Magos y Guerreros
El Adiestramiento
El día empieza con la voz de madre diciéndome
que me despierte y con un suave beso en la frente. Hace un día
espléndido, el sol brilla por todas partes y una suave pero
refrescante brisa atraviesa el aire. Lo primero que hago es ir a
desayunar, allí, sentado en la mesa, me encuentro a mi padre.
- Buenos días padre.
- Buenos días hijo mío. ¿Has meditado bbien?.
- Sí, como una roca.
- Me alegro, por cierto hoy es el primeer día de tu
adiestramiento en las artes élficas ¿verdad?.
- Si es verdad, estoy un poco emocionaddo.
Madre me sirve el desayuno.
- Gracias madre.
- Apresúrate o llegaras tarde.
- De acuerdo.
Termino de desayunar y después de ducharme y lavarme me visto,
cuando ya he terminado, pican a la puerta.
- Yo voy.
Abro la puerta, es Duke. Duke es un amigo que tengo desde que era
realmente pequeño.
- Vamos Adok o llegaremos tarde.
- Ya voy, entra que tengo que coger unaas cosas.
- Buenos días señor Sim, buenos días seeñora Sim.- Dice Duke.
- Buenos días Duke.- Dicen los dos casii al mismo tiempo.
- Por cierto señor Sim, me ha encargadoo mi padre que le diga que
la reunión de esta mañana se ha adelantado media hora.
- ¿Cómo?, vaya llego tarde.
- Bueno padre, madre me voy.
- Ten cuidado hijo.- Dice mi madre.
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- Suerte a los dos.- Dice mi padre.
>
Cerramos la puerta y salimos corriendo, por el camino saludamos a
la gente que conocemos que es casi todo el mundo, ya que vivimos
en un poblado élfico bastante pequeño, llegamos a la escuela,
allí nos encontramos con Tirolán, nuestro maestro. Tirolán
solo nos adiestrará a Duke, a una chica llamada Leika y a mí.
Leika es una chica agradable, un poco testaruda, es morena, pelo
corto, bastante corto, tiene los ojos marrones y es igual de alta
que nosotros.
- Bien chicos, hoy es el primer día de vuestro adiestramiento. A
partir de hoy trabajaremos en el bosque.
- Maestro ¿utilizaremos armas?.- Pregunnta Duke.
- Reales no, hasta que no aprendáis la primera y más importante
de las lecciones. Hasta entonces podéis aceros todas las que
queráis pero de madera.
Así que nos fuimos al aserradero de la aldea y le pedimos que
nos diera un poco de madera para hacernos nuestras propias armas,
pero el se ofreció para hacerlas, tres espadas no muy largas ni
muy cortas y que no pesaran demasiado, al cabo de una hora las
tenia hechas, eran perfectas, incluso nos talló un signo élfico
diferente a cada uno, también nos hizo una especie de funda que
mas que nada era para poder colocarnos la espada en el cinturón,
en cuanto las tuvimos fuimos a la puerta este de nuestra aldea,
allí nos estaba esperando nuestro maestro.
- Bien chicos, a partir de hoy cada maññana vendréis al amanecer
aquí. El que llegue tarde tendrá que buscarnos hasta que nos
encuentre.
Pronto emprendimos el camino, salimos al bosque, simplemente nos
limitamos a caminar, pronto se hizo medio día, paramos para
recoger frutos, el maestro nos enseño lo que era la
supervivencia y lo importante que seria saber sobrevivir cuando
se está solo en un lugar desconocido, nos enseño a orientarnos,
y a cazar.
- Maestro ¿mañana ya podemos tener una espada de verdad?.- Dijo
Leika.
- Leika ¿crees que esta es la primera llección?
- ¿No lo es?.
- No, la primera lección la tendréis quue aprender de la
siguiente manera. Tenéis que llegar a tocarme.
- ¿A tocarle maestro?.
Se puso en medio de nosotros y nos dijo que nos apartáramos unos
cuantos pasos, así lo hicimos.
- Ahora tocarme.
Leika camino despacio y fue a tocarle, entonces el maestro saltó
a lo alto de una rama, Duke fue detrás de él pero no consiguió
tocarle, yo también me puse manos a la obra, al principio era
divertido, pero después de un rato de no alcanzarle se hizo
pesado e incluso molesto.
- Maestro es imposible.- Dije yo.
- No lo es, solo que no lo hacéis de laa manera correcta.
- ¿A que se refiere?.- Dijo Duke.
- A que de esa manera no lo conseguiréiis.
- ¿Podemos utilizar nuestras armas?.- DDijo Leika.
- Si queréis si, pero esa tampoco es laa manera.
Así que sacamos nuestras espadas de madera y empezamos a
perseguirle, tardamos tres horas en darnos cuenta de que no era
la manera. Pronto se hizo oscuro y el maestro decidió dejarlo
para mañana.
Al día siguiente lo volvimos a intentar y nada. Seguimos de ese
modo tres días mas, hasta que la mañana del sexto día de estar
intentándolo, Leika propuso algo.
- Chicos he estado pensando que nuestroo problema es que
trabajamos separados, y e echo un plan, uno de nosotros se
esconderá ahora como si no hubiera llegado, de modo que el
maestro no sabrá nada así que cuando empiece con lo de cogerle
el que sé allá escondido le cogerá por sorpresa y así todos
le conseguiremos tocar.
- De acuerdo, yo me esconderé.- Dijo Duuke.
- Bien rápido que ya viene.- Dije yo.
- Oh no nuestro plan a fracasado.- Dijee yo.
- ¿Qué plan?.- Se apresuró a preguntar el maestro.
Leika le explicó toda la maniobra, entonces el maestro sonrió
mientras nos miraba a los tres desconsolados, bajo de la rama y
nos felicito.
- Muy bien chicos habéis superado el prrimer nivel.
- ¿Qué?.- Dijimos los tres a la vez.
- Si pero habéis hecho lo que yo queríaa, habéis utilizado el
cerebro, habéis hecho un plan, esa era la prueba, teníais que
atraparme, pero utilizando una estratagema, de manera que
hicierais uso del coco.
- Entonces esa era la lección, usar el coco.- Dije yo.
- Se nos podía haber ocurrido hace seiss días.- Dijo Duke.
Nos sentamos en el suelo todos y el maestro nos comenzó a
explicar que en un combate incluso en cualquier situación, lo más
esencial era la mente, pensar una salida, una estratagema, un
plan o cualquier otra cosa nos ayudaría en todo momento.
- ¿Y si utilizar la mente no funciona?..- Pregunté yo.
- Entonces debes actuar por instinto, ddebes obedecer al corazón.
- De acuerdo maestro y por cierto, si hhemos pasado.- Dije yo.
- Si mañana podéis traer armas de verdaad.
Todos hicimos un bien general, cuando iba para casa, pase por la
herrería de la aldea y le pedí al herrero que me hiciera una
espada de verdad, que fuera la mejor, el hombre accedió
encantado. Al llegar a casa les expliqué a mis padres todo lo
que había ocurrido y lo celebramos.
A la mañana siguiente, fui directo al herrero me dio mi espada
era preciosa, estaba muy afilada y el mango era hermoso, el
herrero me prometió que cuando me concedieran el rango de
caballero Elfo me construiría una con un mango de plata y mármol.
Al llegar a la entrada Este, me encontré con todos, ellos también
llevaban sus espadas, salimos al bosque y el maestro nos empezó
a explicar todo tipo de cosas, hasta la hora de comer estuvimos
entrenando con la espada, el maestro nos dijo las cuatro normas básicas
para saber luchar:
Tienes que saber el momento de la lucha en que se gana o se
pierde, hay que saber esperarlo y hay que saber aceptarlo y por
último jamas se debe luchar si no se sabe seguro que se va a
ganar.
Después de comer, avanzamos mas de lo normal en el bosque,
entonces todos escuchamos un ruido, de pronto un grupo de Enanos,
salieron de detrás de los árboles y sacaron sus hachas,
nosotros tres desenvainamos, pero el maestro no.
- Tranquilos amigos Enanos no venimos aa luchar, solo estamos de
paso, pero podemos volver si lo preferís.
- Maestro no nos rendiré...
- Cállate Adok.
- No queremos derramar sangre, marcharoos por donde habéis
venido.- Dijo uno de los Enanos.
- Bien. Vámonos chicos.
- Sí maestro.- Respondimos nosotros.
- Maestro, porque los Enanos nos tienenn enemistad.- Preguntó
Leika.
- Pues veras, hace mucho, mucho tiempo,, en un lugar no muy
lejano, hubo una guerra entre las fuerzas oscuras los Enanos y
los Elfos, los Elfos y los Enanos lucharon juntos, pero las
fuerzas del mal eran demasiadas y los Elfos huyeron, los Enanos
los siguieron puesto que lo Elfos conocían un lugar donde
resguardarse, per cuando llegaron allí los Elfos hicieron algo
que jamas debieron hacer y de lo que nunca debéis estar
orgullosos, al llegar a ese lugar entraron todos y no dejaron
entrar a los Enanos, con lo que hubo una matanza de Enanos, de
eso jamas se olvidarán, pero ahora parece que vuelven a confiar
un poco mas en nosotros. Solo confiaban con total plenitud en
alguien como nosotros, Tanis el semielfo, confiaban en él porque
arriesgo la vida por salvar a uno de los suyos.
Después de 2 años de entrenamiento en las artes élficas, ya
teníamos caballos, una espada más grande, incluso habíamos
aprendido magia. El maestro nos propuso, hacer una salida de una
semana a donde fuera, pero lejos de la aldea, todos aceptamos.
Salimos a la mañana siguiente, cogimos provisiones, y nos fuimos
hacia el Este.
Cabalgamos todo el día haciendo paradas para almorzar y comer,
pronto se hizo oscuro decidimos acampar cerca de un riachuelo. El
maestro nos dijo que haríamos turnos, yo quise hacer el primer
turno, todos los de mas se fueron a meditar, cuando ya casi
estaba apunto de acabar mi turno, escuché un ruido, eran gritos
y gente desesperada, así que interrumpí a los de mas, que
pronto se despejaron y se pusieron en guardia, el maestro ordenó
que en silencio nos acercáramos, dejamos a los caballos un poco
lejos para que no nos oyesen. Llegamos a una aldea estaba tomada
por los Goblins, y había muchos cadáveres de estos por todas
partes, después vimos que la aldea era de Enanos y que habían
quedado la mayoría prisioneros.
- Son Enanos, no querrán nuestra ayuda..- Dijo el maestro.
- Pero maestro no les podemos dejar asíí.- Dijo Leika.
- Es cierto hay que ayudarles.- Dije yoo.
- Chicos, son mas de cien, en todo casoo habría que avisar a los
de la aldea y tampoco querrían luchar.
- Maestro sé que podemos ganarles, si uutilizamos la mente y
trazamos un plan de ataque podemos ganarles rescatar a los Enanos
y salir airosos de esto.- Dijo Duke.
- Yo creo igual.- Dijo Leika.
- Y yo.
- Bien chicos vosotros sois mayoría.
- Maestro salga de ahí.- Gritó Leika.
- Chicos Tirolán quiere hablar con vosootros.- Dijo uno de los
miembros del consejo.
Corrimos a la casa entramos y allí estaba, cubierto de sangre,
tumbado sobre una cama, con su mujer al lado llorando. Duke y yo
nos acercamos, pero Leika se quedó atrás.
- Maestro.- Dijo Duke.
- ¿Cómo está?.- Dije yo.
- Leika ven.- Dijo él.
Leika se acercó, se puso al pié de la cama.
- Leika no te preocupes, ahora iré con los dioses.
Leika echó a llorar.
- No, no, no llores, no sientas pena poor mí, me voy feliz, sois
los mejores alumnos que jamas he tenido, llegareis a ser muy
importantes en la vida.
- Maestro tal vez sino hubiéramos...
- Así se hará maestro, lo juro.- Dijo DDuke.
- Chicos e pasado la mejor época de mi vida con vosotros os
echaré de menos.
Entonces su mano cayó, una lagrima se deslizó por su mejilla,
sus ojos se cerraron y descansó en paz.
A la mañana siguiente la barcaza estaba preparada así que le
colocamos en ella y nos dirigimos al mar, al llegar donde
empezaba el territorio de los Enanos, nos encontramos con unos
cuantos, algunos de nuestros hombres desenvainaron.
- Quietos, no nos aran nada.- Dije yo.<
- Uno de ellos se acercó a Leika y le eentregó un amuleto, luego
a Duke y luego a mí, después uno se acerco a Tirolán y le puso
uno sobre el pecho.
- Gracias amigos.- Dijo Duke.
- El Enano hizo un gesto con la cabeza..
Abrieron el camino y caminaron detrás de nosotros, de los árboles
salieron muchísimos más y sé unían a nosotros, al fin
llegamos al mar.
Duke Leika y yo, desmontamos, levantamos la barcaza y la llevamos
a la orilla, la empujamos, y la barcaza se fue alejando, cuando
ya estaba lo suficiente lejos, nos entregaron unos arcos con
flechas, que prendimos.
Lanzamos y los tres dimos en el blanco, la barcaza ardió, y así
su alma ascendió a los cielos.
Un gran hombre había muerto, pero siempre sería recordado por
aquellos que le queríamos.
Fin