Arqueo
Aegyptos
En El Interior De La Pirámide
La Pirámide De Amenemhat III
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Texto de Amenofhis III |
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La pirámide de Amenemhat III se halla en Dashur. El faraón de la XII Dinastía eligió este lugar, a unos diez kilómetros al sur de Saqqara. A muy pocos metros, Amenemhat tenía ante él un claro ejemplo de como no se debe levantar una pirámide, y sin embargo, siguió el desastroso camino que había seguido Snofru ya en la IV Dinastía. La pirámide Romboidal, ó pirámide sur de Snofru tuvo que sufrir unas remodelaciones en su ángulo, debido a la inestabilidad del terreno a pesar de ser gravilla compactada. Aún así, Amenemhat III levantó los cimientos sobre arcilla dura, lo cual no hizo aguardar sus nefastos resultados. Otro de los componentes que ayudaron a que el proyecto de Amenemhat no viese culminado su destino final, fue que los arquitectos desafiaron a las leyes de los antiguos constructores de pirámides. La composición interior de la pirámide contiene gran número de pasillos y habitaciones, y no creyeron que el peso de la techumbre afectase de modo alguno a la estabilidad de la cámara del rey, ó la cámara funeraria. Poco después de que la pirámide estuviese ya finalizada, las grietas y los deslizamientos hicieron aparición; incluso antes de que los revestimientos de piedra se acoplasen a la cámara de la reina, el techo comenzó a ceder. Las paredes centrales se hundieron más de tres centímetros. Su Pirámide tan solo es hoy un silencioso habitante de la necrópolis de Dashur. Faraón tuvo que resignarse, y erigir una nueva pirámide, muy cerca de El Fayum.
Desde luego, debemos preguntarnos como es posible que estos arquitectos no recogiesen una herencia directa del arte de construir pirámides, dejándonos como legado tan solo un deforme montón de escombros. Las pirámides del Imperio Medio son un oscuro espejo de la jerarquía del Antiguo Imperio. Pero aún así, el desafío de sus arquitectos no conoció límites. Para consolidar la estructura, se comenzó a construir la pirámide a modo de escalera, utilizando la técnica ya impuesta por Imhotep en los años en los que Djeser ocupó el sillón de oro. Las capas exteriores se hicieron con piedra de caliza blanca. Muy cerca de la cúspide, las paredes de la pirámide cambiaron de ángulo de inclinación, lo cual ayudó, aunque no fue suficiente, para aliviar el peso que debía soportar la estructura interna. Finalmente, se colocó un piramidión de granito, que fue rescatado de las arenas en los años 90.
En él estaban inscritos los cartuchos de Amenemhat, y el nombre de Amón, aunque allí donde el nombre del dios tebano estaba inscrito, actuaron las mazas y los cinceles para intentar destronarlo de su trono en la Historia, posiblemente, durante los años del reinado de Amenhotep IV-Ajenatón. La pirámide de Amenemhat III tenía una estructura interior bastante compleja. Las pirámides de esta Dinastía no se le parecen en absoluto. Está dividida en dos secciones. Una para el faraón y la otra para sus esposas reales. Para llegar a cualquiera de ellas, debemos atravesar un pasillo. Para acceder a la cámara de la reina, ó la sección destinada a las esposas reales, debemos girar hacia el norte, y luego seguir hacia el sur a través de un pasillo algo angosto. Esta sección está bajo la meridional de la pirámide. Se tiene constancia de una segunda entrada, justo en frente de la entrada a la cámara funeraria del rey. Para introducirnos en esta cámara de la reina es preciso descender una escalera, la cual nos conduce hasta una antesala, donde se hallaron objetos con el nombre de la reina Aat. Esta fue una de las esposas reales de Amenemhat III, que murió con cerca de 35 años. Más allá, se encuentra la cámara de la reina Neferptah, una mujer que rondaba los 25 años de edad cuando murió. Las momias de estas dos reinas fueron halladas en sus cámaras funerarias. Sus sarcófagos son bastante parecidos al de su esposo. En estas cámaras fueron hallados varios objetos del ajuar funerario. Siete platos de alabastro con forma de pato, jarras de ungüentos de alabastro, vasos canopes, joyas, vajillas de obsidiana chapadas en oro, vajillas de alabastro y granito. La cámara del rey está en el lado este de la pirámide. Para acceder a ella, es preciso bajar una escalera, cosa que no ocurría desde la III Dinastía. Esta nos conduce a un pasillo de entrada y a una serie de callejones, rastrillos y habitaciones todas ellas situadas a distintos niveles de altura. En la pirámide de Amenemhat III hay más corredores, pasillos y túneles que en cualquier otra pirámide del Imperio Antiguo. Se trata de una serie de laberinto de pasillos que giran sin cesar, de norte a sur, y de este a oeste. Luego, es preciso girar noventa grados hacia la entrada de la pirámide, nuevamente atravesar un corredor, y volver a girar noventa grados hasta desembocar en un conjunto de anexos que desembocan en una antecámara que da paso a la cámara de la reina. Está construido en piedra caliza, y orientado de este a oeste. Aquí había un sarcófago de granito rosa. Aquí había un sistema que imitaba el de la pirámide escalonada de Djeser, pues en el norte, y mirando al este, había dos pequeñas aberturas para que el rey pudiese observar a través de ellos la salida del sol.
Estos no son los únicos elementos que se asemejan a la concepción de Imhotep, sino que también hallamos una serie de pasillos que se convierten en un nuevo laberinto de seis capillas, una de las cuales está destinada al Ka de Amenemhat. Es muy posible que esta parte de la estructura fuese una especie de pirámide dentro de la pirámide, destinada al culto real. La pirámide de Amenemhat III contaba también con su Santuario del Valle, el cual a pesar de estar muy dañado, ha proporcionado valiosa información. Su constitución era sencilla, constando de dos amplias parcelas de acceso público situadas en dos terrazas ascendentes. Su fachada tenía forma de pilono. En su interior se levantó una pirámide, aunque todavía no ha sido localizada. Había una gran avenida, levantada con material perecedero, que trasportaba al rey desde el Santuario del Valle hasta el Santuario Funerario. En el extremo de la calzada se hallaban las viviendas de los sacerdotes ritualistas. Mediante una entrada que conducía a un gran patio con dieciocho pilares de granito con forma de papiro, se accedía al Santuario Funerario. Tras este patio, se abría una amplio corredor, que conducía a las salas de ofrendas. Existen indicios que señalan la posible existencia de una pequeña capilla situada al norte del recinto. La pirámide de Amenemhat III es tan solo un espejo ruinoso de la grandeza de un Egipto pasado, y que sin embargo, nos ha desvelado gran cantidad de tesoros. |
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© 2005, Amenofhis III (Luis Gonzalez Gonzalez) amenofhis_29@hotmail.com |