ðHwww.oocities.org/es/nemfics/epda3.htmwww.oocities.org/es/nemfics/epda3.htm.delayedx‡bÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈàû„OKtext/htmlpq¹y,ÿÿÿÿb‰.HSun, 04 Aug 2002 23:46:30 GMT» Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *.bÕJ >>> El Poder de Akane (cap. 3) <<<
 

 

 
   
 

 

El Poder de Akane  

 

 

 

Nota de la autora:

Hola a todos otra vez.  Pues sí, por fin os entrego este capítulo 3.  Y mil perdones, de verdad.  Sé que me he demorado en exceso en escribirlo.  Por eso quiero agradecer, de todo corazón, el apoyo que he sentido en cada mail que me habéis mandado, que para mi sorpresa, son bastantes.  De veras, muchísimas gracias por seguir leyéndome a pesar de las innumerables chorradas que escribo.  ¡¡Os quiero mucho a todos!!  Os mando un besote.  Y eso sí, para compensar el retraso, este tercer capítulo es muyyyyyy largo, así del estilo del primero.  Por lo que ya saben, tómenselo con tiempo.

Y no puedo dejar de dar mis más sinceros agradecimiento a dos amigas muy especiales para mí, que de una forma u otra han contribuido a que este capítulo sea lo que es: 

        A mi querida Lita Kino, una de las mejores escritoras de fanfics en español.  Fue en gran medida por leer el tercer capítulo de "Una sorpresa para Ranma" que retomé mi abandonado capítulo.  

     Y a mi querida amiga Danae. ^__^  No puedo más que dedicarte especialmente a ti este capítulo, pues si no fuera por tu ayuda en esas escenas que se me enredaban no sé que habría sido de este fic.  Sólo siento no poder dedicarte algo mejor. 

Y a todos los demás, ya saben, ESCRÍBANME  diciéndome que les pareció a:

Datos de interés:

(...)  comentario de la autora

"..." pensamientos de los personajes

*...* algún sonido

[...] un lugar

****  cambio de escena

<<...>> un recuerdo

<===> una escena de recuerdos o un sueño


Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto, hagan el favor de no denunciarme ¿si?


 

 

Capítulo 3:

Reencuentro

 

[Bosque cercano a Yamaguchi, al suroeste de Hiroshima, nuevo lugar de entrenamiento de Akane y Cologne]

Habían pasado ya casi tres días desde que Akane y Cologne partieron de Nerima cuando llegaron.  Tras haber recorrido medio Japón, se encontraron en un bosque no muy poblado, con un pequeño arroyuelo que surcaba su pedregoso suelo. Anduvieron un poco más, dirigiéndose a la cima de una escabrosa colina, hasta que se detuvieron frente una pequeña cascada.

- ¡Hemos llegado!

Akane miró dudosa hacia la pequeña cascada y recordó en un instante las características del terreno.  No es que ella fuera una entendida en encontrar lugares de entrenamiento, pero cualquiera se hubiese dado cuenta que habían dejado atrás docenas de parajes con muchas más posibilidades, y también más resguardados de sus posibles perseguidores.  Akane se volvió a Cologne, estuvo a punto de preguntarle sobre el porqué de su decisión, pero se tragó sus palabras.  No iba a quejarse, no permitiría que esa anciana pudiese recriminarle algo.  Ahora lo único que importaba era aprender  y no parar hasta convertirse en la mejor luchadora de artes marciales de estilo libre...  Y si para conseguirlo tenía que entrenar en el mismo infierno, aceptaría gustosa.

- Sígueme.

Cologne dirigió una sonrisa algo traviesa a su estudiante, a la que dejó sorprendida, y se dirigió hacia la cascada.  Akane la siguió sin decir nada, en parte porque su orgullo se lo impedía y por otro lado porque sentía cierta confianza en esa anciana.  Akane no terminaba de comprender como era posible que esa mujer, la matriarca de las amazonas de la aldea de La Supremacía Femenina, la bisabuela de su mayor enemiga, la que tantos problemas le había causado a Ranma, estuviese ayudándola en todo esto.  Pero no tenía malas intenciones, al menos hacia ella, y Akane lo sabía, de alguna forma sabía que no intentaría ningún truco sucio,... por lo menos por ahora.  En ese instante se le vino a la mente lo bien que se estaba portando con ella.  Cierto era que había sido un viaje agotador y que apenas habían descansado, pero la anciana se había estado preocupando por sus heridas y la recuperación de las mismas, y en cada breve parada que habían realizado le administraba un brebaje, que si bien tenía un sabor horrible, al instante de tomarlo Akane había sentido como nuevas fuerzas llenaban su cuerpo.  Akane salió de su estupor al ver con intriga como la anciana amazona se adentraba en la cascada y desaparecía tras ella.  Akane sintió algo de miedo, pero reuniendo valor se adentró en la cascada, descubriendo, sólo con cierto asombro, que tras dicha cascada se encontraba una cueva.  Caminaron un poco a través de ella, dirigiéndose hacia un punto de luz que a cada paso se agrandaba, hasta llegar a la salida.  Akane sintió como su respiración se paraba por un segundo al contemplar el paisaje que ante ella se encontraba.

- ¡Oh! Esto es...

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [En algún lugar al Noreste de Tokio]

Ranma, Mousse, Shampoo y Ukyo se encontraban sentados alrededor del fuego.  Ambas chicas se encontraban muy ocupadas cocinando, una un delicioso ramen y otra unos espléndidos okonomiyakis.  Sinceramente, daba miedo verlas, sus auras de combate encendidas al máximo, mirándose con puro odio la una a la otra, intentando frustrar lo que su adversaria cocinaba.  Ranma simplemente observaba enojado esta escena que comenzaba a resultar demasiado frecuente, mientras Mousse le miraba con odio a él por ver a su amada Shampoo tan deseosa de agradar a su airen y como siempre despreciándole a él.  Como era de esperar los intentos por destrozar mutuamente los platos que cocinaban terminó con ambas chicas adoptando una posición de combate y emprendiéndola a golpes.

Ranma salió de esa escena lo más sigilosamente posible.  Esto comenzaba a resultarle pesado en demasía.  Estaba preocupado por la seguridad de Akane, por qué estaría haciendo en estos momentos... lejos de él...  Pero esa panda de energúmenos que traía consigo no dejaban de causar problemas.  Sólo llevaban una par de días de camino y no habían hecho otra cosa que quejarse, ya fuese por la velocidad que Ranma les marcaba en su carrera o porque no descansaban los suficiente.  Y esto sin contar con las innumerables peleas que se producían a todas horas entre las chicas, ya fuese por quien cocinaba mejor o por quien dormiría con Ranma,... Lo que, inevitablemente, terminaba siempre con Ranma teniendo que huir de un enfurecido Mousse.  Un horror.  

Ranma subió a la rama de un árbol lo suficientemente alejado de sus compañeros y observó complacido la hermosa Luna nueva que reinaba en el cielo iluminando de forma majestuosamente tenue las montañas.  Era difícil poder llegar a imaginar que algo tan sutil y elemental como la luz de la Luna pudiese reconfortar tanto.  Ese era su momento de paz, un instante para pensar en todo lo que había estado aconteciendo en su vida en tan corto periodo de tiempo.  Y no era fácil de llevar.  Cualquiera en su lugar haría mucho que se habría vencido a las locuras, peligros e insensateces de su vida.  ¿Cómo se había llegado a esto?  Cuando Ranma había pensado que nada peor podía ocurrir tras la batalla contra Saffron... todo empeoraba de nuevo....

"¿Qué es lo que nos está pasando? Akane,...  No consigo comprender que demonios se te ha pasado por esa estúpida cabeza hueca que tienes para irte con esa vieja loca de Cologne...  ¿O es que ella te obligó?...  Debe de ser eso, no es posible que Akane pueda querer derrotarme para deshacerse de mí...  No después de todo lo que hemos pasado...  No justo ahora que yo deseaba tanto contarte todo lo que siento por ti...  No cuando no puedo imaginar mi vida si no estás a mi lado...  No ahora que únicamente quiero decirte lo mucho que te amo..."

Una cristalina y solitaria lágrima viajó suavemente por su mejilla.  Él abandonó por un segundo sus pensamientos al notarla humedeciendo su rostro, y la atacó velozmente secándola con su mano para así eliminar todo rastro de que alguna vez hubiera existido.  No podía seguir así, llorando a cada momento como un bebé que reclama la atención de su madre.  ¡Él era un HOMBRE! 

- Y los hombre nunca lloran - se dijo a si mismo con gravedad.

Estaba convencido en su resolución, eso era lo que le habían enseñado durante toda su vida.  Debía ser fuerte, inmutable,... cualquier rastro de debilidad sería duramente castigado,... principalmente por su propia madre.  ¡No!  Los hombres jamás deben llorar....  Y sin embargo eso ya no importaba...  Desde ese día ya no podía controlar su llanto,... desde ese desastroso viaje a China,... desde ese maldito instante en que vio como Akane desaparecía en un segundo al girar el Kinjakan para salvar su vida... para salvarle a él... que supuestamente era quien tenía que protegerla a ella.   Pero Akane arriesgó su vida, no le importó nada más que salvarle...  Y desapareció ante sus ojos, dejando solamente sus ropas deslizándose en el aire hasta caer en sus petrificados brazos....  Ahí acabó todo, desde ese momento todos esos valores de hombría que le habían inculcado se derrumbaron... Lloró, como jamás lo había hecho antes, tirado en el suelo, bajo la mesa que segundos antes él mismo había derribado al intentar con desesperación impedir que el guía de los manantiales de Jusenkyo le arrebatase lo ÚNICO que le quedaba... la ropa de Akane...  Eso le había hecho salir del estado de shock perpetuo en el que se había sumido, en el que habría podido pasarse días enteros sin llegar a comprender o asimilar que era lo que había ocurrido,... sin comer,... sin dormir,... sin vivir...  Eso no habría importado.  Pero al arrebatarle esa última pertenencia, él... se vio obligado a salir de su trance en el cual quería permanecer,... se vio forzado a afrontar esa terrible realidad... esa horrible y desesperantemente dolorosa verdad que horas después volvió a revivir....  La había perdido... ella se había ido para siempre... Akane había dado su vida por salvarle y él no había sido capaz de hacer nada para impedir que ella muriera... porque Akane... había muerto...  Ranma lloró sintiendo que le habían partido el alma en dos, lloró con total desesperación y agonía, mientras simplemente podía pensar <<Akane, por favor, no me dejes solo aquí>>. (NA 1)

Su alma se encogió ante este recuerdo,... unos acontecimientos que sólo deseaba olvidar, pero ahora que Akane se encontraba alejada de él nuevamente, le invadían una y otra vez inundándolo de ese pesar que no podía ocultar.

"Akane... por favor, dime que estás bien....  Y déjame encontrarte"     

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle perdido de los manantiales calientes]

Akane casi terminaba ya de ordenar todas las cosas en su tienda de campaña.  Debía reconocer que aún estaba algo impresionada.  Tras pasar la cascada y encontrar la salida de la cueva, se encontraron ante un hermoso y extenso valle plagado de manantiales calientes que llenaban el aire de una suave temperatura casi primaveral aun entando en pleno otoño.  Pero por muy hermoso que todo pudiera ser no fue esto lo que impresionó a la joven, sino comprobar la existencia de una campamento perfectamente montado y aparentemente acondicionado con todo lo necesario, así como piedras enormes y diferentes armas puestas expresamente en árboles y otras partes de los senderos, y todo tipo de obstáculos que parecían formar una especie de circuito entre los manantiales.  En resumidas cuentas todo el valle en sí parecía ser una enorme sala de entrenamientos.  Sí, definitivamente estaba muy impresionada, Cologne había estado acondicionando el terreno durante mucho tiempo hasta convertirlo en el lugar perfecto para entrenar.  Akane recordó las palabras que la anciana había dicho al ver su asombro  <<Ya te dije que hacía mucho que venía planteándome el hecho de entrenarte, querida.  Tenía que tenerlo todo listo para cuando llegase el momento indicado en el que pudieses aceptar mi propuesta...  Y no te preocupes porque nos encuentren, dudo mucho que ninguno conozcan el paradero de este valle perdido>>  Un escalofrío recorrió la espalda de la joven.  

" No puedo creer que realmente Cologne haya montado todo esto para mí...  resulta aterrador..." 

- ¿Has terminado ya de recoger tus cosas, querida?

Akane salió forzosa de sus pensamientos y se volvió hacia su nueva maestra respondiendo de forma afirmativa.  Cologne la dirigió fuera de la tienda hacia el centro del valle, lugar rodeado por tres grandes manantiales casi formando una isla, y único lugar en el que no había ningún aparato ni arma.

- Muy bien querida, comprobemos ahora que es lo que sabes hacer.  ¡¡Atácame!!

- Sí, sensei.

Akane se lanzó contra la anciana con una patada alta que impactó de lleno en el vacío.  Akane se volvió en un giro rápido, intentando encontrar a su adversario por alguna parte, pero en vez de encontrarla lo que sintió fue un golpe en la espalda que la estrelló con fuerza contra el suelo.  Akane se levantó pesadamente y escupió tierra.  De nuevo corrió hacia la anciana intentado colocar alguna patada, algún puñetazo, alguna llave,... pero nada, la anciana ni siquiera tenía que esforzarse en esquivar los golpes, simplemente desaparecía justo cuando Akane pensaba que por fin la había pillado desprevenida.  Era inútil, poco a poco Akane fue notando que sus fuerzas menguaban y estas quedaron totalmente destruidas con un nuevo golpe de la amazona que la envió contra el tronco de un gran árbol con fuerza.  Akane intentó levantarse, pero le resultó imposible.  No es que hubiese pensado que podría vencer a la anciana, tenía totalmente claro que perdería sin remedio,... pero un golpe, deseaba poder darle aunque fuera un solo golpe.

- De acuerdo, creo que es suficiente por ahora. - el rostro de la anciana reflejaba dureza y Akane se sintió sumamente avergonzada -  Nos queda mucho trabajo por realizar...  Sinceramente,...  ¡Eres un completo desastre, querida! - Akane sintió que el mundo se le caía encima con esas palabras y hundió su rostro en sus manos - Pero tienes un poder innato en ti.  - Cologne se quedó pensativa durante unos instantes antes de continuar - Tendremos que trabajar muy duro...  Y lo primero que debes hacer es... ¡¡Olvidar cualquier cosa que hayas aprendido hasta ahora referente a tu entrenamiento!! - dijo la anciana amazona en el tono más serio y solemne que pudo encontrar, haciendo ver que cada una de las palabras que había pronunciado no podrían ir más enserio.

- ¿¿¿Pe-pero qué???  Yo... no puedo olvidar todo lo que sé... ¿Cómo podría?... Todo lo que deseo es aprender y ser mejor, no dar un paso para atrás... Es de locos pens...

*Clock* (sonido de un bastonazo en la cabeza)

- ¡¡AUH!! ¡¡¿Para qué ha hecho eso?!! ¡¡Ha dolido!! ¡¿Sabe?! - gritó algo exasperada Akane ante el súbito golpe que había recibido en la cabeza por parte de su actual sensei.

- ¡¡Deja de quejarte como un bebe y párate a pensar por un segundo!! - Cologne la miraba con rudeza - Mientras sigas aferrándote a esa patética forma de pelear que tienes, todo lo que hagamos será tiempo perdido.  ¡¡Y yo no pierdo mi tiempo!! - el tono de la anciana resonó en el eco del valle con dureza y algo de decepción, pero cambió de repente a uno más dulce y afligido -  Veo con tristeza como todo tu potencial, ese poder innato que posees en tu interior, ha sido desperdiciado y llevado por el camino equivocado logrando que pierda todo sentido...  Es por eso que te pido que olvides...  Debemos comenzar desde el principio, por cuál es el significado de las 'Artes Marciales', cuál es su naturaleza,... la que será la tuya...

- Yo... ¡¡Yo sé lo que son las Artes Marciales!! - se aventuró a decir Akane con tono altivo.

- ¿Sí? ¿Estás segura? - acotó la anciana algo molesta por haber sido interrumpida en su explicación - Vamos, instrúyeme en la sabiduría del Arte.

- Bu-bueno... yo... - Akane se dio cuenta en este instante que su ímpetu y orgullo la habían llevado a aventurarse hacia un error al que ahora se debería enfrentar - Es decir... Mi padre siempre me enseñó que el 'Arte Marcial' es mucho más que un simple deporte o una profesión... Es una forma de vida... Una filosofía que lucha por encontrar el equilibrio entre al cuerpo y el espíritu.  

- Muy bien, chiquilla.  Eso es muy acertado - Akane no pudo evitar sentirse atemorizada ante la rudeza de su sensei - Pero,... ¿Serías capaz de decirme que significa exactamente esas palabras?

- Pues... sí... quiere decir que... hay que esforzarse y... - Akane luchaba encarecidamente por encontrar las palabras que pudieran dar la explicación requerida, pero no podía, jamás le habían explicado explícitamente cual era ese significado que ahora le reclamaban - ...hay que luchar... para conseguir las metas que te marques y... también...

*Clock*

- ¡¡¡AAUH!!! - gimió Akane palpándose su de nuevo dolorida cabeza - Será... maldita bruja loca... - murmuró entre dientes.

- Ya es suficiente de tanta tontería  ¡¿Se puede saber cómo pretendes aprender algo si ni siquiera entiendes que es lo que significa?!  Nunca podrás hacer algo en condiciones mientras no comprendas cual es el fundamento de ese hecho.  Y esto no es únicamente aplicable al Arte, sino al resto de tu vida ¿Es que no te das cuenta da algo tan obvio?

Akane bajo la mirada al suelo, avergonzada por su falta de sentido común y por haberse dejado llevar por su impetuoso orgullo una vez más.  Cologne poseía la suma experiencia que los años le habían otorgado, y en cambio ella tenía sus ojos vendados por la insensatez y la irracionalidad de la juventud que la había llevado en demasiadas ocasiones a precipitarse en dar una respuesta,... a no escuchar lo que los otros le tenían que mostrar,... que decir,... que enseñar,... que explicar...  Cuantas veces Ranma había intentado explicase ante ella, hacerla comprender... y ella nunca lo había permitido...  Este orgullo... cuanto mal le había hecho....  Y sólo en este instante comenzó a darse cuanta de cuan equivocada había estado.

- Lo siento mucho, sensei.  Creo que comienzo a entender lo que me quiere decir. - dijo Akane lo más sumisa posible.

- Muy bien, esa es la actitud que se necesita.  Ya tendrás tiempo para aferrarte a tu coraje. - Una sonrisa apareció de momento en el rostro de la anciana - En este instante, acabas de dar tu primer paso para llegar a ser una gran artista marcial.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [En algún lugar al Noreste de Tokyo]

Y con el equipo de rescate, pues, simplemente....

- ¡Shampoo!  ¡¡¡Sal de una vez de mi saco de dormir!!!

- Wo ai ni, airen.

- Maldita amazona, ¡¡Deja a mi Ran-chan en paz!! Él es mi prometido y sólo dormirá conmigo.

- Ranma Saotome, prepárate a morir por aprovecharte de mi amada Shampoo.

- Por qué, por qué a mí...??? - se escucha gritar a un desesperado Ranma en medio de la oscuridad de la noche.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle perdido de los manantiales calientes]

El fuego crepitaba mecido por la brisa nocturna.  Alrededor de él, una anciana cocina una receta típica china, mientras que continua conversando con la hermosa joven que se encuentra a su lado.

Cologne observó a su estudiante durante unos instantes antes de volver a hablar.  Esta chiquilla, Akane Tendo, la mayor enemiga de su nieta, tenía algo especial... pero qué.  Era algo infranqueable para los ojos de la anciana matriarca amazona... algo que la pequeña de los Tendo mantenía oculto... seguramente hasta para ella misma...  oculto tras la testarudez y el orgullo que la dominaba...

- Akane, dime, ¿Qué es lo que deseas conseguir con el dominio del Arte?  Pero piénsalo detenidamente antes de contestar - se adelantó a pedir Cologne para impedir la casi segura respuesta precipitada de su alumna.

- No estoy segura - dijo con sencillez Akane,... si quería aprender, lo primero sería controlar su ímpetu - Supongo que desearía llegar a encontrarme a mí misma, mi lugar en el mundo...  Siempre me sentí segura en mi casa, convencida que ese era mi lugar...  Ahora sé que eso no es tan sencillo...  Incluso en tu propia casa, con tu propia familia, tienes que buscar tu lugar... - un suspiro vació su pecho - El dominio de las Artes Marciales da  equilibrio y paz interior...  Creo que busco algo de eso - Akane buscó en su interior las palabras exactas, sin tapujos o censura... simplemente dejando fluir libremente las palabras, los sentimientos - Pero, sobre todo... me siento... tan bien cuando entreno...  Siempre consigue hacer florecer en mí esa mezcla se seguridad, de poder, y, sí, también de felicidad... Siento una felicidad plena y pura cuando estoy entrenando...  Disfruto luchando,... y no puedo evitar desear dedicar toda mi vida a cultivar ese sentimiento de superación y regocijo... Y, tal vez, algún día... poder enseñar a otras personas cuan gratificante es - Akane respiró profundamente y soltó el aire lentamente, con alivio - Eso es lo que deseo,... eso es lo que busco.

Cologne sonrió abiertamente al escuchar las palabras de su estudiante, demostrando así su complacencia. Una vez que Akane se relajaba y dejaba su ofuscación a un lado podía llegar a estar muy acertada en sus pensamientos.  Pero ahora había que ser consecuentes con esos deseos. 

- Dices que deseas dedicar tu vida a entrenar...  Pues hazlo.  No hay momento o lugares mejores o peores para entrenar.  No cometas el error de ponerte horarios, si lo haces estos te limitarán en tu aprendizaje.  No debe haber descanso. ¿Estás dispuesta? - Akane sólo asintió en silencio y la anciana continuó -  El siguiente punto sería encontrar el equilibrio.  Como bien dijiste antes, este equilibrio se basa en encontrar la armonía entre tu cuerpo y tu espíritu.  Recuerda por un momento lo que en tantas ocasiones le hemos dicho a mi querido yerno, recuerda cuantos problemas ha tenido cuando se ha visto obligado a luchar con su cuerpo de mujer - Akane no pudo más que poner una sonrisa irónico como recordatorio de que en la mayoría de las ocasiones que esto había ocurrido había sido culpa, de una forma u otra, de la anciana que pronunciaba esas mismas palabras - El yerno es el mejor ejemplo del desequilibrio entre cuerpo y alma y la búsqueda de dicho equilibrio.  Él no puede pretender luchar como un hombre cuando tiene cuerpo de mujer, pues su cuerpo no es consecuente con su espíritu.  De igual forma sería similarmente inútil para él querer luchar como una mujer en su totalidad, pues aunque su cuerpo cambie su esencia siempre será la misma.  Su única y nada fácil solución es luchar como un hombre con cuerpo de mujer, por muy extraño que suene.

- Eso lo entiendo pero... ¿Qué tiene que ver conmigo?

- Contigo pasa algo similar a lo de mi querido yerno.  Ciertamente tú no sufres ninguna transformación pero sí vives sumida en un desequilibrio, en una lucha interior - Akane escuchaba expectante a su maestra - Has sido entrenada por un hombre, en técnicas de hombres,... aunque está claro que no se han tomado tu entrenamiento demasiado enserio. - Akane sintió como si le atravesasen el corazón al escuchar estas palabras que confirmaban sus sentimientos de subestimación y abandono por parte de su progenitor, los cuales la habían encaminado hacia este viaje.  La anciana prosiguió diciendo -  El hombre y la mujer, aunque afines, son muy diferentes en cuerpo y en esencia, y esa diferenciación debe ser tenida en cuenta también a la hora de la lucha.  Tú tienes una fuerza impresionante, pero te olvidas que la fuerza masculina, en reglas generales, siempre tenderá a superar la tuya,... aunque como mujer eres más flexible y ágil y por ello también rápida,... o al menos deberías serlo.  Y es que ante todo, Akane, tú eres una MUJER, cosa que no terminas de tener presente, cuando es algo que no deberías olvidar nunca.  Tienes que aprender a conocer y aceptar tu cuerpo, a sacar partido de tus posibilidades... Mientras no aprendas esto seguirás siendo una marimacho que se resiste en su interior a serlo,... tal y como eres ahora.  

Cologne comenzó a observar a su estudiante en silencio, parecía algo saturada... Tal vez eran demasiadas revelaciones para después de un largo viaje.  Parecía cansada... Y lo estaba. 

"Una marimacho que se resiste a serlo" - pensaba Akane - "Parece, Ranma, que después de todo sí que estabas todo este tiempo en lo cierto al llamarme 'marimacho kaiwakune'."

- Será mejor que descanses ahora, a partir de mañana ya no habrá descanso.  Si queremos vencer al yerno, no habrá tiempo que perder - dijo Cologne a su joven estudiante, haciendo que la chica saliese de su estupor.

- Como usted diga, sensei. - y sin decir más, Akane se levantó y se dirigió a su tienda.  

En unas pocas horas todo empezaría.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Aún no entraba el alba cuando Akane fue interrumpida en su sueño y obligada a levantarse y vestirse a la carrera, al ritmo de los golpes del bastón de la anciana.  Sin duda, una gran forma de empezar la mañana.

Y comenzó el entrenamiento.

Tras un par de horas de carrera ininterrumpida, y sin haber podido llevarse nada al estómago, la anciana le señaló una cuerda que permanecía suspendida a unos tres metros de altura, atada de forma tensa al tronco de dos fuertes árboles.

- Sube ahí arriba.  Lo primero que vamos ha hacer es mejorar ese inexistente sentido del equilibrio tuyo.

'Inexistente sentido del equilibrio'  Eso era un insulto, algo que el fuerte temperamento de Akane no habría dejado nunca escapar impune... pero, ahora... tenía mejores cosas por las que preocuparse...

"¿¿Subir ahí arriba??  ¡Maldita sea!  ¿Y qué se supone que voy a hacer ahora? Yo no soy capaz de saltar tan alto...  Y encima me lo pone lo primero... Maldita vieja... Pero como mínimo he de intentarlo  ¡¡Adelante!!"

Akane apretó sus puños contra su cuerpo, cerró sus ojos en concentración y los abrió de súbito al tiempo que se aventuraba en su salto.  Y saltó.  Akane veía como a cámara lenta como se acercaba a su objetivo... cada vez más cerca, y más cerca, y más lejos... ¿más lejos?  Akane notó con decepción como su cuerpo caía de nuevo hacia el suelo arrastrada por esa 'condenada' fuerza de gravedad.  Pero no iba a rendirse tan fácilmente.  En un gesto desesperado por no caer, Akane estiró su brazo derecho hacia la cuerda, a la cual pudo aferrarse con la mano...  No sin poco esfuerzo se balanceó durante unos segundos hasta conseguir el suficiente impulso para subir a la cuerda... Y lo consiguió... ¡Llegó a subir a la cuerda!... Pero con tan mala fortuna que su persistente torpeza le ganó una nueva batalla, y al poner el pie sobre la cuerda perdió toda estabilidad y se precipitó de nuevo hacia el suelo.  Dio unos cuantos giros para caer sin hacerse daño... pero calculó mal y... bueno, terminó aterrizando con su trasero.

- ¡¡AAUUHH!! ¡¡Mierda!! ¡Que daño! - decía Akane mientras se soboba sus adoloridas posaderas.

Cologne mientras tanto aún no podía creer lo que acababa de ver, con los ojos abiertos como platos (más que de costumbre) y una gran gota de sudor cayendo por su frente, consiguió decir:

- Pero... ¡¡¡¿¿Se puede saber que demonios ha sido eso, chiquilla??!!!

Akane se puso completamente colorada al ver la cara descompuesta de su maestra.  Cologne tomó aire, aclaró su garganta y en un momento recuperó la compostura.

- Bien, veamos.  Debo entender con esta patética demostración... ¡¡¿Qué ni siquiera sabes dar un saltito como este?!! - dijo volviéndose a alterar un poco - Impresionante... ¡¡Nadie puede ser tan torpe!!... Pero si eso es algo elemental que hacen a todas horas cualquiera de los jóvenes artistas marciales de tu ciudad natal... o de cualquier otra... - la anciana frotó su pelo con frustración - Sí, realmente tenemos que empezar desde el principio.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Los días pasaron.  No sin poco esfuerzo Cologne consiguió que su estudiante comprendiese que a la hora de saltar una distancia como la marcada, no era cuestión de fuerza física, sino de pura concentración.  Era repetir lo que habían estado hablando desde el principio, saber utilizar conjuntamente la fuerza física y la espiritual o chi, y que fuese esta mezcla la que le diese el impulso para saltar.  No tardó demasiado en conseguir alcanzar una gran altura en sus saltos, aunque sí que tardó bastante más en llegar a controlar la fuerza de dicho impulso para llegar a la altura deseada y no pasarse de largo tal y como le pasó una docena de veces.

Una vez superado este punto llegó el problema del equilibrio.  Fueron innumerables la cantidad de veces que Akane cayó al suelo, unas por su propia torpeza y otras cuantas arrojada por su sensei por no haber realizado correctamente sus indicaciones. 

Akane caminaba por la cuerda.  Los ojos vendados, según la anciana porque perdía concentración si veía que es lo que estaba haciendo; el cuerpo completamente recto, sin permitírsele doblar en lo más mínimo la espalda o el cuello; los brazos extendidos en cruz cargando en ambas manos cuatro palillos con los que a su vez debía sostener cuatro cuencos con agua, por supuesto sin derramar ni una sola gota.

No fue nada fácil, y Akane tenía todo un muestrario de moretones repartidos por su cuerpo que lo demostraban.  Pero finalmente consiguió recorrer toda la distancia con unos movimientos perfectos.  Una vez llegó a su meta sin incidentes, Akane saltó hacía el suelo dejando que los cuencos cayesen por su propio peso.  Realizó unos giros en el aire, esta vez perfectamente calculados, quitándose en el camino la venda de los ojos, y llegando al suelo en una bajada perfecta.  Sólo se quedó unos segundos tal y como cayó, agachada, con una rodilla en el suelo y otra flexionada, la espalda inclinada hacia delante, la cabeza agachada y los brazos extendidos aún sujetando sus respectivos cuatro palillos en cada mano, sólo a la espera de que los cuencos llegaran, los cuales se posaron en sus respectivos palillos a la perfección, tal y como su portadora había calculado.  Manteniéndose en esta postura Akane se dedicó a sí misma una amplia sonrisa de autosatisfacción, sintiéndose muy orgullosa de sus progresos en estos pocos días.

Cologne también sonrió para sí.  Esta jovencita aprendía muy rápido.  Pero no era momento para halagos o felicitaciones, aún quedaba demasiado trabajo por realizar y únicamente habían superado el primer obstáculo.  Así que sin pensárselo dos veces la anciana se acercó a su estudiante y en con un rápido movimiento de su bastón empujó las piernas de Akane haciéndole un barrido perfecto.  Akane cayó de espaldas sin poder evitar que todos los cuencos terminasen en el suelo.

*Clock* (bastonazo en la cabeza)

- Guaria baja - dijo la anciana en tono divertido mientras golpeaba la cabeza de sus estudiante - No te vale de nada tu habilidad si no eres capaz de mantener la guardia.

- Vale, sí, muy bien - decía Akane intentando apaciguar su incipiente furia - Pero... ¡¡¡¿¿Podría dejar de darme golpes en la cabeza??!!! Soy una estudiante, ¿sabe?... Si cuando vuelva cateo mis exámenes será por su culpa por darme tantos golpes en la cabeza - refunfuñaba la joven mientras sobaba el chichón que ahora lucía en su cabeza, a lo que la anciana no pudo más que responder con una despreocupada y enérgica risotada.

" Increíble...  Y encima se ríe.  Ahora comprendo lo que ha sentido Ranma todo este tiempo.  Esta vieja está chiflada...  y aún más he de estarlo yo para haber accedido a ser su estudiante"

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Al Oeste de la ciudad de Sendai,  7 días desde la partida]

Ranma se despertó con los primeros rayos de sol de la mañana.  Le dolía horrores el cuello y la espalda.  Otra vez le había tocado dormir en la rama de un árbol tras huir desesperadamente de otra batalla nocturna la noche anterior.  Siete días en el infierno, eso es lo que llevaba...  Y aún no tenían ningún rastro de Akane o Cologne.  Deseó irse, dejar a sus compañeros y emprender la búsqueda solo, sin interrupciones, sin tener porqué pararse a descansar,... únicamente buscarla.  Pero por ahora necesitaba a Shampoo y a su conocimiento sobre los lugares de entrenamiento preferidos de su bisabuela.... Aunque, de alguna forma, sentía que iban por el sitio equivocado,... Por algún motivo... cada vez sentía más lejos a Akane....

Unas voces interrumpieron sus pensamientos.

- Deja a mi Ran-chan en paz, amazona loca - grita furiosa Ukyo

- ¡No!  Ser tú quien dejar tranquilo a mi airen.  Él no comer tú horrible comida. - decía divertida la bella amazona mientras sacaba su lengua en clara burla.

Ranma palideció y una gota de sudor apareció en su frente.  Instintivamente se ocultó en el árbol.  Hoy no soportaría otra persecución por parte de Mousse.  ¡Hoy no!  Ya se estaba cansando de tanta tontería.  Vio con frustración como comenzaba otra combate entre las chicas y como el estúpido Mousse quedaba inconsciente en su cuerpo de pato tras intentar intervenir y separar a las chicas diciendo:

- No te preocupes mi amada Shampoo, yo me comeré tu deliciosa comida... Comida que ese maldito Saotome rechaza - mientras desafortunadamente abrazaba a Ukyo en lugar de a la amazona.

Las dos hermosas cocineras que competían por el estómago y el amor de Ranma (lo que ellas siempre habían pensado que era lo mismo), seguían su pelea, desapareciendo en unos minutos de escena buscando otro lugar donde seguir peleando.

Ranma volvió a tumbarse pesadamente en la rama.  Y un pensamiento se instaló en su mente ante su propio asombro, y, con él, una sonrisa apareció en su rostro.

"Como son la cosas.  Si ese estúpido Mousse hubiese abrazado a Akane en vez de Ukyo, yo no habría podido quedarme parado sin hacer nada.  Je.  Creo que esta pequeña marimacho realmente me llegó fuerte al corazón,... a mí, al gran Ranma Saotome,... yo que podría tener casi a cualquier mujer que quisiera, que tengo a tres hermosas chicas corriendo y peleándose todo el tiempo tras de mí...  Y sin embargo, soy yo el que corro ahora tras una chavala loca, que me mete en estos líos, que me casca y que.... y que es preciosa,... y tiene la sonrisa más hermosa de mundo...  ¿Cómo un marimacho como Akane puede ser tan bonito?...  Supongo que esta es una de esas cosas que no tienen respuesta..."

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Shampoo corría con una sonrisa divertida en su cara por entre los árboles, cargando en una mano un cuenco con su deliciosa comida china y en la otra un plato con un okonomiyaki de marisco.  Ukyo, por su parte, corría furiosa, espátula gigante en mano, tras la chica de cabellos violetas, la cual instantes antes había logrado arrebatarle el plato que con tanto amor había preparado para su Ran-chan.

- ¡¡Vuelve aquí ahora mismo, Shampoo!! - gritaba una encolerizada Ukyo - ¡¡¡Devuélveme mi okonomiyaki!!!  

Ukyo le lanzó un golpe con su espátula a la amazona, quien no tuvo problemas en esquivarlo con ágil salto, colocándose justo detrás de su atacante y dejando caer 'descuidadamente' al suelo, en el proceso, el plato con la comida de Ukyo.

- Ups.  Shampoo sentirlo mucho. - dijo en un fingido lamento - Ahora airen ya no podrá comer otra cosa que mi deliciosa comida...  Ser una verdadera lástima. Ji ji.

Ukyo ardió en una explosión de su aura de combate.  Estaba completamente fuera de sí, viendo como esa maldita gata china se burlaba de ella en su cara.  

Shampoo no tardó en adoptar una postura defensiva al ver la reacción de su enemiga, ante el incipiente ataque que de seguro iba a recibir por su parte.  Pero cual no fue su sorpresa al ver, no sólo que 'la chica de la espátula' no atacaba, sino que todo su furor menguaba en unos instantes hasta desaparecer por completo, y se sentaba de forma tranquila en el suelo frente a ella.

- ¿Qué ocurrir? - preguntaba Shampoo incrédula - ¿No querer pelear? - una sonrisa se formo en su rostro y dijo en tono altivo - Si esto ser así...  Ahora airen es todo mío.

- ¡¡Déjate de tonterías conmigo, Shampoo, y siéntate ahí de una vez!! ¡Tenemos que hablar de algo muy serio! - dijo la dueña del Ucchan´s sin demasiado entusiasmo.

Shampoo abandonó de inmediato su actitud arrogante y en su rostro se formó una mueca de creciente preocupación.  Ukyo estaba demasiado seria.  Lentamente se acercó y se sentó frente a ella.

- Bien.  Shampoo escuchar lo que Ukyo tener que decir.

- Esto no va bien, Shampoo - la amazona pudo ver claramente la pesadez y el cansancio psicológico que de repente habitaban en los ojos de su enemiga - Nos unimos contra Akane, le dimos su merecido y ella se fue...  Todo salió a la perfección... y tuvimos mucha suerte con que tuvieses razón y ella no contara que fuimos nosotras las que la atacamos...  Pero no podemos seguir así...  Ran-chan está empeñado en encontrarla y todos sabemos lo testarudo que es y... ¿Quién nos dice que Akane no se tragará su orgullo cuando la encontremos y le cuente todo lo que pasó?  ¿Quién nos puede asegurar que ella no reaccionará y querrá vengarse de nosotras? - un nodo se instaló en su garganta - Y si Ranma se entera...  No sé que sería capaz de hacernos...  Pero como mínimo perderemos toda posibilidad de ganarnos su amor... - su voz se tornó ronca - No sé como se me ocurrió dejarme convencer por tus locos planes.

- ¡Pero ya estar metidas en esto y ya no poder salir!  ¡No poder rendirnos ahora! Tú recordar por que aliarnos  ¡¡Akane demasiado cerca de quedarse con Ranma!!  ¡¡Él casi casarse con chica Tendo!! - buscó el tono más decidido que encontró - Y Shampoo no permitir que eso vuelva a suceder... jamás.

- Lo recuerdo perfectamente...  Pero conseguir que Akane huyese no ha mejorado las cosas.  Ahora Ranma únicamente tiene pensamientos para ella, lo es todo en su vida... - cristalinas lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos - Hace dos días me desperté en mitad de la noche a causa de un ruido.  Pensé que eras tú que intentabas de nuevo acostarte con Ranma, así que me levanté y me dirigí hacia su tienda... pero cuando llegué no había nadie...  Me entró curiosidad y comencé a buscarle por los alrededores.  Le encontré sentado sobre un montículo de rocas... y estuve a punto de llamarle y preguntarle que hacía ahí pero... escuché algo... - una lágrima cayó libremente y su voz se quebró un poco - ...Al principio no quería creer lo que estaba escuchando pero... él... él lloraba, Shampoo... lloraba en un suave sollozo mientras miraba apenado algo en su mano... una foto.  En ese instante, desde mi escondite tras los matorrales y en la oscuridad, no pude ver de que se trataba, pero a la mañana siguiente busqué entre sus ropas mientras se bañaba y la encontré...  Era una foto de Akane,... y él estaba llorando por ella, Shampoo...  Y yo jamás le había visto llorar antes...  Le había visto triste, preocupado...  Pero llorar de ese modo, nunca - hundió su rostro en sus manos - Él está sufriendo... sufre por Akane... Y nosotras somos las responsables.   

- ...... 

Ukyo se levantó repentinamente y se acercó a Shampoo agarrándola por los hombros y obligándola a enfrentarse a su mirada con determinación.

- ¡¡Él sufre!!  Y lo último que yo quiero es verle sufrir... y aún menos sabiendo que ese sufrimiento es obra mía - la furia llenó su garganta - Tú lo sabes ¿verdad? ¡Tú sabes donde está Akane, donde se la ha llevado tu bisabuela!

Shampoo apartó su mirada y volvió la cara hacia un lado.

- ¡¡Maldita sea, Shampoo!! ¡Tenemos que poner fin a esto... de una forma u otra!  - bajó la mirada con tristeza e impotencia - Quizás lo mejor sea que le contemos la verdad y le llevemos hasta ella y...

- ¡¡¡NO!!! - gritó de repente la bella amazona con sus ojos cargados con ira - ¡¡No poder permitir que ellos se encuentren!! ¡Aún no! - bajó su tono de voz mientras una mirada firme y convencida apareció en sus ojos - Por ahora deber ser pacientes.  Si bisabuela llevar a Akane, entonces tener una oportunidad.  Ella no hacer nada sin más.  Nosotras deber darle tiempo para actuar.  Shampoo estar segura... bisabuela ocuparse de chica Tendo... y nosotras no tener que preocuparse más.

- No, Shampoo, no está bien...

- ¿No estar bien?  ¡¿Y qué estar bien?!  ¿Deber dejar que Akane quedarse con Ranma?  ¿¿Ser eso lo que tú querer??  ¿Estar dispuesta a renunciar a él?... porque Shampoo no.

- ¡Por supuesto que no quiero renunciar a él!  ¡Ran-chan es mi prometido!  ¿Pero cómo haremos que no la encuentre?  Es demasiado persistente y si notase que somos un impedimento para hallarla podría irse a buscarla solo o algo así.

- Bien, Shampoo ya haber pensado en eso - sonrió entre divertida y perversa - Shampoo no saber exactamente donde poder estar bisabuela... pero sí tener idea...  Por eso llevar a airen en sentido contrario. Ja ja ja ja.  Además de otras cositas que a Shampoo ocurrírsele - de nuevo se llenó de seriedad - ¿Qué decir? ¿Unirte a mí? - tendió una mano hacia su enemiga - ¿Tregua?

Ukyo miraba expectante la mano de la joven amazona.  ¿Cuál era la elección apropiada?  Tal vez lo mejor sería llevar a Ranma hasta Akane, a fin de cuentas eso es lo que él quería pero... eso significaría renunciar a él, a su prometido...  Y todo para terminar viendo como su Ran-chan se terminaba casando con esa maldita chica que no hacía sino más que causarle problemas, que nunca podría quererle tanto como ella misma lo amaba.  Pero eso no parecía importarle a él...  "No le merece" pensó intentando buscar la justificación perfecta para poder sentirse tranquila con su decisión "Akane se fue por propia voluntad... Es ella la que le hace sufrir, no yo...  Se fue y no le importó hacerle daño...  Y ahora estará tan tranquila, tan feliz... ¡No le merece! No merece que Ranma la ame tanto..."

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Ranma caminaba entre los árboles siguiendo el rastro que las chicas habían dejado unos instantes antes en su lucha.  Ya era la hora de partir y ellas aún no aparecían.  Se estaban entreteniendo demasiado, nunca sus peleas duraban tanto tiempo.

Ranma no podía evitar sentirse furioso.  Esto no podía seguir así, con una pelea continua.  Pero si encima esto retrasaba su búsqueda...  No, no iba a consentirlo.  Estaba dispuesto a enfrentarse a ellas y hablarles, a dejarles las cosas claras, a exigirles que cambiasen de actitud.  Aunque... cualquiera sabía si saldría vivo de ésta... cuando cualquiera de sus otras prometidas se enfurecían uno debía como mínimo tener pánico.  "Aunque parezca increíble pueden ser incluso más violentas que Akane... y eso ya es decir"  Pero tenía que hacerlo. tenía que encontrar valor y decirlo, exponer su ultimátum.  Sólo había dos opciones: o le obedecían y dejaban de pelear de una vez, o tendrían que volverse a casa y él seguiría solo.  ¡Estaba decidido!

Estando en estos pensamientos las divisó.  Estaban de pie una frente a la otra en mitad de una claro.  Ranma estaba demasiado concentrado en exponer su discurso como para darse cuanta que las chicas no sólo no estaban luchando sino que estrechaban sus manos con una sonrisa de determinación en sus caras, símbolo de su nuevo pacto de tregua.

- ¡Ukyo!  ¡Shampoo!  Vais a escucharme ahora mismo - dijo en el tono más severo que encontró - ¡Desde este mismo instante se acabaron las peleas!  No me importa en lo más mínimo quien cocine mejor o peor,... y que os quede bien claro que no voy a dormir con ninguna... y aún menos bañarme - dirigió su mirada expresamente hacia Shampoo en esta última frase - Lo único que me importa en este instante es encontrar a Akane y llevarla de vuelta a casa sana y salva.  Así que vosotras elegís, u os comportáis como personas civilizadas y dejáis de pelearos a todas horas u os marcháis a casa en este instante ¡¡He dicho!! - y cruzó sus brazos sobre su pecho mirándolas con clara determinación, mientras pensaba "Estoy muerto, después de esto seguro que acabaré muerto"

Shampoo y Ukyo se miraron con complicidad.  Ranma no podría haber sido más oportuno.  Esto les venía perfecto para llevar a cabo su plan.  Bajaron sus rostros intentando evitar en todo lo posible que Ranma se diese cuanta de las sonrisas que se habían formado en sus rostros.  Se inclinaron ante él de forma sumisa y dijeron:

- Haré tal y como tu desees.  Después de todo eres mi prometido y es mi deber complacer a mi futuro esposo.

- Shampoo obedecer.  Hacer cualquier cosa para hacer feliz a airen.

Y sin más se dirigieron al campamento, pensando a la vez:  "Que tonto.  Se lo ha creído todo"

Decir que Ranma estaba asombrado era poco.  Estaba casi en shock.  Lo último que hubiese esperado era esta reacción, que simplemente obedeciesen sin demandas sus deseos.  Era demasiado sencillo  "¿Sólo tenía que pedirlo?"  A los ojos de cualquiera la reacción de sus prometidas hubiera sido cuanto menos sospechosa pero...  Ranma se dio un leve golpecito en la frente con sus dedos para obligarse a salir de su estupor, e inmediatamente su rostro se iluminó con una sonrisa afectada, esa que tanto había detestado siempre Akane.

- Ja.  Por supuesto que han obedecido.  Después de todo soy Ranma Saotome...  No existe mujer que pueda resistirse a mi atractivo  ¡Soy el rey del encanto! Ja ja ja ja ja.... - y rió, con su ego inflamado al máximo y auto-felicitándose por su nueva victoria ante las mujeres.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle perdido de los manantiales calientes.  19 días desde la partida]

No había dado aún las 5 de la madrugada cuando Akane se despertó sobresaltada por la alarma de su despertador.  Por primera vez en su vida el estridente sonido de ese odioso aparato que la arrancaba de su descanso no le resultó molesto sino tremendamente placentero... Comparado con despertarse por los golpes del bastón de Cologne o por un repentino baño de agua helada pues,... esto era simplemente como estar en el cielo.

Akane se puso su gi en silencio, mientras intentaba infructuosamente controlar sus bostezos.  Eran ya casi tres las semanas que habían transcurrido y aún no conseguía acostumbrarse al ritmo de su sensei.  Los días pasaban sin que Akane hiciese otra cosa que entrenar.  Apenas dormía y ya comenzaba a aprender a dormir con un ojo abierto para poder evitar en lo posible las emboscadas nocturnas de la anciana.  

Pero por lo menos hoy se había librado de su odiosa forma de despertarla.  Y tal vez, con un poco de suerte y si conseguía hacer el mínimo ruido posible, pudiese desayunar tranquila, sin tener que correr tras la vieja loca para que le devolviese su comida.  Y es que eso era lo que peor llevaba  ¡¡¿¿Por qué demonios tenía que quitarle su comida??!!  La obligaba a entrenar una media de 15 horas diarias, una verdadera paliza que al principio dudó seriamente que pudiese resistir, pero aun así no se quejó...  Se callaba sus reproches, se tragaba su orgullo, hacía todo lo que le ordenaba casi sin rechistar y aguantaba todos sus innumerables golpes ¡¡¿¿Qué acaso no era suficiente con todo eso que también tenía que torturarla dejándola sin comer??!!

"¡¡Maldita sea!!  Ni que esta vieja fuera el tío Genma"  

Una hermosa sonrisa se formó en sus labios al recordar, y sus ojos se llenaron de dulzura y dolor al sentir como su corazón daba un vuelco en su pecho al imaginar su imagen junto a ella.

"Ranma....  Oh, Ranma,... te echo tanto de menos, tanto...  Ojalá pudieses estar aquí ahora, ver cuanto estoy mejorando,... cuanto estoy pasando sólo para ser digna de ti....  Pero queda tanto aún...  Cologne dice que aprendo muy deprisa, que tardaremos menos de lo que ella pensaba... Pero aún queda tanto por hacer, y es tan duro...  Y no sé si podré soportarlo... no si no te tengo a mi lado...  Si tan sólo pudiera ver tus ojos durante un segundo, con esa mirada que me hipnotiza, que me llena de calor, de vida... Entonces podría seguir, tendría fuerzas para vencer cualquier cosa...  Pero te siento tan lejos... y yo... te necesito tanto... que..."

- ¡Maldita sea! - dijo en un susurro desgarrador que se resistía a salir de su garganta, mientras légrimas se escaparon de sus ojos buscando la libertad.

"No...  No es esto lo que necesito ahora.  Debo centrarme, dedo ser fuerte... dejar de llorar, dejar de pensar en ti ahora y ser fuerte...  Únicamente debo pensar en entrenar, en mejorar...  Y entonces volveré a ti....  Sólo un poco más...  Resiste y encuéntrame.... Y....  No me olvides, Ranma, no me olvides... porque si lo haces me moriré de pena... porque no sé vivir sin ti....  Por favor, ven a mí..."

Akane se acurrucó en un rincón de su tienda y lloró en silencio hasta quedarse dormida.  Instantes después Cologne entró en silenció, y con unos delicados movimientos cubrió a la joven con su saco de dormir y le acarició su corto y azulado cabello mientras la miraba con sus centenarios ojos llenos de ternura.

- Duerme ahora pequeña mía.  Ya verás como cuando despiertes todo se verá más claro que con los ojos llenos de lágrimas.  Descansa...  Te lo has ganado.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [25 días desde la partida]

Akane se encontraba sentada frente a uno de los manantiales.  Sus ojos cerrados, piernas cruzadas, su espalda totalmente recta pero a la vez relajada, sus manos sobre sus rodillas y una total concentración.  Esta era la forma en que Cologne le había enseñado a meditar, y ahora ya podía pasarse así varias horas sin sentirse cansada o entumecida.  La anciana le había dado aún más importancia a esto de la meditación desde hacía cuatro días.  

Akane recordó lo acontecido en aquella ocasión.

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

Akane se sentó pesadamente ante el fuego nocturno a la espera de que la anciana le diera su cena.  Aún tenía su pelo mojado, recordatorio del baño relajante que se había dado momentos antes.  Un buen baño después del entrenamiento, no había nada mejor para Akane... siempre conseguí relajarla tanto....  Menos hoy...  Se encontraba tan cansada física y mentalmente que si la anciana pretendía quitarle la cena para que la persiguiese para quitársela se vería incapaz de hacerlo.  Había sido un día duro, Cologne le había hecho trabajar más que de costumbre, aunque Akane supuso que era para compensar que la había dejado dormir hasta bien entrada la mañana, aunque aún no conseguía entender porqué.

- Hoy has estado muy distraída, querida.  Tienes que centrarte más.

Akane no contestó, estaba demasiado sumida en su ensoñación, en sus recuerdos, como para prestar la debida atención.

Cologne comenzaba a preocuparse.  Akane estaba decaída, triste y esto afectaba mucho al ritmo de su entrenamiento.  Quizás sólo fuese un día bajo, y hasta hoy lo había llevado bastante bien.  ¿Pero qué pasaría si no fuese sólo cosa de un día...?  De cualquier forma había que hacer algo para hacerla reaccionar y Cologne sabía perfectamente como hacerlo.

- Me pregunto qué estarán haciendo mi nieta y mi querido yerno en estos momentos....

Akane salió de sus pensamientos súbitamente al llegar esas palabras a su mente como un rayo.

- Quien sabe.  Quizás Shampoo ya haya conseguido atraparle con sus encantos... - prosiguió despreocupada la anciana.

Akane sintió otra punzada en el corazón.

- ...O tal vez estén preparando ya la boda...

Otra punzada mayor.  Su aura comenzaba a fluir intensamente.

- ... O incluso puede que ya estén felizmente casados...

Akane estallo en furia.  En su mente aparecieron cientos de imágenes en las que Ranma y Shampoo se abrazaba, se besaban, se decían el 'sí quiero', eran felicitados por todos sus amigos deseándoles un feliz matrimonio, tenían niños.....  Sus ojos se llenaron de lágrimas con rabia e impotencia, y como un acto reflejo sacó un enorme mazo de la nada y chilló:

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡RANMA NO BAKAAAAAAA!!!!!!!!!!

- Muy interesante, esto es realmente interesante - decía la anciana amazona mirando el enorme mazo que la joven había sacado de la nada el cual había conseguido para con uno solo de sus arrugados dedos.

Akane salió de su estupor y miró incrédula hacia su maestra, casi como si le asombrase de que se encontrase junto a ella.

- Así que la jovencita chica de los Tendo conoce el 'arma oculta'.  Esa es una gran noticia.  Y bien, ¿podrías decirme de dónde sacaste este enorme mazo?

- ¿Arma oculta?  ¿No es esa la especialidad de combate de Mousse?

- Exacto, ese pato cegatón es uno de los mayores maestros del 'arma oculta'  Y, lo del mazo....

- Oh, sí, el mazo - Akane miró inocentemente el arma en sus manos - Yo... la verdad es que no tengo ni la más remota idea de donde sale.   Simplemente sé que cuando me enfado aparece, pero no tengo ni idea de donde proviene ni porqué aparece.

- Jua jua jua.  Parece que nos saliste autodidacta después de todo.  Desarrollaste instintivamente esta técnica, pero sólo eres capaz de utilizarla a base de furia.  Aunque eso no es problema, tiene fácil solución.  Pero sobretodo... - el tono de la amazona se endureció de pronto - Tienes que aprender a controlar tu genio.  Tu furia libera tu poder, tu fuerza, que podría hacerte invencible... pero tu furia también nubla tu mente, y tu ofuscación te llevará siempre a la más insostenible derrota.  Tienes que controlar tus sentimientos y no dejar que estos te dominen.  Eres más fuerte y lista que todo eso.  Demuéstralo.  Y recuerda, 'Corazón de hielo'.  Cuando consigas dominar esta técnica mi querido yerno encontrará en ti a una adversaria formidable.

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

Akane no sabía si sentirse feliz o temerosa.  Dominar el 'arma oculta'... jamás pensó que ella pudiera hacer tal cosa.  Y por supuesto que no era tan buena como Mousse es esto pero al menos ya sabía donde guardaba su mazo y podía sacarlo en cualquier momento, sin tener en cuenta su estado de ánimo.  Había mejorado tanto en tan poco tiempo...  Aunque había que decir que un día de entrenamiento con Cologne era equivalente a una semana de cualquier otro maestro.

Le había hecho hacer casi de todo.  Tras el entrenamiento de su equilibrio Cologne comenzó a entrenarla en sus reflejos, velocidad de reacción y en técnicas de esquivar atacándola desde todos los frentes... ahí la anciana tuvo tiempo de divertirse mucho...  Después fue momento de mejorar su velocidad, y la mejor forma que Cologne conocía para conseguirlo era hacerla luchar por su comida.  Akane no se había dado aún cuenta de esto, pero se estaba volviendo muy rápida y ya en la última semana la anciana había tenido que esforzarse un poco para evitar que la joven recuperase su arrebatado alimento sin problemas.

Lo siguiente fue intentar eliminar esa inminente torpeza que la hermosa joven Tendo poseía.  Esto fue todo un reto para Cologne, esa chiquilla parecía tener manos de trapo.  La entrenó en su defensa y evasión de golpes, así como en el manejo de casi cualquier arma.  Aquí fue la primera vez que Akane tuvo que comenzar a definir su estilo de lucha y elegir 'su arma'.  La anciana le puso frente a ella todo un muestrario de armas, todas muy al estilo de las amazonas.  Akane estaba indecisa.  Shampoo tenía sus bomborins, Ukyo sus paletas, Kuno su boken, Ryoga su sombrilla y Kodachi sus aparatos de gimnasia.  ¿¿Pero y ella??  Akane analizó varias espadas, lanzas y demás cosas de las cuales algunas no sabía ni por donde se cogían... Y entonces lo vio, su sencillez la atrajo entre tanta cosa extraña.  Un 'bo' (bastón de madera cilíndrico muy largo usado como arma de largo alcance).  Imágenes de la pelea de animadoras contra Mariko aparecieron en su mente al contemplar el bo, en aquella ocasión ella fue incapaz de manejar los bastones de animadoras por su insufrible torpeza, cosa que Ranma lógicamente aprovechó para meterse con ella... Entonces, si ella conseguía aprender a pelear con ese bo ¡Él tendría que tragarse sus palabras!  No lo dudó un segundo, y desde ese momento el bo sería 'su arma',... el cual ya casi manejaba a la perfección.  

Ya ahora podía decir con certeza que sería capaz de darle un buen combate a Shampoo o Ukyo... y con unos días más de entrenamiento, incluso podría vencerlas sin problemas.

Un suspiro de satisfacción salió de la boca de Akane.

"Ranma... Pronto... muy pronto podrás estar orgulloso de mí...  Ya lo verás...  La próxima vez que nos veamos seré digna de ti... y ya nadie podrá separarnos"

- Muy bien, querida.  Basta de meditación por el momento.  Es hora de que aprendas algo importante. - dijo la anciana que de repente se encontraba sentada a su lado.

Akane se volvió hacia la anciana lentamente y la escuchó con atención.

- Recuerda.  El primer día estuvimos hablando de encontrar el equilibrio, que no tenías porque peleabas como un hombre.  Bien, en algo hemos conseguido mejorar eso, has comenzado a conocer y respetar tu cuerpo y eso es bueno.  Pero creo que aún no entiendes las oportunidades que tienes como mujer.

Akane miraba expectante, realmente no sabía a dónde quería llegar su sensei con todo esto.

- Toda mujer tendrá siempre una ventaja sobre el hombre, sobre todo si la mujer es tan hermosa como lo eres tú, querida - Akane se sintió algo avergonzada a la vez que halagada, desde que Ranma llegó a su vida había dudado en demasía que fuese bonita, además del hecho de que ya nadie se atrevía a decírselo - Debes aprender a saber utilizar tu cuerpo y tu belleza  en tu beneficio.  Eso es algo que hasta mi querido yerno sabe hacer perfectamente.  Y la verdad, con estas ropas por muy bonita que seas no conseguirás llamar demasiado la atención de nadie - dijo señalando el gi de su estudiante - Y debes comprender que tu cuerpo, y como lo utilices, puede ser un arma tan poderosa como tu boJia jia jia.  En mi juventud muchos hombres fueron los que enloquecieron con mi belleza, y eso me ayudó en parte a poder vencerlos. Jia jia jia

- Bueno, yo siempre he intentado evitar que se fijasen demasiado en mí...  - Akane no pudo evitar sonrojarse al escucharse decir estas palabras, ella no era ninguna engreída - Incluso con esta ropa los chicos del Furinkan nunca me dejaron tranquila...

- Jia jia jia.  Ya veo.  Pero ahora no estamos hablando de simples muchachos, sino de vencer a mi querido yerno, y dejarlo fuera de combate no será tan fácil.  Sígueme.

La anciana llegó de un par de saltos al campamento y se puso a rebuscar en unas bolsas que allí tenía.  Akane no tardó mucho más, ya comenzaba a cogerle el ritmo, y cuando llegó se encontró con todo un muestrario de trajes, todos muy al estilo de Shampoo.

- Esto es para ti.  Elige los trajes que más te gusten.  Y recuerda esto, incluso peleando debes ser femenina, cada movimiento debe ser cuidado para parecer incluso frágil, eso será otra ventaja contra tu contrincante.

Akane observaba con detenimiento cada prenda.  Sabía que Cologne tenía razón,... Ranma no había dejado nunca de decirle que era fuerte como un gorila, que pegaba como un toro, que era el mayor marimacho de la historia de la humanidad... Y ella había detestado cada una de esas palabras que Ranma le había dicho,... ella había intentado ser más femenina una vez dejándose el pelo largo para el Dr. Tofu, y en cierta forma pensó que había funcionado... pero eso desapareció tan rápido como el cinturón de Ryoga cortó su melena...  Quería ser más femenina, demostrarle a Ranma lo equivocado que estaba... deseaba poseer elegancia en la lucha, eso era algo que siempre había admirado... Pero esta ropa de amazona.... 

- Sensei, yo... - Akane bajó la cabeza algo apenada - ...muchas gracias pero... no puedo aceptarlo... No es que no me gusten, son realmente unos trajes hermosos pero... - Akane levantó su vista y le dirigió a la anciana un mirada decidida - ¡¡No quiero convertirme en una amazona!!...  No imagina lo feliz que me haría poder aprender a luchar de forma femenina,... sabe que no me gusta ser un marimacho... pero si me pusiese estos trajes ya no sería yo misma... Y para bien o para mal no quiero cambiar lo que soy - mientras pensaba para sí - "Después de todo Ranma me quiere tal como soy ¿Cómo podría traicionar eso?" 

- Jia jia jia.  No te preocupes querida.  Me alegra comprobar que tienes una personalidad fuerte. - Cologne de nuevo se volvió a rebuscar en sus bolsas y saco nuevas prendas y se las entregó a Akane bajo su sorpresa - Supuse que no querrías ponerte ropa de amazona así que te busqué algo que creo que será más de tu agrado.

Akane escrutó con cuidado las ropas que tenía en sus manos y se dirigió a su tienda a probárselas.  Todos seguían las mismas características, aunque en diferentes colores y variando un poco las formas.  Al final se decidió por un conjunto en tonos azules: unos pantalones azul marino hasta debajo de la rodilla que se ceñían a la perfección a su cuerpo, con un ligero bordado en celeste tanto en los bajos como en la cinturilla; para arriba un pequeño corsé también en azul marino tan ceñido como los pantalones, con un amplio escote cuadrado, terminando justo debajo del pecho  y con tirantas muy finas, perfecto para poder prescindir de tener que utilizar sostén; y sobre el corsé una sobrecamisa celeste en una tela de transparencia, mangas largas y ligeramente anchas que la hacían tremendamente cómoda, cuello de barco dejando entrever un poco los hombros, y atada sólo por dos botones, uno en el cuello y otro en la cintura, lo que permitía una panorámica bastante sugerente de su torso al realizar determinados movimientos.  Akane se sentía bien y sonrió radiante, el traje no era sólo cómodo sino que realzaba su figura haciéndola sentir, por primera vez desde hacía demasiado tiempo, atractiva.

- ¿Qué tal?  ¿Qué le parezco? - Akane dio una vuelta para permitir que la anciana pudiese verla desde todos los frentes, e inconscientemente deseó que fuese Ranma el que estuviese allí observándola y demostrarle cuan increíble le sentaba esa ropa.

- Perfecta.  Pero aún te falta algo muy importante - Cologne puso una mirada divertida y le lanzó una bolsa a Akane, que la derribó al intentar atraparla. - Jia jia jia. ¿¿Pesa mucho?? Jia jia jia jia.

- Pero qué... - Akane revisó el interior de la bolsa y comprobó que se trataban de un par de tobilleras, unas muñequeras y un cinturón.  Cogió el cinturón en sus manos y se asombró al comprobar que estaba hecho de un material tremendamente flexible pero también increíblemente pesado que sólo con esfuerzo conseguía sostener.

- Mañana comenzaremos otro tipo de entrenamiento y desde ese momento tendrás que llevar puesto todo esto.  Como ya te habrás dado cuenta tanto los brazaletes como el cinturón son especiales.  Todos estos complementos son una reliquia de mi familia, yo fui entrenada con ellos y ahora lo serás tú.  Desde ahora mismo te digo que se te hará muy duro, lo digo por propia experiencia.  Después que lleves varias horas con esto puesto creerás que no vas a poder moverte...  Jua jua jua.  Pero ya verás como terminarás acostumbrándote, en unas semanas será como si no llevases ningún peso.

- ¿¿E-está segura que estoy preparada para esto?? - dijo con claro temor - Si prácticamente no puedo levantar la bolsa del suelo... 

- Bueno, supongo que tendrás que aprender a controlar tus movimientos para no malgastar energías inútilmente ¿no? - Sus ojos miraron con detenimiento a su alumna, mientras ésta se daba cuenta de la veracidad de las palabras de su maestra - Será mejor que descanses ahora, necesitarás todas las fuerzas que tengas para mañana.  Pero si queremos vencer al yerno entonces hay que hacer sacrificios.

- Como usted diga, sensei. - y sin decir más, Akane se levantó y se dirigió a su tienda, mientras pensaba - "Sacrificios... tal vez estemos haciendo demasiados sacrificios, mi amor...  Y aún queda lo peor... Tendré que enfrentarme a ti, Ranma... Y no sé si podré soportarlo...  Cómo podré hacerlo cuando todo lo que quiero es estrecharte entre mis brazos... ¿Cómo?..."

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [En la ciudad de Kameoka, al Oeste de Kyoto.  36 días desde la partida]

Ranma y los demás llegaron a la ciudad ya entrada la tarde.  Como habían hecho ya en un centenar de ocasiones, se separaron para preguntar por toda la ciudad si alguien había visto a las dos desaparecidas mujeres.  Mousse y Ranma cada uno por su parte, mientras Shampoo y Ukyo iban juntas, pues aunque pareciera mentira se habían hecho inseparables,... después de todo se dice que la unión hace la fuerza... y ellas necesitaban esa fuerza para vencer a aquella ausente enemiga que se hacía cada vez más poderosa en el corazón de su prometido.

Ranma caminaba apesadumbrando por las calles.  Había preguntado ya a demasiada gente, en demasiadas ciudades... durante demasiado tiempo...  Pero nadie las había visto, nadie reconocía a la bella joven de corto cabello azul que sonreía con la apariencia de un ángel en aquella fotografía que él les mostraba.  Eran ya demasiados días sin ella,... demasiados días de búsqueda... Un mes sin ver su sonrisa, sus preciosos ojos café... sin sentir su puño en su mandíbula... Sí, hasta eso echaba en falta.  Habría dado cualquier cosa por que ella volviera a enfadarse con él por cualquier estupidez que se hubiese escapado de su boca, que le persiguiese, que corriese tras de él... y entonces dejaría que le alcanzase sólo para poder sentir el contacto de su suave y delicada piel... aunque fuese a modo de golpe... sólo sentirla otra vez...

Una vez cayó la noche y con sus infructuosos esfuerzos agotándole una vez más física y psicológicamente, se dirigió a buscar a sus compañeros de viaje.  Tal vez ellos hubieran tenido más suerte que él... o tal vez no.  Pero por lo menos estaría acompañado.  Realmente estaba muy impresionado del comportamiento de Ucchan y Shampoo, nunca pudo llegar a imaginar que se pudieran preocupar tanto por la seguridad de Akane, siempre se ofrecían las primeras para ir a preguntar si la habían visto mientras él y Mousse compraban víveres, o intentaban consolarle en los días en los que a él le costaba ocultar más la preocupación que sentía.

"Después de todo lo que hemos vivido, de todos los enemigos a los que nos hemos enfrentado parece, Akane, que sí que tenemos a nuestro lado unos verdaderos amigos en los que confiar.  Todo será diferente cuando volvamos a estar juntos, ya verás.  Ahora que Shampoo y Ucchan parecen haber aceptado que no pueden competir por mi corazón todo será mucho más fácil... no más peleas... solos tú y yo... nada más..."

Pronto divisó a sus hermosas prometidas.  Parecían estar hablando con el anciano dueño de una cantina mientras este les servía unos humeantes cuencos de comida.  Se dirigió en silencio hacia ellas.  Podía decir que se sentía feliz de poder tenerlas a ellas en su bando.  Se detuvo tras unos clientes sin que ellas lo vieran y escuchó... aunque hubiera deseado no hacerlo nunca.

- Así que estáis buscando a alguien ¿no? - dijo el anciano con una cálida sonrisa en su rostro.

- Así ser, señor.  Nosotras buscar bisabuela y 'chica violenta del mazo'.

- Sí, ellas desaparecieron hace un mes y las estamos buscando desde entonces.

- Pues sí que es una larga búsqueda la vuestra, jovencitas.  Pero díganme más, por aquí pasan muchos viajeros y tal vez las haya visto.

- Por supuesto.  Buscamos a una vieja mona disecada y al mayor marimacho de la historia del Japón - dijo Ukyo con una sonrisa despreocupada en su rostro.

Ranma sintió una punzada en el pecho.

- Sí, ser fea como gorila y tener cuerpo de ladrillo...

Otra punzada.

- ...Además de ser una maníaca violenta, sin sentido del equilibrio...

La rabia comenzaba a recorrer su cuerpo.

- ...con las piernas gordas...

Apretó con fuerza sus puños contra su cuerpo.

- ...y el pecho plano...

Su aura comenzó a fluir con fuerza mientras intentaba contenerla.

- ...y envenenar a la gente con su comida...

- Vaya, menudo horror  ¿Por qué quería alguien encontrar a una chica tan monstruosa como esa? - dijo el anciano mesero con total desconcierto - Yo en vez de buscarla lo que intentaría es perderla aún más.

- Sí, esa no ser del todo mala idea, ji ji - le susurró divertida la amazona a su ahora aliada, mientras esta le devolvía la sonrisa en complicidad, como tantas otras veces que habían relatado la misma historia en este último mes.

- Ella... Ella... - las dos bellas cocineras palidecieron al oír la voz de su compartido prometido detrás de ellas, sonando grave y entrecortada - Ella no es ningún horror...  Ella... ella es... d-dulce y... muy b-bonita... - Ranma se sorprendió de haber podido pronunciar esas palabras - ...y... y si usted la conociese también querría encontrarla por encima de todo. - se volvió y miró a sus prometidas con odio y decepción - Y vosotras... ¡¡¡¿¿Cómo se os ocurre decir todo eso de Akane??!!! ¡¡¿¿Cómo se supone que la gente podría reconocerla dando esa descripción??!!  ¡¡¡Respondedme!!! - gritó exasperado.

- Pero... pero Ran-chan ¿Que te ocurre?  Nosotras sólo intentamos encontrar a Akane - dijo la cocinera de okonomiyakis intentando parecer lo más ingenua posible.

- ¡¡¿¿Y pretendéis conseguirlo de este modo, diciendo todo eso??!!

- Pero nosotras no decir más que lo que airen decir siempre de 'chica violenta del mazo' - dijo con fingida inocencia.

Una oleada de recuerdos inundaron su mente en un segundo, repitiéndose ante él cientos de imágenes como en un bucle.  Tantos insultos... tantos reproches... tantos desprecios...  Pero Ranma nunca dijo nada de eso enserio ¿Quién podía creerse esa sarta de tonterías?  Era evidente que Akane era realmente preciosa.  Pero... si las chicas se lo habían creído... tal vez...

"No...  No es posible que Akane crea que eso es lo que pienso de ella ¿o sí?  ¿Puede ser por eso por lo que se fue?  ¿Ella me ha dejado porque piensa que la detesto?... ¡Maldita sea!  ¿Cómo he podido ser tan estúpido?  ¿Por qué simplemente no podía ser sincero con ella y decirle lo que en realidad siento?"

- ¿Airen encontrarse mal? - dijo la amazona acercándosele de forma melosa.

Ranma abandonó sus pensamientos y enfrentó la mirada de las dos jóvenes.  Ahora lo veía claro.  Quizás Akane se hubiera creído que a él no le interesaba, que la despreciaba y por eso la insultaba...  Pero NADIE podría tomar como verdaderos esos insultos...  Y aún menos darlos como descripción...  Se habían estado burlando de él, de su confianza, de su desesperación por encontrarla.  Ahora estaba claro.  Le habían estado engañando y él había caído como un idiota.  Pero no más.  Pronto, muy pronto las cosas serían diferentes.

Respiró profundamente intentado alejar su rabia en todo lo posible hasta parecer relajado.

- No te preocupes, Shampoo, estoy bien.  Siento mucho haberos chillado - y volviéndose al mesero le mostró la fotografía de Akane - Esta es ella, se llama Akane Tendo... y es mi prometida - Ukyo y Shampoo se contrajeron ante esa puñalada en sus corazones.  Ranma lo notó, pero no le importó y prosiguió - Hace ya 32 días desde que se fue de casa y desde entonces la busco.  Pero nadie la ha visto.  Una anciana mujer china que va siempre subida en un bastón se la llevó.  Esa anciana es capaz de cualquier cosa y yo necesito encontrarla.  He de salvar a mi prometida y si usted pudiera ayudarme yo se lo agradecería eternamente.

- Eres un joven afortunado, tu prometida es realmente muy hermosa - dijo mirando la foto y concediéndole a Ranma una cálida sonrisa conciliadora - Y ella también tiene suerte de tener a un prometido que la quiera y se preocupe tanto por ella.  Aunque siento decirte que no me suena.  Pero no te preocupes, le preguntaré a mi nieto.  Sí una chica tan bonita como esta a pasado por aquí seguro que él lo sabrá, jajajaja.  Espérame aquí un segundo muchacho.

El mesero se levantó y entró en el establecimiento.  Un tenso silencio se formó entre los tres jóvenes que ninguno se atrevió a romper.  En un segundo un muchacho de unos 19 años llegó ante ellos, y con una sonrisa idéntica a la de su abuelo le pidió a Ranma que le enseñase el retrato de la bella desaparecida.  Ranma esperaba expectante mientras el muchacho miraba complacido la fotografía.

- Oh, sí, sí, la recuerdo perfectamente...

- ¡¡¡¿¿De verdad??!!!  ¡¡¿Cuándo?!! ¡¡¿Te dijo algo?!! - preguntó vehementemente el chico de la trenza.

- Sí, estoy completamente seguro.  No todos los días uno puede contemplar tal belleza frente a uno - dijo despreocupadamente -  Pero hace bastante tiempo de esto.  Tres, cuatro semanas... No sabría decirte.  Iba acompañada de una anciana.  Me fijé en ella en cuanto entró y no dejé de observarla ni un momento, aunque ellas se pusieron en el lugar más resguardado del local.  Me preocupó un poco el ver que estaba cubierta de algunas vendas, y aprovechando la desaparición de la anciana durante un momento al baño me acerqué a ella.  Aun teniendo pequeños cortes y moretones en su rostro y su cuerpo, era preciosa.  Le pregunté si estaba bien, si necesitaba algo.  Recuerdo que ella se sobresaltó algo por mi presencia, pero se relajó y amablemente me respondió que no me preocupase, que no era nada... y me sonrió... No creo que nunca pueda olvidar esa hermosa sonrisa. Creo poder asegurar que es la chica más bonita que ha pasado por esta pequeña ciudad.  Mejorando lo presente, claro - dijo dedicándole una sonrisa a Shampoo y Ukyo, la que ellas devolvieron sin demasiado entusiasmo.

Una sonrisa que no podría olvidar nunca.  Ranma no tuvo ninguna duda.  El joven hablaba de Akane.  Él había comprobado muchas veces que la sonrisa de su prometida causaba esta reacción en los hombres... En él mismo el primero.  Por fin, después de tanto buscar por fin tenía noticias de ella.  Y sin embargo no pudo evitar que sus celos pudieron más que su alegría.  ¿Cómo se atrevía ese chico a acercarse a ella, a hablarle, a hacerla sonreír?  A ella, a su prometida...  ¿Con cuantos chicos como este se habría encontrado?  Una jovencita tan preciosa como Akane, viajando sola... era como miel para las moscas...  Tenía que encontrarla como fuera, y tenía que hacerlo ya.

- ¿Y sabes a dónde se dirigían, de donde venían... algo? - preguntó Ranma intentando permanecer lo más calmado posible - Necesito saber todo lo que te dijo.

- Lo siento.  No me dijo absolutamente nada.  Sólo terminaron de comer y se marcharon.  Lo más que te puedo decir es que tomaron el camino del sur, pero no más.

Al menos era un avance, un pequeño avance.  Akane había pasado por aquí, aunque hacía ya mucho tiempo.  Pero le daba nuevas fuerzas para seguir.

Se despidieron agradecidos del mesero y su nieto y se dirigieron al campamento donde se encontrarían con Mousse.  Las dos bellas jovencitas que acompañaban a Ranma no dejaban de reír completamente felices por tener noticias de Akane.  Ranma odió esta situación.  ¿Tan tonto se pensaban que era?  Por su culpa había estado perdiendo un tiempo precioso, por ellas aún no había encontrado a Akane.  Pero no lo volverían a engañar nuevamente.

"Espérame Akane.  Ya voy"

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle de los manantiales calientes.  39 días desde la partida]

Akane permanecía de pié en el centro del valle, con lo ojos cerrados en suma concentración.  Lucía un vestido negro, al más puro estilo chino: el cuello alto, sin mangas, ciñéndose a su torso a la perfección y con dos aberturas a cada lado desde la altura de la cadera permitiendo a sus piernas una total libertad, mientras un dragón rojo recorría la tela casi como si acariciase su cuerpo.  En ese momento parecía inmutable, superior a cualquier pesar, inalterable ante el miedo, el dolor, la ira, los celos...  Poco parecía quedar de la Akane que todos conocían, de esa chica completamente irascible con la que no se podía razonar ni hablar, la que se dejaba llevar por su enfado sin pararse a pensar...  Ahora ya dominaba el 'corazón de hielo', la técnica que Ranma tuvo que aprender para poder controlar el Hiryu Shoten Ha (Rayo Celestial del Dragón).  Permanecía inmóvil, expectante a la señal de su sensei.  Después de tantos días de entrenamiento, de esfuerzos sin fin, la anciana amazona le había dicho que ya estaba preparada para una pequeña prueba para ver sus progresos.  Aún llevaba el pasado cinturón y los brazaletes que la anciana le había dado.  Podía decir con orgullo que incluso Cologne tuvo que reconocer su asombro cuando en menos de una semana se adaptó perfectamente a moverse con su nueva y fútil agilidad, la que pronto se convirtió en gráciles movimientos.

Cologne dio la señal a modo de lanza dirigida hacia su estudiante.  Comenzaba la prueba.

Akane esquivó la lanza sin ningún problema con salto ágil.  Cologne puso entonces en movimiento todas las armas y enormes piedras que colgaban de las ramas de los árboles, mientras atacaba a su estudiante desde todos los flancos.  Akane se retorcía en ágiles y delicados movimientos, calculando fría y meticulosamente cada giro, cada esquiva, cada golpe, para hacerlos certeros sin gastar ni un ápice de energía más de lo necesario, mientras saltaba de rama en rama para continuar en el aire.  Cologne le había dado mucha importancia a que dominara la lucha aérea... la especialidad de combate del querido yerno.  En pocos minutos salió ilesa de su contienda con los aparatos los que quedaron completamente destruidos.  Había sido más fácil de lo que había imaginado, pero ahora venía lo verdaderamente difícil... luchar directamente contra la anciana.  Cologne lanzó un golpe con su bastón el cual Akane no pudo esquivar.  Chocó con violencia contra la rama de un árbol como consecuencia del tremendo golpe, y cayó pesadamente al suelo.  Akane se levantó rápidamente presionándose con sus manos sus doloridos lumbares.  La anciana envistió con un nuevo ataque tan rápido como el anterior.  Akane se concentró, le había pillado desprevenida la primera vez, pero ninguna más.

Akane retrocedía esquivando los golpes de la anciana, mientras innumerables gotas de sudor recorrían su cuerpo.  La anciana aumentaba la velocidad en cada golpe, hasta que sus manos fueron imperceptibles para ojos poco expertos.  Las cosas se ponían cada vez más difíciles para Akane, en poco instantes ya no podría detener sus golpes.  Sólo le quedaba una oportunidad...  Y esta vez no se rendiría hasta devolverle un golpe a la vieja loca.  Akane se dejó caer de súbito al suelo, apoyando la espalda en él y con un veloz movimiento de sus piernas consiguió hacer retroceder a la anciana con el tiempo suficiente para huir de una atroz derrota.  Ambas se quedaron paradas durante un segundo mirándose con una sonrisa decidida.  La anciana volvió a cargar contra ella.  Pero esta vez Akane esquivó dando un salto hacia atrás.  La anciana lanzó un golpe preciso con su bastón, pero Akane sacando su bo de la nada consiguió detenerlo en mitad de su vuelo.

De nuevo cayeron separadas unos dos metros.  Ahora que Akane tenía su arma, la pelea comenzaba a equilibrarse.  Esta vez fue Akane la que se lanzó al ataque.  Utilizaba con gran destreza el bo, lo giraba y cambiaba de mano moviéndolo como si de una parte más de su anatomía se tratase,...  Y deseó que Ranma estuviese ahí para ver como conseguía causarle problemas a la anciana en un combate.  La pelea se prolongó durante varios minutos más.  Ninguna bajaba la guardia, ninguna cedía en lo más mínimo en su defensa o sus ataques, ninguna se rendía... Y al mismo tiempo conectaron en su adversaria un golpe con sus respectivos bastones.

Las dos cayeron al suelo a la vez...  Al mismo tiempo se levantaron... Al mismo tiempo adoptaron su posición de combate.... Y al mismo tiempo comenzaron a reír en relajada complicidad.

- Jua jua jua.  Parece que hicimos un buen trabajo contigo después de todo, querida.  Eres toda una guerrera. Jua jua jua...

Akane sonreía resplandeciente mientras se apoyaba con pesadez en su bo.

- Y bien  ¿Te ves capaz de moverte?

- La verdad... no.  Estoy destrozada - dijo la joven sin miedo ni orgullo, no había nada de malo en reconocer su cansancio, ya no.

Y sin decir más la anciana la ayudó a llegar hasta su tienda donde le aconsejó que descansara pues, según dijo, era hora de comenzar la siguiente fase del entrenamiento.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Akane se dirigía de vuelta al campamento con un cubo de agua en sus manos, encargo que la anciana necesitaba para preparar la cena.

Akane estaba agotada, pero aún más ilusionada.  Un golpe, había conseguido dar un golpe a la anciana.  

"Ranma... Creo que le dará un pasmo cuando vea lo fuerte que me he hecho.  Si tan sólo no tuvieras esa personalidad tan machista....  Entonces no tendíamos estos problemas.  ¿Por qué tiene que costarle tanto aceptar que yo sea fuerte, que pueda ser buena en artes marciales?  Pero que podría reprocharle a él cuando mi propio padre es quien no me toma enserio, quien desprecia mis esfuerzos, mis deseos...  ¿Por qué todo tiene que ser siempre tan difícil entre nosotros, Ranma?  ¿Por qué no simplemente pudimos ser sinceros con nosotros mismos y con el otro el día de la boda?  Sé que fui una estúpida, cariño, que mi miedo me pudo y no fui capaz de decirte que yo también te amo...  Pero cuando negaste que habías dicho que me amabas yo..."

- ¡Maldita sea, Ranma! ¿Por qué tuviste que negarlo?  Yo te oí decirlo...  Sé que no fueron imaginaciones mías, te oí... - dijo en un triste murmullo.

- ¡¿A-Akane?! ¿Eres tú? - pronunció la conocida voz de un muchacho detrás de ella.

- ¡Oh, Dios mío! ¡¡¿Qué estás haciendo tú aquí?!!

¿Cómo era posible? ¿La habían encontrado?... No podía ser, no justo ahora que faltaba tan poco...

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Bosque cercano a Miyazu.  41 días desde la partida]

El Sol renacía tras las montañas de manera sublime despidiendo la fría noche otoñal.  Toda una paleta de colores teñían el cielo y las nubes, mientras la tierra relucía bañada en el rocío del ocaso.  Y observando el esplendoroso espectáculo se encontraba Ranma.

Hacía ya 4 días que viajaba solo.  Descubrir que sus prometidas le habían estado engañando fue un duro golpe.  Pero qué podría reprocharles...  Fue su ciega vanidad la que le impidió ver lo evidente.  Ellas no habían hecho más que lo que siempre hacían y a estas alturas Ranma ya debería haber supuesto que harían cualquier cosa para conseguir casarse con él...  Y para conseguir eso estaba claro que el primer obstáculo a eliminar era Akane.  Se sentía tan estúpido... ¿Cuántas pistas habrían dejado atrás sin darse cuenta?  Casi un mes y medio de búsqueda... y todo para nada.  Pero al menos ahora tenía una leve convicción... Cologne tampoco había dado señales de vida y según el muchacho que vio a Akane, ellas viajaban sin que pareciese en lo más mínimo que Akane fuera obligada...  Estaba convencido, Akane estaba a salvo, si no la anciana ya habría vuelto para intentar casarlo con Shampoo...  Pero entonces esto quería decir que Akane se fue por su propia voluntad, que había huido de él deliberadamente...  Y si era así... él no sabría como enfrentarse a esto, como conseguir que ella volviera a él.

Ranma se permitió relajarse durante unos instantes más admirando la luz del alba... Y pensó en ella,... en cada uno de los amaneceres y puestas de sol que habían visto juntos, cada uno de los cuales él había disfrutado en silencio como queriendo absorber toda la esencia del momento, perderse en la que para él era la visión más celestial que podría llegar a contemplar nunca,... el Sol resplandeciendo en los ojos de Akane,... sin duda no podía existir mayor belleza en el mundo... 

Repentinamente un ruido entre los arbustos que se encontraban a un par de metros de él rompió la paz del momento y con ello los pensamientos de Ranma, que ahora miraba alerta hacia ellos.  Ranma tragó duro, más le valía que no fueran las chicas.  Estaba convencido de que le habían estado siguiendo desde el momento en que se percataron de que él había huido en mitad de la noche y había seguido sin ellos.  Lo que menos necesitaba ahora era un encuentro con ellas, de seguro estarían furiosas y dispuestas a hacerle pagar su abandono.  Ranma saltó a la rama de un árbol cercano y observó en silencio.  Con un poco de suerte sólo sería un animal buscando comida, y si eran sus hermosas perseguidoras tal vez no le divisaran en este improvisado y vano escondite. 

Los ruidos aumentaron y los arbustos comenzaron a agitarse con el movimiento de lo que quiera que estuviese entre ellos.  Ranma miró sorprendido como la figura de un joven de complexión musculosa que cargaba una enorme mochila a su espalda, salía de entre los arbustos y se desplomaba contra el suelo, con su brazo derecho estirado como intentado alcanzar una invisible meta, mientras decía en leve quejido:

- Ak-Akane...

Ranma miraba atónito.  Esto era lo último que se esperaba en este momento.  La cinta amarilla y negra que el muchacho llevaba atada a su frente lo delataba.

- ¿¿Ryoga?? - dijo mientras saltaba hacia el suelo cayendo a escasos centímetros del 'chico perdido de Jusenkyo', e inclinándose hacia él le preguntó - Eh, P-chan ¡¿Qué demonios haces por aquí?!

- ¡¡¡Ranma!!! - Ryoga se levantó súbitamente ante la visión de un rostro familiar - ¡¿Quiere decir esto que he llegado?! ¡¡¿Estoy en el dojo Tendo?!! - mientras se felicitaba a si mismo pensando - "Lo sabía, Akane, sabía que el amor me llevaría hasta ti"

- De que hablas cerdito ¿Acaso esto se parece en algo al dojo Tendo? ¡Estamos en Miyazu, a unos kilómetros de la costa del Mar del Japón! 

- ¡¡¡NO!!!  ¡¡Todo por este maldito sentido de la orientación mío!! - dijo con desesperación - ¡¡Tengo que llegar al dojo como sea!!  ¡¡¡Y tú vas a llevarme ahora mismo!!! 

Ryoga se lanzó rápida y violentamente hacia Ranma, pero este simplemente saltó por encima de él y cayó sobre su cabeza derrumbándolo.

- ¡¿Puede saberse qué mosca te ha picado, P-chan?!  ¡¿A qué tanto interés con llegar a la casa de los Tendo?!

- ¡¡¡RANMA!!!  ¡¡O me llevas al dojo o te juro que...!!

- Oh, ya cálmate tocinito mío - dijo en tono burlón - Ahora mismo lo último que puedo hacer es llevarte a Nerima.

- ¡¡Maldita sea!! - lanzó un puñetazo al suelo en frustración y su voz sonó quedamente - ¿Cómo podré cumplir la promesa que le hice a Akane si no llego al dojo Tendo?

Los ojos de Ranma se abrieron como platos en sorpresa.

"¿Una promesa a Akane?  ¿Podría ser?  ¿Es posible que este idiota haya visto a Akane?"

- ¡Es-espera un momento!  ¡¿De qué promesa estás hablando?! ¡¡¡Contéstame, maldita sea!!  ¡¡¿¿La has visto, has visto a Akane??!! - tomó fuertemente a Ryoga del cuello de la camisa obligándole a contestar.

- ¡¡¿De qué demonios estás hablando, Saotome?!!  ¡Pues claro que he visto a Akane, y no hace más que un par de días!

Un rayo atravesó el corazón de Ranma.  Dos días.  Fuera donde fuese que Akane se encontraba estaba tan solo a dos días de camino desde donde estaban en este momento,... y tenía ante él al conocedor de su paradero.

- ¡¡¡¿¿DÓNDE, RYOGA, DÓNDE LA VISTE??!!!  ¡¡¿¿ESTABA BIEN??!!  ¡¡¿¿TE DIJO ALGO??!!....

- ¡¡¡QUIERES CALMARTE DE UNA VEZ!!! ¡¡¿De qué va todo esto?!!  ¡¿Cómo que donde la vi?!  Estaba en Nerima, ¿Dónde si no?

"Nerima... ¿Akane está en Nerima?  ¿¿Ha estado allí todo este tiempo??  Pero... pero eso es imposible, yo he estado comunicándome con los Tendo cada pocos días y nunca me dijeron nada.  Si Akane estuviera en Nerima ellos lo sabrían, Nabiki tiene movilizada a media ciudad en busca de posibles noticias sobre su paradero.  A no ser que me hayan estado engañando ¿Podrían haber estado ocultándome algo así, manteniéndome lejos de ella deliberadamente?"

Ranma hundió su rostro en sus manos en desesperación.  Esto debía ser una pesadilla de la que despertaría en cualquier momento.

"Me mintieron, han estado mintiéndome, todos me han mentido... todos... ¿Todos?  Un momento.  No todos.  Kasumi... Ayer hable con Kasumi y me dijo que no tenían noticias de Akane, que todos seguían muy preocupados... Y ella NUNCA miente... cualquier otro sí, pero no Kasumi...  Por lo que esto querría decir..."

- Ryoga ¿Dónde viste exactamente a Akane?

- Pues en el Furinkan ¿Por qué lo preguntas?  ¿¿Qué no estabas tú en clase??

"¿En el Furinkan?  ¿Y conmigo allí?  Eso si que no tiene ningún sentido.  Está claro que este estúpido no tiene ni idea de que Akane está desaparecida."

- Pero... - prosiguió la mascota de Akane interrumpiendo los pensamientos de Ranma - Lo que todavía no entiendo es porqué Akane no iba vestida con su uniforme, ni porqué Cologne estaba allí... ¿Y desde cuando tiene el bosque de la escuela Furinkan tantos manantiales cálidos?  

Ranma permanecía perplejo intentado asimilar lo que le estaban contado.  No sabía a que lugar se podría estar refiriendo Ryoga, pero estaba seguro que al bosque del Furinkan no era.

- Pero ya esta bien de charlas.  Tengo que llevar esta carta al dojo inmediatamente, Akane me lo pidió y yo...

Ranma no escuchó ni una palabra más de las que pronunciaba Ryoga.  Su mente se nublo y ya sólo podía mirar fijamente el sobre blanco que el muchacho sostenía en su mano tras haberlo sacado del bolsillo de su pantalón.

"Una carta... ¿¿Una carta de Akane??"

Ranma no lo dudó ni un segundo y sin decir una palabra se lanzó contra Ryoga y le arrebató la carta.  Ryoga comenzó a perseguirlo para recuperarla, pero en unos pocos minutos el joven de la trenza y los ojos azules le noqueó.  Ranma miró fijamente la parte frontal del sobre, 'Para el Dojo Tendo' ponía.  Un escalofrío recorrió su cuerpo y su corazón comenzó a latir con furia.

- Es la letra de Akane - susurró.

Sus manos temblaron de igual forma que lo hicieron aquella vez cuando encontró la carta en el escritorio de Akane el día que se marchó de casa, y de la misma manera le falló la respiración cuando leyó la nota que contenía el sobre:

'Ha pasado mucho tiempo, Ranma Saotome, pero pronto volveremos a encontrarnos. Y entonces reclamaré mi derecho sobre el Dojo Tendo. Prepárate para perder ante una nueva Akane Tendo.

La sucesora de la dinastía de las amazonas de La Supremacía Femenina.'

¿De qué iba todo esto?...  Reclamar su derecho... Entonces era cierto, Akane le estaba retando por la sucesión de dojo...  ¿Quería enfrentarse a él para poder así quitarlo de su camino? ¿Para librarse de él, de su compromiso?  Ranma sintió como su corazón se rompía en mil pedazos ante este pensamiento.

"Una nueva Akane  ¿Qué se supone que quiere decir eso?...  ¿Y por qué demonios ha firmado como la sucesora de las amazonas?  Eso no tiene sentido, Shampoo es la heredera de su pueblo.  Además, Akane no es una amazona, ni siquiera es china."

- ¡¡Maldita sea!!  Esto no tiene ni pies ni cabeza - se volvió violentamente hacia su desorientado amigo exigiéndole saber - ¡¡¡¡¿¿Dónde está??!!!!  ¡¡Dime como era ese lugar, por donde pasaste para llegar allí!! ¡¡¡TODO!!! ¡¡Cuéntame con todo detalle lo que sucedió, lo que te dijo, si estaba diferente!! ¡¡Lo que sea!! ¡¡¡Y DÍMELO YA!!!

Ryoga ni siquiera se atrevió a replicar.  No recordaba haberlo visto nunca en este estado de furia y desesperación, así que sin preámbulos le contó lo que sucedió.  

Al parecer él iba camino buscando el punto de su cita con Akari.  Después de su última visita a al casa de los Tendo y su decepción tras la bromita de Nabiki, Ryoga había decidido renunciar (una vez más) al amor de Akane y dedicarse exclusivamente a ser feliz al lado de aquella hermosa chica que lo idolatraba, Akari Unryu.  Había viajado durante una semana sin tener ni idea de donde estaba.  Llegó hasta una escabrosa colina serpenteada por un riachuelo que nacía de una pequeña cascada.  Se topó con una pared de roca que le impedía el paso, pero eso no era un problema para él, utilizando su Bakusai Tenketsu (o golpe de la explosión) la derivó en un segundo.  Pasando por la improvisada entrada, Ryoga, llegó a lo que tenía toda la pinta de ser un valle, que por otra parte contaba decir que estaba plagado de manantiales calientes.  Prosiguió su camino pensando tan sólo en el ansiado encuentro con su bella Akari...  

- Y entonces la vi.  Era como un ángel - prosiguió Ryoga emocionado - Estaba más bonita que nunca, Ranma.  Ante mí pasaba Akane, vestida con ese vestido... - sus mejillas se tornaron rojas al recordar - La llamé.  Ella se sorprendió un poquito de encontrarme allí, seguramente por tanto tiempo sin vernos.  Nos quedamos mirándonos y fue perfecto.  Pero la anciana apareció y estropeó nuestro momento.  Ellas fueron las que me dijeron que me encontraba en el bosque de la escuela Furinkan y que ellas habían ido a inspeccionar unos alborotos que habían habido.  Yo me ofrecí a defenderla con mi vida si fuese necesario, pero ella me dijo:

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

Akane se acercó cariñosamente hacia él rodeada de flores que la envolvían en un marco perfecto.

- No, mi querido Ryoga.   Necesito de tu valentía para una misión muy importante. 

- Cualquier cosa por ti mi amada Akane-chan - dijo recibiéndola con los brazos abiertos.

- Has de llevar esta nota la dojo Tendo.  Es muy importante para mí.  Y yo te estaré esperando allí - y le entregó la nota mientras le miraba con ojos vidriosos.

- Te prometo por mi honor de guerrero que no pararé hasta hacer realidad tus deseos.

Y se abrazaron bajo la Luna, mientras angelitos volaban a su alrededor.

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

- Así mismo ocurrió - dijo Ryoga mientras miraba al cielo con lágrimas recorriendo su rostro de pura emoción.

Bueno, era evidente que Ryoga había dado una versión un tanto especial de lo sucedido.  Ranma conocía perfectamente la tendencia de su amigo a soñar despierto por lo que decidió no hacer caso omiso a su relato e intentó averiguar en su mente que fue lo que realmente había ocurrido en ese encuentro...  

- Sí, sí, vale Ryoga, lo que tú digas.  Pero... - no pudo evitar que su rostro se llenara de nostalgia - ¿Dijo algo de mí? Es decir... bueno... ella...

- No, ella no te mencionó ni una sola vez, Saotome.

El corazón de Ranma se contrajo dolorosamente ante esta realidad.

- Pero... - continuó Ryoga con algo de preocupación y pesadumbre  - Ella... ella estaba diferente... t-tan bonita, más que nunca... y más fuerte, tenía una fortaleza desconocida que se notaba hasta en su forma de permanecer en pie, de mantener la mirada... Estaba maravillosa pero... esa mirada... era... era... - volteó su mirada hacia los ojos de su amigo - Sus ojos estaban llenos de tristeza y preocupación,... su mirada... - su voz se tronó ronca, iba odiar pronunciar estas palabras - ...tenían ese mismo reflejo de dolor que tienen los tuyo, Ranma... ambos estáis sufriendo de la misma forma.

Se levantó pesadamente.  Ahora necesitaba estar solo, y por la expresión de Ranma, él también lo necesitaba.  Y así estos jóvenes que jamás supieron si fueron más amigos que enemigos pensaron a solas en la misma mujer que ocupaba sus corazones y sus sueños.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle de los manantiales calientes]

Akane estaba intranquila.  Que Ryoga hubiese logrado encontrarla en este lugar suponía un problema.  Se quedó helada cuando lo vio ahí, parado frente a ella saludándola con la mano mientras una sonrisa tonta aparecía en su rostro.  Por suerte Ryoga tenía poco control de sus instintos y con una oportuna intervención de la anciana que la empapó con un cubo de agua que le lanzó encima, su vestido se pegó a su cuerpo causando unos insinuantes resultados que el muchacho no pudo enfrentar más que con una hemorragia nasal y un súbito desmayo.   Bueno, al menos esto les había dado tiempo para preparar la cuartada perfecta... perfecta para que sólo el chico con peor sentido de la orientación del planeta se tragase.  Y ciertamente no les costo ningún problema hacerle creer que se encontraban en Nerima, más específicamente en le Furinkan, y aún menos le costó a Akane convencerle de que llevase una nota al dojo,... nota que momentos antes le había dictado su sensei.

Al final todo se había resuelto sin mayores inconvenientes.  Pero si Ryoga la había encontrado, aunque irónicamente no la estuviese buscando, nada le impediría a Ranma hallarla también.  Había que prepararse para ese acontecimiento.  Y esa nota fue el primer paso.  

Akane recordó la conversación que había tenido con la anciana después que Ryoga se fue.

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

Las dos mujeres se encontraban sentadas alrededor del fuego cenando, o al menos haciendo el intento.  La dura batalla de entrenamiento de la mañana y el encuentro con Ryoga habían minado más de la cuenta las fuerzas de la joven, que ni ganas de comer sentía.  Un silencio sepulcral reinaba entre ellas.  Akane sentía miedo, sabía que había llegado la hora de enfrentar aquella conversación que había estado evadiendo durante todo este tiempo.  La anciana comenzó.

-  El que este chico haya conseguido encontrar este lugar es un inconveniente, sin lugar a dudas.  Esto podría facilitarle a mi querido yerno el llegar hasta nosotras.  Así que no nos queda otra opción que prepararnos para lo inevitable.  Y ahora la pregunta sería ¿Serás capaz de enfrentar al yerno cuado lo veas frente a ti?

Akane no sabía que contestar.  El corazón comenzó a latirle con fuerzas y un escalofrío recorrió su cuerpo.

- Estás enamorada de él ¿no es así?

Akane se volvió para mirar a la anciana a los ojos.  Deseaba gritar al cielo lo mucho que le amaba.  Pero tenía que ser más lista que todo eso.  Cierto era que Cologne se había ofrecido a entrenarla y lo había hecho tomándose más empeño de lo que jamás nadie se había tomado con ella, que la había cuidado aunque hubiese sido muy estricta.  Incluso podría aventurarse a decir que se habían cogido cariño la una a la otra... Pero no debía olvidarlo nunca, Cologne era la bisabuela de Shampoo y nadie le podía asegurar que cuando esto terminase no utilizaría sus palabras en su contra.

- Parece que tienes dudas ¿eh? - dijo en tono burlón desafiándola a contestar.

- No tengo ninguna duda, sensei - la complexión de Akane no podría haber sido más decidida y serena - Jamás en mi vida he tenido tan claro algo como lo que siento por Ranma.  Pero no creo que si le amo o no sea algo que deba decirle a usted.

- Tienes toda la razón, no tienes porqué contarme si no quieres.  Pero las cosas se pondrán pronto difíciles.  El yerno llegará y me preocupa que todos nuestros esfuerzos no sirvan para nada si cuando le veas aparecer ante ti te olvidas de todo y te lanzas a sus brazos.

Akane se imaginó por un segundo lo que se sentiría al poder abrazar de nuevo a Ranma y su corazón se llenó de una repentina alegría que le dejó un sabor amargo en la boca.  No debía dejarse guiar por el corazón en este momento.

- No puedo asegurarle nada.  No sé si me lanzaré a sus brazos o le enfrentaré con un pleno corazón de hielo.  Así que supongo que lo descubriremos en su debido momento.  Esto es lo más que le puedo decir - bajó la vista al suelo - La acepté como mi maestra porque deseaba ser fuerte, para demostrarles a todos que valgo para algo, que no soy una inútil, porque deseo de todo corazón que no se me menosprecie y demostrar que tengo tanto derecho como Ranma a encargarme del dojo - y agregó para sí - "Y para poder enfrentarnos a nuestros enemigos a tu lado, para que no tengas que estar todo el día jugándote la vida para salvarme... para ser digna de ti Ranma Saotome, y que algún día podamos llevar nuestro dojo juntos, tal y como he soñado durante tanto tiempo" - se aclaró la garganta para poder seguir sin que su voz se entrecortara - Y soy consciente de que la única forma de conseguir el respeto que busco es enfrentándome a Ranma.  Él es el mejor luchador que conozco.  Enfrentándome a otro no conseguiría nada.  Únicamente contra él encontraré lo que busco - levantó su rostro pare enfrentar la escrutadora mirada de la anciana matriarca amazona - Pero es posible que yo no sea el único problema.  Realmente dudo mucho que Ranma vaya aceptar el enfrentarse a mí tan fácilmente...  Él... él siempre se preocupa mucho por mí, por que no me pase nada malo... y las veces que nos hemos enfrentado siempre a evitado el tener siquiera que golpearme...  Le conozco, se que no será capaz de hacerme daño... - suspiró intentando liberar su angustia - "Ranma jamás me lastimaría, antes se golpearía a si mismo...  Y aún más después de todo lo que vivimos en el monte Fénix"

- Eso era algo en lo que ya había pensado - su voz sonó con una determinación y confianza espeluznante - Por todos es bien sabido la devoción del yerno por proteger a su querida prometida - las mejillas de Akane se tornaron escarlatas ante el imprevisto comentario - Por eso supongo que tendremos que buscarle un motivo para defenderte... y un enemigo temible contra el que luchar. Jia jia jia jia.  Y esa nota que escribiste es el principio perfecto para mi plan. Jia jia jia jia.

< = = = = = = = = = = = = = = = = = = = >

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Akane haciéndolo estremecer ante este recuerdo.  Fue hacia uno de los manantiales y se enjuagó la cara intentado de alguna forma borrar con el agua su ansiedad.  De poco funcionaba.  Notó la presencia de la anciana a su lado, ya pocas veces conseguía pillarla desprevenida... la fuerza de la experiencia...  Se secó un poco la cara con su camisa y se volvió hacia su sensei intentando borrar totalmente su implacable preocupación.

- Debido a los acontecimientos no podemos entretenernos ni un segundo.  Quítate el cinturón y los brazaletes.  Ya no te harán falta.

La joven aprendiz obedeció inmediatamente a su maestra.  La verdad es que estaba deseando librarse de esos peso de una vez por todas.  Dejó caer al suelo los pesados complementos y sintió con suma alegría como su cuerpo se notaba increíblemente ligero, y sonrió entre satisfecha y asombrada.

Cologne observaba con detenimiento como su estudiante miraba su propio cuerpo extasiada como un bebe que recién descubre sus extremidades, en una sensación completamente nueva.  Cologne sonrió satisfecha y dijo en todo pícaro

- Y ahora... ¿Te hacen unas castañitas asadas a fuego vivo?

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [A varios Km. de Miyazu.  Mañana del día 43 desde la partida]

Ranma y Ryoga se encontraban embarcados en una ardua y reñida lucha que comenzó cuando Ranma, de pura suerte, se despertó justo antes de que su nuevo compañero de viaje le noqueara y partiera en busca de Akane el solo.

- ¡¡¡Maldito cerdo apestoso!!!  ¡¡Ni loco sueñes con que permita que te vayas tú solo!!!

- ¡¡¡Y a ti ni se te ocurra pensar que te llevaré hasta ella!!! ¡¡¡Ríndete de una vez, nenita, AKANE SERÁ MÍA!!! - gritaba mientras seguía lanzando golpes a su oponente.

- ¡¡¡Ya veo lo rápido que te has olvidado de Akari!!!  ¡¡¿¿Que no habías decidido que era la única digna de tu amor, P-chan??!! - Ranma notaba como su furia crecía incontrolablemente en cada palabra que escuchaba pronunciar a su enemigo. 

- ¡¡Eso no es de tu incumbencia, así que deja de decir tonterías y acéptalo, Ranma!!  ¡¡Todo esto es culpa tuya!!  ¡¡Has conseguido que mi querida Akane huya de su casa y quede al merced de esa vieja loca!!  ¡¡¡No eres digno de ella y por eso la has perdido para siempre!!! - gritó desafiante.

Ranma sintió como la sangre hervía en sus venas de puro odio.  No iba a permitir que ese entrometido juzgase su vida. Se lanzó al ataque nuevamente, pero esta vez con clara ventaja.  Le había tocado en su punto sensible... y eso fue un grave error por parte del 'chico perdido'.  Conectó una patada que dio de lleno en el rostro de su enemigo que voló hasta estrellarse contra el suelo.  

No había conseguido levantarse aún cuando Ryoga sintió como le cogían por el cuello y lo estrellaban con fuerza de nuevo contra al suelo. 

- ¡¡¡NUNCA!!!, ¿entiendes?, ¡¡¡Nunca vuelvas a atreverte a decir que me ha dejado, que la he perdido!!! - habló con odio y desprecio en su voz - ¡¡¡ELLA ES MI PROMETIDA!!!  ¡¡¡Intenta volver a quitármela y te mato!!! - acercó su rostro al de su inmovilizado enemigo y pronunció con voz ronca - Y si alguien tiene que aceptar algo ese eres tú.  Entérate de una vez por todas, cerdo... ¡¡Akane no te ama, no lo ha hecho nunca y no lo hará jamás!!

Ryoga miraba a Ranma horrorizado, mientras su aura de combate, encendida al máximo con puro odio, golpeaba su rostro con un aire cálido y espeso.  Las palabras retumbaban en su cabeza "<<...Akane no te ama, no te ama, no te ama ... no lo ha hecho nunca, nunca, nunca ... no lo hará jamás, jamás, jamás....>>  Ella no me amará nunca... No soy merecedor de su amor... Todo por su culpa, por culpa de Ranma"  Su ki comenzó a agruparse en su mano a causa de la depresión y Ranma al darse cuenta retrocedió previendo lo que de seguro iba a ocurrir.  El ki de Ryoga aumentaba por segundos de forma espectacular.

- Tienes razón, no merezco el amor de mi bella Akane... - dijo con voz grave mientras se incorporaba con una enorme bola de ki entre sus manos - ¡¡¡Pero tú tampoco!!!  ¡¡¡¡SHI SHI HOKODANS!!!!  (Rugido del León)

Una descomunal columna de energía escapó de las manos del muchacho en dirección a  Ranma.  Era demasiado tarde para escapar o para un contraataque con su Mouko Takabisha (Huracán del Tigre).  Ranma colocó sus brazos delante de su rostro instintivamente para evitar en lo posible el daño que le causaría el tremendo golpe de depresión que se precipitaba hacia él.  Cerró sus ojos con fuerza, ya podía sentir el vibrar del aire a su alrededor.  No faltaba más que un segundo para el impacto cuando algo lo golpeó en la cara con tanta fuerza que lo lanzó lejos de la trayectoria del golpe de Ryoga.  Ranma se levantó pesadamente sobándose un chichón que había aparecido sin remedio en su cabeza y miró a su alrededor.  Y en el suelo, junto a él, se encontraba el objeto contundente que le había golpeado: un bombori

Un estremecimiento recorrió la columna de Ranma haciendo desaparecer de inmediato la sensación de alivio por haberse salvado de ese tremendo Shi Shi Hokodans.  Ese bombori aseguraba la presencia de la hermosa amazona de largo pelo violeta.  ¿Era posible que Shampoo no estuviese enfadada y le hubiera salvado desinteresadamente?  Otro escalofrío surcó su cuerpo ante la clara negación en su mente.  Shampoo era mucho más vengativa que todo eso.  Levantó su mirada con una mezcla de temor y expectación, en la dirección de donde habían lanzado la susodicha arma.  En ese instante supo que las cosas no podían estar peores.  Allí, al otro lado del surco que el golpe de Ryoga había creado en el suelo, se encontraban Ukyo y Shampoo, mientras un pato con lentes de culo de vaso revoloteaba tras ellas.  Sus miradas lo decían todo, una mezcla de decepción, ira y abandono.  Ranma tragó saliva pesadamente.  Tenía que salir de esta situación como fuera y a ser posible sano y salvo.  Ryoga aún estaba de rodillas en el suelo tras el agotamiento al liberar toda esa cantidad de ki, eso era una ventaja que Ranma no dejaría escapar.  Tomo aire profundamente, se armó de valor y se enfrentó a sus indignadas prometidas diciendo:

- Ho-hola chicas... ¿Q-qué tal?... - la voz casi no le había salido del cuerpo y la sonrisa tonta de su rostro tampoco ayudó demasiado.

Las auras de combate de las jóvenes guerreras se encendieron ante la estúpida frase de su prometido.  Las había abandonado en mitad de la noche, dejándolas en mitad del Japón con el idiota de Mousse, y acababan de oírle como le gritaba a Ryoga que 'Akane era su prometida y no estaba dispuesto a perderla'...  ¡¿Y él les preguntaba que qué tal?!  ¿Acaso se estaba burlando de ellas?  De cualquier forma esto era algo que no podían tolerar.

- ¡¿Qué tal?!  ¡¡¿Qué tal?!! - respondió intentando contener su furia Ukyo - ¡¡¿Cómo que qué tal?!!  Nos dejaste tiradas y te marcharte a hurtadillas en mitad de la noche...

- Y eso ser gran error - interrumpió la amazona.  Su templanza era excesiva para la furia que denotaban sus ojos y Ranma supo que estaba perdido - Airen humillar a Shampoo... Y nadie abandona a amazona china... - alzó un arma gemela a la que le había lanzado instantes antes en dirección a Ranma, que aún continuaba sentado en el suelo - ...¡¡Sin ser castigado!!

Shampoo cargó contra él lanzándole el otro bombori.  Pero un Saotome no cae dos veces en la misma trampa.  Giró hacia atrás sobre su cuerpo y tomando impulso con sus manos saltó en busca de un lugar más seguro para aterrizar.  Pero cuando una amazona busca venganza tampoco comete errores fácilmente.  Ranma se encontraba en el aire cuando recibió otro e inesperado ataque de la amazona que le abrazó de manera implacable.  Ranma quedó en shock por unos instantes, lo suficiente como caer pesadamente al suelo antes de poder reaccionar.  ¿Shampoo le abrazaba igual que siempre?  ¿Qué no había dicho que quería castigarlo?  Su mente se volvió un amasijo confuso de ideas, mientras miraba a la amazona que aún le abrazaba, con una mezcla de terror e incredulidad.

- Ranma no deber haber dejado a Shampoo...  Ahora Ranma deber arrepentirse y pagar... - su mirada era increíblemente fría, casi tanto como en aquella ocasión en la que odió a Ranma influida por la joya reversible.  Un destelló de maldad iluminó sus hermosos ojos violetas por un segundo antes de decir - ¡¡Ahora Ukyo!!

Ranma se volvió rápidamente hacia su amiga de la infancia sólo para comprobar con puro pánico que ésta, al reclamo de su aliada, lanzaba un cubo de agua sobre ellos.  La reacción no tardó, una Ranma-chan histérica corría de un lado para otro con su ahora felina prometida aferrándose de manera tenaz a su rostro, mientras chillaba desconsoladamente:

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GATOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!  ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GATO, GATO, GATO, GATO, GATO, GATO, GATO, GATO, GATO, GATOOOO!!!!!!!!!!  ¡¡¡¡¡QUÉ ALGUIEN ME LO QUITE!!!!!  ¡¡¡¡¡QUITÁDMELO YAAAAAA!!!!!

Ukyo miraba aún enfadada el patético espectáculo.  Realmente Shampoo había estado muy acertada a la hora de elegir el castigo, Ran-chan estaba aterrorizado, pero así aprendería que no se puede abandonar a las mujeres, sobretodo si estas le aman y se preocupan tanto por él como ellas.  Siguió parada observando la escena por un par de minutos más, hasta que Ranma-chan tropezó y cayó en shock al suelo mientras pequeñas convulsiones comenzaban a sacudir levemente su cuerpo.  

La pequeña gatita morada se separó del rostro de su prometido y se quedó parada sobre su pecho con una sonrisa divertida en su felino rostro.  Ya era suficiente por ahora, de seguro había aprendido a no jugar con los sentimientos de una guerrera amazona que además se convertía en gatita.  Shampoo iba a retirarse cuando sintió como una mano la agarraba por su lomo y la estrellaba de nuevo sobre el rostro de Ranma-chan, la cual comenzó a chillar nuevamente, llorando desesperada de terror y pataleando con fuerza. 

Ukyo agarraba con fuerza a Shampoo-gata que intentaba escaparse con todas sus fuerzas.  Parecía que la amazona ya se había divertido suficiente, pero ella también necesitaba contribuir un poco más en su venganza.  La verdad es que era divertido ver a Ran-chan en ese estado.  ¿Y qué había de malo en hacerle sufrir un poquito más?

Ryoga ya estaba prácticamente repuesto tras la impresionante pérdida de energía.  Escuchó lo que parecían los típicos chillidos de una película de terror.  Observó a su alrededor y las vio.  Allí estaba Ukyo, presionando a la gatita de pelo violeta contra Ranma-chan, que se encontraba al borde de su peligrosa inconsciencia.  Se levantó presuroso y fue hacia ellas, había que apartar a Shampoo de Ranma antes de que fuera demasiado tarde.

- ¡¡¡Ukyo, rápido, aleja a Shampoo de Ranma!!!  ¡¡¡RÁPIDO!!! - gritaba mientras corría hacia las chicas.

- ¡¡NO!! ¡¡Aún no!!  ¡¡Se merece sufrir un poquito por lo q...!! - un sonido extraño cortó su voz de golpe.  Los chillidos de Ranma-chan habían desaparecido de golpe y habían sido sustituidos por algo que se parecía espeluznantemente a... ¿Un rugido?  Ukyo sintió como sus huesos se helaban ante este sonido y al notar como Shampoo-gata luchaba exasperada en sus manos por huir.

Ryoga vio con espanto como a los chillidos y estremecimientos de Ranma le seguía una terrorífica relajación de sus músculos y la adaptación de sus extremidades en una postura sobrehumana.  Ryoga corrió con todas sus fuerzas fijando su vista en el pasmado rostro de Ukyo.  Escuchó un rugido proveniente de Ranma-chan.  Ya estaba claro, Ranma había entrado en el Neko-ken.  Esto provocaba una situación de máximo peligro para todo el que estuviese cerca de Ranma mientras permaneciese en ese estado.  Un pensamiento desesperado pasó por su mente.

"Tengo que sacar a Ukyo de aquí como sea"

Ukyo cayó sobre su trasero intentado alejarse de su prometido sin entender que es lo que le estaba ocurriendo.  Le miró profundamente a los ojos... Su mirada... parecía completamente vacía... como si no hubiese nada en su mente...  Ranma se incorporó con claros movimientos felinos y le dirigió una mirada recelosa.  Otro gruñido.  La sangre de Ukyo se heló.  Ranma-chan comenzó a andar hacia ella a cuatro patas y con el torso erizado.

- ¿¿Q-qué... qué te pasa??  ¿¿Ran-chan?? 

Ranma-chan se lanzó contra ella.  Ukyo cerró los ojos por el miedo y la impotencia mientras sintió como Shampoo se aferraba a su pecho aterrorizada.  ¿Ranma iba a atacarlas?  Ukyo ya estaba preparada para lo peor cuando sintió como la cogían con fuerza por la cintura y la separaban del suelo y del ataque de su felino prometido con un ágil salto.  Abrió los ojos y para su sorpresa descubrió que era Ryoga quien la cargaba en sus brazos.  No supo porqué, pero por un segundo su corazón latió más rápido de lo normal.  ¿¿Acaso era por este joven??  Bueno, Ryoga era un chico muy apuesto...  No, no podía ser eso.  Seguramente sería por la impresión del salto... Sí, debía ser por eso.

Ryoga huía desesperado cargando a Ukyo y Shampoo.  Ranma era demasiado fuerte en este estado, demasiado rápido... invencible... al menos para él.  ¿Qué se suponía que podía hacer ahora?  Ranma-chan le perseguía destrozando los árboles que aparecían a su paso con sus garras como si de simple papel se tratase.  No había escapatoria.  Pero no podía dejar que las chicas resultase heridas.  Siguió corriendo con todas sus fuerzas, con la desafortunada suerte que llegaron a un punto sin salida del camino.  Estaban atrapados.  Soltó a Ukyo frente a el muro de rocas y se colocó entre ella y el descontrolado Ranma.  Ranma-chan se lanzó contra ellos.  Ryoga ya se preparaba para lo peor cuando vio como unas cadenas rodearon el cuerpo de Ranma-chan deteniéndola.

- ¡Mousse! - dijo con alivio Ryoga.

Mousse se encontraba al otro lado intentado sujetar las cadenas que apresaban a la invencible chica-gato.  No tardó mucho Ranma en conseguir romper las cadenas.  Era momento de correr otra vez, esta vez todos juntos y cada uno por su propio pie.

- ¡¡Maldita sea, Ukyo!! ¡¡¿Cómo se te ocurrió lanzarle una gato a Ranma de esa forma?!! - le recriminó Ryoga en mitad de su huida.

- Yo... yo no sabía... ¿¿Qué es lo que le está pasando a Ran-chan?? - preguntó incrédula.

- El Neko-ken.  Es una técnica muy poderosa que hace que el que la utilice ataque con ferocidad de gato.  Ranma sólo entra en este estado cuando su pánico por los gatos llega al clímax y en este estado no es él mismo.

- ¿¿Y como hacemos que vuelva a la normalidad?? - preguntó mientras seguían huyendo.

- Ja.  Esa es una buena pregunta. - dijo irónico Mousse.

- Bien, ahí está el problema.  Él saldrá del Neko-ken si se tranquiliza... - un leve toque de amargura reinó en su voz - ...El problema es que sólo hay una persona que puede sacarle de este estado...

- ¿¿Quién?? 

- Akane Tendo - dijo inexpresivo el chico-pato.

Ukyo sintió como su corazón se partía en pedazos.

- Sí - confirmó pesadamente Ryoga - Akane es la única persona en la que Ranma confía en este estado, y sólo ella conseguirá tranquilizarle y hacerle volver a la normalidad.

- Pero... ella no está aquí ahora... ¡Tiene que haber algo que podamos hacer! - dijo Ukyo entre rabia y tristeza.

- ¡¿Hacer algo?! - inquirió Mousse - No se me ocurre nada mejor que hacer que ya estamos haciendo, correr todo lo rápido posible y despistar a esa gatita furiosa antes de que nos alcance.

Los tres jóvenes y la gatita amazónica continuaron con su carrera durante algunos minutos más.  Finalmente encontraron una cueva y se escondieron en ella.  Parecía un lugar relativamente seguro, al menos de momento, y les permitía una perfecta panorámica de lo que hacía Ranma-chan en el exterior.  Mousse se encargaba de devolver a Shampoo a la normalidad con un poco de agua caliente mientras Ryoga y Ukyo observaban detenidamente a Ranma-chan.  Estaba sentada en la rama de un árbol entretenida en aquel típico ritual que realizan los gatos a la hora de lavarse. 

- Ahora está tranquila.  ¿No debería volver a la normalidad ya? - pregunto Ukyo susurrando a su compañero.

- No.  Debe estar completamente tranquilo, sentirse totalmente protegido...

- Sí, ya.  Y eso sólo lo consigue Akane... - dijo la chica con pesadez y un suspiro se escapó de sus labios.

Pocos instantes después la pareja china se unió a ellos en su observación.  Shampoo se acercó a Ukyo y mirándola de forma acusadora le susurró.

- Todo esto ser culpa de 'chica de la espátula'.  Nosotras quedar que Shampoo encargarse de todo.  ¿Cómo ocurrírsete llevar a airen hasta Neko-ken?

- ¡¿Qué?! - respondió Ukyo furiosa pero sin levantar el tono de voz, lo único que necesitaban ahora era que Ran-chan los descubriese - ¡¡Yo no tenía ni idea de la existencia del Neko-ken de las narices!!  ¡¡Así que la culpa es tuya por no avisarme!! (NA 2)

Las chicas se miraron desafiantes durante unos segundos.  Shampoo fue la primera en apartar su mirada sólo para adoptar una apariencia divertida.

- De cualquier forma no haber problema.  Shampoo conocer forma de volver a airen a la normalidad sin necesitar a 'chica violenta del mazo'.

Ukyo, Ryoga y Mousse se acercaron a ella mirándola expectantes.  ¿Era cierto lo que acababa de decir la amazona?  ¿¿Conocía otra forma de resolver todo este lío??  Shampoo disfrutó coqueta de este momento que la hacía superior a sus compañeros.

- Todos saber que airen salir de Neko-ken si Akane acariciar.  Pero Shampoo sabe otra forma.  Bisabuela contar a Shampoo que si airen transformarse salir del Neko-ken.

- Eso es perfecto.  Sólo tenemos que echarle agua caliente y... - dijo entusiasmada Ukyo, por lo menos eso era mucho mejor que imaginarse a Akane acariciando dulcemente en su regazo a su felino prometido, pero fue interrumpida por el chico chino.

- ¿Sólo?  Como si fuese tan fácil eso de echarle agua caliente o lo que sea a ese loco.  A ver quien es el suicida que se acerca, porque yo no soy tan estúpido.

- Bien.  Entonces está decidido - intervino Ryoga - Shampoo, Ukyo y yo intentaremos mojar a Ranma mientras tú la entretienes.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

No sin pocas pataletas y maldiciones consiguieron hacer que Mousse saliese de la cueva y se convirtiese así en un desafortunado cebo para la insaciable gatita pelirroja.   Mientras tanto los demás se escondieron, cargando varias teteras cada uno (cortesía de las mangas de Mousse), en lugares estratégicos del camino.  Había que transformarla como fuera.  

El pobre Mousse corría desesperado de un lado a otro, lanzando de vez en cuando algunas de sus armas a la imparable Ranma-chan.  Ukyo al ver esto no pudo evitar soltar una pequeña risita.  Realmente parecía que Ran-chan se estaba divirtiendo mucho, pareciese que esto no fuera más que un juego... igual que el de un gato que corre tras un hobillo de lana.

Era el momento.  Ranma-chan pasó por donde se encontraban los furtivos con el agua caliente, y estos se abalanzaron a la vez sobre ella.  Los cuatro jóvenes unieron sus fuerzas entonces y la atacaron con todo y sus armas a la vez.  Pero era muy rápida, demasiado rápida.  Evadía los ataques de sus enemigos con inquietante velocidad.  No había quien la parase.  Acertó varios golpes, deshaciéndose momentáneamente de las chicas.  Estaba todo perdido.  Ranma-chan comenzó a alejarse, ya estaba aburrida de este juego.  Ryoga vio con impotencia como se alejaba.  De nuevo los cuatro corrieron hacia la imparable gatita.  Era ahora o nunca, los cuatro estaban demasiado cansados como para seguir luchando.  

Otro ataque.  Otra derrota para ellos...  Otra victoria para Ranma-chan.

Los vencidos guerreros se quedaron tumbados en el suelo, agotados y doloridos.  Ya nada la detendría.  Esperaron ver como se alejaba, esta vez sin poder volver a perseguirla...  Pero no fue así.  Allí, parada a cuatro patas, se encontraba aquella hermosa chica de la trenza pelirroja.  Ukyo la observó, y sintió como el corazón se le encogía en el pecho al ver como toda aquella alegría juguetona que había notado antes en su prometido había desaparecido, para dejar paso a una interrogación triste en su rostro.  Todos se incorporaron un poco, lentamente, para poder observar lo que hacía.

Ranma-chan daba vueltas a algo en el suelo sin que su mente de gato terminase de comprender.  Miraba ese objeto con ojos tristes, maullando quejosos lamentos.  Era la foto que él llevaba de Akane.  Debía habérsele caído mientras le atacaban.  Y de repente estalló en un llanto agónico, para sobrecoger de los presentes, mientras daba pequeños toques a la fotografía con una de sus patas delanteras reclamando la atención de su dueña... Akane... la única dueña de su corazón...  Se acurrucó apesadumbrada al lado de la fotografía emitiendo suaves ronroneos.  

Pasó un minuto antes que ningunos de los presentes reaccionase.  La primera fue Ukyo.  Se levantó lentamente y cogió una tetera.  Le dolía tanto verle sufrir así...  Ni siquiera en la inconsciencia del Neko-ken él conseguía olvidar a Akane.  Se acercó sigilosamente, Ranma-chan no se inmutó.  Se arrodilló a su lado, y Ranma-chan seguía sin responder... sólo lloraba en medio de sus ronroneos.  Alzó su mano para acariciarle el pelo, sentía la necesidad incontrolable de consolarle.  Ranma-chan se levantó de golpe... Sólo Akane podía acercarse a él, y aún menos acariciarle...  Sólo en ella confiaba...  Sólo de ella anhelaba su cariño...  Erizó su cuerpo y miró furiosa a Ukyo por atreverse a interrumpir aquel momento.  Ukyo retrocedió asustada, dejando caer por el sobresalto la tetera al suelo.  Ranma-chan le volvió la espalda indiferente, y miró apanada la fotografía.  Pronunció un casi imperceptible maullido... tan suave... tan dulce,... mientras una pequeña sonrisa iluminaba su rostro y su mirada se llenaba de una calidez proveniente de un amor que sobrepasaba las barreras del Neko-ken, de cualquier cosa,... el amor de el alma humana que aun con su mente nublada y transformada en la de un gato, retumbaba con fuerza en su corazón.

El silencio reinó por unos instantes.  Sólo la miraban asombrados por sus actos.  Ranma-chan bajó su rostro y tomó la fotografía de Akane en su boca.  Se volvió hacia los presentes con tremenda seriedad... y entonces les dedicó la sonrisa más pura que ninguno hubiera podido ver antes... sin recelos, miedos o turbación... sólo una amplia sonrisa... Y se fue...  Ranma-chan saltó entre los árboles en dirección al Sur, trotando tan rápido como sus patas le permitían.

Los cuatro jóvenes guerreros ni siquiera se atrevieron a hablar.  Se quedaron allí, sentados en el suelo... derrumbados tanto en cuerpo como espíritu.  Sólo uno de ellos no sintió agonía en su pecho por lo acontecido, sino una grato alivio, como una recompensa a todas sus súplicas. Una media sonrisa se dibujó en el rostro de Mousse.

"Puede que después de todo ese Saotome si que ame de verdad a la hermosa Akane Tendo...  Incluso inmerso en el Neko-ken ha partido en su busca... Y quién sabe, tal vez en esta ocasión sí que la encuentre...  Sí, espero que por fin se encuentren...  Por su felicidad... y por la mía."

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Bosque cercano a Yamaguchi, al suroeste de Hirishima, muy cerca del Valle perdido de los manantiales calientes.  45 días desde la partida]

La madrugada transcurría plácida y reservada en un sueño compartido por todos los seres de aquel pequeño bosque surcado por la escueta agua de un arroyuelo.  El silencio... Pareciese que el mundo se hubiese detenido sólo para permitir al vierto reinar en la calma al ritmo del sonido de su tenue ulular.  Ni un movimiento...  Ni un alma...  Solos... la Luna llena y el Viento...

Ni siquiera esta espectral paz se rompió al veloz paso de una joven de rasgos angelicales.  Sus ropas típicamente chinas, su hermoso rostro, sus ojos azules y su cabello del color del fuego atado en una trenza.  Se movía con una extraña agilidad que ningún humano podría poseer.  Era como una pantera en mitad de la noche, moviéndose sigilosa pero velozmente, sin dudar sus movimientos.  Era casi como si el propio viento la guiase en su camino... en su búsqueda... en el encuentro con su Luna... con su amor...

Ranma-chan había viajado en su condición de gato durante algo más de un día.  Teniendo su mente bajo el influjo del Neko-ken, había dejado atrás las necesidades humanas, los miedos, el orgullo, la sensatez, las dudas,... todo...  Ahora su alma veía con claridad.  Un sentimiento que le guiaba... El amor...  Una meta que alcanzar... El amor de Akane...  No había más en el mundo, ella y él... y aquella distancia que los separaba.

Ranma-chan se detuvo, aún cargando la fotografía de Akane en su boca, frente una pequeña cascada.  En su mente de gato ella también poseía aquella típica repulsión que todo gato siente al agua.  Dudó.  Lo último que quería era quedar toda mojada por ese agua que se veía tan fría.  No, ni loca pasaría por mitad de una cascada.  Y sin embargo su corazón le impulsaba a pasar mojándose o no.  Ese era el camino.  Después de haber seguido el rastro de Akane durante algo más de un día Ranma-chan se topaba con su último obstáculo.  Y ella daría cualquier cosa por poder volver a estar en el regazo de su dueña y dormirse entre ronroneos mientras ésta la acariciaba con dulzura.  Su mente de gato se armó de valor y saltó a través de la cascada entrando de golpe en la oscura cueva.  Estaba agitada por el poco deseado baño y corrió hacia el exterior.  Ante ella, iluminado por la suave luz de Luna, se hallaba a lo lejos un campamento.  Pero ella ni siquiera lo vio.

Su corazón latía frenético en su pecho.  No miró hacia ninguna parte.  En su mente, en su alma... una única meta... llegar hasta ella.  Corrió con todas sus fuerzas en dirección contraria al campamento.  Estaba cerca, tan cerca...  La sentía... Ella estaba aquí...  Un poco más... sólo un poco...  Siguió corriendo.  Su corazón cada vez latía más deprisa... Y de repente...  Cayó.  Ranma-chan notó como la solidez del suelo desaparecía bajo sus pies y se precipitaba sin remedio hacia el el agua de un manantial cálido.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Ranma emergió del fondo del manantial cálido ya con su forma masculina recuperada así como su conciencia.  Miró a su alrededor sólo para descubrir que era de noche, estaba empapado y no tenía ni idea de donde se encontraba.  Lo último que recordaba era que estaba peleando con Ryoga cuando llegaron las chicas con ganas de vengarse y Shampoo se transformo en un asqueroso gato otra vez.  Sólo de recordarlo sentía un escalofrío recorrer su cuerpo.

Vio la foto de Akane flotando a su lado.  La cogió y la miró como hipnotizado.  Salió del manantial y se quitó la camisa para escurrirla en lo posible.  No cabía más que suponer que había entrado en el Neko-ken, aunque al parece esta vez había sido durante más tiempo de lo normal.

Entonces sintió algo diferente.  Una sensación extrañamente cálida llenaba su corazón.  Era una sensación que él ya había sentido muchas veces...  Siempre que estaba cerca de Akane sentía ese hormigueo en el pecho,... ese calor contra el que luchaba para que no subiese a sus mejillas al mirarla,... esos fuertes latido que él siempre había temido que Akane pudiese escuchar cuando se encontraban abrazados por un breve margen de tiempo cada vez que la salvaba de algún peligro.  De improviso vino a su mente el recuerdo de aquel primer rescate, de ese leve instante en que se quedaron abrazados sobre el techo del chamizo de las bicicletas después de huir de Ryoga la primera vez que se enfrentaron en el Furinkan.  Ranma supo en ese mismo instante en que se quedaron abrazados que no podría olvidar ese momento en toda su vida.  Y por ahora así había sido.  El recuerdo de como la brisa había mecido el hermoso cabello de Akane, entonces aún largo, frente a él...  Sí, esa fue la primera vez que temió verdaderamente que ella pudiera escuchar los incontrolables latios de su corazón.

Ranma simplemente comenzó a caminar.  No sabía a donde, y no importaba.  Sólo caminó silenciosamente, sin posar la vista en ningún sitio en especial.  Únicamente caminó, sintiendo a cada paso como su corazón latía más y más fuerte sin saber porqué.  

"¿Qué es lo que me está pasando?  Ella no está aquí para que latas tan fuerte...  Ella no te escuchará esta vez por mucho que te empeñes...  Por mucho que yo lo desee..."

Se paró de golpe y se apoyó en un árbol.  ¿Adónde seguir,... dónde buscar,... cuánto tiempo más tendría que estar sin ella?  Hundió su rostro en sus manos y permaneció allí por un rato, sin hacer ruido, sólo pensando en ella.

Y entonces lo escuchó:

- Ranma...  Oh, Ranma...

El joven guerrero abrió sus ojos de golpe.  El corazón le latió furioso en su pecho, amenazando con la arritmia.  Esa voz, esa preciosa voz con la que había soñado por tanto tiempo.  La reconoció en un instante, lo habría hecho aunque hubieran pasado mil años.  "Esa voz..."  Lágrimas se formaron en sus ojos emocionados.  "Esa voz..."  El corazón le latía tan fuerte...  "Su voz..."  Lagrimas cayeron por sus mejillas.  "Su dulce voz..."  Una palabra se escapó entre sus labios casi sin voz alguna... imperceptible... y llena del amor más puro...

- Akane.

               

 

FIN DEL CAPÍTULO 3


 

Nota de la autora:

No me lo puedo creer, de verdad que no  ¡¡¡¡¡¡Por fin se terminó el capítulo!!!!!!  Realmente salió muy largo, aún más que el primero.  Pero ese es mi estilo, además si encima que escribo poco seguido mis capítulos fueran de cinco a diez páginas ya sería para pegarme y todo ^_^U jiiii.  Pero bueno, no sé para que escribo estos comentarios, si después de tanto leer el capítulo seguro que nadie se parará a ver que pongo en mis notas.  Aun así aquí encontrarán algunas explicaciones de porqué he planteado una serie de escenas del modo en que habéis podido leer.

Pero antes de nada, os recuerdo y suplico otra vez.  ESCRÍBANME y cuéntenme que les ha parecido este capítulo o todo lo que llevo del ranfic o lo que sea, será para mí un verdadero honor poder leeros (y no me importa que ya lo hayáis hecho antes, volved a hacerlo que sabéis que me encanta hablar con vosotros ^__^).  Para lo que sea la dirección es:

nemfics@yahoo.es

Este creo que sería el primer punto.  El tema del entrenamiento es algo sumamente complejo, más de lo que muchos se imaginan y ha sido en gran medida por lo que me he demorado tanto en escribir este capítulo.  Sé que no ha quedado ni mucho menos perfecto ni nada, era muy difícil (al menos para mí) encontrar las palabras exactas para poder narrar este hecho de la forma más escueta posible pero sin pasar por alto ni un solo punto.  Ha sido complicado y lo he estudiado mucho.  Realmente he trabajado y pensado en ello, por lo que no quisiera que nadie pensase que me he sacado todo este rollo de la manga.  Todo lo que he escrito a sido fruto de releer y analizar el paso de Akane por la serie.  Y ahora me explico.

Veamos, en un principio, cuando Ranma llegó al dojo, Akane era considerada una chica realmente muy fuerte y buena en arte marciales, no tanto como Ranma (por supuesto), pero buena a fin de cuentas.  También desde el principio nos dejan claro que ella es una chica muy perseverante, que se preocupa por su entrenamiento y que disfruta con él,... así como vemos que es bastante torpe y que basa casi toda su técnica en la fuerza bruta.  Pero fueron llegando más y más personajes y Akane se quedó atrás sin remedio, siendo finalmente la menos cualificada para una pelea (aunque le pegue esas palizas a Ranma).  Ahora bien, en dos ocasiones vemos como Akane se entrena para una pelea.  La primera fue la de Kodachi, en la que Akane consiguió dominar las técnicas de la gimnasia de artes marciales en menos de una semana (aunque claro, no pudo competir debido a ese tonto tropezón...).  Y después volvió a entrenarse para vencer a Natsumi y Kurumi... y otra vez consiguió mejorar en muy poco tiempo.  Es en esto, y en el poco tiempo en el que tanto Ryoga como Ranma aprendían sus técnicas, en lo que me he basado a la hora de pensar durante cuanto tiempo debería entrenarse Akane para alcanzar el nivel del resto.  No sé, quizás me haya equivocado, pero realmente opino que no le sería necesario que pasasen años para que lo consiguiese, con unos poquitos meses y un entrenamiento muy estricto le bastará ¿no creen?    

Otro tema sería lo del 'poder innato de Akane'.  Y es que siempre me resultó curioso que aunque Akane no era buena en artes marciales (era demasiado lenta) en más de una ocasión pudimos leer o escuchar que Akane era una chica verdaderamente poderosa después de todo.  Ejemplos de esto sería: cuando Shampoo utilizó su técnica 'Xi Fa Xiang Gao' para borrar a Ranma de la memoria su memoria, pues sin saber cómo, Akane, seguía recordando a Ranma en lo más profundo de su corazón; en la historia del famoso traje de pelea 'Do-chan' que liberaba todo el poder oculto de quien lo portara, y que hizo que Akane fuese increíblemente fuerte; y por último en el consabido final del manga, en el que ella sobrevive demostrando una fuerza innata impresionante.

Pero no estoy segura, de todas formas, de haber hecho un buen trabajo.  No sé demasiado de artes marciales.  Lo reconozco -__-U  Aunque he de decir que hasta busque en Internet cosas sobre el teme para documentarme.  Pero claro, el hecho de que la fantasía de Rumiko fuera ilimitada en este tema, me puso las cosas bastante difíciles para encontrar concordancia con la fuerza de los personajes y la del mundo real.  Así que lo he hecho como Dios me ha dado a entender.  Espero que sean compresivos con esta pobre escritora ^_^U 

NA 1:  Supongo que algunos se preguntarán a que ha venido contar esto.  Para los que hayan leído el final del manga no creo que haya demasiadas dudas de a que escena me estoy refiriendo.  Pero sé de antemano que son muchos los que no han tenido aún el placer de leerlo así que es por ellos por los que he hecho este recordatorio.  Es una escena demasiado importante, en el manga y aún más en mi historia (ya entenderéis el porqué en su debido momento), y vi necesario que todos fueseis conocedores de lo que aconteció en esa catastrófica batalla en el monte Fénix.  Eso sí, soy consciente que sólo he hecho una breve alusión al tema, y si por alguna razón algunos no podéis leer el manga (cosa que recomiendo sin dudarlo, pues siempre he pensado y pensaré que es infinitamente mejor que el anime o serie de TV) y seguís teniendo dudas (como seguramente será) yo estaré dispuesta a responderos tan extensamente como queráis a vuestras dudas... o por lo menos lo intentaré.  Sólo escríbanme ¿ok?

NA 2: Bien, esto sí que me lo saqué de la manga.  Pero podía hacerlo ¿no?  Después de todo en el manga nunca se menciona si Ukyo conoce o no que cuando el miedo de Ranma por los gatos en ya insoportable, lo evade pensando que él mismo es también un gato.  Y como me venía bien hacer así esta escena pues...  Lo dicho.  Ukyo no tenía ni idea del Neko-ken.

Y nada más por el momento.  Que ya os he dado mucho la lata por ahora.  Sólo espero que hayáis disfrutado muchísimo con este capítulo, porque me he esforzado mucho en él y le he puesto todo mi cariño.  Os mando un beso muy fuerte.

Nos vemos en el Capítulo 4: ¡Lucha!

Un Saludo

Némesis