La quimera
En el enjambre verde
de una fugaz primavera
nació una tarde alegre
la más hermosa quimera.
Una doncella encontró
entre los pastos dormidos
un hermoso picaflor
que con sus trinos la alegró.
Tiernamente entre sus manos lo tomó
acariciando el plumaje brillante;
cantó el picaflor entonces,
sus notas de azules diamantes.
Abrieron las rosas sus corolas
las azucenas liberaron su aroma,
la fuente tenía sonido de olas
y hasta la luna, a oirlo se asoma.
Sus notas melodiosas y puras
el corazón de la doncella cautivó,
lo puso en jaula de oro
y el picaflor encerrado lloró.
Abrió la doncella la jaula dorada
el picaflor liberado voló
dejando la jaula una madrugada
y una doncella que de amor murió.
Noche a noche los vecinos oían
el llanto del picaflor
convertido en un apuesto caballero,
llorando la muerte de su amor.