Allí
estabamos, llevabamos esperando unas 10 horas y el sol era terrible. Nos
habíamos convertido en cangrejos muy muy rojos, ni si quiera el
gran paraguas plateado del todo a 100 nos salvó de aquellos rayos.
Era 16 de Julio del 2003 y allí estabamos, llevabamos sin dormir
todo el viaje en tren hasta Madrid. Entonces llegó el gran momento
y abrieron las puertas (esa espera en los teloneros fue horrible) pero
cuando aparecieron ELLOS en el escenario, tan magníficos, tan grandes
y tan perfectos todo el dolor se fue, el sueño, las quemaduras,
el cansancio, todo desapareció. Era como si solo estuvieramos yo
y Radiohead porque todo lo demás había desaparecido. Y empezó
There There y las lágrimas empezaron a caer y fue Exit Music y
Paranoid Android, fue Myxomatosis y True Love Waits, fue Idioteque y My
Iron Lung... Fue FELICIDAD (sí, con mayúsculas) porque en
esos momentos no podía ser otra cosa. Todo era perfecto y allí
estabamos, felices, saltando, gritando, cantando y llorando a la vez.
Supongo que nadie entenderá esto si nunca los ha visto pero todas
las notas, desde la primera hasta la última me llegaron tan adentro
que era como si pudiera retenerlas, como si fueran mías. Thom saltaba
sin parar, era la locura en persona y hacía que todo el público
se volviera loco, en directo su voz impresiona muchísimo más
(con eso creo que ya lo digo todo). Luego al lado estaba una personita
que parecía tímida y cogía su guitarra con miedo,
mantenía el pelo delante de la cara y se movía de una forma
que era imposible no enamorarte de e, oh! Jonny! Allí estuvimos...
y fuimos jodidamente felices.
Gracias
Radiohead, gracias infinitas.
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