LA PLANIFICACIÓN EN LA ARMADA VENEZOLANA: aspectos referenciales

 

Ludwig Vera Rojas

Capitán de Navío

Director de Operaciones del Estado Mayor Naval

 

Resumen

Este artículo nace como parte de una investigación que tiene por tema la planificación en la Armada venezolana desde la perspectiva del pensamiento complejo. En él se plantean algunos hallazgos documentales sobre el Planeamiento Naval Operativo y la Planificación Estratégica Operacional, así como aspectos teóricos sobre la planificación que son aplicables en cualquier organización e institución, tanto pública como privada; para arribar –como aspecto conclusivo a través de la interpretación de tales hallazgos–, a una visión de la planificación en la que se ubicaría el miembro de la Armada (extensivo a cualquier otro militar o componente de la FAN), según el contexto en el que actúa.

Palabras claves: Planificación, Planeamiento Naval Operativo, Planificación Estratégica Operacional.

Abstract

THE PLANNING IN THE VENEZUELAN NAVY: referential aspects

This work paper is part of the investigation concerning the planning in the Venezuelan Navy from the perspective of the complex thought. It shows some documental findings regarding the Naval Operational Planning and the Strategically Operational Planning, and some theoretic aspects about  planning that can be apply in any organization or institution, either private or public; in order to arrive –as a conclusion through the interpretation of such findings–, to a vision of the planning from which the member of the Venezuelan Navy should be oneself (extensive to any other serviceman or Military Force of Venezuela), depending on the context he is working.

Key words: Planning, Military Operational Planning, Strategically Operational Planning.

Introducción

Desiato y Guevara (1998), expresan que el hombre formado es un individuo con capacidad para aclarar las propias necesidades y las de los demás colegas de trabajo, que es un hombre que puede elaborar objetivos y encontrar los medios adecuados para obtenerlos – lo que envuelve “planificar” –, estando a la vez consciente de la gran cantidad de implicaciones presentes en tales actos (p. 12), y que el “saber” en el hombre dentro de la teoría de la administración es la actividad de “saber hacer” inmersa en la complejidad de nuestras actuales sociedades, organizaciones e instituciones; complejidad que se genera, precisamente, por la sobreabundancia de relaciones, de posibilidades, de conexiones inscritas en la sociedad, de modo que ya no es posible plantear una correspondencia biunívoca y lineal entre un elemento y otro (p. 29).

Lo antes expuesto es una realizad en la Venezuela de hoy, especialmente a partir de la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999, y que en el caso de la Fuerza Armada Nacional (FAN), específicamente en el componente Armada, se evidencia a través del proceso de cambio y adecuación de sus estructuras, funciones y formas de “pensar para hacer”. Por esto la Armada está sumida en una transformación que implica un viraje en relación con la filosofía, doctrina y métodos para garantizar la seguridad y defensa de Venezuela, lo que implica el fortalecimiento de la capacidad de adaptación y funcionamiento adecuado respecto a su entorno social, político y económico, que en lo concreto se manifiesta en una nueva misión, nuevas funciones y modos de hacer tanto en lo bélico (acciones militares), como en lo social (acciones sociales enmarcadas dentro del desarrollo y defensa integrales de la nación).

Es así como, de modo natural, se origina un conflicto entre el viejo modo de pensar de la institución que es objeto de estudio en la presente investigación – la Armada de la República Bolivariana de Venezuela – y el que la realidad actual y universal demanda, pues, tomando en consideración lo expresado por Morín (2001), el militar venezolano – específicamente el Marino de Guerra – posee una “impronta cultural” y una “normalización” que gobierna y organiza su conocimiento (el “saber que”) para “saber hacer”.

Todo lo que se hace o pretende hacer en el ámbito militar se basa en la planificación, ya que todo requiere ser finamente pensado y analizado por los costos humanos (pérdidas de vidas) y materiales que pueden involucrar las acciones bélicas. Así pues, la planificación debe ser considerada como elemento que norma el quehacer de todo Marino de Guerra venezolano en virtud que éste actúa siempre sobre la base de “Planes” y “Órdenes de Operaciones”; las cuales derivan de un proceso de planificación que según el caso se basa en la “Planificación Estratégica Operacional” o en el “Planeamiento Naval Operativo”. Estos procesos en el medio militar están vinculados a un pensar-hacer en situaciones de confrontación básicamente para el mejor uso del potencial bélico (fuerza disponible) en función de los propósitos del Estado.

No obstante, en la Venezuela de hoy día, se exige que el quehacer del Marino de Guerra se involucre en contextos tanto bélicos como humanitarios, en los que lo social – en el marco del desarrollo integral de la nación – también requiere de la planificación; pero, bajo otros referentes, desde otras perspectivas y empleando procesos pertinentes y adecuados, aceptando nuevos esquemas mentales, venciendo su “impronta cultural”. Es así como surge la necesidad de investigar sobre el Planeamiento Naval Operativo, la Planificación Estratégica Operacional y sobre aspectos teóricos de la planificación en el ámbito de las organizaciones e instituciones en general, para así arribar a una interpretación epistemológica de la planificación y su vinculación con el quehacer actual de la Armada.

En el presente artículo se plantean algunos hallazgos documentales sobre los tópicos mencionados en el párrafo anterior y que resultan de gran interés para quienes planifican; de manera particular, presenta una visión de la planificación en la Armada según el contexto en el que se actúa; visión que es extensiva a cualquier otro miembro o componente de la FAN en Venezuela. En primer lugar se tratará sobre algunos antecedentes inherentes a la planificación en el ámbito militar-naval venezolano, para luego comentar algunos documentos reguladores del quehacer en la FAN, así como también algunos aspectos teóricos sobre la Planificación, para concluir con una visión de ésta en la Armada.

Antecedentes sobre planificación en el ámbito militar venezolano

En cuanto a los antecedentes, se han considerado dos aspectos: el primero, inherente a la planificación y su aplicación en Venezuela, con especial atención al ámbito militar, con especificidad en lo naval, pero sin dejar por fuera lo gerencial-empresarial; lo segundo, relativo al pensamiento orientador del quehacer en el ámbito militar, el cual está relacionado directamente con el Nuevo Pensamiento Militar Venezolano.

En relación a lo primero, escasa información se ha encontrado. De manera particular, sobre el estudio y visión de la planificación en el seno de la FAN venezolana, Contreras (2001), asevera que:

Si bien la planificación militar… se conduce, en líneas generales, de manera similar a la planificación organizacional, y puede de hecho llevarse a efecto con la ayuda del método descrito en el capítulo anterior [el método de la planificación sistémica], la especificidad de la institución armada determina que se hagan presentes algunas diferencias.

De manera particular, este autor señala que la planificación militar tiene su base en la planificación del Estado y se manifiesta por medio de documentos (directivas generales de planificación y los planes de seguridad del Estado). También indica que los procesos de planificación militar están relacionados con los niveles de la estructura castrense, la cual se mantiene: “(…) estrictamente apegada a los preceptos weberianos de organización y condicionada por los elementos culturales propios de las instituciones militares”. De allí que afirme que tanto los preceptos como los elementos culturales “se constituyen en modelos mentales que dificultan la utilización de métodos generales de planificación estratégica, para la consecución de los fines y objetivos de este tipo de organización”. En cuanto a la estructura organizacional militar los niveles son: el estratégico militar, el estratégico operacional u operativo, y el táctico (p. 42-43).

De lo antes expuesto, ya se evidencia la relación de condicionamiento de los modelos mentales propios de la cultura militar hacia el empleo de métodos de planificación, en este caso estratégica, pero desde la cual se decanta la acción hacia los niveles medios e inferiores (he aquí una muestra o efecto del “imprinting cultural” y “normalización” referidas por Morin); por otra parte, no se consideran acciones de índole distinta a la militar, tales como acciones sociales o de apoyo al desarrollo. Esto se hace más evidente cuando de forma específica Contreras (ob. cit.), afirma que:

El nivel estratégico militar es el estadio de la conducción de la guerra, o de los conflictos, en un ámbito espacio-temporal denominado Teatro de la Guerra… El nivel estratégico operacional es el estadio de la conducción de la acción unificada de una fuerza militar, por medio de operaciones conjuntas en el aire, tierra y mar, con el propósito de derrotar o destruir una fuerza enemiga, en un ámbito espacio-temporal denominado Teatro de Operaciones… En el nivel táctico se lleva a efecto la acción de los medios específicos de combate, para alcanzar un objetivo en particular, en un ámbito espacio-temporal denominado Campo de Batalla… Los procesos de planificación que se corresponden con los niveles anteriormente descritos son: el proceso estratégico militar, el proceso operacional, u operativo, y el proceso táctico. (p. 43-44)

Por tanto, esta obra cubre parte de lo que intenta abarcar la investigación que da origen a este artículo, la cual pretende vincular el modo de planificar del militar en el ámbito naval con el necesario modo de planificar tanto acciones bélicas como cualquier otro tipo de acción (ligada al desarrollo de la nación), y que le corresponda pensar y hacer al militar; todo ello bajo los nuevos preceptos constitucionales, legales y forma de pensar que deberá propiciar el Nuevo Pensamiento Militar Venezolano.

Debe destacarse que cuando se buscaron los orígenes del Planeamiento Naval Operativo en Venezuela, que es el modelo de planificación aplicado en la Armada venezolana para resolver problemas militares en los niveles operacional y táctico, se encontró que este modelo es muy similar al empleado por la Armada estadounidense y se infirió que como producto de cursos de capacitación de oficiales venezolanos en los EE.UU. y el operar en la mar bajo la doctrina OTAN (las operaciones UNITAS son un ejemplo), la Armada de Venezuela adaptó el manual que explica tal método, al cual el CN. Oswaldo Romero Yánez a lo largo de años le ha hecho actualizaciones y adecuaciones al ámbito venezolano[1].

Lo antes expuesto conllevó a una revisión del correspondiente manual estadounidense, titulado “Naval Operacional Planning NWP 5-01 (Rev. A)”, especialmente del Capítulo I y en el cual se expresan los orígenes del planeamiento formal en la Armada estadounidense (Department of the Navy, NWP 5-01: 1-1 – 1-4). De manera específica, allí se señala que es a principios del siglo XIX que se toman las primeras bases del proceso de planificación militar, fundamentándose en las ideas revolucionarias de la Escuela de Guerra prusiana (1810, la primera en la historia), en virtud de los fracasos militares prusianos ante Napoleón, lo que llevó a tratar de perfeccionar el proceso de toma de decisiones y la acción en el campo de batalla, asociándose esto con el comando (acción del comandar). En 1859, el ejército alemán adopta “la estimación de la situación”, lo que en Venezuela se conoce como la “Apreciación de la Situación del Comandante”, y corresponde a la fase I del proceso de planeamiento naval operativo.

Luego, en 1884, se funda la Escuela de Guerra Naval estadounidense, siendo la primera institución de EE.UU. para altos estudios de la guerra y en la que su fundador – el Almirante Luce – se encontró con el problema de disponer de escasa bibliografía para la enseñanza de la profesión militar; pero, entre las cosas con que contaba tuvo algún material para instrucción sobre la planificación militar adoptada ya por ejércitos europeos del entonces y cuyo origen era prusiano. En 1859, se produce el primer borrador del “the estimate process” y es en 1910 que se incluye la materia “the estimate of the situation” en el diseño curricular de la Escuela Superior de Guerra Naval en EE.UU. En esos años fueron varios los aportes documentales realizados sobre la planificación en las diferentes Escuelas de Guerras estadounidenses. En 1926, se elaboró un documento de aproximadamente cincuenta (50) páginas sobre planificación titulado “the estimate of the situation with order form”. Los años posteriores fueron dedicados a revisar este documento en cuanto a su claridad, lógica y necesidad de ser complementado con algún otro documento. El Almirante Kalbfus (1934) escribió un libro a partir del antes referido documento, el cual desarrolló en doscientas cuarenta y tres (243) páginas; pero, fue algo difícil de leer y comprender, conociéndosele bajo el nombre de “Sound Military Decision”.

Posterior a la segunda guerra mundial, el Almirante Spruance – siendo presidente del Naval War Collage – ordenó reducir y simplificar la obra de Kalbfus, y que el documento que resultase fuese aprobado por el Comandante Naval de Operaciones (máxima autoridad naval estadounidense). Este proceso involucró la revisión y comparación de ese texto con los equivalentes de otras fuerzas armadas estadounidenses, encontrándose completa compatibilidad con los otros servicios. En 1948, se publica el primer manual doctrinario sobre planeamiento naval operativo y sólo contaba con cuarenta y ocho (48) páginas.

Llegada la guerra fría y entre los años sesenta y ochenta del siglo XX, este manual fue aplicado en las diversas situaciones vividas por la Armada estadounidense, encontrando ésta que el proceso de planificación usado como doctrina atendió los requerimientos, siendo sólo por omisión las fallas habidas y no a causa del método o procedimiento; sin embargo, en el ámbito de la Infantería de Marina estadounidense, en la era posguerra fría, se está empleando el “Marine Corp Planning Process”, el cual es un proceso de seis pasos que se enfoca en el teatro de la guerra y no en la planificación basada en la misión, tal como lo hace el planeamiento naval operativo.

Cabe destacar que, de acuerdo al Manual de Planeamiento Operativo estadounidense, el proceso formal de planificación de acciones militares “pareciera” estar vinculado exclusivamente al mundo académico de la Escuela de Guerra Naval de EE.UU. Esto puede asumirse como cierto, pues, en el ámbito de la OTAN y demás Armadas aliadas, se usa y aplica el método estadounidense para planificar operaciones navales y, es oportuno resaltar, que el manual de la Armada italiana es casi idénticamente igual al estadounidense; este particular fue comprobado cuando el investigador efectuó el curso de Estado Mayor Naval en el “Istituto di Studi Militari Marittimi” de Venecia, Italia, en el año 2002 y debió cursar la materia “Il metodo”, siendo este el nombre dado al planeamiento naval operativo.

En relación con este primer aspecto, aún se hacen indagaciones sobre las fuentes teóricas de la planificación o planeamiento militar, sin que hasta el momento se haya tenido éxito en encontrar relaciones, vínculos, ejercicios, estudios y escritos de comparación entre los procesos administrativos y gerenciales con lo militar, específicamente en lo que a planificación se refiere. Se pudiese asumir que esto es un indicador de la visión netamente castrense que se le ha dado a la planificación dentro de su tradicional ámbito de actuación; sin embargo, Corredor, J. (2004), afirma que:

En Venezuela se práctica la planificación del desarrollo en la Administración Pública, la planificación competitiva en los sectores de comercialización y la planificación disuasiva en la Fuerza Armada. En todos los casos el enfoque del proceso varía según sea el propósito y contenido de la estructura donde se actúa. (p. xxv)

En relación con el segundo aspecto, lo inherente al Pensamiento Militar Venezolano, éste está por promulgarse y lo que se conoce es que deberá propiciar el fortalecimiento de la unión cívico-militar y al militar como un líder con sensibilidad social, entre otros aspectos; pero, estos dos son directamente inherentes al objeto de estudio, pues, evidencian la necesaria fusión en el trabajo público del hombre-militar y del hombre-civil (vale decir la sociedad en general), para atender el desarrollo y defensa integrales de la nación. Es un documento en proceso de elaboración y difusión, pudiéndose acotar sobre él lo expresado por Muller en la Revista El Patriota (abril 2006: p. 15)):

… toda acción profesional por lo general era orientada por un “plan” sustentado en un conocimiento validado… y en este sentido la labor militar de pensar su conducta es “vieja”. Responde a un conocimiento acumulado por siglos, hoy codificado en la polemología, que como ocurre en otras nuevas aproximaciones en otros campos de la ciencia tiende a ser multidisciplinaria y hasta transdisciplinaria… Existe una teoría de la guerra y de las actividades conexas, universalizada, que orienta al profesional militar en sus ejecutorias. Es una aproximación teórica que enseña la aplicación de los medios… para los fines de la acción. Pero conjuntamente con estos conocimientos se ha desarrollado una praxis (praxeología) que vincula esa inmediación con la conducta concreta realizada en el tiempo y el espacio de la cual se desprenden ciertos axiomas: el profesional militar para realizar sus tareas elige objetivos y busca los medios para alcanzarlos… Tanto la polemología como la praxeología, están en la base del pensamiento militar (forman parte de la cultura militar) y son universales y maduros.

Lo novedoso del pensamiento militar actual radica en la orientación que se le imprime al ejercicio profesional militar por el cambio en las condiciones políticas, tanto del ambiente interno como del entorno internacional. Las condiciones políticas existentes a partir del fin de la II guerra mundial, permitieron el establecimiento de un sistema político en Venezuela, que de alguna manera se estabilizó, creando una situación de relativa armonía entre las clases y estamentos que conforman la nación… la llamada “guerra fría”, característica del período 1947-1990… se hacía en caliente en los espacios periféricos de los centros mundiales tradicionales de poder… en ese marco la posibilidad de conflictos regionales y locales constituía la amenaza fundamental de la seguridad estratégica del Estado venezolano…

Según Muller, es en este contexto que se impune como praxeología la adoptada por los EE.UU. para contener la expansión soviética; pero, que a diferencia de lo que ocurría en otras regiones geoestratégicas del mundo, en Latinoamérica ni estabilizaron políticamente los Estados ni crearon una organización defensiva militar con capacidad de reducir la conflictividad entre naciones americanas. También expresa Muller que:

Se abrió así en Venezuela… un proceso de desestabilización interna… Y es en este marco donde se gesta… el MBR2000… que al imponerse electoralmente… vuelve la atención y el esfuerzo castrense hacia el restablecimiento de la unidad nacional y la integración del país… Y en este sentido, no está fuera de la praxis militar el logro de objetivos de carácter social ni económico (acción cívica)… de modo que… el régimen implantado… orientó los medios adjudicados al componente militar de la nación hacia operaciones de acción cívica… El cuadro externo cambia a finales del 2001 con los acontecimientos del 11S… acontecimientos que sirven de excusa para una metamorfosis de la política exterior estadounidense… transformación que genera tensión entre Washington y Caracas… se objetiviza… la probabilidad de una acción militar directa o indirecta… del poder militar estadounidense.

Es en este nuevo contexto que, según Muller, se genera el aspecto innovador – y por ello “nuevo” – en el pensamiento militar nacional.

… la nueva amenaza, sustentada en las ventajas asimétricas en conocimiento… precisión y movilidad, convertía en casi inoperativas las formaciones militares venezolanas estructuradas para acciones bélicas convencionales o contra fuerzas irregulares. Frente a ese desafío… las operaciones militares clásicas… resultaron nulas… Es en ese marco donde la noción de “resistencia”… adquirió relevancia estratégica… se trata e una praxis que impone la amalgama entre la organización “profesionalizada” existente para la defensa convencional… y la población que aspira la libertad para el logro de sus propósitos… es esa concepción la esencia del nuevo pensamiento militar venezolano, que por lo demás permite aprovechar las experiencias militares pasadas, vividas por nuestra comunidad política y en las cuales se fundamentó el proceso de integración de nuestra comunidad… como actor con vocación de persistencia autónoma en el contexto internacional.

Lo antes expuesto explica el por qué el nuevo pensamiento militar venezolano debe propiciar el fortalecimiento de la unión cívico-militar y al militar como un líder con sensibilidad social. En este sentido se debe entender y asumir tal pensamiento militar, haciéndolo parte de la forma de pensar del militar del siglo XXI para poder cumplir con sus tareas asignadas, las cuales van más allá de lo netamente militar y abarca funciones de gerencia y administración pública, siendo esto parte de las implicaciones prácticas que están obligando los cambios que a inicio de este siglo están ocurriendo en el contexto de la Armada.

Algunos Documentos reguladores del quehacer en la FAN

En primer lugar, se consideraron los Conceptos Estratégicos en el ámbito de la FAN, los cuales son el reflejo de lo plasmado en la Constitución Nacional de 1999, así como de leyes y demás reglamentos afines: Concepto Estratégico Militar, Concepto Estratégico de Defensa Integral de la Nación y el Concepto Estratégico Naval 2005; a lo que debe agregársele la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación y la nueva Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, aprobada en primera discusión por la Asamblea Nacional en septiembre 2005.

En dichos documentos las actividades militares, el desarrollo integral de la nación y la planificación, así como las operaciones sociales o humanitarias, de atención a necesidades de la población y todas aquellas que sean para el desarrollo nacional, son ahora una tarea más de la FAN y se asumen como parte de las actividades militares de los distintos componentes. Esto se evidencia en los siguientes conceptos:

1.          Concepto Estratégico Militar de la FAN (2004):

La Fuerza Armada Nacional, tomando en cuenta la misión, capacidades, limitaciones y cobertura geográfica de sus unidades operativas y administrativas programará su actuación en función de las estrategias nacionales y directivas de planificación militar, basada en la doctrina de acción conjunta, en la desconcentración financiera y ejecución descentralizada para coadyuvar con el desarrollo nacional. Todo ello sin menoscabo del cumplimiento de sus funciones primigenias de defensa militar… La planificación y ejecución de las actividades militares en apoyo al desarrollo del país debe hacerse con sentido nacional, en plena cooperación con los Consejos de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas Nacionales, Estadales y Municipales con la finalidad de satisfacer las necesidades individuales y colectivas de la población, en los ámbitos económicos, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, y su financiamiento se realizará a través de fondos provenientes de convenios interinstitucionales y asignaciones de las autoridades respectivas.

2.          Concepto Estratégico de Defensa Integral (2004):

La Defensa Integral de la Nación podría definirse como el conjunto de decisiones y acciones políticas formuladas y coordinadas por el Poder Público Nacional, con apoyo de las instituciones públicas y privadas, las personas naturales y jurídicas, en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, con el objeto de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia, la soberanía, la integridad territorial y demás espacios geográficos y el desarrollo integral de la Nación, a diferencia de la tradicional concepción que la identificaba generalmente con el empleo exclusivo de los medios militares.

3.          Concepto Estratégico Naval (2004):

Teniendo presente la naturaleza de los conflictos en la actualidad y los principios antes mencionados, se tiene que la misión de la Armada comprende la defensa militar, la policía en el mar y la participación activa en el desarrollo. La defensa como acto puede abarcar todo el espectro del conflicto, es decir:(…) La participación activa en el desarrollo del país abarca la ejecución de acciones reactivas y proactivas en pro del desarrollo integral de la Nación. Las acciones reactivas comprenden todas las acciones tendientes a aliviar las necesidades inmediatas y básicas de la población civil en caso de contingencias (…) Las acciones proactivas son todas aquellas tendientes a disminuir los efectos de situaciones contingentes en los espacios acuáticos y en el litoral, y a propiciar el desarrollo del país, en concordancia con las normas y planes vigentes (…) Todas éstas son entendidas como acciones tendientes a asegurar la libertad de maniobra del Estado en su quehacer político, dentro del contexto de la defensa integral (…)

Nótese como el ámbito de actuación se presenta mucho más extenso al que solía ser y la vinculación que debe establecerse entre militares y civiles (la sociedad) para la consecución del desarrollo, fundamentándose en la corresponsabilidad y en pro de la defensa nacional. Esto demanda comprender y establecer procesos de comunicación, verbal y no verbal, entre los miembros decisorios, planificadores, ejecutores, actores en general de cualquier actividad en el seno del Estado: pueblo, leyes y territorio.

Aspectos de la Planificación

En cuanto a la Planificación se refiere, se encontró que algunos autores la definen como:

1.          Una etapa del proceso administrativo. Allí encontramos a autores como Fayol, Donnelly, Kauffman y Newman (citados por Álvarez G., 2004; p. 23); si bien ellos plantearon algunos pasos del proceso iguales y otros diferentes o bajo otras denominaciones, la planificación siempre fue un paso común. Podría dársele el nombre de planificación administrativa.

2.          Un concepto basado en la teoría de sistemas. Según Álvarez (ob. cit.), a partir de los principios y conceptos sobre la teoría general de sistemas (Bertalafany y Boulding), así como de los planteamientos sobre la estructura del cerebro humano y la descripción de cómo pensamos (Dewey), y de los sistemas de planificación estratégica, surgió una forma de entender a la planificación como un proceso que permite plantear y resolver problemas complejos mediante la instrumentación de estrategias apropiadas dentro del ámbito de un sistema y sus relaciones con su entorno o contexto propio. En este caso se hablaría de la planificación sistémica.

3.          Un concepto basado en la teoría del desarrollo o del cambio planificado. En esta corriente teórica los planificadores suelen orientar los procesos hacia la promoción del desarrollo en regiones o países. En el caso de Venezuela, Jorge Ahumada tuvo gran influencia y dio a entender que la planificación es una metodología para seleccionar alternativas, bajo características que permiten verificar la prioridad, factibilidad y compatibilidad de los objetivos, así como seleccionar los más eficientes instrumentos (Ahumada; citado por Álvarez, ob. cit., p. 27). Corredor (ob. cit.), la clasifica como planificación normativa y plantea sus críticas al respecto (p. 42).

4.          Un recurso estratégico para la construcción de futuro que se ambiciona (Prospectiva). Bajo este enfoque, Van Der Heijden (1998), sostiene que la planificación prospectiva o de escenarios, es un mecanismo de adaptación, un facilitador de procesos, que procura inventiva e innovación, dando cabida a la intuición, por tanto, no es meramente racional. A través de ella el planificador crea una organización más adaptable, que reconoce el cambio y la incertidumbre con el fin de utilizarlos para su propia ventaja; se puede notar algo de visión postmoderna dentro de este proceso de planificación. Según Álvarez (ob. cit.), pueden observarse tres posiciones frente a la previsión del futuro: una adaptativa, donde el futuro es un dato, predecible mediante métodos determinísticos o probabilísticas que ante lo inevitable, se toman medidas para adaptarse a él; una preventiva, que ante el futuro indeseable toma medidas para que ese futuro no ocurra, y una inventiva que puede ser creativa o prospectiva, en la que el futuro es un campo de acción y de libertad, más que conocimiento, en donde las cosas las hacen suceder grupos organizados mediante su poder. La planificación prospectiva consiste en “lograr acuerdos para plantear o diseñar un futuro deseable, y articular compromisos de acción y de instrumentación de estrategias apropiadas para construirlo.” (p. 29)

5.          Un proceso de escogencia estratégica en el que la tarea de planificar se encuentra sometida a las presiones comunes de la vida de las organizaciones. Esta visión, planteada por Friend y Hickling (2002), plantea que los acuerdos de una organización para elaborar planes y aquellos derivados de construir decisiones día a día, tienden a entrelazarse en un proceso poco delimitado y a través del cual el progreso se va substanciando. En este sentido, planificar se refiere “generalmente a aquella definición más libre del proceso de escoger estratégicamente, en el cual, las actividades de preparación de planes, de decisiones y de políticas pueden darse conjuntamente en formas más sutiles y dinámicas” (p. 5). Lo que implica “ver el proceso dentro de una nube que se mueve continuamente entre modos diferentes y complementarios de las actividades destinadas a elaborar decisiones” (p. 21). Se maneja el concepto de área de decisión para indicar una oportunidad de escoger en donde se pueden considerar dos o más cursos de acción, así como los vínculos que puedan existir entre dos o más áreas de decisión, lo que al final permite construir una representación de la estructura de un problema que se conocerá como el gráfico de decisión. Luego se generarán opciones dentro de las áreas de decisión y se analizará la compatibilidad de opciones en áreas de decisión interconectadas mediante vínculos, lo que a su vez permitirá construir un gráfico de opciones, determinar las opciones objetadas y plantear un esquema de decisiones factibles. Este proceso se denomina planificación bajo presión.

Debe señalarse que IVEPLAN obtuvo la cesión de los derechos de publicación del libro “Planificando bajo presión. El enfoque de escogencia estratégica”, de los Profesores Friend y Hickling, como compensación a la insuficiencia en la solución de problemas a través de la planificación y para ampliar el repertorio instrumental a disposición de los planificadores (extraído de la presentación del libro hecha por Pedro Madrid, Director General de IVEPLAN).

6.          Una actividad de índole estratégico, denominada planificación estratégica. Por ejemplo, para Serna Gómez (2000), es un proceso mediante el cual la organización define su visión de largo plazo y las estrategias para alcanzarlas, valiéndose para ello del análisis de sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, con la participación activa de los actores organizacionales, la obtención permanente de información sobre sus factores claves de éxito, su revisión, monitoreo y ajustes periódicos (p. 26-29); además, la concibe como una distribución en cascada en el que se pasa a los diferentes niveles de la organización de manera bi-direccional (arriba-abajo, abajo-arriba), por lo tanto se tiene la Planificación Corporativa en el nivel superior (planificación macro, a largo plazo y que engloba los objetivos y estrategias globales), la Planificación Funcional a nivel de las entidades estratégicas de negocio (identificación de proyectos estratégicos a mediano plazo y establecimiento de sus planes de acción), y la Planificación Operativa a nivel de las unidades administrativas (ejecución de los planes definidos a nivel funcional).

7.          En cuanto a la Planificación Militar, Corredor, J. (2004), la define como un proceso de planificación estratégica que “se constituye con base en las hipótesis de conflicto (amenazas) que conducen a la formulación de estrategias y de acciones para garantizar la permanencia de objetivos nacionales previstos” (p. 58). Señala, además, algunos aspectos significativos en este proceso de planificación militar, tales como: (a) Los países que no planifican su defensa en términos estratégicos (sobre la base de una hipótesis de conflicto con alta probabilidad de encuentro con el enemigo por el logro de un fin), están condenados a perder espacio en sus objetivos nacionales permanentes; (b) Los objetivos son conflictivos y cambiantes, siempre en movimiento y no aceptan demoras u omisiones en su definición, revisión y seguimiento; (c) La visión estratégica es establecida con la participación y la opinión de los actores comprometidos en la defensa y desarrollo del país (En este caso, considerando los conceptos de defensa y desarrollo integral, resulta inherencia y tarea de todos los venezolanos); (d) Se basa en la inteligencia estratégica y competitiva, por ello, se mantiene un elevado grado de confidencialidad.

Dentro de lo planteado por Corredor, no hay referencia a conceptos o visiones que apunten hacia la gestión pública o cualquier otra herramienta administrativa o gerencial que permita atender las situaciones de conflicto social, ambiental y otras mas, incluyendo las propias de la administración en las organizaciones.

La conclusión: una visión de la planificación en la Armada venezolana

Como producto de lo antes expuesto, se plantea una visión de la planificación en la que se ubicaría el miembro de la Armada, extensivo a cualquier otro militar (componente), según el contexto en el que actúa (Gráfico 1).

 

El miembro de la Armada venezolana se encuentra entonces que debe cumplir, a lo a largo del ejercicio de su profesión militar-naval, con tareas par

a las cuales elige objetivos y busca o hace uso de los medios disponibles para alcanzarlos. Ello implica planificar en tres dimensiones: (i) para ejecutar acciones netamente militares y que implican actividades de salvaguarda y defensa en los diferentes niveles de actuación y decisión (estratégico, operacional y táctico); (ii) para administrar dentro de la organización, bien sea que se desempeñe dentro del componente o FAN (ello implica el manejo de personal y material, así como su alistamiento para el cumplimiento de la misión – disponibilidad operativa), o que ocupe cargo en una institución pública (conocimiento y dominio de otras estrategias y métodos para la administración y gerencia); y (iii) para participar en el desarrollo integral de la nación, ejecutando acciones sociales de carácter coyuntural en su área geográfica de actuación, o en el marco de la planificación normativa del Estado como parte del desarrollo integral del país.

Las tres dimensiones antes planteadas demandan de la integración del hombre militar con el hombre-civil venezolanos y, por ende, del accionar de la sociedad como conjunto en el marco del desarrollo y defensa integrales de la nación, así como del nuevo pensamiento militar venezolano que es para “todos los venezolanos” y no para el estamento militar únicamente, pues, hay que cumplir con la corresponsabilidad que demanda la Carta Magna para la seguridad nacional.

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[1] El CN. Oswaldo Romero Yánez, ha sido docente de la Escuela Superior de Guerra Naval por más de quince años.