Universidad Yacambú
Dirección de Estudios Virtuales
Asignatura: Análisis e Interpretación de
Organizaciones
Prof: Liliana Castiglione
Autor: Maricel Bruce D´Viazzo
Trabajo nº 2:
Balanced Scorecard
(BSC):
Segunda
Etapa en su Formulación
(Hacia
la construcción del Cuadro de Mando)
Actividad 1: Analizar, interpretar y elaborar un documento, no
superior a dos páginas, donde se explique el contenido de las Láminas 13 y 14,
de acuerdo a su entender.
“no hay viento favorable para quien que no sabe adónde va”.
SENECA
"La medición es
el primer paso para el control y la mejora.
Si no se puede medir
algo, no se puede entenderlo.
Si no se entiende,
no se puede controlar.
Si no se puede
controlar, no se puede mejorar"
H. JAMES HARRINGTON
Análisis de
Contenido
El Cuadro de Mando
Integral nace para relacionar de manera definitiva la estrategia y su ejecución
empleando indicadores y objetivos en torno a cuatro perspectivas. Los
beneficios de la implantación del Cuadro de Mando Integral se pueden integrar
en cuatro conceptos:
·
Relacionar la
estrategia con su ejecución definiendo objetivos a corto, mediano y largo plazo
·
Tener herramientas de
control que permita la toma de decisiones de manera ágil.
·
Comunicar la estrategia
a todos los nivel de la organización consiguiendo así
alinear a todas las personas con la estrategia.
·
Tener una clara visión
de las relaciones causa-efecto de las estrategias.
Para conseguir
estos beneficios, el Cuadro de Mando Integral usa un modelo basado en indicadores y objetivos que gira
en torno a cuatro perspectivas:
financiera, clientes, procesos internos y aprendizaje y crecimiento.
La lámina 13 nos presenta las
cuatro perspectivas a través de las cuales es posible analizar una empresa en
su conjunto tal que permita la elaboración del Cuadro de Mando. Éste, conjuga
indicadores financieros y no financieros en cuatro perspectivas indispensables
para ver una empresa o una área de ella como un todo:
·
Perspectivas
Financieras
·
Perspectivas Clientes
·
Perspectivas de
Procesos Internos
·
Perspectivas
Aprendizaje y Crecimiento.
Cada una de
estas perspectivas se enfoca hacia la consecución de objetivos específicos y
claramente definidos que servirán de base para la confección de estrategias en
las que se conjugan todos y cada uno de los elementos que forman parte del
negocio.
Así, se define
un cuadro de indicadores con objetivos en cada una de las perspectivas que
sirven para ejecutar, comunicar y controlar la estrategia. En función a esto, la lámina 14 nos muestra la relación
que existe entre cada uno de los escenarios planteados para el análisis, a
través de un mapa en el que todos y cada uno los elementos considerados en cada
perspectiva se entremezclan en una relación causa- efecto cuyo fin es el de
obtener la rentabilidad económica, es decir todos apuntan hacia la perspectiva
financiera.
Para ello se
emplea el mapa estratégico que es un esquema de las relaciones causa-efecto de
la estrategia a través de las cuatro perspectivas y que sirve para plasmar de
una manera gráfica el despliegue de la estrategia para tener una visión más
clara para la toma de decisiones. Una vez identificados los objetivos en cada
perspectiva, estos objetivos se traducen en indicadores precisos que permitirán
controlar el proceso una vez implantado.
En un momento
como el actual es un buen momento para una profunda revisión de la estrategia
de la organización con una mirada crítica y emplear un cuadro de mando integral
para conseguir ponerla en funcionamiento.
En función de esto,
los aspectos fundamentalmente analizados bajo cada una de las perspectivas
planteadas, son los siguientes:
Perspectivas
Financieras:
Bajo este
perspectiva se analiza la rentabilidad del negocio bajo la premisa de: ¿Cómo
nos ven nuestros accionistas? y de ¿Qué podemos hacer para poder ser
considerados exitosos ante nuestros accionistas y propietarios?
Es necesario
planificar, llevar a cabo acciones y ajustarlas para hacer viable el alcance de
niveles satisfactorios de valor económico-financiero que resulten atractivos a
los accionistas.
Hacia ella
apunta el análisis de las demás perspectivas, ya que la mayoría de los negocios
buscan la rentabilidad económica. Pero, si bien es cierto que muchas veces nos
planteamos la satisfacción de los accionistas a través de la generación o
creación de valor económico financiero para ellos como un objetivo final, es
más bien un requisito que un fin. La
única satisfacción de los accionistas no deriva del valor económico-financiero
generado sino también de la imagen frente a la colectividad, etc.
Perspectivas
Clientes:
En concordancia
y complemento con lo visualizado en la perspectiva anterior, aquí lo importante es centrarse en la
identificación de los factores
determinantes de la satisfacción de los clientes (el objetivo principal), lo
cual está obviamente asociado al
comportamiento de ellos frente a diferentes circunstancias y estímulos.
La participación
de mercado es una consecuencia de lo que los clientes perciben comparativamente
como más satisfactorio para ellos frente a diferentes competidores y los lleva
a repetir y permanecer con nosotros y no a lo contrario; la idea es llegar a
convertirlos en los mejores propagandistas nuestros; en nuestros verdaderos
socios de negocios.
Bajo este
enfoque se puede responder a las preguntas: ¿Cómo nos ven nuestros Clientes?
¿Que propuesta de valor podrá hacerse al cliente para generar los ingresos
financieros que se están buscando?.
Perspectiva de
Procesos Internos:
Si en la perspectiva de los clientes de la
empresa identificamos los objetivos a alcanzar
para satisfacerlos a ellos, en el
diseño de la interconexión con los objetivos a alcanzar en los procesos
internos de negocios, centramos nuestra atención en los procesos en que
deberíamos ser excelentes para alcanzar dichos objetivos y específicamente en
la forma de medir dichos objetivos de excelencia. Como obviamente los
procesos -por sí mismos- no tienen
perspectiva, nos referimos a las
perspectivas que los clientes y dueños de los procesos tienen en relación con
la excelencia de los procesos internos de negocios requeridos para satisfacer
plenamente a los clientes y a los accionistas de la empresa.
En función a este enfoque, el análisis esta
dirigido a responder: ¿En que actividades debemos distinguirnos para entregar
nuestra proposición de valor a los clientes y finalmente alcanzar los objetivos
financieros propuestos? ; ¿En que procesos internos debemos ser excelentes?.
Perspectivas
Aprendizaje y Crecimiento
Si de algún modo
hemos logrado enlazar entre sí los objetivos de satisfacción de los accionistas
con los objetivos de satisfacción de los clientes y con los objetivos de
excelencia en los procesos para satisfacer a accionistas y clientes, nos falta ahora
enlazar los objetivos de excelencia en los procesos, con los objetivos
relacionados con la perspectiva de aprendizaje y crecimiento organizacional:
esto es con los objetivos perseguidos en relación a las personas que -con las competencias y tecnologías desarrolladas
o por desarrollar- permitirían lograr la excelencia en los procesos antes
señalados.
Así, bajo esta perspectiva buscamos definir: ¿Qué
recursos son claves para innovar y mejorar?, ¿Qué es lo que necesitamos cambiar en nuestra estructura o
Capital Intelectual para alcanzar los objetivos de nuestros procesos internos?.
La perspectiva
de aprendizaje y crecimiento define el centro de las competencias, las
tecnologías utilizadas o que puedan utilizarse en proceso productivo y el clima
organizacional bajo el cual se desarrollan las actividades del negocio.
Estudios realizados han podido establecer
que son éstas las cuatro perspectivas básicas con las cuales es posible lograr
cumplir la visión de una compañía y hacerlo exitosamente. Esta metodología de
análisis, segundo paso en la elaboración del BSC, es una herramienta
multidimensional y comprensiva para describir, implantar y administrar la
ejecución de la estrategia en todos los niveles de la organización. Esto se
logra mediante la determinación y alineamiento de objetivos, medidas de
desempeño, metas e iniciativas en las cuatro dimensiones mencionadas
anteriormente. Estos objetivos, a su vez, sirven de marco para establecer
objetivos e iniciativas en las diferentes unidades de la organización.
El objetivo de este análisis es el de
ayudar a las empresas a evaluar las acciones necesarias al refuerzo de su
capacidad interna de mejorar los resultados, incluidos la inversión en las
personas, los sistemas y los procesos.