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Añadido día: 05 / 4 / 2002

LOS ROSALES DE LA SOLEDAD
Pablo Neruda, Cuadernos de Temuco
Ya se heló el corazón de los hombres del mundo
y tú, rosal, aprietas tu soledad humilde
has de vivir eterno y has de vibrar profundo
como un surco en el plano de los minutos grises.

Y viciados los hombres, te nutrieron las dudas
desgajaron la clara canción de tu perfume,
y mientras tú mostrabas la ramazón desnuda
se callaba el milagro de los cielos azules.

Rosales, oh rosales de soledad! Y creo
que estos buenos rosales serán una simiente,
una santa simiente que agitarán los vientos
encima del helado corazón de la gente.

Y cuando nutran esos rosales la semilla
los hombres serán dulces racimos de humildad,
jardineros cuajados de virtudes sencillas
que van en el camino para la eternidad.

...Y florecerán rosas inmensas y confiadas
de los rosales de la soledad...

Rosal, rosal, un día se encantará de besos
el complejo tesoro de tus castas raíces,
es que entonces rosal, florecerán los huesos
de estos enormes días grises.


naolatina@ig.com.br    Bragança Paulista, 2002