...aterrizamos en una campa cercana al monte de Mañaria, a la que llamaban akelarre, campa "macho cabrío". De un peñasco, surgió de pronto un ser de piel azabache, mitad hombre, mitad macho cabrío. Una pequeña corona de cuernos rodeaba su cabeza, con tres astas que destacaban sobremanera. Dos de ellas se situaban en los laterales de la cabeza, mientras el tercer pitón surgía de la mitad exacta de la frente. Comenzó a hablar con un trueno ronco que inundó aquel vacío de los ecos de una lengua incognita, impronuncible para el ser humano.
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