que se tengan, pasa en primer lugar por la cantidad y calidad de la información disponible, y toda resistencia psicológica, lógica, afectiva o racional, pasa por la determinación del grado de las consecuencias para las personas “involucradas” o “implicadas”, dos conceptos muy en boga también, que implican manipulación y envolvimiento. Entonces de lo que se trata es de crear un clima con capacidad de asimilar y permitir que las personas  participen conscientemente, en desarrollo ascendente, con todas las consecuencias y responsabilidades. 

Si la información de la que se dispone es mínima, no se ofrecen elementos que permiten evaluar en qué medida realmente los cambios implican cambios positivos para las personas, desde luego que los cambios se rechazan, y se sigue con las prácticas y hábitos establecidos y arraigados.  

Esto es lo que sucede muchas veces, cuando se trata sólo de cambios de procedimientos, sin que se tenga claridad del concepto o de la filosofía que sustenta la idea, o que simplemente no existen cambios de esencia, y por lo tanto, tampoco cambios sustanciales para las personas. Esto puede ocurrir, y de hecho ha ocurrido en diversas partes del mundo, con las NFO y las NFOT, como constatan  diversas investigaciones realizadas. 

Cuando nos referimos a cambios de esencia, no nos referimos a nuevos elementos técnicos del proceso de trabajo, ni tampoco ni solamente a las características más nombradas hoy día por muchos para identificar los modelos organizativos que corresponden a NFO, que son: un diseño participativo, una orientación al cliente, o el trabajo en equipo o el desarrollo de habilidades y destrezas para un mejor desempeño, o la aplicación de la tecnología de la información y las comunicación es que permiten organizar redes intra y entre empresas.  

Nos referimos a elementos esenciales que influyen y determinan la estructura básica de funcionamiento en todos los niveles de la Organización; en su Estructura Organizacional con una mínima División del Trabajo y una máxima Cooperación sobre la base de la colaboración; en su Estructura de Producción o los Servicios con funciones descentralizadas e integradas; y en su Estructura de Control y Coordinación que comprende todas las funciones directivas más cercanas e integradas a los que realizan funciones de ejecución.  

Se trata en una palabra, de Nuevos Principios de Dirección y Organización, entendidos, diseñados e instrumentados de manera sistémica, sin los cuales no es posible que se introduzcan y desarrollen las NFOT actuales. Casi cualquier cosa que introduzca cambios en las formas tradicionales de organización, se identifica con Nuevas Formas de Organización del Trabajo, pero no se puede identificar con Nuevas Formas de Organización que tengan por base cambios radicales y revolucionarios de dirección, en organizaciones de conocimientos, y con los avances tecnológicos de la informática y las telecomunicaciones. 

Las Nuevas Formas Organizativas, y las Nuevas Formas de Organización del Trabajo como parte de aquellas, deben llevan a una Dirección y Organización empresarial nuevas, junto con una Cultura empresarial nueva, al Dominio de conocimientos especiales no abordados con anterioridad, y a la Integración de las Disciplinas Técnicas y Sociales. Sólo la conjunción de todos estos factores es capaz de llevar a NFO y a NFOT. 

Las NFO en nuestra sociedad, y en general si fuera posible, y si las relaciones sociolaborales de nuevo tipo no entraran en contradicción con la esencia del capitalismo, deben identificarse con nuevos contenidos y nuevas relaciones de trabajo entre las personas; y las NFOT hoy día, deben identificarse no sólo como aquellas formas que contienen nuevos elementos técnicos del proceso del trabajo, sino como elementos técnicos pensados, diseñados y aplicados en estrecha interrelación con los elementos sociales y psicológicos de las personas, puesto que el proceso de trabajo depende más de las relaciones sociales que se establecen.  

En una palabra, concederle mayor importancia y mucho mayor tratamiento a la persona para su desarrollo pleno, y buscar cómo hacerlo en una época en la que junto a la globalización, la despersonalización parece ser la tónica básica de las sociedades contemporáneas, es el objetivo del presente texto. 

Las formas tradicionales, entendiendo por éstas las ampliamente aceptadas y establecidas desde hace casi un siglo, en su momento también fueron nuevas, y fueron rechazadas. En el texto hacemos referencia a las raíces históricas y filosóficas del pensamiento organizacional, desde las ideas modernas de organización en las que se fundaron las “empresas modernas” del siglo XX, según el modelo burocrático, las características e influencias del taylorismo, fayolismo y el fordismo como modelos, o modelo que sustentó las economías de escala, pasando por los sistemas socio-técnicos, hasta el toyotismo y la producción ajustada (Lean Production) y las organizaciones en red, y altamente flexibles. 

Se harán referencias al Enfoque Logístico y al ciclo logístico, que tantos adeptos tiene, y que de ninguna manera se debe obviar si se habla de NFO y de modelos productivos que lo sustentan, pero en los que las personas y las funciones referidas a las mismas no son de apoyo ni secundarias; de lo contrario sería difícil pensar que se puedan lograr sistemas integrados de gestión, que integran ya no sólo a los proveedores con el sistema operativo de la empresa, sino redes que incluye a los clientes, distribuidores y consumidores. También se hace referencia a la Calidad Total, a la Reingeniería, a la Gestión Integrada, y a los elementos que todos tienen en común: la respuesta como un todo, como un flujo único y equilibrado, para que los problemas se puedan resolver allí donde ocurren, el mejoramiento continuo y las soluciones priorizadas de problemas críticos a partir de análisis-síntesis de las interrelaciones y no de análisis lineal de causa-efecto, dirección por procesos, autocontrol y autogestión, trabajo en equipo y competencias sociales. Y sobre todo y más, de lo que falta o es insuficiente en todos y cada uno de ellos, la orientación social, a las necesidades sociales de los trabajadores. 

Los temas relacionados con las NFO son sensibles, problemáticos y problematizadores, pero de ninguna manera se pueden seguir dejando de lado, o seguir de manera acrítica haciendo nuestras las concepciones ajenas sin desarrollos propios. 

Quizás, mejor que hacer referencia a las formas tradicionales y formas nuevas, sería plantear que las primeras, las de hace ocho o nueve décadas atrás o las de hoy que siguen los mismos principios, como las segundas, ponen énfasis en los aspectos técnicos de la empresa o del proceso de trabajo, actividades, procesos o puesto de trabajo, y se trata de diseñar y desarrollar una Dimensión Social en conjunción con la Dimensión Técnica. 

Sobre las organizaciones como clase de sistemas sociales, y el dilema individuo-estructura, y las diferencias en su funcionamiento, se ha escrito bastante, aunque no fueron resueltos por los enfoques ni psicológicos ni sociológicos, tampoco los ingenieriles, o económicos. Se impone buscar y construir una visión integradora.  

Autores como Katz, D. y Kahn, L.R. a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, proponen un modelo de Organización más amplio y complejo que se va más allá del dilema planteado, y es por medio de la Teoría General de Sistemas. De manera que nos referiremos a la Organización como Sistema Social y como Sistema Abierto; integrada en sus dos dimensiones., en la que por demás se ha avanzado muy poco en las últimas tres décadas.  

Para entender, aprehender y aplicar los conceptos en nuestra sociedad y nuestras organizaciones, es imprescindible entender el contexto en que se desarrollan. El mundo de hoy, luego de una década que marcó, supuestamente, el fin de la confrontación ideológica entre los bloques o sistemas sociales, y se estableció la visión del orden mundial unipolar, basado en una economía y políticas neoliberales, con el predominio de la internacionalización del comercio y la especialización global, no sólo no constituye el fin de las contradicciones de clases, sino que se agudiza la lucha ideológica. 

La globalización, como fenómeno básicamente de mercado y políticas neoliberales basadas en la fe en el mercado, hace dejadez y omite las políticas sociales. Si esto es así a nivel de la sociedad, no puede ni le presta atención a los problemas sociales al interior de las organizaciones, es decir, de las empresas. Se encuentra en un punto de inflexión entre, máximo de mercado y nula intervención estatal y coordinación internacional, llamado “mundo sin fronteras” (Lawrence y Bressand), y una baja intensidad de mercado y grado considerable de supervisión colectiva o “armonización imperial”, lo que significa hegemonía de unos u varios países; o baja intensidad de mercado y baja intervención y coordinación internacional o “mundo de fragmentación” y alta intensidad de mercado y alto grado de coordinación o agrupación regional con supervisión colectiva o “club de clubes”. 

Estos escenarios no son excluyentes, y mientras en las finanzas se aplica un “mundo sin fronteras”, para el movimiento de la fuerza de trabajo se fragmenta el mercado. Las consecuencias no pueden ser más desastrosas. Por eso, el “Informe sobre el Empleo en el Mundo 2001”, cuya finalidad era explorar la dinámica de la revolución tecnológica de la información y las comunicaciones, tal y como se manifiesta en el mundo del trabajo, concluye que la situación mundial del empleo “está preñada de grandes dificultades”. 

Cuántas veces hemos leído u oído que la aplicación de las NFOT trae aparejado o como consecuencia, el empleo a tiempo parcial, temporal o incrementos en el desempleo, o incremento en las formas laborales precarizadas. 

¿Cómo concebir en otras sociedades una relación social distinta entre las personas al interior de las organizaciones, en su participación en el trabajo, actividad social, en el sistema complejo que constituye toda Organización económica, si la sociedad se concibe en los pocos que se apropian de la mayor parte de las riquezas creadas y la mayoría que recibe una mínima parte?

Por eso, cuando las NFO y las NFOT se analizan hoy día, no se pueden ver en los marcos técnicos estrechos de la fragmentación de las tareas y las necesidades por exigencias técnicas y tecnológicas de enriquecer las tareas, o de crear un clima de innovación y aprendizaje, como parte de la motivación de los trabajadores, sin analizarlo a la luz de las políticas sociales, económicas, culturales, educacionales, ambientales, y luego pretender diseñar y construir una “visión compartida” de la que tanto se habla.  

Cuando se habla de NFO, con nuevos contenidos también, se trata en primer lugar, de cambiar la organización del sistema social que responde a determinados objetivos que tiene que ver con el ámbito social, político e ideológico de las sociedades. Y las sociedades capitalistas desarrolladas actuales no tienen capacidad para hacerlo. 

El planteamiento puede hacerse de diversas maneras, pero la respuesta es la misma.

Podemos parafrasear a Bohm,D. cuando dijo que “el pensador y el pensamiento no pueden separarse”, y decir que el trabajador-pensador y su pensamiento no pueden separarse. Puede hacerse la pregunta de: ¿qué hay que cambiar para que sea esto posible en el capitalismo?, y entonces estaríamos hablando nada menos que de cambiar los pilares de los últimos doscientos años, desde Smith.A., de la División del Trabajo y el Individualismo Económico.  

Pero, la pregunta principal para nosotros en nuestra sociedad es: ¿qué hay que hacer para establecer nuevas relaciones sociolaborales que lleven a NFO en nuestra sociedad? 

Si las NFOT a nivel de puesto de trabajo tuvieron una cierta expansión en el mundo desarrollado desde la década de los 60, las NFO a nivel de procesos y empresas han tenido mucho menos repercusión, por las políticas y estrategias empleadas, pero sobre todo por la ideología que las sustenta. 

Se habla de nuevos valores e ideas nuevas de cómo dirigir, organizar, planificar, gestionar los recursos financieros y materiales, y se concibe, habla y escribe sobre las personas y las funciones que trabajan directamente con las personas, como elementos de segunda importancia. Las NFO con énfasis en los componentes sociales y de tipo comportamental, son esferas de alto contenido ideológico, y “los intereses se alinean en función de los objetivos que para la organización fijan sus dirigentes o propietarios.” (Supervielle y Stolovich, 2000). 

Esta pudiera ser una respuesta al planteamiento de Drucker,P., uno de los autores de mayor influencia en los últimos cincuenta años, que dice en “Management”, que el management es independiente de los conceptos de propiedad y poder, un concepto por así decirlo limpio, neutral, quizás técnico o profesional solamente. 

Por otro lado, es importante distinguir cuando se trata de transformaciones del proceso del trabajo, desde el punto de vista técnico, como resultado de los avances científicos y tecnológicos, que en nuestra sociedad debe llevar, no sólo a la intelectualización del trabajo social y mayor calificación profesional, sino al replanteo de nuevos principios de dirección y de gestión.  

En las sociedades capitalistas desarrolladas, se llevan a cabo hoy día  formas que van más allá de la empresa y del proceso de trabajo, llevan a formas de empleo nuevas que se relacionan con el avance de los elementos técnicos de los procesos de trabajo; pero llevan a menos empleo estable y a la diversificación del trabajo parcial, a más desempleo, a mayor intensificación del trabajo, mayor explotación de la fuerza de trabajo mas compleja. 

Por último, otra aclaración es necesaria, y es en relación con la tecnología llamada “dura”, y la concepción de su determinismo para la introducción , diseño y desarrollo de las NFO y las NFOT. 

Hay suficientes evidencias e investigaciones realizadas desde la década del 80 (Butera, 1990, Bessant,1989), incluso desde la década de los 60, e incluso en nuestro país (IEIT,2003), que muestran la relatividad del carácter determinista de la tecnología dura en la implantación de las NFO. Si es cierto que pueden servir de apoyo en caso de los modelos productivos, también es cierto que el grado de libertad que ofrecen las NFOT o los Sistemas de Gestión de los Recursos Humanos, es mucho mayor, y establecen una prioridad, si se quieren alcanzar resultados duraderos, para desarrollos a largo plazo en la utilización de la tecnología dura, sin los cuales esta no se potencia ni aprovecha al máximo.  

Las NFOT y los sistemas de gestión, como puede ser el Sistema de Gestión de los Recursos Humanos, que nosotros a veces decimos “recursos de los humanos” para diferenciarlo de la administración del personal tradicional, deben garantizar el establecimiento de sistemas sociales en las organizaciones, con nueva gestión de tipo comportamental que es capaz de asimilar, y a veces suplir, la tecnología dura para alcanzar los estándares de competitividad. 

No es admisible, ni conceptual ni prácticamente, considerar de ninguna manera como NFO, modelos y propuestas que reducen la Calidad de Vida Laboral. Ni desde la perspectiva psicosocial, ni de los principios de organización ni de dirección, pueden ser estas las bases de los nuevos modelos que deben potenciar los elementos comportamentales de la organización, desde nuestra ideología y nuestra filosofía. 

Los lectores interesados, cualesquiera que se su disciplina y especialidad, no deben rechazar los enfoques, ideas o criterios de otras disciplinas, ni el conocimiento del desarrollo histórico. Es imprescindible un análisis histórico profundo del desarrollo de las ideas, conceptos, teorías y procedimientos aplicados en la práctica, para entender en qué punto nos encontramos, y entender del porqué de los cambios y qué profundos deben ser éstos para romper con los modelos arraigados.  

Se trata de recoger una amplia bibliografía internacional reconocida, pero se trata por todos los medios de no repetir ni copiar las ideas sin someterlas a un análisis crítico, y a hacer una reflexión propia y una interpretación y propuestas propias, a partir de experiencias de estudios e investigaciones sobre todo de los últimos quince años desarrolladas por el Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo (IEIT), relacionadas con el Perfeccionamiento Empresarial y la Dirección de los Recursos Humanos. 

Se trata, sobre todo, de entender que estos cambios deben tener por base una ideología y una filosofía que posibiliten el desarrollo de una sociedad socialista. No podemos aceptar, lo que a veces hemos leído, que todos estos problemas relacionados con la Dirección y Organización son “también problemas político-sociales”, o limitarnos a mencionar o dar importancia al Liderazgo, sin más.  

Las creación de relaciones sociolaborales nuevas dentro del sistema complejo que constituye cualquier Organización, ya sea empresa, entidad, organismo o institución, que pasa por el “trabajador colectivo” de Marx, es primero un problema político-social y luego técnico; porque de lo contrario, las soluciones y aplicaciones técnicas, que no tienen en cuenta de forma integrada las soluciones sociales, no diferencian en nada a una Organización socialista de una Organización capitalista, puesto que no diferencian un trabajador con sus valores, creencias y percepciones, de una sociedad de un trabajador de otra sociedad. Esa es la diferencia, o debe serlo, de una NFO en una y otra sociedad. 

Tampoco los elementos o factores que se citan y se establecen como los más importantes, y que varían de acuerdo a la concepción, más social o menos social, se pueden limitar a dos o tres, ya sea Gestión, o Finanzas, o Información, o Liderazgo, y mucho menos admitir que se desconozca, o no se incluya en este grupo de factores priorizados, los Factores Motivacionales, y los que tienen relación con las Necesidades Sociales y Psicológicas de las personas. 

Estas propuestas deben tener por base un trabajo intensamente multidisciplinario e interdisciplinario de la Filosofía, la Sociología, la Psicología, la Economía, la Ingeniería, entre otras, y transfuncional al interior de las organizaciones. Desde luego, se trata de nuevos desarrollos de las disciplinas, y nuevos perfiles de formación de especialistas y trabajadores. Son tareas estratégicas grandes que deben empezar por preparase desde hoy. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

Capítulo I

Organización. Alcance. 

1.1 Organización

Hoy día, cuando se habla de Nuevas Formas de Organización (NFO), se puede pensar en la función directiva principal, la forma en que se lleva a cabo la función de organización en la empresa, y no es errado, pero también se puede referir a la organización del trabajo, de la producción y de la dirección, o a la organización a cualquier nivel, sea área, proceso, actividad, o una unidad, o la propia empresa enfocada como un todo, y hasta a las formas de empleo. 

Es todo eso, y por ello, consideramos más adecuado a nuestros fines, referirnos y definir el concepto de Organización, desde el enfoque sistémico, que va a estar presente a lo largo del texto.  

Ante todo, es necesario recordar que el trabajo es actividad social, de manera que es esencial para las NFO analizar y cambiar las relaciones que se establecen entre las personas que participan de la actividad. Por eso, designamos la Organización como sistema social, y como tal un sistema complejo, en el cual se potencia al máximo el diseño y tratamiento individual de las personas, de las relaciones entre las personas, que se tienen en cuenta como factor principal de las funciones, de la estructura, de los procesos de trabajo, de las políticas y las estrategias, de la comunicación y la información, factores consustanciales a las relaciones interpersonales que condicionan todas las decisiones referidas a los individuos, grupos, a los actos y acciones que se llevan a cabo, en la consecución de la eficiencia, eficacia y efectividad de las actividades que se realizan. 

En la definición del término se han tenido en cuenta cuatro elementos, que es necesario recordar y aclarar. El primero hace referencia a las acciones de más de una persona. Sin embargo, no se evita hablar de individuos, puesto que es esencial, a diferencia de enfoques anteriores, hablar de los individuos como personas, y de los actos que llevan a cabo como parte de la Organización.  

El segundo elemento es de vínculo asociativo que permite la realización de actos relacionados entre sí y que se ejecutan según una relación determinada. El tercer elemento, es de coordinación, consciente y sistemática, de las acciones que se desarrollan. Y el curto elemento, es la finalidad organizativa e individual.  

En resumen, pudiéramos acordar que “la organización es aquel fenómeno en el que las acciones de dos o más personas se realizan en colaboración y coordinados consciente y sistemáticamente hacia la realización de un fin o de un conjunto de fines” (Mosher y Cimmino, 1961). 

Con la definición, se cumplen dos objetivos principales. Se subraya el hecho que toda empresa y entidad, no es sólo ni puede ser célula económico-productiva o de servicios en la cual se atienden y tratan los elementos técnicos, sino que es un sistema social y como tal tiene formas y contenidos; establecidos o generalmente identificados como tradicionales y aceptados de tratamiento de las personas, o tiene formas y contenidos nuevos, entendido por tales aquellos que se van introduciendo y desarrollando, que implican cambios culturales, sociales, económicos, productivos, jurídicos, pero sobre todo, cambios comportamentales a nivel individual, grupal y organizacional.  

Si alguien piensa rápidamente y vincula este enfoque con la Teoría Z (Ouchi,W. 1981), puesto que esta forma aboga por la “atención a las personas” y la participación de los trabajadores a través de los círculos de calidad, no está alejado de la realidad. Pero, a su vez, debemos puntualizar que es una mínima parte de lo que deben constituir las NFO. 

La propuesta de Ouchi ayudó a rescatar enfoques y motivó a nuevos desarrollos, pero la Teoría Z no hizo otra cosa que centrar el interés en las personas, en los valores y objetivos compartidos y una participación de tipo más paternalista y autocrática que cooperativa.  

Se conceptualizaban elementos de la Teoría X y la Teoría Y de McGregor,D (1960), con elementos propios teniendo en cuenta las normas fundamentales de la sociedad japonesa, al menos hasta unas décadas antes del siglo XXI, como son el “fuerte sentido de grupo, de obligación hacia la autoridad, de disposición para trabajar arduamente y un comportamiento compulsivo con fuerte base de emociones” (De Bettingies,H.C. 1973 y Smith,P.B. 1984). Por diferentes razones, y la más fuerte entre ellas, la del  éxito económico y comercial de Japón, en las últimas tres décadas ha sido la teoría de mayor divulgación y repercusión en el mundo.

Pero la historia teórico-conceptual y filosófica vinculada con las NFO, tiene raíces mucho más profundas, que se funden con la teoría marxista, que es necesario conocer, analizar y tener en cuenta. El hecho que Marx definiera la fuerza de trabajo como  “el conjunto de capacidades físicas y espirituales que posee el hombre, las que pone en marcha en el proceso de producción de valores de consumo”,y considerara al trabajador “como supervisor y regulador del proceso de producción”, y que Engels al referirse a la transformación del contenido y carácter del trabajo, al convertirse en medio de emancipación del hombre, en la primera necesidad vital, señalara que brindará al individuo “la posibilidad de desarrollar y ejercitar en todos los sentidos todas sus capacidades…”, hace que las NFO deben ser consustantivas a la ideología de la sociedad socialista. 

El desarrollo conjunto de la base técnico-material y la transformación del carácter del trabajo, así como el desarrollo de nuevas necesidades y capacidades creativas humanas, exigen NFO. 

Las NFO, que incluyen las NFOT, aunque las NFOT no necesariamente conducen ni se sustentan en las NFO, van más allá de las formas desarrolladas que propenden a contrarrestar los efectos de la fragmentación del trabajo, y que han sido relativamente propagadas y utilizadas como parte del mejoramiento del proceso de trabajo en las últimas cuatro décadas en el mundo. 

Como los elementos nuevos de competitividad, ya no se basan sólo en la eficiencia interior de la empresa, sino en la forma de organizar las unidades estructurales y los procesos, y estos abarcan desde la I + D hasta producción y distribución, se consideran también las relaciones interempresariales, la competencia se lleva a cabo entre sistemas y redes, y no entre empresas individuales (Dahlman,C.J. 1994). 

Si la competitividad trasciende las fronteras de la empresa, y se requiere de enfoques de políticas económicas, financieras, comerciales y de desarrollo de los recursos humanos amplio, en los cuales se integren desde inversiones, hasta exportaciones, capital y recursos humanos, salarios y productividad, políticas monetarias y fiscales. Es la corriente que prima hoy en los países capitalistas desarrollados. Si el juego se decide a nivel de empresa, se tratan de diseñar y desarrollar estrategias totalizadoras, estrategias profundas por parte de las empresas, puesto que todas estas políticas se interrelacionan e interactúan.

Todo esto exige una actuación más colectiva para gestionar, que proviene de los intereses mutuos de los individuos, y los resultados que pueden obtener al establecer y controlar voluntariamente las reglas derivadas de su participación. Estas son las motivaciones y  realidades de las NFO, así como sus limitaciones intrínsecas en las sociedades capitalistas desarrolladas. 

Para las NFO en estos países, se conciben como eso, como cambios de formas de los elementos técnicos del proceso de trabajo, y la organización como sistema social, reflejo de la sociedad, relega a las personas, al verdadero tratamiento de los problemas de las personas y a su desarrollo, a un segundo plano. 

Trabajar las empresas y entidades como organizaciones sociales complejas, en las que se potencian y privilegian relaciones sociales nuevas, y no como simples entidades económicas con recursos a controlar, en las cuales las personas son consideradas recursos también,, debe ser un objetivo estratégico principal en la introducción y desarrollo de las NFO en nuestra sociedad. Esto no es capricho, ni un planteamiento conceptual de moda, ni utopía. Es una necesidad impostergable de desarrollo de la sociedad socialista. 

Y, las organizaciones, como sistemas sociales complejos, con sus procedimientos administrativos, no cambian para su mejoramiento, si no cambian las personas, y los cambios en las personas pasan, ante todo, por la consideración de sus necesidades e intereses sociales y psicológicas.  

1.2 Raíces históricas y conceptuales

Antes de adentrarnos en la historia de la evolución de las organizaciones y de las raíces filosóficas y conceptuales del pensamiento organizacional, es necesario definir varios conceptos, a saber, Administración, Gestión, “Management” que no tiene traducción equivalente en nuestra lengua, y Organización, cuyas raíces e historia se entremezclan. Desde luego, tienen relación con la reconceptualización no sólo del trabajo humano, sino con el rediseño de la organización donde se lleva a cabo. 

La Administración, en el sentido estrecho y primero del término, es la acción de administrar, y administrar es mandar con autoridad sobre los recursos que se asignan. No implica la eficacia y la eficiencia, pero sí el control de lo asignado, que se convierte en un fin en sí mismo. 

Por tanto, no es un concepto suficiente, y en su desarrollo deriva en “Management”, que no es sinónimo de administración, tal y como se entendía hace un siglo atrás, y tiene diferencias sutiles, que muchas veces se pasan por alto. 

La Administración deriva, y da paso a la Gestión, y también se utiliza como sinónimo de Management. Similar a la administración de las primeras definiciones, es la acción y efecto de administrar, pero integra no solo el control, sino las acciones que conducen a la eficacia y la eficiencia. Estas acciones, hoy día, se convierten en acciones con conocimiento, en la aplicación del conocimiento.  

El “Management” según Drucker,F.P. es una función objetiva con la responsabilidad de obtener resultados. Por lo tanto, incluye herramientas administrativas, métodos y técnicas para optimizar el uso de todos los recursos de que dispone una organización. Es decir, implica un proceso de esfuerzos organizados utilizando técnicas y procedimientos para conseguir unos fines. 

La optimización se refiere a la eficacia, que supone aprovechar las oportunidades para llegar a resultados, teniendo siempre en cuenta las condiciones existentes, incluso cuando éstas cambian. La eficiencia significa sólo hacer las cosas bien. Si las cosas se hacen bien, pero no se hace lo que se debe hacer, o lo que se ha propuesto hacer, no hay avance en el desarrollo. Si hay eficiencia pero no eficacia, se incumplen los objetivos propuestos, las estrategias diseñadas no se alcanzan, aunque puede haber resultados económicos productivos superiores. 

En la misma medida en que la administración va más allá de la acción de administrar, de llevar a cabo acciones de control con autoridad, y abarcan y desarrollan métodos, técnicas y procedimientos para dirigir, se va equiparando con Management y con Dirección. Lo cierto es que en la práctica cotidiana se utilizan indistintamente estos términos, como si fueran iguales,  incluso entre los especialistas. 

Por su parte, a la Organización la designamos como un sistema social con finalidad, cualesquiera esta sea, en la cual se llevan a cabo actividades de trabajo, que es una actividad social, según la teoría marxista, y procesos para optimizar los recursos de que dispone y así conseguir los fines propuestos o los objetivos fijados, y todo ello se hace con unas determinadas relaciones entre las personas. 

Debemos recordar que las primeras concepciones acerca del trabajo desvalorizaban al trabajo manual, y Platón separaba la actividad manual del mundo de las ideas, concepción que persiste a través del tiempo. Luego, a través de los siglos se llega a valorar el trabajo artesano, y para Smith,A. a finales del siglo XVIII, es la principal fuente para crear valor. Así, el hombre llega a ser considerado fundamentalmente como un hombre económico (homo economicus), y se reduce a bien económico.

El paso del sistema artesano a la manufactura capitalista con su amplia división del trabajo, las grandes transformaciones en la economía inglesa a finales del siglo XVIII, y el desarrollo de la economía política clásica burguesa, sientan las bases filosóficas y conceptuales que van a influir y determinar los desarrollos en la Administración como ciencia, incluso en la Dirección como ciencia mucho después. 

La realización del “egoísmo económico” que va implícito a la naturaleza misma del “hombre económico”, hacen considerar a Smith.A. (1723-1790), los intereses puramente individuales y el Individualismo Económico como el fundamento o uno de los pilares de la sociedad capitalista y del régimen capitalista de producción. 

El otro pilar lo constituye la División del Trabajo, ley de la naturaleza. Señala que la división del trabajo eleva la productividad del trabajo, y es fuente de riqueza de la sociedad. Identifica la división del trabajo dentro de la manufactura y a escala de toda la sociedad, pero sin establecer diferencias, y considera la sociedad como una manufactura grande, y ambos, sin relación con la historia, y sin distinguir los rasgos específicos en las diferentes formaciones sociales. 

Es Marx,C. en El Capital que señala: “En la sociedad del régimen capitalista de producción la anarquía de la división social del trabajo y el despotismo de la división del trabajo en la manufactura se condicionan recíprocamente…” pero su esencia es diferente. La división del trabajo al interior de la organización, o en la manufactura que aparece en la fase capitalista de desarrollo, exige que la

división del trabajo en la sociedad haya alcanzado cierto grado. Se condicionan recíprocamente, pero se diferencian en esencia y en grado. 

Pero, lo que nos interesa destacar en este punto es que la fuerza de trabajo se empieza a concebir, distribuir y a organizar, por funciones, o mejor aún por tareas, y en proporciones rigurosas de acuerdo a la distribución y utilización que establece el capitalista, y no es ajeno a la división social del trabajo; “constituye una necesidad inevitable” al decir de Meszaros,I.(1992) 

La doctrina de la División del Trabajo y el Individualismo Económico sienta las bases de la economía política clásica burguesa, y del desarrollo capitalista, con gran ascendencia en el establecimiento de la empresa moderna de finales del siglo XIX, y presente hasta nuestros días. 

Al hablar de raíces históricas y filosóficas sobre el pensamiento organizacional, es imprescindible hablar de dos máximos exponentes que otorgan importancia al concepto del trabajo, además del visto, y son Hegel y Marx. Es necesario recordar que Hegel le da una dimensión histórica y un carácter universal al trabajo. A Marx, por someter a crítica la economía política burguesa; por elaborar la teoría revolucionaria del proletariado; por establecer la relación entre trabajo y capital, analizar el salario y su dinámica, establecer que el aumento de la riqueza de la sociedad burguesa acentúa la dependencia del obrero respecto al capital, y agregamos nosotros aunque como dijera Smith,A. trae consigo “la elevación de los salarios”.  

“El capital es el poder de mando sobre el trabajo y sus productos”, escribe Marx. Estas ideas son esenciales para entender la situación actual y las limitaciones de las NFO en las sociedades capitalistas, y de cómo no pueden pasar de ser formas técnicas del proceso de trabajo, sin interesar ni establecer nuevas relaciones entre las personas en el sistema complejo de las organizaciones. 

En este sentido, hay que tener presente en cada momento del texto, que al tratar las Nuevas Formas Organizativas, se está hablando de acuerdo a nuestro enfoque, de nuevas formas de organizar los sistemas sociales en los cuales se lleva a cabo colectivamente la actividad de trabajo. 

También es necesario tener presente y hacer referencia a las ciencias de la administración, y las ideas sobre la empresa y su organización en el siglo XIX. 

Es interesante destacar que a finales del siglo XIX surge en Alemania, la llamada escuela social en la economía política, que coloca en primer plano a los “factores sociales”, con el propósito de fundamentar ideológicamente el desarrollo del capitalismo monopolista y la entrada en la fase imperialista, tratando de buscar una base social mas amplia y un papel activo del Estado. 

Esta escuela (Stammler,R 1856-1938, Stolzmann, R. 1852-1930, entre otros) aboga porque la ayer manufactura, en ese momento convirtiéndose en gran industria o gran empresa, había que considerarla como un “proceso puramente técnico”, sin asomo de elementos sociales; en otras palabras, conciben, con gran ingenuidad, el desarrollo de las fuerzas productivas desligadas de las relaciones sociales. Todo ello en momentos de gran auge y extensión de los movimientos obreros.  

Cuánta influencia ha tenido en los desarrollos teóricos del siglo XX en relación con la concepción y explicación del funcionamiento de la empresa, en su organización y dirección, y sobre todo, en el rol de los trabajadores en las funciones de dirección, está por establecer, aunque en Alemania se sabe tuvo triste influencia en los ideólogos del nazismo. 

El desarrollo de los acontecimientos de la década del 30 y posterior a la II Guerra Mundial, merecen otros desarrollos y lecturas, pero nuestro objetivo en este caso es relacionar los elementos importantes que expliquen los desarrollos de la empresa, y brindar elementos que faciliten un análisis histórico del desarrollo del pensamiento acerca de la administración de la empresa y la dirección de las personas. 

Retomando el proceso histórico, la Administración y su enseñanza tiene raíces a principios del siglo XIX (Von Stein, Bonnin, Laferriere), con antecedentes en el pensamiento alemán a partir de la cameralística o la elaboración de técnicas y prácticas administrativas por exigencia de la monarquía absoluta para conservar el patrimonio e incrementar el poder del monarca del siglo XVIII (Von Justi, Von Sonnenfels, Wolf, Romagnosi, Rava). De manera que la evolución del pensamiento administrativo en Europa es complejo. 

A mediados del siglo XIX se separa el Derecho Administrativo de la Ciencia Administrativa; las relaciones jurídicas de los aspectos exclusivamente normativos y técnicos de la administración.

La doctrina de Henri Fayol, que pone el acento sobre el factor técnico del área de administración, con poca o ninguna influencia en Europa en la Administración Pública, y sí en la administración empresarial y el sector privado en los EE.UU. 

¿Será en este momento que el peso dado al tecnicismo productivista y los factores técnicos que garantizan la eficaz gestión administrativa, decide un “pensamiento administrativo” que ha de durar hasta mediados del siglo XX, es decir, casi un siglo, y perdura hasta nuestros días? 

Lo cierto es que se reducen al mínimo y se olvidan incluso los valores humanos más significativos. Aún hoy, cuando se tratan disciplinas y temáticas referidas a la Dirección Empresarial, a los principios de administración, se desarrollan enfoques, ideas e instrumentaciones que reinterpretan las ideas de Farol, y la dirección se sigue reduciendo a los principios establecidos por él, como si las personas fueran un elemento más del proceso de trabajo, y no el único elemento importante de la actividad social del trabajo. Y decimos, todas las personas, no solamente los “superiores” o los “jefes”, excluyendo a los “inferiores” o a los “subordinados”. 

No es difícil establecer clara relación entre las ideas predominantes en relación a la Administración y los distintos momentos a lo largo del siglo XIX, y el pensamiento filosófico de distintas escuelas y la Economía Política predominante de la época, que puntualizamos con anterioridad. El pensamiento filosófico consideraba la producción como un proceso puramente técnico, desconociendo las relaciones sociales, o en todo caso establecidas sobre las diferencias de clases, e interpretando las relaciones sociales a espaldas del desarrollo de las fuerzas productivas. 

Hay autores ( Mosher, E. F. y Cimmino, S.) que señalan que es el pensamiento germánico y austriaco el que consolida una Ciencia de la Administración, concebida como disciplina que estudia la actuación práctica de la idea fundamental del Estado, y señalan a Lorenz von Stein como la obra fundamental de la ciencia administrativa europea. Este texto, publicado en 1866, ha tenido gran repercusión y ha servido a su vez de inspiración para otros. Citemos dos ideas solamente: la de la administración como un todo orgánico, y la importación de los cuadros directivos. 

Pero baste dar un dato para darnos cuenta del camino seguido. En 1915 se inaugura el Instituto Internacional de Ciencias Administrativas en Bruselas, sin cambio de rumbo del pensamiento administrativo europeo predominante, centrado básicamente en el derecho Administrativo. No es si no hasta 1930 que retoman en cuentas los llamados aspectos no jurídicos. En Inglaterra, se desarrollan más los aspectos técnicos de la función administrativa. 

Mientras, en EE.UU no es hasta finales del siglo XIX que la administración se llega a considerar en el plano académico. Es el político Wilson, W. (1887) que dice que es indispensable buscar y establecer principios sólidos y duraderos de administración para terminar con la improvisación y el empirismo. Es de señalar un rasgo que distingue los estudios y el pensamiento de administración norteamericano, y es el valor que otorga a la actividad de investigación, para demostrar que toda idea teórica debe tener respaldo en la práctica. Pero también dice que la política y la administración son dos manifestaciones distintas.  

Es Goodnow, J.F., el pionero de la materia con su obra publicada en 1900 (Politics and Administration), en la cual fundamenta la eficacia de la acción administrativa en un “sano control social”. Pero, son Willouughby, F. W. (1927) y White, L. (1920) los que elevan a dignidad científica la administración norteamericana. 

A diferencias de los autores europeos, los enfoques y los trabajos son más multidisciplinarios, y junto a los juristas y los políticos están los especialistas de disciplinas técnicas. El movimiento taylorista no desconoce esta corriente reformista. Más bien, la rechaza y se mantiene y desarrolla como la escuela de la Organización Científica del Trabajo (OCT) ajena a los principios de la Ciencia de la Administración Pública. 

No es menos cierto que desde la Administración, distintos autores (Mosher, W. y Pfiffner, J.) defienden la filosofía taylorista, que en definitiva es asimilada por la Ciencia de la Administración. 

Los principios del control, de la especialización y división de funciones, de la unidad de mando, de la actividad de organización y métodos,  todos proceden de Taylor, o mejor dicho de la Escuela de la OCT, a la cual se suman con el tiempo los psicólogos y sociólogos. Aunque él sentara las bases (“The Principles of Scientific Management”. 1911), el excesivo pragmatismo y el dogmatismo llevan a crisis las ideas anteriores, por lo que es necesario sumar las ciencias sociales a estos enfoques. Hay un intento por alcanzar una visión de conjunto del fenómeno administrativo. Todas estas influencias recíprocas suscitaron no pocos análisis críticos profundos, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial ( Barnard, Ch. y Simon, H.). 

De manera que se pueden distinguir varias épocas de distintas concepciones administrativas predominantes. Una  que se empezó a formara a mediados del siglo XIX, otra que surge a principios del siglo XX, otra se desarrolla hacia la década del treinta y otra hacia la década del sesenta del propio siglo.  

En otras palabras, se trata de: una concepción jurídica; una concepción productivista o taylorista; una concepción burocrática o weberiana, con alusión a Max Weber; una concepción política con la influencia recíproca entre la política y administración, que apunta que la realidad social no puede ser ajena a la realidad social de las organizaciones; y una concepción psicosocilógica o de Relaciones Humanas.  

Todas estas no son excluyentes, más bien se solapan, aunque hay una cierta cronología histórica. A manera de ejemplo, la época de la administración científica o la OCT y la de las Relaciones Humanas, y la concepción burocrática conviven y se influencian mutuamente. 

Quizás, si nos centramos en una parte de la Administración, que nos interesa sobre todo de acuerdo a los objetivos del libro, que es la llamada Administración de los Recursos Humanos o la tradicional administración de personal, las épocas responden a la concepción administrativa y se pueden resumir en una época precientífica de antes de finales del siglo XIX a la segunda década del siglo XX; una época de administración científica en la que se profesionalizó el área de personal, así como el estudio de tiempos y movimientos alcanzan la máxima expresión con el estudio de las condiciones de trabajo ( estudio de Hawthorne de Mayo, E.) hasta la década de los 50; la época de las relaciones humanas que coincide con la anterior, cuyas bases se establecen a partir de mediados de la década del 20, que potencian los estudios de motivación y las necesidades, hasta la década del 60, con el desarrollo de la Teoría X y la Teoría Y  ( Mc Gregor,  D. 1960); la época de los recursos humanos a partir de la década del 50 con la potenciación del desarrollo de las personas y su rol en las decisiones para su mayor satisfacción y realización personal, el estudio de las capacidades y la psicología humanista, la administración por objetivos ( Odiorne, S. G.) tan de moda e interpretada la mayoría de las veces fuera de contexto. Ésta, lejos de potenciar el estilo participativo, se mueve en la frontera entre el estilo paternalista y el autocrático, que muchas veces lleva a una relación administrativa jefe – subordinado de abusos que hace denominar a algunos autores a la APO como administración por terror; más tarde vendría el desarrollo de la Teoría Z ( Ouchi, W.) que trata de conjugar ambos enfoques. 

Por último, la época de los Sistemas, de la Calidad Total, del Sistema de ostión Global (ERP), de la Dirección Integrada por Proyectos (DIP) de las últimas dos décadas del siglo XX, que derivan en las últimas tendencias de organizaciones inteligentes o en aprendizaje y de redes (networking), que llevan a estructuras totalmente flexibles en las que se ponen a prueba todos y cada uno de los elementos orientados a la innovación. Se presentan como el “nuevo paradigma organizacional del capital informacional global” (Saéz Vacas, F. y otros). 

Son desarrollos de pensamientos sistémicos, que las fusiona e integra en un cuerpo coherente de teoría y práctica, de conocimientos y conceptos más difundidos, pero poco utilizados e implementados en la práctica con las herramientas y con los procedimientos adecuados. De manera que muchas veces lo que se encuentra en la empresa es un híbrido de conocimientos actualizados de los contenidos del nuevo marco conceptual, pero no el dominio del cómo y el por qué llevar a cabo en la práctica las NFO. 

Hemos esbozado algunas de las ideas y transiciones del desarrollo del pensamiento que condujeron al desarrollo de la filosofía y concepción de la empresa moderna del siglo XX, que determinaron una forma de  actuación vigente hasta nuestros días y una forma de organización y dirección de las personas y de los recursos. 

Antes de adentrarnos en las teorías y los tipos de organización, es necesario volver a puntualizar en algunos elementos a los que hicimos referencia al inicio del capítulo. Son a nuestro entender los más notables por su trascendencia histórica y práctica en la elaboración de las ideas y los principios de la organización del trabajo: el Individualismo Económico y la División del Trabajo, constituyen sin duda alguna la esencia del pensamiento económico político burgués y la ideología dominante en los últimos dos siglos. 

El Individualismo Económico, como teoría y doctrina, trata de explicar la conducta humana en términos puramente económicos, viendo al “hombre económico” racional e interesado sólo en lo suyo, que conduce a valores sociales e individuales apropiados para el adecuado funcionamiento del orden social de las sociedades capitalistas.  

Ya Parsons, T. (1937) señaló lo insuficiente de la teoría como base absoluta del orden social. Pero como doctrina ha influido mucho en las teorías sobre motivaciones individuales, y tiene vigencia más que nunca con las políticas neoliberales puesto que no es el Estado o la Sociedad el responsable de las iniciativas ni de la efectividad de las organizaciones sino el individuo por lo que se anula o minimiza el rol y cualquier otra acción. 

El Individualismo Económico, en términos no exclusivamente económicos, podía interpretarse en términos de que un individuo debe hacer el trabajo para el que está mejor capacitados, en consecuencia se capacitaba para el trabajo que más convenía para mantener las diferencias sociales de acuerdo con la división social del trabajo. La diversificación y la especialización de las capacidades individuales llevan a la más extrema división del trabajo, así como a principios de organización y de dirección que han dominado a las empresas, a las organizaciones, durante más de un siglo. 

La División del Trabajo, desde Smith, A. con todas las transgresiones habidas, es considerada atributo universal de la sociedad humana. Le especialización controlada fue y es incentivada para que exista una mayor correspondencia entre los cargos y las capacidades demostradas, por lo que no es de extrañar que un concepto actual como lo es el de las competencias laborales, sea uno de los conceptos pioneros que permitió la amplia división del trabajo. En la actualidad, aunque las herramientas y procedimientos sean nuevos, se basan también, al menos cuando se habla de competencias funcionales, en la fragmentación, la simplificación y la economía del tiempo. Así, no es lo mismo identificar competencias funcionales mínimas necesarias y competencias para conocer y trabajar todo un proceso, para no hablar de competencias conductuales y sociales. 

Conociendo y dominando una sola función, aunque esta sea referida a tecnología de avanzada, no implica cambio de actividad. Esta es la razón por la que se insiste tanto en las habilidades y destrezas, sobre todo en aquellos países donde predominan las competencias funcionales, y se omiten otras capacidades, conocimientos y valores que permiten el establecimiento de nuevas formas de organización. 

A mayor especialización, mayor será el problema de la cooperación y la coordinación de las funciones, de la que se hablará profusamente a lo largo del libro. En la misma medida en que la división del trabajo es mayor, mayor es también la necesidad de cooperación, pues de lo contrario las interdependencias de los procesos no se alcanza o se pierde, lo cual para las NFO es fatal. Así que, si por un lado se reconocen las ventajas económicas del individualismo económico y la división del trabajo, hoy francamente chocan con los principios técnicos de organización y dirección de las nuevas formas organizativas. 

Desde la década de los cuarenta se escribió bastante sobre el concepto de Organización como sistema social complejo, en la que se interrelacionan partes, elementos y personas. Se decía que “sólo a causa de esta diferenciación de persona (o más propiamente de posiciones) y de actividades se puede hablar de una organización propiamente dicha” (Moore, E. W. 1954). En esta organización de “servidores de máquina” (ibid),  hay trabajadores con especialización y distintas funciones, supervisores que dirigen en primer término, gerentes y jefes ejecutivos que formulan y dirigen la política general de la organización, y “acaso unos cuantos o muchos especialistas técnicos” (ibid). 

Es decir, una organización de jerarquía, y como tal tiene problemas de autoridad, responsabilidad y de colocar cada persona en lugar adecuado. De modo que todo establecimiento “tiene una estructura social, una red de derechos y de obligaciones recíprocas, basados en sentimientos y en reglas explícitas” (ibid). El orden y la estabilidad, función general principal para conservar  la  unidad social, mediante la previsión de la conducta y las relaciones sociales de los individuos que ocupan distintos cargos a distintos niveles.

Buena parte de los enfoques y teorías que se han desarrollado acerca del funcionamiento de las organizaciones, y el rol de las personas en las mismas, se sustentan en estas doctrinas. Una minuciosa división del trabajo, que a partir del desarrollo del sistema fabril y de gran manufactura integra actividades especializadas y combina diversos procesos bajo una supervisión unificada, léase centralizada, encaminada hacia una meta común, siempre primando la orientación o la dimensión técnica del proceso de trabajo, alcanzó resultados económico – productivos notables en su época, pero desconociendo o minimizando las significación social y el desarrollo pleno de las personas. 

Max Weber y la concepción burocrática.

Max Weber, sociólogo alemán del siglo XIX y principios del siglo XX, ejerció una gran influencia, a veces no reconocida, no solo en la sociología burguesa contemporánea, sino en la concepción de los principios de administración y de dirección, y en los autores reconocidos más importantes. Dirigido contra la teoría marxista de las formaciones económico – sociales, se basa en las construcciones mentales de “tipo ideal” que no refleja la realidad. 

El término burocracia describe determinado tipo de organización social y las relaciones sociales que supone, en el cual el aspecto jerárquico administrativo a gran escala es el predominante. Esta corriente de pensamiento, su interpretación e implantación en la práctica desde finales del siglo XIX ha tenido y tiene aún en pleno siglo XXI una influencia e importancia trascendental. 

Su predecesor y estudioso Weber, M. lo consideró una forma de organización social, política y económica, que a su juicio constituye el instrumento fundamental del progreso social en el mundo occidental. Para este autor es un ejemplo supremo de racionalidad en las relaciones sociales, de manera que burocracia y eficacia son para él casi sinónimas. 

A fuerza de repetirlo y de aplicarlo, las principales características, elaboradas y constituidas en principios de administración han tenido una influencia en todas las actividades de la vida, que a diario casi no nos damos cuenta de ello. Pero donde se hace más evidentes es  en las actividades cotidianas, en las instituciones y empresas. 

No cabe dudas que las principales características de la organización burocrática de Weber  tuvieron una influencia en los trabajos de Fayol, H. y en sus principios, y de conjunto sentaron las bases para que a partir de la década del 20 del siglo XX se pudiera identificar un “movimiento de la dirección científica” (Maynard, H. B 1967), y dos – tres décadas después se reconociera la Dirección como disciplina y profesión (“The Practice of Management”, Drucker, P. 1954). 

Regresemos a las características del as organización burocrática de Weber, y las ideas que nos interesa subrayar: 

 
 
 
 

No se escapa que se subraya la importancia de los aspectos formales y normativos, y desde luego de la autoridad y jerarquía y el principio de la unidad de mando, que queda explícita con Farol. 

Los trece principios de administración de Fayol, H. que se expresan en “Industrial and General Administration” (1908), y que es necesario reseñarlos brevemente, son: 

 

Considerada ley de la naturaleza, el objeto es producir más y mejores resultados con la misma cantidad de esfuerzo, de manera que el trabajador que se ocupa de hacer siempre lo mismo, adquiere una destreza, seguridad y exactitud.

 

Autoridad es el derecho a mandar y de hacerse obedecer. Se reconoce que un buen director es aquel que tiene autoridad estatutaria otorgada por el cargo y también la autoridad personal, resultado de sus conocimientos y cualidades éticas y morales. No se concibe autoridad sin responsabilidad. 

 

Consiste en obedecer y guardar una actitud dentro de los límites fijado por el convenio entre la empresa y sus empleados. 

 

Un empleado tiene que recibir instrucciones sobre una operación particular de un solo hombre, regla que se aplica en todo momento y en todas las circunstancias. 

 

Un director y un plan para todas las operaciones que tengan el mismo objeto es condición esencial para la unidad de acción, para coordinar los recursos y ver que los esfuerzos se dirijan al mismo fin. 

 

Los intereses de los empleados no deben anteponerse al de la empresa en su conjunto. 

 

Es la recompensa por el trabajo realizado, y debe hacerse sobre una base justa y equitativa. 

 

Como la división del trabajo, la centralización es una ley de la naturaleza. Es un problema de grado, es necesario hallar cuál es el mejor grado de centralización. Se compara la dirección con el cerebro, y es éste, que se encuentra en un plano superior, el que trasmite las órdenes que ponen en movimiento todas las partes del organismo.

 

Es la serie de cargos que se establece por orden de rango desde la autoridad suprema hasta el último empleado. El conducto jerárquico es al mismo tiempo vía de comunicación, y para que la información y las órdenes se trasmitan bien y se asegure la unidad de mando.  

La escalera o puente de Fayol representa las líneas de autoridad y las relaciones verticales y horizontales que convergen en la cúspide. Explican la jurisdicción, la coordinación, el examen del trabajo y la división de deberes que deben existir. No es difícil darnos cuenta  que esta escalera ha sido el modelo para diseñar las estructuras de las empresas y el funcionamiento de las “organizaciones” hasta nuestros días. 

Escalera o Puente de Fayol

Presidente

             
 

Director Gerente

           
   

Director Fábrica

         
     

Super-

intendente

       
       

Jefe Departamento

     
           

Inspector

   
             

Capataz

 
               

Obrero

 
 

Un lugar para cada uno y cada uno en su lugar.

 

Al personal hay que tratarlo con amistad, y la equidad es el resultado de combinar la amistad con la justicia, sin excluir la energía ni la firmaza. 

 

Un empleado necesita algún tiempo para adaptarse a una nueva función. 

 

Hay que desarrollar la armonía y la unión entre el personal. 

Los requisitos profesionales son considerados méritos, y los puestos de jerarquía son ocupados a partir de una selección por promoción. 

Críticos no faltaron, señalando la insuficiencia de aspectos ideológicos y técnicos de una sociedad democrática, maximizando “el ejercicio de un control imperativo sobre los seres humanos”, al decir del autor. El propio Weber dijo que se había inspirado en la organización burocrática del estado mayor prusiano. 

Subrayamos brevemente las críticas principales:

 

Se puede afirmar que a lo largo de casi un siglo, muchos de estos elementos se han constituido en valores culturales, y ha pesado y pesa enormemente en el pensamiento empresarial,  analítico, reduccionista y mecanicista, muy alejado del necesario pensamiento y enfoque sistémico, sin el predominio de la orientación técnica desde la ejecución del trabajo hasta la concepción y dirección de los procesos. 

El líder  del movimiento por la calidad, Deming,E. ha dicho: “El sistema de dirección que prevalece entre nosotros ha destruido a nuestra gente”. Otro estudioso de la actualidad, Senge,P.(1992) ha dicho: “Es una ironía que, por someter el trabajo a la aprobación ajena, las corporaciones creen precisamente las condiciones que las predestinan a un desempeño mediocre…”. 

“Forman legiones las burocracias autoritarias tradicionales que reaccionan demasiado lentamente para sobrevivir a las transformaciones…” (Ibíd.). 

El ser humano no es fijo e inmutable, está en un proceso permanente de devenir. Si no hay una naturaleza humana predeterminada, tampoco puede haber procedimientos y normas de actuación predeterminadas e inmutables. La focalización del conocimiento como “recurso competitivo”, hoy día, para buscar y desarrollar organizaciones de y en aprendizaje, que hagan de la adaptación y del cambio paradigmas, no tiene nada que ver con las organizaciones administrativo-burocráticas. 

Administración científica

Bajo esta denominación, sin entrar en diferenciaciones, se desarrolla la “Administración Científica” y la “Organización Científica”. Abarca una época en la cual se desarrollan de conjunto y se influencian mutuamente con la concepción burocrática hasta mediados del siglo XX. La maquinaria burocrática, como complejo mecánico que desarrolla operaciones de manera eficiente, guardaba estrecha relación con la concepción “mecanicista” de organización de la producción y del trabajo. Constituyen ramas del mismo árbol. 

Algunos autores lo denominan también como la época de la concepción productivista, puesto que se quieren subrayar los aportes e influencias de Taylor W.F; sin embargo, esto lejos de aclarar puede confundir, puesto que la concepción productivista a principios del siglo XX y medio siglo después, no es la misma. 

No pocas veces surgen dudas acerca del porqué del “mecanicismo” no sólo de los planteamientos sobre organización de Taylor (1911), sino sobre dirección de Fayol (1916). El hecho es que ambos tienen por base la visión del hombre económico que responde únicamente a objetivos materialistas, que sigue criterios utilitarios, y además, sobre el supuesto que a las personas les desagrada trabajar. Para ellos, la posición autoritaria, en la cual todas las decisiones están centralizadas en la dirección superior y es la Administración sola la que debe decidir cómo hacerlo, lleva a una relación en la cual se alcanza la máxima cantidad producible con el mínimo consumo material. 

Tanto la Organización Científica del Trabajo (OCT) como la Administración o Dirección Científica se centran en el cómo, y en elaborar procedimientos a partir de postulados cartesianos, que perduran hasta nuestros días. Si todo fenómeno lleva una presunción de causa-efecto, y la visión del conjunto se interpreta como la suma de las partes que lo componen, llevado al plano de la organización y la dirección, todo fenómeno es posible conocerlo sólo si se identifican y analizan los elementos que lo distinguen. 

Esto lleva a concebir procedimientos operativos que dividen el trabajo hasta la parte menor, el elemento, y así mismo se hacen los análisis y estudios de trabajo, y se conciben los métodos de trabajo, y la medición del trabajo; a concebir que las modificaciones de las partes llevan a cambios del conjunto, de manera que basta con mejoras parciales, y a concebir la formación de especialización individual y organizativa. 

Todo era susceptible de ser estandarizado, medido y enumerado, y los procedimientos de trabajo estandarizados, no son otra cosa que el control de la sucesión de elementos y fases en el tiempo requerido. 

Si hubiera que definir esta época rápidamente, y es lo que muchas veces se hace, se puede decir que fue el inicio de la aplicación del saber al trabajo, lo cual en un período histórico en que de cada diez trabajadores nueve realizaban trabajo manual, significó una revolución de la productividad del trabajo manual. 

La introducción entre otras, de las técnicas y métodos de estudio de tiempos y movimientos con el propósito de eliminar lo pasos redundantes y producir mayor número de unidades a menor costo, obliga a establecer estrictos controles sobre la ejecución, y sobre los que controlaban la ejecución, y sobre los que informaban de la ejecución, y es aquí donde se materializa la escalera jerárquica de Fayol. 

Decía Taylor: “En nuestro sistema se le dice minuciosamente al trabajador qué ha de hacer y cómo; y cualquier mejoría que él incorpora a la orden que se le impone, es fatal para el éxito”; esto habla y contrasta por sí solo con la forma actual de concebir el trabajo en las NFO.

Tanto los planteamientos de Taylor como de Fayol, no se pueden considerar como simples enfoques ingenieriles y organizativos al interior de las empresas, sin nexos con la ideología predominante y el orden social y la división social del trabajo perseguido y establecido desde el siglo anterior. 

Con anterioridad hicimos referencia a los principios de Fayol, que junto a la filosofía y los principios de Taylor (Principles of Scientific Management y Shop Management) y los trabajos de Gantt,L. (Work, Wages and Profits, Industrial Leadership y Organizing for Work) poco mencionado, han tenido la mayor repercusión y utilización práctica en el siglo XX. 

Son seis los grupos en los que se han agrupado los principios o reglas de Taylor, según el Manual de Producción de Alford,P.L. Bangs,R.J. y Hagemann,E.G, a saber: Organización Industrial, Métodos y Tiempos para realizar el trabajo, Funciones y Costos económicos, El Capataz, Relaciones con los trabajadores, Salario y sistemas de salarios. Sin entrar en detalles de cada uno de estos grupos, que se pueden encontrar en el texto antes citado, señalamos algunos elementos referidos a la Organización Industrial, al Capataz y a las Relaciones con los trabajadores, que consideramos de interés para comprender la necesidad de establecer nuevos principios y conceptos para las NFO y NFOT.

 

Completamos estos principios con algunas de las ideas y principios de Gantt, sin que parezca que estamos repitiendo. En cuanto a Organización Industrial establece que “la autoridad intrínseca la posee el ejecutivo, que sabe lo que debe hacerse y cómo debe hacerlo”. 

Con relación a Métodos y Tiempos para realizar un trabajo, “todas las actividades pueden medirse por la cantidad de tiempo necesario para realizarlas”, o “el análisis más completo que puede hacerse del trabajo de una fábrica, tal que permita a la dirección ver cada día cómo se cumplen sus órdenes, se hace partiendo de los registros diarios de los resultados de cada trabajador”, así como que “los trabajadores no objetarán ninguna variación en el tiempo fijado para realizar un trabajo, siempre que el nuevo tiempo corresponde a un nuevo grupo de instrucciones que le permitan realizar la labor en el tiempo establecido”. 

Estos intentos de formular principios generales de validez universal y mostrar las enorme responsabilidad de la dirección en todos los aspectos del proceso de trabajo, hizo que se generalizaran de un modo casi inflexible, y casi y a veces con una exactitud de reloj. 

En la misma medida que se fueron desarrollando otros enfoques, desde otras disciplinas no ingenieriles, se empezaron a admitir ciertas flexibilidades en nombre de lo que dice o como lo dice Drucker,F.P. que por demás era la principal motivación de Taylor: “…la creación de una sociedad en la que los obreros y patrones, capitalistas y proletarios, tuvieran un interés común, en la productividad y construyeran una relación armónica sobre la aplicación del saber al trabajo”. Tal parece que el saber no forma parte del capital, y que el saber sí posibilita una sociedad sin clases; sin comentarios. 

Para Neffa,J.C. (1998), son tres los principios que resumen la filosofía taylorista y nos parece interesante citarlo puesto que vamos a insistir y desarrollar estos principios en capítulos posteriores:

1º El racionamiento y el cálculo a partir de la observación y la experimentación. La producción se obtiene con la menor cantidad posible de tiempo aplicado por unidad de producción, posible gracias a la dirección del trabajo y el estudio de tiempos y movimientos.

2º Su convicción de la necesaria convergencia de intereses entre la dirección y los trabajadores, lo cual convenía a los efectos de lograr la prosperidad como finalidad del trabajo.

3º Si los trabajadores se centran, más que en elevar sus sueldos, en el objetivo último de elevar el valor agregado, crecerán simultáneamente las ganancias, las remuneraciones, los ingresos de ambas partes.  

No es de extrañar que este discurso se siga reproduciendo hoy en día con frecuencia. No es de extrañar, que entre nosotros, hoy día, al decir de un jefe de recursos humanos, la selección de los jefes de los colectivos se basa sobre todo en los conocimientos tecnológicos de la actividad o del área o de partes del proceso, aunque no tengan conocimientos de cómo dirigir personas. 

La rutina sencilla y repetitiva de un trabajo fragmentado en tareas y elementos simples, que requería de un rápido entrenamiento y poca capacitación para la adquisición de habilidades y destrezas, tuvo un éxito inmediato; en un momento en que todo lo que se producía se vendía, y que llegó a su máxima expresión con el Fordismo.  

Este no es más que la forma de organizar la producción en la que los trabajadores van agregando sucesivamente partes al producto, en varias estaciones, en una cadena productiva. La economía de tiempos alcanza niveles no imaginados unas décadas antes. Pero los crecimientos en la cantidad de productos a fabricar en la cadena empieza a afectar no sólo a los trabajadores, y se empieza a replantear la necesidad de incorporar otras disciplinas y conocimientos distintos a los ingenieriles, para hacer el trabajo más atractivo, sino que afecta también al rendimiento.  

En este punto es necesario señalar que algunos autores ubican estas nuevas interpretaciones como una nueva época, la “época de las relaciones humanas”, mientras otros lo consideran como complementarios a la época de la Administración Científica, y que consideramos más ajustado a la realidad.  

En definitiva, al citar los trabajos de Mayo,E. con sus estudios de Hawthorne (1927) lo que hace es incorporar nuevas formas de obtener mejores desempeños de los trabajadores, atendiendo a la motivación de los mismos, pero sin variar el ritmo y el esfuerzo, y mucho menos los principios de organización y dirección. Era importante, y se hicieron grandes esfuerzos, crear sensaciones, y obtener por parte de los trabajadores la “sensación de participación”; lo que se obtenía en definitiva era mayor sumisión, y la dirección autocrática se hizo más predominante. 

Hay autores que distinguen la “época de las relaciones humanas” o el enfoque o la escuela de las relaciones humanas de las teorías llamadas clásicas, y lo denominan época o concepción psicosociológica, en la que se empiezan a estudiar los “aspectos humanos” de las organizaciones. 

En definitiva se desarrollan prácticamente al mismo tiempo, o mejor dicho es posible hablar de una concepción psicosociológica que parte y abarca desde la década del 20, y que a partir de la década de los 50 precisamente como respuesta a las insuficiencias y deficiencias de las teorías clásicas, reconoce el aporte humano al trabajo. De manera que como parte de la época de la Administración Científica que se inicia con la llamada “revolución de la productividad” (Drucker,P.), y llega hasta el reconocimiento de la Dirección como disciplina y profesión, recoge también desde el enfoque de las relaciones humanas hasta la época de los “recursos humanos” . 

Las relaciones humanas en sus primeras expresiones apuntan a la importancia de las relaciones informales y a la necesidad de tener en cuenta los complejos procesos psicológicos. Los Estudiosos de Hawthorne de Mayo.E. sobre las condiciones que mejoran la productividad, o los estudios de los psicólogos organizacionales como Argyris,J.A., Brown,C., Zaleznick, Maslow, que subrayan las motivaciones y las necesidades, superando de conjunto con Pareto la idea predominante de la época que la teoría económica bastaba para explicar el comportamiento individual. Así se prepara el desarrollo posterior del enfoque que culmina con la Teoría X y Teoría Y de McGregor,D. (1960) que sistematiza y trata de reflejar desde el estilo autocrático de constante supervisión, hasta el estilo participativo cooperativo que concibe al trabajador motivado y creativo. 

Una aclaración debe hacerse y es que en la misma medida en que se trató la motivación de los trabajadores, y se comprendió que una cierta participación en el proceso de toma de decisiones traía beneficios muy positivos, con los métodos y estilos de dirección autocráticos predominantes, los directivos adoptaron el papel de manipuladores, expertos en crear sensaciones de participación.

Sin entrar a analizar los distintos modelos de las necesidades y las propuestas de teorías de motivación, a mediados del siglo XX empiezan a hacerse propuestas que llevan en poco tiempo a nuevos planteamientos y posiciones diferentes en relación a las personas. No se pueden dejar de mencionar las propuestas que mayor influencia han tenido desde entonces; desde el modelo de la pirámide de las necesidades de Maslow,A. (1954), cuyos fundamentos se basan en niveles de necesidades y realización, sin entrar a cuestionamientos de orden cultural, ni de jerarquización, o de la realización de manera secuencial, que son las críticas más usuales que limitan su universalidad. Otros autores, que es necesario estudiar, van más allá de las necesidades, y consideran variables situacionales. Así, Herzberg,F. (1959) basa su teoría de los dos factores, en factores del ambiente externo y del trabajo del individuo; la teoría de la expectativa de Vroom,V.M. (1964) explica la conducta en términos de elección consciente, o la teoría del Enriquecimiento del puesto de Hackman y Hawler de 1971. 

Entre todas las diferencias, entre estos planteamientos  y los anteriores, consideramos la más importante la relacionada con los supuestos sobre el control. Mientras la posición tradicional era que las personas trabajan sólo por dinero y no les gusta trabajar, por lo que deben ser controladas de cerca, y luego la escuela de las relaciones humanas consideraba que las personas quieren sentirse importantes y ser reconocidas, por lo que deben participar porque así aumenta su satisfacción, la nueva posición de los Recursos Humanos es que “representan un recurso mal aprovechado”, pero son personas capaces de dirigirse y controlarse solas, y quieren participar en la toma de decisiones. 

Empieza el tercer cambio en la dinámica del saber, o la “revolución de la gestión” como señala Drucker,P., después del primer saber aplicado a las herramientas, procesos y productos, y del segundo saber aplicado al trabajo humano. 

Aquí habría que hacer un entre paréntesis grande, pero solamente vamos a recordar lo que dijo Marx en “El Capital”: “Cualquiera que sean las formas sociales de la producción, los trabajadores y los medios de producción son siempre sus factores”. Y seguía diciendo que de la manera en que se combinan es lo que distingue las diferentes épocas económicas. La combinación a la que hace referencia Marx no es una simple relación de factores, sino la interrelación y la interdependencia de las dos relaciones. 

De la manufactura, en que se radicalizaba la unidad fuerza de trabajo-medio de trabajo, y los principios de organización del trabajo se basaban en esta unidad, se ha pasado al reemplazo cada vez mayor de las operaciones de la mano de obra por operaciones de las máquinas. El desarrollo de la máquina instrumento, no sólo independiza a esta de la fuerza de trabajo, sino que medios de trabajo y el trabajador adquieren formas de evolución diferentes. Se hace posible una unidad diferente, la unidad del medio de trabajo-objeto de trabajo. Esto tiene un profundo significado teórico, que no se puede desconocer en la filosofía, la concepción, y las disciplinas que tratan la organización y dirección de los procesos. 

Las “formas de existencia material”, del proceso de trabajo, la unidad del medio de trabajo y de la fuerza de trabajo y la unidad del medio de trabajo y del objeto de trabajo de Marx, y su transformación en el último siglo y medio no es un simple reemplazo. Esta transformación de una estructura en otra, el cambio de las formas del proceso de trabajo caracteriza las fuerzas productivas. Se transforma el proceso de trabajo a través del conocimiento, y las interrelaciones entre el trabajador y los medios de producción son diferentes. 

El hecho que esta época, desde la constitución de las bases de la “empresa moderna” del siglo XX de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hasta mediados del propio siglo se denomine como la época de la revolución de la productividad, no significa ni mucho menos que la productividad ha dejado de ser importante; de hecho sus ritmos de incremento siguen subiendo en la últimas décadas.

Pero, es un hecho que en los países capitalistas desarrollados, en estos momentos la fuerza de trabajo dedicada a trabajos de transformación o traslado, es decir, contenidos propios de la categoría ocupacional obreros, se ha reducido a menos de una tercera parte. Hoy, la productividad puede aumentar sólo mediante la aplicación del saber al trabajo; pero no de la manera del comienzo de la época de la OCT. 

Es imprescindible proporcionar el saber existente a todos los trabajadores por igual, de manera sistemática y sistémica; no es el saber tradicional, el general y el especializado privativo de los especialistas que realizaban funciones separadas de la ejecución.  

El saber se aplica al saber para producir resultados; pero el saber de todos los trabajadores, y cuando se habla de la gestión del conocimiento, o de las organizaciones en aprendizaje, se  refieren a todos y cada uno de los trabajadores, en una palabra, se busca innovación y creatividad de todos los trabajadores. Para ello, la “gestión de los recursos de los humanos”, no gestión de las personas ni las personas entendidas como recursos humanos, es esencial. 

Esta es la esencia de las NFO, que rompe con los esquemas y principios de la organización y dirección tradicional. La época siguiente, la de los recursos humanos, hay que entenderla como un desarrollo ascendente, no de manera secuencial, y cuando se habla de “gestión de los recursos humanos”, los recursos humanos no son las personas, sino las capacidades reales y potenciales, los conocimientos, habilidades y destrezas, valores, motivaciones, desarrollados bajo principios que posibiliten tanto la aplicación del saber en el proceso de trabajo como en el propio desarrollo individual y colectivo de las personas. 

Época de los recursos humanos

La década de los 50 y la de los 60 del siglo XX, en las que se conciben, desarrollan y expanden nuevas ideas sobre la motivación, ideas acerca de un papel diferente que las personas deben tener en una organización, no sólo de ejecutores que se limitan a realizar su tarea tal y como se lo dicen, sino que prefieren un trabajo exigente y variado (Trist,E.L.), está en la base de las diversas concepciones y modelos sobre recursos humanos, de las siguientes tres décadas, unos más y otros menos sistémicos.  

La década del 50 con los experimentos realizados por Trist,E.L. y Bamfort,K.W. (1951) sientan las bases de lo que se conoce como la “escuela de los sistemas sociotécnicos”, e influencian grandemente todos los desarrollos relacionados con las organizaciones y el trabajo, puesto que enfatizan en la importancia de las consecuencias sociales de la aplicación de los sistemas técnicos. En otras palabras, se trata de alertar de las consecuencias de considerar y priorizar la dimensión técnica sin tener en cuenta la dimensión social. Cobra importancia el diseño de  puestos y el significado del trabajo, puesto que se presentan evidencias de que la persona no sólo busca satisfacer necesidades presentes, sino que se orienta al futuro. 

Las consecuencias directas de las propuestas sociotécnicas para la organización del trabajo, se traducen en metodologías para las Formas Nuevas, para tratar la satisfacción laboral y la motivación, y son: la Rotación del puesto, la Ampliación del puesto, el Enriquecimiento del puesto y el Rediseño del puesto o la reingeniería primaria. Estos son en definitiva las primeras NFOT, a las que se suma más tarde el Grupo (semi)autónomo, que han llegado hasta nuestros días.

Se concibe un mejor desempeño a partir de preceptos tales como:

 

No es difícil darnos cuenta que todos y cada uno de los elementos siguen siendo válido hoy día, desde la constitución de los grupos de trabajo, pasando por el tratamiento a los procesos informales, hasta la importancia de la comunicación en una época de las tecnologías de las comunicaciones y la información.   

Se desarrollan, entre otros, métodos y técnicas de evaluación del desempeño para conocer el grado en que se alcanzan los objetivos establecidos y conveniados, que determinan el nivel de estimulación que se obtiene.

La importancia que se otorga a los grupos de trabajo y a la organización de las personas en grupos de trabajo dentro de las Organizaciones, marca un viraje en la concepción y manejo tradicional del proceso de la administración, en su nueva concepción de las Organizaciones, entendido como espacios sociales con una estructura de relaciones con objetivos explícitos.

Esto posibilita y exige no solo nuevos métodos y estilos de dirección sino nuevos desarrollos sobre las propias funciones de dirección, como la planificación, la organización y el control, y nuevas funciones como es el Diagnóstico, o la Gestión. 

Se empieza a aplicar con una mayor cohesión la Dirección Por Objetivos (DPO), enunciada desde mediados de la década del 50. Se eleva el papel del Capataz, ya no como “controlador”, sino como “administrador directo” (Roethilisberger, 1947) y como capacitador. Se llevan a la práctica experiencias interesantes, tales como el “Programa J” de capacitación de puestos en EE.UU, o los “Grupos T de Capacitación” en Inglaterra, sobre el supuesto de la escuela conductista de Watson, de que las personas tienen un respuesta positiva ante las críticas o retroalimentación negativa. Se subrayan las emociones y el cambio de actitudes y de la personalidad, lo que se llevó a tal punto que motivó que se hicieran cuestionamientos de orden moral y ético, desechándose con el tiempo tales prácticas. Sin embargo, en los últimos tiempos vuelven a trabajarse las emociones. 

El hecho que la Organización ha constituido a través de la historia del último siglo, el medio a través del cual los individuos han realizado objetivos comunes, y han creado supuestos para lograr sus respectivos intereses individuales, significa que ahora el desarrollo del sistema complejo que constituye cualquier Organización, con estructuras y propósitos complejos, plantea retos ineludibles. Si dentro de una Organización, se tienen organizaciones tan o menos complejas a su vez, ya estas no se pueden concebir según los principios de Descartes, Weber, Taylor y Fayol. 

Ya el todo no es la suma de las partes que lo componen; ni pueden concebirse dirigidos por una escala jerárquica de entre 3-12 niveles con una media de 6-7 niveles jerárquicos que ha primado. En el último siglo; ni que los jefes de grupos, para no hablar aún de equipos, ni los supervisores no puedan hacer planes, o participar en las decisiones más importantes para la Organización, o tomen ellos mismos decisiones sobre el trabajo que se ejecuta. 

Por lo tanto, con el establecimiento de la Organización como dimensión social, como un espacio de relaciones sociales democráticas,  y no sólo de relaciones económico-productivas o de servicios,  sea esta cualquier entidad, empresa o institución, el reconocimiento de la formación y desarrollo de los grupos de trabajo de altos desempeños rompe con tres de los aspectos básicos de las organizaciones burocráticas tradicionales, a saber:

 

Cuando se habla de Integración, es imprescindible hablar de Sistemas, como parte de esta época de los “Recursos de los Humanos”, lo que ha posibilitado una influencia recíproca y el desarrollo en mayor o menor grado de éstos en la práctica. Algunos autores hablan de la época de los sistemas a partir de la década de los 80, cuando mayor conciencia y comprensión se cobra, o mayor necesidad se siente, puesto que las bases ya se habían establecido tres décadas antes. 

Así, Parsons,T. (1951) señala que los sistemas o subsistemas deben realizar la función de: adaptación del entorno, alcanzar metas para la organización, e integrarse con la organización, manteniendo roles y patrones de las relaciones sociales. 

De hecho lo que ayuda al establecimiento de sistemas en la práctica, son las exigencias, otra vez económicas, por encima de otras consideraciones que vienen luego, y estas se traducen a través de las propuestas y enfoques de Calidad Total, de la Organización por Proyectos, de la Gestión de Procesos, de la Organización de Redes, de Coordinaciones de las comunicaciones y las Decisiones dinámicas. Desde luego, todas y cada una de estas propuestas contiene una carga mayor o menor de relaciones sociales diferentes sobre la base de contenidos nuevos; no se trata de formas nuevas solamente. 

La integración a nivel global de la Organización, se refiere a cinco elementos básicos, (Tyson,S.,Jackson, T. 1997):

 

Son los elementos que sirven también para hablar de la efectividad de la organización. Veamos a continuación en el gráfico cómo en una dimensión se coloca la eficiencia y efectividad, y en otra, lo cuantitativo y lo cualitativo (Carnal,C.A. 1990)). Cuando analizamos cuáles criterios se siguen, no es difícil darnos cuenta que la mayoría de las veces se abordan los cuantitativos de eficiencia, y pocas veces los cualitativos de efectividad.

                                                         

                                                       Cuantitativos

 

Utilidad

Parte del mercado

 
 

Costo

Calidad del servicio

 
 

Desperdicio

Quejas

 
 

Aprovechamiento

Flexibilidad

 
 

De recursos

Rotación de personal

 
   

Ausentismo

 

Eficiencia

 

Ritmo de cambio

Efectividad

 

Satisfacción

Desarrollo Administrativo

 
 

Compromiso

Adaptación

 
 

Clasificación

Cultura Empresarial

 
 

Competencia

   
 

Cualitativo

 

Época de los Sistemas

Dos ideas fundamentales resumen la aplicación, comprensión y desarrollo de las organizaciones como sistemas. 

La primera, es la analogía con los organismos biológicos, de manera que es esencial la forma en que los organismos se adaptan al entorno externo.

La segunda, procedente de la Teoría General de los Sistemas, es la interdependencia entre los elementos; insumos, procesos y productos, relaciones, agrupaciones y norma sociales. 

Esto obliga, exige, concebir, diseñar, medir y dirigir, no sólo los elementos técnicos, sino en integrar los elementos técnicos con los Relacionales y Comunicacionales. 

Al hablar de sistemas, de enfoques sistémicos, de pensamiento sistémico, estamos obligados a no seguir pensando en las organizaciones como espacios administrativos, de controles sola y prioritariamente, en los que todos los fenómenos se analizan de manera fragmentada y de forma lineal.

Ya no se trata de llevar sólo el análisis hasta el elemento más pequeño, sino de buscar la síntesis de las partes. No se trata de que el conocimiento de las partes no sea importante, sino que es necesario concebirlo como las partes de un todo, de características diferentes, y por lo tanto cualquier cambio en una de sus partes va a tener repercusión y cambios en las interrelaciones entre las partes y en el todo. 

Esto tiene profundas y revolucionarias repercusiones en la concepción del proceso de trabajo en las organizaciones, en la empresa. 

Lo que era considerado como todo era sólo una parte, puesto que el reduccionismo y el mecanicismo buscaban el elemento más pequeño separable para analizarlo, siguiendo la máxima de Descartes, R. de que para entender cualquier cuestión “debe descomponerse en tantos elementos simples como sea posible”. Ha sido la máxima del análisis del trabajo y el establecimiento de métodos de trabajo hasta nuestros días.  

Esto daba respuesta cuando la relación de causalidad era unidireccional y entre dos variables, pero de ninguna manera es suficiente cuando se enfoca hacia los conjuntos, a la interacción de los componentes, o cuando el problema implica muchas variables con multidireccionalidad y con elementos externos del sistema, que es casi siempre cuando se trata de las organizaciones. 

Es el biólogo alemán Von Bertalanffy quien desarrolla en 1950 el concepto de sistemas, a la cual contribuyen, entre otros: Shannon,C. (1949) desde el lenguaje como pieza integral de la comunicación, sentando las bases de la Ciencia de la Comunicación; Wiener, N. (1947) con el control de los símbolos que lleva a la creación de la Cibernética como ciencia del control a través de la comunicación, y las elaboraciones sociológicas en el campo de las Organizaciones de Parsons,T. (1951); o más recientemente Forrester, J. (1961) con las leyes de la dinámica de sistemas. 

Comienza el desarrollo de la filosofía de los sistemas, la era de los sistemas, el desarrollo de la Teoría General de Sistemas. 

Al definir el Sistema como un conjunto de elementos en interacción dinámica entre sí y con el medio o entorno que los contiene, organizados en función de un objetivo, contiene propiedades tales como:

 

Estas propiedades y la llamada sinergia, o en otras palabras, que el sistema representa más que la suma de sus componentes (“el todo es mas que la suma de las partes” de Aristóteles), hacen que sea posible dividir el sistema estructuralmente, pero no funcionalmente. Esto marca diferencias esenciales en la manera en que se dirige, gestiona y organiza. 

Los problemas ya no se aíslan, ni fragmentan, ni simplifican, ni analizan por separado, sino se consideran parte de un conjunto mayor, de un sistema mayor. Cada elemento se considera en relación a los demás y al conjunto, puesto que cuando se aísla, pierde las características que tiene en su conjunto, o como sistema. 

Este nuevo paradigma, el enfoque sistémico, contrasta con el tradicional análisis lineal causal, analítico y mecanicista, y es exigencia seguir una metodología mínima necesaria para hablar si no de pensamiento sistémico, al menos de enfoque sistémico: 

 

Un Sistema es una totalidad percibida. Del griego sunistánai que significa “causar una unión”, incluye la percepción unificadora del observador, otra razón para trabajar con las actitudes y las necesidades psicológicas y sociales de las personas. 

Hoy, cuando se habla de sistemas en nuestra empresa, hay dos errores generalizados que se repiten una y otra vez. Uno, de pensar en la Estructura, es decir, en la Dimensión técnica, por  demás, concebido por áreas organizativas o por funciones, se concibe dividido estructural y funcionalmente. Son pocos los que conciben la Estructura como la configuración de las interrelaciones entre los componentes claves. El hecho que sea dividida la Estructura en unidades, no significa que se pierdan o no se vean las interrelaciones funcionales. 

Pero al mismo tiempo que se concibe la Organización, este Sistema Social, como Estructura, y a la vez se aplica un enfoque sistémico, se entra en una gran contradicción, puesto que la Organización como Sistema Social no tiene límites de amplitud, y la Estructura sí lo tiene; como Sistema Social existe una vinculación concreta entre las personas, y es independiente de la Estructura, su estructura y funcionamiento es una misma cosa, cosa que no sucede con la Estructura física, ni siquiera con enfoque sistémico. 

Pero el hecho de que con enfoque sistémico, la Organización se puede dividir estructuralmente pero no funcionalmente, acerca la Organización en la integración Dimensión Técnica-Dimensión Social.  

Dos, que del sistema debe encargarse una persona, un especialista, o un grupo de ellos. Así se propone o concibe un “sistematizador” como la persona que va a resolver el problema de agrupar, organizar y darle curso a la información en una organización, jerárquica y administrativo - burocrática. Pretender trabajar el pensamiento sistémico, e implantar el enfoque sistémico a través de un cargo, es como querer llegar a la luna en un barco de vela. 

Para que el cuerpo de conocimientos y herramientas lleguen a integrar a nivel de toda la organización, es necesario, imprescindible la participación de todos y cada uno de los trabajadores, entrenados en pensamiento sistémico; por eso, es importante concebir la gestión de conocimientos sin excluir a nadie. 

Por otro lado, como señala Senge,P.: “los principios sistémicos se pueden transformar en excusas para la inacción, para no hacer nada en vez de tomar decisiones contraproducentes o decisiones que empeoran las cosas. Esto es un ejemplo clásico de que es peligroso saber poco…”, y continúa, “… las implicaciones de la perspectiva sistémica no llevan a la inacción sino a un nuevo tipo de acción arraigada en un nuevo modo de pensar. El pensamiento sistémico es mas desafiante y mas auspicioso que nuestra manera habitual de abordar los problemas”.  

Es como una inercia que frena la evolución análisis-síntesis y frena los cambios. Es necesario superar el estilo inactivo, conservador, anclado al presente sin querer saber nada del futuro. La Organización puede trabajar mucho, incluso elementos nuevos fragmentados, pero no ocurrirá nada nuevo, mucho menos no habrá resultados cualitativamente superiores. 

Al referirse a los esfuerzos por mejorar la calidad y la productividad, Deming,E. decía: “El esfuerzo y los métodos para el mejoramiento de la calidad y la productividad en la mayoría de las compañías y de los organismos oficiales son fragmentarios, sin un lineamiento general competente, sin un sistema integrado para el mejoramiento continuo”. 

Es decir, no se puede alcanzar Calidad Total sin una organización general para la calidad total. Tampoco se alcanzan las NFO sin una forma nueva de organización general de la empresa, en la que se traten al mismo nivel y con la misma atención la dimensión social y la dimensión técnica. 

Creemos conveniente volver a citar a Senge,P.. “Por debajo de todos los problemas se encuentra una característica fundamental de los sistemas humanos complejos, la ‘causa’ y el ‘efecto’ no están próximos en el tiempo y el espacio”. 

Se trata de entender la “complejidad dinámica” en la cual lo obvio no produce resultados esperados. El método analítico conllevó a que histórica y habitualmente uno busca el problema, es decir, el efecto, sin analizar la causa que puede no estar a la mano, o se analiza la causa más próxima en tiempo y espacio. No es habitual que un problema en una línea de producción se busque más allá del área, o más allá de los procedimientos técnicos. Lo que está a la mano puede ser una solución utilitaria del momento, pero lo más probable es que no sea la verdadera solución. 

Mencionaremos brevemente la “Dinámica de sistemas” desarrollado por Forrester, J. que ha tenido gran influencia en las últimas décadas.

Los Principios del Pensamiento Sistémico son:    

 

Por su parte, las “Leyes de la Dinámica de Sistemas” son: 

 

En cuanto a la concepción del funcionamiento de la empresa, de cada una de sus funciones principales de dirección, o unidades estructurales, los sistemas marcan tendencia a partir del último cuarto del siglo XX, por exigencias de la gestión como función genérica y global de las organizaciones. 

La Gestión, o la acción con conocimiento, o la aplicación del saber, se expande como una función de gestión, aplicado al quehacer de la  empresa para dar respuesta a mejoras constantes y permanentes, al diseño de las estrategias, a las cooperaciones, a las respuestas globales de toda la organización. 

De la gestión de jerarquía y poder, se pasa a la gestión del saber, pero el saber, convertido en recurso esencial, y las organizaciones del saber también están jerarquizadas. Asi, no es de extrañar, que con la aparición y desarrollo del concepto de “empresa flexible” (Atkinson, 1984), se hable de un núcleo central de trabajadores permanentes a tiempo completo, que serían los que piensan más, y desde luego dirigen, y trabajadores periféricos a tiempo parcial o temporal. La esencia del problema se mantiene. En definitiva, dice Drucker,P. que “la función de la organización es hacer que los saberes sean productivos”, y no hay otras preocupaciones. 

Organizar a las personas en grupos de trabajo efectivos ha sido uno de los objetivos principales de la Administración. Al concebir el entrono de la empresa como un sistema, y extender la denominación de Organización, no sólo a la propia empresa sino a las agrupaciones formales constituidas dentro de ella, se reconoce y se asume la dimensión social junto con la dimensión técnica como fundamental, puesto que la Organización es, ante todo, un sistema social, un sistema de relaciones de un grupo humano que realizan la actividad de trabajo con un cometido común. Es un sistema social en el que la comunicación es el factor que le otorga consistencia a las relaciones entre las personas de un grupo o colectivos. 

Por tanto, y es una idea que prevalece al momento de pensar y desarrollar las NFO con nuevos contenidos; la organización moderna no puede ser una organización de jefes-subordinados, sino una organización en la que prima una participación cooperativa. La posición de cada uno de los trabajadores está determinada por su contribución a la consecución común de los objetivos. 

Por tanto, una organización en enfoque sistémico, es, ante todo, un sistema social que tiene una filosofía y herramientas de trabajo, en las que se impone la definición de una misión clara y precisa, centrada en un objetivo común, y con definición clara de los resultados a alcanzar. La voluntariedad para pertenecer a una organización es base para que las motivaciones, reconocimientos, recompensas, sirvan para satisfacer las necesidades e intereses de los miembros integrantes. 

Como señala Drucker,P.: “A partir de ahora la “lealtad” no podrá obtenerse por medio del sueldo; tendrá que ganarse demostrando a los empleados del saber que la organización que en ese momento los emplea ofrece oportunidades excepcionales para ser eficaz y funcionar. No hace mucho hablábamos de “mano de obra”, cada vez hablamos mas de ‘recursos humanos’; esto implica, especialmente en lo que afecta a la gente del saber, que es cada empleado individual quien en gran medida decide lo que él o ella aportan y lo importante que puede o debería ser el rédito de su saber”.  

Interpretado en su justo significado, sin pretender con el autor que los trabajadores en la sociedad capitalista del saber, poseen colectivamente los medios de producción y que los propios capitalistas se convierten en empleados y piensan como tales, aunque actúen como capitalistas, como dice el autor, lo cierto es que en una Organización con NFO cada persona individualmente hace la Organización. 

Si en el capitalismo, la expansión del trabajo dotado de mayor dimensión intelectual y la ampliación de las capacidades de los trabajadores y la utilización de sus saberes que imponen las NFO, obliga a formas mas sofisticadas de explotación, en la sociedad socialista debe servir para cada día un desarrollo más pleno de las personas.  

Esto impone romper con las reglas y principios de establecidos en una sociedad regida por el capital que “debe estar estructurada antagónicamente de una manera específica, ya que las funciones productivas y controladoras del proceso de trabajo deben estar radicalmente divorciadas una de la otra y asignadas a diferentes clases de individuos” (Meszaros,…).  

 

Capítulo II 

Tipos de Organizaciones. Principios. 

2.1 Tipos de Organizaciones 

De las filosofías, concepciones y épocas históricas, caracterizadas en el capítulo anterior, puede inducir a pensar que existen tantos tipos de organizaciones como concepciones, ideas y escuelas se han desarrollado en el último siglo y medio. No es así. 

Como dijimos al inicio, desde Smith,A. con su doctrina de la División del Trabajo que lleva al énfasis en la Economía del Tiempo, y en definitiva en la Economía del trabajo como disciplina, pasando por Weber, M. y la Concepción Burocrática que socializa las organizaciones jerárquicas, hasta Fayol, H. que establece los Principios Científicos de Administración y Taylor,W.F. que aplica los principios científicos al proceso de trabajo que posteriormente se denominaría como Organización Científica del Trabajo, basándose en el control como filosofía, función y procedimiento principal, se resume todo como la llamada teoría clásica o tradicional predominante; burocrática y mecanicista. 

Y no estamos hablando de estructuras, aunque se correspondan y exista correspondencia entre la filosofía, la concepción y la instrumentación, y se pueden identificar con determinados esquemas organizativos; estamos hablando de tipos de organización en el más amplio sentido de la palabra; por tanto, de los tipos de Control que se ejercen, y los controles que se imponen, las Estructuras que se adoptan, Agrupación de actividades o el Tamaño de la jerarquía, tipo de Decisiones que se toman, tipo de Coordinaciones, grado de Participación, Tiempo de reacción a los problemas del entorno interno y externo, como los más importantes. 

La otra teoría, que resume los desarrollos teóricos y prácticos a partir de mediados del siglo XX, sustentada sobre principios y concepciones diferentes, al tratar de superar los paradigmas jerárquicos y mecanicistas, aunque la filosofía de la División del Trabajo y el Individualismo Económico se mantienen en su esencia. Lo que cambia realmente, son los elementos técnico-tecnológicos y de procedimientos a nivel de los procesos de trabajo, y poco los elementos de dirección a nivel de toda la Organización, al menos en la práctica. 

La Dirección profesionalizada, reconocida como disciplina, hace más de medio siglo, potencia el desarrollo de organizaciones de tipo orgánico, en contraposición a las de tipo mecanicista, que deriva en los enfoques sistémicos y de redes como parte de las estructuras orgánicas de nuestros días. 

Antes de proseguir, es importante subrayar que los controles no pierden importancia, sino que cambian de forma. Tan es así, que en las NFO aplicadas en la producción y los servicios, se instauran controles de tiempo cada vez más sofisticados, no directos, y se hace énfasis en la innovación tecnológica y la participación de los trabajadores en los mismos. 

El tipo de organización que se puede identificar con NFO, es una derivación en desarrollo de las formas orgánicas, alejadas tanto en la filosofía como en la concepción que tiende hacia los sistemas, como en los procedimientos, de las formas burocráticas o mecanicistas, e incluso de las primeras formas orgánicas aún muy burocratizadas.

En el Cuadro 1 se resumen los elementos más importantes de los tipos de organización que vamos a desarrollar en este capítulo. Debemos aclarar que puede haber actualmente derivaciones que van más allá de las NFO tal y como las caracterizamos en el cuadro, y de hecho existen, puesto que su lógica de diseño cambia revolucionariamente al aplicar realmente el enfoque sistémico. De todas maneras se pueden considerar como una forma orgánica, aunque cualitativamente muy superior a las primeras organizaciones orgánicas con gran influencia burocrática. 

En este punto estableceremos la diferenciación entre las NFOT ya clásicas, que no llegan a interesar a la Organización de forma global; y las NFO, que no sólo introducen cambios en las NFOT, sino que estos cambios interesan o van acompañados de cambios en la dirección, organización, y gestión de la empresa. Son gradaciones muy importantes a tener en cuenta, y haremos referencia constante a ello en el resto de este capítulo, y del texto. 

 

                                                

 

 

                                                      Cuadro 1 

                                            Tipos de Organización 

Burocrática o mecanicista

Orgánica

Nuevas Formas Organizativas

Estructura divisional y jerárquica

Estructura jerárquica menor

Estructura flexible y adaptable

Controles y objetivos centralizados basados en autoridad formal

Controles y establecimiento de objetivos descentralizados

Autoridad basada en conocimientos. Alto grado de descentralización

Interacción vertical

Interacción vertical-horizontal

Unidades estructurales pequeñas autogestionadas con capacidad de integración en redes

Reglas y procedimientos preestablecidos de acuerdo a la naturaleza de la tarea

Elaboración de pautas a seguir

Personal con alta capacidad, creatividad e innovación, alta profesionalidad

Segmentación de la actividad en tareas y funciones estables y duraderas

Puestos definidos de manera genérica y adaptable

Alta cooperación e integración

Definición exacta de puestos con diferenciación especializada en una actividad del proceso

Énfasis en la coordinación y la delegación de autoridad

Trabajo de equipo

Separación de funciones ejecutivas y técnicas de las tareas ejecutoras

Integración de funciones

Transfuncionalidad

Información unidireccional orientada a la eficiencia

Información bidireccional orientada a la eficacia

Información bidireccional y transversal necesaria para una dirección cooperativa

Sumisión, sin participación

Mayor participación referida a la actividad que se realiza

Dirección participativa cooperativa. Discusión sin imposición de jerarquías.

Comunicación unidireccional

Comunicación amplia

Comunicación entre todos los niveles y unidades organizativas en tiempo real

 
 
 
 
 

La teoría clásica o tradicional se caracterizó por la especialización estrecha de los trabajadores en una sola actividad, en una sola tarea, en una sola  función, que correspondía a la técnica y tecnología existente, y a una fuerza de trabajo caracterizada por su bajo nivel educacional y cultural. Por lo tanto, no es de extrañar hoy, que la productividad se buscara sobre la base del más estrecho control en el proceso de trabajo de la actividad que se ejecutaba, los movimientos que se hacían y el tiempo que se consumía, y se establecían ritmos de trabajo acorde a objetivos predeterminados en los cuales nada tenía que ver el obrero. 

Con la introducción y desarrollo de la línea de montaje, rígida, que hacía producciones también rígidas, las mismas piezas con los mismos insumos, se llega rápidamente al límite de las posibilidades, lo que obliga, y es lo que se desarrolla con el llamado fordismo, la especialización de línea. La especialización con el fordismo responde al mismo principio de simplificación y fragmentación, pero a otro nivel de aplicación de la técnica y la tecnología, ahora se ajusta cada trabajador a una posición en la línea, lo cual vuelve a incrementar la productividad; aunque con las consecuencias negativas desde el punto de vista social y psicológico comentado en el capítulo anterior. 

Se establece la más estrecha relación entre la especialización mínima del trabajo, el tiempo de ejecución, y el volumen de producción; y desde luego el principio del control sobre el comportamiento productivo, a nivel individual y colectivo. Es la época, como señalamos ya, de la Economía del Tiempo, Economía del Trabajo. 

Siendo considerado el trabajador como apéndice de la máquina, es decir, menos que factor secundario de unas décadas después, toda la organización, y por lo tanto, la organización del trabajo, se estructura y basa en el control del ritmo y los movimientos. 

Los avances tecnológicos, políticas de bienestar social, cambios en la estructura productiva de los países capitalistas desarrollados, las exigencias de demanda imprevisible, además de la competencia en los precios, la calidad y la productividad, hacen empezar a cuestionar la validez de la dirección autoritaria con mínima o ninguna participación de los trabajadores, y el desestímulo a la iniciativa y la creatividad, y hacen buscar nuevos desarrollos que privilegien la innovación organizacional, al menos al mismo nivel que a la innovación tecnológica. 

En esta carrera, las empresas norteamericanas fueron las últimas en incorporarse, y se reacciona por la crisis de los grandes como Steel, GM e IBM. 

En otros países capitalistas como Suecia, Holanda, Italia, Alemania y Japón, priman más las transformaciones y cambios tecno-tecnológicos a nivel del proceso de trabajo que los cambios organizacionales a nivel global, y a nivel de los principios de dirección. 

Baste recordar las llamadas NFOT de la década de los 60 y los 70 del siglo XX, a los que hicimos referencia con anterioridad, como son: la Rotación de puestos, la Ampliación de tareas, el Enriquecimiento de tareas, o las unidades autónomas que ya interesan a los elementos de dirección, pero como concepción general tratan y ponen énfasis sobre todo en los elementos técnicos del proceso de trabajo. 

Los principios que seguían estas primeras NFOT empezaron a romper de algún modo los principios tradicionales establecidos, veamos cómo: 

1º Se rompe con el concepto de puesto individual y con las actividades y tareas simples,

    y fragmentadas parciales.

2 º Se subdividen las líneas de montaje formando minilíneas o unidades, o “islas”, que

     permiten trabajo en grupo.

3º Se reemplaza la banda de ritmo fijo por estaciones, y con el control de ritmo. 

Sin cambios en la división social del trabajo, se reconoce en las sociedades capitalistas, al menos teóricamente, la necesidad de crear una nueva cultura laboral que compromete a los trabajadores con los nuevos objetivos que imperan en el mercado. El primero de éstos es la calidad, pero atención, calidad que satisfaga las necesidades y los requisitos de los clientes, que se muestran sobre todo exigentes, no en cuanto a la Calidad Total absoluta, sino la calidad en relación con el precio y el consumo. En una palabra, es calidad acorde a lo que está dispuesto a pagar el cliente. 

A esta altura, y después de años de deslumbramiento del modelo japonés, que por supuesto partió de los presupuestos y principios fundamentales clásicos, o como dicen algunos autores, el que unió la Teoría X y la Teoría Y, proponiendo la Teoría Z (Ouchi,W. 1981), o el modelo “ohnista” (Ohno,T.), que realmente no es otra cosa que una adaptación de los modelos existentes a las condiciones histórico-culturales y laborales de la sociedad japonesa, para garantizar el compromiso de los trabajadores y de su participación en los objetivos de la empresa (precio y calidad), superando el individualismo extremo del occidente. 

Para dejar claro, el llamado “toyotismo”, y Justo A Tiempo (JIT) es ante todo, la incorporación de la tecnología de punta en el proceso de trabajo, que establece exigencias y respuesta distinta al trabajador desde el punto de vista técnico, que debe ser capaz de adoptar los procedimientos de acuerdo a la producción de volúmenes limitados de productos diferenciados y variados. Ya en la década de los 90 del siglo pasado, las contradicciones hacen cuestionar el modelo, que empieza a ser revisado y analizado críticamente por los estudiosos. En la práctica, en esencia, no cambian las relaciones sociales ni las relaciones laborales, ni los principios fundamentales de dirección.  

Es cierto que un Equipo de trabajo, a la manera del toyotismo persigue el Enriquecimiento de tareas, pero este puede ser tan o más alienante que el trabajo individual repetitivo, simple y desmotivante del taylorismo-fordismo. No se basa en la autonomía, uno de los factores distintivos de las NFO y las NFOT, sino en la “eliminación de la organización autónoma de los trabajadores” (Watanabe,B. 1993). 

El compromiso de los trabajadores está respaldado, ante todo, por el compromiso empresarial en cuanto a la remuneración, y no a nivel individual sino colectivo; a una remuneración de retiro que garantice la reproducción material del trabajo; y al no despido sin restricciones, ampliamente utilizado en países occidentales. Desde luego, en los últimos años el modelo japonés entró en conflicto por las presiones de la economía internacional y el nuevo orden internacional. Pero de todos y cada uno de los ejemplos, se sacan lecciones provechosas. 

No cabe dudas, que en un marco de desarrollo tecnológico continuo, con alta calificación de la fuerza de trabajo, y una disposición de polivalencia, le planeta a la filosofía empresarial actual, la necesidad de reconceptualizar las estructuras de autoridad y de poder al interior de las organizaciones, de las empresas. He aquí la enorme contradicción en las sociedades capitalistas, que no han sido y no son capaces de superar, puesto que interesa la propia esencia y existencia del capitalismo. 

La forma de concebir y funcionar la empresa, por lo tanto la filosofía sobre el tipo de organización, sigue cambiando, aunque se mantienen los presupuestos básicos de las organizaciones orgánicas, más o menos burocráticas. Pero se hace mayor énfasis, y se hace cada día más evidente la necesidad de flexibilizar y de buscar mayor capacidad de reacción. Cuando hablamos de flexibilidad, no hablamos de desregulación como es costumbre. Hablamos de los elementos que caracterizan la capacidad de reacción como veremos más adelante, es decir, nivel de participación, desempeño, autonomía de las unidades operacionales, motivaciones. 

Por otro lado, este factor, Capacidad de reacción, no puede estar ajeno al tipo de organización, como tampoco al proceso de toma de decisiones y los procedimientos de control, que son los aspectos básicos a evaluar y a diseñar en una organización, tal y como aparece en el Cuadro 2 (según Thietart , 1993 en Carrillo de Albornoz,JM.). 

Como se puede observar, los determinantes del tipo de organización tienen que ver con el Tamaño, el Control y la Agrupación, tres componentes básicos tradicionales que vimos en el capítulo anterior, a los que se agregan la Coordinación y la Información. 

Si a esto añadimos que:

 

Entonces, se entiende la proliferación de formas o tipos de organizaciones, que en alguna medida pueden interesar globalmente, y de hecho lo hacen, a toda la organización, es decir, a la Dirección, Organización y Gestión de toda la organización, y no sólo a una parte, o  parcialmente a partes de esta.

                                                           

                                                         Cuadro 2

                             Elementos del sistema de Organización general

 

Determinantes

   Tipo de Organización

Grado de descentralización

 

Tamaño de las unidades organizativas

 

Grado de división del trabajo

 

Nivel de coordinación

 

Información disponible

   

 Proceso de toma de decisiones

Elaboración de planes

 

Contenido de los planes

 

Etapas del proceso de toma de decisiones

   
 

Márgenes o concentración del control

      Procedimientos de control

Niveles de control

 

Detalles del control

   
 

Niveles de participación

Capacidad de reacción (flexibilidad)

Desempeño

 

Motivaciones

 

Autonomía de las unidades operacionales

 

Es así que se habla de Organizaciones Adhocráticas, Hipertexto, Hipertrebol, que a continuación caracterizamos brevemente. 

Organizaciones Adhocráticas

Sin gran jerarquía vertical ni división departamental formal, ni reglas ni procedimientos preestablecidos para enfrentar los problemas, se caracteriza sobre todo por la diferenciación horizontal y gran descentralización. La elevada especialización horizontal de los puestos de trabajo y la constitución de pequeñas unidades organizativas o equipos de trabajo lo hace ideal para el pensamiento creativo y la innovación. 

Responde con velocidad a los cambios para facilitar la coordinación interfuncional. Los conflictos forman partes del ambiente de esta organización, puesto que la relación jefe – subordinado no están claramente establecidas y la generación de ideas innovadores no es sistematizada, lo cual muchos autores señalan como un aspecto negativo. Se puede decir que se alcanza la eficacia al precio de la ineficiencia, ya que la estructura organizativa descentralizada basada en trabajo de equipo tiene puntos débiles en la autoridad y la responsabilidad no resuelto. 

Organización Hipertexto.

Como la define Nonaka, I. y Takeuchi, H. (1995) es una organización en red basada en el conocimiento y aprendizaje organizacional, que puede crear unas formas de relaciones e interactuaciones a través de las redes telemáticas tanto internas como externas con el entorno. Potencian los elementos positivos de las organizaciones adhocráticas y superan las debilidades de aquellas, al trabajar todos en función de un cliente. Se aprovecha al máximo una base desconocimiento con una visión corporativa. Combina la eficacia y la estabilidad de la organización burocrática con la capacidad creativa y la creación de conocimientos de las organizaciones en red. 

Organización Hipertrebol

Surge  de la organización Hipertexto y la estructura en trébol (Handy,CH.). Se potencia al máximo el proceso innovador, y el equipo, así como el trabajo por proyecto. Cada hoja del trébol lo compone una función; el núcleo dirigente compuesto por los profesionales altamente calificados. Hasta un 40 % de la retribución se vincula a los objetivos. Una organización como esta pertenece necesariamente a estructuras poco jerarquizadas. Es conocida la formula de un empresario alemán de ½ X 2 X 3= E.B, es decir, la mitad de los directivos en el núcleo de la empresa, que cobran el doble de antes y con una productividad triplicada, es igual a eficacia y beneficios. 

En la segunda hoja está todo lo que no sea estratégico, y que se subcontrata con terceros, pudiendo llegar hasta el 80 % de los contenidos. La tercera hoja agrupa a los trabajadores a tiempo parciales y temporales. No se trata de trabajadores no calificados de baja retribución, sino los que están fuera de la organización, cada vez más profesionales autónomos que cobran por su producto, no por su tiempo. 

Destacamos una organización de tipo “fuerza estratégica” que puede ser una estructura independiente y paralela, y que en las últimas dos décadas ha tenido una aplicación relativamente extendida en el mundo, sobre todo en el sector de la construcción y en Investigación más Desarrollo (I + D). Se trata de Equipos de Proyectos, sistematizado y desarrollado como Dirección Integrada de Proyectos (Proyect Management) ya que rompe con la dirección y organización tradicionales y constituye una NFOT y una NFO. 

Todas estas se caracterizan por ser o favorecer Organizaciones inteligentes, Organizaciones en Aprendizaje u Organizaciones en Red. 

Organización en Aprendizaje

Más que un tipo de organización, es una concepción de gestión actual en tipos de organización como los anteriores, organizaciones pequeñas en tamaño, capaces de anticiparse, adaptarse y transformarse permanentemente. Se caracteriza por la importancia que se otorga a las personas, y a la renovación de las formas organizativas que favorecen la Iniciativa, Creatividad y el Aprendizaje. 

Se identifica una Organización en Aprendizaje cuando en ella se comparte y utiliza el conocimiento de tal manera que todos sus integrantes sin excepción lo pueden aprovechar para responder a los cambios. Con una actitud y estilo abiertos al cambio, se orienta a una visión estratégica e innovación comunes a todos. 

Según Senge,P. (1990) las Organizaciones en Aprendizaje se basan en cinco disciplinas o aspectos, a saber: Dominio personal, Modelos mentales, Aprendizaje en equipo, Visión compartida y Pensamiento sistémico. Sintetizamos lo que Sáez Vacas, F. García, O. Palao, J. y Rojo, P. (2001), dice al respecto: 

 

Dominio personal

Adecuado manejo de las emociones y razones que impulsan los actos. Aprender a desarrollar y mantener una visión personal sobre su futuro basada en sus valores más significativos. 

Modelos mentales

Todas aquellas nociones que un individuo tiene sobre sus objetivos e intereses. Interpretación individual de una realidad en particular. Adquisición de aptitudes nuevas que faciliten la comprensión de cómo  funcionan los modelos mentales en las organizaciones. Entre estas aptitudes se incluyen la reflexión y la indagación; la primera ayuda a la toma de conciencia de cómo influyen los modelos mentales en las acciones, la segunda con la manera en que se interactúa con los demás en situaciones complejas. 

Aprendizaje en equipo.

Desarrollo de la capacidad de generar resultados en equipo. Es importante una visión compartida y el dominio personal. 

Visión compartida.

Expresión que se deriva del sentido de visión y destinos compartidos de la organización (visión, valores, misión y metas) percepción colectiva de qué es importante y por qué. 

Pensamiento sistémico

Marco conceptual, cuerpo de canales y herramientas que permitan integrar los demás aspectos. 

Estos aspectos o disciplinas no cabe dudas es necesario tratarlos mediante un enfoque más transdisciplinario que multidisciplinario o interdisciplinario: Esto es un reto para todas las disciplinas, tanto las sociales como las técnicas.

¿Cómo iniciar el aprendizaje de las disciplinas que profundizan, y apoyan los cambios realmente para establecer nuevos principios de dirección y organización?

Con nuevas aptitudes y competencias relacionadas con la reflexión y la conciencia, y nuevas actitudes y creencias. 

Si los cambios que se conciben y diseñan en una organización incluyen todos los elementos tecno-estructurales, incluso si se profundiza hasta el flujo de procesos y el proceso de trabajo hasta los puestos de trabajo, pero no se incluyen las Actitudes, los Valores y las Percepciones de las personas, no es y no llega a ser un sistema completo.

                                                

ACTITUDES

VALORES

PERCEPCIONES 

Organizaciones en Red

Buscan la eficiencia por la reducción de los costos, el control por la adquisición de mucha información, la potenciación de la creatividad e innovación, y la estabilidad. Asimilan sobre todo la tecnología de Internet, la Informática y la Telecomunicación, lo que permite hablar y establecer no sólo Intranet o una Red interna, sino de red de redes en la que se involucran muchas empresas vertical y horizontalmente, interna (Enterprice Resource Planning o ERP) y externamente (E-Business). 

Tiene un total aplanamiento jerárquico, puesto que deriva su autoridad más del conocimiento que de la posición. La colaboración ocupa un lugar principal, y las relaciones externas tienen tanta importancia como las relaciones internas. Se orientan básicamente hacia la ejecución de proyectos. Implica alto grado de compromiso y confianza del personal, y una comunicación inter e intra empresarial con flujos de información permanente y masiva. No cabe dudas, que es imprescindible trabajar las disciplinas señaladas en Organizaciones en Aprendizaje, disciplinas que trabajan persona a persona, y preparan a las personas, tanto en las nuevas aptitudes, como en las actitudes y valores.  

Repetimos, todos y cada uno de los tipos de organización anteriores respaldan cambios en las relaciones sociales, en la “arquitectura social” al decir de Senge, en las redes de información globales, en los nuevos procesos de trabajo, en las nuevas relaciones de dirección a partir del establecimiento de unidades organizativas autogestionadas.  

Desde el punto de vista organizativo, todas estas organizaciones se basan en los principios que están orientados al aprendizaje y la innovación, con gran flexibilidad y mínimos tiempos de reacción, de manera que son unidades organizativas pequeñas capaces de funcionar y coordinar en red. 

Habría que preguntarse si es lo mismo Organización en Red que Red en Organización. Debería ser lo mismo; sin embargo, muchas veces, incluso líderes y directivos que visualizan la importancia del cambio, sobre todo para el fomento de la creatividad y la innovación, no se dan cuenta, o no se llegan a plantear, ni conceptual ni prácticamente, que el establecimiento de una red, o de redes, va más allá de la introducción de una nueva herramienta tecnológica. 

Y es que para que la Organización funcione en Red, es necesario cambiar también los modos de hacer las cosas, o hablando técnicamente, los procesos de trabajo. Es imprescindible cambiar los principios de dirección establecidos, de planificación, de organización y de control, así como las políticas, las normativas y los procedimientos. Estamos hablando de un desarrollo organizacional superior al que implica la etapa del intercambio de la documentación y la información; estamos hablando de la participación y colaboración en tiempo real en la elaboración de proyectos: 

La fragmentación y compartimentación de la información y las comunicaciones emitidas y controladas desde un “centro”, según los principios tradicionales de dirección, que veremos más adelante, pierden su validez. El centro dentro de un sistema, porque cuando hablamos de Red debemos hablar de Sistema, y son validas las leyes y principios de los sistemas, puede serlo cualquier elemento o unidad organizativa. 

La clave de una Organización en Red es la integración, y la clave de la integración es compartir información. En caso de la empresa, no sería posible ni conceptual ni prácticamente llevar  a cabo sistemas MRP (Material Requirements Planning), como parte del desarrollo de la gestión, si no se cuestionan profundamente la estructura jerárquica de dirección y gestión empresarial, que permita el flujo de información oportuna, comprensible y manejable, y con la riqueza y calidad necesarias, para conseguir mayor eficiencia de los recursos y procesos disponibles. Estas cuestiones no están del todo entendidas. 

Otro ejemplo, es el desarrollo de la integración de los proveedores al sistema operativo de la empresa en un primer momento, para integrar finalmente también a los clientes, distribuidores y usuarios. Estas operaciones integradas en red, serían impensables sin intercambio de información y comunicación permanentes. Insistimos, esto no sería posible con los principios de dirección tradicionales. 

Ahora, es necesario repasar el contenido del Cuadro 1, para reflexionar sobre las diferencias de las filosofías que sustentan las formas más tradicionales, con las concepciones orgánicas, y las derivaciones  de las Nuevas Formas Organizativas, para analizar en que medida es importante cambiar la dirección de los procesos y los métodos y estilos de dirección de las personas para que la Organización. 

Repasando, lo que se señalaba en el Cuadro 1, esto implica:

 

Al decir de un estudioso, “la mayor fuente de motivación para el hombre, está en la contribución que da sentido a su vida” (Rojas, N. E. 2001). 

Dos herramientas de gestión, muy extendidas teórica y prácticamente en los últimos veinte años, y que influyen en el establecimiento de las NFO son: la Gestión de Calidad Total a Administración de Calidad Total o TQM (Total Quality Management) y la Reingeniería de Procesos (BPR). 

Como dijimos, ambas son más que herramientas de gestión, ya que llegan, o se supone que lleguen a interesar a toda la organización. Por lo tanto se basan en una filosofía y en un enfoque, y aunque tienen enfoques distintos, se pueden apoyar mutuamente. El propio nombre de Administración de Calidad Total pretende y plantea objetivos a nivel de toda la organización, por lo que aboga y se basa en un tipo determinado de organización no alejado de las exigencias de las NFO. 

Pero un alerta es necesario hacer, y es que la filosofía o el enfoque de Calidad Total y su asunción a nivel de toda la Organización, no significa, como muchas veces se interpreta, que la solución pasa por el diseño y aplicación de un (Sub)Sistema de Calidad, al que responden y se subordinan todos los demás (sub)sistemas. Ponemos el prefijo Sub, para recordar que si se trata de un sistema de gestión este responde como subsistema al Sistema Mayor-Organización. Los subsistemas deben responder únicamente a la Organización como un todo, como al sistema mayor inmediato. 

Lo que significa Calidad Total en primer lugar y ante todo, es que todas las actividades, cada proceso, cada sistema, cada persona, “hace las cosas bien desde la primera vez”, siempre con una orientación hacia el cliente (que Juran. J amplió hacia las entidades o unidades al interior), luchando por mejoras constantes y permanentes, con objetivos a largo plazo, con mayores facultades para los trabajadores y el desarrollo del trabajo en equipo; elementos todos que caracterizan también las NFO.  

Como señala uno de los autores más reconocidos, Crosby, P. junto con el que se considera como el padre del TQM,  Deming, D. W., cuesta muchísimo más corregir o rectificar un error que tratar de no cometerlo en primera instancia, y este costo puede llegar a representar hasta una cuarta parte del total de los ingresos. 

Pero si la Calidad Total no se concibe como un conjunto de actividades y procesos interrelacionados, con un alto nivel de coordinación de todos los (sub)sistemas que responden a los objetivos del Sistema Mayor-Organización y no a un sistema en particular, donde juegan todos y cada uno de los sistemas un papel fundamental, puesto que todos deben cumplir con determinados parámetros, y entre todos está alcanzar los parámetros de Calidad Total a nivel de toda la Organización, los resultados serán parciales, limitados en el tiempo y no globales. 

Digamos, por ejemplo, si los sistemas, todos y cada uno, y a nivel del Sistema Mayor-Organización no existe sensibilidad a los Recursos Humanos, a las personas, a lo que poseen y deben desarrollar las personas, a su formación y conocimientos, los que determinan y deciden el alcance de los objetivos en todos y cada uno de los subsistemas, no es posible alcanzar Calidad Total. 

Igualmente sucede en cuanto a la Reingeniería de Procesos. Dejemos que sean los propios “padres” los que digan. Señala Champy, cómo se ha quedado a mitad del camino, puesto que “se enfocaron hacia lo operativo, y descuidaron el rediseño de la gerencia, de las administraciones”. En una palabra, se trata de procedimientos nuevos, instrumentación de elementos técnicos de los procesos, que no se sostienen ni desarrollan sobre un tipo de organización, ni en una filosofía, ni en una concepción diferente de dirección y del rol de las personas. 

Por su parte, Hammer, M. reconoce haber descuidado el aspecto de los empleados: “Por mis antecedentes no presté suficiente atención a la dimensión humana. He aprendido que es un factor vital” (el subrayado es nuestro). Habría que recordar a Toffler, A. cuando señala que: “Ya no son los recursos los que limitan las decisiones, son las decisiones las que constituyen los recursos”, y las decisiones las toman las personas. 
 
 

IDEAS                                CONCEPCION                                   ACCIONAR

Filosofía                          Tipo de Organización                          Procedimientos 

En todas y cada una de las esferas de la Ideación, la Concepción y la Instrumentación debe haber consistencia interna, y consistencia en las interrelaciones entre las mismas. Las NFO y las NFOT deben caracterizarse precisamente por poner énfasis, conjuntamente con los elementos técnicos nuevos de los procedimientos del proceso de trabajo en los elementos sociales, para que se lleven a cabo cambios en todos y cada uno de los elementos contenidos en el Cuadro 2.  

Los elementos sociales no pueden ir de apéndice, o como apoyo a los elementos técnicos; deben concebirse al mismo tiempo. 

Si concebimos integrados los elementos sociales y los elementos técnicos, y no separadamente, los elementos sociales se constituyen a su vez en elementos técnicos, y viceversa.; y quien lo dude ahí están los Equipos de Trabajo, tan extendidos como concepto pero menos extendidos como aplicación práctica y que funcionen realmente como tales. La integración de los elementos técnicos y sociales es el mismo grado de integración que se debe buscar entre los estímulos materiales y morales; no es conveniente ni conceptual ni prácticamente que estos reciban tratamiento separado, o uno en función del otro. 

Equipos de Trabajo-Grupos

Y ya que hablamos de Equipos de Trabajo, y hemos hecho varias referencias a éstos, y lo seguiremos haciendo puesto que constituye no sólo una herramienta, sino una disciplina importante y muy compleja de las NFO y NFOT, y los tipos de organizaciones que hemos visto constituyen de hecho o pueden llegar a ser Equipos de Trabajo, y llegar a ser el propio Equipo de Trabajo toda una Organización, como puede ser el caso de un Equipo de Proyecto, apuntaremos algunos elementos.  

Ante todo, cualquier Equipo de Trabajo es conceptualmente hablando un Grupo Primario, mejor que Grupo simple, que pertenece a una Organización Mayor, o si llega a identificarse con la propia Organización es entonces el Grupo Principal; se constituye en definitiva en este caso en la propia Organización Mayor.  

De manera que cualquier Equipo de Trabajo cumple con las Fases de Desarrollo del Grupo, y es necesario conocerlas y trabajarlas. Pero, atención, sólo pocos grupos adquieren capacidad para constituirse y funcionar como Equipo de Trabajo. Cuando uno o varios Equipos de Trabajo pertenecen a una Organización mayor, es evidente, aunque muchas veces no lo es, que la Organización mayor debe cumplir determinados requisitos y principios en relación con los Equipos para que estos puedan funcionar como tales.  

No se trata de declarar o crear por resolución el trabajo en Equipo. Se trata de  trabajar los principios, elementos, y procedimientos que llevan a un trabajo de dirección, de control, de gestión diferente, que influye en la Organización mayor a la que pertenece, y que de alguna manera interesa, influye, aquella la acepta y la apoya, o se desintegra. Por supuesto que es mucho más complicado tener una o varias unidades organizativas que trabajan con unos principios que no lo son de la organización a la que pertenece. Por eso, insistimos no sólo en las NFOT, sino en las NFO que son el soporte de aquellas. 

El Equipo de Trabajo también plantea exigencias-requisitos no tradicionales al personal, y no toda persona puede formar parte de todo equipo, lo cual de por sí establece la necesidad de una selección y preparación especial; requiere de trabajo profundo y sostenido, a nivel individual y grupal de los elementos relacionados sobre todo con actividades de tipo social, en conjunción con las actividades de tipo Tarea o actividades técnicas (Inicio-Elaboración-Coordinación-Evaluación, entre otras) que se observan en el cuadro de Sashkin, M. y Morris, C.W. (1987), que son aplicables a cualquier tipo de Grupo.  

Se requiere de trabajo de las disciplinas que Senge propone, que puntualizamos con anterioridad, como son el Dominio Personal y los Modelos Mentales sin los cuales difícilmente se establecerá el Trabajo de Equipo. Se requiere trabajar muy bien las actividades relacionadas con el Apoyo Social como: Alentar y Apoyar, Armonizar, Observar, hacer Seguimiento y establecer Normas Propias. 

La sociedad condiciona la actividad y la estructura de una organización, y esta a su vez condiciona la actividad y estructura del Grupo. El Grupo se desarrolla en un periodo de tiempo influenciado por la Cultura Organizacional, que se desarrollará en capítulo posterior, de manera que adquiere y posee en gran medida su cultura, sus valores, creencias, y normas de conducta, lo que permite coordinar las actividades de sus integrantes y del conjunto en una misma dirección. 

El condicionamiento social por un lado y el individual y el grupal por el otro, pueden crear contradicciones, y por eso hay que insistir en el trabajo a nivel de la conciencia individual, a nivel de modelos mentales, y en el desarrollo de los recursos humanos a nivel individual, como parte del entrenamiento de la Cultura Grupal. 

Citamos al pionero de los trabajos sobre los Grupos,  Durkheim, E., así como a Olmstead, D.W. (1969) que resume e integra numerosas definiciones señalando como los elementos más importantes: la continuidad de la interacción social, la creación de una conciencia recíproca, la estabilidad de las relaciones en el tiempo y la estructura de roles, que permite la comunicabilidad entre sus miembros que se proponen metas comunes, así como que se elaboran normas grupales y que permite que el Grupo adquiera su personalidad propia.

Continuidad de la interacción social-Creación de conciencia recíproca-Estabilidad de las relaciones en el tiempo-Estructura de roles-Comunicabilidad entre los miembros-Metas comunes-Normas propias-Personalidad propia 

Aunque tradicionalmente se destacan dos funciones básicas, la Función Social y la Tarea o Función Técnica, al igual que cuando hablamos de las organizaciones, puesto que recordemos, el Grupo es una Organización, la definición del comportamiento del grupo es mucho más compleja.  

Parafraseando a Mintzberg, H. y tomando elementos de su Teoría Política de Gestión en la cual se identifica el rol directivo con un conjunto de comportamiento, entre los que destacan las Funciones Interpersonales, la de Información y la de Decisiones, estas propias funciones y el comportamiento deciden la vida del grupo.

Funciones Interpersonales-Información-Toma de decisiones 

Recalcamos, es importante tener en cuenta la relación Organización Mayor – Grupo (Equipo). El Grupo primario es una organización simple en la cual todos los miembros se conocen y reconocen a un jefe común, por el cual hay una relación directa e inmediata, y que para muchos autores es el único grupo reconocido.  

Cuando se asocian dos o más organizaciones simples para la consecución de objetivos comunes más generales, se habla de una organización compleja. Es en este momento de desarrollo histórico donde empieza la escala jerárquica que ha llegado a tener hasta un máximo de 12 niveles con una media de seis a siete niveles en las organizaciones verticales mecanicistas tradicionales, y es aquí donde el Grupo primario fue perdiendo  su personalidad propia. 

La constitución de un Grupo pasa por distintas fases de desarrollo. Si en un primer momento puede unirlos la tarea común o intereses comunes, la similitud del comportamiento y la proximidad entre los individuos, son dos principios que harán que en fases posteriores de desarrollo el Grupo pueda fortalecerse, o hacer que se desintegre.

Los autores Sashkin, M. y Morris, C.W. (1987) plantean las siguientes Fases de Desarrollo del Grupo, que nos parecen interesantes, y que resumimos en el Cuadro 3, aunque desde luego hay que aclarar que puede ser que no ocurran siempre de manera tan clara y simple.

                                                                   Cuadro 3

 
 
 
 
 
 
 

Desde luego, estas fases describen más bien un ciclo ideal, pues algunos no pasan de la segunda fase y al provocar una crisis de liderazgo y no resolverse está o resolverlos por vías ajenas al Grupo, el Grupo no tiene el desempeño eficiente y eficaz que se espera de él, en definitiva no se estructura como tal y se desintegra antes de cumplir las fases de desarrollo. También puede ocurrir que en la tercera fase, si es un Grupo más informal no se lleguen a establecer las normas de conducta.  

No obstante es importante tenerlo en cuenta como modelo a seguir para trabajar los valores culturales propios del Grupo, y no necesariamente deben ser los mismos de la organización a que pertenecen, y sobre todo tenerlo en cuenta para que el Grupo pueda seguir desarrollándose, superando la tendencia al desgaste (entropía) para lo cual puede ser determinante la Información y la Comunicación Intergrupo y con la Organización Mayor a la que responde para una actuación unificada.

Información-Comunicación Intergrupo y con la Organización Mayor 

El Grupo puede llegar a ser tan poderoso, que no sólo influye en cada uno de sus integrantes sino también en la toma de decisiones de la Organización, y mientras más coincidan los intereses individuales y los del Grupo más poderoso es el Grupo; tanto en la ejecución de la tarea como desde el punto de vista de cohesión social. 

El Grupo adopta una estructura, regula el comportamiento de sus miembros estableciendo normas regulatorias en dependencia: de si es un Grupo más formal o no, de sus relaciones de autoridad, de sus comunicaciones, todo ello propicio para llevar a cabo actividades principales relacionados con la tarea tales como: Actividades Iniciales, donde se produce un fuerte intercambio de ideas, sugerencias de solución de problemas, definiciones preliminares; Actividades de Elaboración y Clasificación, donde se mejoran las propuestas y se elabora el plan; Actividades de Coordinación, donde se coordinan las acciones de los integrantes en función de la tarea; Actividades de Resumen, donde se evalúan las decisiones, se registran y controlan las actividades, y finalmente las Actividades de  Evaluación. 

Dentro del Grupo hay roles, o “comportamientos característicos de las personas dentro de un contexto” (Biddle, B.J. 1979), que pueden ser comunes a todos los integrantes, y roles individuales importantes para conocer los comportamientos y las interacciones que se establecen. Este es un tema profundo y bastante investigado desde el desempeño de roles hasta la planeación de procesos en los Grupos. 

Retomando el tema del Tipo de Organizaciones, la superación de paradigmas jerárquicos va más allá de diseñar una estructura formal, o de adoptar el Trabajo en Equipo. Puntualizamos, es necesario redefinir el rol de las personas sobre la base de los cambios de las relaciones entre las personas en ese sistema que es la Organización, y eso implica cambios profundos revolucionarios sobre los principios y concepciones acerca de la Dirección. Esta es la real dificultad para establecer las NFO a nivel global, y que muchas veces se limitan a NFOT, o a una parte del proceso de trabajo.

En esta redefinición es impensable dejar de lado la satisfacción de las necesidades de las personas, sus actitudes y percepciones, como los principales fundamentos de las NFO y las NFOT, junto con la nueva dimensión de los puestos de trabajo. 

Cuando se habla de TQM o Calidad Total, motor impulsor para los cambios, ya sea sólo a nivel de procesos de trabajo y de modelos de producción, o de manera global a nivel de toda la Organización, que exige enfoques estratégicos y sistémicos, un cuerpo de conocimientos y herramientas desarrolladas en los últimos años, vemos que se trata de posibles NFO, siempre y cuando se concede prioridad al factor humano, y que no sean propuestas técnicas despersonalizadas.  

Es en este sentido que cobra importancia y proyección la necesidad de enfocar y de trabajar estos problemas con amplio espíritu y conocimientos multidisciplinarios. No es posible hablar de desarrollar un enfoque sistémico en la empresa, y que las distintas disciplinas técnicas,  sociales y políticas intervengan cada una por su lado. Pero sigue siendo habitual, entre nosotros y en el mundo, que las propuestas se presenten ya sea “desde el punto de vista administrativo”, o “desde el punto de vista sociológico” o “desde el punto de vista organizacional” o “desde el punto de vista ingenieril”, sin integralidad. 

Es cierto, hay cada vez mayor conciencia de ello, así Nonaka, I. dice: “Una compañía no es una máquina, sino una organización viviente, y a semejanza del individuo, puede tener un sentido colectivo de identidad y propósito”. 

Si analizamos en el Cuadro 4, el modelo de los 10 factores propuesto por Leal Millán (citado por Mateos, 1999), observamos que el peso recae en los sistemas; es decir, en elementos que requieren un enfoque en sistema. 

No es posible hablar de mejora de procesos, por ejemplo, desde el punto de vista instrumental o de los nuevos procedimientos y de nuevos modelos de producción, si no se han introducido y desarrollado cambios en la Capacidad de Reacción o la flexibilización de la organización (Autonomía, Motivaciones, Desempeños, Participación) que interesa a toda la dirección y organización de la empresa, y que sustenta los desarrollos posteriores a nivel de procesos, o el Proceso de Toma de Decisiones, o los Controles. 

Esa es la importancia de los determinantes del Tipo de Organización.

                                                            Cuadro 4

 

2.2 De la Organización Jerárquica a la Organización de Conocimientos  

En el mundo en los últimos años se ha escrito y se escribe profusamente sobre la Organización de Conocimiento, y a veces se malinterpreta en nuestra sociedad, al considerar estas organizaciones desde las nuevas herramientas y estilos de gestión que imponen, sobre los supuestos de que el modo de producción capitalista está cambiando, y que las relaciones Capital-Trabajo no tiene el mismos significado de hace medio siglo atrás, para no hablar de hace un siglo o más.  

Así, los obreros ya no dependen de la máquina, pues “tienen en el saber el capital”, supuestamente poseen los medios de producción, es decir, su saber, y así un largo etcétera de tergiversaciones. Sobre la base de una nueva interrelación, se establecen entonces los principios de que la supervisión tradicional no es posible ejercerla. Y en esta sociedad poscapitalista del saber, ya el obrero no sirve al Capital, sino es el Capital el que sirve al obrero, o al empleado, al decir de algunos autores.

Por lo tanto, la organización moderna no puede ser una organización de jefes y subordinados; debe ser una organización como un equipo de “asociados”, dice Drucker, P. en “La sociedad Post-Capitalista” (1992). 

Es bastante evidente de qué se trata, y está claro que el problema de las NFO y las NFOT no es ni con mucho sólo un problema técnico, o de técnicas de Dirección, o de procedimientos de trabajo; es un enfrentamiento ideológico y filosófico fuerte, que debemos aceptar, y contraponer nuestros propios desarrollos, y nuestras ideas. 

Al decir de un estudioso latinoamericano: “…la sociedad del capital y su ley del valor necesitan cada vez menos del trabajo estable y cada vez más de las diversificadas formas de trabajo parcial o part-time, “tercerizado”, que son, en escala creciente, parte constitutiva del proceso de producción capitalista” (Antunes, R. 2001). Y prosigue, “Exactamente porque el capital no puede eliminar el trabajo vivo del proceso de creación de valores, debe aumentar la utilización y la productividad del trabajo de modo que intensifique las formas de extracción del sobretrabajo en tiempo cada vez más reducido. Por lo tanto, una cosa es tener la necesidad imperiosa de reducir la dimensión variable del capital y la consecuente necesidad de expandir su parte constante. Otra, muy diferente, es imaginar que eliminando el trabajo vivo, el capital pueda continuar reproduciéndose” (ibíd). 

Es evidente, o no, que la expansión del trabajo dotado de mayor dimensión intelectual, “las capacidades de los trabajadores de poder ampliar sus saberes (…) se torna una característica de la capacidad del trabajo en general. Y no es una exageración decir que la fuerza de trabajo se presenta cada vez como fuerza inteligente de reacción a las situaciones de producción en mutación...” (Vincent, J. M. 1995 en Antunes, R. 2001). 

Todo esto “impone al capital la necesidad de encontrar una fuerza de trabajo aún más compleja, multifuncional, que debe ser explotada de manera más intensa y sofisticada, al menos en los ramos productivos dotados de mayor incremento tecnológico” (Antunes, R. 2001). 

Es imprescindible citar a Engels, F., cuando expresa: “La sociedad, al adueñarse de todos los medios de producción para emplearlos socialmente y con arreglo a un plan, acaba con el sojuzgamiento a que hasta hoy se ha visto sujeto el hombre bajo el imperio de sus propios medios de producción. La sociedad no puede, evidentemente emanciparse sin emancipar a todos los individuos. No hay mas remedio que subvertir desde los cimientos hasta el remate todo el antiguo régimen de producción, haciendo principalmente que desaparezca la vieja división del trabajo” (el subrayado es nuestro). 

Se agudizan las contradicciones de creer que una sociedad superior se alcanza con los mismos esquemas y mentalidad. Al respecto, Engels señala: 

“Ahora, juzguemos de la pueril idea, de que la sociedad puede posesionarse del conjunto de los medios de producción sin revolucionar de raíz todos los medios de producción, y, sobre todo, sin abolir la vieja división del trabajo; como si todo quedase arreglado con sólo «tener en cuenta las circunstancias naturales y las aptitudes personales», aunque haya masas enteras de existencias que sigan encadenadas ni más ni menos que antes, a la producción de un solo artículo, «poblaciones» enteras entregadas a una sola rama de producción, aunque la humanidad siga dividiéndose, exactamente lo mismo que antes, en una serie de «modalidades económicas» mutiladas, como por ejemplo, «peones de carretilla» y «arquitectos». Es decir, que la sociedad se convierte en dueña y señora de todos los medios de producción para que cada individuo siga siendo esclavo de su medio de producción, sin más libertad que la de elegir cual de ellos”.(el subrayado es nuestro). 

La concepción actual del trabajo, según la cual el proceso de trabajo se desarrolla sobre la base de la Información-Comunicación-Conocimientos, llámese Organización de Conocimiento, evidentemente debe desarrollarse sobre una base social mucho más amplia y unas relaciones sociales entre las personas diferentes a las que predominaron hasta ahora.

Información-Comunicación-Conocimientos 

Si hasta hace apenas unas décadas atrás, el objetivo primero era sobre todo concebir y diseñar un aplanamiento jerárquico, sobre la base de que la autoridad debe ser más del conocimiento que de la posición, así como la cooperación para disminuir las diferencias entre los niveles directivos y de los subordinados, lo que le da una capacidad de respuesta mayor hoy día, son las redes de comunicación, incomparablemente superiores, que permiten flujos de información intra e interempresa.

Hoy día, las prácticas lo demuestran, las metodologías y documentos de procedimientos, no bastan para concebir, diseñar y ejecutar las estructuras más aplanadas, con relaciones más horizontales que permitan la integración; es necesario que la informática y las telecomunicaciones abarquen a todos y a todos los procesos, para lograr desarrollar el potencial de talento de las personas. Desde luego, esto no se refiere solamente a empresas y entidades del sector de la informática. 

Hay que tener presente que estas tecnologías facilitan que los sistemas expertos asuman tareas que con anterioridad realizaban múltiples trabajadores, mientras estos se dedican como parte de sus funciones, y apoyados por la propia tecnología, al diseño, la planificación, el control, las coordinaciones, actividades todas que en definitiva llevan a la transformación de los sistemas sociales de las organizaciones. 

Por lo tanto, estamos hablando de las necesidades de lograr equipos de trabajadores competentes, y un equipo competente no es sólo personal con conocimientos, destrezas y habilidades, como muchas veces se presenta. El reconocimiento de los saberes de los trabajadores, la realización del conocimiento y la preparación de los trabajadores, comienza con la aplicación de éstos, pero se completa con el reconocimiento y aplicación de los saberes a todos los niveles, incluyendo la integración de las funciones de dirección y gestión a todos los niveles. 

No puede hablarse de una revalorización del trabajo humano sólo porque se reconocen los saberes y las competencias que el trabajador debe aplicar; es sumamente importante insistir, en nuestra sociedad, en los cambios del sistema social, en la arquitectura social que representan las organizaciones, en los cambios de las relaciones sociales de trabajo. 

Las organizaciones de conocimiento o en aprendizaje, exigen nuevas demandas al trabajador, pero si no cambian los principios de dirección y organización, se siguen ejerciendo la dirección y los controles de siempre, “de arriba hacia abajo”. La alta profesionalidad, un ambiente competitivo y de respuestas rápidas por parte de la Organización, en este tipo de organizaciones, sólo lo garantiza la integración. Hablando en términos de competencias, está claro que no estamos hablando de competencias funcionales, sino de competencias generales o competencias claves o transversales. 

No es de extrañar, que hoy día, cuando se trata de diseñar, introducir y desarrollar las NFO y NFOT, se exijan competencias generales o claves que poco tienen que ver con las competencias básicas. Es la diferencia que existe entre las exigencias y requisitos tradicionales, de acuerdo a los principios tradicionales de organización y dirección y ejecución de las tareas, y las nuevas exigencias y requisitos para poder integrar funciones, para que las estructuras planas integren horizontal y verticalmente, para que unidades organizativas funcionen con independencia relativa, que pueden ser organizaciones en paralelo a las organizaciones a las que pertenecen, tal como las descritas en el acápite anterior; por ejemplo, Equipos de Proyectos. 

Una Organización que estimula la creatividad y la innovación, y busca la mayor flexibilidad, necesita que sus trabajadores tengan, al menos:

 

La capacidad de adaptación es importante para asimilar la posible diversidad de producciones o de servicios con rápida sucesión de cambios tecnológicos, de procesos y de modelos productivos, incluso de ambientes sociales al tener que dejar de pertenecer a un equipo para formar o integrarse a otro. Desde Parsons, T. se sentó la importancia de la “adaptación al cambio”, junto a los objetivos organizacionales y las actividades de coordinación, y esto hay que tenerlo muy en cuenta en la forma de equipos de trabajo. 

Si las organizaciones jerárquicas constituyen una barrera para la creatividad y la innovación, y el aprendizaje organizativo es limitado, y se expresa poco en las decisiones y en la ejecución, al inhibir la aplicación del aprendizaje continuo y la transferencia de conocimientos, porque en definitiva las decisiones las siguen tomando las mismas personas de la misma manera poco participativa o con participación formal, y las consultas e indicaciones llegan “de arriba” al mínimo detalle hasta de procedimientos de ejecución, está claro que deben cambiarse los principios tradicionales establecidos. 

Si del Cuadro 2 escogemos algunos elementos de cada uno de los grupos de factores determinantes, obtenemos las características organizativas esenciales que deben tener en cuenta las organizaciones que favorecen y aplican el conocimiento de todos, a saber:

 

Como hemos hecho referencia en varias ocasiones a la descentralización, como factor de desarrollo de las NFO, es conveniente puntualizar de qué nivel y forma de descentralización hablamos. Hablamos de descentralización vertical y horizontal; de descentralización de políticas y de funciones. 

Antes, definiremos la descentralización como la transferencia de funciones y competencias de los niveles superiores a niveles intermedios y de base, que hagan posible una gestión descentralizada. Obsérvese que no hablamos de delegación sino de transferencia, de desconcentración en primer lugar, puesto que la delegación es una limitación para el establecimiento de NFO, tanto para el que delega que en última instancia sigue respondiendo por ello, como para el que “asume” parte de autoridad delegada que muchas veces no siente la responsabilidad. Debemos recordar que “la delegación” se conceptualizó en la época en que se empezaba a hablar de dirección participativa bajo los mismos principios tradicionales de dirección descritos con anterioridad. 

En primer lugar, hablamos  de descentralización vertical que puede implicar:

 

La descentralización horizontal es una forma de descentralización, y a diferencia de la vertical, se trata de dispersar o compartir el poder o la autoridad entre las unidades organizativas del mismo nivel. 

Pero, lo que es importante subrayar, como parte de la descentralización, en relación con las NFO, es la descentralización de las políticas y de las funciones. La descentralización política, traslada los poderes, competencias y funciones administrativas, normativas y estratégicas a nivel de unidades de base, lo cual le otorga una autonomía relativa, y no significa que anula la capacidad del centro decisorio. La descentralización funcional consiste en el reconocimiento al órgano correspondiente de competencias específicas o delimitadas sólo a una actividad o área. 

La realidad es que la gran mayoría de los procesos de cambios se conciben como “intervenciones”, intervenciones participativas pero al fin intervenciones, que se hacen de “arriba hacia abajo” o de “abajo hacia arriba”, sin concebir en ningún caso una participación bidireccional a todos los niveles, y muy pocas veces se conciben más allá de las normas, la estructura física, los procesos de trabajo, los sistemas de remuneración, no de estimulación, o los mecanismos de control existentes, o los llamados elementos más visibles. 

Pocos quieren y trabajan realmente las actitudes, las creencias y los valores de las personas. Es por eso que la estructura física cambia, el organigrama cambia, las normas y los reglamentos cambian, los procedimientos cambian, los procesos en sus aspectos técnicos también pueden cambiar, pero no cambian las actuaciones ni los roles, o no lo hacen en la medida necesaria. 

Pocos se arriesgan y pocos entienden que hay que asumir todas y cada una de las disciplinas o saberes en una organización, y sobre todo, y no en último lugar, los Modelos Mentales y las Necesidades Sociales y Psicológicas de las personas que implican.

Pero esto nos plantea un reto enorme, no técnico ni organizativo, ni siquiera de Dirección o de concepción de la empresa en la sociedad socialista; es un reto ideológico, político y social, primero, y luego técnico y conceptual. 

Si no se concientiza que estos problemas pasan por el cambio o el establecimiento de relaciones sociolaborales nuevas dentro del sistema complejo que constituye cada Organización, no avanzaremos mucho ni por caminos nuevos siguiendo principios ajenos. 

Cada una de las disciplinas de Senge y todas en conjunto, nos llevan a desarrollar el Pensamiento Sistémico que nos aleja del pensamiento lineal arraigado de causa-efecto presentes en tiempo y espacio, y nos sitúa en posición de dar un salto cualitativo. 

Ciertamente, al asumir el Pensamiento Sistémico y los Modelos Mentales, o en otras palabras, las necesidades sociales y psicológicas de las personas, se asume trabajar directamente con el individuo, y entonces surge la interrogante de ¿cómo consolidar el trabajo con las personas? 

La respuesta no es ni puede ser simple ni sencilla. Y no lo es porque tiene relación directa con los métodos y estilos de dirección generalizados, que no consideran la “percepción colectiva” ni al “trabajador colectivo” como la esencia de la dirección de la organización.  

Hemos verificado en la práctica investigativa en los últimos años, que incluso en aquellos lugares donde se han llevado a cabo cambios, más o menos radicales, y se ha insistido sobre los elementos de dirección participativa, no se ha avanzado más allá de una dirección participativa donde sigue siendo el Director, no  líder, sino como “jefe” el que “decide” cuándo y cómo participar. La asunción de “riesgos” en este sentido es mínima o no existe.  

Tampoco se concibe el Liderazgo como liderazgo colectivo o compartido entre un colectivo de trabajadores; no más allá de una persona “iluminada” o con “capacidades extraordinarias”. Y muchas veces no sólo se trata de ubicar o tener en cuenta el Liderazgo como factor importante, sobre todo para lograr los cambios propuestos, sino que conceptualmente hablando, sino de analizarlo e  interrelacionarlo con otro factor, muy mencionado en las intervenciones diarias de académicos y empresarios, la Motivación, pero poco practicado y trabajado en las organizaciones. Entonces, se trata de tener otra concepción del Liderazgo, así como del rol del colectivo en la dirección de los procesos. 

Estos problemas complejos no se deben concebir como saltos, sino en avances progresivos y constantes. A fin de cuentas, para no perder el tiempo, es mejor empezar con el trabajo individual de las personas, para terminar con el Pensamiento Sistémico, y no al revés, para darnos cuenta que empezar con el Pensamiento Sistémico que facilita la introducción y desarrollo del enfoque sistémico de la organización, no puede llevar a buen término, si desconocemos a la persona. 

Hablando de Modelos Mentales, veamos en el Cuadro 5 (Zohar, D. 1997, tomado de Serra, R. Iriarte, J. y Le Fosse, H. G. 2000) algunas diferencias entre los modelos mentales tradicionales y los nuevos.

                                                          Cuadro 5

 

Modelo mental tradicional

Modelo mental para los nuevos entornos

Claves

Autoridad, Recursos, Estructura, Control, Resultado

Visión, Posicionamiento, Comunicación, Integración

Actitud frente al cambio

Rechazo

Oportunidad

Medición

Cuantitativa

Cualitativa

Comunicación

Vertical

En todos los sentidos

Visión

Organicéntrica

Empresa como parte del mundo

Actitud ante los errores

Se castigan

Se aceptan

 

El lugar que le corresponde a las relaciones sociales, a los procesos sociales del sistema complejo de la Organización, queda definitivamente incorporado, desde el punto de vista teórico y conceptual a las NFO, al enfocar de una nueva manera el concepto de productividad, como integrador de los procesos técnicos, relacionales y comunicacionales  (Coriat, B. 1992), que a nuestro entender constituye un reto.

Procesos Técnicos-Procesos Relacionales-Procesos Comunicacionales 

No es la actividad del hombre realizada en determinado tiempo, como se acostumbra por lo general a definir la productividad, porque esto no refleja su contenido real sino su medición. La productividad es la efectividad de la actividad racional del hombre, y no se puede considerar sólo los factores técnico-materiales para su incremento, ni hacer medición sólo de elementos técnicos. 

Los factores económico-sociales como son la elevación del nivel cultural y profesional de los trabajadores y el perfeccionamiento de la organización del trabajo social, en otras palabras, los elementos de los procesos relacionales y comunicacionales, no se pueden desconocer en una época que marca diferencias esenciales en las relaciones de las interrelaciones e interdependencias entre el Trabajador y los Medios de Producción (objeto de trabajo y medio de trabajo), o las “formas de existencia material” del proceso de trabajo de Marx (unidad del medio de trabajo y la fuerza de trabajo; unidad del medio de trabajo y del objeto de trabajo).  

Sin el planteamiento y búsqueda de una nueva relación de eficiencia entre los tiempos, que se mantiene desde los tiempos, entre los tiempos de operación y los tiempos de circulación, según el autor antes citado, recordando que con las NFO y las NFOT se busca la integración de las actividades y las funciones, de tal manera que los tiempos de ejecución ya no son sólo los referidos a la ejecución técnica, no es posible solucionar la medición de los resultados del trabajo, lo que ha sido probablemente un freno a una mayor aplicación de las NFOT. 

Para que la calidad llegue a ser  función de la productividad a través de la autonomía responsable de los trabajadores, para que se redefinan los flujos productivos, es necesario trabajar de conjunto la eficiencia de los medios de producción, la organización del trabajo social del proceso de producción y la gestión del conocimiento. 

La gestión y la teoría de organizaciones está enfrentando un verdadero cambio paradigmático, forzado por cambios trascendentes en el contexto en que deben sobrevivir y desarrollarse las organizaciones (Kuhn, S. T. 1967), ha sido expresado hace cuatro décadas. Nuestro contexto es doblemente retador; por el mundo en que vivimos y por la sociedad que debemos transformar. El modelo racionalista no es capaz de dar respuesta a las complejidades crecientes del factor humano dentro de las organizaciones, y a los cambios sociolaborales que deben producirse y desarrollarse dentro de las organizaciones.

Hacemos nuestras estas palabras: “Crear nuevos conocimientos significa literalmente recrear la empresa y a cada uno de los que la conforman en un ininterrumpido proceso de autorenovación organizacional y personal” (Nonaka y Takeuchi en Senge, P. 1992). 

Pero interpretemos correctamente este pensamiento, y ya que hablamos de la Organización de Conocimientos, es imprescindible referirnos al significado de Capital Humano, del cual tanto se habla y escribe, y muy pocas veces o casi nunca se ubica dentro del contexto específico, y se desconoce su aspecto relacional y se obvia como actividad social, es decir, actividad social del sistema social que constituye la Organización. Y son los aspectos a los cuales, en nuestra sociedad, hay que dar el máximo valor, si vamos a desarrollar las NFO y construir nuevas relaciones entre las personas en las organizaciones. 

De lo contrario, el tratamiento a la Información, a la Cultura, a los Valores, a los propios Conocimientos, que junto al Capital Humano, se ha planteado como las piedras angulares de la llamada “Nueva Economía”, se convierten en aspectos puramente técnicos, a veces economicista, sin diferenciación entre su aplicación en una sociedad capitalista desarrollada actual y una sociedad socialista con la características de la nuestra.  

Es necesario entonces distinguir los planteamientos de los pensadores marxistas de los no marxistas, incluso los progresistas con ideas revolucionarias que no llegan a ser marxistas, de los retrógrados y conservadores. 

No vamos volver a referirnos a los elementos históricos diferenciadores que hacen que se distingan unas épocas de otras. Lo cierto es que la década de los 90 ha traído consigo una revalorización del significado del personal, diríamos la parte que constituye, y ya veremos porqué, más “recursos” del Capital Humano, o de los Recursos Humanos (RRHH), ya que hay autores que los equiparan. Y este es un gran error que nosotros como sociedad, con nuestra ideología y nuestros valores, debemos rechazar de plano. 

No basta simplemente con decir que en una economía de conocimiento es esencial el activo que representa el conocimiento de los trabajadores. Esto lo puede decir cualquier empresario capitalista.

Luego, a veces, en un segundo plano, se trata tanto teórica como prácticamente, la importancia de lo humano de las organizaciones, en la misma medida en que se ha ido desarrollando la concepción de Organización en Aprendizaje, Gestión de Conocimientos, y aquello es necesario tenerlo en cuenta de todas maneras, puesto que es un factor esencial para los Cambios Organizacionales. 

Pensemos qué significa equiparar la función de RRHH con Capital Humano; pretende simplificar ambos en determinados elementos técnicos vinculados con la Capacitación y con la identificación y elevación de las Competencias individuales (correspondencia entre las exigencias y los requisitos individuales cubiertos por la capacitación),  eliminando o desconociendo el valor de los elementos de orientación social  del individuo, como sus Valores y Motivaciones, Intereses y Necesidades.  

De esta manera se limitan ambos conceptos, puesto que no se consideran las Capacidades Grupales,  y Colectivas así como de la propia Organización como un todo, que constituyen parte también del Capital Humano, del Capital Relacional, del Capital Estructural, del Capital Intelectual que los agrupa dentro de la teoría que lo propone; en última instancia, requieren de una determinada organización social. 

No es posible abstraernos de la relación social, ni fuera ni dentro de la entidad,  y considerar  que la capacidad productiva de la fuerza de trabajo es causada solo por la formación, es decir, la capacitación. La socialización de conocimientos, debería ser una característica de la revolución actual de la Informática y las Comunicaciones, y que aplicado en la empresa llevaría efectivamente a nuevos estilos y métodos de dirección revolucionarios, pero no es así. De ello habló Marx o mejor intuyó todas las posibilidades, cuando denominó “transmisión de habilidades y conocimientos de un trabajador a otro”. 

Cada vez que se habla o se proyecta y lleva  acabo la introducción de NFO en los países capitalistas, es con la idea histórica de que las personas son prescindibles e intercambiables, y sobre el análisis de la relación Capital Humano-Empleo-Salarios, que trae como consecuencia formas laborales precarizadas, o como se denomina también “desempleo tecnológico”.  De ello habló Marx o mejor intuyó todas las posibilidades, cuando denominó “transmisión de habilidades y conocimientos de un trabajador a otro”.

La configuración de factores consustanciales con las personas desde que se alcanzó el nivel evolutivo de “homo sapiens”, como lo son: el Conocimiento, la Información, la Comunicación, la Tecnología, la Innovación, exige una nueva configuración y una integración mayor.  

La integración de RRHH, de los Recursos de las Personas, con el Tratamiento a las Personas, con la Formación y los Conocimientos que posee, exige la visión de la persona como un todo único, no divisible. No es persona por un lado, y los conocimientos y otros valores que posee por otro.

“Recursos” de la Persona-Tratamiento a la Persona-Conocimientos 

Exige la integración del Capital Humano, del  Capital Estructural y del Capital Relacional, o en otros términos, de las Capacidades, Conocimientos, Experiencias, Valores, Necesidades, Motivaciones, con las Capacidades Grupales, Valores Culturales Organizacionales, Capacidad de Cambio y de Aprendizaje Organizacional, y las Relaciones Institucionales. 

Ya en la década del 60  hubo una reacción y una controversia entre un grupo de académicos y filósofos acerca de la “Homogeneidad del Capital”, o como se conoce la Controversia de Cambridge, que pretendió diferenciar de los modelos y teorías económicas y organizativas anteriores, el Trabajo y Capital, como insumos por igual del proceso productivo y que se adquirían desde luego como mercancías. 

De manera que la Homogeneidad de Capital fue sustituida por la “Heterogeneidad de Capital”, intentando elevar el trabajo humano. Pero, en la práctica con los años y bajo nuevas formas, actualmente,  vuelve a reducirse el trabajo humano a la condición de capital acumulable, razón por la que se insiste tanto en la formación y hoy día en gestión del conocimiento, como factor directo vinculado a los activos intangibles. 

Este camino condujo en años posteriores  a la Teoría del Capital Humano, que considera el trabajo como forma de capital; en consecuencia, Capital Humano (“conocimientos, habilidades y destrezas” de Levinson), se considera como forma de Capital. El “recurso humano” en sentido amplio o estrecho del término significa el medio o factor disponible en posesión de la empresa. A partir de ese momento cobra interés la actividad funcional de RRHH, y se empiezan a proponer índices e indicadores económicos y financieros que reflejen el impacto de la inversión realizada. A mayor acumulación de Capital Humano mayor crecimiento económico sostenido (Becker, G. 1975), aunque los salarios no tienen los mismos aumentos. 

Y desde un enfoque no marxista, es un stock de conocimientos, habilidades y destrezas que hay que aprovechar al máximo, y que como activo intangible tiene un valor de mercado y se considera parte del Capital. Y el Capital “invierte”, no gasta, en los conocimientos, la formación y la información, y debe obtener el mayor rendimiento posible, que debe reflejarse, supuestamente, en forma de salarios más altos.

Autores como Fischer, S., Dornbusch, R. y Schmalensee, R.  señalan que Capital Humano se desarrolla para explicar la relación de la educación y experiencia con la remuneración, y qué determina la educación que reciben los individuos.

“Es el valor del potencial de obtención de renta que poseen los individuos…incluye la capacidad y el talento innatos, así como la educación y las calificaciones adquiridas”. 

Al decir de Mora, J. H y Hinkelammert, J. F.: “Convertir la vida humana en simple capital humano es punta de lanza de la Globalización”, puesto que la transformación de la vida en capital es la imposición de las leyes más inhumanas del mercado. 

Para el Capital, los conocimientos, las capacidades, son activos, y como en las máquinas, equipos o instalaciones, se invierte y se rentabiliza a lo largo de un período de tiempo. El Capital Humano visto así, no es nada humano; es tan inhumano como cuando se concibió la Organización en términos mecánicos, puesto que concibe como parte del Capital aquellos elementos más tangibles o mensurables de la persona. 

Hay que recordar y tener presente que para los marxistas, Capital es una relación social de producción, en la cual el Trabajo es fuente y valor de las riquezas, no el Capital.

El trabajo es un proceso social que se realiza entre la persona y la naturaleza, en cuyo transcurso regula, controla y hace de mediador, con lo cual no solo transforma la naturaleza, sino que se modifica él mismo con nuevas experiencias, conocimientos, habilidades, necesidades, intereses, valores, sería más adecuado referirnos a esto como Desarrollo Multifacético de la Personalidad, que incluye aspectos no sólo técnicos sino éticos y estéticos. Y este desarrollo depende en mucho de la armonización de las capacidades y necesidades de los individuos con las posibilidades que brinda la sociedad.; depende en mucho de la “dinámica social del proceso de formación de las necesidades y capacidades de la fuerza de trabajo”.  

La capacidad de trabajo “se considera además de la fuerza física, todo el complejo de la preparación socio psicológica del trabajador lo que en su conjunto garantiza la efectividad social del funcionamiento laboral del hombre” (Chuprov, I. V. 1975), una similitud con el concepto de Fuerza de Trabajo de Marx cuando lo define como “el conjunto de capacidades físicas y espirituales que posee el hombre, las que pone en marcha en el proceso de producción de valores de consumo”. 

Sería más adecuado entonces, denominar a lo que posee la persona indivisible, que es además imprescindible y no cambiable, no prescindible y cambiable como muchas veces se dice o se piensa, de acuerdo a la concepción anterior  de la persona-trabajador, como “Riqueza Humana”, o mejor aún como “Desarrollo Multifacético de la Personalidad”, que se desarrolla y proporciona valor por la actividad social que realiza, y no como activo que se usa y calcula al valor del mercado. 

El “Capital Humano”, para nosotros, no puede ser nunca sólo conocimientos o recursos intelectuales y la valoración de éstos a precio del mercado; sería como simplificar la personalidad del individuo a lo mensurable.

 

Capítulo III

Sistemas de gestión integrados. Principios y conceptos. 

3.1Sistemas de gestión integrados

Luego de recorrer y recordar las raíces históricas y conceptuales hasta nuestros días, la época de los sistemas, y caracterizar los tipos de organización que han predominado y predominan, y reflexionar acerca de la filosofía que los sustenta, veamos algunas ideas importantes acerca de la Gestión, y de sistemas de gestión, o gestión con enfoque sistémico.  

El concepto “Gestión”, admitido o “descubierto” hace apenas medio siglo, o mejor dicho esta función genérica, no es otra cosa que proporcionar y aplicar el saber para producir resultados, y sin embargo, es algo diferente, porque presupone la incorporación de este proceso de todos los trabajadores; concepto, por demás, muchas veces rechazado, y otras simplemente se equipara con la administración.  

Por supuesto, se trata de una revolución, porque hasta ese momento no se evaluaba o establecía una relación directa entre los resultados o el impacto y la aplicación del saber; el requisito era el conocimiento, el contenido o el qué de las cosas, y no la aplicación o el cómo de las cosas. 

Muchas veces surge la duda y la interrogante del porqué si se habla de sistemas, se habla también de integración: Y efectivamente, visto así es una redundancia, puesto que el sistema se define en términos de los elementos que lo integran, es decir, que interactúan y se interrelacionan entre sí. Pero cuando se introduce o antepone la gestión, entonces la integración y la integralidad se refieren al sistema de gestión en cuestión. Entonces no es redundante, es una condición que el sistema de gestión debe cumplir para que la Organización del cual forma parte como sistema mayor funcione como tal. 

No es nada extraño, más bien es habitual, observar y analizar en la práctica los esfuerzos para establecer y desarrollar sistemas de gestión, que al interior de sí funcionan “relativamente” como sistemas. Pero, como el entorno inmediato, es decir, la Organización, no funciona como sistema, ni el entorno de la Organización-Empresa tampoco funciona como sistema, se trata entonces de un sistema de gestión “no integrado”; no integrado al sistema mayor que es la Organización, y “relativamente integral” porque difícilmente responde como un “todo”. 

Prácticamente se trata de un enfoque contingencial en el que son las características ambientales (tanto el supra-sistema externo como de la propia organización con relación a sus sub-sistemas), las que condicionan las características del sistema, y donde se pueden encontrar las explicaciones causales. 

Cuando hablamos en términos de sistema, o con enfoque sistémico, y hablamos de sistemas de gestión integrados a la Organización, y hablamos de Organizaciones de nuevo tipo, ya no se trata de producir resultados a nivel individual, ni a nivel de puesto de trabajo, ni en un área o unidad organizativa por separado, sino de integrar. Se trata de que los saberes sean productivos para toda la Organización y a nivel de toda la Organización. Es importante evitar mal interpretaciones, no hablamos de plantear todo a nivel de toda la Organización. 

Veamos en el recuadro siguiente, los cinco aspectos básicos para enfocar un Sistema, según Churcham, W. C (1972) citado por Chiavenato, I. 

Objetivos del sistema global

Medidas de rendimiento del sistema entero, para comprobar si funciona bien. Los objetivos son fundamentales para orientar y dirigir el funcionamiento de los elementos constituyentes.

Ambiente del sistema

Todos aquéllos que está fuera del sistema y por lo tanto fuera de su control, pero que influye mucho determinando en parte su funcionamiento.

Recursos del sistema

Medios que usa para desempeñar sus tareas.

Componentes del sistema, sus actividades, finalidades y medidas de rendimiento

Generalmente las empresas están divididas en departamentos, divisiones, sectores, secciones; sin embargo, un examen minucioso muestra que esos no son los componentes reales de un sistema. El enfoque sistémico se preocupa más por los objetivos, por las misiones, por las tareas o las actividades, y no simplemente por la división interna del trabajo.

Administración del sistema

Crea planes, considera el ambiente, la utilización de los recursos y los componentes, determina las finalidades de los componentes, procede a la consecución de los recursos, y controla el rendimiento del sistema.

 

Volvamos a referirnos a las leyes de la dinámica de sistemas de Forrester, J. a la Ley de límite del sistema, que plantea que las interacciones a examinar son las más relevantes para el problema en cuestión, no son todas las interacciones, ni se trata de agotarlas. 

Así, fuerzas sistémicas críticas pueden surgir dentro de una zona funcional dada, sin que se tengan que agotar las interacciones a nivel de toda la organización. Esto es importante conocerlo y tenerlo en cuenta, pues la gran mayoría de nuestras entidades y empresas, siguen un enfoque o Modelo Funcional o de Áreas Organizativas, e incluso cuando exista o tengan una tendencia a desarrollar modelos y enfoques sistémicos y estratégicos (véase Cuadro 6), el momento en que se alcance una verdadera transfuncionalidad, está lejos aún.

                         

                                                          Cuadro 6

                       Conceptualización de modelos de gestión utilizados

 

Funcional-administrativo

Organizativo

Estratégico

Misión

Control del trabajador

Hacer lo indicado

Desarrollo del personal

Participación según se requiera

Adaptación

Anticipación

Transformación

Cooperación

Trabajo en Equipo

Contenido

Normativas

Procedimientos

Preestablecidos

Optimización parcial

Áreas operativas

Coordinación y conciliación con otras áreas organizativas

Transfuncionalidad

Descentralización de funciones

Funciones

Fragmentadas

Administración del personal

Agrupadas

Desarrollo de Recursos Humanos

Estratégicas

Prospección

Asesoría

 

Implica un cambio de mentalidad profundo, de filosofía y de concepción de trabajo, no sólo de una persona, especialista o técnico, o de un grupo de ellas, sino de toda la Organización. Un cambio en la propia formación y preparación del personal, de nuevos contenidos de trabajo, y quizás el diseño de nuevas disciplinas que integren más los aspectos sociales y los aspectos técnicos.  

Baste preguntarnos y meditar ¿en qué medida se articulan nuestros conocimientos de diferentes disciplinas con el diseño y desarrollo de sistemas de gestión y de modelos organizativos no jerárquicos de las NFO? 

Se plantea una gran contradicción, y es  que mientras la arquitectura interior de las organizaciones sigue en la mayoría de los casos un modelo funcional, este no permite ver claramente las interacciones importantes, puesto que se trabaja en compartimentos estancos. 

Las funciones principales de dirección, planificación, organización y control, se  ejercen en cada una de las áreas estructurales, y a nivel de toda la Organización, pero separadamente una de otras, y todo converge en el área de Dirección, donde se lleva a cabo el mayor número de interacciones. De esta manera es un conjunto de elementos y acciones, divididos estructural y funcionalmente, por lo que no puede recibir la denominación de sistema. 

Un sistema no puede dividirse  funcionalmente, aunque sí estructuralmente, y por eso, aunque se trabaje con un Enfoque Organizativo, es necesario establecer las interacciones e integraciones entre las distintas áreas organizativas que cumplen determinadas funciones. 

Por eso, "el todo", ya sea toda la Organización, o a nivel de cualquier área organizativa, representa siempre más que la suma de las partes, porque representa una propuesta diferente y superior, que exige un tratamiento e instrumentación también diferentes. 

Por la incomprensión, por una parte, y la práctica que sigue su curso sin haber cambiado la instrumentación por otra, la mayoría de nuestras organizaciones, al diseñar y aplicar sistemas de gestión con enfoque sistémico estratégico, siguen cayendo, para parafrasear a Hamel, G. 1997) más que nada en un ritual  formal, reduccionista, elitista, sin involucrar todo el potencial creativo de la organización para desarrollar un proceso de planificación real estratégico, inquisitivo, expansivo, innovativo. 

Cualquier sistema de gestión integrado, recuerden integrado al Sistema Mayor-Organización, es una actividad de múltiples interrelaciones, interdependencias e interactuaciones, por lo tanto debe ser multidisciplinaria e interdisciplinaria, tanto si es de Recursos Humanos como si es de Calidad, Financiero, Comercial u otro. Ninguno de estos (sub)sistemas domina ni somete ni subordina a los demás. Esto es muy importante desde el punto de vista conceptual y práctico.  

Por su dependencia con el medio, ya sea del área organizativa hacia el entorno inmediato que el Sistema-Organización, o de este con el medio externo, todo sistema de gestión, es sistema abierto, diríamos absolutamente abierto; por lo tanto no basta con definir el sistema, diseñar el sistema y decir que se va a trabajar en sistema. En primer lugar, hay que definir los elementos más importantes y las relaciones con el medio, cosa  que muchas  veces no se hace, sino se sigue trabajando con las mismas funciones de la misma forma. 

Estos sistemas de gestión, no son naturales, son intencionales y direccionables, y exigen el trabajo coordinado de un amplio grupo de especialistas de alto nivel intelectual y profesional, Son grandes sistemas por el número de sus partes o subsistemas, o las funciones que se realiza, y poseen una organización estructural compleja  que prevé la conjugación de la Dirección centralizada con la autonomía de las partes, por lo que se puede hablar de "sistemas jerárquicos de niveles múltiples" (Mesarovich, M. D., Macko, D. y Taakahara, Y. 1970).  

Se caracterizan por un comportamiento complejo e integral, con interconexiones complejas y entrelazadas entre las variables, cuyos vínculos son prioritarios, incluida la retroalimentación que conduce a posibles cambios de una o varias variables. 

Intercambian constantemente con el entorno materia, energía  e información. El flujo hacia y desde el entorno es desigual, y normalmente es mayor el que fluye desde el entorno hacia el sistema. En los sistemas abiertos la energía  usada (entropía) es baja, lo cual significa que la organización del sistema se conserva, pero es preciso siempre mantener un equilibrio con el entorno. Cuando hay cambios en el entorno que rodea el sistema, se sistema se adapta, regula el equilibrio, o de lo contrario se desorganiza el sistema. 

Una categoría importante, que es absolutamente necesario tener en cuenta, es la Complejidad de los Sistemas. Por un lado, están las influencias mutuas  entre las variables, por lo que los análisis de los efectos sistémicos son sumamente complejos. Por otro lado, y en relación con lo anterior, no es posible ni necesario describir el sistema y sus interrelaciones en su totalidad.  

Para ello se diseñan Modelos, que no son más que un conjunto de propuestas con determinado nivel de abstracción que describe las variables, clases o una selección de los niveles, como señala Mesarovic (1970). Se puede o debe tener en cuenta: la selección del nivel (es)  teniendo en cuenta las condiciones y las necesidades; los principios utilizados para caracterizar el sistema; los requisitos o restricciones de los niveles, puesto que los requisitos de un nivel pueden actuar como condiciones en otro nivel inferior (hacia arriba los niveles cobran significado de todo el sistema) y hacia abajo se va más al detalle y a los elementos).  

Cualquier modelo que no tenga estas propuestas no es un modelo completo. Y cuando se diseñe y proponga un modelo completo, aún es insuficiente. 

                                                   Modelos de sistemas de gestión

 

Debemos recordar que Marx y Engels, los máximos exponentes del enfoque sistémico aplicado al sistema más complejo, a la Sociedad, mostraron que la sistematicidad, la integridad, obtiene  su máxima expresión, señalando que la sociedad como sistema de orden social no es un conglomerado mecánico, sino un “conjunto objetivamente existente de fenómenos sociales interconexos de manera orgánica”. No hay ni puede haber sistema social sin la persona, sin sus objetivos; de la misma manera y por la misma razón, no es posible seguir tratando a una Organización como sistema social, relegando a las personas y las relaciones entre las personas a un segundo plano.

Lo principal de los sistemas integrados son las cualidades integradoras. Tanto si se trata  de un Sistema de Gestión Integrado de los Recursos Humanos (SGIRH), o de la Calidad, Comercial u otro, como de una NFO, la cualidad sistémica de estos no lo poseen sus componentes en sí.  

La cualidad integradora lo pone, la persona, el individuo, que hace que los componentes puedan integrarse. Por eso, es fundamental el trabajo individual con cada persona, el trabajo con el grupo, con el colectivo, el trabajo en equipo, y la cooperación; no la cooperación de la primera manufactura, que profundizó la especialización sobre la base de una mayor fragmentación y división del trabajo, sino la cooperación integrativa colaborativa. En la cooperación se crea una fuerza productiva nueva, masiva por su esencia, y el propio contacto social, la interacción de los trabajadores, "produce una emulación...que eleva la capacidad individual de rendimiento" (Marx, C.). 
 

CUALIDAD INTEGRADORA               PERSONA              SISTEMA 

En resumen, a continuación detallamos los atributos más importantes de un sistema de gestión integrado, en  que los  vínculos internos entre las partes y con el exterior son prioritarios:

Los cambios que tengan estos atributos no se imponen por decreto, sino que deben ser diseñados, discutidos, conducidos y controlados desde "dentro del sistema". Si se trata de sistemas de gestión integrados o Sistemas de Gestión Global (ERP o Enterprise Resource Planning), la clave ya no es sólo la integración de los componentes funcionales, sino la integración de toda la cadena interna. 

Los avances de los sistemas de información permiten la optimización de los procesos internos, o de toda la cadena de valor de la empresa. Los software a través de la transmisión lógica de datos ofrece la posibilidad de conectar los componentes de cada subproceso y subsistema, y de organizar, codificar y estandarizar todos los procesos.  

Es así que evolucionan los sistemas MRP (Material Requirements Planning) desde la gestión de materiales, de cuándo y en qué cantidad deben producirse y comprarse los materiales hasta gestionar la capacidad productiva disponible para realizar los planes de producción, hasta los sistemas ERP que se imponen, puesto que integran desde compras-producción hasta la distribución. 

Lo que sucede es que la utilización de bases de datos compartidas por diferentes áreas de la empresa, trae aparejado la ventaja de disponer de grandes conjuntos de información, pero con las limitaciones que impone la complejidad del cúmulo de información; lo que impone una necesaria rigurosidad en el tratamiento, priorización y actualización de la información. 

Ya no puede ser la mera transmisión de datos entre las partes o unidades organizativas aisladas, ni pretender que al compartir la información se logra automáticamente la integración. Es necesario modificar la naturaleza de las relaciones entre las áreas funcionales en la empresa, y entre las empresas. Lo primero es entender que no se trata sólo de compartir la información, sino de compartir los conocimientos, y eso, son palabras mayores. 

Es una tecnología facilitadora, y hay que entenderlo como tal; fuerza a cambiar los procesos y las técnicas y los procedimientos de trabajo, facilita las interconexiones, afecta la Organización estructural y funcionalmente, influye en los procesos de dirección; pero nunca sustituye a estos. 

Las interconexiones entre los componentes de los procesos y sistemas posibilita la optimización de los procesos, de lo contrario cada sistema o subsistema funciona  en sí y para sí, lo que en la práctica se convierte o constituye en el enfoque funcional tradicional, con el tratamiento de cada función por separado. 

No está de más recordar que una función no se equipara o no es equivalente a sistema. Este es un punto esencial para cambiar los procedimientos de trabajo si realmente se trabaja con enfoque sistémico.

FUNCION =/= SISTEMA 

Volvemos  a insistir en la importancia del desarrollo de los valores culturales nuevos, directamente relacionados con el desempeño superior de las personas en las NFO. Estos valores no son universales, pero algunos no pueden faltar, como por ejemplo:

 

La era de las organizaciones sistémicas, de las organizaciones en aprendizaje apenas comienza. Su consolidación y desarrollo pasa por la superación de los supuestos, de las políticas, y las expectativas de las etapas anteriores.  

En lugar de un trabajador dependiente se necesita un trabajador interdependiente, colectivo; en lugar de un trabajador conservador, uno creativo; en lugar de un trabajador que compite, uno que trabaje en equipo; en lugar de un trabajador que considera y vive los cambios como problema, uno que lo considere como nuevas oportunidades; en lugar de un trabajador con pensamiento lineal, uno con pensamiento sistémico; en lugar de un trabajador inactivo o reactivo, uno que sea capaz de crear el futuro. Todo esto, pasa  por la preparación y superación continua de todos los trabajadores en todos los temas importantes, sin excluir a nadie. 

3.2 Funciones principales de la Organización

No nos vamos a referir a las cuatro funciones  fundamentales de Dirección, establecidas sobre la base de los principios y conceptos históricamente identificadas en los acápites anteriores, a saber, ejecución directa, dirección, planificación, organización y control, de las que    existe una profusa bibliografía. 

Sólo vamos a recordar que la propia denominación de tales funciones lleva implícito los principios de separación del trabajo de dirección y el trabajo intelectual del trabajo  manual y de ejecución directa, presentes en Taylor (Shop management), en Gantt (Work, Wages and Profits), y Fayol (Industrial  and general Administration). 

Incluso dentro de las propias funciones intelectuales y ejecutivas, surge una división, y es así que las funciones de organización y control directamente relacionadas con los procesos de ejecución, es  llevado a cabo por trabajadores de la categoría ocupacional técnicos, mientras la organización y control como función auxiliar no aplicado al proceso de ejecución directo, determina la existencia de la categoría ocupacional administrativos y de servicios. 

Por todo ello, se ha estado diciendo  durante décadas y décadas, que la relación del trabajador al proceso de producción determina el carácter de la función, y el carácter de la función determina la existencia de categorías ocupacionales. Surge la concepción de que funciones directamente relacionadas con el proceso de ejecución, por su complejidad, no requerían nivel educacional y de formación altos, y es así, al menos eran y son relativamente mucho más bajas en comparación con los técnicos, por ejemplo. Sin embargo, las funciones técnicas separadas de la ejecución pero consideradas directamente relacionadas, por tener mayor componente intelectual, sí requerían un nivel de formación superior. 

Concepciones no sólo falsas, sino contradictorias. Pensemos por un momento en un escenario posible. No se trata, como es usual pensar, que es necesario concebir un trabajador con nivel  superior de educación que desempeñe las funciones de obrero.  

Si el obrero realiza complejidades de trabajo superiores a la división funcional del trabajo establecido, y de eso se trata  en las NFO, entonces, ya no se trata de la categoría ocupacional obrero;  si los obreros ya no sólo modifican, transforman o cambian de estado el objeto de trabajo directamente o a través de los medios de trabajo, sino también realizan trabajo analítico, organizativo y de  control, correspondiente  a la categoría ocupacional de técnicos, entonces ya no se trata de obreros.  

Parece evidente, pero no lo es, que las NFO, que buscan la integración de las actividades, funciones, procesos intelectuales y manuales, requieren que la clasificación actual se redefina. De lo contrario, no se produce la superación  de un principio históricamente establecido, no se produce la integración. 

Es posible que los cambios en la división funcional, antes de llegar al replanteamiento de las categorías ocupacionales y las diferencias de complejidad entre éstas, las complejidades puedan tener solución práctica estableciendo un continuo de grados, lo cual de hecho rompe con los límites de los grupos establecidos. El punto inicial puede ser el establecimiento de los puestos genéricos, y como su nombre lo indica, en éstos no se encuentran las especificidades; las especificidades hay que identificarlas, construirlas y aplicarlas en la Organización de acuerdo a sus necesidades. 

Un continuo de grados que abarque indiferenciadamente todas las actuales categorías ocupacionales es un viejo anhelo de la Evaluación del Trabajo, que ha visto como con los nuevos métodos organizativos todo lo que divida a unos trabajadores de otros es dañino y limitante, y va contra el enfoque  sistémico que se quiere implantar. 

Por ello, la solución más salomónica que se ha propuesto es “paga lo suficientemente alto como para que el trabajador sienta que se le paga de más”, y hazlo que se concentre sólo en su trabajo y despliegue su conocimiento. De hecho se hace hoy día en algunos países y actividades, con algunos de los tipos de organización referidos en el capítulo anterior. 

Cuando se le dice al trabajador “haga esto y recibirá aquello”, se envía el mensaje oculto de que la tarea no tiene valor en y por sí misma, pues debe darse algo a cambio de ella.  Además recordemos que las recompensas:

 

Desde el punto de vista de la Evaluación del Trabajo es una tarea muy compleja. Concebir y llevar a cabo la implantación de un sistema que abarque a todos los trabajadores, significa introducir factores que son de tipo muy subjetivo.

Cuando se adoptó el método mecanicista-burocrático o taylorista, de la división máxima del trabajo y de la separación de las funciones manuales de las intelectuales era muy fácil hacer una metodología que recogiera las diferencias entre las acciones manuales, y de éstas con las intelectuales. Sin embargo, las funciones intelectuales son más difíciles de medir, en particular la función de Responsabilidad asume la máxima complejidad y subjetividad.   

Pero si no se solucionan los problemas de división  funcional históricamente establecida, desde luego que se contraponen las funciones de las categorías ocupacionales con el nivel técnico-educacional y de preparación necesaria, y mientras mayor sea este último, mayor es la contradicción, y menores los resultados.

Al momento de hablar de integración, de sistemas, de complejidades, de transfuncionalidad, de nuevas relaciones socio-laborales en las organizaciones, es obligado pensar en diseñar funciones que no sean privativas de una categoría ocupacional, sino en funciones que se realizan con un continuo de complejidades en dependencia de las exigencias de las actividades. 

Con los conceptos y los nuevos principios, el lenguaje cambia también. No es posible hablar de "superiores" al referirse a los jefes, si no se trata de una "línea de mando" en una jerarquía de rango; y porque si hablamos de superiores es que se conciben los "inferiores", es decir, los subordinados. Se comprenderá que en una Organización que se basa en conocimientos, y el aprendizaje es igual para todos, con las mismas oportunidades, es difícil asimilar estos conceptos.

De manera que en una organización jerárquica, cabe hablar de superiores-inferiores, facultades superiores, poder superior, incluso conocimientos superiores, pero en una organización de nuevo tipo, se debe hablar de Dirección Participativa Cooperativa, de cooperación colaborativa, de trabajo en equipo, de líderes, de seguidores, incluso de liderazgo grupal, de autoridad  colectiva, de responsabilidad colectiva. 

Al decir de Menguzzato, M. (1997): " El cambio democrático depende de la intención de sus líderes, la unidad de sus seguidores, la claridad de la visión, la coordinación de los diversos esfuerzos, la honestidad de la retroalimentación". 

Una y otra vez, sea  en organizaciones sistémicas u otro tipo de organización, cuando se habla de funciones nuevas, se enfatiza en el liderazgo. Y ciertamente, la transmisión de la visión, la generación de compromiso e integridad, la colaboración, la aceptación de retos, la congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos, y la toma de decisiones, no son características habituales de los "superiores" o de los directivos por el hecho de serlo. 

Pongamos, por ejemplo, el trabajo por proyecto, o la Dirección Integrada por Proyecto (DIP). Esta organización que funciona como una organización temporal, independiente o autónoma, con una estructura generalmente matricial, en la que se cruzan la organización funcional vertical a la que  pertenece y responde, con la estructura por proyecto, horizontal, si lo analizamos a nivel global de la organización, es una organización en transición en la que se crea una colaboración activa y estrecha entre las funciones verticales con responsabilidad directa para apoyar los objetivos a nivel de toda la organización, y estas propias funciones sirven de apoyo a la ejecución del proyecto temporal. 
 
 
 
 
 
 

                                                   Estructura vertical 
 

                                                                        funciones

            Proyecto 

Sin embargo, en las relaciones “jefe-subordinado” se producen cambios reales y profundos. Mientras en la estructura piramidal sigue existiendo las relaciones jerárquicas, en la unidad o Equipo donde se lleva a cabo el Proyecto, la relación director-integrantes es de iguala igual, porque el énfasis se pone en el flujo de trabajo horizontal. 

Cuando se habla de NFO y de las funciones necesarias, hay que hablar de la organización interna, ya sea de las áreas funcionales u organizativas, ya sea si se trata de un Enfoque Funcional u Organizativo: Pero si se trata de un Enfoque Estratégico, entonces las funciones tradicionales tienen acción e impacto limitado, puesto que este enfoque exige un trabajo sobre la base de una Planificación Estratégica., más allá de la organización operativa que define y da respuesta a la Organización según sea su tamaño, nivel tecnológico, condiciones de trabajo o la capacitación de sus trabajadores. El Enfoque Estratégico es una filosofía, pero también una concepción de trabajo, y unos procedimientos que posibilitan su instrumentación. No se soluciona con una declaración de fe o de buena voluntad. 

Y es que una Planificación Estratégica exige no sólo el trabajo coordinado y de interrelación de las funciones, sino un trabajo fuerte con las Normas Culturales de la Organización, la elaboración sistemática y sistémica del Diagnóstico interno y del ambiente externo, y el trabajo de los Escenarios, o la prospección de la situación deseada. No se trata de planes de las áreas, que proyectan los medios y las vías para su cumplimiento con alto grado de probabilidad de ocurrencia, sino de describir la situación futura y la trayectoria que permite llegar a ella. De manera que el Enfoque Estratégico se diferencia marcadamente de los dos anteriores, o digamos los tradicionales, aunque no se excluyen. 

Digamos, la planificación, mantenimiento y desarrollo de los recursos humanos seguirá siendo la misión de una Dirección de RR.HH., con tratamiento integral y multifacético de las personas, pero la misión se llevará a cabo de una u otra forma, en dependencia del enfoque. En el caso del Enfoque Estratégico, la gestión de la función que sea, no se asume única y solamente la responsabilidad por el área en cuestión. Parece una contradicción, pero en la medida en que las áreas organizativas asumen mayor responsabilidad, tengan mayor descentralización y autonomía, en esa misma medida las áreas organizativas deben colaborar más entre sí.  

De esa manera, los objetivos de un área no son privativos de la misma, y es así que se pueden llegar a integrar a nivel de toda la Organización. Más que la carencia de una planificación estratégica a nivel de cada área organizativa o función principal de dirección, es una constante en nuestras organizaciones, la falta de una colaboración entre las distintas áreas organizativas. La falta de polivalencia del personal técnico y la rigidez de los puestos de trabajo limita también los contenidos y la proyección estratégica a nivel de toda la Organización. 

En resumen, mientras los enfoques funciona-administrativo y el organizativo siguen promoviendo las normativas, el segundo constituye un paso de avance, ya que agrupa las funciones por áreas operativas, y trata de conciliar y coordinar los intereses de una determinada área con el resto de las áreas, lo cual exige mucho esfuerzo y toda la responsabilidad; en tanto el Enfoque Estratégico establece interconexión y una colaboración activa entre las áreas.  

Pero esta “permeabilización” entre las áreas tradicionales, las establecen las personas; los trabajadores de nuevos conocimientos y de altas motivaciones. 

3.3 Estructuras

Cuando hablamos de tipos de organizaciones, estamos hablando, entre otras  cosas, de Estructuras. Es lo primero que viene a la mente de todos, cómo se agrupan las unidades, cómo se relacionan, las subordinaciones, los controles. Para ello se hacen los organigramas que permiten no sólo visualizar e identificar los tipos de estructuras, sino que establecen las normas de funcionamiento. Y he aquí el primer y gran error, la equiparación mecánica de los organigramas con las estructuras.  

“Las organizaciones crean estructuras para facilitar la coordinación de las actividades y para controlar los actos de sus miembros. La estructura misma está compuesta de tres elementos. El primero se refiere al grado en que las actividades de la Organización se descomponen o diferencian. Esto se llama Complejidad., al menos de acuerdo a los principios tradicionales.

En segundo está el grado en que se usan las reglas y procedimientos, este componente se llama formalismo.

El tercer componente de la estructura es la Centralización, que se refiere al punto donde radica la autoridad para tomar decisiones. Estos tres componentes, juntos, constituyen la estructura organizacional” (Robbins, P. S. (1994).

Estructura = Complejidad + Formalismo + Centralización 

En el siguiente recuadro se caracterizan los componentes principales.

 

Las organizaciones burocráticas y mecanicistas han creado grandes estructuras burocráticas, que todos visualizan e identifican, los nuevos tipos de organizaciones difícilmente los pueda identificar alguien. Ya no basta con el organigrama, puesto que hay elementos o determinantes que los caracterizan, como la Capacidad de Reacción o Flexibilidad que simbólicamente no se representan. 

Lo que queremos decir es que la estructura o la “arquitectura organizacional”, es mucho más que un organigrama, que en el mejor de los casos debe representar formalmente, la forma que adopta la Organización, la forma que adoptan las relaciones y las agrupaciones entre las personas para que organicen eficiente y eficazmente los recursos materiales y financieros a disposición para cumplir una función o un objetivo. En otras palabras, la mejor forma para llevar a cabo las funciones de Dirección; y esto, recordemos, es precisamente un objetivo de las NFO.

Por lo tanto, cuando se concibe, diseña e implanta una estructura, se piensa, en primer lugar, en cómo organizar a las personas para que lleven a cabo de la mejor manera la misión, en este caso, de las NFO. 

Desde la década de los 60 del siglo XX, Chandler, A. (1962) verificó que “la estructura sigue a la estrategia”, reafirmando lo dicho por Burns, T. y Stalker, G. M (1961) y más tarde por Miles, R. E. y Show, C. C. (1978), elaborando así una tipología de estructura basada en la adaptación entre la estrategia, el entorno y las metas organizacionales (Cuadro 7). 

                                              Cuadro 7

                                        Tipología de estructura

 

Mecanicista

Orgánica

Estabilidad en los mercados

de productos

Defensor

Analizador

Mercados de productos dinámicos/inestables

Reactor

Proyectista

(Combinación de Burns y Stalker y Miles y Show, tomado de Tyson y Jackson, 1997)

Leyenda:

Defensor (Gama limitada de productos)   

Analizador (Comercialización en masa de bienes de  consumo baratos. Capacidad de construir unidades de negocios nuevos

Reactor (No tiene estrategia consistente. Tarda en pasar a posiciones nuevas a pesar de las oportunidades)

Proyectista (Busca y explota productos nuevos con rapidez. Poca formalización, estructuras flexibles y competencias en tecnología diferente.) 

Si hacemos un análisis horizontal, observamos que estrategias diferentes con estabilidad en los mercados, determinan estructuras más estables, menos flexibles, con relativa mayor burocracia, sean estructuras mecanicistas u orgánicas, que aquellas otras  con mercados de productos dinámicos. 

Pero Greiner, L. E. (1972) defiende la idea de que es la estructura la que determina la estrategia. En todo caso, se influyen mutuamente, y como señala el propio autor, los cambios en las empresas es un  proceso dinámico, de evolución, y los cambios en las variables de cada caso deben ir acompañados de cambios que sean de la estructura o de la estrategia. 

En la década del 80 del propio siglo, primó el concepto de que había que buscar el liderazgo en costos, y que las estrategias deben apoyar las fortalezas de las empresas (Porter, M. 1980). Cuando se trata de estrategias de diferenciación, como puede ser el caso del Analizador o el Proyectista, requieren flexibilidad y enfoques mucho más orgánicos, diríamos más sistémicos. 

Pero, cuando la estrategia es Defensiva o tardan en ocupar posiciones nuevas, como es el caso de la estrategia reactiva, entonces se apoyan en organizaciones de tipo mecanicista con controles fuertes. No es secreto para nadie que siguen predominando estructuras más o menos mecanicistas, porque predominan estrategias  defensivas, pero aunque pueden estar en mayoría, no son las que marcan las pautas. 

Si la Estrategia marca pautas a la Estructura, o se influyen mutuamente, no  es menos cierto que la Estructura la hacen las personas, y sin las personas que respondan a las exigencias, no se hacen las estrategias. Ni la Estrategia ni la Estructura se pueden aislar de otras variables e influencias externas. 

No se debe diseñar la estrategia hasta tanto no se tiene clara la estrategia a seguir, ni acometer la estrategia sin el diseño conceptual de la estructura que lo puede posibilitar. No hablamos en este caso de detalles, que pueden afinarse y ajustarse de forma sistemática y periódica, sino de la concepción general. A nadie se le ocurre pensar en una estructura mecanicista para llevar a cabo una organización por Proyecto. 

La estructura de organización para una DIP se identifica conceptualmente con una estructura matricial y un tipo de organización muy flexible con gran capacidad de reacción, independientemente que puede pertenecer a otra organización mayor existente, altamente motivadora, en la cual los integrantes deben asumir, todos y cada uno, una mayor responsabilidad, que induzca a la participación activa y la colaboración, con una mayor Visión o capacidad para concebir y crear, con alta Determinación o fortaleza mental para perseguir los objetivos, e Integridad o congruencia entre el pensamiento y lo que se hace, de cada integrante del proyecto, y con un Liderazgo Colectivo que genera compromisos.

Liderazgo-Visión-Determinación-Integridad 

Si esto no se produce, no puede haber trabajo interdisciplinario, ni se actúa por convencimiento, la estructura no funciona, mucho menos la de la DIP, y la estrategia diseñada no se sigue ni se lleva a cabo tal y como fue concebido. 

En cualquier caso, lo que hemos visto desde el acápite de Tipos de Organización, en el diseño de la Estructura de las organizaciones, tradicionalmente, intervienen básicamente tres aspectos:

Los niveles jerárquicos

Los márgenes de control

La agrupación de actividades 

En la misma medida en que se conciben y diseñan NFO menos mecanicistas, más flexibles, con mayor capacidad de reacción, menos niveles y menores detalles de control, la toma de decisiones esté más cercana a la ejecución, exista mayor grado de coordinación y de descentralización, los niveles jerárquicos serán mínimos o desaparecerán. Los  márgenes de control o la cantidad de personas que se interrelacionan será menor (no mayor de 3-7) y la agrupación de actividades será mayor en función de la similitud de funciones y de procesos. 

Mucho se habla del diseño de las organizaciones y el tipo de organización que sustentan las NFO, en relación a la tecnología nueva, y muchos consideran que las NFO vienen determinadas únicamente y sobre todo por la tecnología. Ciertamente, las propuestas de Sistemas de Gestión integral (ERP) o Sistemas de Gestión Global, organizaciones en red, se basan en la aplicación de nuevas tecnologías y la integración creciente de los sistemas computarizados y de automatización. 

Pero, por ese camino, se adopta el Enfoque Tecnocéntrico, o del dominio de la técnica, con la mínima presencia del factor humano o la persona, por lo que no habría que preocuparse ni ocuparse por sus necesidades, o su desarrollo multifacético; sólo de sus capacidades y conocimientos que potencian la técnica. 

Nos parece más atinado el Enfoque Antropocéntrico que aboga por el rediseño de los puestos de trabajo y de las organizaciones (Corbett, J. M. 1990).

Rediseño de Puestos de Trabajo-Rediseño de la Organización 

Como señala un autor: “En lugar de incorporar casi todos los conocimientos y la secuencia del trabajo, en la medida de lo posible, en el sistema computarizado, en este caso la computadora sirve como sistema de información general y consistente, y también operaciones de rutina, pero deja la planeación de las acciones laborales a la capacidad de los trabajadores y los diseñadores” (Brodner, P. 1990) (el subrayado es nuestro). 

A partir de cinco partes, y de cinco tipos de descentralización, Mintzberg, H. (1984) propone cinco tipos de estructuras organizativas (ver Cuadro 8); es interesante, en este caso, ya clásico, observar cómo se siguen manteniendo las divisiones entre la base  o el denominado Núcleo de Operaciones, la Línea Media, el Staff de Apoyo y la Tecnoestructura, y la cúspide o el Ápice estratégico., como aparece en el esquema siguiente adaptado: 

 

                                        Tipología de estructura organizativa

 

La integración de las funciones de dirección y las funciones de ejecución, que debe ser principio de las NFO y las NFOT, como el trabajo en equipo, la alta profesionalidad, marcan tendencia para que las pirámides jerárquicas desaparezcan, y adquieran distintas formas, ya sea de red, circular o romboide, pero donde existe un grupo mínimo de directivos administrativos, así como grupo mínimo de trabajadores de servicios, y la mayor parte de los trabajadores sean especialistas y técnicos.  

Esto tiene profundas consecuencias conceptuales y prácticas para los sistemas salariales, para el reconocimiento de las complejidades, la propia estimulación individual y grupal o del colectivo. 

Los tipos de organizaciones, los sistemas, estructuras y las funciones, se mueven en la dirección de la integración, sobre la base de altos niveles de innovación, el uso de la inteligencia y la gestión del conocimiento, que no se detiene en la utilización del conocimiento en la información, sino que debe alcanzar actuaciones que posibiliten las nuevas relaciones sociolaborales. 

Al decir de North, K. (2004), los desafíos de innovación para los próximos diez años, se basan, entre otros, en: integración individualizada de productos físicos y servicios; entre clientes, proveedores y comunidad profesional como co-innovadores; nuevas tecnologías que acortan los procesos de innovación; con los costos de desarrollo que se incrementan pero el tiempo de amortización se reduce. 

Se imponen sin lugar a dudas las NFO, que más que una posibilidad para nosotros debe ser una necesidad, como expresión de nuestra cultura y los avances científico-técnicos. Que condicionan no sólo nuevas formas de organización y dirección, sino incluso modificaciones de las relaciones sociales en los sistemas de las organizaciones.  

 

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Capítulo IV 

Enfoque interdisciplinario para el estudio del comportamiento Organizacional.

De la Cultura de la Eficiencia a la Cultura del Apoyo e Innovación.

Valores de una Dirección Integral Colaborativa 

4.1 Enfoque interdisciplinario para el estudio del comportamiento Organizacional.

La necesidad de desarrollar un enfoque interdisciplinario que apoyara el buen desempeño de las personas dentro de la organización, fue en cierta medida sugerido ya por Henri Farol  cuando señalaba que: "En toda clase de empresa, la capacidad principal de los agentes inferiores es la capacidad profesional característica de la empresa, y la capacidad principal de los grandes jefes es la capacidad administrativa", pero guardando las distancias, lo que queremos destacar es la consideración del autor sobre la posibilidad de que el personal de cualquier empresa, a cualquier nivel, sea capaz de desempeñar las funciones esenciales, a saber: la técnica, la comercial, la financiera, la contable, la de seguridad y la administrativa. 

Por enfoque interdisciplinario estamos considerando aquel enfoque que permite que el objeto de estudio se analice de forma integral a través del estudio de las interrelaciones que se establecen entre las diversas disciplinas que intervienen en el proceso. 

Como el Comportamiento Organizacional analiza, interpreta y trabaja la conducta de las organizaciones, y desde el primer momento hemos dicho que las organizaciones son sistemas sociales complejos, para entender qué ocurre con las personas y las causas de sus comportamientos en todos los aspectos y a todos los niveles, es imprescindible alcanzar la integración de las grandes Disciplinas Sociales y las Disciplinas Técnicas. 

Desde la Sociología, pasando por la Psicología, hasta las Ciencias Políticas y la Antropología., y las disciplinas técnicas, sin simplismos que no capturan las complejidades del proceso, tanto técnicas como de comportamientos. Si se desconocen las Disciplinas Técnicas, se vuelve a cometer el mismo error histórico de éstas de desconocer las ciencias sociales en un momento determinado. Por lo tanto, también se deben integrar al estudio y entendimiento del Comportamiento Organizacional, de lo contrario, se sigue dando tratamiento exclusivamente técnico de los procesos de trabajo. 

En la actualidad, el empleo de este enfoque se hace indispensable, pero también es mucho más complejo, partiendo de considerar el nivel de integración que es necesario conseguir con el mismo. Esto hace que muchas veces se rechace o se trabaje de forma parcial. Exige un cambio no sólo de mentalidad sino de concepción, donde las personas deben ser capaces de ir integrando los conocimientos que tienen de una disciplina u otra con las demás,  de tal manera que les permita ver y actuar sistémicamente. Para lograr este enfoque integral es necesario que los directivos tengan una visión diferente acerca de su papel como (pro)motores de la organización y que sean  integrativos en su desempeño. 

El pensamiento sistémico, como se ha explicado, es la base para el desarrollo de las NFOT, lo cual deja atrás el principio de la división del trabajo y la cooperación sobre la base de la súper especialización de las personas en el puesto de trabajo. Se trata de entender y aplicar la "complejidad dinámica" (Forrester, J.) que encierra el enfoque sistémico. De tal manera la mayoría de los problemas en cualesquiera de las áreas organizativas o de los procesos, no son problemas privativos de esos lugares, y muchas veces ni siquiera se originan en los mismos. Las causas no están siempre, o casi nunca, a la mano, ni el análisis tradicional en el cual causa - efecto están próximos en tiempo y espacio, como hemos dicho con anterioridad. 

Se trata entonces de escoger entre una gran cantidad de variables, un grupo de las más importantes y mediante el proceso de análisis establecer la complejidad dinámica. Esto sólo se puede hacer mediante un trabajo en equipo multidisciplinario e interdisciplinario que facilite la cooperación con colaboración como un nuevo valor cultural y de cambio dentro de la organización. 

Para lograr establecer la complejidad dinámica es necesario un pensamiento complejo. El saber complejo no es el saber en si mismo de alguna de las disciplinas,  sino tener en cuenta el saber de las otras dimensiones de la realidad. 

El trabajo en grupo permite realizar la ampliación y el enriquecimiento de tareas no sólo a nivel individual sino con un enfoque colectivo. De esta manera se configura un trabajador colectivo capaz de abordar una actividad laboral más amplia e integrada. La autonomía que se ejerce en el funcionamiento de los mismos permite una mejor distribución de las tareas y responsabilidades teniendo en cuenta las diferentes capacidades y preferencias de los miembros del grupo.  

Las relaciones que se establecen dentro del grupo favorecen una mayor comunicación de conocimientos y prácticas profesionales lo que sin duda desarrolla la potencialidad de los trabajadores implicados 

4. 2 De la Cultura de la Eficiencia a la Cultura del Apoyo e Innovación.

Desde hace algunos años y en la medida que avanza el siglo XXI, las tendencias económicas y demográficas, derivadas del proceso de globalización, en el cual por cierto, se produce la confrontación entre los países desarrollados y el resto de los países, entre los países con tendencia al decremento del empleo y la aplicación de tecnologías de punta y los países con cada vez más altos niveles de desempleo, y todos con una distribución cada vez más desigual de las riquezas, están causando un gran impacto en la Cultura Organizacional.  

Y es que el anuncio de una intervención de cambio o de Desarrollo Organizacional, empieza o termina, tanto en los países capitalistas desarrollados como en los demás, en la reducción de empleo, en la emergencia de formas laborales precarizadas, en nuevas prácticas de calificación de la fuerza de trabajo  de corte elitista en la misma medida en que son excluyentes, en definitiva, en la aparición-desaparición de puestos de trabajo. 

Esta incertidumbre, socialmente construida a partir de las políticas adoptadas, a nivel de las organizaciones, hace distinguir y llamar a los que salen fuera de estos procesos, por los cambios técnicos y organizacionales inducidos por la competencia de mercados, como las “clases perdedoras” (Bourdieau, P. 1998). Prescindir del personal fijo, que hace ahorrar costos, controlados socialmente por el terror del mercado de la fuerza de trabajo, muy cambiante, es lo que llamaba Weber, M. el “látigo del hambre”. 

Este es un impacto evidente y que se incorpora como parte de la cultura en las organizaciones que llevan a cabo cambios, bajo estas políticas de exclusión. Como parte del Comportamiento Organizacional en estas sociedades, están también el manejo y la modificación de las conductas y las actitudes laborales, ya sea para implementar  la Calidad Total o la Reingeniería de procesos o alguna de las tantas herramientas y técnicas de tecnologías “blandas” para elevar la productividad.  

Estas nuevas tendencias y los cambios dinámicos hacen que las organizaciones y las instituciones en el mundo de hoy, todas en general, no sin contradicciones, se debaten en la urgente necesidad de orientarse hacia los avances o los progresos tecnológicos en el amplio sentido de la palabra, es decir, tecnologías entendidas como los conocimientos estructurados como métodos que se aplican en todos los ámbitos de la Organización, y que adopten la innovación como uno de los valores culturales principales. 

Pero, a este enfoque en los años recientes, sobre todo en la década de los 90 del siglo XX, que aboga por la potenciación del conocimiento, la mayoría de las veces desvinculado y desenfocado de los nuevos conceptos de Dirección más allá de la Administración, es posible quitarle o no considerar el “lado humano” de McGregor del cambio de las organizaciones, como muchas veces se dice, pero que fue olvidado en la práctica demasía.  La mejora de la organización de los procesos, la eficacia de la dirección, la formación y preparación de los trabajadores, exige no sólo que se considere el “lado humano”, sino que se integren y sean una misma cosa, la dimensión técnica y la dimensión social. 

Todos estos cambios van conformando una nueva Cultura Organizacional, caracterizada por una nueva manera de pensar y de visualizar la organización toda, por una nueva manera de desarrollar las actividades, y una actitud y  valores dirigidos hacia la innovación y la creatividad.  

Si la Organización se concibe y se trabaja en sistema, es decir, que se configuran todos sus componentes interconectados para un determinado propósito, no es posible tratarlo de manera fragmentada y como agregados de muchas disciplinas. He aquí la importancia del enfoque interdisciplinario, y transfuncional para las distintas funciones, para trabajar la Organización como sistema.

Los valores se van modificando como efecto del aprendizaje continuo de las personas ante la necesidad de comprender el cambio que de por sí se originan ante la introducción y desarrollo de las nuevas tecnologías en la organización.

El cambio profundo de una Organización, exige un Aprendizaje Organizacional capaz de transformar la Cultura de la Organización; y esto constituye parte esencial del Desarrollo Organizacional, evolutivo por su esencia. Lo que sucede es que la cultura predominante, no concibe que una Organización esté siempre en transformaciones, y los cambios se ven como parte de las intervenciones que las más de las veces siguen una lógica formal. Es decir, se sigue una visión utilitaria, buscando la máxima eficiencia humana a partir del supuesto ordenamiento de los recursos de la Organización. 

Como Cultura Organizacional va de la mano del Cambio Organizacional y del Desarrollo Organizacional, a los que realmente separa sólo una fina línea, pues el desarrollo constituye una continuidad de cambios, aunque el Cambio puede constituirse en saltos discontinuos, veamos algunas ideas acerca del Desarrollo Organizacional. 

En primer lugar algunas definiciones. Así, está la definición clásica de Blake, R. (1971) dice que es un esfuerzo planificado y sistemático de renovación que tiene por fin lograr una excelente empresa, es decir, que “esté bien administrada y emplee a sus miembros óptimamente para sus metas productivas”. Tiene sus raíces en la integración desde un principio, de la Planificación Empresarial (Steiner, G. 1974), entiéndase estrategias y objetivos, la Dirección Por Objetivos (Drucker,P. 1954, Odiorne, G. y Humble, J. 1970), la Consultoría de Procesos (Stein, E. 1969) y las Ciencias del Comportamiento (Blake, R., Bennis, W., y otros). 

De cómo se ha ido modificando en las últimas décadas, y la relación que tiene la instrumentación de los cambios a distintos niveles para que la Organización, sobre todo la modificación de las prácticas habituales, los comportamientos y los valores culturales, que permita una adaptación a las fuerzas que actúan en y sobre la Organización, lo dicen las ideas siguientes. 

Bennis, W. (1969) dice que es una “compleja estrategia educacional con la finalidad de cambiar creencias, actitudes, valores y estructura de las organizaciones..”; Beckhardt, F. (1969) enfatiza en el “esfuerzo planeado que abarca toda la organización”; Friedlander y Brawn (1974) son más específicos y dice que es “un esfuerzo planeado sustentado en la ciencia del comportamiento…”, y Schmuk y Miles (1971) lo interpretan como “un cambio de la cultura de una organización que pasa de un estado que se resiste a la innovación a un estado que planea y utiliza procedimientos para promover la adaptación a los cambios..”. 

Es importante subrayar que Desarrollo Organizacional, al igual que el Comportamiento Organizacional, implica valores humanísticos para la modificación de hábitos y comportamientos. No es un curso de capacitación, que es en lo que muchas veces empieza y termina, ni tampoco la aplicación de una encuesta para una solución de emergencia, o una intervención aislada  con el esfuerzo de un grupo de especialistas sin compromiso de la Dirección; tampoco un diagnóstico sin soluciones ni un medio para crear sensaciones ni sentimientos. 

El Diagnóstico, cuando se realiza, debe contener aspectos acerca de la cultura, clima, valores, actitudes, necesidades, aspiraciones, expectativas, estilos, liderazgo, grupos, motivación, satisfacción, disciplina, competencias, comunicaciones, participación. 

Para tal propósito, es necesario tener en cuenta los pasos principales de gestión de cambio, creando consistencia entre los trabajadores. Los pasos principales son:

1° Comunicar e intercambiar permanentemente con los actores sobre los motivos del cambio

2° Indicar los apoyos internos y externos y los riesgos de cada acción

3° Evaluar y conocer las expectativas de cada acción

4° Identificar los lideres para el cambio

5° Realizar la formación correspondiente in situ como parte del proceso

6° Establecer la retroalimentación permanente a cada nivel 

El cambio de una cultura orientada sólo a lograr la Eficiencia de la Organización como indicador que mide el desarrollo de la misma, a una Cultura de Apoyo y de Innovación constante, entendiéndose por Innovación no solo la tecnológica sino aquella que pueden aportar los miembros del equipo a la hora de relacionarse, es un cambio tan profundo que debe ser paulatino y gradual, si se quieren lograr resultados superiores. 

Para que se entienda mejor, veamos en el siguiente cuadro la matriz de Cultura Organizacional, las características más importantes de las culturas, orientadas ya sea más a los resultados globales de la Organización o a la Ejecución de la Tarea, es decir más individual, con una dimensión más social o más técnica. Así se entenderá mejor la necesidad, por un lado de la integración, pero también de la claridad y diferenciación de las estrategias, porque de lo contrario pueden ser contradictorias y excluyentes. 

De tal manera cuando expresamos la necesidad de evolucionar desde la Cultura de la Eficiencia hacia la Cultura del Apoyo y de la Innovación, estamos abogando por una reorientación de la Organización hacia lo social y hacia los resultados a nivel de toda la Organización; estamos abogando por diferenciar la “eficiencia operativa” de la “efectividad estratégica”, para recordar a Porter,M. 

Matriz de Cultura organizacional

Orientado a los resultados de la Organización

Orientado a la ejecución de la tarea

                                          Más Social                                                          Más Técnico 

La Cultura Organizacional, sin abstracciones, y como reflejo de las características sociales del medio en que se desenvuelve, aunque algunos autores la pretenden aislar del medio, es la esencia de los cambios organizacionales actuales, sobre todo, para que estos se auto-sustenten y auto-desarrollen. De manera que los valores de cultura organizacional que identifican una empresa, no son ajenos ni pueden serlo, al medio social más amplio, pero por ello no deja de ser una empresa con identidad particular. 

Las formas de pensar, sentir y actuar que son compartidas por un grupo más o menos numeroso de miembros de una organización, y que se caracterizan por su estabilidad o arraigo, al asumir un proceso de cambios, necesitan el reforzamiento de los nuevos valores y de los comportamientos que rompan con los hábitos y prácticas arraigadas que deben modificarse; para ello necesitan del reforzamiento del entorno social más amplio, y no sólo al interior de la entidad. 

Es un error pensar y tratar de aislar la empresa de su entorno externo, pretendiendo así alcanzar más rápido los cambios previstos. Desde luego, es un error también no promover los nuevos valores en el entorno externo, o que este no los sustente. La transmisión de nuevos valores debe ser bidireccional. Que no es tarea fácil, se sabe. 

Desde la perspectiva más general, la globalización, la apertura económica, la competitividad son fenómenos nuevos a los que se tienen que enfrentar en mayor o menor medida todas las organizaciones.  

En la medida que la competitividad sea un elemento fundamental en el éxito de toda organización, en su supervivencia y desarrollo, los directivos, o líderes, harán más esfuerzos para alcanzar altos niveles de productividad y eficiencia; pero deben hacer mayores esfuerzos por comprender que no bastan estos elementos para medir el desempeño organizacional, y que no se alcanzarán estos y otros niveles, que se verán posteriormente en otro capítulo, sin trabajar persona a persona, los comportamientos individuales, grupales y de la propia organización. 

Las organizaciones son la expresión de una realidad cultural, que están llamadas a vivir en un mundo de permanente cambio, tanto en lo social como en lo económico y tecnológico; o por el contrario, como cualquier organismo, encerrarse en el marco de sus límites formales. En ambos casos, esa realidad cultural refleja un marco de valores, creencias, ideas, sentimientos, voluntades y normas de una comunidad institucional.  

Ciertamente, la Cultura Organizacional sirve de marco de referencia a los miembros de la organización y da las pautas acerca de cómo las personas deben conducirse en ésta. En muchas ocasiones la cultura es tan evidente, que se puede ver cómo la conducta de la gente se manifiesta y cambia en el momento en que se traspasan las puertas de una organización.  

 

Cultura Organizacional. Definición.

Existen múltiples y diferentes definiciones sobre Cultura Organizacional pero todos coinciden en que es un sistema de creencias, valores, que se manifiestan en normas, actitudes, conductas, comportamientos, relaciones interpersonales, el estilo de liderazgo, que se desarrollan en un grupo dentro de la organización, o en una Organización entendido como Grupo, con el fin de dar cumplimiento a la materialización de la visión en su interacción con el entorno en un tiempo dado.  

La cultura es propia de cada organización, y siempre hay una cultura. Es un proceso evolutivo donde sus elementos varían con el cursar del tiempo, y unos se extinguen y  otros se solidifican, pero la cultura como tal no desaparece sino que sufre procesos continuos de transformación.  

Hoy día, es necesario que las organizaciones diseñen procesos y estructuras más flexibles al cambio, como se ha visto en capítulos anteriores,  y que este cambio se produzca, no como un proceso forzado de imposición de normas y procedimientos, sino como consecuencia del aprendizaje de sus integrantes. Esto implica generar condiciones para promover equipos de alto desempeño, entendiendo que el Aprendizaje en Equipo implica generar valor al trabajo y más adaptabilidad al cambio con una amplia visión hacia la innovación.  

Han sido muchos los esfuerzos de transformación que han fracasado en las organizaciones por falta de planificación de este proceso y del liderazgo en esas organizaciones, lo cual ha generado el deterioro en sus funciones generales. Como señala Guédez, V. 1997, se plantea una inquietud y una respuesta impostergable: ”¿cómo ejercer un compromiso gerencial que realmente incentive el cambio y la creatividad?”. 

En este sentido, se pudiera hablar de dos esferas complementarias de acción. La primera se asocia con el ejercicio de un estilo en donde, además de “dirigir el trabajo”, también se “dirige” el "cerebro y el corazón"; y dirigir es la palabra justa, aunque la mayoría de las veces se hable de gerencia. 

Por otra parte, la segunda esfera se relaciona con el establecimiento de condiciones organizativas favorables. Mediante los procesos de transformación organizacional, algunos directivos han eludido o han considerado superfluo aspectos tan importantes como la Cultura Organizacional.

Se ha interpretado muchas veces muy superficialmente el rol del "Líder", visto como la persona única-imprescindible capaz de llevar a cabo como el único gestor dentro de un proceso los cambios, al que se carga toda la responsabilidad del proceso de transformaciones, como si fuera "del más allá". La realidad es que por la complejidad de los procesos de cambio, esta gestión debe ser concebida a partir de un liderazgo colectivo, o un liderazgo compartido entre varias personas. 

También es necesario tener en cuenta lo importante y estratégico que constituye el hecho primario que, si no hay un cuerpo de políticas coherentes, parte de las cuales  es el diseño y la gestión de una Visión y Misión compartidas, nunca se generará  suficiente energía y significado que movilice a la Organización toda,  en cada uno de los niveles y a las personas-los "recursos de los humanos" en el proceso de cambio. 

El aspecto central de las organizaciones con miras al éxito global de su gestión,  es la calidad de sus trabajadores todos, no sólo de sus directivos, o líderes, con plena libertad en el sentido de su emancipación, creación, y poseedores de un alto nivel de capacidades, motivaciones y valores, lo cual le permite dirigir el cambio con visión más que preactiva, con una visión integrativa y estratégica. 

En los procesos de cambio, de las personas, de los grupos o de las organizaciones, ciertamente sería bueno y necesario disponer de personas que fueran líderes, y que además tengan en cuenta los aspectos Cognoscitivos, Emocionales y Conductuales, y no sólo los aspectos o elementos técnicos. 

Es decir, por encima de todo, es necesario un liderazgo que tenga en cuenta a las personas; pero muchas veces, hoy día, entre nosotros, se piden requisitos y se evalúan los aspectos técnicos, sin tener en cuenta los antes mencionados, de tal manera que los directivos no tienen nociones elementales de cómo relacionarse con los demás, porque esto es algo superfluo, que en el mejor de los casos se aprende por el camino. 

También se pudiera decir que, un directivo, para no hablar de liderazgo, que no tenga en cuenta a los demás, no dirige, o no es tal liderazgo, que se basa precisamente en las relaciones personales, si no de lo contrario cómo ejercer la “influencia legítima”, que es el aspecto común que aceptan todos los autores sobre el liderzazo. Entonces lo más probable es que sean imposiciones de autoridad de tal o más cual naturaleza, casi siempre de naturaleza técnica. Es imprescindible no confundir las cosas. 

Para mayor claridad digamos, que además de las Influencias y Reciprocidad como dos aspectos o conceptos básicos del liderazgo (Grimes, A. J. (1978 y Hollander, E. P. (1978), es necesario agregar la Voluntariedad tanto de los que confieren el derecho de dirigir, como el o los que asumen, y también la Motivación de todos, pero sobre todo del grupo en cuestión para alcanzar los objetivos o las metas propuestas. Pero, cómo dejar de lado u olvidar la Visión, la Planificación, la Anticipación y la Dedicación.

Líder

Influencias+Reciprocidad+Voluntariedad+Visión+Anticipación+Planificación+Dedicación 

En esta transacción permanente entre los líderes y los seguidores, en las que se producen influencias mutuas, algunos autores señalan que deben producirse tres condiciones para poder hablar de liderazgo, como son: la demostración de que algo ha ocurrido por la influencia de esta persona; que la relación entre el comportamiento y las consecuencias sea observable; y que los cambios, o los comportamientos, o los resultados sean de significación. 

El cambio cultural puede suceder, y de hecho ocurre; más es ilusión pensar que este tipo de cambio ocurre de forma simple y rápida. Por el contrario, es un proceso gradual y dolorido donde predomina un incremento a la incertidumbre al riesgo, a la incomodidad y a la ansiedad personal, más muchas veces necesarias para las mejoras y hasta para la supervivencia de la organización. 

Otros elementos que deben tenerse en cuenta para el éxito del cambio requerido por la introducción y el desarrollo de las NFO y las NFOT, que es el tema central del libro,  son la Comunicación y el nivel de Compromiso que se establece por parte de los miembros con la organización. 

Los nuevos esquemas gerenciales son reflejo de la forma cómo la organización piensa y opera. Exigen, entre otros aspectos:

Cuando se investiga la Cultura Organizacional es imposible no prestar atención al área o la función  de Recursos Humanos puesto que es “como el verdadero guardián de la cultura (....) ejerciendo funciones estratégicas que promueven la aceptación, consolidación, manutención y cambios culturales”. (Freitas, 1991) 

Algunos autores (Cordeiro, 1996) sostienen que el énfasis en los Costos, Clientes, Caos y Competitividad, son factores sobre los cuales la gerencia de “activos humanos” está orientando sus decisiones y acciones en forma global y estratégica, de manera tal que se debe agregar valor en forma sistemática y continua a los procesos de la organización. 

El éxito de la estrategia para llevar a cabo estos cambios, es mayor si se consideran los elementos referidos de la cultura de la organización, puesto que están directamente intervinculados con las funciones directivas que debe asumir la nueva "Gestión de Recursos de los Humanos", más allá de las personas. Las propias funciones y la manera en que se llevan a cabo son parte de la cultura de la organización. 

El órgano de Recursos Humanos (RR:HH.) es la puerta de entrada de las personas para la Organización, pues esta elabora perfiles de candidatos de acuerdo con los valores de la organización. En otras palabras, las personas seleccionadas por el órgano de RR.HH. deben ser compatibles con los supuestos básicos de la organización. 

La nueva concepción sobre el desarrollo del Enfoque Sistémico e integrativo de la Gestión de los Recursos Humanos potencia acciones que permiten no solo definir o transmitir nuevos valores, sino también reforzar los valores ya existentes que se adecuen con la introducción y desarrollo de las Nuevas Formas Organizativas y las Nuevas Formas de Organización del Trabajo, desarrollar procesos de formación que trasmitan nuevas formas de percibir y analizar las cosas, establecer sistemas de estimulación donde se establezcan recompensas por concebir y desarrollar:

 

Las NFOT no pueden ser una adopción mecánica de las prácticas y técnicas de los países desarrollados en cuanto a los procedimientos y políticas relacionadas con la Dirección de Recursos Humanos, entendido como personas en este caso; deben ser propias de nuestra sociedad, de su sistema socialista y en consonancia con nuestros valores.  

Valores organizacionales tales como: la confianza y apoyo, igualdad de poder, participación, colectivismo, desarrollo del potencial ilimitado, orientación al futuro, autorrealización, asunción de riesgos hay que reforzarlos al máximo. Son estos valores en los que la Dirección de Recursos Humanos, como función directiva principal, debe centrar sus políticas y acciones para poder llevar a cabo el proceso de transformaciones actuales en un entorno cada vez más competitivo. 

Los Valores junto con la Visión y la Misión constituyen el marco de referencia mayor que define la Cultura Organizacional y enrumba la estrategia de la organización, convirtiéndose estos en lineamientos que permiten una gestión consistente a través de toda la organización, a cualquier nivel.

Los valores para ser inculcados deben:

Las experiencias que llegan a nosotros sobre la intensificación del trabajo y extensión de la jornada laboral en otras sociedades, no recurre necesariamente al desarrollo de valores tales como el sentido de pertenencia, o la llamada implicación, o compromiso que los miembros de una Organización comparten. La Selección, el Entrenamiento y las Recompensas son mecanismos que dentro del Sistema de Gestión Integrado de Recursos Humanos (SGIRH) proporcionan estabilidad en la organización y de hecho un sentido de pertenencia a la misma.

 

Una experiencia desarrollada de los efectos que puede producir la Cultura Organizacional lo encontramos en el ejemplo siguiente: 

La Empresa X es una empresa de servicios de Ingeniería. Surge debido a la necesidad dentro del sector de agrupar estos servicios que se encontraban disgregados en tres empresas, ya que por las particularidades de los mismos (no poseer un proveedor estable, mala calidad de los servicios, equipamiento deficiente, personal no capacitado, etc.) los diferenciaba del resto de los servicios que brindaban las empresas que conformaban el grupo corporativo, y los colocaba en una posición desventajosa que no sólo afectaba su proyección estratégica, sino también sus posibilidades financieras.  

Los estudios de cultura realizados, uno al constituirse la organización, y otro a los cinco años después, muestra cómo una simple unión de culturas no da lugar a una cultura resultante, si no existe el desarrollo de un Sistema  de Gestión Integrado de Recursos Humanos que potencie los nuevos valores de una Dirección Participativa-Cooperativa, de Colaboración, de Confianza y de Apoyo.  

Se mantuvieron situaciones y valores tales como:

 

Las contradicciones e incomprensiones surgidas en el transcurso del estudio, indican la necesidad de orientar el proceso de cambio cultural en la organización. Las experiencias internacionales demuestran lo arduo y difícil que constituye este proceso, pero las evidencias sugieren que cuando emergen algunas situaciones específicas es más probable el cambio como un hecho. Estos elementos no fueron tenidos en cuenta y finalmente la Organización se desintegró para nuevamente formar otra entidad.

La Cultura Organizacional es el conjunto de Valores, Creencias y entendimientos o normas que los integrantes de una Organización tienen en común. La cultura ofrece formas definidas de pensamiento, sentimiento y reacción que guían las actividades de las personas en la Organización.  

Las organizaciones de éxito tienen fuertes culturas que atraen, retienen y recompensan a la gente por desempeñar roles y cumplir metas. La filosofía de una persona ofrece lineamientos para la conducta. El estilo se refiere a la forma en que se hace algo.

 

Todas las definiciones de Cultura Organizacional comparten conceptos comunes. Subrayan la importancia de los Valores y Creencias compartidos y su efecto sobre el comportamiento. Entonces la cultura es como el pegamento social que mantiene unida a una organización. Expresa los valores o ideales sociales y las creencias que los miembros de la organización llegan a compartir, manifestados en elementos simbólicos, como mitos, rituales, historias, leyendas y un lenguaje especializado.  

La Cultura Organizacional incluye lineamientos perdurables que dan forma al comportamiento. Cumple con varias funciones importantes al:

 

4.3 Valores de una Dirección Integral Colaborativa

Las NFOT apuntan hacia la necesidad de crear nuevas culturas y nuevos valores, para que puedan efectivamente introducirse y desarrollarse. 

Los Valores constituyen la base de evaluación que los miembros de una organización emplean para juzgar las diferentes situaciones, comportamientos, y personas dentro de la misma. Estos reflejan las metas reales, así como las creencias y conceptos básicos de una organización, y como tales son el eje central para el desarrollo de la Cultura Organizacional, por tanto, definen el éxito en términos concretos para los trabajadores y establecen normas para la organización. 

Como esencia de la filosofía que tenga la Organización para alcanzar la eficacia y la efectividad, los valores proporcionan un sentido de alineamiento común para todos los trabajadores estableciendo un sentido de compromiso y de responsabilidad. 

Una Dirección Integral Colaborativa debe tener comprendidos y sistematizados los Valores y las ideas que constituyen el comportamiento motor de la empresa. 

En la actualidad se ha estado haciendo énfasis en el desarrollo de una Dirección Por Valores, y se comienzan a observar cambios sustanciales en el comportamiento de las personas dentro de las organizaciones. Pero falta conciencia del compromiso que se establece con lo que se va a obtener, se persiguen una acciones eficientes, una anatomía y responsabilidad del trabajo no solo a nivel de individuo sino a nivel de los colectivos o grupos, pero muchas veces falta interconexión entre las diferentes acciones. 

El rasgo constitutivo de valor no es sólo la creencia o la convicción, sino también su traducción en patrones de comportamiento que la organización tiene derecho de exigir a sus miembros. Los valores se generan de la cultura de la Organización, por lo tanto, son acordados entre todos. Igualmente son exigibles y se toman en cuenta para la evaluación y el desarrollo del personal que integra la Organización.

La importancia del Valor radica en que se convierte en un elemento motivador de las acciones y del comportamiento humano, motor impulsor de los comportamientos organizacionales otros niveles. Define el carácter fundamental y definitivo de la Organización, y crea un sentido de identidad del personal con la Organización (Denison, 1991).

Por lo tanto, los Valores son formulados, pero deben ser enseñados y asumidos dentro de una realidad concreta y no como entes absolutos en un contexto social, representando una opción con bases ideológicas con las bases sociales y culturales .

Los Valores deben ser claros, compartidos y aceptados por todos los miembros y niveles de la Organización, para que exista un criterio unificado que compacte y fortalezca los intereses de todos los miembros con la Organización (Robbins, S. P. 1991).

Sistema de valores

A partir de las diferentes definiciones sobre los valores organizacionales planteadas por los estudiosos, consideramos relevante lo señalado por Monsalve (1989) cuando enfoca este proceso desde la siguiente perspectiva: aprender el Valor a través del pensar, reflexionar, razonar y comprender, enseñar el Valor a través de su descripción, explicación, ejemplificación y transmisión y actuar el Valor convertirlo en un hábito, entendido éste, como la integración del conocimiento, por lo que deja de ser una abstracción.

      Aprender el Valor-Enseñar el Valor-Actuar el Valor

Aunque los valores sean abstractos, su utilidad organizacional se basa en su capacidad para generar y dirigir conductas concretas o en la factibilidad de su conversión en pautas, lineamientos y criterios para acciones y conductas. Esto determina que siempre sean formulados, enseñados y asumidos dentro de una realidad concreta de actuación, convirtiéndose en atributos de dignidad o perfección que debe tener cada elemento de lo real o de lo que se hace en el puesto o función .

Valores compartidos

En términos de Valores, es importante comunicar a todos los miembros de la organización cuál es exactamente el Sistema de Valores de la empresa, especialmente en períodos de cambio. Además, para producir el cambio en la Cultura de la Organización, otro mecanismo importante es el entrenamiento gerencial que está explícitamente orientado a modificar la conducta en apoyo de los nuevos valores corporativos (Jackson,1992).

Y como dijimos al inicio, esto lo consideramos una medida necesaria, pero no suficiente. Este es el enfoque que centra la atención al cambio desde la perspectiva de la “alta dirección” y de los directivos intermedios, pero no de todos los trabajadores. De esta forma, evidentemente no se alcanza producir los cambios para el desarrollo de NFO.

La internalización de los Valores Organizacionales, desde la perspectiva anterior, implica que el individuo se identifica con la Organización, y se comprometa con la gerencia, y esta a mantener informado al colectivo organizacional del quehacer diario, lo que la Organización identificada por parte de sus integrantes,  propone como beneficioso, correcto o deseable.

Al proactivarse un Valor se crean condiciones que permiten elegir, escoger o seleccionar los valores que la organización oferta y propone. Esto a su vez, invita a compartir un sentimiento de pertenencia de cada uno de sus miembros, que influye en sus manifestaciones conductuales.

Los Valores representan pautas o referencia para la producción de la conducta deseada, conforman la toma de decisiones de la organización, mientras que la pro-activación por su parte, conforma la capacidad real de ejecución de esos resultados a través de las acciones concretas de los integrantes de la organización (Monsalve, 1989).

Por lo anteriormente señalado, se puede discernir que para desarrollar una verdadera Cultura Organizacional, es necesario que todos los trabajadores desarrollen una filosofía global que guíe la actuación de todos y cada uno de los miembros de la organización.

Al estudiar cada uno de los enfoques de Cultura Organizacional, se ha podido observar que los autores citados, han enfatizado sobre el comportamiento de las organizaciones y de las modificaciones permanentes y vertiginosas de las condiciones competitivas a que están sujetas las organizaciones.

Por tanto, las organizaciones exitosas serán aquéllas que sean capaces de reconocer y desarrollar sus propios valores basados en su capacidad de crear valor a través de la creación del conocimiento y su expresión, así como la expresión de los valores y la cultura de las personas, y esta es la vía para una Dirección Integral Colaborativa y la Dirección Por Valores.

 

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Capítulo V

Nuevas Formas de Organización del Trabajo a nivel de puesto de trabajo  

5.1 Principios fundamentales tradicionales

Antes de hablar de cualquiera de las NFOT, es necesario sintetizar el modelo referente básico que ha dominado de manera más o menos uniforme la Organización del Trabajo desde los comienzos del siglo XX, y que sigue influyendo. Se pueden denominar como los principios fundamentales de la organización del trabajo tradicional, o del taylorismo como prefieren denominarlo algunos autores, en alusión a su precursor Taylor, aunque este no fuera el único como hemos visto en capítulos precedentes. El modelo siguió desarrollándose, por un grupo de seguidores en las primeras décadas del siglo. 

A este enfoque conocido también como Enfoque Científico Trabajo, debe sumarse otro precursor relacionado con el establecimiento de los principios del enfoque científico de la Administración Moderna, a saber Fayol. Este complemento es lo que se conoce e identifica en la historia de las organizaciones y de la organización del trabajo como la época de la Organización Científica del Trabajo. 

Veamos lo que consideramos como los Principios Fundamentales de la Organización del Trabajo Tradicional:

-Separación entre el trabajo manual y el intelectual. 

-Simplificación de la actividad y de la organización del trabajo teniendo por base

  la tarea

-Sistema de control y supervisión 

1º Separación entre el trabajo manual y el intelectual.

Ahora bien, alguna reflexión y comentario es necesario hacer.

En la misma medida en que las funciones de regulación de las operaciones, el aseguramiento técnico directo, la necesidad de tomar decisiones en el curso de proceso productivo, es decir, el contenido del trabajo, han ido avanzando y enriqueciéndose en sus múltiples elementos por separado, el carácter del trabajo, es decir las ocupaciones, que clasifican y califican a los trabajadores, debían haber cambiado en la misma medida.  

Sin embargo, los distintos tipos de actividades laborales por los elementos claves que los identifican, se mantienen relativamente similares. 

Las categorías de carácter y contenido de trabajo se intervinculan y se superponen, pero no se ha producido un salto cualitativamente superior que permita calificarlo de radical y revolucionario. Este aspecto por si solo habla claramente hasta donde se ha avanzado en un nuevo modelo de organización del trabajo y un nuevo tipo de trabajador, y una nueva forma de organización. 

Si en la sociedad no se contraponen las distintas categorías ocupacionales con el nivel técnico-educacional y cultural, no hay razón para no superar la división social y la división funcional del trabajo establecido históricamente en un momento dado. Auque hablamos de todas las categorías, se debe hacer hincapié en la categoría ocupacional de obrero relacionado con la ejecución directa y la distancia que lo separa de las actividades intelectuales, como para que ello se haya constituido en un principio básico de organización del trabajo, y de la propia empresa. 

No es la función en sí, ya sea de ejecución o de dirección, de planificación, de organización o control la que ha determinado o determina la existencia de una u otra categoría con sus contenidos, como expresan algunos autores, sino es el principio  de división social del trabajo establecido por los ideólogos del capitalismo. 

"Entre las mayores incomprensiones y tergiversaciones del marxismo, se encuentra la reducción de la clase obrera a quienes están ligados de manera más o menos directa a la producción y servicios de carácter material, al trabajo físico y de escasa o mediana calificación. Tal posición no deja espacio para el trabajo complejo” (Cervantes, M. R. y Pérez, D. O. 2003 ).  

Por su parte Machado, R. D. (2003 ), dice: "El sociólogo alemán Hans Roder, luego de recordar que las diferencias sociales que se originan en la división social del trabajo subsistentes en el socialismo, son también una herencia del pasado, señaló:" Sin embargo, sería falso considerarlas solo como vestigios históricos. La sociedad socialista, en la cual domina el principio de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo,  contiene en sí misma las condiciones materiales objetivas para la reproducción sujeta a leyes y socialmente necesaria de las diferencias sociales basadas en la división del trabajo en el socialismo, y originadas en ella", lo que indica el camino complejo a seguir en nuestra sociedad. 

Los Obreros siguen definiéndose como los que "directamente o a través de los medios de trabajo modifican, transforman o cambian de estado el objeto de trabajo, se encargan directamente de la instalación y funcionamiento correcto de los medios de trabajo, cambian de lugar los objetos y medios de trabajo...".  

Evidentemente se trata de una relación histórica determinada de interrelación entre la fuerza de trabajo y los medios y objetos de trabajo, históricamente establecido, y que se ha ido modificando y se sigue modificando, aunque los factores siguen siendo los mismos. 

Mientras, la categoría de los Técnicos se define como "los que realizan el trabajo analítico, constructivo-organizativo y de control. "Si las NFOT buscan cada vez más, la integración de actividades, funciones o procesos, es evidente que la clasificación anterior deberá refundirse y redefinirse. De lo contrario, no se produce la integración de los trabajos o actividades intelectuales y manuales. 

Si la revolución científico-técnica y tecnológica ha elevado de manera extraordinaria la complejidad del trabajo, de tal manera que la preparación profesional del obrero tal y como se define, requiere de un nivel incomparablemente superior al de hace medio siglo atrás, de manera que debe integrar las funciones de técnico para llevar a cabo las NFOT, las definiciones de las categorías ocupacionales deben cambiar. 

Pero, las definiciones de las categorías ocupacionales y los contenidos de los cargos y ocupaciones en la práctica, reflejan precisamente el avance de las NFOT. 

Cabe aquí un recordatorio y una reflexión en relación con la definición del proceso de trabajo de Marx, que señala que el proceso de trabajo se descompone en: actividad personal del hombre o trabajo propiamente dicho, el objeto sobre el cual actúa el trabajo, y el medio por el cual actúa. La combinación de las relaciones de los factores o las "formas de existencia material del proceso de trabajo", su interdependencia, es lo que distingue las diferentes épocas económicas, señala Marx.. 

La primera manufactura radicaliza al extremo la unión de la fuerza de trabajo y el medio de trabajo, de manera tal que el uso efectivo de los medios requería un conjunto de cualidades sobre todo físicas y en menor medida intelectuales, así como hábitos y aprendizaje. Ese conjunto del obrero, formado por ese aprendizaje mínimo necesario, los hábitos y el medio de trabajo, constituía una técnica.  

Las formas del proceso de trabajo han ido cambiando, y con el establecimiento de la gran industria, la técnica ya no será el conjunto de un medio de trabajo y de un obrero, sino el conjunto de ciertos materiales y de los instrumentos de trabajo. Y esta unidad se expresa en la aparición de la tecnología. 

El desarrollo en ascenso de la máquina-instrumento independiza a esta de la fuerza de trabajo, es decir, los medios de trabajo y el trabajador separados adquieren formas de evolución diferentes, y hacen posible una relación de unidad diferente, la unidad del medio de trabajo y del objeto de trabajo. Este desarrollo tiene más de un siglo y ha llegado hoy a situaciones inimaginables entonces. Baste citar las maquinas con control numérico por ordenador (CNC), diseño asistido por ordenador (CAD), con combinación con sistemas de fabricación (CAM), sin mencionar los sistemas flexibles de producción de la automatización compleja y la robotización del último decenio, y los sistemas de gestión y la informática al servicio de actividades de trabajo. 

El hecho que la época de la Informatización acentúa la transformación de trabajo vivo en trabajo pretérito, no significa que la creación de valores no se siga apoyando en la explotación del trabajo vivo, sino que el Capital impone al Trabajo formas de trabajo complejas, formas mas sofisticadas de intensificación de la explotación del trabajo y de alineación del trabajador, y que pueden y de hecho se hacen denominar como  NFOT.  

El reemplazo de la fuerza en la función del instrumento, en que se suprime el contacto directo con el objeto de trabajo, lleva en la mecanización compleja o en la automatización compleja a una transformación completa de la relación entre el trabajador y los medios de producción. En esta misma medida el trabajo colectivo o el "trabajo socializado" de Marx adquiere mayor importancia, y esto debería llevar a un nivel cualitativamente superior del contenido y el carácter del trabajo. 

La información del objeto de trabajo, el hecho que el trabajador lo aprehenda, no depende ya de la cultura artesanal adquirida mediante el hábito de la fuerza de trabajo, sino de la forma de los instrumentos, del mecanismo de su funcionamiento, que se va más allá de lo individual y requiere de un comportamiento colectivo, y de niveles de conocimientos individuales y colectivos no concebidos hace un siglo atrás. 

En esta reflexión se encuentra la explicación de lo que deben constituir las NFOT hoy día para nosotros, en nuestra sociedad, y también cómo se ha desarrollado la Organización del Trabajo y la formación de los trabajadores en el último siglo, que aunque con grandes diferencias, son diferencias relativas que no han permitido desarrollar NFOT con una base verdaderamente fuerte. 

El desarrollo de los instrumentos y de los mecanismos de funcionamiento también obliga a una redefinición de las categorías ocupacionales, puesto que exigen la integración en lugar de la  separación de las partes ejecutivas y ejecutoras o de las funciones operacionales y las funciones técnicas. 

La división funcional del trabajo va cambiando en dependencia del carácter de las funciones que desempeñan las distintas categorías de trabajadores, y las funciones originales han variado y varían. No se trata, como muchas veces se ha dicho que se contraponen los conceptos de nivel técnico-educacional y las categorías, y que un trabajador con formación media o superior puede desempeñar funciones de obrero, sino que las funciones combinen con las profesiones, con incidencia desde el punto de vista técnico-organizativo. La elevación de la complejidad del trabajo exige un replanteo de las funciones. 

Esto lleva a la necesidad también de que el principio fundamental de la organización del trabajo tradicional, la organización del tiempo, se deba replantear, puesto que el punto clave de la "racionalización" tradicional de los procesos, el tiempo, no puede ser la esencia de las NFOT, lo cual no significa que no se tenga en cuenta. En caso de mantenerlo en primer plano, los procesos de socialización y la dimensión social en los procesos de trabajo, pierden valor, o se utilizan como argumento de baja eficiencia, como ha ocurrido en experiencias ya históricas (Kalmar vs. Uddevalla, Suecia).(1) 

La incomprensión de este problema, y la creencia en la no existencia de métodos estandarizados a la manera de los modelos tradicionales de los gastos de trabajo, aunque sí existen métodos sofisticados de “tiempos predeterminados”, puesto que se trata de métodos de trabajo de integración de diferentes disciplinas, puede ser la causa de la combinación de la "racionalización tradicional” con elementos nuevos de las NFOT, aunque las primeras formas guarden la esencia de la Organización del Trabajo Tradicional. 

Para avanzar y reflexionar desde el punto de vista técnico-organizativo alrededor de distintos elementos tradicionales, un lugar especial lo ocupa la División y Cooperación del Trabajo. 

La División y Cooperación del trabajo, establece la distribución de las actividades dentro del proceso de trabajo a partir de la fragmentación de las tareas, y a la vez establece las formas de agrupación de los trabajadores para llevar a cabo una actividad de trabajo. Tiene como punto clave los “gastos de trabajo para la elaboración de una unidad de producto o el cumplimiento de un volumen determinado de trabajo en una unidad de tiempo"  en condiciones técnico-organizativas dadas, sin más.  

Más adelante, analizaremos las consecuencias de considerar y confundir la Productividad del Trabajo con indicadores que lo miden, y la importancia de superar la concepción de la División y Cooperación tal y como se establecía apenas medio siglo atrás para poder desarrollar las NFOT en aquel entonces. 

No se trata de contraponer las formas tradicionales y las NFOT; incluso pueden coexistir, acercarse y hasta superponerse. De hecho en la práctica lo han hecho y lo hacen desde hace varias décadas, siempre y cuando los elementos tradicionales, desde el punto de vista técnico, no entran en contradicción con los elementos de la dimensión social propios de las NFOT. Y es aquí donde se han dado los mayores problemas en las distintas experiencias y aplicaciones en diversos países en relación con las NFOT.  

Lo cierto es que, más allá de los elementos técnicos del proceso de trabajo, las mayores contradicciones se dan en los elementos sociales y los métodos de dirección que sustentan unas y otras. En la misma medida en que predominan los elementos de las NFOT con una nueva dimensión social, del subsistema Social y el subsistema Cultural, se anulan los elementos tradicionales, incluso desde el punto de vista técnico. 

Quizás el elemento que mayor claridad  brinda acerca de este cambio, o del cambio que aún está por producirse, como parte de los nuevos principios a establecer, es el referido a la Autonomía y la Toma de Decisiones, que va a determinar la arquitectura o el diseño de estructuras organizativas de dirección, así como la complejidad de cargos y ocupaciones; si antes se concebía desde arriba, y siempre desde arriba, y antes de las acciones de ejecución, las NFOT exigen que sea en tiempo real y en el puesto donde se ejecuta. 

Es por eso, como se verá mas adelante, que es necesario reconocer la prioridad de los Recursos Humanos como función directiva principal, cosa que aún no pasa de la formalidad, tanto en el mundo como entre nosotros, y la importancia de la dirección participativa cooperativa con el tratamiento de los componentes comportamentales de las personas, de los Grupos y de las propias Organizaciones, para el establecimiento y desarrollo de las NFO y las NFOT, como lo fuera el tratamiento ingenieril del tiempo y los movimientos o el ritmo del proceso de trabajo del taylorismo-fordismo. 

3- Sistema de control y supervisión 

Pensemos por un momento en un ejemplo sencillo, y no relacionado con la industria ni otros procesos complejos de otras actividades, sino con la variedad de tareas y funciones que puede desarrollar hoy día una Secretaria, con la introducción de la tecnología informática. Esta enriquece  su contenido y funcionamiento, de manera tal que le facilita la ejecución de tareas rutinarias, pero también le amplía la posibilidad de atender otras de carácter administrativo, de gestión y de relaciones sociales. A su vez se le exige mayor iniciativa y tiene mayor autonomía en su actividad. Pero, sin dudas, y esto se verifica cada día en la práctica, no solo está condicionada por la cantidad de tareas y el alcance de éstas y la responsabilidad que implican; está condicionada en primer lugar por su jefe con su estilo y métodos de dirección. 

Desde el punto de vista de Dirección,  el cambio fue de "limítese a hacer lo que le digo" por "limítese a hacer lo que le digo y cuidaremos de usted para que produzca mas". Desde luego que las NFOT no pueden estar al margen de estos problemas que van más allá de los elementos técnicos del proceso de trabajo e interesa a toda la organización, y exige NFO.

Todas las propuestas desde hace mas de cuatro décadas y que pueden denominarse como NFOT, tienen que ver en menor o mayor grado con los tres principios fundamentales referidos, y tienen que ver no sólo con las formas, aunque se denomine como formas, sino que en la misma medida en que se van desarrollando e interesando más a los principios fundamentales tradicionales, se van cambiando también los contenidos hasta interesar a toda la Organización. 

Quizás esto se refleje mejor si se expone de manera gráfica las diferencias entre los dos modelos de formación de los contenidos de trabajo, el tradicional y el actual o integrativo.  

En el primero prima la división de trabajo, actividades fragmentadas y la optimización parcial; en el segundo la integración y la optimización global. Aunque se observan diferencias radicales, se observa cómo se siguen proponiendo figuras que perpetúan la división funcional, y los conocimientos que deben ser socializados, pertenecen realmente a un grupo especial o selecto de un grupo u otro de personas.

Modelo taylorista de formación de los contenidos de trabajo 

      Alta Gerencia 
 

                            Función 1              Función 2             Función 3               Función 4  
 

                             

                                          Procedimiento, Normas, Supervisión, Decisiones 

                                                                    Ejecución 

                                        Modelo integrativo de los contenidos de trabajo

                                                                   Alta Gerencia 
 

            Expertos 

      Conocimientos 

      Gerencia de Procesos

Muchas veces se ha hecho y se sigue haciendo la pregunta, que es válido, de si los cambios referidos a los tres principios fundamentales significa un avance hacia las NFOT, es decir, formas nuevas con contenidos nuevos. Ciertamente se puede considerar así. Sin embargo, no a punto de cambiar los principios establecidos para establecer las NFO, y el gráfico anterior así lo muestra. La evidencia más clara está en el avance de los contenidos de trabajo. 

Pretender un modelo universal que alcance integrar cambios profundos de los tres principios parece tan alejado de la realidad, por la heterogeneidad de situaciones de todo tipo, desde las condiciones económicas, sociales y políticas, hasta las condiciones técnico-organizativas y de preparación de la fuerza de trabajo, y sobre todo ideológicas, que son muy pocos los autores que se proyectan en tal sentido.  

Y sin embargo, es necesario trabajar y desarrollar el cambio en esta dirección. De lo contrario, las NFOT tienen alcance limitado, y por su parte las NFO, a nivel de la arquitectura de toda la Organización, es eso, cambios de forma, sin profundizar en los contenidos y la dirección de los procesos. 

Quizás se puedan entender mejor las dificultades de lo que implica la gestión de cambio para las NFOT, si se reflexiona acerca del elemento División y Cooperación del Trabajo, y lo que representa para la Organización de la Producción y la Organización del Trabajo, que siguen sin recibir un tratamiento integrado, como veremos más adelante. 

Antes caracterizaremos los cambios ya clásicos de NFOT puestos en práctica desde la década de los sesenta, aunque posteriormente se han desarrollado modelos y enfoques como el toyotismo, de gran repercusión en el mundo, y en menor medida enfoques conductistas o con énfasis en las necesidades psicológicas y sociales de los trabajadores, que aunque rompen con los esquemas establecidos con ópticas diferentes, no establecen de hecho nuevos principios aceptables para todos, que satisfagan tanto las necesidades sociales y psicológicas de los trabajadores, así como los parámetros de productividad.  

En nuestro país, también han tenido repercusión y se han aplicado, aunque no de una manera extendida, sobre todo la Rotación de puestos, la Ampliación y Enriquecimiento de tareas, y en menor grado los Grupos Autónomos con distintas denominaciones y variadas características, pero no al extremo de cambiar toda la Organización, o que toda la Organización  responda como una NFO. 

Veamos a continuación las Nuevas Formas de Organización del Trabajo (NFOT), que se pueden considerar como tradicionales ya, referidas fundamentalmente a elementos técnicos del proceso de trabajo y conceptualizadas internacionalmente a partir de la década de los 60 del siglo XX hasta el momento actual: 

Rotación de puestos

Los trabajadores pasan de una tarea a otra, y la mayoría de las veces este movimiento no implica cambio del tipo de tarea o actividad. Son tareas similares dentro del puesto de trabajo de la misma familia. Si cambia el puesto de trabajo, esto puede repercutir en la organización de trabajo. Aunque el objetivo es diversificar las tareas, poco se logra si son de la misma familia; siguen siendo repetitivas, simples y sin necesidad de otra calificación que la anterior.

Es un paliativo para aumentar el interés por el trabajo, y sobre todo atenuar la fatiga con el cambio de actividad, pero de hecho no tiene repercusión para la organización del trabajo tradicional, que implique nuevos métodos y técnicas.

 

Ampliación de tareas

Con la ampliación se pretende superar la excesiva fragmentación de las actividades, agrupando o mejor dicho sumando en un mismo puesto de trabajo varias tareas de una misma naturaleza, es decir, de la misma complejidad y calificación. Con la introducción de nuevas tecnologías y el perfeccionamiento de las líneas y las cadenas de montaje, viene a ser una respuesta como la anterior, a las necesidades psicológicas de bajo perfil frente a la agresión del ritmo de trabajo y la monotonía de tareas repetitivas.

El resultado es la acumulación de tareas simples, repetitivas y poco calificadas, lo cual no lleva a una organización del trabajo distinta ni a formas cualitativamente superiores. Puede, como en el caso anterior, contribuir o reducir la monotonía y aumentar el interés, pero por poco tiempo, como se ha demostrado en múltiples experiencias prácticas en las décadas de los años sesenta y setenta, e incluso en experimentos realizados en nuestro país en los años ochenta. 

Enriquecimiento de tareas

Al tratar de integrar tareas "verticalmente", es decir, integrar tareas de distintas familias de puestos de trabajo, cobra desde el punto de vista técnico importancia cualitativamente superior para la organización del trabajo. Se integran tareas simples con otras de mayor exigencias y responsabilidades. Se modifica la naturaleza de la actividad y con ello se rompe con las características de la organización del trabajo tradicional.

Al hablar de roles laborales, se tratan de integrar roles de ejecución con funciones técnicas, como es la preparación del trabajo, el mantenimiento, la planificación, o el control. Se trata  sobre todo de superar el principio fundamental primero con implicaciones en los otros dos principios. Constituye un real avance en relación con los planteamiento anteriores.

 

Grupos (semi)autónomos

Constituye una superación de los tres principios fundamentales de la organización del trabajo tradicional y un cambio en las NFOT, desde el propio planteamiento de buscar nuevas formas no a nivel individual y de tarea, sino con un enfoque colectivo y que rompe también con la concepción espacial.

Integra varios individuos y configura una organización no solo del trabajo, sino de la producción o los servicios y de dirección diferentes.

Esto obliga a pensar en reconceptualizar y tratar en un enfoque integrador la Organización del Trabajo con la Organización de la Producción y la Organización de la Dirección, puesto que la organización de las personas, de los recursos y la creación de mecanismos de funcionamiento, no pueden estar separados o a espaldas de la organización de las relaciones, las operaciones y la coordinación de éstas; como tampoco separados del plan de acción, de la creación del organismo ejecutivo eficaz o mas recientemente  el diseño de estrategias. Es una forma de percibir, sentir y pensar diferente; son valores de una cultura nueva. Es por ello que se aceptan los factores Tecnología, Procesos y Personas como los que definen la empresa hoy día, como veremos más adelante.

La Organización del Trabajo no se puede seguir interpretando sólo como la mezcla de personas, recursos y economía del tiempo, sin interrelacionarlo con las relaciones y operaciones y logística de la Organización de la Producción y el accionar de la Organización de la Dirección.

La capacidad de decisión y la autonomía aumentan, y se potencia realmente el enriquecimiento de tareas, puesto que esta se aborda desde la perspectiva de varios trabajadores que funcionan como un equipo y no como un simple grupo primario. Pueden producirse cambios significativos para toda la organización a la cual pertenecen, porque los cambios técnicos, culturales y sociales repercuten a nivel global en toda la entidad.

Al buscar integración a nivel de colectivos, que desde el punto de vista técnico y de organización de la producción, puede identificarse más allá del puesto de trabajo y del área del taller, incluso a nivel de procesos o parte de éstos, o proyectos, las exigencias ya no pueden ser individuales sino grupales.

Los factores que antes no tenían importancia o estaban en un segundo plano, como la Comunicación y la Gestión o Transmisión de Conocimientos y prácticas entre los integrantes, en el significado de las NFO y las NFOT cobran nuevas dimensiones como se verá mas adelante, y es la forma más próxima a los modelos productivos y de gestión integrados y de sistemas de trabajo con amplia  base social.

La Dimensión Social de la empresa y del proceso de trabajo cobra verdadera importancia, y este nivel de integración no asimila el predominio de la ejecución sobre las funciones intelectuales o de dirección, o viceversa, porque se trata de subsistemas integrados en tiempo y espacio y en el mismo grupo de personas. 

Al caracterizar los Grupos Autónomos que pueden recibir distintas denominaciones como veremos más adelante, hay un factor, la Comunicación, que queremos destacar sobre los demás, puesto que las formas de comunicación, desde luego, sobre la base del grado de centralización-descentralización que implican los Grupos Autónomos, determinan en gran medida el éxito del desempeño de esta unidades organizativas.

La eficiencia de la Comunicación se sustenta en:

-la complejidad de los asuntos

-la saturación de los canales y su multiplicidad

-identificación del emisor

-cantidad de comunicados

-posibilidad de independencia de acciones

-autonomía

-dirección de las propias acciones 

Consecuente con el cambio que ha habido en la Organización del Trabajo se han estado produciendo modificaciones en lo que respecta a la Remuneración y Estimulación por el trabajo, que se analizarán en un capítulo posterior.  

Sin embargo, nos atreveríamos a afirmar,  que las NFOT no han producido un cambio tan significativo e importante en lo referente a la Estimulación y la Remuneración, en su concepción más amplia, y los cambios no han ido más allá de buscar la flexibilidad en el salario móvil, y estimular la participación accionaria exigua, por supuesto, sin prácticamente ninguna decisión a nivel de la Organización, pero que sirve para obtener mayor cooperación por parte de grupos de trabajadores en las sociedades capitalistas. 

Cuando decimos Estimulación en su concepción más amplia, nos referimos a todo aquello que constituye un elemento motivador para el trabajador. Es decir, no puede reducirse únicamente a los aspectos contemplados tradicionalmente en la estimulación moral y material, concebidos y tratados separadamente, como la mayoría de las veces se hace. 

El enriquecimiento del contenido de trabajo, la promoción de mejoras de las condiciones de vida en el trabajo y del reconocimiento social por la labor que se realiza, así como la utilización de métodos y estilos de trabajo que dejan a un lado su carácter autocrático de dirección, constituyen aspectos integradores de motivación y de realización individual más allá de los mecanismos y formas de estimulación tradicionales.  

En la satisfacción de las necesidades, tanto la estimulación moral como la material están dirigidas a satisfacer necesidades de naturaleza diferente, pero ambas son esenciales, pues “... el hombre no satisface en primer término sus necesidades básicas y después trata de lograr los medios para satisfacer las necesidades de mayor nivel, sino que más bien cambia su énfasis, mientras procede a satisfacer ambas categorías simultáneamente...” (Koontz y O'Doneel, 1967). 

Esta idea que citamos, aclara muy bien algunos planteamientos y modelos teóricos de motivación que se han tratado de llevar en la práctica a los extremos y de manera simplista, atendiendo a veces las necesidades básicas a costa de no satisfacer o no querer hacerlo, las necesidades de mayor nivel como puede ser la realización, y han servido incluso para elaborar propuestas de estimulación y remuneración. 

Al llegar a este punto no pueden dejar de mencionarse los intentos de vincular los Grupos (semi)autónomos a los distintos modelos y sistemas productivos y de gestión en los años setenta y ochenta, y sobre todo en la década de los 90 del siglo XX hasta nuestros días, como puede ser la Dirección Integrada por Proyectos (DIP) como una derivación, que veremos al final de este acápite.  

Lo importante es señalar que las distintas interpretaciones, en las cuales, desde luego, pesan los factores económicos, sociales, culturales e ideológicos de las sociedades, han llevado a diferentes prácticas y desarrollos, incluso contrapuestos.  

Tal es el caso del modelo de "producción ajustada, aligerada, o de alto rendimiento" (Lean Production), desarrollado fundamentalmente en Japón y en EU, que vuelven a adolecer de falta de dimensión social, y otras prácticas adaptadas  a las condiciones y culturas europeas que se alejan de las prácticas anteriores, privilegian mas la dimensión social aunque con resultados de rendimiento mas bajos. 

La Producción Ajustada o de alto rendimiento se basa inicialmente en:

Rotación de puestos,

Gestión de Calidad Total,

Existencias Justo a Tiempo,

Trabajo en Equipo,

Delegación de mayor responsabilidad

Toma de decisiones que pasa de las estructuras de dirección a los grupos constituidos,

Integración de funciones con el objetivo de incrementar la calidad,

Incremento continuo de la productividad,

Respuestas acordes a las exigencias de las nuevas tecnologías.

Se completa con la participación en los beneficios, estabilidad en el empleo, remuneración en función de las competencias y las calificaciones, programas de socialización para infundir valores de la organización.

Las limitaciones conceptuales y prácticas es que los valores no tienen en cuenta las necesidades e intereses de los trabajadores, ni las necesidades de formación básica y adicional en materia de relaciones humanas y la comunicación. 

Veremos a lo largo del capítulo en qué derivan estas prácticas, como es el caso del llamado toyotismo. Siguen siendo retos para alcanzar los desarrollos conceptuales y teóricos alcanzados, que están alejados de las prácticas impuestas; y los objetivos claves que se persiguen a toda costa, por encima de toda otra consideración y valoración conceptual, aunque con una amplitud conceptual mayor que antaño, son, los Costos, la Calidad, y el Tiempo. Así lo ven los empresarios, y si estos elementos  de carácter o dimensión técnica se conjugan con algunos elementos psicológicos y sociales, de allí el concepto de "involucramiento de los trabajadores”, entonces se utilizan; pero para potenciar los factores técnicos, no para el mejoramiento humano.

Si los sistemas de Producción Ajustada, de Alto Rendimiento o Lean Production, son hasta dos veces más productivos que los tradicionales, curiosamente a veces entre los modelos tradicionales se sitúan los que pretenden atender las necesidades de los trabajadores., con lo que a las claras se dice que Lean Production no atiende al trabajador, sino a la Tarea.  

La Producción Ajustada, ya sea en Japón, EEUU. ó en Europa, singulariza el interés por la eficiencia de la producción; aunque existen documentos de la Comunidad Europea desde 1997 que al mismo tiempo que establece la "Nueva Organización del Trabajo" como una prioridad para el incremento de la productividad, y la creación de condiciones para la competitividad y el empleo, reconoce que es necesario prestar mayor atención a la vida laboral y familiar.  

Sólo queremos puntualizar en este punto que los sistemas de remuneración que se han utilizado de acuerdo a la práctica del modelo de la Productiva Ajustada o de alto rendimiento (Lean Production), con todas las limitaciones e insuficiencias señaladas, refuerzan e incentivan dos elementos: 

·La flexibilidad en las tareas;

·La identificación con el objetivo de la calidad total y del mejoramiento continuo. 

Veamos a continuación la conceptualización de modelos y propuestas que surgen después de las propuestas iniciales de las NFOT, que se han estado desarrollando en las últimas tres décadas. 

En el Cuadro 1 vemos una comparación (Capelli. P. y Rogovsky, N. 1994) entre la Organización Científica del Trabajo (OCT), la Producción  Ajustada, y el enfoque o propuesta de Reformas Conductistas, es decir, concepción que trata de satisfacer las necesidades psicológicas y sociales de los trabajadores de manera prioritaria. Se ubica en el segundo lugar, a pesar de la máxima evaluación de los factores, porque los rendimientos que se alcanzan, se argumenta, que no llegan a  los niveles de Producción Ajustada.    

 

Cuadro 1

      (Capelli. P. y Rogovsky, N. 1994)

               Sistemas

Factores

OCT

Reformas  Conductistas

Producción Ajustada

Autonomía individual

nula

alta

baja

Variedad de tareas

nula

alta

Moderada

Significado de la tarea

baja

alta

Alta

Retroinformación

moderada

alta

Moderada a alta

Unicidad del cometido (grado de integración o dominio sobre el producto final

nula

alta

baja

 

Si comparamos las formas anteriormente descritas de NFOT,  y hacemos un análisis comparativo en base a algunos de los propios factores que caracterizan las NFOT, propuestos en la Encuesta de Diagnóstico de los Puestos de Trabajo desarrollado por Hackmn, R. Y Oldham, G. (1980) y considerados por Capelli y Rogovsky (1994) en el cuadro anterior, obtenemos lo siguiente (Cuadro 2):

 

Cuadro 2

NFoT / Factores

Rotación de

puestos

Ampliación de

tareas

Enriquecimiento de

tareas

Grupos (semi)

autónomos

Variedad

de tareas

Nula a baja

Baja a moderada

moderada

alta

Significado

de la tarea

baja

Baja a moderada

Moderada a alta

alta

Autonomía individual

nula

nula

Moderada a alta

alta

Trabajo en equipo

nula

nula

Baja a moderada

alta

Nivel de integración

Tarea

Tarea y puesto

Puesto y área

Unidad organizativa, partes del proceso o proceso

 

Se observa una evolución desde la Rotación de Puestos a Grupos Autónomos, y el denominador común de ambos cuadros es la calificación baja que reciben los factores conceptualizados como los que identifican los cambios de las formas de organización del trabajo tradicional a las NFOT. Este es un argumento sólido para trabajar las NFO a la par de las NFOT, pues de lo contrario el avance es muy limitado. 

Sin entrar a comentar cada factor, hay que destacar la Autonomía "baja" y la Unicidad del cometido o la Integración "baja" de la Producción Ajustada, con Variedad   de Tareas "moderada" y  Significado de las tareas para los individuos "alto" a partir de una fuerte labor de motivación. Es lo que hemos estado comentando, que la atención priorizada lo sigue recibiendo la Tarea. No se alcanza la valoración integral de las Reformas Conductistas. 

Al evaluar algunos de los factores en relación con las NFOT, es evidente que la Autonomía, el Trabajo en Equipo y el Nivel de Integración, son mayores a medida que se desarrollan unidades organizativas que integran nuevos principios de organización y de dirección. 

Tanto en el caso de las Reformas Conductistas, como en el caso de los Grupos (Semi)Autónomos que pueden organizarse y funcionar sobre la base de aquellas, es decir, de los principios de satisfacer las necesidades psicológicas y sociales de los trabajadores, se destaca el papel activo del trabajador y la función que realiza sobre los aspectos técnicos de la organización, de tal manera que el carácter del trabajo es mas complejo y creador, y a través de aspectos sociales sobre los cuales tiene también decisiones el trabajador, se alcanza el nivel de realización personal mayor. 

En resumen, si comparamos el modelo de la Producción Ajustada con el de las Reformas Conductistas, tenemos que el primero limita la Autonomía individual porque es una exigencia técnica del proceso, ya que las tareas están fijadas estrictamente de antemano, aunque con algún grado de libertad mayor en los procedimientos en comparación con la OCT, lo cual la diferencia de la concepción de décadas atrás.  

También se puede establecer que la OCT y el Trabajo en Equipo son concepciones  diametralmente opuestas, aunque el Trabajo en Equipo en Producción Ajustada es bajo también, al igual que la Unicidad del cometido.  

Finalmente, no debemos olvidar que estos análisis hay que hacerlos teniendo en cuenta que el objetivo primero de la modernización de la organización del trabajo, o las NFOT, es elevar el rol de los trabajadores, disminuido al mínimo posible bajo el taylorismo-fordismo, lo cual hasta donde hemos visto hasta aquí, se logra de manera limitada e insuficiente. Se impone rescatar y potenciar la Dimensión Social. 

Si se potencian las Capacidades Humanas, se establece Gestión del Conocimiento, se habla de Inteligencia Empresarial, es evidente que debe ser para cambiar la forma en que se trabaja; pero no siguiendo los principios fundamentales tradicionales, puesto que de esa manera no es posible alcanzar la integración bajo formas de humanización del trabajo.

Es significativo como los empresarios interpretan las NFOT a través del prisma de la Competitividad de Mercado, de la Calidad, los Costos y los Plazos de Entrega; mientras los trabajadores lo interpretan, según investigaciones realizadas, en términos de "humanización del trabajo". Entonces, sigue latente y con mayor fuerza el planteamiento inicial de hace mas de cuatro décadas. 

Si tradicionalmente el trabajo se organizaba independientemente de los conocimientos del hombre, o mejor dicho de todas las personas de la Organización, hoy es algo impensable, puesto que las capacidades y conocimientos son factores que se privilegian.  

En este sentido Vincent, J. M (1995), citado por Antunez, R. (2001) al referirse a la producción del conocimiento y su transformación en un elemento esencial de la producción de bienes y servicios, señala que: "las capacidades de los trabajadores de poder ampliar sus saberes...se torna una característica de la capacidad del trabajo en general. Y no es una exageración decir que la fuerza de trabajo se presenta cada vez mas como una fuerza inteligente de reacción a las situaciones de producción en mutación y al ecuacionamiento de problemas inesperados". 

Y el propio Antunez, R. reflexiona:"...el saber científico y el saber laborativo se combinan mas directamente en el mundo contemporáneo sin que el primero se sobreponga al segundo. Las maquinas inteligentes no pueden sustituir a los trabajadores. Al contrario, su introducción se vale del trabajo intelectual del operario que al interactuar con la maquina informatizada, acaba también por transferir parte de sus nuevos atributos intelectuales a la nueva maquina que resulta de este proceso...este proceso de retroalimentación impone al capital la necesidad de encontrar una fuerza de trabajo aun mas compleja, multifuncional, que debe ser explotada de manera mas intensa y sofisticada..." 

Dos elementos imprescindibles desde el enfoque marxista vamos a subrayar de estas citas. La primera, la razón por la cual se insiste una y otra vez en los últimos años en la necesidad de desarrollar el llamado "Capital Humano", es decir, inteligencia y los conocimientos además de las habilidades y destrezas puestos al servicio del Capital en las sociedades capitalistas; y el trabajador individualizado, si no se organiza colectivamente conlleva a que todo el conocimiento y la inteligencia al servicio del Capital se vuelva contra el Trabajo, lo cual imposibilita en esas sociedades la búsqueda y desarrollo de NFO y de NFOT con nueva Dimensión Social. 

Si las necesidades psicológicas y sociales determinan el papel del trabajador, es necesario que las causas del Comportamiento Individual, Grupal y Organizacional sean tratados desde la integración interdisciplinaria, y se propongan soluciones casuísticas en cada caso. 

Como señala Robbins, S. P. uno de los destacados autores de la década de los ochenta: "La clave radica en descifrar en qué condiciones una propuesta resulta correcta o equivocada", como para que todos se den cuenta de la complejidad de los problemas cuando se trata de atender al individuo como parte principal del sistema del trabajo. 

Como se señaló con anterioridad, es necesario puntualizar algunas ideas acerca de un elemento que se ha considerado por casi un siglo como determinante de la organización del trabajo, en sus términos iniciales, como la División del Trabajo, y que lo sigue siendo para las formas organizativas tradicionales. Es imprescindible superarlo cualitativamente, para introducir, transformar y desarrollar las NFOT, para desarrollar los enfoques sistémicos de las NFO. 

De esta manera se puede entender mejor como una NFOT, aunque es mas que eso, es un sistema de trabajo, y es una NFO, al que es necesario hacer una breve referencia, la Dirección Integrada de Proyecto (DIP) o "Proyect Management" que de alguna manera se identifica con los Grupos Autónomos, con gran desarrollo en los últimos veinte años, fundamentalmente en las actividades de la Construcción e I + D, va superando la división del trabajo tradicional. 

Si recordamos que uno de los principios fundamentales de la organización del trabajo tradicional hace énfasis en la simplificación de las actividades, y que las técnicas y métodos que se utilizan sirven para reducir el contenido de trabajo, pues así se reduce también el tiempo improductivo, para  llegar a un valor (mínimo) de la unidad de trabajo, no es difícil pensar que la División del Trabajo, que establece la distribución de las actividades entre los trabajadores dentro del proceso, sigue esta pauta. 

Al establecer tres formas fundamentales de División del Trabajo, es decir, por Tecnología, por Funciones y por Calificación Profesional, lo que se está determinando en la intervinculación de las tres, es realmente la distribución de todo el conjunto de actividades de trabajo en la empresa o entidad, con relación al proceso de producción o de otro tipo de actividades. Otro argumento para que se trabaje la NFO a la par de la NFOT. 

La función que realiza cada individuo, función que puede llegar a identificarse con una tarea o un elemento, o varios de éstos, según el principio de simplificación de tareas y fragmentación del trabajo, clasifica a los trabajadores en directos o aquellos que ejecutan los procesos básicos, y en trabajadores indirectos a los ocupados en labores auxiliares, como mantenimiento, ajustes, engrase, o limpieza, calidad, o almacén. 

Si se empieza por dividir el trabajo según los aspectos tecnológicos, y esto llega hasta cada puesto de trabajo, dentro de cada  fase, etapa o ciclo, subproceso, proceso, taller, fábrica y empresa, no sólo se alcanza la especialización de las divisiones y subdivisiones, sino  la simplificación y fragmentación de las propias unidades organizativas cualquiera que sean, que por demás, se multiplican en la misma medida que se organiza el trabajo mas allá del puesto de trabajo. De manera que hablamos aquí de la "especialización por fragmentación" que ha predominado durante casi un siglo, y que es diferente a la especialización por integración. 

En consecuencia, el tipo de trabajo que realizan los obreros fija la división por calificación profesional, predeterminando la calificación necesaria; en consecuencia, fija también la división por funciones. Como lo primordial es la relación del trabajo al proceso de producción, que determina el carácter de la función que desempeña el trabajador, y existe estrecha relación entre la división tecnológica y la división funcional, de manera que una puede llevar a la otra, es la tecnología la que establece las pautas, o las "necesidades" del trabajador. 

Con las NFO y las NFOT se debe tratar de buscar y establecer una relación cualitativa diferente entre la unidad de trabajo y los procesos o unidades organizativas, de tal manera que la unidad de funciones satisfaga no sólo la dimensión técnica sino las necesidades psicológicas y sociales de los trabajadores, que le plantea a su vez nuevos requisitos y exigencias calificatorias y de preparación.   

Esta era la intención desde los primeros planteamientos de las NFOT, aunque puede parecer menos evidente en las primeras formas. La tecnología, y en aquellos momentos aún se identifica como tecnología dura,  en definitiva se consideraba, y considera aún hoy día como determinante. Pero incluso así, con la tecnología “dura” determinando, las funciones y las calificaciones por avances culturales y educacionales deben pasar al primer plano, puesto que recordemos que la división funcional y la división tecnológica interactúan, de manera que se debe establecer una relación diferente entre la unidad del trabajo y los procesos tecnológicos, sin dominio de estos últimos. 

La relación de tiempos varía también, hay una relación de tiempos diferente, en que los contenidos de trabajo suplementarios al contenido básico no limitan o reduce la productividad, definida correctamente, como actividad racional realizada con efectividad, ni esta se puede considerar ajeno a ello. De lo contrario, cómo hablar de la calidad como función de la productividad. 

Los avances tecnológicos de los 60 del siglo XX, impulsaron las primeras NFOT y una División del Trabajo tecnológica y funcional hasta el punto en que esta no contradecía los principios fundamentales de la organización de trabajo tradicional.  

Evidentemente, surge la pregunta entonces si se trataba o trata realmente de NFOT, y la respuesta es que no son pocos los autores que reconocen la ambigüedad del término, sobre todo por los cambios constantes que se producen en los procesos técnico-productivos, es decir, en los elementos técnicos del proceso de trabajo. 

Al tratar el desarrollo de nuevas tecnologías y la transformación de los mercados, se presenta la siguiente situación. Se reconoce que la tecnología microelectrónica y los procesos mecanizados complejos y automatizados, son más flexibles o permiten mayor flexibilidad que los procesos tradicionales.  

Flexibilidad en el surtido, puesto que libera el proceso productivo de la rigidez del equipamiento de una producción en masa, y permite pasar a lotes pequeños de gran variedad de producción y modelos que responden a las exigencias de los clientes, a bajo precio, y con el mercado garantizado, puesto que se trabaja sobre la base de los pedidos de los clientes, que pueden sufrir modificaciones incluso en el propio proceso de fabricación o ejecución, o transportación del pedido.  

Esta es la filosofía de las ultimas dos décadas, en que se interrelaciona fuertemente la tecnología y el mercado. Es necesario analizar las consecuencias y posibilidades que ha generado esta filosofía y los nuevos sistemas de producción para los sistemas de trabajo. 

Pero seguimos hablando de aspectos técnicos del proceso de trabajo o de modelos productivos y de gestión. 

Es evidente, aunque a veces no lo es tanto, que el paso de las Estrategia de Producción Masiva, con productos estandarizados que utilizaban maquinas diseñadas con objetivos limitados, y sobre todo la baja calificación relativa de la fuerza de trabajo, que garantizaba un mercado estable y homogéneo, a la Estrategia de la Competitividad en base a los precios, calidad en el diseño y la satisfacción de los clientes, que los procesos de trabajo no pueden ser los mismo de antaño. 

Pero, la atención al hombre, ¿puede seguir siendo la misma de antes? 

La Competitividad trasciende las fronteras de la entidad, y requiere de enfoques amplios de políticas económicas, financieras, comerciales y de desarrollo de recursos humanos, en los que se integran las Inversiones y Exportaciones, Capital y Recursos Humanos, Salarios y Productividad, Política impositiva y monetaria, Gestión del Conocimiento, Gestión de Información e Inteligencia Empresarial; en una palabra, se requiere de estrategias y políticas totalizadoras. 

¿Alguien pretende que estas integraciones pueden lograrse con áreas funcionales tradicionales, sin entender y atender la interdisciplinariedad y trabajar la transfuncionalidad, lo que implica cambios radicales de los contenidos de los especialistas y técnicos? 

La heterogeneidad de las producciones, las exigencias de los clientes, las nuevas tecnologías utilizadas, las exigencias de preparación cualitativamente superior del personal, obliga no solo a nuevas estrategias de producción, sino a conjugar estas con las NFOT y los nuevos sistemas de trabajo en los cuales el factor determinante y el único importante, es la persona. 

El avance relativamente lento en nuestro país y en el mundo, es producto precisamente de la falta de capacidad a nivel de las organizaciones para llevar a cabo y desarrollar las Estrategias Globales totalizadoras; y muchas veces incluso de estrategias que tengan en cuenta los elementos básicos esenciales de la Cultura de cada Organización en cada sociedad, como señalan algunos autores.  

Por otro lado, y directamente relacionado con los nuevos sistemas de producción y nuevos sistemas de trabajo, en conjugación ambos, es innegable que en la mayoría de los países desarrollados, a pesar de buscar un equilibrio entre la Calidad y los Costos, se sigue apostando sobre todo a los Costos y a la Eficiencia, por encima de cualquier otra consideración  de Orientación Social, e incluso de la Calidad. 

La elevación de la profesionalidad, la asunción de nuevos roles por parte de los trabajadores, el rediseño de los contenidos de trabajo, la reestructuración de los procesos de producción y del trabajo desde luego que implica Costos, que no siempre se asumen en toda su extensión.  

Muchas veces entran en contradicción las políticas y estrategias adoptadas en las organizaciones con las funciones y la estructura y los procesos de trabajo, y mientras se realizan cambios en un sentido, no se realizan en otro.  

Si se adopta una política y estrategia de la llamada Calidad Total, y una estrategia de descentralizar y de distribuir responsabilidades, y de otorgar Autonomía hasta la base, pero no se trabajan en consecuencia las funciones y los procesos de trabajo, o en otras palabras, no se conjuga la NFO con las NFOT, es probable que se produzca un bajo aprovechamiento de las potencialidades tecnológicas y pobres resultados económico-financieros, productivos o de servicios, que se siguen midiendo además con estrechos criterios técnico-económicos, y se llegue entonces a la conclusión que se debe a estrategias y políticas erróneas., cuando realmente se trata muchas veces de la instrumentación.  

Si se introducen cambios en las funciones y la estructura, en los procesos y la preparación de las personas, y también se sigue midiendo con los mismos criterios tradicionales anteriores, y se llega a pobres resultados técnico-económicos, entonces se llega a la conclusión que se debe a los cambios, que pudieran se las NFOT, tal y como lo recoge ya la historia de las NFOT. Desde luego, que en estos casos los resultados no se deben ni a las estrategias ni a las políticas ni a las nuevas formas de trabajo; sino a la falta de integración de los distintos subsistemas, técnico-social-cultural, y a seguir midiendo los resultados de forma y con indicadores tradicionales. 

Lo cierto es que hay una tendencia, tanto en nuestro país como en el mundo, de ir transitando gradualmente a NFOT, o a formas mixtas, dada la gran variedad de situaciones en las organizaciones, lo cual hace que se combinen métodos de "racionalización" de la producción con características o rasgos de organización tradicional, con nuevos elementos que superen las limitaciones e insuficiencias de la organización tradicional; y también casos en los cuales se gestiona un cambio radical revolucionario. En todo caso, las nuevas prácticas no se establecen de la noche a la mañana, y los nuevos desarrollos se miden en años. 

Una y otra vez se verifica en la práctica que, cuando se comienza el proceso de transformaciones, cuando se forma una fuerza de trabajo altamente calificada y profesional, esta acepta difícilmente seguir trabajando en un contexto organizativo, de dirección y de gestión en lo que el rol individual y como integrante de un colectivo se ve disminuido o anulado. 

Pero recalcamos que la elevación de la calificación profesional, el rediseño de tareas y funciones, la importancia  concedida a los aspectos sociales y psicológicos en situación de trabajo, el predominio del elemento Cooperación del Trabajo, rompen con los marcos establecidos de la organización tradicional, y se establecen las premisas para desarrollar las NFOT, por lo tanto, es necesario actuar en consecuencia con las NFO. 

Si es ampliamente reconocido que uno de los componentes fundamentales de gestión moderna es de tipo comportamental, es necesario reconocerlo incluso a nivel de cargo u ocupación en las entidades. De los estudios de casos llevado a cabo entre 2002-2003 por el Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo (IEIT), que han servido para profundizar  en los análisis, solamente una empresa de las seis en estudio lo tiene identificado, y con varios especialistas a cargo. 

5.2 División y Cooperación

Desde el momento que se dice División y Cooperación del Trabajo, se están dividiendo estos elementos, y de lo que se trata  es de integrar. Pero al momento de establecer la simplificación y fragmentación de las tareas, hace más de un siglo, en la misma medida se requería establecer la cooperación entre las partes, que con el tiempo y la complejización de las partes, hoy día, resulta prácticamente imposible coordinar e interconectar la multiplicidad de las partes. 

De manera que se impone la Integración del Trabajo; integración desde el nivel del puesto de trabajo y área de trabajo como en las primeras NFOT, pasando por talleres, fábrica, y empresa o entidad, y más allá de la empresa y entidad si se trata de integración horizontal. 

Si el elemento División y Cooperación del Trabajo determina la distribución de las actividades de los trabajadores en el proceso y las formas de agrupación de los mismos, y se establece que es necesario elevar y perfeccionar la Cooperación, significa que es necesario integrar, pero integrar menos elementos; integrar a nivel del puesto de trabajo, a nivel de todas y cada una de las unidades organizativas que se establecen, así como entre éstas. Esto conduce a la integración a nivel de toda la organización de la empresa o entidad, que es la empresa como un "todo".

En la misma medida que se gana en integración, se disminuye el peso de la División del Trabajo, se disminuye la importancia de la influencia y determinación de la División Tecnológica sobre la División Funcional, y aumenta  el peso de la colaboración.

Es imprescindible identificar por cada unidad organizativa, o a nivel de la empresa o entidad, en dependencia del avance de la organización:

-las fases y procesos principales de trabajo,

-la complejidad necesaria de los trabajos para integrar funciones, que definirán los contenidos de cada trabajador y del conjunto de trabajadores según la forma de agrupación que se adopte,

- las calificaciones y la preparación necesarios, para que la agrupación adoptada funcione como un todo. 

También es necesario recalcar, que cuando se habla de la Cooperación, como de un elemento fundamental de las NFOT, deben tratarse temáticas nuevas desde el punto de vista psico-sociológico como son: Grupos, Comunicación, Liderazgo y Motivación que deben ser tratadas como parte del Comportamiento Organizacional inherente a las NFOT.

Grupos-Comunicación-Liderazgo-Motivación 

En nuestro país, sobre todo en las últimas dos décadas, se han desarrollado formas colectivas de organización del trabajo, con la denominación de Brigadas (Integrales y Permanentes); conceptuadas como Brigadas Especializadas o de cooperación simple, integradas por obreros de una sola profesión para realizar el mismo trabajo, y las Brigadas Complejas o de cooperación compleja, integradas por obreros de distintas profesiones para realizar trabajos diferentes por su naturaleza, con las cuales se fue desarrollando el multiofício, la polivalencia, la rotación de puestos, la ampliación y enriquecimiento de tareas.  

Como unidades organizativas y de dirección, adolecían de los mismos problemas de limitaciones e insuficiencias referidos en la bibliografía, en cuanto a los factores tratados con anterioridad, fundamentalmente relacionados con la Autonomía, Comunicación, Motivación y Liderazgo; es decir, los factores determinantes de las NFO. 

El objetivo de perfeccionar las formas de producción y de organización, de estimulación, de planificación y de dirección, para mejorar los niveles de utilización de la fuerza de trabajo, aumentar la producción y reducir costos, no se cumplió de manera general y sistemática. Quizás una de las razones pudo haber sido el hecho que se dio prioridad a la Dimensión Técnica sobre la Dimensión Social, a la Tarea sobre las Relaciones, lo que se muestra en los propios aspectos evaluados. 

No se midió en el momento de introducir estas formas, el avance de la gestión y dirección de los procesos, ni el desarrollo de los recursos humanos, ni el avance de la nueva cultura de trabajo, o la satisfacción de los aspectos psicológicos y sociales de los trabajadores. De manera que no se diferenciaba mucho en lo que se hacía en otros momentos anteriores. 

Aunque el objetivo era que las brigadas fueran de nuevo tipo, tanto en su forma como en su contenido, y que se basaran en nuevos principios y con nuevos objetivos, tanto las "Brigadas Permanentes" en la Agricultura como las "Brigadas Integrales" en el resto de los sectores de la economía tuvieron problemas principales comunes, de los cuales ellos subrayamos cuatro. 

El primero, es la Autonomía. Por principio en el funcionamiento de las mismas no se constituyeron ni tuvieron desarrollo como células principales de los colectivos obreros, ni de la empresa. 

El segundo, el factor Unicidad del Cometido o el dominio que se tiene sobre el resultado o producto final, o el Significado de la Tarea para el individuo, que fueron establecidos prácticamente sobre la misma base de la división del trabajo establecido, el mismo principio de fragmentación y simplificación de las tareas. En consecuencia había una baja motivación y desestímulo para alcanzar los mejores resultados finales o los resultados parciales identificables, desde el punto de vista de la Dimensión Social, magnificando el factor Salario como estímulo. 

El tercero, la constitución y desarrollo de la Brigada como Grupo. Fue violado constantemente el principio del tamaño del grupo, para no hablar de Equipo, lo cual incidió directamente en que no se pudieran llevar a cabo ni desarrollar las relaciones sociales necesarias. 

Y el cuarto, la integración de funciones de dirección no se llegó a cumplir, por lo que funciones como la de planificación, y el control, se siguieron ejerciendo desde fuera de la célula básica, y desde arriba.  

De manera que el objetivo de perfeccionar las formas de producción y de organización, de estimulación, de planificación y de dirección para mejorar la utilización de la fuerza de trabajo, aumentar la producción y reducir costos, no se cumplió en general. 

Los objetivos dieron prioridad a la Dimensión Técnica sobre la Dimensión Social, lo que se muestra a través de los propios resultados que se perseguían,  sin valorar ni medir el avance de la gestión y dirección de los procesos, ni el desarrollo de los recursos humanos. 

No hay dudas que ha habido experiencias y un desarrollo incipiente de las NFOT a través fundamentalmente de las Brigadas, pero sin desarrollos posteriores, y sin romper con los marcos conceptuales establecidos por los principios fundamentales de la organización del trabajo tradicional.  

Generalmente se ha partido de la División Tecnológica que  ha  determinado la división funcional, manteniendo el carácter del trabajo, y sobre todo el principio del sistema de control y supervisión tradicional. 

En consecuencia, la definición de nuevas complejidades y de las calificaciones necesarias para su realización, que es uno de los elementos principales para el perfeccionamiento de la Cooperación del Trabajo, cualitativamente no ha avanzado lo suficiente, como para hablar de una tendencia generalizada en que se busca la integración funcional y espacial del trabajo, que implica la demarcación rígida de las tareas, la integración vertical y horizontal y la co-responsabilidad del trabajador, o responsabilidad colectiva, un concepto tan discutido y poco aplicado. 

Una de las estrategias básicas necesarias para producir los Cambios Organizacionales es la elaboración de un Sistema de Gestión de Recursos Humanos (SGRH) que permita potenciar todo el potencial humano con que contamos. No hay que olvidar que la remuneración y estimulación constituyen un elemento básico de todo SGRH, que es imprescindible trabajar de manera casuística y como parte de cada sistema en cada Organización en particular, aún con las características restrictivas y centralizadoras que tiene el mismo actualmente. 

Sin embargo, no se debe pretender que la remuneración sea ni el centro ni un estanco separado como parte de la introducción y desarrollo de las NFOT, sino que tiene que concebirse como parte integrante del mismo para la reorganización empresarial e institucional y de la adecuación de todos los sub-sistemas a estos cambios. 

El tema de la Productividad del Trabajo no se pude ni debe soslayar. Muchas veces surgen conceptos y enfoques contradictorios al hablar de NFOT y de la Productividad  del Trabajo. Máxime cuando bajo las "nuevas formas de organización del trabajo" se han estado y se siguen aplicando procesos de intensificación del trabajo y un nuevo tipo de alineación en las sociedades capitalistas desarrolladas, cuyos experimentos y experiencias prácticas llegan a nuestro país bajo la denominación de "tecnologías blandas" con posibilidades de su aplicación "independiente de la ideología". 

Procesos, formas y sistemas de trabajo en los cuales “se involucra o implica al trabajador”, como una supuesta nueva técnica de participación activa o de socialización, cuando de lo que se trata es de técnicas de "envolvimiento" de los trabajadores para que acepten y propugnen por una mayor intensificación del trabajo que realizan, ya sea con la extensión de la jornada, o a partir de cálculos de jornada flexible, o supuestas reducciones de jornada como respuesta a problemas de empleo, cuando de lo que se trata es de menor tiempo de trabajo por trabajador, pero utilización mas efectiva de la jornada al emplear varios trabajadores en lugar de uno y mayor rentabilización de las instalaciones y equipos, incluso del llamado “Capital Humano” , pero sin que se refleje en los salarios más altos en la misma proporción. 

Recordemos que Marx, al referirse al Capital, decía: "...disminuye, pues, el tiempo de trabajo en la forma de tiempo  de trabajo necesario, para aumentarlo en la forma del trabajo excedente; pone, por tanto, en medida creciente el trabajo excedente como condición del necesario. Por un lado despierta a la vida todos los poderes de la ciencia y de la naturaleza, así como de la cooperación y del intercambio sociales, para hacer que la creación de la riqueza sea (relativamente) independiente del tiempo de trabajo empleado en ella". 

Al decir de Antunez, R.: "Exactamente porque el capital no puede eliminar el trabajo vivo del proceso de creación de valores, debe aumentar la utilización y la productividad del trabajo de modo que intensifique las formas de extracción del sobre trabajo en tiempo cada vez mas reducido".

La Productividad del Trabajo sigue siendo en nuestra sociedad un objetivo fundamental de la organización del trabajo social y decisivo para la actividad económica y social del país. Pero no se debe seguir identificando con su medición, con la actividad que realiza el hombre en determinado tiempo, sino sólo aquella actividad racional realizada con efectividad y con el nivel medio social de intensidad del trabajo.

Productividad del Trabajo: actividad racional realizada con efectividad 

Y el nivel medio social