· Conocida por el gran público por series de televisión, tienes una gran trayectoria teatral. Cuéntanos.
· ¿Cuál fue tu primer contacto con este musical?
· ¿Cómo es Sally Bowles?
· ¿La película y la actuación de Liza Minnelli, es un referente o un peso?
· ¿Qué diferencia este espectáculo de la versión cinematográfica?
"El escenario me erotiza muchísimo y cuanto más arriesgado es lo que hago más me estimula"
· ¿Cuál es la parte de Cabaret que más te gusta?
· "El Fantasma de la Ópera", "Cats", "We Will Rock You", "Siete Novias para Siete Hermanos", "Cabaret" ¿Hay público para tanto musical?
· Has tocado los 3 géneros teatrales ¿Sientes predilección por alguno?
· ¿Cómo ves el teatro hoy en día?
Por PATRICIA A. - Revista TEATROS
Baila, canta e interpreta a las mil maravillas a Sally Bowles, la estrella del Kit Kat Club. Desde joven, ha sentido fascinación por este papel y por todo lo que rodea a este musical. Ahora, desde el Nuevo Teatro Alcalá, Natalia ve cumplido uno de sus sueños como actriz.
Considero que me he formado en el teatro, pero sí es cierto que la televisión tiene gran repercusión en el público y me ha venido muy bien, no reniego de este medio para nada, porque además he aprendido muchísimo. Pero yo empecé haciendo teatro y, en concreto, musicales en una etapa en que eran más modestos. Estuve en "My Fair Lady", "Jesucristo Superstar", "Mata-Hari·, "La Reina del Nilo". Luego trabajé con el Teatro de la Danza en "La Pasión de Drácula" y "Al fin solos" Luego vino la Compañia Nacional de Teatro Clásico, todo esto compaginado con otras cosas de danza en medio y, tras una época de reflexión, apareció la tele, que me permitió conocer un registro distinto y a la vez complementario para una actriz.
Vi la película y me asombró muchísimo porque no era el musical típico donde todo era bonito y tenía un final feliz. Éste contaba una historia muy cruda y lo hacía con números musicales fastuosos y muy duros a la vez. Después, con "All that jazz", también de Bob Fosse, fue cuando decidí que quería dedicarme a esto.
Es una mujer, que como el resto de personajes, sobrevive como puede. Es muy vulnerable, sensible y con muchas máscaras; cuando empieza la función tiene casi todas las máscaras puestas y según se desarrolla la historia se le van cayendo y acaba sin ninguna. Es un papel que me ha costado y me cuesta, y que exige un esfuerzo emocional muy grande.
Referente no, pero además consciente y voluntariamente, pero no sólo por mí. Desde el momento que yo tengo trato con el equipo de dirección me di cuenta de que era otra cosa lo que se me pedía. Si en algo coincide el personaje es poque es un personaje que existió y fue real y por ello hay similitudes. La Sally Bowles de Liza Minnelli está por encima de todo siempre y, en cambio, esta Sally es una grandísima perdedora y todo puede con ella.
Esta propuesta es más realista. El público se lo pasa bien con los números del maestro de ceremonias, pero a su vez se le cuenta una historia dura de unos seres humanos que están perdidos y que tienen que dejar en segundo término cosas como el amor, la familia o la honestidad.
El segundo acto, porque es cuando mi personaje empieza a ser más honesto consigo mismo. De los números de Sally, la canción de Cabaret es un reto diario porque es un grito de dolor, es el momento más comprometido y más peligroso, pero el que creo que tiene más fuerza.
Si los empresarios se atreven es porque lo hay. A mí me alegra saber que la gente va al teatro y que se pueden captar espectadores nuevos a través de este género.
Me gustan todos muchísimo como me gusta el teatro. A mí el escenario me erotiza muchísimo y cuanto más arriesgado es lo que hago más me estimula.
Me da miedo que se deje de entender lo que el teatro tiene de ritual y de ceremonia: guardar silencio, que no suenen móviles, las alarmas de relojes.... Noto que, alguna gente, se sienta a ver la obra y sigue hablando como si estuviese en casa, aunque también hay público de toda la vida que sabe a lo que se viene al teatro.