—
Me alegro por Vania y le deseo lo mejor. Pero es cierto que estaba previsto
que al concurso acudiera yo, y prueba de ello es que, hace un mes, se envió
la documentación con mi nombre, ya que querían a una Miss
con más experiencia. Lo que sucede es que, dado que tengo problemas
con los organizadores de Miss España, ayer mismo tomé la
firme decisión de no ir, ya que, en estos momentos, intento desvincularme
por completo de la citada organización, a la vez que quiero romper
el contrato que me une a ellos hasta marzo de 2003.
— Pues con la
decisión de enviar a Vania Millán se te han adelantado, Lorena.
—Pienso que pueden
haberlo hecho porque intuían que yo iba a decir que no iría,
ya que era un cosa esperada y cantada mi decisión. Mis padres se
habían manifestado en ese sentido, aunque diciendo siempre que respetarían
lo que yo decidiera.
— ¿Y crees
que podrás romper el contrato?
— Ese es un asunto
que llevan mis abogados. Yo hace tiempo que no hablo con los responsables
del certamen. En los últimos días, ni ellos me han llamado
a mí ni yo pienso llamarles a ellos.
— ¿Cuál
es el problema concretamente?
— Me deben bastante
dinero de trabajos que he hecho y de pagos que han realizado algunos patrocinadores.
— ¿Cuánto
crees en concreto que supuestamente te deben?
— La cantidad
exacta no se sabrá hasta que no tengamos acceso a los contratos
de los trabajos que he hecho. Mis abogados están intentando hacerse
con toda la documentación. Cuando la tengan, se podrá conocer
la cifra exacta.
—
Mientras tanto, y si tienes un contrato, no podrás trabajar por
tu cuenta, ¿no?
— Sí que
podré, siempre y cuando les dé —o deposite, por ejemplo,
en un banco —el veinte por ciento de mis honorarios en concepto de comisión,
que es el porcentaje normal en estos casos. Si lo hago así, no incumpliré
el contrato que tengo firmado con Miss España. Quiero ser totalmente
legal en esto, aunque no les pagaré la comisión hasta que
no se revisen todas las cuentas de mis trabajos a lo largo de todo el año
pasado y de lo que va de éste. Y por otra parte, quiero dejar muy
claro que esto no tiene nada que ver con lo que sucedió con Miss
Alicante, algo que, por cierto, me dejó alucinada, y algo que, aunque
a mí no me afecta directamente en nada, sí me fastidia que
haya podido suceder.
— Sabrás
que también se dijo que tu padre había pagado para que tú
salieras Miss España.
— Naturalmente
que sé que se ha dicho. Pero la persona que ha afirmado eso lo tendrá
que demostrar —cosa imposible, porque es falso — o, de lo contrario, tendrá
que atenerse a las consecuencias...ante el juez. Por otra parte, estoy
convencida de que mi elección fue absolutamente limpia. Me gustaría
—ya sé que es imposible —que se pudiera dar marcha atrás
en el tiempo y se repitiera la elección: creo que —ya sé
que no debería decirlo yo —volvería a ser elegida.
— ¿Qué
nos puedes decir en relación al trato que recibiste durante la celebración
del certamen?
— Algunas compañeras
se han quejado, lo sé. Yo no me quejo. Un certamen es muy duro,
comes a deshora, ensayas durante mucho tiempo... Pero eso mismo sucede
también en el mundo de las modelos. Y o lo tomas o lo dejas. Esta
profesión no es un camino de rosas.
— También
se ha dicho que estabas molesta porque tuviste que vivir en la casa de
la directora del certamen.
— Debo decir,
ante todo, que contra la directora no tengo nada. Sin embargo, aunque conmigo
se portó correctamente, no me resultó cómodo vivir
tres meses en su casa porque, quieras que no, no tienes intimidad. Por
eso me fui después a un apartamento que yo misma me tuve que buscar.
— ¿Te
volverías a presentar hoy a Miss España?
— En este momento
no sabría qué contestar. No sé qué decir porque,
si me pongo a hacer balance, casi todo es positivo, por más que
lo que últimamente ha sucedido sea algo triste. Pero menos mal que
soy muy joven y ser Miss España me ha dado muchas alegrías
que nadie me va a poder quitar. Tengo un camino precioso por delante, tengo
muchas ofertas de trabajo y nadie ni nada va a poder frenar mi carrera.