CUARZOS 

Por un sendero de cuarzos azules
viene cabalgando la luna,
sin más compaña que tus ojos
enredados en los míos, cerca de las nubes.

Ojos que me miraron con ternura
que me dijeran mil cosas en silencio,
se perdieron junto a los míos
en el espacio inconsciente del olvido.

No hay más llanto por tu ausencia
ni latidos de angustia por no verte;
al igual que la luna que cabalga,
me alejo por los cuarzos indiferentes.

No quieras de nuevo tomar mi mano
ha quedado tan sola, tan helada,
perdida en mil cruces diferentes
en mil bifurcaciones hacia la nada.

Tanto te amé que me desconozco;
por no amarte aún no sé que diera
si la luna que cabalga entre los cuarzos,
o los versos de una perdida primavera.