Menley y su marido Adam, abogado, alquilan una casa vieja junto al mar en Cape Cod; con ellos viaja su bebé, Hannah. Como Menley aún está trastornada por la muerte
de su primogénito, Adam no quiere dejarla sola, sin embargo ella misma le instiga para que siga trabajando y acepte el caso de Scott Covey, sospechoso de asesinato de su esposa.
Adam cree rodear a Menley de muy buenas personas y vive con la tranquilidad de proporcionar a su esposa la paz que necesita, sin embargo Elaine esconde tras sus sonrisas un plan
maquiavélico contra Menley, y Phoebe está obsesionada con Mehitabel, la primera dueña de la casa que ahora pertenece a Menley y Adam.