Embrujo


Pintan el embrujo de la noche
el canto de los grillos,
absorviendo el colorido
de dorados espineles.

Reciben el reflejo de la luna
las aguas que lamen la rivera
y bajo los sauces llorosos
se arrullan ánfora y tranquera.

Trae la brisa en su aroma
el eco de voces lejanas,
entre ellas, la suya,
que aún no queriendo, me llama.

Arrastra el murmullo de su voz
el rio que se agita en remolinos,
queda una mano extendida
y un beso que muere al nacer.

 

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