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Navajeda según... el "Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria"

 

Fragmento extraído del libro "Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria. Tomo I. La merindad de Trasmiera: Juntas de Cudeyo y Cesto" de Julio J. Polo Sánchez et al., editado por la Consejería de Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria en Santander, 2000 (pág. 485 y ss.).

 > Contenidos:

  - Iglesia de Nuestra Señora de los Llanos (en ruinas)

  - Iglesia Parroquial de San Mamés

  - Arquitectura Civil

 

 NAVAJEDA

 

 Iglesia de Nuestra Señora de los Llanos (en ruinas)

 

    "Del templo más antiguo de Navajeda apenas se conservan parte de los muros perimetrales, restos inconexos de una gran construcción que sucumbió pasto de las llamas en 1810. A mediados del siglo XIX Madoz se refiere a este beaterio como "actualmente derruido y casi abandonadas unas pequeñas posesiones que le pertenecían". Despojado de culto, todavía una vez al año se celebra en torno al santuario una romería de gran devoción entre los lugareños (en este santuario mariano es venerada una imagen: Nuestra Señora de los Llanos)."

    "Sobre una pequeña ermita, al parecer surgida tras una aparición milagrosa en fecha incierta (pero anterior a 1593), se acometen diversas obras que pretendían convertir el lugar en un ambicioso templo dedicado a María. Contó con sacristía, al menos dos capillas, una de ellas dedicada a S. Roque, coro y torre. Nicolás de la Sierra remató la construcción de la torre de la Virgen de los Llanos en 1647, fecha que indica la existencia de un primer templo al menos desde la primera mitad del siglo XVII. La siguiente obra de cantería data de 1678, cuando Juan y Sebastián de la Cantolla y Francisco de la Lombana se comprometieron con Francisco de Mazas para la obra del Santuario en Navajeda. No se especifica el carácter de la misma pero, cuatro años más tarde, está documentada la que remató Tomás de la Riba, vecino del lugar. Al parecer se trató de una obra de considerable envergadura a partir de tres lienzos construidos desde sus cimientos, es decir prácticamente una reconstrucción que reedificó el cuerpo de nave anterior. Ya en los primeros años del siglo XVIII se acomete la construcción de las capillas, a manos de Tomás Crespo, y el enlosado de las mismas."

    "En 1678 se contrata con el maestro de arquitectura, Jerónimo de la Revilla, la obra del retablo y camarín para dicho santuario. Entre las condiciones con las que se ha de ejecutar esta obra se especifica la talla que ha de decorarlo y que ha de ser "crespa", las columnas salomónicas y la presencia de tarjetas sobre el marco y a los pies de la figura del Cristo. Se trató, por tanto, de una sencilla composición centrada en la imagen que debía alojar y coronada con una figura del Salvador, a modo de ático. Jerónimo de la Revilla se formó, como sus coetáneos de Siete Villas, entre los modelos prechurriguerescos, y conjugará en su estilo personal esta primera influencia con modelos ya churriguerescos que recoge durante sus años de trabajo en localidades de Álava y La Rioja. Por tanto, estamos ante una temprana pieza de este maestro, el cual adoptará un tratamiento decorativo contenido respecto a las otras grandes obras que realizará en Cudeyo. En 1691, Felipe de Verga dorará este retablo dedicado a la Virgen."

    "Además existió otra pieza retablística menor, terminada en 1753 y que será dorada un año más tarde. En 1727 se encarga la hechura y encamado de una imagen de Nuestra Señora del Rosario con el fin de adornar alguno de los altares. Tras el incendio, parte de la imaginería con la que se adornó el templo fue trasladada a la iglesia parroquial."

 

 Iglesia parroquial de San Mamés

 

    "Se trata de una iglesia columnaria de planta de salón, cuya construcción se dilata en el tiempo siguiendo una traza general, proyectada a finales del siglo XVI y cuya autoría podemos atribuir a un maestro de Ajo con experiencia en obras burgalesas. El origen de las iglesias columnarias hay que rastrearlo entre arquitectos de origen cántabro como Rodrigo Gil de Hontañón o Juan de Rasines, maestros de obras en las catedrales de Salamanca o Palencia, quienes harán evolucionar el estilo hispano flamenco hacia formas ya renacentistas, modelos muy representados por toda la geografía cántabra. Pervivencias góticas como la bóveda de crucería se fundirán con trazas en las que las naves laterales alcanzan similar altura que la central. Grandes columnas cilindricas sustituirán entonces a los pilares góticos, consiguiendo un tratamiento central del espacio, objetivo renacentista por excelencia. En el caso de Navajeda, la transposición de este diseño experimentó ciertas dificultades en la sustitución de las cubiertas, lo que provocó la adopción de medidas de reforzamiento para las bóvedas a base de arcos diafragmas que aliviasen los muros laterales. Consecuencia de estos problemas constructivos, resulta patente la inclinación de sus grandes pilares circulares."

Planta de la iglesia de San Mamés de Navajeda.

    "El arco de ingreso al templo pertenece al trazado original, a caballo entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Una inscripción latina recorre las dovelas centrales del arco: "HAEC EST DOMUS DEI ET PORTA COELI DOMUS MEA DOMUS ORATIONIS VOCABITUR".

    "Las obras se continúan en el templo a lo largo del siglo XVII. La nave central se cubre en sus dos primeros tramos con bóvedas de terceletes, ligaduras y combados, ya plenamente renacentistas que arrancan de los cuatro pilares centrales con basas y capiteles clasicistas. En 1631 Pedro Saravia Padierne y Juan de los Reales conciertan la obra de las naves laterales. Se contrata un año más tarde otra obra encaminada a sustituir sus cubiertas, posiblemente de madera, por bóvedas de crucería. En el XIX se cierra una de las troneras de la torre, probablemente tras un derrumbe y se abre una capilla en el lado del Evangelio de advocación mariana que modifica la planta inicial106. En este sentido hay que recordar que al hablar del Santuario de Nuestra Señora de los Llanos explicábamos que tras el incendio que sufrió en 1810 se abandonó el templo, decidiéndose mantener el culto dentro de una capilla en la iglesia parroquial con las alhajas que se salvaron de las llamas y con la cofradía del mismo nombre, patrocinadora a partir de entonces de algunas obras menores en el templo, como la encarnación de diversas imágenes o de los graderíos del presbiterio a manos de Miguel de las Pozas. En 1825 se encarga a Andrés del Valle la construcción de esta capilla con planta cuadrada y cúpula elipsoidal pintada. Miguel de las Pozas realiza la obra propiamente dicha, mientras que Bonifacio del Cagigal y Manuel de Villar trazan el retablo neoclásico que la decora y que será dorado por Diego del Campo. La imagen titular del mismo, cuya hechura fue obra de Juan Antonio Muñoz, será titulada como "Virgen de los Llanos". La obra se completa siete años más tarde con el enrejado para cerrar esta capilla."

A la izquierda, Iglesia de San Mamés vista desde el exterior. A la derecha, interior de la iglesia.

    "La cabecera del templo, abierta con gran arco triunfal de medio punto, aloja el magnífico retablo mayor dedicado al santo titular del templo. Está documentada la contratación y condiciones de esta pieza en el año de 1664 a manos del maestro ensamblador Juan Martínez de Cantineras. Se trata de una obra compuesta por dos cuerpos, que se dividen en cinco calles, y un ático que lo hace en tres. En el pedestal se dispusieron relieves de la Pasión e historias de la Anunciación y Nacimiento de Cristo, y en las calles centrales nichos con figuras que representan a San José, una imagen mariana, y un San Roque. Sobre las historias y nichos de este cuerpo se representaron, dentro de los codillos, cuatro evangelistas. La cornisa recorrida por cartelilla da paso al segundo cuerpo. En sus nichos se representan San José y San Agustín a cada lado del patrón, dedicando las calles exteriores a sendas escenas de la Circuncisión y a la Adoración de los Reyes. El ático lleva en la caja principal el Calvario, a cuyos pies se esculpe un pelícano, símbolo por excelencia de la Pasión, flanqueado por dos figuras femeninas. Santa Catalina y Santa Bárbara. Por último, el frontispicio cierra el conjunto iconográfico con un Dios Padre. Estamos ante un exponente de la última fase que experimentará el retablo manierista en los talleres orientales de Cantabria. Arcaizante en muchos elementos, (como las columnas de fuste estriado con tercio inferior entorchado, características durante el segundo tercio del siglo XVII en el foco de Cudeyo), aplicará otros elementos (como la talla que recorre las enjutas de los arcos y todo el ancho de las cornisas) inherentes a la estética prechurrigueresca más propia de su cronología. Por su parte, la escultura se muestra dependiente de los modelos de Siete Villas, en especial del estilo de Juan de Pobes. Su dorado y estofado se contrata en 1759 con los maestros doradores Carlos de Árgana y Juan de Gargollo."

Retablo mayor de la Iglesia de San Mamés y detalle del mismo.

    "Las naves laterales alojan en su primer tramo otras piezas retablísticas. Manteniendo caracteres manieristas y contrarreformistas, parecen responder a una cronología similar al retablo mayor. Emplean como soportes columnas de fuste entorchado, modelo ampliamente reproducido entre las obras atribuidas al taller de Cudeyo en la primera mitad del siglo XVII, como Miera, Castañeda, etc. El repertorio decorativo concede gran importancia a los pináculos que adornan el piso superior y a los frontones avolutados, denotando la asimilación de los formalismos manieristas característicos del taller de Siete Villas. En cuanto a la imaginería que alojan, ambos dedican su cuerpo bajo a representaciones marianas, mientras que el cuerpo alto lo reservan para figuras de santos. Decoran el segundo tramo de las laterales sendos lucillos con altares labrados en piedra. Corresponden cronológicamente al mismo momento en que se realiza el abovedamiento que los cubre, en decir en 1631, ya que entre las obras que el maestro debe llevar a cabo se cita los "altares colaterales". De escaso relieve, disponen de un arco de medio punto, a modo de nicho, flanqueado por dos pilastras muy planas que soportan el frontón triangular con el que se cierra, acompañado en sus vértices de los remates con bolas y una cruz propios del clasicismo imperante en esas fechas. Uno de ellos debió acoger el altar del Eccehomo, sufragado por los parroquianos en 1801 y en cuya construcción se aprovecharon materiales de la arruinada ermita de San Pedro. Actualmente acogen imágenes de San Antonio de Padua y San Pedro."

    "Junto a la iglesia de San Mamés se encuentra el pequeño camposanto local. A pesar de que su cementerio carece de panteones de interés artístico, es interesante recoger aquí la inscripción conservada en la puerta: "MISEREMINI MEI / SALTEN VOS AMICI MEI / AMPLIADO POR / ROBUSTIANO RUIZ /AÑO 1922".

 

 Arquitectura civil

 

    "La construcción en el barrio de La Riestre de la gran casona de los Cobo de la Torre está vinculada a la figura de Juan Manuel Cobo de la Torre. Fue abogado de los Reales Consejos, Diputado General de Trasmiera en 1742 y compañero de Juan de Isla y Marcos de Vierna en los negocios de construcción de buques que impulsaron los Reales Astilleros de Guarnizo."

    "Este conjunto sigue el modelo con el que, en 1759, Juan Antonio de la Colina manda construir su palacio en Barcena de Cicero, atribuido a Bernabé de Hazas115. Las relaciones económicas y personales indicadas entre Cobo de La Torre y Marcos de Vierna hacen pensar que dicho arquitecto e ingeniero, responsable de la parte arquitectónica de las instalaciones industriales promovidas por Juan Fernández de Isla, pudo dar las trazas para el gran proyecto de este abogado. Sin embargo, es más probable que se trate de un diseño atribuible a otro gran maestro de cantería que trabaja en estos momentos, Andrés Julián de Mazarrasa, del que sabemos estuvo en contacto también con Marcos de Vierna y que, al contrario que aquél, se dedicó a la arquitectura civil."

Casona de los Cobo de la Torre.

    "Como gran palacio barroco de la segunda mitad del siglo XVIII contó con sus elementos característicos: torre, casa principal y oratorio familiar. La primera se organiza en cuatro alturas y en ella se abrió una triple balconada volada sobre barandillas y ménsulas de hierro, de inspiración renacentista, que corresponde a una reforma posterior de comienzos del XX relacionada con las corrientes regionalistas que intentan recuperar la arquitectura y estética nacional. Es en la torre donde lucen los blasones con las armas de Juan Manuel Cobo. El cuerpo de vivienda se adosa a la torre con simplicidad decorativa y junto a ella, las caballerizas conforman un porche a base de columnas dóricas y ladrillo en sus muros al estilo regionalista. Como lugar de culto familiar se habilitó un pequeño oratorio incluso en el segundo cuerpo de la torre con la advocación de San José. El conjunto palacial se cerraba con corralada y la portalada de dos cuerpos. Sobre sus cubos pueden leerse unas inscripciones: "QUIA FECIT MIHI MAGNA / QUEI POTENS ES"./ "NISI DOMINUS AEDIFICAVERIT / DOMUN IN VANUN LA /BONAVERUNT QUI AEDIFI / CANT EAM / SALM. 126".

    "Dentro de este mismo barrio de La Riestre se encuentran algunas muestras de la arquitectura rural montañesa. A pesar de las remodelaciones que han experimentado sobreviven aún en algunas casas sus características tipológicas, como los muros cortavientos prolongados o las balconadas de madera en el segundo cuerpo."

Casona barroca del Barrio de Mazas.

    "En el barrio de Mazas perviven casas tradicionales similares a las anteriores de cronología dieciochesca. También en esta zona se conserva un buen exponente de casona barroca con la tradicional organización a base de arco en el piso inferior y vanos simétricamente dispuestos en el superior, marcos de orejas y balcón con apoyo pétreo que contextualiza su edificación en el siglo XVIII por parte de la familia Mazas."

    "En el barrio de Padierne otra casona mantiene el gusto estético del siglo XVII, fecha en la que fue construida. De gran desarrollo longitudinal, un arco de medio punto marca la calle central de su fachada. El cuerpo alto se adorna con dos piezas heráldicas. La de la derecha, con lambrequines, celada y dos figuras mitológicas que tocan bocinas, está partido con las armas de Sarabia y Mazas, mientras que el de la izquierda representa las armas del apellido Rubalcava. De este solar procedía Gabriel de Rubalcaba y Guerra de Mazas, quien se declara descendiente de la casa de Rubalcaba en Liérganes y de la de Mazas en Navajeda. Este personaje fundó una capellanía y obra pía para pobres en el Santuario de Nuestra Señora de los Llanos y es de suponer que, como fundador del mayorazgo, llevara a cabo esta construcción quizás sobre otra antigua de su familia."

    "Las escuelas de Navajeda fueron fruto de las donaciones del Marqués de Valdecilla en las primeras décadas del siglo XX. Su diseño recurre a la tipología característica para estos edificios desde la segunda mitad del XIX: amplia nave de baja altura, ventanales y accesibilidad, tal y como podemos ver, entre otros, en los grandes centros docentes del cercano Ayuntamiento de Riotuerto."