Estudio de situación
del comercio electrónico en España |
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
1. Comercio electrónico: Marco General
1.1 Introducción
El comercio electrónico se puede definir, en un sentido amplio, como cualquier forma de transacción o intercambio de información comercial basada en la transmisión de datos sobre redes de comunicación como Internet. En este sentido, el concepto de comercio electrónico no sólo incluye la compra y venta electrónica de bienes, información o servicios, sino también el uso de la Red para actividades anteriores o posteriores a la venta, como son:
Estas actividades no tienen necesariamente que estar presentes en todos los escenarios de comercio electrónico. La Figura 1 ilustra un posible camino de implantación gradual de comercio electrónico, desde el caso más simple de la publicidad no interactiva a través de Internet, hasta el caso completo donde todos los pasos, incluido el pago, se hacen de forma electrónica [53].
Figura 1. Implantación gradual del comercio electrónico
En el comercio electrónico participan como actores principales las empresas, los consumidores y la administraciones públicas. Así se distinguen normalmente tres tipos básicos de comercio electrónico (ver Figura 2):
Figura 2. Actores y tipos de comercio electrónico
Las empresas intervienen como usuarias (compradoras o vendedoras) y como proveedoras de herramientas o servicios de soporte para el comercio electrónico: proveedores de servicios de certificación de claves públicas, instituciones financieras, etc. Ver Sección 2.1. Por su parte, las administraciones públicas, actúan como agentes reguladores y promotores del comercio electrónico y como usuarias del mismo (por ejemplo en los procedimientos de contratación pública o de compras por la Administración).
En un sentido amplio, los consumidores participarían en dos formas adicionales de comercio electrónico además del B2C: por una parte, el comercio electrónico directo entre consumidores (venta directa entre particulares) y, por otra, las transacciones económicas entre ciudadano y administración (pago de prestaciones sociales, pago de impuestos, etc.)
La mención a Internet en la definición que abre esta sección se justifica porque, si bien las actividades de comercio electrónico entre empresas, por ejemplo mediante los sistemas de Intercambio Electrónico de Documentos EDI, existen desde hace más de una década y son anteriores al uso comercial de Internet, ha sido esta apertura al uso comercial de Internet y, en particular, el desarrollo de la World Wide Web el elemento clave que ha hecho posible al comercio electrónico llegar al consumidor final y, en definitiva, ha provocado el actual crecimiento explosivo del comercio electrónico en todas sus formas.
Las previsiones sobre la evolución del comercio electrónico en los próximos años (e incluso las estimaciones de su volumen actual) son muchas veces bastante dispares. Como muestra basta ver la comparación de las previsiones de diferentes consultoras incluida en el capítulo 3 del informe de la OCDE sobre impacto social y económico del comercio electrónico [1]. Ver también las referencias a estudios estadísticos de la Comisión Europea y del consorcio CommerceNet en Estados Unidos.
Según el documento de la OCDE, el volumen global del comercio electrónico ha pasado de prácticamente cero en 1995 a unos 25 millardos de dólares en 1997. Las estimaciones superan los 300 millardos para los años 2001-2002 y el billón de dólares hacia el 2003-2005. De estas cifras, el comercio B2B representa en torno al 80% del total. (Ver Figura 3). Según el mismo informe, Estados Unidos representaría el 80% del comercio electrónico mundial.
Figura 3. Tendencia general de crecimiento del comercio electrónico mundial
Algunas estimaciones son bastante más optimistas que las citadas. Por ejemplo Forrester Research, que daba a mediados de 1997 una cifra de 327 millardos de dólares en el año 2002 sólo para Estados Unidos, ha revisado al alza sus previsiones en diciembre de 1998. Según esta nueva estimación, el volumen del comercio electrónico mundial estaría entre 1.4 y 3.2 billones de dólares en el año 2003.
Al margen de las cifras concretas, el crecimiento del comercio electrónico está siendo tan grande que prácticamente nadie duda del profundo impacto económico y social que traerá consigo en los próximos años, y todos los actores involucrados, desde gobiernos a asociaciones de la industria y empresas individuales, tratan de tomar las medidas necesarias para aprovechar al máximo sus ventajas.
El comercio electrónico:
Más en general, el comercio electrónico obliga a redefinir el papel de los intermediarios entre productor y consumidor, eliminándolos en algunos casos, pero también creando la necesidad de funciones de intermediación nuevas en otros. Igualmente el comercio electrónico afecta al papel tradicional de otros actores, como las entidades financieras o los fedatarios públicos.
Pero el comercio electrónico plantea también problemas nuevos o agudiza algunos ya existentes en el comercio tradicional, entre ellos:
Los problemas citados tienen, en mayor o menor medida, una componente legal o regulatoria y una componente tecnológica, por lo que su solución requiere actuaciones en ambos sentidos.
Los sistemas de comercio electrónico disponibles actualmente adolecen en general de alto coste y reducida interoperabilidad. En el comercio electrónico entre empresas predominan las soluciones diseñadas a medida para aplicaciones específicas o para sectores o grupos de empresas cerrados, con escasa reutilización de componentes estándar y, como consecuencia, con un elevado coste de desarrollo. Aún hay pocos estándares asentados en la industria y proliferan las propuestas de diversos consorcios, normalmente incompatibles entre sí.
En esta situación es difícil establecer relaciones de comercio electrónico espontáneas entre empresas sin pasar por una fase previa de adaptación o integración de sus respectivos sistemas. Los problemas anteriores afectan especialmente a las PYMEs, sector en el que se necesita una mayor oferta de soluciones sencillas y que encajen bien en los procedimientos normales de funcionamiento de estas empresas.
En cuanto al consumidor, a los problemas ya citados de protección legal, poca capacidad de acceso a la red y falta de sistemas efectivos para buscar y comparar información, se añade la diversidad de niveles de seguridad y de procedimientos de compra que debe utilizar según la tienda virtual a la que acceda, incluyendo en este último punto la forma en que se presenta la información, los sistemas de pago aceptados, la información que recibe del vendedor sobre las compras realizadas, etc.
La congestión de Internet y la falta de accesos de suficiente capacidad a bajo coste dan como resultado unas prestaciones erráticas, muchas veces con velocidades de acceso muy bajas, lo que limita la utilización de elementos multimedia y provoca insatisfacción en los usuarios.
Según el noveno estudio sobre usuarios del Web elaborado en abril de 1998 por el grupo GVU (Graphics, Visualization, & Usability) del Instituto de Tecnología de Georgia, la lentitud de la carga de páginas Web era el problema más frecuente, mencionado en casi el 65% de las respuestas. Siempre según este estudio, uno de los más importantes del sector, el 53% de los usuarios había abandonado en alguna ocasión la búsqueda de información de productos debido a la lentitud del sitio Web visitado. El siguiente problema citado en orden de frecuencia era el de los enlaces "rotos", es decir enlaces que apuntan a páginas Web inexistentes.
Las secciones siguientes profundizan en los problemas planteados y las diversas soluciones propuestas, presentan las organizaciones, iniciativas y experiencias de comercio electrónico existentes y plantean posibles acciones de promoción del comercio electrónico en España.
Indice del estudio - Siguiente - Anterior - Glosario - Referencias - Estudio completo Ver nueva versión
CIPRES-UPM. Enero 1999.