ðHwww.oocities.org/es/nemfics/epda4.htmwww.oocities.org/es/nemfics/epda4.htm.delayedx‘bÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈàû„isOKtext/html߸y,isÿÿÿÿb‰.HSun, 04 Aug 2002 23:47:18 GMT¼ Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *†bÕJis >>> El Poder de Akane (cap. 4) <<<
 

 

 
   
 

 

El Poder de Akane  

 

 

 

Nota de la autora:

Hola a todos una vez más.  Por fin, después de varios meses liada con los preparativos y el nacimiento de El Portal de Ranma y Akane y la introducción de 'En busca del destino... "No me digas adiós"' y alguna que otra cosilla más, os entrego este cuarto capítulo.  Así que...  ¡Ya sólo falta uno más para el final de esta primera parte!  Pero que nadie se confunda y se me asuste, que ese no será el final del fic.  Como ya dije, la historia se dividirá en tres partes, así que aún nos quedarán otras dos... y un promedio de 10 capítulos más ^__^  Sí, todos igual de laaaargos.  Después de todo parece que a vosotros también os gusta que sean así de largos, así que yo me alegro y me recreo en escribir capítulos inmensos y muyyy románticos ^_^

Ahora una pequeña recomendación.  Por supuesto doy por hecho que todo el que vaya a leer este 4º capítulo ha leído antes los tres primeros, así como sé que hay incluso quien los ha leído varias veces en todo este tiempo, lo que me alegra muchísimo, pero como humilde consejo de la autora:  antes de comenzar este capítulo ve al cap. 3 y lee la última escena  del mismo, desde que Ranma sale del manantial cálido.  Puedo asegurar que si se lee primero esa escena se viven con más intensidad los acontecimientos que en este capítulo voy a contar.

Y ya os dejo leer tranquilos (a los que os hayáis parado a leer mis tonterías, claro).  Sólo reitero una vez más mi humilde petición.  ¡¡ESCRIBIDME!!  Decidme si os gustó, si voy mejorando o cada vez este fic va degenerando más, o lo que sea, a ésta, mi nueva dirección:

Datos de interés:

(...)  comentario de la autora

"..." pensamientos de los personajes

*...* algún sonido

[...] un lugar

****  cambio de escena

<<...>> un recuerdo

<===> una escena de recuerdos o un sueño


Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto, hagan el favor de no denunciarme ¿si?  


 

 

Capítulo 4

¡Lucha!

 

[Valle perdido de los manantiales calientes]

Akane daba vueltas en su saco de dormir intensamente agitada.  Sin motivo justificado se despertó en mitad de la noche con una sensación extraña en el pecho.  Era una especie de hormigueo insistente que se negaba a abandonarla aferrándose con fuerza a sus sentidos,... a sus sentimientos,... a sus recuerdos...

Se acurrucó hacia la derecha.  No, en esa postura estaba incómoda.  Vuelta hacia la izquierda.  No, así tampoco.  Se tumbó boca arriba pesadamente mientras soltaba un fuerte suspiro.  Si seguía así no se dormiría en toda la noche.  Si no fuera por ese insistente cosquilleo,... esa calidez...  Intentó dejar la mente en blanco, relajarse, concentrarse tal y como había aprendido a hacer: cerrar con lentitud los ojos, tomar aire profundamente y pensar únicamente en la relajación de todo su cuerpo...

"Ranma..."

Abrió los ojos de golpe y con desesperación tomó su saco de dormir y se tapó con él por encima de su cabeza.  Esto era frustrante, ahora no era momento para pensar en Ranma, debía descansar y...

"...mi amor..."

No, no y no.  Tenía que pensar en otra cosa.  Se destapó con frustración y se quedó allí, mirando el techo de su tienda de campaña.  No supo cuanto tiempo estuvo así, quieta, en silencio, tan sólo dejando fluir sus recuerdos al ritmo de los persistentes latidos de su corazón.

"El silencio..."

Akane se incorporó despacio, quedándose sentada por unos segundos mientras ponía toda su atención en escuchar los sonidos de la noche.  Nada.  Ni un ruido, ni un alma,... sólo el murmullo del viento sonando acompasado con los audibles latidos procedentes de su pecho.  Akane se levantó lentamente, como guiada por una ensoñación que la encaminaba hacia el exterior de su tienda.

"Hay tanto silencio..."

El valle estaba bañado por la sutil luz de una hermosa Luna llena.  La bella joven se quedó mirándola de forma hipnótica mientras una idílica y etérea paz viajaba en el aire que acariciaba delicadamente su cuerpo.  Akane salió de su ensueño al notar como su corazón daba un vuelco e instintivamente se llevó las manos a su pecho intentando de manera inconsciente calmar esa extraña sensación que estaba sintiendo en su interior.  Pasó una mano por su corta melena de color azul sintiendo como el cabello se escurría entre sus dedos hasta llegar a su nuca, donde se quedó instalada dándose un pequeño masaje a modo de relajación en la mayor medida posible.  

Otro vuelco en su pecho.

"Ranma"

Akane notó como el calor subía a sus mejillas únicamente con pronunciar en su mente el nombre de su prometido.  Se sentía nerviosa, exaltada,...  justo de la misma forma que cuando notaba que Ranma la miraba furtivamente.  Entonces ella intentaba hacer como si no se hubiera dado cuenta, intentaba actuar naturalmente, pero su corazón se aceleraba pareciendo que bombeara expresamente toda la sangre hacia sus mejillas.

Comenzó a caminar lentamente alejándose del campamento.  Tal vez un paseo la relajaría y la ayudaría a poder volver a conciliar el sueño.  Anduvo durante unos minutos sintiendo como ha cada paso se acercaba más a su meta,... a su destino,... a su encuentro...  Su corazón latía frenético aumentando a cada segundo, mientras en su mente una única imagen se reflejaba una y otra vez.

"Ranma..."

Se paró de golpe ya sin poder controlar más sus sentidos.

"...ven a mí..."

Su respiración se entrecortaba ante cada recuerdo de la mirada de esos ojos azules que conseguía iluminar su alma.

Intentó volver en sí, ser fuerte.  Por primera vez observó el paisaje que ante ella se encontraba.  Se había alejado mucho del campamento y se encontraba frente a uno de los muchos manantiales calientes que regaban el valle.  Sí, quizás no fuera mala idea...  Darse un baño siempre la había relajado.  Akane se agachó en la orilla del manantial y metió la punta de sus dedos en el agua para comprobar cuan tibia estaba.   Perfecta, caliente pero sólo lo suficiente para no sentir frío ante la crudeza de la noche.  Se levantó pausadamente y con una grácil delicadeza se aventuró a despojarse de sus vestiduras.  De una forma casi celestial su cuerpo fue apareciendo a medida que ella iba sacando su camisón por su cabeza: primero sus piernas, subiendo por sus muslos y su cadera permitiendo ver su ropa interior,... luego su cintura y su atlético abdomen,... sólo para seguir por su busto y posteriormente sus hombros,... su cuello... y su bello rostro...  Se acercó a una rama y allí colgó su camisón y su ropa interior.  Sólo cabe decir que la Luna brilló aún con más fuerza reflejada en su cuerpo desnudo.

Lentamente se dirigió al manantial y, con la misma naturalidad de una sirena, se introdujo en su interior.  Disfrutó intensamente la tan agradable sensación del agua envolviendo su cuerpo con su manto cristalino.  De manera imparable la calidez del manantial fue penetrando en su cuerpo tornando su piel de un suave y sensual color rosado que hacía aparecer a Akane como una ninfa sumida en un misticismo espectral que aumentaba aún más su belleza.  Mas sin embargo aquel baño no estaba sirviendo a su propósito inicial: calmar la excitación de sus sentidos.  La tenue calidez de las aguas que abrigaban su cuerpo no conseguían más que acrecentar la rapidez de sus latidos que parecían bombear fuego en sus venas en vez de sangre, oprimir sus pulmones sólo para hacerle aún más difícil controlar su respiración y nublar su mente con aquella tibia embriaguez en la que, como un autómata y contra la voluntad de la joven, repetía sin cesar estas palabras:

"Ranma, ven a mí...  Ranma, ven a mí...  Ranma, ven a mí..."

¿Por qué le estaba pasando esto?  ¿Por qué no podía dejar de pensar en Ranma?  ¿Por que justo ahora que se pensaba que se estaba acostumbrando a los pesares de este agotador entrenamiento, no podía más que pensar en Ranma?  ¿Por qué cuando por fin comenzaba a atisbar el final de este largo camino, la recompensa a su esfuerzo, Ranma se negaba a abandonar su mente invadiéndola con tal brutalidad que comenzaba a perder incluso la capacidad de razonar? ¿Por qué... por qué le sentía tan sumamente... cerca?

En su lucha desesperada por alejar de ella aquel extraño ardor que la llenaba, Akane fue hacia un saliente que ejercía su función a modo de orilla del manantial.  Se sumergió por completo durante unos segundos  y en cuanto volvió a salir se acomodó en aquel saliente que le permitió, para su alivio, tomar una postura más cómoda, bañada por las aguas hasta la cintura mientras que su torso quedaba fuera.  La suave brisa que acariciaba su húmeda piel consiguió apaciguar un poco a Akane.  Ya algo más relajada se tumbó reposando su espalda en la tierra y respiró profundamente.  Cerró sus ojos con suavidad y al volver a abrirlos y mirar al cielo volvió a sentirse hipnotizada por la Luna que se vislumbraba entre las ramas de los árboles.  Fue en ese instante cuando la pequeña de los Tendo fue completamente consciente de cuanto echaba de menos su vida, cuanto necesitaba la presencia de su prometido, aunque no la amase, aunque todo lo que tuviera para ella fueran insultos o burlas.  No podía seguir engañándose, no podía seguir ocultando este sentimiento de suma soledad.  Necesitaba a Ranma más que a nada en el mundo... y supo que no sería capaz de resistir ni un segundo más sin él.

Volvió a cerrar los ojos, esta vez con pesadez, y una solitaria lágrima rodó por su rostro mientras decía:

- Ranma...  Oh, Ranma...

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Una lágrima rodó por su rostro aventurándose a caer al vacío, y rescatada por la suave brisa viajó en ella regando aquel valle con los sentimientos de un corazón enamorado.

Ranma sintió como su alma no podía dejar de llorar de felicidad y temor al reconocer, en aquella voz que lo llamaba emocionada, a Akane.  Su mente se bloqueó y su garganta se quedó seca sin dejar salir su voz:

- Akane - dijo sintiendo como su corazón luchaba desesperado por salir de su pecho y llegar hasta ella.

No podía creerlo.  Había soñado esto por tanto tiempo y... ahora no podía creerlo...  Pero era cierto, era su voz, esto no podía ser un sueño, no podía haber tanta crueldad en el mundo como para que esto tan sólo fuera un sueño, un simple engaño de su mente...  Tenía que ser ella, después de tanto tiempo, de tanto buscar, tenía que ser ella.  Necesitaba saber la verdad, si era tan sólo un sueño o no.  Intentó volverse y mirar detrás de él, al lugar de donde provenía la voz.  Únicamente entonces se dio cuenta que el miedo recorría y tensaba todo su cuerpo hasta la extenuación, no era capaz de moverse y en ese instante comprendió que ese pánico que lo invadía no era por no encontrarla sino por la posibilidad de que ella realmente estuviera allí y todos sus temores sobre el rechazo fueran ciertos.  Pero no iba a rendirse ahora.  Sacando fuerzas de flaqueza y superando el dolor de sus músculos tensados hasta el límite, se giró lentamente, apoyándose con pesadez sobre el árbol que le había estado sirviendo como respaldo, y escondido tras su tronco y el denso follaje de los arbustos, la observó furtivamente.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

El Tiempo... puede ser... ¿realmente se ha detenido?...  La Luna... su brillo es diferente... es algo como...  El Viento... sopla con... dulzura... como si...  El Silencio... tal vez... es el lenguaje de...  Una sonrisa... ha llegado el momento... es hora de actuar.

El Tiempo se detuvo por el encuentro de aquellos dos amantes,... la Luna los iluminó conmovida por el amor,... el Viento se tornó con sentimientos humanos como mensajeros de las almas... el Silencio habló para ellos con el lenguaje que sólo los enamorados conocen... Una sonrisa escapó de los invisibles labios de un espíritu que con toda su fuerza y su cariño había luchado durante tanto tiempo para que estas dos almas volvieran a reunirse.  Todo estaba listo para su encuentro.  No, todo no.  El incorpóreo ser se volvió escrutando sin problemas en la oscuridad del valle, observando con sus espectrales ojos todos los fenómenos que son invisibles para los humanos.  Estiró su brazo, su mano cristalina iluminada por un celeste y fantasmagórico resplandor, y con una delicadeza sobrenatural, hizo una señal a lo que quiera que estuviera allí para que despertara de su sueño y se acercase.

- Id y mostradles con vuestra luz el camino para que hallen a su amor - dijo con la voz de un ángel.

Un centenar de pequeñas luciérnagas salieron de entre los arbustos y de forma mágica se dispersaron navegando en la brisa con un brillo imposible que enmarcó aquella escena con una belleza que sólo en un sueño se podía encontrar.

No había nada más.  El mundo se había parado y sólo giraba en torno a ellos.  No hubo cabida para el miedo o las dudas, para pensamientos o dejarse guiar por los sentidos.  Una mágica paz envolvió a Ranma y Akane y en un segundo aprendieron a comunicarse únicamente con sus almas.  Era el momento de su encuentro... y ya nada podría separarlos nunca...

Ranma ni siquiera se dio cuenta de que todo su cuerpo temblaba.  Allí estaba, tumbada en un saliente de un manantial reposando con los ojos cerrados, la mujer con la que había soñado desde la primera vez que la vio, y deseó no dejar de mirarla nunca.  Estaba tan hermosa...  tanto... no pudo recordar haber visto belleza mayor en el mundo... Su cuerpo... la había visto desnuda varias veces antes y en cambio le pareció que fuera la primera vez que lo viera de verdad... y ya jamás podría borrar esta imagen de su alma.  Una sonrisa de verdadera felicidad apareció en los labios del muchacho y respiró profundamente mientras inconscientemente abrazaba, de rodillas en la tierra, el tronco del árbol que lo ocultaba.  Una palabra en su alma "Akane..."  Una mirada de amor "...estás aquí..." Un sueño hecho realidad "...por fin te he encontrado"

Akane pudo notar como aquella paz la envolvía haciéndola sentirse protegida, tan protegida como cuando Ranma la tenía en sus brazos, cuando la cuidaba, cuando lo daba todo por salvarla.  Su cuerpo se relajó por completo "Ranma..."  Un suspiro de alivio "...puedo sentirte"

Las luces hacían aparecer a Akane, ante los ojos de su prometido, tan hermosa como un ángel encarnado, se sentía hechizado por tanta belleza, estiró su brazo hacia ella, con aquel gesto que un soñador hace al querer alcanzar una estrella del firmamento, la observó maravillado permitiéndose contemplar a la perfección cada parte del cuerpo de la joven pero sin lujuria ni pasión sino con los ojos con que un artista mira una obra de arte.  Estiró un poco sus dedos y se deleitó bordeando la figura de la joven en la distancia.

Un estremecimiento.  La brisa sacó partido, llevó hasta Akane cada una de las caricias que Ranma le procesaba en la lejanía.  Su piel se erizaba al ritmo en que Ranma la acariciaba, primero sus piernas, su cadera, el estomago y la silueta de su pechos,... y sus labios.  Ambos sintieron el deseo irrefrenable de unirse por fin.

- Ha llegado el momento - dijo el espectro con un sonrisa dulce en su boca.

Ranma comenzó a levantarse lentamente, luchando con todas sus fuerzas contra la tensión de su cuerpo, apoyándose con suma pesadez sobre el árbol.  Akane comenzó a incorporarse con lentitud hasta quedarse sentada.  Ranma la miró fijamente sin poder cerrar los ojos ante el miedo de que desapareciera de su vista si lo hacía.  Akane comenzó a abrir lentamente los ojos sólo mirando sus piernas sumergidas en le agua.

- Adelante - volvió a decir el espíritu con una voz inaudible - No debéis tener miedo.

Ambos llevaron la mano a su pecho a la misma vez como queriendo comprobar que aún estaban vivos y no en el cielo.  Ranma dio un pequeño paso hacia adelante... Akane comenzó a girar su cabeza hacia donde estaba Ranma... Otro paso...  Ella levantaba su vista... Sólo un poco más, pronto Ranma saldría de entre los árboles y por fin sus miradas se encontrarían como en sus sueños.  Otro paso...

El espectro sonrió con total felicidad, soltó un suspiro y se dispuso a marchar, ya había cumplido su misión, ya allí no era necesario.  Una mirada hacia atrás.  Definitivamente esas dos alma debían encontrarse.  Un suspiro satisfecho.  Comenzó a alejarse y... se paró de golpe!  Se giró hacia la derecha y de nuevo escrutó en la oscuridad de la noche.  Su cara se tornó sombría y cerró sus ojos con frustración.  Volvió a mirar hacia el manantial donde se encontraba Akane y Ranma, y con desgana hizo un leve gesto con su mano y desapareció.

Todo se rompió, faltaba tan poco y... el encantamiento terminó, las luciérnagas, el Tiempo, la Luna, el Viento y el Silencio, dejaron de ser los mensajeros del amor para volver a ser sólo eso: luciérnagas, tiempo, luna, viento y silencio.

Akane despertó del ensueño que la envolvía y con fuerzas increíblemente renovadas pudo notar la presencia de alguien entre la maleza y terminó de volverse hacia donde Ranma estaba.

- ¡¿Quién anda ahí?! - reclamó en voz alta - ¡Seas quien seas será mejor que salgas por las buenas! - dijo la joven con suma firmeza.

Ranma sintió pánico y retrocedió instintivamente volviendo a su escondite.  Por primera vez se percató de la escena: Akane desnuda dándose tranquilamente un baño y él mirándola escondido tras la maleza.

"Estoy muerto, si me descubre seré hombre muerto"

De un ágil salto Akane salió del agua y llegó hasta la rama donde había colgado momentos antes su ropa, rápidamente se la puso y comenzó a acercarse hacia el vano escondite de Ranma.  Había algo ahí, Akane podía sentirlo y algo en su alma le decía que debía descubrirlo... que debía enfrentarse a su encuentro...  Estaba ya tan cerca que Ranma podía ver a la perfección como su cuerpo húmedo mojaba el camisón, que tan rápidamente se había puesto, haciéndolo que se pegara a todo su cuerpo.  Ranma se sonrojó intensamente mientras no podía dejar de admirar cada una de las curvas de aquella joven.

Un paso más, otro... ya estaba tan cerca.

"Ya te tengo" - pensó Akane.

Una mirada decidida apareció en sus ojos de guerrera.  Extendió su mano, pero una voz la interrumpió.

- ¡¿Que haces aquí a estas horas?!

Akane se volvió rápidamente al escuchar esta voz.  A su izquierda estaba Cologne, subida en su bastó y con una mirada que Akane no supo descifrar.

Cologne escrutó la zona con rapidez e intensidad.  Se había despertado con algo así como un mal presentimiento.  Ella con su centenaria edad y su inmensa sabiduría podía leer los cambios en la naturaleza, en las fuerzas... y los espíritus de los seres de aquel valle estaban muy revueltos, nunca la anciana había visto algo así.  Un acontecimiento importante había estado apunto de acontecer y de cambiar muchas cosas... de no ser por su llegada.

¿Cuanto tiempo... - comenzó a preguntar Akane un tanto aturdida, dudando si aquella presencia que había sentido podía haber sido su maestra.

- Es mejor que volvamos al campamento y descanses, presiento que mañana será un día duro - dijo con voz ronca la matriarca amazona.

- Sí, sensei,... yo también lo presiento... - una aire soñador acunó sus palabras mientras se llevaba las manos a su pecho y echaba una última mirada a la Luna.

Sin mirar atrás se perdieron entre los árboles camino al campamento.

Ranma mientras tanto se quedó paralizado.

"Sensei, Akane llamó sensei a la vieja bruja...  No, no puede ser..."

Su rostro palideció.  Si Akane llamaba maestra a Cologne entonces eso quería decir que sus mayores temores podrían ser una realidad.  Ranma hundió la cabeza en sus manos sintiéndose incapaz de pensar en que hacer.  Todo cuanto deseaba era decirle lo que sentía, tal y como había decidido la noche antes de su partida.  Tenía que ser fuerte, había llegado el momento de enfrentarse a sus miedos, pero la simple presencia de Akane igual que le hacía invencible ante cualquier rival, siempre conseguía que él se sintiera vulnerable a su sonrisa, sus ojos o sus palabras...

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

El Sol comenzaba a nacer en el valle perdido de los manantiales calientes.  Akane se encontraba sentada en el centro del valle practicando su meditación matinal, que según Cologne hoy parecía necesitarla más que nunca.  Según las indicaciones del plan de la anciana amazona Akane vestía al más típico estilo Shampoo: vestido chino en tono rosa con el dibujo de cascabeles surcando la tela, manga corta, cuello cerrado y dos aberturas a los laterales del vestido, que a los ojos de la joven Tendo era excesivamente corto.

Respiró pausadamente y se levantó dirigiéndose hacia el manantial más cercano.  Se agachó ante él y se permitió contemplar su rostro en las aguas, le costó reconocer su propio reflejo  y una sonrisa apareció en su rostro.

"Es increíble que haya mejorado tanto, jamás pude imaginar que tras deshacerme de los pesados brazaletes que me puso Cologne pudiera dominar sin ningún problema el Kachu Tenshin Amaguriken (truco de las castañas asadas a fuego vivo).  Ranma se quedaría en shock si viera todo lo que sé hacer ahora"

Una mirada nostálgica salió directa de su alma.  

"Seguiré luchando, Ranma, y lo haré por nosotros... Hoy siento que podré conseguir cualquier cosas...  Hoy te siento más cerca de mí que nunca..."

Un vuelco en su pecho.  Akane abrió sus ojos en reacción.  Podía sentir la presencia de alguien observándola, tal y como hacía unas pocas horas mientras se bañaba en el manantial... Y así era.  

- ¡¿Quién anda ahí?! - demandó con fuerza Akane volviéndose hacia donde provenía aquella presencia.

Las ramas se movieron y las hojas crujían aplastadas bajo las pisadas del intruso mientras Akane miraba con atención hacía aquel lugar.  Pudo ver como alguien retiraba unas ramas y se aventuraba a salir a terreno descubierto.  Akane quedó sin aliento, antes de siquiera ver su rostro ya lo reconoció, sus ropas chinas eran inconfundibles a sus ojos, sus fuertes brazos... y esa trenza...  Se miraron a los ojos... no hay palabras que recojan la emoción que ambos sintieron en ese instante.  La mente de la joven se derretía y una inmensa alegría la invadió por completo, ya no importaba nada, la partida, el entrenamiento y todo lo vivido perdió significado alguno y en el mundo ya sólo estaban ellos dos.  La joven terminó de entrar en shock al ver como Ranma se acercaba a ella, estaba tan guapo, no recordaba haberle visto nunca tan atractivo, sus ojos, su cabellos cubriendo su frente, contrastando el azul de su cabello con el azul grisáceo de sus hermosos ojos.

Ranma se olvidó de todo, intentó imaginar que estaban en casa, que era la mañana siguiente a la noche de la partida, que nada había ocurrido y que tal y como Akane le prometió tendrían aquella conversación en la que él por fin podría decirle todo aquello que se había callado desde el inicio, ya no había lugar para el miedo, ya habían esperado demasiado, de nuevo volvía a contemplar sus enormes ojos marrones y no quería tener nada más en la vida sino a ella sólo para él.  Ranma terminó de cubrir la distancia que los separaba y ambos sintieron como sus corazones se regeneraban tras tan larga espera.  Él acarició suave y dulcemente los labios de la muchacha con sus dedos tal y como había hecho en la distancia en la noche, los sintió tan suave como los pétalos de la flor del cerezo y deseó hacerlos suyos.  Tal vez Akane pudo leer en la mente del hombre que la acariciaba pues los dos se sonrojaron al mismo tiempo ante este pensamiento.  Ranma pasó la mano por la mejilla de Akane y acarició su corta melena mientras pasaba su otra mano por la cintura atrayéndola contra él.

El espectro los observaba complacido escondido entre las sombras.  Esta vez nadie los había interrumpido, era hora de cumplir con su destino, con su encuentro... de una forma u otra. 

- Id y abrazadlos con vuestra belleza - dijo en una orden silenciosa.

Un centenar de mariposas de todos los colores aparecieron por todas partes, viajando en el Viento, acunando a aquellos enamorados en su hermosura, creando una atmósfera idílica.  El Viento giraba alrededor de los jóvenes consiguiendo sin que se diesen cuanta que cada vez se acercasen más el uno al otro en aquel tímido, espontáneo y ansiado abrazo, embriagando sus sentidos, llevando en la brisa el aroma del otro, mientras el Sol rayaba el alba calentando sus corazones.

Los dos habían imaginado esta escena es sus mentes cientos de veces desde el prime día que se separaron, calculando exactamente como sería cada gesto, cada palabra, y sin embargo sus mentes emocionadas no conseguían, ahora que podían interpretar aquel sueño que tanto habían preparado,  encontrar ni una sola palabra que decirse.  Pero no importó.  Se acercaron más aún sin dejar de mirarse a los ojos, cerca del ataque al corazón.

"Ranma"

Sus labios temblaron ante el deseo de unirse.

- Akane - dijo en un susurro mientras volvía a acariciar su suave mejilla con la misma delicadeza que cuando bordeaba su silueta en la lejanía.

Akane supo interpretar la caricia en su piel y la voz de su prometido en lo más profundo de su ser.  Sus ojos se humedecieron sólo pudiendo decir:

- E-Eras tú... en el manantial... eras tú...

El Viento los envolvió con más fuerza, Ranma encerró a Akane aún más en sus brazos y ambos desearon que fuera eterno.  Ranma sintió como una fuerza imparable recorría sus venas.  Tenía a Akane de nuevo en sus brazos, podía sentir su calor, su aroma, su alma junto a lo suya.  Levantó un poco el rostro de la joven y ella tembló al sentir el cálido aliento de Ranma acariciando su boca.  Akane cerró los ojos y se perdió sin remedio sintiendo el amor más puro llenando cada centímetro de su cuerpo.  Cologne tuvo razón, no era capaz de resistirse a los encantos de ese hombre, el hombre del que se había enamorado sin remedio.  Ranma terminó de cerrar sus ojos y eliminó toda distancia, sus labios se rozaron y...

- ¡¿Airen, estás ahí?!

Un vez más el espectro tornó su cara llena de amargura y pesadez, bajó la cabeza, hizo una señal a sus mensajeros y desapareció diciendo:

- Es mandato del destino...  Así ha de ser.

Todo encanto se rompió, las mariposas volvieron a sus lugares antes de que nadie las viera y los elementos volvieron a sus quehaceres, y Ranma y Akane se separaron presurosos llenos de vergüenza y pena.  Akane se giró intentando recuperar su compostura y equilibrio mientras Ranma sólo podía mirarla sin terminar de comprender lo que había estado a punto de suceder.

- Ak... - fue todo lo que logró decir antes que Shampoo se lanzase hacia él a abrazarlo apasionadamente saliendo de improviso de entre los árboles. 

- ¿Por qué airen marcharse tan temprano? - dijo Shampoo melosa - Shampoo sentirse sola en la cama al despertar y no ver a airen. - dijo preparando su propia venganza.

" No puede ser... ¿Ranma está con Shampoo?" - pensó Akane con el corazón roto.

- ¡No! ¡¡Maldita sea, Shampoo, suéltame!! - gritaba Ranma intentando librarse del abrazo de la amazona - Akane, no es lo que parece.  Tienes que creerme, Akane, Shampoo miente, ha sido ella la que ha estado impidiendo que te encontrase.  ¡Te lo juro!

Akane permanecía de espaldas a ellos intentando controlar sus emociones y decidir que hacer.  Con pesadez Akane se obligó a recordar las palabras que hacía unos días Cologne le había dicho al exponer su plan <<Por todos es bien sabido la devoción del yerno por proteger a su querida prometida.   Por eso supongo que tendremos que buscarle un motivo para defenderte... y un enemigo temible contra el que luchar. Jia jia jia jia.  Y esa nota que escribiste es el principio perfecto para mi plan. Jia jia jia jia.  Es así de simple, si tú misma eres tu enemigo, lo que te pone en peligro, el motivo que separa al yerno de ti, él no podrá evitarlo y luchará por recuperarte a cualquier precio, tal y como ha hecho siempre.  Debeos conseguir que olvide que eres la Akane que él conoce.  Necesitas una nueva personalidad y esos mismo es lo que a los ojos de todos voy a darte.>>  Akane reunió todas sus fuerzas y su amor y se preparó para dar el paso más difícil de su existencia y el decisivo para que ambos hallaran la felicidad.  Se concentró por completo en actuar con un absoluto 'corazón de hielo', el plan de Cologne comenzaba en este instante y con él la lucha.

- ¿Acaso crees que me importa algo de lo que hagas, Saotome? - dijo Akane volviéndose hacia él con el tono y la mirada más indiferente y frío que encontró.

Ranma se quedó estupefacto, así como Shampoo, sintiendo un mal presentimiento.  De repente le costó ver algo de la Akane de siempre en aquella mujer que le hablaba.

- ¿A-Akane? - preguntó incrédulo sin comprender aquel tono en su prometida.

- Tus conquistas no tienen que ver conmigo.  Nada tienes que hacer aquí, Saotome.  Ya no hay en este cuerpo para ti - dijo evadiendo la mirada escrutadora de su prometido.

- ¡¿De qué estás hablando?!  Hace un mes y medio que te he estado buscando... ¡Desapareciste!  Y hace un momento... - decía Ranma sin ocultar su desconcierto.

- Bienvenido seas, mi querido yerno - pronunció Cologne saliendo de detrás de Ranma - Me alegras comprobar que ya has visto la pequeña sorpresa que te he preparado, jia jia jia

- ¡¡¿Qué le has hecho a Akane, vieja bruja?!! - demandó Ranma volviéndose hacia la anciana.

Cologne saltó por encima de los jóvenes y llegó hasta Akane.  La miró llena de orgullo, Akane lo estaba haciendo bien, aunque tenía claro que necesitaba que le echasen una mano o se derrumbaría sin remedio.

De entre la maleza apareció Mousse seguido de Ryoga y Ukyo.  Los tres se detuvieron de golpe y pudieron notar sin reservas la tensión en el ambiente.  Ryoga no pudo evitar quedarse absorto mirando a Akane mientras en los rostros de los otros dos jóvenes la preocupación se apoderó de ellos al ver el deje de amargura en la cara de Ranma que actuaba en postura defensiva.

- ¿Qué le he hecho a Akane? - contestó la anciana en tono divertido - Nada malo, te lo aseguro, por lo menos para ella, ahora, para ti... puede que sí sea bastante malo, jia jia jia jia

Shampoo puso una pose triunfal.  Su bisabuela se había encargado de Akane tal y como ella había supuesto desde el principio.  Ahora Ranma sería todo suyo.

- Ahora Akane es mucho más poderosa de lo que jamás pudo soñar, tal y como ella deseaba - prosiguió diciendo la anciana - Y una nueva vida comienza ahora para ella.

- ¡¿Que quieres decir con eso?! - preguntó Ranma temiéndose lo peor y sin dejar de mirar de reojo a Akane.

- Muy simple, yerno.  Os presento a todos a una nueva Akane Tendo - solemnemente apuntó con su mano hacia Akane, la que levantó su rostro y miró a todos con una frialdad que helaría el sol y con una sonrisa malévola en sus labios (N.A. 1) - Un simple punto de presión de su cabeza pulsado y... - la anciana se recreó en pronunciar estas palabras - ...tenéis ante vosotros a mi futura hija adoptiva y por lo tanto amazona por ley y heredera legítima de la Supremacía Femenina.

Un silencio sepulcral reinó en la escena.  Ningunos de los recién llegados al valle perdido de los manantiales calientes parecía entender aquellas palabras que acababan de bombardear sus oídos.  Akane disfrutó por un segundo intensamente al observar la cara descompuesta de Shampoo que no podía creer que realmente fuera cierto que su propia bisabuela la hubiera traicionado de esta forma.  Pero sólo lo disfrutó un segundo, sólo hasta que sus ojos se posaron en un Ranma que luchaba por poner orden en sus desbaratados pensamientos.  Ranma levantó su vista y se encontró con la de Akane.  Ella se odió a si misma en este instante, se le veía tan desvalido, tan desconcertado ¿merecía la pena todo este sufrimiento?  

- ¿Qué significa exactamente eso, vieja?  Shampoo es la única y verdadera heredera de su tribu - declaró Mousse indignado.

- No sé que parte de mis palabras te pueden crear dudas, chico pato.  Akane quería ser más fuerte y yo le concedí su deseo.  Pero por supuesto no iba a quedarme sin conseguir nada a cambio. - Cologne volvió su cara hacia su nieta que permanecía en shock - La aleda de la Supremacía Femenina sólo puede tener como heredera a una guerrera invencible y mi nieta Shampoo hace tiempo que es cualquier cosa menos eso. Ya no es merecedora de su herencia.  Akane, con su nueva personalidad y su verdadera fuerza despertada, será la nueva heredera y viajará a China conmigo.

Akane miró a su maestra sorprendida.  No estaba en el plan el que tratase tan duro a Shampoo.  La anciana había improvisado y eso daba un nuevo giro a la situación,... podría resultar peligroso.

- ¡¡No!! - Ranma dejaba fluir su aura de combate con un intenso brillo azul - Ni sueñes con que permita que te lleves a Akane - apretó sus puños con fuerza mirando con odio a la anciana - Vas a devolver a Akane a la normalidad y vas a hacerlo ¡¡AHORA!!

Ranma se lanzó a atacar a la anciana con suma rapidez.  Cologne ni siquiera se inmuto, sólo permaneció inmóvil.  Ranma se dispuso a conectar en ella un puñetazo cuando de repente Akane se interpuso entre ambos.  Ranma se paró en seco, mirando atónito a Akane que sin problemas había detenido su puño el cual aún sujetaba fuertemente con su mano.

"¿¿Cómo es posible??" - pensaba Ranma sin dejar de mirarla - "Ni siquiera la vi acercarse. ¿Desde cuando es tan rápida?"

Akane le miró profundamente a los ojos e intentando no expresar sentimiento le dijo:

- Ya te lo dije.  No hay nada en este cuerpo de lo que buscas.  Akane, tu prometida, ya no existe, y no volverá jamás.  Será mejor que te vayas de aquí. 

- No digas estupideces - dijo Ranma intentando contener su latente frustración - tú vas a volver ahora mismo conmigo a Nerima, Akane... por las buenas o por las malas.

Ranma se acercó más a ella y con un rápido movimiento intentó atraparla y así inmovilizarla.  Akane simplemente saltó por encima de Ranma y se alejó unos cuantos metros de él.  La joven Tendo adoptó una posición altiva y decidida mientras se obligaba interiormente a recordar cada una de las palabras del desafío que ahora debía lanzar.

- No toleraré que ningún hombre me dé órdenes  - decía la chica mientras visualizaba en su mente a la panda de pervertidos que le acosaban en el Furinkan para así encontrar el desprecio necesario en su voz - Escúchame bien, Saotome, yo odio a los hombres y todo aquel que desee hacerme suya antes tendrá que vencerme.

- ¿Qué? - no supo por qué pero Ranma inconscientemente al escuchar la frase 'yo odio a los hombres' no pudo evitar revivir en él aquellos incontrolables celos que sentía por el Dr. Tofu.

- Resígnate, Saotome, no volverás a verla nunca... yo me encargaré de ello - culminó Akane.

- No es cierto - dijo en un murmullo quedo Ranma - Las dos sois unas mentirosas, pero a mí no podéis engañarme.

Akane casi cayó al piso de la impresión - "Él... él lo sabe... nos descubrió...¿pero como?"

- No sé de que hablas, yerno - Cologne procuró eliminar toda la tensión de su voz.

- Puede que podáis engañar a otro pero no a mí.  Eres tú, tú eres mi Akane de siempre - las mejillas de Akane se calentaron un poco ante ese 'mi Akane' que acababa de pronunciar.  Ranma se acercó a ella quedando separados menos de medio metro, y la miró con decisión y franqueza - No hay nadie que te conozca mejor.  Puede que la vieja haya hecho lo que sea en tu cabeza, pero lo sé, lo veo en tus ojos, mi Akane aún está ahí dentro. - la joven se sentía embriagada por cada palabra mientras el resto sólo observaban expectantes, sin atreverse a interrumpir - Aunque tu mente sea diferente ahora, Akane, tu alma sigue siendo la misma.  Conozco tu mirada... - Ranma acarició la mejilla de su prometida - ...y es la de mi Akane.  Y tú sabes que ella volverá a mí por mucho que te empeñes... sabes que hace un momento estuvo conmigo... sabes lo que estuvo a punto de pasar entre nosotros... - dijo posando su vista en los labios de Akane.

La tensión entre los que observaban creció.  Ukyo estuvo apunto de intervenir de no ser porque Mousse la detuvo pidiéndole que se calmase. Pero la preocupación fue mayor sobre todo en la matriarca amazona.  Si no hacía algo Akane cedería y todo el trabajo habría sido en vano.  Se dispuso a hablar, pero Akane se le adelantó.  Akane sentía la mano de Ranma en su rostro tremendamente cálida, estaba perdida en sus ojos azules y sintió como ellos le daban las fuerzas para poder enfrentarse a cualquier cosa.  Le miró con cierta dulzura y comenzó a hablar.

- Tienes razón, es cierto lo que dices, ella, tu Akane, como tú la llamas, aún está dentro de este cuerpo.  Pensé que había conseguido eliminarla por completo pero ahora me doy cuenta que no es así.  Era una posibilidad.  Dices que reconoces su mirada... tu Akane también reconoce la tuya - Akane luchó por evitar que las lágrimas se escapasen - El contemplar tus ojos la ha despertado - Ranma se dispuso a abrazarla olvidando que los observaban, Akane le detuvo antes que le rodease con sus brazos y endureció su mirada - Como he dicho has conseguido despertar una parte de tu Akane, y eso es un grave inconveniente para mí.  Sólo una de las dos puede estar presente y juro que esa seré yo.  No lo dudes, Saotome.

Ranma retrocedió ante estas palabras.  Cologne le habló entonces.

- 'Tu Akane' ha resultado ser más fuerte de lo que esperábamos, continuamente se ha resistido a su nueva conciencia.  Pensamos que la habíamos eliminado por completo, pero parece ser que en ti reside la forma de despertarla, aunque sólo en parte.  Sólo hay una forma de acabar con esto de una vez por todas. - todos escucharon impacientes - Sólo luchando se decidirá si la antigua Akane vuelve o desaparecerá para siempre.  Ella se niega a desaparecer porque aguarda esperanza de que tú, mi querido yerno, vinieses a rescatarla.  Si esta nueva Akane te vence, a ti, su salvador, 'tu Akane' perderá la esperanza, desaparecerá y no iremos a China.

- ¿Y si yo venzo? - preguntó Ranma.

- Entonces la nueva Akane será la que desaparezca y tú recuperarás lo que has venido a buscar aquí.

El silencio reinó en todo el valle.  Akane temió que los fuertes latidos de su corazón fueran escuchados por todos.  Esto es lo que había esperado desde que se fue de su casa.  La respuesta de Ranma lo decidiría todo.  Mientras, el joven Saotome se debatía en una lucha interior en la que por primera vez su deseo de proteger a Akane la ponía expresamente en peligro a ella.  Pero aunque la detestase sólo había una opción.  Ranma respiró profundamente y miró con tristeza a Akane, pero su voz sonó decidida al decir:

- Acepto, lucharemos aquí y ahora y te recuperaré, Akane.

- ¡¡No!! - se escuchó decir a Ryoga, el que se acercó corriendo a Ranma y agarrándolo del brazo le dijo - No lucharás con Akane.

- DÉJAME, IMBÉCIL - gritó Ranma - ¡¡¿No te das cuenta que tengo que salvarla?!!

- Sí, me doy perfecta cuenta, Ranma, pero... - Ryoga bajó el tono intentando mantener la privacidad entre ambos  - ... no te lo tomes a mal, pero sabes que no podrás vencer, y esa nueva Akane... mírala, no es la Akane que nosotros conocemos... y si la vieja bruja se ha tomado tantas molestias en esconderla y entrenarla, entonces debe ser muy fuerte... Y dime ¿cuánto tiempo hace que no entrenas de verdad?  Si no nos hubieran interrumpido el otro día te habría vencido, y sabes que es cierto - Ranma se asombró de la seriedad y sinceridad en las palabras de Ryoga, al que no pude evitar sentir como a un gran amigo.

- Ryoga tiene razón, Ranma.  No seas idiota, recuerda que si pierdes esta peleas también perderás a Akane para siempre - acotó Mousse que permanecía alerta por si alguna de las otras prometidas de Ranma se decidía a actuar por su cuenta.  El que Ranma y Akane se separasen para siempre significaría el adiós definitivo de sus esperanzas para con Shampoo y no iba a resignarse a perderla.

- Bien, yerno, por mi parte no veo inconveniente en demorar por unos días la pelea.  El que ambos os entrenéis a fondo hará la lucha más interesante.

- De acuerdo - el chico de la trenza miró con resignación al suelo - sólo dime un día y aquí estaré.

- Digamos... en diez días ¿será suficiente para ti?  Pero no en este lugar.  La contienda será en el Dojo Tendo ¿te parece correcto?- preguntó la anciana.

Ranma sólo asintió, era un avance el que Akane fuera a Nerima.  Puede que así, tal vez, el Dr. Tofu pudiese encontrar una cura para Akane tal y como cuando Shampoo utilizó aquel champú para hacer que Akane le olvidase.

Los jóvenes comenzaron a marcharse despacio, ante la mirada decidida de la maestra y su alumna.  Shampoo a regañadientes comenzó a caminar, estaba demasiado furiosa, la habían humillado y como buena amazona no podía consentirlo.

- Shampoo ser única heredera.  Shampoo querer luchar ahora - demandó mandando a Mousse al suelo al haber intentado detenerla y hacerla marchar con ellos.

- Cuando quieras.  Estoy lista. - Akane adoptó una posición de combate al igual que Shampoo.

- No ahora, Shampoo - le dijo Ranma a la joven amazona tomándola con cuidado por el brazo - Yo me encargaré de esto y todo volverá a ser como debe.

- Pero... - intentó demandar Shampoo.

- Confía en mí - dijo Ranma mirándola con decisión a los ojos, consiguiendo que Shampoo se ruborizase y se marchase con los demás sin peleas.

Akane dio la espalda a su prometido rápidamente casi sin poder contener sus celos ¿A qué venía hablarle así a Shampoo?  "Será... Menudo pervertido” pensó apretando los puños.  Un mano se posó con delicadeza en su hombro, ni siquiera notó acercarse a nadie, su enfado como siempre conseguían hacerle perder la concentración.  Se volvió a mirar a Ranma.  Él soltó su hombro y se separó un poco.

- Ya vete, Saotome  ¡¿A qué esperas?! - dijo sin querer contener su rabia.

- Me iré ahora - pronunció quedo - Pero intentad haced alguna treta, no apareced dentro de diez días en el Dojo Tendo, y os juro a las dos por mi honor que os buscaré en el mismo infierno si es preciso y entones no seré tan cortés – y con toda su rabia pronunció - ¡Akane es mía!  Y tú, anciana, pagarás muy caro el haberte atrevido a intentar quitármela.

Nadie dijo nada más.  Ranma emprendió la marcha y junto con Ryoga, Mousse, Shampoo y Ukyo desapareció entre la arboleda camino por fin hacia Nerima, mas no sin que antes que Akane los perdiese de vista por completo Ukyo comenzase a andar junto a Ranma pasando su brazo por su hombro para demostrarle su apoyo.

Akane bajó la cabeza y la tristeza invadió su rostro.  Cologne por el contrario sonrió victoriosa y de un salto de su bastó llegó hasta Akane.

- Perfecto, querida, no habrían podido ir mejor las cosas.  Se lo creyó todo y pronto tendrás el combate que tanto esperabas.  

-  Sí, perfecto - contestó sin ganas la joven aún si levantar su mirada del suelo.

- Así que ahora no podemos perder ni un minuto, tenemos que...

Las palabras de la anciana sonaban como en la lejanía para Akane, mientras sólo lograba preguntarse "¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Cómo hemos llegado a esto?"  Rápidamente miró hacia su sensei que aún le hablaba sin que ella fuera capaz de entender una sola palabra.  Se sintió mareada, como si fuera a desvanecerse, con una fuerte ansiedad que le presionaba el pecho ¿pero por qué? "Eso se llama sentimiento de culpabilidad" le informó la voz de su conciencia.  Se tapó la boca con la mano intentando sin éxito contener un sollozo.  Cologne la miró apenada.

- No... No puedo - dijo con la voz rota antes de salir corriendo la joven Tendo.

- Esta bien - pensó en alto la anciana - Supongo que han sido demasiadas emociones en un momento.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Dojo Tendo]

Rayaba el medio día en Nerima.  Durante algo más de mes y medio se pretendió como si la vida continuase relativamente normal en la localidad, más una exasperante tranquilidad cubría el ambiente, ya no ocurría nada extraño o de interés allí.  En el Dojo Tendo las cosas eran peores.  Tanto que se habían quejado todos de no soportar las constantes peleas entre Ranma y Akane, las peleas entre el muchacho y cualquier loco artista marcial que pasase por la zona,... y en cambio ahora eran incapaces de vivir sin esos dos muchachos que de una forma u otra llenaban las vidas de todas las personas de aquella casa.  Soun Tendo se pasaba los días llorando por su hija desaparecida o en su defecto persiguiendo a Genma Saotome con la katana de su esposa por toda la ciudad, por no haber educado mejor a su hijo, o si no era perseguido por la propia Nodoka por pasarse el día jugando a la pelota convertido en panda.  Incluso el pobre Genma llegó a tener que permanecer por una semana entera como mascota en el zoológico, como castigo impuesto por su esposa cuando se enteró de algunas de las fechorías que le había hecho a su pobre hijo en aquellos largos años de separación.  Fueron días duros para los Tendo y los Saotome, y tal y como Nabiki y Kasumi no dejaron de repetir en esta larga espera por el regreso de su hermanita, si no hubiese estado Nodoka allí puede que la familia no hubiese resistido, pues ninguno se habían parado antes a pensar en la falta que les haría Akane si un día faltase en sus vidas.  Fueron días de lágrimas, de llamadas incesantes por parte de Nabiki intentando conseguir información sobre el paradero de su hermana, de esperas frente al teléfono, de apoyo mutuo, de recordar frente a viejos álbumes de fotos antiguas anécdotas entre risa y llanto... días de espera, de esperanza, de rezos.

 Kasumi preparaba el almuerzo tal y como todos los días ayudada por la tía Nodoka, tal y como la llamaban cariñosamente.  La primogénita de los Tendo, que encontraba su mayor entretenimiento y alegría en cocinar, había tomado su vía de escape al dolor aprendiendo nuevas recetas que la señora Saotome le enseñaba.  Para Kasumi la presencia de esta mujer en la cocina fue más parecida a la relación de antaño con su madre de lo que jamás volvería a sentir.

- Tía Saotome ¿Podría pasarme la salsa de soja? - dijo la dulce joven con su inconfundible sonrisa.

- Aquí tienes, querida - dijo correspondiéndole en dulzura - ¿Cómo va ese pescado? - dijo mientras le pasaba el bote con la salsa.

Fue sólo por un instante pero ambas se quedaron paralizadas, como por un mal augurio, las sonrisas desaparecieron de sus rostros y se miraron con cierto temor a los ojos mientras el recipiente de la salsa de soja se precipitaba al vacío.  El ruido del cristal al estrellarse contra el suelo y quebrarse las sacó de su estupor y automáticamente ambas se agacharon a recoger los pedazos de cristal.  Las miradas de las dos mujeres volvieron a cruzarse con preocupación.   Reinó el silencio en la cocina, sólo roto por el sonido del hervir de un agua en el fuego.

- Tía,... ¿Podría ser...? - dijo temerosa Kasumi.

- No, no debemos pensar nada malo, ellos están bien, mi hijo la encontrará y...  Tienen que estar bien... - respondió no muy convencida de sus palabras.

El silencio volvió acompañado de angustia.  Kasumi y Nodoka siguieron recogiendo cristales sin atreverse a pronunciar una palabra y temiendo que algo malo estuviera ocurriendo.  El fuerte sonido del teléfono comenzando a sonar las sobresaltó sobre manera.

- ¡Ay! - se quejó Kasumi mientras apretaba su dedo índice en el se había clavado un pequeño cristal.

- No es nada, ¿ves? - dijo la Nodoka sacándole con cuidado el cristal de la carne - Ve a echarte un poco de agua mientras yo cojo el teléfono.

Nodoka salió a toda prisa hacia el aparato que reclamaba su atención una y otra vez con su sonido impertinente.

- Residencia de los Tendo ¿dígame? - respondió algo agitada.

- ¿Mamá? Soy yo, Ranma - contestó la voz por el teléfono.

- Hijo mío, que alegría escucharte ¿Cómo estás?  ¿Qué sabes de Akane?  Aquí estamos todos muy preocupados y Nabiki aún no descubrió nad....

- Mamá, mamá, déjame hablar, por favor - cortó Ranma a su madre en tono serio - Ya encontré a Akane.

El tono en la voz de su hijo no le dio pie a Nodoka para celebración alguna ante la noticia.

- ¿Qué ha ocurrido? - preguntó intranquila.

- Es... es complicado de contar....  Vuelvo a casa, estaré en Nerima mañana por la noche.

- ¿Y Akane?

- Ella no vendrá conmigo - dijo casi sin voz - Os explicaré todo a mi regreso, sólo dile al Sr. Tendo que no debe preocuparse más, recuperaré a su hija aunque sea lo último que haga.

- Está bien, hijo, yo le diré pero...

- No, nada de peros, mamá, no puedo hablar de esto ahora, en serio - pidió Ranma.

- Pero... - insistió Nodoka sólo como una madre puede hacerlo - ¿Cómo estás tú? - le preguntó con delicadeza.

El corazón de Ranma se estremeció y se emocionó a notar la preocupación de su madre.

- No lo sé, yo... - apenas podía contener sus emociones - Supongo que podría estar mejor... o que no podría estar peor... yo que sé - soltó un fuerte suspiro que le llegó a su madre al alma - Bueno, tengo que irme.  Nos vemos mañana.

Sin grandes despedidas Nodoka colgó el teléfono y volvió a la cocina.  Allí estaba Kasumi colocándose una tirita en el dedo.

 - ¿Quién era? ¿Qué paso? - preguntó al ver aquella seriedad en la cara de la futura suegra de su hermana.

- Era Ranma, vuele mañana y parece que no trae buenas noticias.

El silencio reinó y ambas bajaron la cabeza.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle de los manantiales calientes]

Habían pasado ya varias horas desde aquel fatal encuentro y el sol reinaba majestuoso en lo más alto del cielo.  Akane lo miraba ofendida desde la rama en la que estaba subida, era indignante que hiciera un día  tan hermoso mientras su vida se rompía a pedazos.   Llevaba todo el rato dándole vueltas a las mismas preguntas sintiéndose incapaz de encontrarles una respuesta.  Todo había perdido sentido para ella sólo con el hecho de ver los ojos de su prometido. "¿Por que nos está pasando esto?" volvió a preguntarse "Porque eres una marimacho testaruda" se reprimió a si misma "¿Puede ser? ¿Realmente me estoy equivocando? ¿Acaso estoy destrozando mi vida sin darme cuenta?  Tal vez..."

- Por fin te encuentro - demandó la anciana desde el suelo.  Akane miró hacia abajo con pesadez - Llevo una hora buscándote.  Sí que te escondiste bien.  Baja, tenemos mucha cosas que hacer aún.

Akane bajó del árbol sin problemas y se colocó delante de la anciana.  Esta prosiguió hablando.

- Has mejorado mucho desde que comenzó tu entrenamiento y hoy por hoy ya puedes sentirte toda una luchadora marcial.  Pero estamos hablando de mi querido yerno y para luchar contra él tus conocimientos no son suficientes.  Antes de salir de Nerima te busque algo muy especial para ti, una técnica ancestral amaz...

- Alto - Akane bajó la cabeza y tragó duro - No puedo... no puedo hacerlo - lo había intentado, había estado buscando un motivo para hacer sufrir a Ranma de esta forma y no había nada que lo justificase.

- No, si que puedes - la tensión se formó en la voz de la anciana - has entrenado muy duro y no puedes rendirte justo ahora que comienzas a alcanzar tus objetivos.

- ¿Objetivos? - la joven ya no pudo aguantar más y dejó fluir su frustración alterada - No hay objetivos que...

- Recuerda porqué comenzó todo esto, la conversación que tuvimos cuando te encontré llorando y empapada en el parque de Nerima y me pediste que...

- ¡NO! No quiero escucharlo, no quiero escucharla más - chilló llevándose las manos a la cabeza - Todo esto fue un gran error... NO puedo seguir con esto, no quiero hacerlo.  Lo siento.

Akane salió corriendo sin mirar atrás.  Una parte de ella se sintió culpable por abandonar a la anciana después de todo lo que había hacho por ella pero... "Ranma"  Él era lo único que importaba, lo único en lo que debía pensar.  Todo esto había sido una tremenda locura  ¿Para qué hacer aún más complicada su vida de lo que ya era?  Si todo con lo que soñaba era con poder estar con Ranma ¿para qué enfrentarse? Había sido muy cruel engañarle de esa forma. Él parecía tan preocupado por ella. ¿Cómo podía hacerle esto? Ahora estaba dispuesta a hacer sus sueños realidad y hacer que ambos fuesen completamente felices.

Cologne vio como su estudiante huía completamente confundida y no hizo nada por detenerla.  Dio media vuelta, se dirigió al campamento y dijo en voz baja.

- Volverá... y lo hará por su propio pie.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Pueblo Hofu]

Ranma regresaba al campamento que habían montado los muchachos en la pequeña población agrícola.  En unas horas saldría el autobús que los llevaría a Hiroshima y allí tomarían un tren hasta Tokyo.  Para mañana bien entrada la tarde estarían en Nerima, tal y como se lo había comunicado a su madre hacía un par de horas al hablar por teléfono.  Lo realmente difícil vendría cuando tuvieran que enfrentarse a Soun Tendo, ya se imaginaba como reaccionaría cuando le dijera que no había traído de vuelta a Akane porque Cologne le había cambiado la personalidad y que para que volviera a la normalidad debería enfrentarse a ella "Tal vez no se enfade tanto.  Después de todo nos hemos enfrentado a cosas peores ¿no?"

- Te he preparado un otonomiyaki, Ran-chan, justo como a ti te gusta.  Debes tener mucha hambre - dijo animada Ukyo acercándose a Ranma cuando lo vio llegar.

Él sólo le hizo un gesto de negación y siguió su camino.  Ukyo se negó a reprimir más su enfado y cogiendo a Ranma por la trenza se lo llevó a rastras, ignorando los chillidos del muchacho, hasta el pie de una choza, un lugar resguardado de posibles curiosos... o eso pensaba Ukyo.

- ¿Para qué hiciste eso? - dijo Ranma intentando contener su enfado.

- Porque necesito saberlo, Ranma - Ukyo se sentó en el suelo, Ranma siguió su ejemplo - Y te pido por nuestra amistad que seas sincero - Ranma asintió tranquilo, la joven prosiguió ya no tan clamada - Porque te juro que no lo entiendo... No comprendo porqué sigues con esto.  Tú lo escuchaste tan bien como yo, como todos.  Cologne dijo que Akane había ido a ella voluntariamente y...

- No vayas por ahí, Ucchan - Ranma endureció el gesto.

- ...ella parecía feliz con aquella situación - la joven prosiguió subiendo el tono de voz para imponer con fuerza su opinión - Y no lo entiendo ¿Por qué sigues con todo esto?

- Digamos que he encontrado su cuerpo pero no su espíritu, así de simple, Ukyo - dijo mirándola profundamente a los ojos.

- ¿Y por qué sigues buscándola?  Tal vez ella no quiera que la encuentres y desee irse con la abuela de Shampoo a China.

- Tú mejor que nadie deberías saber por que lo hago, me buscaste durante 10 años.

- ¿Estarías dispuesto a buscarla, a luchar por ella sin rendirte por 10 años? - preguntó calmada.

- Por todo el tiempo que fuera necesario - no pudo ser más convincente en sus palabras-  Como tú hiciste.

- Sí,... pero yo lo hizo por amor - concluyó apanada.

- .... - Ranma bajó la cabeza avergonzado.

- Es eso ¿no?  Realmente estás enamorado de Akane - Ukyo se sorprendió pues no le dolió pronunciar aquellas palabras tanto como había imaginado.

- Yo no he dicho eso - su voz se tornó algo ronca.

- ¿Entones?  ¿Por qué tanto interés un volver a Akane a la normalidad?- preguntó temiendo la respuesta Ukyo.

- Es sólo que... bueno... Akane y yo tenemos una conversación pendiente que ya se ha aplazado por demasiado tiempo - una mirada soñadora lo envolvió.

Ambos bajaron la vista sin saber que más decirse.  Tal vez habían pasado muchas cosas en este tiempo como para mantener su amistad ilesa, demasiados engaños por parte de ambos, demasiada diferencia el lo que sentían el uno por el otro.

Una sombra se escondió detrás de los tabiques del edificio a suficiente distancia para escuchar y ver sin problemas a los antiguos amigos de infancia sin ser descubierta.

- Una conversación... - Ukyo parecía cansada de esta situación - ¿Intentas decirme qué llevas todo este tiempo buscándola, que te pasarías todo el tiempo que fuera necesario haciéndolo, que te enfrentarás a ella y a lo que sea por salvarla SÓLO por una conversación pendiente?- inquirió alterada - ¡¿Y se supone que tengo que conformarme con esa respuesta?!

- ¡No es sólo por eso!  Es mi deber proteger a Akane, ella es demasiado torpe y débil.  Nunca puede cuidarse sola.  Entiéndelo, Ucchan, no voy a permitir que Cologne se la lleve a China, Akane sería incapaz de sobrevivir allí...  No es capaz de hacer nada en condiciones, si no estoy yo allí para sacarla de los líos en los que se mete estaría perdida. Mira en lo que se metió ahora por alejase de mí.

Ranma pudo escucharlo, cualquier otro no habría podido, entre ellos Ukyo, pero el pudo escuchar entre los sonidos del día un triste sollozo.  Se volvió rápidamente pues venía de detrás de él.  Intentó descubrir lo que era, pero Ukyo lo detuvo creyendo que huía de ella, y para cuando pudo quitársela de encima quien quiera que hubiera estado allí, detrás de esa pared escuchando se había ido tan desapercibido como llegó.  Ranma soltó un suspiro "¿Podría ser? ¿Eras tú?" pensó.

- Akane... - dijo en un murmullo.

Ukyo al escucharle se fue al campamento dejando a su prometido allí solo.

- Estás obsesionado - masculló con rabia la joven de los okonomiyakis - Eso es lo único que te pasa.

Pero obsesión o no Ranma no se había equivocado.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Akane detuvo su marcha al doblar la esquina en una de las calles de la pequeña localidad de Hofu dejándose caer sobre el muro lateral de un rústico edificio de dos plantas en cuyo bajo se ubicaba una poco concurrida tienda de ultramarinos.  La espalda en la pared, el corazón oprimido por la decepción y la cabeza llena con una maraña de ideas confusas...

- ¡Maldita sea! ¡Soy una estúpida! – se gritó a si misma y con amargura golpeó con su puño el muro que como acto reflejo se quebró apareciendo de inmediato una grieta en él - Después de todo, Ranma, sigues siendo el mismo baka de siempre...

- ¡¡¿Pero que demonios ha pasado aquí?!! – gritó exasperado de la impresión el dueño del establecimiento, que había salido a toda prisa a la calle al notar como retumbaba todo el edificio.

Akane se volvió y se encontró con la mirada curiosa de media docena de personas. 

“Una preciosa jovencita ataviada con un muy sugerente vestido en el lugar exacto en donde se agrietó el muro... ¿podría esa chica...?” Fue el pensamiento que se la pasó por la cabeza a cada una de aquellas personas.

Akane miró el muro y luego a la gente avergonzada.

- Yo... lo... lo siento! -  dijo mientras huida de la escena saltando de tejado en tejado.

 - ¡¡¿Y quién se supone que va a pagar esto ahora?!! – llegó a escuchar Akane demandar al dueño con desesperación.

Akane había llegado a Hofu en busca de su prometido, aquella localidad era la más cercana al valle perdido y el camino más lógico por el que pasar para volver a Nerima.  Lo estuvo buscando por unos veinte minutos hasta que de refilón y a lo lejos creyó verlo llevado de la trenza por Ukyo.  Comenzó a perseguirlos pero los perdió debido a la velocidad que llevaban y la ventaja que le sacaban.  Cuando los encontró estaban sentado uno frente al otro delante de una pequeña choza.  Ella se ocultó tras la construcción desde donde pudo escuchar cada una de sus palabras. 

Una vez hubo dejado el pueblo y se adentró en el pequeño bosque que lo rodeaba, por el cual había pasado cuando viajó con la anciana camino a su nuevo lugar de entrenamiento, se detuvo ya sin temor a que alguien pudiera hallarla y se recostó en la hierba donde recordó las palabras que acababa de escuchar.  << Es mi deber proteger a Akane, ella es demasiado torpe y débil.  Nunca puede cuidarse sola.  Entiéndelo, Ucchan, no voy a permitir que Cologne se la lleve a China, Akane sería incapaz de sobrevivir allí...  No es capaz de hacer nada en condiciones, si no estoy yo allí para sacarla de los líos en los que se mete estaría perdida. Mira en lo que se metió ahora por alejase de mí >> “Demasiado torpe... demasiado débil para poder enfrentarme a nada, para poder siquiera cuidar de mí misma...  Eso es lo que él piensa de mí, lo que ha pensado siempre...  Quise pensar que con todo esto Ranma habría cambiado, pero sigue sin confiar en mí pensando que soy una inútil sin remedio ¿Por qué tienes que ser así?  ¿Por qué no crees en mí?”

La pequeña de los Tendo se forzó a acordarse de la conversación con Cologne cuando le propuso entrenarla, porqué había llegado aquella noche al parque de Nerima, como su familia la había humillado y rechazado al demandar que su único deber era ser una buena esposa para Ranma, que ella en artes marciales no era nada, recordó como abandonó su hogar con la firme convicción de que si a su vuelta era rechazada no se arrepentiría pues habría entendido que nadie la querría realmente, y como se enfrentó a aquel terrible entrenamiento sabiendo que si no lo intentaba jamás podría ser feliz, porque Ranma y las artes marciales serían siempre lo más importante en su vida.  Había estado a punto de ceder a la tentación de dejarlo todo y ahora se alegraba de haber escuchado aquella conversación de Ranma con Ukyo, había sido lo mejor para todos.  Ella ya había dado demasiadas cosas como para rendirse ahora, ya había dado el paso más difícil, ahora sólo quedaba enfrentarse a Ranma... y como terminase todo... eso no podía saberlo ahora... si encontraría comprensión o no cuando todo esto terminase eso sólo podían decidirlo Ranma y su familia.

Akane se incorporó nuevamente, era hora de tragarse el orgullo y volver con la anciana amazona reconociendo que se había equivocado “Y me tocará aguantarla recordándome una y otra vez que ella tenía razón y yo no.  Bueno, eso... si me acepta de vuelta...”  Se disponía a emprender su camino cuando su instinto la advirtió del peligro.  La joven se dejó rodar por el suelo y en donde ella se encontraba antes se estrellaron todo tipo de cadenas, armas cortantes y hasta un yoyó.

- ¡¡Mousse!!

- ¡No dejaré que escapes, Akane Tendo! - gritó mientras volvió a lanzarse hacia ella.

Akane simplemente esquivó el ataque del chico pato y de una rápida patada lo derribó.

- No estoy para jueguecitos, Mousse, así que lárgate y... – Akane miró extrañada al muchacho al notar como lloraba compungido - ¿Qu-qué te ocurre? ¿Te he hecho daño? – preguntó agachándose ante él preocupada.

- Yo... pensé que podría llevarte con Saotome pero... – las palabras se le entrecortaban por el amargo llanto - ...ahora Shampoo no me aceptará de vuelta... – y comenzó a llorar aún con más fuerza.

- ¿Aceptarte?

- Ella me echó, dijo que le daba repulsión mi sola presencia y que si volvía a verme cerca de ella me daría mi merecido.

- Y por eso viniste a por mí... Yo... siento mucho que lo estés pasando mal por mi culpa, lo siento de veras – dijo bajando el rostro arrepentida.

Mousse lo notó, dejó de llorar y se ajustó del todo sus lentes para permitirse observar en condiciones a la joven.

- Perdona que te lo diga pero... sabes... ahora mimo pareces cualquier cosa menos una temible amazona, y no creo que a la vieja bruja se le olvidase enseñarte una lección tan importante.  Las amazonas no tienen piedad, es algo que cualquiera sabe y en cambio tú...

- Mousse... ¿Te ha sentido alguna vez solo, despreciado por los que quieres hasta pensar que nos sirves para nada? -  le preguntó pensativa.

- Muchas veces, seguramente demasiadas - respondió con seriedad y tristeza el guerrero chino.

- Duele ¿verdad?  A mí me duele mucho -  ella le miró profunda y sinceramente a los ojos y el asintió conmovido.

- No sé porqué pero me parece que hoy se han dicho pocas verdades - afirmó el muchacho - ¿Por qué huyes de Saotome?  Él ha estado buscándote desesperado todo este tiempo, puedo jurártelo, únicamente a tenido pensamientos para ti.

- Las cosas son más complicadas que todo eso.  Pero tienes razón, en el día de hoy han habido demasiadas mentiras – ella sonrió con amargura - ¿Sabes lo que más me duele? Todo lo que os contamos... nadie se habría creído una locura como esa... y sin embargo para nosotros no es así, Ranma y vosotros os lo creísteis sin reservas, y el resto de la gente que conozco lo hará de igual forma simplemente porque no es más que otra locura de tantas que hemos vivido.  Estamos tan acostumbrados a estar rodeados de insensateces que una más ni si quiera nos asombra o nos hace dudar – dijo con consternación. (N.A.2)

- ¿Por qué me cuentas todo esto?  Sabes que podría ir y contarle a todos...

- Pero no lo harás... – dijo con una sonrisa convencida.

- ¿Cómo estás tan segura? – le preguntó desconfiado.

Akane le miró con dulzura y le tomó las manos, provocando que Mousse se sonrojara, debía reconocerse a si mismo que aquella chica era muy bonita, tal vez no tanto como su amada Shampoo, pero con aquella ropa realmente se parecía un poco a ella, sólo que con una dulzura en su mirada que jamás había conseguido ver en los ojos de su adorada amazona.

- Sé que no se puede decir que seamos los mejores amigos del mundo ni nada pero... me siento culpable de que las cosas te vayan peor con Shampoo por mi causa y cierto que ahora mismo lo último que puedo hacer es dejar que me lleves con Ranma pero... me vendría bien un aliado.  Lo único que puedo prometerte es que no pienso permitir que Shampoo se quede con Ranma y eso te beneficia a ti.  Vente conmigo.  A estas alturas no tienes demasiado que perder.

Mousse la miró confuso por un tiempo, cavilando en su cabeza sus posibilidades.  No sabía que estaba tramando aquella chica exactamente pero si de algo estaba seguro es que estaba siendo sincera y que él haría cualquier cosa por conseguir que Shampoo fuera suya por fin.

- ¿Y bien, cuándo nos vamos? – dijo guillándole un ojo a través de sus espesas gafas – Hoy por ti, mañana por mí ¿no?

Estrecharon sus manos en complicidad y juntos, como nuevos aliados, emprendieron el camino de vuelta al lugar de entrenamiento elegido por la anciana matriarca amazona.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Valle perdido de los manantiales calientes]

No hubo grandes sorpresas para la anciana cuando vio llegar a Akane al campamento donde ella se encontraba esperándola, solamente dijo:

- Sabía que volverías – entre orgullosa y decepcionada.

- Lo siento, sensei, usted tenía razón – pronunció Akane con todo su esfuerzo.

- No es problema, aunque me gustaría saber... – con un imperceptible movimiento la anciana lanzó una manzana que tenía en sus arrugadas manos que se estrelló contra la maleza.

*Clok*

- ¡Auch! – se escuchó quejarse al matorral atacado.

- ...¿qué es lo que está haciendo el chico pato aquí? – terminó de decir la anciana con total tranquilidad.

Akane puso una cara divertida, debería haber dado por sentado que esconder a Mousse de ella serviría de bastante poco, ni siquiera le había dado tiempo de darle las explicaciones pertinentes.  La joven se sentó junto a la anciana y copiando sus quehaceres se puso a pelar una manzana.

- No se preocupe, sensei, no me siguió, yo le traje conmigo... y le aseguro que no nos traicionará – Cologne asintió – Tal vez me equivoqué pero cuando lo vi... ¿no cree que nos vendría bien un aliado, alguien que corrobore nuestra historia?

- Sí, me parece una idea razonable y ya se me había pasado por la cabeza el ponerme en contacto con alguien, aunque por supuesto ese alguien no era el chico pato, pero bien, tengo de seguro que no nos dará demasiados problemas, podría echarnos una mano... y si intenta algo, ya me encargaría de hacérselas pagar.  Por cierto, cegatón, ya puedes salir de ahí.

Mousse se dirigió a ella algo mareado y con un chichón en la cabeza.  Se sentó junto a las dos mujeres.  Cologne le miró con cierto desprecio y luego volvió a dirigirse a su estudiante.

-  Ya hemos perdido mucho tiempo. ¿Estás segura que quieres seguir adelante?

- Completamente – respondió Akane con convicción.

Cologne se acercó más a ella y la miró con ternura.

- ¿Segura, pequeña? – dijo con suave voz.

- Sí, sensei, de verdad, más que nunca.

La anciana saltó con su bastó por encima de los muchachos con nuevos ánimos y desde el centro del valle llamó a su estudiante.

- Entonces ven aquí.  Voy a enseñarte algo que te va a encantar, jia, jia, jia - la joven obedeció de inmediato y llegó junto a ella.  La anciana se quedó pensativa mirando al pobre Mousse que se había quedado pelando manzanas en el campamento – Jie, jie, jie, puede que después de todo si que ese cegatón nos sirva para algo – acotó de forma traviesa para si misma – Observa con atención cada uno de mis movimientos, querida.

La anciana matriarca amazona cerró sus ojos con suma concentración, colocó las palmas de sus manos una frente a otra delante de su pecho, separadas unos diez centímetros entre sí. Una intensa energía azul brillante comenzó a formarse entre sus manos, las que curvó consiguiendo que a su movimiento la energía tomara forma de esfera, alzó los brazos por encima de su cabeza, juntó las manos y la esfera de energía se aplanó formando forma de disco.  Con una rapidez increíble la anciana lanzó el disco de energía con una sola manos en dirección a Mousse.

- ¡¡Mousse, cuidado!! – le gritó la joven para prevenirle del peligro.

El muchacho dándose cuenta de lo que se le venía encima comenzó a correr, pero para su horror el disco de energía comenzó a perseguirle cada vez a más velocidad.  Dándose cuenta que no podría correr mucho más rápido el joven decidió esconderse tras una gran roca.  “Esa cosa no puede ser tan lista”  Para su completo regocijo Mousse pudo ver como la energía no giraba para esquivar la roca sino que tal y como el había previsto se estrellaba contra ella.  Akane también pensó que el ataque de la anciana había fallado, mas cual no fue su sorpresa cuando vio como el disco atravesaba la roca y daba de lleno al desvalido guerrero chino, envolviéndolo por la energía que le hizo sentir como si sus huesos se congelasen.

Akane se dirigió a toda prisa hacia el joven que permanecía inconsciente en el suelo.  No parecía tener ningún tipo de herida, miró a la roca y tampoco parecía haber sufrido el menor daño, sólo ese color... tanto el joven como la roca parecían cubiertos por “¿Escarcha?” se preguntó Akane.

- ¿Qué te ha parecido? – escuchó que le preguntaba la anciana.

- E-eso... ¿qué ha sido eso? – preguntó desconcertada Akane.

- Acabas de contemplar unos de las técnicas más ancestrales y poderosas de la tribu de la Supremacía Femenina China, su nombre es... – Akane inconscientemente contuvo el aliento – ‘Fujimi Ryu no Ken’ (golpe inmortal del dragón) – la joven repitió el nombre en su mente -  Y ahora, que podrías decirme de él.

- Hmmm – la joven rápidamente revivió en su mente la reciente escena para hallar cada una de las características del impresionante ataque - Obviamente no es un simple ataque de ki como puedan ser el Shishi Hokodan (rugido del león) de Ryoga o el Moko Takabisa (huracán del tigre) de Ranma.  Usted le ha dado forma a la energía y al contrario que con esos dos otros ataques este rebosa  relajación y control.  Tampoco causa daños externos sólo el frío pero... – Akane se incorporó hacia la roca y la presionó levemente con un dedo y la roca se deshizo en polvo (no es el truco de la explosión de Ryoga).  La joven miró confusa a su maestra - ...ataca desde dentro como si... – la anciana la miró con expectación - ...les robase la energía... – pronunció pensativa la jovencita.

- Jia, jia, jia, jia – rió estrepitosamente la anciana – lo has hecho muy bien, querida, tanto como sólo habría podido hacerlo mi querido yerno.  Hice un buen trabajo contigo ¿eh? Jia, jia, jia - Akane se sonrojó ante semejante comentario – Pero antes que nada llevemos a este pobre a la tienda para que descanse un poco.  En un rato estará como nuevo, es un chico muy fuerte.

Akane cargó con Mousse a su espalda y pensó que al muchacho le habría gustado escuchar ese comentario a su favor de parte de la bisabuela de su amada.

Ya en el campamento ambas mujeres se sentaron y la anciana amazona continuó con su explicación.

- El Fujimi Ryu no Ken no es más que un ataque de chi, o ki como tu le dices, perfeccionado.  Como bien sabes el Shishi Hokodan y el Moko Takabisa se basan en la acumulación y luego expulsión del chi a partir de sentimientos extremos, el primero con la tristeza y el segundo con la alegría y la auto confianza.  El Fujimi Ryu no Ken al contrario lo que requiere es una concentración y calma absoluta...

- ...con un pleno ‘corazón de hielo’ – pronunció Akane pensando en voz alta.

- Exacto.  Es gracias al ‘corazón de hielo’ que se encuentra la energía neutra necesaria para este ataque.  Tanto como la alegría y la tristeza de los ataques de Ranma y Ryoga son muy inestables, tan sólo son capaces de dejar escapar de golpe la energía acumulada, mientras que una energía neutra es manejable al antojo, o casi.  Esta nueva técnica tampoco posee el poder destructivo de las otras, me refiero a destrucción física, sino que al igual que el Hiryu Shoten Ha (el dragón volador), que se basa en la energía del contrario, esta técnica persigue el chi del adversario hasta alcanzarlo, y ataca directamente dicho chi debilitando al oponente por dentro como los otros lo hacen por fuera, con un tremendo golpe de energía helada.

- Es increíble – dijo sinceramente impresionada la joven aprendiz.

- Y ahora... – dijo divertida la vieja - ...calculo que mi querido yerno dominaría esta técnica en 3 días ¿Cuánto piensas tardar tú? Jia, jia, jia, jia.

Akane le devolvió una sonrisa algo desganada preguntándose si esa temible técnica no le quedaba un poco grande a ella, y sobre todo si sería capaz de utilizar una técnica tan poderosa contra su prometido.

“¿Qué va a ser de nosotros, Ranma?”

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Dojo Tendo, 9 días para el combate]

Cuatro figuras detuvieron su marcha frente a la entrada de la casa de la familia Tendo, cuatro personas con sentimientos contrarios a los que hubieran sentido antes en este lugar,... de lo que sintieron antes de partir en este viaje que los había separado de sus momentáneos hogares por ya cerca de dos meses.  Sí, hogares momentáneos, ninguno de los allí presentes poseía en aquel lugar nada realmente suyo, para ninguno estaban allí sus raíces, ninguno podían llamar a aquel sitio ‘hogar’,... o tal vez alguno sí.   Nada había en la voluntad de estos muchachos que les llevara a pensar cuando llegaron que se quedarían allí más de lo necesario, tan sólo sería un viaje de paso más por el que Ryoga, Shampoo y Ukyo habían alcanzado Nerima buscando venganza contra Ranma.  Quizás fuera la ironía de la vida, tal vez únicamente fuese el destino, pero los tres jóvenes guerreros cambiaron raudos el odio por un amor idílico con el que siempre habían soñado, y allí, en Nerima, aunque no hubiesen logrados sus propósitos, ni en la venganza ni el amor, una parte de ellos sabía que nunca habían tenido nada mejor... un chico lleno de amargura, en suma provocado por su inexistente sentido de la orientación... una chica china, atada a las leyes de su tribu, y por ellas desprovista de todo sentimiento, a la que siempre se le enseñó a no ceder ante nada y que oculta tras las apariencias no sabía ver más allá del puro físico... y una chica criada por su padre, puede que por eso aparentara ser un chico, abandonada por el hombre que prometió llevarla con ellos, por lo que anduvo sola durante 10 largos años ocultando a todos su feminidad...  Sí, nunca sus vidas habían tenido más sentido... nunca antes alguno había tenido amigos como los que encontraron en ese distrito de Tokyo, amigos que, aunque se negasen constantemente a admitirlo, eran de verdad.  Mas las cosas siempre tienden a empeorar si no se toma cuidado con ellas.  Los tres lo habían visto muchas veces, quizás incluso demasiadas, y siempre habían vuelto la cara con la ilusión de que si lo ignoraban terminaría desapareciendo, negándose ante la evidencia...  Ellos habían vivido alrededor de Ranma y Akane por un año, unos más y otros menos, un año de ilusiones infundadas, de aferrarse a sueños y a deseos sin importar los sentimientos de los demás y aún menos sobre quien hubiera que pasar para conseguirlos, siempre bajo el lema ‘todo vale en el amor y en la guerra’, un año en el que vieron una vez tras otra como Ranma y Akane se negaban a separarse, aunque se pasaran los días discutiendo, pero en todo momento juntos, ya fuera ante la tristeza o la alegría, el enojo o cualquier peligro, ellos estaban atados por una fuerza que nadie había logrado romper y que se vislumbraba en sus ojos cuando se miraban el uno al otro...  Cualquier personas a esas alturas se habría rendido, cualquiera hubiese permitido que Ranma y Akane se casasen después de lo que ocurrió en Jusenkyo... pero no ellos, sus almas orgullosas de guerreros les impedían ver esa como una opción... y ahora debían enfrentarse a las consecuencias de sus actos.  Tanto Ukyo como Shampoo revivieron en sus mentes el día en que junto con Kodachi se unieron y atacaron sin piedad a Akane con los resultados deseados: que la chica Tendo se alejase de una vez por todas de Ranma.  Lo lograron, sí, Akane se alejó de Ranma, y por ende al intentar mantener al muchacho alejado de la joven ahora Shampoo y Ukyo sabían que no sólo Ranma se había alejado estrepitosamente de ellas sino que con todas sus fuerzas anhelaba a su prometida... su prometida... ambas jóvenes aún no podían entender porqué Ranma sólo llamaba así a Akane, a ‘su Akane’ como la había llamado en el valle perdido.  Aunque en realidad es de humanos equivocarse siempre en lo mismo y ahora, por no perder a un amor que jamás tuvieron estaban dejando escapar lo verdaderamente importante... Ryoga a una jovencita que le veneraba con un amor sincero como era Akari...  Shampoo no sólo despreciaba al hombre que más la amaría en la vida, sino que ahora estaba a punto de perder lo más importante para ella, su honor de amazona, así como su herencia... y Ukyo algo que no supo apreciar, la verdadera amistad que tanto Ranma como Akane siempre quisieron darle.  Los tres tragaron duro sin percatarse de los demás antes de llamar a la puerta de la casa de los Tendo.  Se habrían sorprendido al descubrir cuan parecidos eran en estos momentos.

Ranma tocó a la puerta con decisión, pronto fueron recibidos por la totalidad de los Tendo y los Saotome presentes en la casa.  Ranma miró con temor y vergüenza a Soun Tendo, temiendo lo peor cuando viese que realmente no tría a su hija de vuelta, por lo que se dispuso a hablar de inmediato para explicar lo ocurrido.  No llegó a pronunciar una palabra cuando ya su madre le abrazaba emocionada y acercándose, con una mirada cálida pero que no ocultaba la tristeza de sus ojos, Soun Tendo estrechándole la mano le dijo:

- Bienvenido a casa, hijo – Ranma se sintió aún más culpable ante la confianza que ese hombre depositaba en él – Pasa, debes estar cansado y nos gustaría saber que es lo que ha ocurrido.

El joven movió la cabeza afirmativo y aún con su madre abrazándole con un brazo se adentraron todos en la vivienda.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Dojo Tendo, habitación de Akane, 8 días para el combate]

Un rayo de sol se coló entre las cortinas de la habitación, aún con su poca fuerza ante la llegada del invierno logró, posado sobre su párpado, arrancarlo de las garras del dios del sueño.  Ranma intentó resistirse al despertar tapándose los ojos con su antebrazo para evitar el contacto con la luz de la mañana, mas ya era tarde, la conciencia comenzó a apoderarse de él forzadamente.  El joven expiró con fuerza y abrió lo ojos.

“El cuarto de Akane” observó “Sí, ahora recuerdo que anoche vine aquí... Debí quedarme dormido”

Él se incorporó lentamente separando el rostro de la tabla de la mesa, estirando sus brazos y su espalda y girando el cuello a un lado y otro intentando destensarlo de la mala postura en la que había pasado la noche.  Se apoyó en el respaldo de la silla del escritorio de su prometida y haciéndola girar si volvió a mirar a la cama.  Estaba perfectamente hecha, exactamente igual que como Akane la dejó antes de marcharse.  Cerró los ojos y se imaginó a Akane durmiendo plácidamente en ella, tal y como la había observado en alguna ocasión “Estaba tan bonita cuando dormía,... aunque no dejara de moverse” Una pequeña risita se escapo de sus labios a recordar la paliza que la joven le dio al maestro Happosai aquella ocasión en que el viejo presionó su punto shiatso del sueño para dormir con ella, y fue la primera y la última vez que se le ocurrió hacerlo.  Ranma suspiró.  Odiaba reconocerlo, pero a pesar de todo eso envidiaba a ese cerdo afortunado de P-chan por poder dormir en sus brazos.  Otro recuerdo, este le hizo sonrojar al ver en su mente aquella vez cuando pretendieron hacer creer a Ukyo que estaban casados y en la noche, cuando él pretendió asustar a Akane mientras dormía, ésta le abrazó repentinamente entre sueños, haciéndole reposar su rostro sobre su pecho...; media hora se quedó Ranma dejándose abrazar antes de reaccionar.  De sólo recordarlo volvió a sentirse ebrio de su calor, de su aroma, del sonido de su corazón, su respiración tranquila...  Aquella habitación le traía tantos recuerdos... en la mayoría de ellos salía golpeado de ella,... allí la había salvado un sinfín de veces, habían charlado, reído y sobre todo peleado, se había colado por su ventana más veces de las que recordaba, había entrenado cuando se enfrentó a Ryu Kumon, y en la oscuridad de la noche en más de una ocasión había acudido a ella para hablarle en confidencia, allí la había abrazado accidentalmente, pero sobre todo en esa habitación siempre se había sentido seguro como únicamente se sentía cuando estaba con Akane.

Nada es igual ya.  Ranma podía notar la aprensión invadiendo su venas ¿Qué haría si no conseguía traerla de vuelta?  ¿Cómo podría vivir cada día sabiendo que nunca más volvería a verla, a sentirla cerca?  En este tiempo de búsqueda su único motivo para seguir era la esperanza de encontrarla y que todo fuera como antes otra vez.

“Akane... No me dejes sólo”

Pero no debía ser pesimista.  Después de todo se trataba de Akane ¿no?  No debería ser demasiado complicado vencerla.  El problema estaba en como hacerlo si causarle el menor daño a ella, él jamás golpearía a Akane, antes prefería golpearse mil veces a si mismo.  Tenía que pensar en un plan cuanto antes.  De momento él se entrenaría a fondo para recuperar el tiempo perdido, desde la batalla contra Saffron no había combatido en serio.  Su corazón se quebró sólo con pronunciar el nombre de ese maldito tipo que estuvo apunto de matar a Akane, de arrebatarle lo que más quería en este mundo.

Se levantó con pesadez y se dispuso a bajar.  La jornada comenzaba ya para él.  Tanto Shampoo, Ryoga, Ukyo, el Sr. Tendo y su padre se habían ofrecido a ayudarlo a entrenar a todas horas.  No podía decepcionarles, trabajaría más duro de lo que nunca lo hubiera hecho. Toda la familia había actuado increíblemente comprensiva cuando les contó todo lo ocurrido, como por fin encontró a Akane, por supuesto guardándose para él el como se vieron por primera vez o como estuvieron a punto de besarse,  pero que Cologne la tenía bajo su control y que para recuperar a la Akane que ellos conocían él debería vencerla en combate.  Sólo hubieron algunas lágrimas, silencio y mucho apoyo para con él.  Podía sentirse feliz de tener a tanta gente a su lado, aunque no siempre fueran todos de fiar.

“A Akane le gustaría ver lo mucho que se preocupan todos por nosotros”

Había vivido en la casa de los Tendo por más de un año, eso era más de lo que había permanecido en ningún lugar desde que su padre se lo llevó a entrenar por todo el Japón, y posteriormente en su famoso viaje a China, cuando tan sólo era un niño.  En esa casa encontró lo más parecido a una familia de lo que jamás había tenido, incluso ahora su madre vivía allí... podía decirlo, este era su hogar... pero si Akane no estaba... todo perdía sentido.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

[Valle perdido de los manantiales caliente, 4 días para el combate]

Akane cayó de rodillas al suelo jadeante.  Miraba sus manos entre el miedo y el asombro.  Intentó moverlas, le dolían demasiado, el hielo que las cubría le parecía que se le injertase en la carne.  Ella tembló ante la impresión.  Notó la presencia de la anciana a su espalada.

- Enhorabuena, mi pequeña, acabas de dominar el Fujimi Ryu no Ken – pronunció complacida.

Akane sintió pánico ante estas palabras.  Cuando vio por primera vez a la anciana ejecutar este ataque no imaginó a lo que tendría que enfrentarse para dominarlo, el sinfín de veces que fue víctima de ese mismo ataque, única forma de entender verdaderamente el fundamento del ataque según la anciana.  Cada vez había notado como ese descomunal frío la invadía, como si royese su entrañas como un invasor de hielo dentro de ella, apagándole la vida poco a poco.  Más frío, y luego nada.  Tanto la joven Tendo como Mousse pensaban firmemente que la muerte debía ser algo parecido a eso.  Y no era mucho mejor cuando se estaba al otro lado del ataque.  Tal vez a alguien pudiera parecerle fácil darle forma y controlar su propia energía acumulada.  Akane podía jurar que no era así, y las yagas en sus manos eran la prueba.  Si no lo controlaba bien la energía se volvía contra ella, a veces invadiéndola por completo, otras estallando entre sus manos.  Pero eso se acabó, había encontrado la concentración necesaria para dominar este terrible ataque.

- No te preocupes por tus manos, querida – la anciana se reclinó sobre ella, le tomó las manos y las observó – te pondré un ungüento y se te curarán en un par de días.  Pero debemos seguir practicando.  Pronto verás que al lanzar el ataque ya ni siquiera se te helarán las manos – Cologne miró con lástima a su agotada estudiante que no tenía fuerzas ni para contestarle – Ahora quiero que descanses mucho, pasado mañana saldremos rumbo a Nerima- y marchó hacia el campamento.

Akane abrió los ojos de golpe cuando escuchó el nombre de su ciudad natal.

- Nerima... – murmuró.

- Sí, pronto volverás a casa, Akane – Mousse se agachó frente a la joven y la ayudó a levantarla como otras tantas veces en los pasados días, y le sonrió con cariño – Sabes, me has dejado impresionado, eres una chica muy fuerte.  Saotome estará muy orgulloso de ti.

Los ojos de la joven se emocionaron deseando que aquellas palabras fueran ciertas, una lágrima se escapó y rodó por su rostro.  Mousse sacó un pañuelo de su manga izquierda y se lo ofreció, Akane le sonrió y negó con la cabeza.

- No, esta vez no lo necesitaré, amigo.  Desde hoy voy a ser fuerte – dijo en un susurro.

Mousse obedeció su orden, guardó el pañuelo y ayudó a su nueva compañera de viaje hasta la tienda para que descansara.  Akane se perdió en sus pensamientos con preocupación.

“No sé como, Ranma...” habló para si Akane “...pero no puedo utilizar el Fujimi Ryu no Ken contra ti, no contigo.  He de buscar otro modo para poder afrontar  el combate”

 

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[Dojo Tendo, 2 días para el combate]

- ¡¡¡¡SHISHI HOKODAN!!!!

Una inmensa columna de energía salió disparada de Ryoga hacia Ranma, al que durante días no habían hecho otra cosa que atacar uno por uno o entre todos los artistas marciales de la casa.  Ranma respiraba jadeante, empapado en sudor, agotado por el entrenamiento y magullado hasta la saciedad.  Se concentró una vez más, su aura de combate lo envolvió en una luz azul brillante, cerró los ojos y se aseguro de pisar firmemente el suelo.  Notó el aire calentase y vibrar ante él.  No se movió de su lugar, estiró los brazos y la columna de energía se estrelló contra él.  Ranma sentía sus manos arder al contacto con el ki enfurecido de Ryoga.  Esta vez debía conseguirlo, tenía que detener el ataque de Ryoga.  Se concentró, de sus manos salían chispas ante el enfrentamiento de la energía de su atacante con la suya que le envolvía.  Sus pies resbalaban hacia atrás por el suelo hasta que su espalda chocó con la pared.  “No, otra vez no” Estuvo a punto de darse por vencido, cuando en su mente apareció la imagen de Akane sonriéndole cuando despertó en Jusenkyo, ahí él se juró que jamás se alejaría de ella.  Nuevas fuerzas llenaron su cuerpo que brilló aún más intensamente.  La energía de Ryoga lo arrasó formando un enorme agujero circular en la pared del dojo.  La energía se desvaneció y allí, de pié, sin inmutarse estaba Ranma.  Lo había logrado, con su propia energía había conseguido crearse un escudo que le hiciera inmune a aquel ataque.  El joven se derrumbó agotado.  Una frase se escapó de sus labios:

-  Volverás a ser mía, Akane... sólo mía...

 

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 [Casa de la familia Tendo, tarde del día antes del combate]

- ¡Auch!

- Oh, ¿Te hecho daño hijo? – preguntó preocupada Nodoka a su hijo, retirando con rapidez la gasa impregnada de alcohol con la que le limpiaba sus abundantes heridas.

- No pasa nada, es sólo que eso escoció un poco – Ranma puso una mueca, algo así como una sonrisa.

- Kasumi te está preparando un baño – comentó Nodoka – Quiero que te relajes mucho y que descanses.  Ya has entrenado suficiente, ahora en todo lo que debes pensar es estar en plena forma para poder recuperar a Akane-chan.  Ya verás como todo sale bien.

- Ojalá tengas razón - el muchacho bajó la cabeza apesadumbrado.

Nodoka se conmovió al ver a su hijo, definitivamente era todo un guerrero, y aunque él aún no se diera cuenta, era con esa preocupación, con el reflejo de sus sentimientos con lo que más demostraba su hombría “Hay que ser muy valiente para enfrentarse a los sentimientos, y aún más para admitirlos... y mi pequeño gran guerrero comienza a hacerlo...”  Le abrazó con ternura y le besó en la frente, disfrutando el poder servirle de consuelo.

- Estoy muy orgullosa de ti, hijo mío – le susurró en su oído – mucho más de lo que te imaginas.

Ranma le devolvió el abrazo y le sonrió agradecido, se levantó y se encaminó al baño.  Mientras subía las escaleras escuchó el teléfono sonar, él no le prestó atención y pronto alguien lo cogió.  Entró al baño, allí encontró a Kasumi que ya salía.

- Ya está listo tu baño, Ranma-kun – le informó con una sonrisa.

- Gracias, Kasumi.

La joven salió y Ranma comenzó a desvestirse, se quitó la camisa y la echó a la ropa sucia.  Alguien llamó a la puerta del baño.

- Ranma ¿puedo pasar?

Ranma se dirigió a la puerta y la abrió, al otro lado se encontraba Nabiki.  Ella no pudo evitar fijarse en el torso descubierto del muchacho.

- Creo que esta vez os pasasteis con el entrenamiento – inquirió refiriéndose a todas las heridas visibles del muchacho.

El asintió indiferente y Nabiki fue al grano.

- Acaban de llamarme por teléfono – dijo solemne – Akane ya está en Nerima.

Ranma apretó sus puños con fuerza, pronto todo empezaría.

- Pero hay algo más.   Al parecer Mousse va con ella y la anciana.   Se han instalado en el Nekohanten – concluyó la mediana de las hermanas Tendo.

- ¿¿Mousse?? – preguntó el joven incrédulo.

- Eso ser imposible – pudieron escuchar decir a Shampoo que se encontraba en la parte de arriba de las escaleras – Estúpido Mousse no poder estar con falsa amazona, Mousse no traicionaría jamás a Shampoo.

- Eso mismo habrías dicho de tu bisabuela y mira...  Parece que por fin todos te dan de lado, amazonita – pronunció divertida Nabiki.

Shampoo se lanzó furiosa contra la hermana de su mayor enemiga.  Ranma se interpuso entre las dos, y con una mirada decidida consiguió hacer retroceder a Shampoo.  Ella les dio la espalda orgullosa y con desprecio acotó:

- Más valerle a Ranma que su plan funcionar...  Si no Shampoo no tendrá piedad con falsa amazona.  Si ella intentar robar a Shampoo herencia... ¡Shampoo matar! – y se perdió camino hacia la planta de abajo.

Ranma y Nabiki se miraron con preocupación sin saber cómo terminaría todo este lío.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Nerima, cerca del Furinkan]

Akane saltaba de tejado en tejado camino de su punto de cita.  Pronto sobre un tejado le encontró esperándola tranquilamente.  Akane se paró en la esquina del tejado y le miró emocionada, él se levantó y ambos se acercaron el uno al otro, se miraron a los ojos y se abrazaron con ternura.  Él habló primero mientras rompía el abrazo.

- Te he echado de menos, Akane.  Mi consulta perdía mucho sin ti.

- Yo también le eché de menos Dr. Tofu, he echado mucho de menos todo esto – dijo mientras se volvía para contemplar el paisaje y respiraba profundamente.

- Me gustaría que me contases que está pasando – inquirió el doctor con seriedad – Tu familia, todos, han sufrido mucho con tu ausencia.  Por mi parte hice lo que me pediste por teléfono.  Ranma vino a pedirme ayuda preguntándome sobre esa supuesta técnica que la anciana utilizó contigo, como me pediste le mentí y le dije que existía y que no sabía forma de regresarte a la normalidad.  Quiero que entiendas que he arriesgado mucho, poniendo en peligro mi reputación como médico y la confianza que tu familia deposita en mí.  Me gustaría saber si ha merecido la pena.

Akane se sentó en el techo, el Dr. Tofu la imitó, permaneció en silencio por unos momentos, él esperó tranquilo a que ella encontrara las fuerzas para hablar.

- ¿Recuerda la conversación que tuvimos? – él asintió de forma afirmativa, Akane prosiguió – Usted me dijo que no me negara a ser feliz y que no lo conseguiría si no reconocía mis propios sentimientos...  Lo hice, ante usted reconocí que todo lo que deseo es ser feliz junto a Ranma porque le... le amo... le amo más que a nada... – su mirada se llenó de melancolía – Dejé de engañarme a mí misma.  Hay demasiadas personas que se interponen constantemente entre Ranma y yo y eso lo hace todo más difícil, pero juro que no dudo que con el amor que nos tenemos podríamos superar todo eso y más.  Porque aún sé que me ama... lo he visto en sus ojos al mirarme... – tragó para impedir que las palabras se quedaran atoradas en su garganta – Juntos podríamos vencer a todo el que quisiera separarnos... pero eso no será posible mientras haya conflictos dentro de nosotros que nos hagan hostiles al otro.  Lo primero que necesitamos es arreglar lo que sentimos por dentro... y yo no habría podido actuar como si no me molestase el que el no confíe en mí, el que me roben mis sueños... si no hubiera ido a entrenarme y hubiera aceptado sumisa que Ranma era el único verdadero heredero y futuro dueño de dojo de mi padre, me habría pasado toma mi vida amargada por ello, terminando culpándole a él de mi propia cobardía...

 - ¿No te da miedo lo que pueda ocurrir cuando Ranma descubra que le has engañado? – le preguntó inquieto.

- E-Estoy muerta de miedo – respondió con la voz quebrada – Pero para bien o para mal estoy enamorada de ese baka... y aunque me muero por dentro al saber lo que le estoy haciendo sufrir... y aunque sea tremendamente egoísta por mi parte... necesito saber que él confía en mí... quiero poder cuidarle, quiero que jamás vuelva a repetirse lo que pasó en Jusenkyo, no puedo vivir sintiendo esa impotencia de verle en peligro y no poder hacer nada por él y la culpabilidad de saber que la mayoría de las veces todo es por salvarme... no podría soportar toda una vida viéndole sacrificarse por mí... Deseo tanto que se sienta orgulloso de mí, lo mismo deseo con mi familia,... todo lo que quiero es ser tenida en cuenta, por mis posibilidades, ni más ni menos, necesito sentirme querida y respetada por ellos...  Y tratándose de artes marciales todo el mundo sabe que sólo se consigue respeto luchando contra el gran Ranma Saotome.

El Dr. Tofu la observó con tristeza.  Era difícil de entender como la vida de unos niños podía ser tan dura.  La miró con detenimiento.  Debajo de esas ropas chinas y las lágrimas de sus ojos se encontraba la dulce jovencita con mal genio que él conocía desde hacía años.  La vida no estaba siendo amable con ella, pero Tofu nunca había conocido a alguien más fuerte en espíritu que la pequeña Akane Tendo, a la que de improviso, hace cerca de dos meses le tocó madurar de golpe.  Él puso su mano con suavidad sobre el hombre de la chica y le dedicó una cálida sonrisa.

- Siendo así las cosas... Lucha con fuerza y no te rindas nunca.  Sé que las cosas saldrán bien.  Y yo te ayudaré en todo lo que necesites.

Akane pudo notar con impotencia como las lágrimas surcaban imparables su cara, pero no fueron producto de las palabras de aquel hombre,... sino de su sonrisa, esa que desde siempre le había recordado a Kasumi. “Hermana... te echo tanto, tanto de menos... tanto...”  Akane hundió su rostro en el pecho del Dr. y lloró tristemente por Kasumi, Nabiki, su padre, su fallecida madre... y por Ranma.

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Madrugada en Nerima, 9 horas para el combate]

El silencio y la oscuridad reinaban en aquella fría noche en la que pareciera que el invierno se había adelantado en su llegada para concordar con el frío glacial que habitaba en dos solitarios corazones aquella madrugada.

Ranma y Akane permanecían tumbados en silencio sin poder dormir en su respectivas camas, Ranma en el dijo y Akane en la habitación de Shampoo en el Nekohanten.  Los dos solos, los dos asustados, los dos tristes, los dos pensando en el otro.

“Akane, si tan sólo pudiera decirte lo que realmente siento...”

“Si tan sólo pudiera, Ranma, hacerte comprender mis sueños...”

“...si pudiera tomarte en mis brazos...”

“...si pudiera mirarte otra vez a los ojos...”

“Una vez más”

“Aunque fuera una última vez”

“Sólo mía”

“En tus brazos”

“Sentir tu aliento”

“Sentir tus labios”

“Y poder decirte...”

“Y sólo decirte...”

“...te amo.”

Una lágrima rodó por la mejilla de Akane.  Ranma la limpió rápidamente con su mano, él no debía llorar ahora.  Ambos se llevaron las manos al pecho intentando calmar el dolor en sus corazones rotos.  Se levantaron de la cama sabiendo que no conseguirían dormir.  En unas pocas hora deberían enfrentase a la persona que más amaban en el mundo, a la que jamás podrían olvidar.  Cerraron los ojos y acariciaron sus labios con total suavidad.

“Si pudiera tenerte...”

Dieron vueltas por sus habitaciones, agitados.

Akane se apoyó con pesadez en el escritorio.  Tenía que tranquilizarse, concentrarse y descansar para la lucha de mañana.  No importaba cuan duro fuera, no se dejaría vencer tan fácilmente.  Ella era Akane Tendo y les mostraría a todos lo que eso significaba.

- Akane Tendo... – susurro - ...preferiría decir Akane Saotome...

Ella se dirigió de nuevo a la cama y se tiró en ella, tapándose con rapidez con la manta para combatir el insistente frío de la noche, silenciosa y oscura.  Se acurrucó dándole la espalda a la pared, cerró los ojos y pensó en Ranma, en sus ojos, la fuerza de sus brazos al abrazarla, el sonido de su voz hablándole con amor...

De repente la joven notó como alguien abría la ventana y con sigiloso cuidado se adentraba en su habitación.  Los músculos de Akane se tensaron, apretando los puños y la mandíbula en silencio, aparentando estar aún dormida.  Seguramente sería una de las prometidas de Ranma que pretendían una vez más quitarla de en medio, pero fuera quien fuera ella estaba preparada para darle su merecido. “Vamos, atrévete a acercarte” pensó con rabia.  Pudo escuchar los pasos aproximándose a ella, muy lentamente, podía oír la respiración algo agitada del intruso.  Otro paso.  Los puños de Akane se cerraron aún con más fuerza bajo las sábanas.  Un suspiro.  El corazón de Akane se aceleró.  El intruso se detuvo muy cerca de ella, y Akane pudo sentir en la oscuridad como uno ojos la miraban penetrantemente.

- Akane...

Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas aún cerrados y se quedó en shock ante la sorpresa.

“Ranma”

El joven Saotome terminó de cubrir la distancia que los separaba, se sentó al borde de la cama y la miró dulcemente, notando como su corazón latía enfebrecido en su pecho.  No había podido evitarlo.  Estaba en su habitación en el dojo y no había podido resistir el deseo de verla.  La tenía tan cerca... y sin embargo su mente le recordaba que aunque el cuerpo de la joven estuviera allí, la mujer a la que amaba esta muy lejos de él... pero ahí, en alguna parte estaba ella... y era su misión encontrarla y traerla de vuelta.  Se sintió completamente feliz con tan sólo mirarla, él estaba acostumbrado a disfrutar, como nadie más podía hacerlo, de pequeños momentos como este.  Tendió su mano y acarició levemente su rostro, su pelo, sus labios.  Esto era peligroso, lo sabía, si ella se despertaba tendría problemas y mucho más graves que un simple golpe que lo mandara a volar por el cielo de Nerima como había pasado siempre.  Akane apenas pudo contenerse de lanzarse a su brazos y besarle con todo su amor ante la caricia de su prometido, pero el miedo se lo impidió.  Ranma acercó su rostro al de ella y al oído le susurró:

- No te dejaré nunca, pase lo que pase, siempre, Akane, siempre estaremos juntos.

Ranma besó amorosamente la mejilla de su prometida, se levantó y con el mismo sigilo con el que entró, salió por la ventana de regreso al dojo.

Akane apenas podía respirar afectada por la impresión.  Se recostó de espaldas en la cama, se llevó la manos a la mejilla que su prometido acababa de besar y sonrió, llorando de alegría, como hacía mucho que no lo hacía.

- Oh, Ranma – murmuró – Ahora lo sé, tus palabras me dan la esperanza de que todo saldrá bien... y tu beso y tus caricias me darán la fuerza para luchar.

Se acomodó en la cama y se dispuso a dormir.

“Piensa en nosotros, cariño, y se fuerte, yo prometo serlo también... creo en ti, Ranma, creo en ti...”

 

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

 [Dojo Tendo, hora del combate]

Cientos de persona rodeaban las afueras de la casa y el dojo de la familia Tendo.  No es que no estuviera preocupada, pero Nabiki no podía desaprovechar una oportunidad como esta de ganar dinero.  Una pelea entre Ranma Saotome y su prometida Akane Tendo, pero no una de las que tenían constantemente sino un verdadero combate en el que Saotome lucharía por recuperar a su prometida... Ese era un acontecimiento que nadie en Nerima quería perderse.

El murmullo constante de la muchedumbre crispaban los nervios de Ranma-chan... y encima ese maldito frío.

- ¡Se retrasan! – dijo angustiada.

- Ranma tranquilizar, si bisabuela querer pelea, entonces seguro haber pelea – le tranquilizó Shampoo a su manera.

Para Ranma-chan los segundo comenzaron a parecerle horas intentando permanecer tranquila.  De repente las voces a su alrededor se apagaron de golpe.

- Ahí viene – dijo alguien desde fuera de la casa.

Ranma-chan tragó con fuerza para deshacer el nudo que se había alojado en su garganta.  Debía mantener la calma y no olvidar su plan.  Entonces los vio saltar hasta el tabique del jardín, las tres figuras altivas los escrutaron desde su posición superior.  Cologne y Mousse la acompañaban como una escolta inmutable.  Ranma-chan ni siquiera los miró, su vista se posó en Akane.  Ella se ocultaba tras una capa negra que le llagaba hasta los pies, y su capucha resguardaba su cara de toda luz, pero Ranma pudo reconocerla al instante.  Lentamente Akane comenzó a retira la tela que le ocultaba el rostro y la dejó caer sobre su espalda.  Todos los presentes contuvieron el aliento al verla, tan hermosa, más de lo que nunca ninguno recordaba haberla visto, con una feminidad desconocida en ella... su pelo recogido en un moño con pequeñas orquillas que brillaban a la luz del sol, sus párpados adornados con un tenue color cobrizo que resaltaba con el marrón de sus ojos, sus labios con un brillo magistral que hacía dudar si era natural en ella o no y... 

“Sus ojos...”

Ranma-chan sintió sus piernas temblar al contemplar la luz en la mirada de su prometida.

- Ha llegado la hora, Saotome.  Esta lucha decidirá nuestros destinos – pronunció solemne Akane.

El viento sopló con fuerza y el cielo se tornó gris en un instante.  Todos los asistentes supieron que era una señal que vaticinaba una lucha inigualable.

 

 

FIN DEL CAPÍTULO 4


Nota de la autora:

Uff.  No puedo creer que de verdad haya terminado este cuarto capítulo.  Si soy sincera se me hizo bastante pesado y difícil de escribir.  Creo que llevaba demasiado tiempo sin escribir.  Que se le va a hacer, por lo menos me queda el consuelo de que ya volví a recuperar mi hábito de escritura y eso me será beneficioso a la hora de escribir el siguiente capítulo y último de esta primera parte.  Pero creo que aún así no ha quedado del todo mal y ahora sí creo que he encontrado mi estilo de escritura.  Los capítulos 3 y 4 están más conseguidos que los 1 y 2 ¿cierto?  Bueno, eso es lo que me parece a mí.  Sip, estoy contenta de haber terminado de una vez este eterno capítulo que tanto y por tanto tiempo se me ha resistido y me pondré ahora mismo a escribir el siguiente capítulo. 

Pero... si, ya supongo lo que la mayoría me dirá ahora: Un principio demasiado extraño, o simplemente demasiado waff y todo para que al final terminen combatiendo...  Bueno, entendedme, después de todo esto es Ranma 1/2 o al menos un intento de representación de la serie y en ella jamás son tan fáciles las cosas ¿verdad? ^__^U Y, sobre todo... :P veréis,  espero que entendáis que después que me pasara dos meses planeando, buscando información, escribiendo y volviendo a escribir las escenas del entrenamiento de Akane una y otra vez, no podía echar por tierra todo ese trabajo y dejar que se reconciliasen como si nada ¿no creéis? jeje  Me temo que no lo cree nadie ^_^U jiii  Bueno, bueno, que nadie me pegue mucho ¿sip?  En el próximo capítulo ya se sabrá como termina todo este lío.  Y prometo no tardar tanto en escribirlo ^_____^ Yo más que nadie estoy deseosa de poder comenzar con la parte 2 de la historia... entonces... bueno, entonces ya se verá, jejeje

Ah.  Y esta vez no se me puede quejar nadie.  No puse un final de capítulo tan de infarto como el anterior ^__^ jejeje  Pero que no se me relaje nadie, que aún tengo un par de finales tan intrigantes como el del cap. 3 ^o^ ¡¡Soy mala!! Jajajajaja

Pero no puedo dejar de decir algo.  Muchísimas gracias por seguir apoyándome leyendo mi fic.  Es un honor escribir para tan grandes aficionados de Ranma 1/2.  ^____^ Así que espero vuestros comentarios diciéndome que os ha parecido a mi nuevo e-mail:

nemfics@yahoo.es

N.A. 1: Como siempre no quiero que nadie piense que me saco las cosas de la manga como si nada.  Cierto que a todo le doy mi toque romántico y eso pero no pretendo nunca dar actitudes a los personajes que Rumiko no les hubiera dado previamente.  Por eso hablo sin reparos ahora de como Akane adopta una actitud tremendamente fría ante todos sin ningún problema.  Me explico.  Son varias las veces que Rumiko regala a Akane el don de ser buena actriz, aunque Akane no opte por utilizarlo demasiado.  Por poner ejemplos, en el manga, puedo comentaros esa escena conocida por todos en la que en la interpretación de Romeo y Julieta Akane consigue engañar a Ranma haciéndole creer que va a besarlo; en aquella ocasión en que para engañar al maestro Happosai para que le cambie el nombre a Pantimedias Taro, Ranma crea esa cuanto menos rara obra teatral en la que Akane llora con total facilidad interpretando a la perfección su papel (o casi); esa vez en el baño cuando Akane hace creer a Ranma que va a dejar que la vea desnuda y otras tantas como esa.  En fin, esa es mi explicación.  De cualquier forma supongo que habrá quien pueda decir que no es lo mismo soltar unas lagrimitas o cosas de esas a hacer como hago en este capítulo que Akane actúe como una persona muy diferente a lo que es realmente.  Bien, ante eso sólo tengo que decir 'corazón de hielo' me apoyo en eso para que las dotes interpretativas de Akane sean bastante mayores a lo que eran originalmente, justo hasta donde necesito para darle vida a este fic ^___^

N.A. 2: Y seguimos con el mismo tema.  Supongo que habrá quien pueda decirme que Ranma y los demás se crean una mentira tal es un poco vano o poco creativo.  Particularmente yo pienso que es algo muy lógico, por supuesto entendiendo ‘lógico’ dentro del contexto del mundo de Ranma ½ como algo ciertamente probable.  Siempre he pensado que en eso se basa todo en ese mundo, en el simple hecho de que cualquier cosa puede ocurrir, por eso ¿por qué dudar la posibilidad de que Cologne haya hecho algo en la cabeza de Akane que la haga cambiar?  No es más que una de tantas cosas extrañas que les ocurren a los habitantes de Nerima, como todo tipo de locos artistas marciales que por lo más mínimo sueltan la frase ‘voy a matarte’, unos ancianos de más de 100 años que se mueven con una agilidad inimaginable, un Happosai con una aura de lujuria que podría arrasar la tierra, un chico sin el más mínimo sentido de la orientación, un pato ciego... o simplemente un chico que se transforma en chica al contacto con el agua fría ^__^U  Sí, definitivamente puede pasar cualquier cosa.

Bien... ¿Quieres saber que pasará con Ranma y Akane? ¿Como terminará el combate?  Lo sabrás muy pronto en el último capítulo de esta parte 1: El Poder de la Lucha.  

Nos vemos en el Capítulo 5: Entre el odio y el amor

Un Saludo

Némesis