Cap VII

DESESPERACIÓN

En el Reino del Sur es muy fácil que la vida se haga rutinaria. Los ciudadanos pasan los días cumpliendo la función que les ha sido asignada sin cuestionar nada; algunos ponen todo su empeño en destacar por encima de los demás para que les asignen los puestos más importantes, pero, cuando suben tan alto como pueden, vuelven a ser presa fácil de la rutina.

Si los Señores del Sur fueran insectos, el vivir en una sociedad semejante a una colmena, en la que sus vidas están predeterminadas, no traería estas consecuencias. desafortunadamente, al ser seres humanos enfrentan grandes problemas de "ABURRIMIENTO" y "SIN SENTIDO".

Ante semejante panorama las guerras con el Reino del Oeste, las batallas de dragones, las artes y "los chismes" son su única distracción y, para algunos, la única forma de cerciorarse de que continúan vivos. Los Chismes en especial, son el condimento más apreciado para sazonar su monotonía. Cuentan con ellos todos los días y no tienen que esperar a que sea temporada, como con las batallas de dragones, ni a que se reanude el conflicto, que ya lleva un par de años enfriándose, con los Señores del Oeste. Con los chismes sólo necesitan un buen tópico que haga correr todo los engranajes de comentarios, opiniones, críticas, hipótesis, conclusiones, dimes y diretes que llenan de emoción sus amortizadas vidas.

Por supuesto que en Graikoi, la ciudad más importante, se dan las primicias. Esta semana toda la atención gira en torno a Vleis. Dependiendo del nivel de los interlocutores es el carácter del comentario. Por ejemplo, entre los aspirantes de la academia se decía que Velis había salvado a Hermias de un accidente, los compañeros de los dos jóvenes se encargaron de mantener la verdad oculta. Sin embargo, fuera de la academia circulaba información que incluso ellos ignoraban:

"Un aspirante logró sanar la mente de un guerrero que rechazó la influencia de la Cámara del Poder"

"El Hijo de Xenocrátes pasó su primera prueba para calificar como Alto Señor."

"Dicen que es igual a su padre"

"La onda de poder que sentimos hace unos días fue emanada por Vleis de la Casa de Xenocrátes. El Alto Consejo le dará entrenamiento especial para que sea un Alto Señor lo antes posible"

"Dicen que podría vencer a los Señores del Oeste"

Todos estos comentarios, de contenido tan trascendental, se escuchaban entre los Ancianos y Altos Maestros. Vleis se había hecho famoso entre ellos y a partir de ahora los tendría como observadores y censores de sus "avances". Fácilmente se entiende la presión que el muchacho empezaba a sentir sobre sus espaldas desde que se vio interrogado, analizado, evaluado, espiado... etc, por los adultos más distinguidos de su sociedad. En especial si recordamos que sus poderes no estaban completamente bajo control.

Al menos para sus compañeros de la academia seguía siendo el mismo, podía sentirse en casa. Claro, mientras estuvieran juntos. Y las despedidas ya había comenzado: Sófocles se marchaba de Graikoi.

Vleis se había enterado de esto mientras estaba en la torre terapéutica, así que fue a ver a su amigo apenas tuvo ocasión. Para él fue una amarga sorpresa saber que el Consejo había decidido cambiar los destinos de Sófocles y Hermias. Ahora sería el Sabio quien iría a la ciudad fronteriza con el Reino del Oeste. Se preguntaba si no sería una treta para terminar con el asunto de los Zogos que Sófocles quería seguir investigando.

El corazón de Vleis estaba oprimido y angustiado cuando visitó a su amigo, no dejaba de pensar en que fuera de Graikoi sería más fácil para los Altos Señores eliminar a Sófocles y, por otro lado tenía represado un cúmulo de sentimientos que no podía dejar salir.

_ ¿Quién te lo dijo...? - le preguntó alegremente Sófocles mientras le invitaba a sentarse.

_ El mismo Rey, fue a verme cuando me recuperé. Quería que yo ayudara a Hermias a sincronizar con la Cámara del poder, cuando le recordé que Hermias se iría, dijo que habían cambiado las cosas, que ahora eres tú el que se va de Graikoi. Me dejó sin palabras...

_ Lógico, a mí también. Es extraño que el Consejo cambie un destino.

_ Es aterrador- susurró Vleis pensando en la posibilidad de que fuera una trampa.

_ ¿Cómo dices...?

_ Olvídalo...

_ Parece que estas abrumado amigo... - bromeo lanzándole un almohadón- ¿Qué te pasa...?

_ Nada... - Vleis atrapó el almohadón y se abrazó a este escondiendo el rostro.

_ ¿Nada...? ¿entonces por qué esa cara...? Vas a hacer que me vaya llenó de angustia por ti...- se le quedó mirando unos instantes en silencio y luego, adoptando una actitud más íntima, reflejando una gran ternura y preocupación en sus ojos, se inclinó sobre su amigo y le levantó el rostro sujetándoselo de la barbilla para quedar frente a frente - Vleis, me preocupas. Escucha, todo el mundo te ve como "Vleis, el Hijo de Xenocrátes" pero para mí eres simplemente Vleis. Sé que cuando te sientes mal lo ocultas para no preocupar a Safo y a Cárax y me angustia pensar que cuando yo no esté no hables con nadie más sobre lo que sientes. Amigo mío, hay cosas que son demasiado grandes como para que las lleves tú solo...

_ Sófocles...- los ojos de Vleis se llenaron de lágrimas

_ Desde que éramos niños - continuó su amigo - hemos tenido que asumir el papel de los mayores del grupo tratando de servirles de apoyo, sin embargo, eso no nos hace inmunes a nuestros propios problemas. Esta bien que ocultes tus sufrimientos para no ser egoísta, pero recuerda que tienes un límite.

_ Yo, siento... yo... - Vleis no pudo contenerse y abrazó a Sófocles llorando como un niño- ¡Tengo miedo!... ¡Tengo miedo de lo que pasé en el futuro!... ¡Y no quiero que te vayas...!

_ Yo tampoco quiero irme... - le susurró manteniendo la serenidad mientras le acariciaba - pero la decisión del Consejo está tomada; nada podemos hacer al respecto. Lo único bueno es que Hermias y Medea se quedarán. Claro que para X y para mí será muy duro, estaremos lejos de todos ustedes... - Algunas lágrimas quisieron escapar así que se frotó los ojos - ¡es demasiado!...

_ Si yo pudiera hacer algo...- Vleis se abrazó a su amigo con más fuerza al comprobar lo que este también sufría.

_ ¡Claro que puedes! - exclamó Sófocles alegremente - ¡Cuando seas un Alto Señor, haz que regresemos a Graikoi! ¡Sí!, reúnenos a todos y declara una semana de fiesta, ¡no!, ¡mejor un año de fiesta...!

_ ¡Pero yo ni siquiera sé si llegaré a serlo!...

_ ¡Lo serás!... Eres el que tiene más posibilidad de llegar al Alto Consejo, ¿acaso crees que tu ultima hazaña ha pasado desapercibida?...

_ Eso no es suficiente para llegar a ser un Alto Señor, además el Rey quedó algo contrariado porque me negué a ayudar a Hermias a sincronizarse con la Cámara del Poder.

_ ¿Por qué hiciste eso...? Hermias desea tanto como tú ser un Alto Señor...

_ Sería muy largo de explicar. Mejor, míralo por ti mismo.

Vleis extendió su mano hacia su amigo y le envolvió en su Esencia Vital. En un segundo el otro pudo ver y sentir lo que había vivido días atrás cuando tuvo que sacar a Hermias del trance. Claro que omitió algunos detalles, cómo la intervención de Aoi, pero olvidó omitir otros porque no los consideraba importantes, y resultaron ser trascendentes.

_ Ya veo, si lo ayudas, él podría terminar muy mal...

_ Te confieso que no sé qué hacer. Pero por ahora no quiero que Hermias se vea afectado por la Cámara, quizá más adelante él mismo encuentre la forma de sincronizarse sin salir perjudicado.

_ Sí, es probable. Después de todo, todos los Altos Guerreros lo han hecho a edades maduras...

_ Así es, no veo la prisa del Consejo.

_ Yo tampoco, están lanzando a volar a nuestra generación antes de tiempo y eso nos está afectando a todos, especialmente a ti...

_ ¿Qué?

_ Bueno, vi cómo vencías a tu tío...

_ ¡Ah!... yo...no...

_ Expandiste tu Esencia Vital de una manera sorprendente... ¡Eso es lo que escuché comentar el otro día en casa de mis padres...! ¡Ahora entiendo!. ¿Sabías que todos los Ancianos y Señores de Graikoi están asombrados?...

_ No hablemos de eso. Fue un accidente, ni siquiera sabía qué hacía y todavía no lo entiendo bien. _ Ya veo: tus poderes están acrecentándose más de lo que tú mismo puedes soportar, era algo predecible...

_ ¿Cómo?

_ El último año tú te aburrías en la academia porque nada de lo que nos enseñaban significaba un reto para ti, incluso los maestros temían que los dejaras en ridículo...

_ Yo nunca quise hacer algo así...

_ Lo sé, eso es lo mejor de ti. Además es normal que tus poderes se desborden ya que a nuestra edad nuestras capacidades comienzan a llegar a su tope. Tú eres alguien que supera los límites del aspirante promedio, es lógico que te estés volviendo tan fuerte.

_ Pero no logró controlarme, me voy a volver loco, ¿sabes lo que es conectarte con las mentes de todos los habitantes de la ciudad o sentir que te diluyes en el océano...?... por eso tengo tanto miedo... - se recostó en la silla derrotado

_ Lo siento Vleis, - Sófocles se sentó a su lado y rodeó los hombros de su amigo con su brazo - se supone que la academia debería enseñarte, pero ahora nos han destinado a salir de ella, lo normal sería que estuviéramos en ella hasta los 22, cuando nuestro nivel se ha estabilizado, pero el Consejo determinó algo distinto y nada se puede hacer...

_ El Consejo... ¿Hasta qué punto sus decisiones son acertadas...?!...

_ Yo espero que lo sean por completo, porque tienen nuestras vidas en sus manos y nada podemos hacer al respecto.

Vleis recostó su cabeza en el pecho de Sófocles y deseó que el tiempo se detuviera. Con Sófocles ya no sentía el agobio de la intemperie ni le asustaba tanto su vulnerabilidad y el vacío que guardaba en su interior desde niño se hacía tolerable... ¿Por qué? no se lo explicaba, sólo sabía que su amigo llegaba a una parte de él a la que nadie más tenía acceso.

_ Nos va a hacer mucha falta, Aoi... - dijo a su dragón mientras se echaba de espaldas sobre su cama de almohadas - Y con mis poderes descontrolados, últimamente sólo tengo razones para preocuparme...- lanzó un suspiro cansado, deseaba cerrar los ojos y no tener que abrirlos más. Aoi comenzó a lamerle la cara para confortarlo - Gracias pequeño...

Los dos se quedaron tranquilamente dormidos por un rato, hasta que el Vleis despertó y se levantó sobresaltado, lanzando por los aires al pobre Aoi quien dormía sobre su pecho

_ ¡Aoi!- exclamó al ver lo que había hecho y extendió su mano hacia su amiguito para suspenderlo en el aire con su poder. - Lo siento... - le tomó en sus manos y le acarició la cabeza con ternura. Aoi casi ronroneó como un gatito consentido y luego interrogó a su amo telepáticamente- Tuve un extraño sueño: Safo estaba sufriendo... ¡Pero no fue un sueño, puedo sentir su dolor...! ¡Vamos!...

Vleis buscó a Safo en el Templo de los Arcanos y terminó encontrándola en la torre terapéutica: había resultado herida en las prácticas. Esperó a que los curadores hicieran su trabajo y la llevó a casa sobre el lomo de Aoi transformado en un Lazago, un reptil gigante con piel lisa y el cuerpo blando.

_ No entiendo por qué lo hizo - sollozó la chica mientras Vleis llevaba en brazos hasta su cama.

_ Quizá perdió el control de sus poderes...- esa era una teoría que Vleis obviamente consideraba muy creíble en los últimos días.

_ ¡No!, estábamos haciendo un ejercicio de levitación. Nos dividimos en parejas y cada quien debía derribar a su contrincante y a la vez mantenerse en el aire. Yo la vencí y cuando terminamos la practica ella me atacó con un hechizo lanzándome por lo aires y me estrelló contra una pared.

_ Medea ha cambiado mucho desde que perdió a su equipo. Debió molestarse al perder...

_ ¡Eso lo entiendo, pero no tenía por qué atacarme y mucho menos a Shiroi!- la voz de Safo se volvió más aguda y llena de resentimiento mientras mostraba a su dragón, al que llevaba abrazado envuelto en numerosas mantas - ¡Él la atacó para defenderme y ella lo congeló! ¡¿Por qué tenía que ser tan brutal contra él...?! ¡No la perdonaré jamás!

_ No digas eso Safo - le suplicó mientras la recostaba en la cama con delicadeza- ella perdió a su equipo, recuerda eso. Si yo los perdiera a ustedes también cambiaría, me volvería loco...

_ Pero ella me odia... por alguna razón, ella me odia...

_ Medea no puede tener nada en tu contra. Esto fue un accidente, ya lo veras. Iré a hablar con ella después y estoy seguro de que me dará una explicación razonable.

Aoi seguía convertido en un Lazago, por lo que se quejó a su amo.

_ Lo siento, pequeño. ¡Ven aquí!.- el enorme lagarto dio un salto terrorífico hacia él y fue transformado en el aire, por lo que llegó a los brazos de Vleis como un simpático dragoncito. - Así te ves más atractivo- bromeó el joven dándole un beso.

Safo no pudo evitar reírse y ellos se sintieron aliviados al ver su lindo rostro alegre de nuevo.

_ Y así tú también te ves más atractiva, las lágrimas no te quedan bien, Safo preciosa.

La sonrisa de Safo se hizo más cándida por los amables ojos de Vleis, él siempre sabía cómo hacerla sentir bien. Y cuando se sintió abrazada por él, cuando sintió el firme cuerpo de su amigo acostado junto a ella, se sintió segura y confortada. Escondió el rostro contra el pecho de Vleis y olvidó su angustia... la ternura de las caricias que recibía reparaba el dolor de su corazón...

_ Si están en medio de una escena conyugal, volveré luego. - gruñó Cárax al entrar en la habitación unos minutos después - Aunque deberían recordar que aún vivo con ustedes...

Sus dos amigos se rieron de tal ocurrencia, pero al ver que no cambiaba la expresión de enfado intuyeron qué algo más le molestaba.

_ ¿Por qué traes esa cara?

_ ¿Por qué crees? ¡rechazaron mi tesis!. ¡Todo el comité de científicos mandó a la basura mi teoría...!

_ ¡No es posible! - Vleis se levantó en el acto, sabía que esto era semejante a una mutilación para Cárax.

_ ¿Por qué...?- Safo intentó levantarse también, pero el dolor de todo su cuerpo le recordó el accidente y volvió a caer sobre las almohadas reprimiendo un lamento.

_ ¿Qué te pasa...?- ahora era Cárax el alarmado.

_ Tuvo un accidente en la practicas.

_ Sí, me estrellé contra una pared...

_ ¡¿Qué?!, déjame examinarte...

_ Los curadores ya lo hicieron...

_ ¿Y por qué sientes dolor?. Deja que te lo quite... - dicho esto extendió sus manos sobre la chica y desplegó su poder. No llevaba sus brazaletes y aparentemente no le hicieron ninguna falta./ _ ¡Ah!, me siento como nueva... - chilló Safo saltando por la habitación como una niña.

_ Esos tontos curaron los huesos rotos pero no erradicaron todo el dolor...

_ Pienso que simplemente no pudieron curarla. Tú eres más fuerte que ellos. - Vleis le revolvió los cabellos a su compañero mientras lo miraba como un padre orgulloso.

_ Al menos hago algo bien. - suspiró desanimado- Hoy me hicieron sentir como un bueno para nada. Sobre todo mi padre, fue a verme al terminar la sesión del Comité y me advirtió que si seguía dejándolo en ridículo me enviaría fuera de Graikoi...

_ Serás un gran idiota si les prestas atención... - le gritó Safo tirándole de las orejas.

_ Oye, ¿qué harías si todo el mundo te dice que tu mayor genialidad es basura para ellos?

_ Pensaría que estoy rodeada de tontos...

_ Si lo planteas así... - al fin se rió al imaginar las caras solemnes del Comité de Científicos con el epígrafe de tontos- ¡tienes razón!...

_ Parece que hoy los tres hemos pasado un mal día. - exclamó Vleis echándose sobre los almohadones - Hagamos que termine pronto...

_ Cierto - Safo dio un saltó y cayó a su lado.

_ Sí... estoy cansado de tonterías...- Cárax cambió su ropa de la túnica formal a algo más cómodo y se recostó junto a Safo, dejando a la chica entre los dos amigos.- pero, ¿por qué dices que los tres la hemos pasado mal, Vleis?, ¿qué te pasó a ti...?

_ Lo de Sófocles... - le recordó Safo.

_ Ah, es cierto... ahora es él quien se va de la ciudad.

_ Hoy fui a despedirme de él...

_ Es triste que se vaya... - gimoteó Safo

_ Pues apuesto a que tú te alegras porque se queda Hermias. - le acusó Cárax con malicia, queriendo romper el ambiente de melancolía - Cuando te dijeron que Hermias se iba, casi te echas a llorar. Yo apuesto a que él estaba feliz de irse para librarse de ti, siempre lo metías en problemas.

_ ¡Idiota!, no hagas bromas con eso. También me entristece que se vaya Sófocles, yo no quiero separarme de ningún miembro de nuestra generación.

_ Desgraciadamente no podemos hacer nada al respecto. - susurró Vleis con un tono que hizo ver a Cárax que su intento había sido en vano: la melancolía ya se había apoderado de sus amigos- El Consejo ya decidió la vida de todos...

_ ¡Y la muerte también!... - Ahora era el resentimiento el que se adueñaba de Cárax- ¡No olvides lo que le hicieron a Edilia y Calistenes!...

_ Nunca los vas a perdonar, ¿verdad?... - Safo siempre se entristecía cuando veía a Cárax mostrar tanto odio, era una actitud tan poco usual en él.

_ ¿Los perdonaras tú?

_ No... y tampoco les perdonaré lo que le hicieron a Hermias. Pero no tengo forma de castigarlos.

_ Yo sé que mi tío recibirá su castigo el día en que yo sea un Alto Señor - declaró Vleis con cierto brillo pícaro en sus ojos

_ ¿Lo vas a desterrar de la ciudad?

_ ¡Mándalo al desierto!...

_ No será necesario nada de eso, ¡si llego a ser un alto Señor él seguramente morirá del disgusto!...

Los tres rieron un buen rato a costas del alto Señor al que tanto temían y destetaban. Luego Akai llamó su atención dando chillidos y saltos.

_ ¿Qué te pasa...? No seas maleducada... - le regañó su amo.

_ Debe ser por qué no encuentra a Aoi y a Shiroi. Están aquí pequeña - le explicó Safo tomando entre sus manos el envoltorio de telas en donde estaban refugiados los dragones.

Cuando akai encaró a sus compañeros y vio el estado de Shiroi quedó estupefacta por un momento y luego se echó a reír hasta rodar por el suelo.

_ No seas mala, Akai. Mi pobre Shiroi la ha pasado muy mal.

_ ¿Qué le ocurrió?

_ Medea lo congeló...

_ ¡¿Qué?!...

_ Verás, mi accidente también lo ha causado ella...

_ ¡¿Se volvió loca?! - el suelo casi tembló ante la terrible expresión de Cárax

_ No sabemos qué motivo tuvo para hacerle esto a Safo, por eso pienso ir a hablar con ella.

_ ¡Yo también iré! ¡Vamos!.

_ ¡Nada de eso! - se impuso enérgico Vleis para luego adoptar su tono amable- lo haremos más tarde... ahora a descansemos un poco…

_ Esta bien, pero curaré a Shiroi primero... - Tomó al dragón entre sus manos y Akai comenzó a chillar - ¿quieres hacerlo tú?, pues adelante... - dejó a Shiroi sobre los almohadones.

La pequeña dragón se colocó sobre Shiroi y desplegó su poder. Pronto los tres dragones estaban celebrando, Akai había hecho un buen trabajo. Al final armaron tal alboroto que Vleis los ató uno al otro por sus colas y ya no tuvieron más remedió que quedarse quietos hasta que se quedaron dormidos.

Igual pasó con Safo y Cárax, aunque no había llegado la noche, se quedaron dormidos, obviamente estaban agotados por un día emocionalmente agitado. Vleis aprovechó para ir a hablar con Medea. Aoi se dio cuenta y quiso acompañarlo pero él le pidió telepáticamente que no se moviera para no despertar a los otros. El dragón obedeció, aunque no le agradó nada alejarse de su amo.

Vleis llegó a la habitación de Medea, donde vivía sola ya que sus compañeros estaban bajo vigilancia médica. Se extrañó al notar que ella discutía con alguien. No pudo evitar quedarse escuchando, pues le tomó por sorpresa el tema de la conversación y el rumbo que iba tomando el asunto.

_ ¡¿Por qué estas tan molesto?!- gritaba Medea con una furia que Vleis no le conocía.

_ ¿Quieres que te felicité por lo que hiciste? - el interlocutor era seguramente Hermias, quien también estaba alterado - ¡Casi matas a Safo!...

_ ¡Ella no es tu pareja ni es miembro de tu equipo, ¿por qué tienes que preocuparte de lo que le pase...?!

_ ¿Qué clase de pregunta es esa?, Safo es nuestra amiga, somos parte de la misma generación...

_ Eso no significa nada

_ ¿Cómo puedes decir eso...?¿Qué te está pasando? ¿Qué tienes contra Safo?... - La indignación de Hermias se había tornado en confusión total, sujetó a Medea por los brazos y la sacudió a cada pregunta.

_ ¡La detesto!- Medea escupió tanto odio en esta afirmación que Hermias y Vleis se quedaron helados. - ¡Ella siempre me deja en ridículo ante los maestros! - continuó gritando mientras se alejaba de su captor quien ya no tuvo fuerzas para retenerla - Es la favorita de todos sólo por ser la hija de los Reyes, ¡Y la verdad es que sólo es una miserable estúpida...!

_ ¡Tú eres la estúpida! - Hermias había perdido la paciencia definitivamente ante lo que consideraba una injusticia contra alguien que era especial para él- ¡Safo no merece que la trates así!...

_ ¡Siempre te pones de su lado, siempre la cuidas, siempre estas cerca de ella!

_ ¡Por supuesto!, somos amigos...

_ ¡Por eso la odio y la próxima vez la mataré!... ¡Voy a matar a...!

No pudo terminar su terrible amenaza, Hermias la envío al suelo de un golpe. Fue un ademán fuerte y rápido, un simple movimiento, pero bastó para silenciar a Medea y destrozarle el corazón...

_ Nunca... Nunca vuelvas a decir algo así... - gruñó el joven tratando de contenerse. Al ver a la chica en el suelo, con el rostro oculto tras su melena, gimiendo como un animal herido, su ira, su terrible ira, se transformó en remordimiento. Pero no fue capaz de disculparse, no pudo arrojarse sobre Medea, abrazarla e implorar su perdón como deseaba con todo su corazón, sólo se dio media vuelta y la abandonó allí. Era tal su vergüenza que creía que una sola mirada de ella lo haría cenizas.

Al salir se encontró frente a frente con Vleis, tuvo que agachar la cabeza para no verle a la cara; deseó desaparecer en ese mismo instante, ¿cómo justificar lo que había hecho...?. Afortunadamente la expresión de Vleis sólo mostraba consternación, no había ningún reproche.

_ Vine a hablar con Medea - le dijo rompiendo el incomodo silencio

_ Yo también. Quise aclarar el incidente en las prácticas pero, ya ves lo que he hecho... - quería caer de rodillas y echarse a llorar - ¡No pude controlarme...!

_ Lo sé. - Vleis se acercó a Hermias y le habló con una ternura que sólo usaba con su equipo - Sé que tú jamás le harías daño a otra persona. Esto es consecuencia de tu contacto con la Cámara del Poder. Por eso yo...

En ese momento se escuchó una terrible explosión dentro de la habitación y los dos entraron alarmados.

_ ¡Medea!- gritaron al unísono al ver a la chica suspendida en el aire; estaba envuelta en un torbellino de viento y desplegaba su energía en forma de rayos que lanzaba a todos lados. Los muebles de la habitación giraban frenéticamente hasta estrellarse contra las paredes.

_ ¡¿Qué haces, Medea?! - le interrogó Hermias acercándose.

_ ¡Detente por favor!- suplicó Vleis

Ella no les prestó atención, no podía verlos, estaba anegada en ira, dolor y desesperación. Volvió en su contra los rayos y estos comenzaron a concentrarse en su cuerpo.

_ ¡¿Qué estas haciendo?!... ¡te harás daño...! ¡Vleis, tenemos que detenerla!/ Vleis ya estaba tomando cartas en el asunto. Trató de controlar la mente de Medea pero la oleada de sentimientos irracionales y devastadores que recibió de ella hicieron que perdiera él mismo el control. Cayó al suelo sujetándose la cabeza.

_ ¡Ella quiere morir! - fue lo último que pudo decir antes de quedar enlazado con la chica y en total desventaja. Ahora era uno con ella.

Hermias sostuvo a Vleis en sus brazos al verle convulsionar, de pronto se llevó un gran susto cuando lo oyó hablar con una voz semejante a la de Medea.

_ ¡No puedo más con esto...! ¡Quiero que termine todo...!

_ Vleis... ¿qué te pasa?...

_ ¡Sácala de mi cabeza o me matará...! - suplicó el joven recuperando algo de control - ¡No puedo con ella...!

_ ¡Rompe el enlace...!

_ ¡Quiero morir...!

Hermias entendió que estas últimas palabras no eran de Vleis, si quería salvarlos a los dos debía hablar con su pareja. Cuando trataba de ordenar sus ideas vio que Kurai saltaba del bolsillo de su ropa, en donde se había escondido desde su discusión con Medea, y se perdía entre los escombros para aparecer de nuevo llevando arrastrada a Tori, el dragón la chica. Estaba agonizando.

_¡Medea, estas haciéndole daño a Tori y a Vleis...! ¡Te lo suplico, detente!... ¡detente!

_ ¡Quiero morir...!- gritó ella a través de Vleis.

_ ¡No, por favor!... yo no soportaré que tú mueras... ¡nadie quiere que tú mueras!... -Cayó de rodillas llorando

_ Mentira... todo es mentira. Tú prefieres a Safo - escuchó decir a Vleis - ¡Yo no le importo a nadie! La hechicera concentró aún más su poder y parecía pretender estallar en pedazos cuando aparecieron Aoi, Akai y Shiroi junto a Hermias. Aoi corrió hacia su amo, Akai ayudó a Kurai a traer a Tori y Shiroi formó un escudo para proteger a todos. Al mismo tiempo Safo apareció ante Medea envuelta también en un torbellino; entre las dos se entabló una batalla, ahora Medea tenía otra motivación: en lugar de destruirse quería destruir a Safo.

_ ¡Te mataré! - gritó Vleis lleno de furia, obviamente no eran sus palabras por lo que Hermias se acercó a las dos contendientes desesperado.

_ ¡Detente Medea!. No puede ser que quieras herir a Safo. Todos hemos estado juntos desde niños...

_ ¡Tú la prefieres a ella! - Volvió a gritar Vleis.

Aoi desplegó su poder para romper el enlace mental entre los dos, pero el poder de su amo estaba en su nivel más alto, apenas logró ayudarle a recuperar el suficiente control para hablar por sí mismo.

_ ¡Sácala de mi cabeza! - suplicó - ¡Está enloqueciéndome!

Hermias escuchó esto y giró hacia su amigo para verle incorporarse con las manos en la cabeza, desesperado. Al instante, en el mismo momento en que los remolinos de poder de Safo y Medea hicieron colisión, lo vio caer inconsciente. Intentó auxiliarlo pero en un parpadear Vleis ya estaba a salvo: mientras caía al suelo llegó Sófocles y lo recibió en sus brazos.

Hermias se volvió de inmediato hacia el otro foco de atención y vio como Safo absorbía poco a poco los efluvios de Medea haciendo su remolino más grande y el de esta más pequeño; finalmente las ráfagas de viento se dispararon en todas direcciones arrojando a todos al suelo.

Cuando el humo que generaban los numerosos pequeños incendios se fue dispersando, Hermias pudo ver a las chicas en el centro de la habitación, Medea estaba inconsciente en los brazos de Safo. Al instante apareció Cárax para auxiliarlas.

_ ¡Gracias a los ancestros, las dos están a salvo! - corrió hacia ellas con esa ansiedad que deja el haber estado al borde de la tragedia, necesitaba abrazarlas y comprobar que aún estaban con él, que no había perdido a quienes le eran tan amadas.

Él sabía que amaba a Safo de una forma diferente que a Medea, lo sabía aunque jamás lo reconocería. Pero eso no indicaba que su corazón no fuera lo bastante grande como para que entraran todos los miembros de su generación, y a partir de este momento entre ellos Medea se le había hecho más entrañable, por que era quien más necesitaba de él. Hermias poseía un corazón que estaba especialmente preparado para la compasión.

_ ¿Qué pasó aquí? - se impuso la voz de Sófocles sobre todas las exclamaciones que fueron lanzando los otros miembros de la Generación al llegar a la habitación. Todos habían acudido por ser los más cercanos, y pronto llegarían los Maestros y los Guerreros guardianes de la Academia. - ¡Pronto! - apremió dejando las explicaciones para luego al darse cuenta del riesgo - ¡detengan el tiempo y aíslen la habitación!. Los Hechiceros no se hicieron de rogar y realizaron un hechizo en conjunto. Entonces vinieron las explicaciones de Hermias, Safo y Cárax.

_ Entonces este tonto se enlazó con ella - suspiró Sófocles mientras recostaba a Vleis sobre una amplia mesa. Aoi y Arashi, su Dragón, saltaron al pecho de Velis.- Cuídenlo chicos, debe estar agotado. - Retiró los mechones de cabello que Vleis tenía desordenados sobre su rostro y le sonrió enternecido - Tonto...

Después le dejó allí e hizo gala de su liderazgo natural sobre el grupo, en aquel momento de confusión se encargó de poner orden y orientar a todos. Lo primero que debían hacer era atender a los heridos, lo cual era labor de los científicos curadores. En segundo lugar, debían dejar la habitación como si nada hubiera ocurrido, de otra forma era muy probable que Medea fuera a parar una Torre de Rehabilitación.

_ ¿Creen que los Zogos afectaron su personalidad además de su memoria? - preguntó Hermias.

_ No... fue la soledad. - contestó Sófocles tratando de decir esto de la forma menos dolorosa posible - recuerda que se quedó sin su equipo.

_ Y yo no fui suficiente compañía a pesar de ser su pareja.

_ Perder a los amigos con los que has compartido toda tu infancia es algo insustituible.

_ Pero pude hacerle más llevadera su situación. En cambio vine a recriminarle y a acusarle... incluso la golpeé... - Herminas se echo a llorar llenó de remordimiento.

_ Cálmate. Tú también fuiste afectado por los Zogos y por la cámara del Poder -Hermias miró a Sófocles extrañado - Es obvio que eso te ha cambiado un poco, el Hermias que todos conocemos jamás le haría daño a otra persona.

_ Ya no sé si ese Hermias existe. Cuando la golpeé deseaba matarla... - Y volvió a ser presa de la angustia - ¿En qué me convertí...?

_ Poco a poco volverás a ser tú mismo.

Sófocles abrazó a Hermias y lo dejó llorar cuanto quiso. Los demás habían estado observando y trataron de crear un vació entre ellos, de dejarlos tan solos como les fuera posible al estar en la misma habitación. Si alguien podía reconfortar a Hermias ese era Sófocles. Todos tenían experiencia de la solícita ternura de este querido miembro de la generación y en el fondo de sus corazones lamentaban que esa fuera su última noche entre ellos.

Gracias al trabajo en equipo la habitación quedó como nueva. Los poderes de los hechiceros y de los científicos restauraron las paredes y los muebles, los demás ayudaron a dejar todo en su lugar. Finalmente lo que quedaba era despertar a Medea y esperar a que Vleis también lo hiciera. A ella la habían sanado y mantenido dormida, él no parecía estar herido y aún así permanecía inconsciente; los Sabios concluyeron que seguía en cierta forma enlazado con Medea y no despertaría hasta que ella lo hiciera.

_ ¿Cómo reaccionará Medea cuando la despertemos? - preguntó Cárax lleno de temores.

_ No tengo idea - respondió Sófocles preocupado, rara vez no tenía respuestas - pero no tenemos que temer nada, entre todos podemos contener su poder.

_ Entonces, despertémosla. - insistió Hermias- Necesito decirle que me perdone.

Cárax retiró el efecto anestésico que había usado y ella comenzó a despertar.

Mientras todos estaban centrando su atención en ella, Sófocles fue hacia donde descansaba Vleis y se acodó sobre la mesa esperando. Unos segundos después, Vleis abrió los ojos y se incorporó alarmado.

_ ¡Medea...! - enseguida se sintió mareado y cayó en los brazos de su amigo, que estaba esperando tal reacción.

_ Gran idiota, no te levantes. Es lógico que tengas tu cabeza hecha un desastre después de estar enlazado con Medea.

_ ¡¿Sófocles?!

_ Claro que soy yo - acercó su rostro a Vleis hasta que rozó su mejilla. Sófocles tenía una manera casi seductora de tratar a Vleis - ¿acaso ya me has olvidado?

_ No esperaba encontrarte aquí... ¿sabes qué ha pasado con Medea y Hermias?

_ Ellos están bien, pero tú... - le sacudió - ¡¿grandísimo idiota, cómo se te ocurre enlazarte con una mente desquiciada cuando tú mismo no puedes controlar tus poderes?!

_ ¡Me uní a ella por accidente!...

_ ¡¿No te dije que mejorarás tu autocontrol?!

_ Pe... pero...¿cómo esperas que mejore en tan poco tiempo? - entre el caos que sentía en su cabeza y las palabras sin sentido de su amigo, Vleis estaba a punto de perder algo más que su autocontrol. - ¡Estas loco!

_ Y tú eres un tonto con dolor de cabeza...

Vleis no pudo contradecirlo, se quedó sin aliento y tuvo que recostarse en su amigo.

_ Si no tienes cuidado, - le dijo este cambiando completamente de actitud - vas a hacer que me preocupe todo el tiempo por ti mientras este fuera de Graikoi.

_ Sófocles... - Vleis se abrazo a él - Puedo ver la razón por la que me enlacé de esa forma con Medea. Porque los dos sentimos que estamos perdiendo a alguien... los dos no queremos estar solos. Yo estaba triste porque tú fuiste destinado a otra ciudad, también me preocupaba que algo malo llegara un día a pasarte a ti, a Safo, a Cárax y a los demás, porque ya no confío en el alto Consejo...

_ ¿El Consejo...? - Sófocles permaneció en silencio unos momentos y luego acercó sus labios al oído de Vleis para susurrarle - Yo tampoco. Pero ni tú ni yo tenemos el poder para enfrentarlos. Así que resignémonos a obedecerlos por ahora manteniendo la esperanza en que cuando tú seas un Alto Señor, y yo te aseguro que lo serás, cambiaras todo esto.

_ No esperes tanto de mí...

_ Es tu destino, es la senda que esta marcada para ti por poseer cualidades únicas. Recuerda siempre eso, nos lo debes a todos, necesitamos que llegues al Alto Consejo junto con Safo y Cárax... recuérdalo.

Vleis quedó impactado por estas palabras. Sófocles siempre le había influido como debía hacerlo un padre o un hermano mayor. Ahora le trazaba un camino, uno que él ya había vislumbrado y que le parecía cada vez más peligroso. Mas, ¿cómo rechazarlo? ¿acaso había algo más para él en el Reino del Sur?

Sófocles lo ayudó a caminar hasta donde se encontraban los demás. Safo y Cárax y Hermias intentaban convencer a Medea de que realmente no estaban enojados con ella y no tenía razón para llorar. Los demás se limitaban a permanecer en un silencio aprehensivo.

_ ¡He sido mala...! - sollozaba la chica desesperada - ¡Todos deben odiarme!

_ No es así, Medea - Le dijo Vleis sentándose a su lado - compruébalo por ti misma.

Volvió a enlazarse con ella, aterrorizando a Sófocles y a Aoi, y le mostró lo que sus compañeros estaban pensando y sintiendo. Medea sintió que la envolvía una oleada de ternura, nadie la condenaba, todos querían ayudarla. Se abrazó a Vleis y lloró conmovida.

En ese momento fue como si todo su ser quedara renovado...

...La pesadilla había terminado...

¿Realmente...?

Continuara

 

 

 

Siguiente==>