Leemos mal el mundo
y creemos que nos engaña
La Programación Neurolinguística (PNL), una manera de leer el mundo
Muchas veces me he descubierto dándole vueltas a las palabras de Tagore sobre
la forma de percibir el mundo y el engaño, o mejor dicho autoengaño, al que
muchos humanos nos sometemos. Desde que las vi escritas por primera vez, más de
una ocasión me he escuchado nombrarlas y he sentido algo que me decía... ¡justo
es ésto lo que está pasando!...
A la hora de plasmar sobre el papel una
descripción de lo que es PNL en primer lugar aflora la evocación de Tagore, y en
segundo lugar se me ocurre pensar en cual fue el origen de lo que hay detrás de
estas siglas. Finalmente me acabo preguntando ¿para qué podría servirle todo
ésto a la persona que lo va a acabar leyendo?
Lo cierto es que existe un buen
repertorio de definiciones acerca de lo que es la Programación Neurolinguística,
asimismo entre las publicaciones de los creadores de ésta, existe un relativo
número de metáforas que, de una forma analógica, facilitan comprender de que
materia o sustancia está compuesta la PNL.
Desde el deseo de no clonar
definiciones, he creído interesante permitirme la licencia de proceder como
ellos y os propongo para comenzar una metáfora en forma de
experiencia.
Te propongo una
experiencia
Elige mentalmente la terraza de un bar en un lugar que
te guste, preferentemente cerca del mar, donde habitualmente hay algo de brisa,
acomódate en ella, sin prisas procura percibir los detalles propios del
lugar.
Es posible que veas como la lona de algún parasol inmediato se mueve
ligeramente, si estás atento fácilmente podrás escuchar también el sonido que
produce algún papel de diario al desplazarse por el suelo.
Hasta aquí todo normal
Te pido que pongas un
poco más en funcionamiento tu fantasía y no des por cerrada la
experiencia.
Imagina que, en lugar de ser una persona del siglo XX, eres de
la Edad de Piedra, con facilidad creerás que los objetos anteriores que tu no
conocías hasta ese momento, tienen vida propia, ya que, a través de alguno de
tus sentidos, estás percibiendo que se mueven.
Tan sólo después de algunos
instantes, quizás después de haberte recuperado de la sorpresa, te des cuentas
que tus cabellos también se están moviendo, sin que tengas la sensación de estar
haciendo algo expresamente para que ésto último pase.
Con algo más de tiempo,
presumamos que los hombres prehistóricos también tenían la capacidad de
generalizar, empezarás a sospechar que el parasol así como el papel de diario
son objetos tan inanimados como tu propio cabello y que es la brisa del mar la
que los está moviendo.
Hagamos un
paréntesis
Si la experiencia de estar en una terraza sintiendo
cercano el mar te ha producido una sensación agradable, te invito a que
mentalmente conserves esta situación, ya que los lugares en los que
habitualmente transcurre nuestra cotidianeidad suelen invitar a lo lógico, y la
preponderancia de ésto, en algunas ocasiones, no es lo que más facilita el sacar
alguna conclusión interesante.
Algo más de
metáfora
Hablar de algunos de los elementos con los que trabaja la
PNL, en el fondo es como hablar del viento, del aire en movimiento, estamos
seguros que existen pero tan sólo los percibimos con nuestros sentidos a través
de sus efectos en el entorno y en nosotros mismos.
Poco sabían hasta hace un
siglo los navegantes a vela de la ciencia de la meteorología tal como la
conocemos hoy, o de principios de aerostática y sin embargo navegaron utilizando
el viento por los mismos mares que navegamos en la actualidad.
Utilizaron
una sabiduría basada en el desarrollo de recursos y habilidades, fundamentadas
éstas en la observación de un entorno cuyo funcionamiento era difícilmente
previsible; una sabiduría basada en el aprendizaje de modelos extraídos a través
de sintetizar los elementos diferenciadores que hicieron exitosas algunas
prácticas de sus antecesores, haciendo evolucionar su profesión, y a ellos
mismos como personas.
La PNL maneja elementos diferentes que hacen que las
cosas sean diferentes, de la misma calidad que los elementos que manejaban esos
antiguos sabios de la mar, la misma calidad de los elementos que intervienen en
las relaciones humanas.
Saquemos alguna
conclusión
Existen ciertos presupuestos a partir de los cuales la
PNL trabaja, entre ellos el que propone que “Nuestra forma de percibir el mundo
no es el mundo”. O como decía Korzybski en su obra principal Science and Sanity:
“El mapa no es el territorio”.
Gracias a nuestro sistema nervioso leemos los
acontecimientos de nuestra vida y los de la gente con que nos encontramos.
Primordialmente la PNL nos enseña cómo podemos acceder a una lectura "sana" de
lo que percibimos. Al término "sano" le doy el significado de la toma de
conciencia con que cada ser humano vive su modelo de mundo, siendo este modelo
único.
Toda persona vive según sus criterios y sus creencias y cada uno de
nosotros pone en funcionamiento sus propias estrategias para ir saliendo del
paso. En tanto que seres humanos, operamos según nuestro propio “mapa”, que por
definición no es el territorio. Recordando la experiencia inicial “leemos” el
mundo, y aquí podemos volver a evocar a Tagore, cada uno a nuestra manera, como
fruto, tanto de factores genéticamente adquiridos, como cognitivamente
aprendidos.
El resultado es que cada ser humano aborda el mundo desde un mapa
diferente e irrepetible. Si yo quiero comprender a alguien, estudio su mapa en
lugar de partir de la idea de que el suyo es igual que el mío.
Es interesante
resaltar aquí la evidencia de que la vida nos ofrece innumerables posibilidades
de adquirir nuevas informaciones y, por lo tanto, aprendizajes. Esto es algo que
de alguna forma se “transpira” en la PNL. A partir de un enfoque de nuestra
existencia como oportunidad de continuo aprendizaje, no tanto como de continuo
testeo y lectura de las reacciones de las otras personas, con la finalidad de
evaluar como cumplen o no nuestras expectativas.
Asimismo constatar que en
un porcentaje elevado, tan sólo utilizamos estas posibilidades para reconfirmar
simplemente y de forma automática, lo que “creemos que ya sabemos”. En algunos
casos tendemos a descafeinar la maravillosa sorpresa de lo nuevo y diferente,
convirtiéndola en “la excepción que confirma la regla”. En otros casos omitimos
sistemáticamente las informaciones que pudieran hacer necesaria, ya no una
reedición del propio mapa, sino una simple actualización de la fe de erratas,
dando más importancia a nuestras creencias y elaboraciones internas que a lo
que, no sólo el mundo, sino el universo pacientemente nos muestra.
Como punto final
Creo importante destacar,
aunque sea telegráficamente, el hecho de que desde la PNL se aporta, no una
teoría, sino un enfoque pragmático con un repertorio propio de técnicas y
procedimientos de trabajo, inmediatamente utilizables por cualquier persona que
desee cambiar y mejorar tanto en el ámbito personal como en el profesional. De
hecho, desde mi vivencia personal con la PNL, adentrarme en el propio proceso de
cambio ha supuesto ampliar mi visión del mundo y aprender como superar alguna
que otra “creencia limitadora” sobre mí mismo, disponiendo progresivamente de
una mayor libertad de maniobra en la vida, lo cual se ha traducido en el
desarrollo de relaciones más significativas y satisfactorias con los
demás.
Cuando un ser humano comienza a ver las cosas diferentes, con una
lectura más amplia y global, difícilmente puede seguir comportándose de la misma
manera que antes, gracias, en gran parte, a la activación de recursos internos
ya preexistentes, así como a la utilización de los mismos de una forma
espontáneamente creativa. Todo ésto se concreta en el desarrollo de maneras más
humanas y provechosas de relacionarse con los demás.
Xavier Muro