LA
ACTUALIDAD DEL TEMA DE LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA
La noticia de la matanza de estudiantes a manos de unos
compañeros de instituto de ideología pronazi, con todo
su dramatismo y barbaridad no es totalmente nuevo, en los
últimos años hemos asistido a noticias semejantes,
muchas provenientes de América. Ayer mismo se anunciaba
un reportaje para la próxima semana sobre el problema de
las armas USA y como reclamo, el jefe de policía del
distrito de Columbia de Denver, donde esta el instituto
de la tragedia, comentaba como hace tan sólo unos años
un tiroteo era un suceso tan inusual que despertaba la
curiosidad incluso de las conductores de ambulancia que
se disputaban acudir al lugar de los hechos, sin embargo
hoy en día sólo despierta pesar por lo frecuentes.
¿Qué podemos decir respecto a nuestro país? Se dice,
con ánimo de tranquilizar, que este problema no ocurriría
en España por las restricciones a la venta y posesión
de armas. Sin embargo, a raíz de estas noticias, algunos
docentes han manifestado públicamente su preocupación
respecto a la violencia en las escuelas e institutos de
nuestro país, así se ha publicado "los profesores
somos ahora quienes tenemos miedo". También
recientemente hemos conocido un informe sobre la
violencia en la escuela denunciando la situación. Unido
a estas muestras de violencia muchos especialistas señalan
igualmente la proliferación de trastornos depresivos,
problemática escolar y repuntes en el consumo de alcohol
y drogas entre la población infantil y adolescente, con
un inicio cada vez más temprano.
Alejándonos un poco del carácter sensacionalista de
estas noticias hemos de destacar y comentar otras
informaciones igualmente importantes pero menos
noticiables. Las investigaciones sobre la incidencia de
ciertas patologías disociales en la infancia y
adolescencia no evidencian aumento significativo en términos
generales. Podemos esperar una mayor incidencia asociada
a población y zonas, especialmente úrbanas,
desfavorecidas y marginadas.
Respecto a los centros educativos, especialmente de
secundaria, aún reconociendo la existencia de
situaciones graves, especialmente en ciertos contexto,
cabe la pena preguntarnos, antes de a segurar que los
problemas de violencia se han disparado en términos
generales, en que medida la reciente transformación de
estos centros (alargamiento de la educación obligatoria,
la comprensividad o supresión del sistema de centros de
bachillerato y de formación profesional y un cambio
cultural) ha supuesto para para los profesionales que en
ellos trabajan la toma de contacto con una realidad ya
existente pero que no habían tenido que afrontar
previamente.
No se trata de negar el problema, pero tampoco conviene
perder la perspectiva y más importante aún, nos hemos
de preguntar qué podemos hacer o qué se está haciendo
ya, de hecho. Podemos leer que en América existe un
fuerte movimiento de Educación en Casa, que trata de
preservar a los jóvenes de la nefasta influencia de un
medio social violento. Pero, más importante aún,
podemos destacar que tanto en América como aquí existe
una intensa labor de prevención e intervención de la
problemática disocial a través de los procesos
educativos, incluso podemos afirmar que llevamos ventaja.
Estas actuaciones se relacionan directamente en lo que se
denomina INTELIGENCIA EMOCIONAL. Hablemos a continuación
de ella.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
El término inteligencia emocional fue utilizado por
primera vez en 1990 por Peter Salovey de Harvard y John
Mayer de la New Hampshire, para describir las cualidades
emocionales que parecen tener importancia para el éxito:
empatía, expresión y comprensión de los sentimientos
control de nuestro genio, independencia, capacidad de
adaptación, simpatía, capacidad de resol-ver los
problemas de forma interpersonal, persistencia,
cordialidad, amabilidad, respeto T. 1
Pero fue Daniel Goleman con su libro Inteligencia
Emocional quien lo popularizó y convirtió en un
betsseller, refiriéndose a las siguientes habilidades:
capacidad de motivarnos a nosotros mismos de perseverar
en el desempeño a pesar de las posibles frustraciones,
de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar
que la angustia interfiera, de controlar los impulsos,
diferir las gratificaciones, de empatizar y confiar en
los demás. T.1
¿Se descubrían entonces estas habilidades? La respuesta
es no. El trabajo de investigación sobre las habilidades
sociales y su aplicación terapéutica y educativa
llevaba décadas desarrollándose. Como muestra podemos
destacar la obra de Arnol Golstein y colaboradores con su
programa de 1980 de habilidades sociales y autocontrol en
la adolescencia que propone un método de entrenamiento
sistemático y estructurado para jóvenes con habilidades
deficiente, con problemas de agresividad, retraimiento e
inmadurez, utilizando el aprendizaje por imitación, la
representación de papeles la generalización, como
alternativa a otras medidas punitiva y terapeúticas.
Dicho programa trabaja las siguientes habilidades:
HABILIDADES SOCIALES BÁSICA:
escuchar, iniciar una conversación, dar las gracias,
presentarse, hacer un cumplido
HABILIDADES SOCIALES AVANZADAS,
particiapar, dar y seguir instrucciones, pedir ayuda,
disculparse, convencer
RELACIONADAS CON LOS SENTIMIENTOS,
conocer y expresar los propios sentimientos, comprender
los de los demás, afrontar el enfado, expresar afecto,
resolver el miedo, autorrecompensarse
ALTERNATIVAS A LA AGRESIÓN,
pedir permiso, compartir, ayudar, negociar, autocontrol,
responder a las bromas, evitar los problemas, no entrar
en peleas, defender los derechos
HACER FRENTE AL ESTRES DE PLANIFICACIÓN
formular o responder a una queja, resolver la vergüenza,
defender a un amigo, responder al fracaso, a una acusación,
arreglarselas cuando le dejan de lado, preparase para una
conversación difícl, hacer frente a las presiones de
grupo
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS,
tomar iniciativa, discernir la causa, establecer un
objetivo, recoger información, valorar los propias
habilidades, valorar la importancia del problemas,
valorar alternativas, tomar decisiones concentrarse en la
tarea.
También podemos citar el trabajo de Ines Monjas, con su
propio programa.
El éxito de Goleman puede haber radicado en el acierto
de la expresión INTELIGENCIA EMOCIONAL, su éxito
comercial no es por tanto consecuencia de la novedad del
producto sino más bien del acierto en la elección de la
marca. En marketing se enseña la importancia de la
elección de un nombre adecuada para cada producto, las
palabras están cargadas de connotaciones que son la
esencia de su efecto en el terreno de los mass media.
Habilidades sociales, es una denominación técnicamente
más correcta pero sugiere esfuerzo, entrenamiento,
sometimiento, autocontrol. Inteligencia por contra es
algo deseable sin peros, asociado a la facilidad, a ser
competentes, y emocional se asocia a libertad, a lo más
propio de cada uno... Tener una determinada habilidad,
que encima cuesta esfuerzo es algo de lo que muchos están
dispuestos a prescindir, pero nadie desea no ser
inteligente.
Sin embargo, no se trata sólo de un nombre, es una
realidad asociada a un Reflexionemos brevemente sobre
ambos conceptos y el significado de su combinación
La inteligencia se ha entendido tradicionalmente como un
factor general asociado a la capacidad de aprendizaje y
de éxito en la vida, medido a través del Cociente de
Inteligencia y que tiene las características de ser genético
e invariable. Esta concepción persiste entre el gran público
y de ahí sus connotaciones mediáticas. Los
especialistas llevan tiempo trabajando sobre la
modificabilidad de la inteligencia, sobre la construcción
social de la misma y sobre su diversidad. Solo por citar
un ejemplo adecuado a nuestro tema, podemos recordar la
diferenciación de Gardner de 7 tipos de inteligencia:
verbal, lógico-matemática, espacial, musical, cinestésica,
interpersonal, intrapersonal. Señala este mismo autor cómo
en Estados Unidos, en la mayoría de las escuelas se
sigue cultivando exclusivamente los dos primeros tipos de
inteligencia: la verbal, y matemática, al menos
consciente y premeditadamente.
Por otra parte hablar de inteligencia emocional nos
recuerda que durante mucho tiempo la inteligencia ha sido
lo contrario a las emociones. Los especialistas coinciden
en establecer un pequeño grupo de emociones básicas, de
las cuales surgen por combinación todas las demás y que
son: el placer, el dolor, el amor, la tristeza, el odio,
la ira, el miedo y la culpa.
Las emociones están en la base de todas las habilidades
que como hemos comentado forman parte de la inteligencia
emocional: las habilidades sociales, el control de la
agresividad, la resolución de problemas, el manejo del
estres. Por eso merece la pena que comentemos algunos
aspectos importantes de como funcionan la parte emocional
de nuestro cerebro
Hay una parte del cerebro que podemos llamar el cerebro
emocional, más antiguo que la parte más propiamente
intelectual; se compone principalmente por el denominado
sistema límbico en el que destacan las estructuras
denominadas tálamo y amígdala; la primera encargada de
procesar emocionalmente toda la información sensorial
que llega al cerebro, vigilando la presencia de alguna
estimulación emocionalmente significativa; la segunda es
la encargada de la memoria emocional y del aprendizaje
emocional. Cuando el cerebro emocional detecta una estímulo
emocionalmente significativo, pone en marcha la respuesta
emocional a través de la acción de la acción de los
neuropéptidos, que liberados en el torrente sanguíneo
activan la respuestas fisiológicas asociadas a la emoción.
El funcionamiento de todo el sistema es previo al
procesamiento por el cortex, consciente y racional, y a
veces de tal intensidad que produce el fenómeno llamado
por Goleman secuestro emocional; origen de múltiples
tragedias.
Los especialistas sacan dos conclusiones educativas
fundamental para padres y docentes del conocimiento del
funcionamiento del cerebro emocional y su relación con
el cerebro consciente:
· La primera se refiere a fundamentar la comprensión de
las emociones propias y ajenas más en el conocimiento
del lenguaje no verbal (el gesto, la postura, la expresión
facial, el tono, de voz, la mirada...) más universal e
importantes, que en las manifestaciones verbales. Conocer
y comprender estos aspectos no verbales es la vía más
directa para captar y hacer consciente las propias
emociones, lo que en sí mismo supone empezar a
controlarlas y cambiarlas.
· La segunda conclusión se refiere a que la modificación
de la respuesta emocional es fruto esencialmente de la práctica
y su ejercitación , antes que de la reflexión verbal.
Conclusión que nos advierte de intentar modificar
comportamiento emocionalmente desajustados a través de
la reprimenda, el discurso, el sermón... lo importante
es practicar respuestas adaptativas, aumentando
progresivamente su probabilidad de aparición en el
momento oportuno, hasta llegar a convertirse en la
respuesta natural del sujeto, algo que cuanto antes se
enseñe, más "natural" llegará a ser.. Dentro
de la importancia del entrenamiento, hay que destacar la
del entrenamiento por modelado o aprendizaje vicario, que
recuerda a padres y profesores que su ejemplo la mejor
herramienta de desarrollo emocional de hijos/as y alumnos/as.
Los problemas emocionales se asocian tradicionalmente al
mundo de la psiquiatría y la psicopatología, pero cobra
cada vez más importancia comprender las implicaciones
educativas, aunque pueda parecer estraño hablar de la
educación de las emociones. Expliquémoslo
Lawrence E. Shapiro, en su libro la Inteligencia
Emocional de los niños Una guía para padres y maestros.
El denominado Efecto Flim, consistente en la comprobación
de como en las últimas décadas el avance de la
sociedades occidentales y sus sistemas sociales, de salud
y escolares han producido un incremento de las
capacidades intelectuales, cifrado en al menos 20 puntos
de las escalas al uso para su medición, a la vez que se
ha reducido la competencia emocional de esos mismos
sujetos, utilizando como indicadores el aumento de la
depresión y los suicidios, el consumo de drogas, la
comisión de delitos, el abandono de la escuela, etc...
entre una población cada vez más joven y esto a pesar
de estar comprobado que los aspectos de la inteligencia
emocional son incluso más modificables por la
experiencia y la influencia educativa que los otros
factores intelectuales, supuestamente inmodificables, y
que de hecho han evolucionado favorablemente. Como
evidencia podemos presentar el estudio de Kogan sobre la
evolución del temperamento tímido de los niños al
nacer en función de las pautas de crianza de sus madres.
Demostrándose que madres que rechazaban ser
proteccionistas, mostraban su empatía, per sin reforzar
llantos y preocupaciones de sus hijos y establecían límites
firmes e insistían en la obediencia, conseguía que sus
hijos desarrollasen un carácter sociable y por tanto,
conseguía modificar el desarrollo de su cerebro, por
contra lo niños tímidos criados de manera
proteccionista, seguían siendo tímido años después
con todas las complicaciones que esto acarreaba.
Así pues, la importancia como objetivo educativo del
desarrollo de las habilidades emocionales se evidencia al
comprender que la evolución no anticipó lo fácil que
era provocar la ira en un atasco y la depresión por un
boletín de notas, por ejemplo; o que las emociones sólo
nos indican la esencia de la situación problema y
movilizan la energía del individuo, pero que las formas
de conducta concretas de afrontar la situación tienen
que ser aprendidas y socializadas; cuando comprendemos
que las habilidades de la inteligencia emocional han de
ser enseñadas preferentemente desde la infancia, porque
su desarrollo y mantenimiento no som fruto de algún fenómeno
espontáneo, sino de la intervención consciente y
planificada de los agentes educativos, la familia y la
escuela y, finalmente, por su imponcia en el éxito y
felicidad en la vida incluso mas que las capacidades clásicas
de la inteligencia, como destaca Goleman con sus conocido
y polémico test de las golosinas, o su importancia en el
éxito escolar, tanto social como académico, como
destaca Shapiro.
esulta motivo de satisfacción reconocer y manifestar
como nuestro actual sistema educativo ha recogido los
aspectos que venimos comentando, adelantándose a los
acontecimientos y promoviendo una transformación del
sistema en la línea de las nuevas necesidades educativas
de la población. Y así la LOGSE ha planteado como
objetivo de la educación el desarrollo pleno de la
personalidad, especialmente en la etapa obligatoria,
tanto en sus aspectos motrices, cognitivos, afectivos, de
relación e inserción social. Sin detenernos mucho,
podemos decir que las habilidades de la denominada
inteligencia emocional, forman parte tanto de los
objetivos como de los contenidos, especialmente
procedimentales y actitudinales del currículo oficial.
Y finalmente, relacionado con el mundo educativo, quiero
concluir haciendo referencia a una de las capacidades
emocionales más importante y por lo tanto objetivo
prioritario como es la autoestima, pero desde un
planteamiento que puede suscitar la polémica y animar el
debate
En el terreno educativo se ha destacado la importancia
dada al cultivo de una autoestima positiva, como fruto de
la valoración de las personas significativas para el niño
y la niña y de las experiencias de éxito. Cabe destacar
en este terreno la aportación de Covintong sobre la
relación entre esfuerzo, capacidad y logro y el estudio
de la evolución de la comprensión infantil de dichas
variables, quien destaca la evolución de la importancia
relativa que los alumnos dan al esfuerzo y a la capacidad,
en beneficio de esta última, en relación a sus
resultados académicos y las expectativas y problemáticas
consecuentes que esto puede generar, sobre todo cuando se
duda de la propia capacidad y esto se vive como algo
permanente contra lo que nada se puede hacer. Pero el
cultivo de la autoestima en hijos/as y alumnos/as ha de
basarse en méritos reales y en el sentimiento del
desarrollo de la propia capacidad, si no la intervención
puede ser contraproducente.
Un último elemento de reflexión entorno a la autoestima
es la denuncia que hace Shapiro de como el movimiento a
favor de la autoestima está inmerso en una ética
centrada exclusivamente en el niño y, cuyo principal
desacierto, radica en sostener o inducir una dicotomización
maniquea de las emociones en héroes, como la propia
autoestima, y villanos, como la vergüenza y la culpa. Un
planteamiento que niega el valor adaptativo de dichas
emociones sociales ante la violación de las normas
morales. Denuncia la problemática de muchos padres y
educadores actuales temerosos del rechazo de sus hijos y
alumnos si se les exige. A lo que me gustaría añadir,
que el planteamiento de la autoestima sigue estando muy
enfocado hacia la consecución de losgros académicos,
cuando tiene repercusiones importantes en el terreno de
los otros aspectos fundamentales de la personalidad y que
por tanto es un valor en sí mismo.
Dejo para el final, esperando sea suficientemente polémica.
Evidentemente los buenos modales influyen mucho más de
lo que la mayoría de nosotros está dispuesto a
reconocer. , no podemos evitar una respuesta positiva al
niño/a que nos saluda con cortesía y la sabiduría
estudiantil nos dice que llevarse bien con el profesor es
uno de los factores que más incide en los resultado
finales. También es cierto que la falta de dichos
modales supone una gran preocupación, siendo una de las
causas más frecuentes de demanda de asesoramiento psicológico.
Pues a pesar de todo esto es muy difícil encontrar
literatura psicológica donde se aborde directamente el
tema de los modales y eso que se trata de una de
habilidades que se expresan en conductas muy específica
y por tanto modificables con relativa facilidad, tales
como ser puntual, amable, modales en la mesa, no
interrumpir, decir por favor y gracias, esperar el turno,
gestos de cortesía cuando se presenta la oportunidad.
Cierto que muchos de estos se trabajan como habilidades
sociales en la relación con los iguales, pero no se
incide tanto en su importancia en la relación con los
adultos y con las figuras de autoridad.
Citemos finalmente algunas de esas habilidades que
conviene recordar siempre como fundamentales en el
desarrollo global de la personalidad cuales son las de
hacer amigos, saber conversar, el sentido del humor, la
capacidad de trabajar en un grupo, de resolver problemas,
de controlar la ira ....
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