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Atrás.gif) PNL: la clave de la
comunicación
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La
programación neurolingüística se ha revelado como el mejor
medio para conocer la forma en la que nos comunicamos y
estructuramos nuestro pensamiento. Sus beneficios ya se están
notando en áreas profesionales como las ventas, la
comunicación o la formación de equipos de trabajo.
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Elena Escala Sáenz
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| La
programación neurolinguística (PNL) surge a mediados de los
años 70 en la Universidad de Santa Cruz, en California, de la
mano del psicólogo y matemático Richard Bandler y el lingüista
John Grinder. Empeñados en conocer los patrones de conducta y
comunicación del ser humano, decidieron estudiar el
comportamiento de terapeutas excepcionales como el psiquiatra
Milton Erickson, padre de la aplicación médica de la hipnosis,
y Fritz Perls, creador de la Gestalt (psicología de la
forma).
De sus investigaciones surgieron una serie de
patrones específicos de organización del pensamiento que
generaban distintas formas de comunicación. “Hasta entonces la
psicología se había centrado en comprender la enfermedad,
mientras que lo que la PNL proponía era estudiar los
mecanismos que empleaba el ser humano para superar con éxito
las dificultades y los problemas”, explica Gustavo Bertolotto,
especialista en psicología interpersonal y director del Instituto Potencial Humano,
de Madrid.
Entre estos mecanismos se encuentra la
comunicación y la estructuración del pensamiento. La primera
aplicación de la PNL fue en el tratamiento de los miedos y
temores, alcanzando un gran éxito en la anulación de
respuestas fóbicas. Después se pasó al terreno empresarial, la
psicología del trabajo y, por último, el desarrollo
personal.
“A medida que conocemos nuestra manera de
pensar, nuestros valores y creencias, así como la base de
nuestro comportamiento, podemos ir modificando y modelando los
patrones que permiten una correcta comunicación”, señala
Bertolotto.
Así, la PNL ofrece una base de
autoconocimiento personal que después puede aplicarse en el
desarrollo profesional. “En la actualidad se aplica en la
formación de equipos, para que puedan dialogar, alcanzar sus
objetivos y transmitir sus ideas. Al conocer su propio sistema
de pensamiento, cada persona va comprendiendo cómo piensan los
demás y puede actuar como ‘traductor’ entre unos y otros con
bastante facilidad”.
También se aplica en la formación
de líderes y en áreas profesionales específicas como las
ventas, la comunicación o la enseñanza. En estos casos la PNL
mejora el rendimiento y la consecución de objetivos al
favorecer el desarrollo de las habilidades
personales.
La metodología planteada por la PNL es
eminentemente práctica. Durante los cursos los participantes
pueden descubrir su forma de pensar gracias al diálogo,
ejercicios prácticos y la colaboración de sus propios
compañeros. De esta manera, “entienden mejor la forma que
tienen de estructurar el pensamiento a través del lenguaje y
los modelos de comunicación que generan”.
Por otra
parte, se estudia cómo influyen las fobias y las emociones en
la manera de comunicarnos, y se intenta recuperar información
útil mediante la técnica de reflejo condicionado,
estableciendo nuevos sistemas de estímulo-respuesta que nos
ayuden a modificar nuestra conducta y superar los problemas
que surgen a lo largo de la vida.
La PNL se ha revelado
así como una excelente herramienta para la vida cotidiana, ya
que permite reducir el desgaste que sufrimos cuando nos
enfrentamos a “decisiones importantes, cambios o situaciones
especiales, como es el cuidado de enfermos o el trato con los
superiores”.
Nuevas claves para el
éxito |
Inteligencia
emocional: se refiere al
uso correcto de las capacidades emocionales en las
relaciones personales y laborales. Trabaja aspectos como
el autoconocimiento, los modelos de conducta y relación,
la motivación o el control de impulsos. No cuenta con un
fundamento teórico y metodológico, como es el caso de la
PNL.
Coaching: es una herramienta empleada en la
formación de directivos y consiste en un asesoramiento
personal y profesional para que cada persona consiga sus
objetivos profesionales. El ‘terapeuta’, que no tiene
por qué ser un psicólogo, ayuda al cliente a desarrollar
sus habilidades, le proporciona formación y
conocimientos.
Psicología del éxito
(psycology of winning): pretende conseguir el máximo
desarrollo personal, motivación, una actitud mental
positiva, optimización de los recursos personales para
lograr los resultados deseados. Se emplea en el
desarrollo profesional y establecer estrategias que
lleven al éxito.
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