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UNA
TENDENCIA MUNDIAL LLEGA A BUENOS AIRES
La primera galería de arte consagrada a la fotografía Se inauguró ayer
la galería "Arte x Arte" en Palermo Viejo. Son cuatro pisos dedicados
únicamente a la fotografía, el video y el arte digital.
Posiblemente
sea una apuesta a la madurez del arte fotográfico en el país
y un voto de confianza en el coleccionismo local. Lo cierto es que ayer
abrió en Buenos Aires "Arte x Arte", la primera galería
privada dedicada exclusivamente a la fotografía, el video y el
arte digital. Dirigida por Luz Castillo y coordinada por Roxana Miguel,
esta fotogalería inició su actividad con una muestra del
guatemalteco Luis González Palma y los argentinos Marcos López,
Alfonso Castillo y Carlos Trilnick.
Con
1.800 metros cuadrados dispuestos en cinco salas de exposiciones y cuatro
pisos, "Arte x Arte" está planteada como "un verdadero
centro cultural", destacó Luz Castillo. Y agregó: "Hemos
programado la visita de maestros de este arte para dar talleres, cursos
y charlas, contamos con tecnología de última generación,
auditorio y biblioteca especializada. En Argentina hay grandes autores,
tanto en fotoperiodismo como en fotografía artística de
autor, sin olvidar la fotografía histórica. Queremos darle
un espacio a todos ellos".
Ubicada
en Palermo Viejo, en la calle Lavalleja 1062, "Arte x Arte"
funciona en el horario de lunes a sábados de 13 a 19. En la planta
baja tiene una biblioteca, una sala de videoarte y otra de exposiciones,
de 50 y 120 metros cuadrados, respectivamente. En el primer piso hay otras
dos salas -para montaje de instalaciones y exposición, con 120
y 160 metros cuadrados- además de dos laboratorios fotográficos,
uno digital y otro tradicional. En el segundo piso hay un auditorio, un
estudio de arte digital y otra sala de exposición de 120 metros.
En el tercer piso hay una sala de tomas, de 250 metros cuadrados.
"Somos
conscientes del riesgo que afrontamos en un momento crítico de
la economía y la sociedad argentina, con un mercado de arte fotográfico
que prácticamente hay que crear desde la nada. Pero creemos en
la calidad de nuestros artistas", dijo Luz Castillo. Y agregó:
"No hacemos otra cosa que poner a Buenos Aires en el circuito de
las nuevas tendencias artísticas mundiales. Ya hace años
que la fotografía y el videoarte son estrellas en las bienales
de Venecia y San Pablo, igual que en Nueva York, Kassel y Madrid".
En
aquellas ciudades, las fotogalerías usualmente venden copias numeradas
y firmadas por el autor. Los precios son muy variables, dependen del renombre
del autor y de si se trata o no de una "copia de prueba original",
pero no bajan de los 4.000 dólares en más de un caso. |
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En
nuestro país, la fotografía fue considerada durante demasiado
tiempo "la hermana menor" entre las artes plásticas.
Los coleccionistas de fotos históricas -se trata de daguerrotipos,
que son piezas únicas- no son más de diez. Pero este panorama
empezó a cambiar ya en la década de 1970, con el rol pionero
que jugaron Sara Facio y Alicia D''Amico al publicar libros fotográficos
en su editorial La Azotea.
En
los últimos veinte años se sumaron también iniciativas
de rescate de la fotografía histórica nacional, como la
serie de libros editados por Luis Príamo para la Fundación
Antorchas. Y la creación, en 1985, del Centro de Investigaciones
Julio Riobó fundado por los fotohistoriadores Abel Alexander, Juan
Gómez y Miguel Angel Cuarterolo. Surgieron además espacios
oficiales de exhibición, entre ellos la fotogalería del
Teatro Municipal San Martín y el Centro Cultural Recoleta.
En
la década de 1990 el Museo Nacional de Bellas Artes inició
una colección propia -hecha con donaciones- que incluye obras de
Horacio Coppola y Annemarie Heinrich, entre otros. Lo mismo hizo el Museo
de Arte Latinoamericano.
Desde
la década de 1980 fue más frecuente la edición de
libros de fotografía, entre ellos los de Marcos Zimmerman, Gabriel
Díaz, Adriana Lestido, Dani Yako y Eduardo Longoni. El afianzamiento
de un sistema de becas -como las de la Fundación Antorchas y la
Guggenheim- ha permitido en varios casos la posibilidad de un trabajo
independiente. La fotografía de intención documental, el
fotoperiodismo, la experimentación, son algunos de los campos de
trabajo actual.
Los
más optimistas reconocen que, en la Argentina, queda por resolver
el rol del coleccionismo estatal y privado. En Europa y los Estados Unidos
es habitual que los museos compren obra fotográfica -por caso,
el Museo de Arte Moderno de Nueva York tiene obras de Trilnick, el Centro
Reina Sofía de Madrid tiene obras de González Palma- pero
aquí es una rareza.
El
edificio de la fotogalería, ahora reciclado, fue en un tiempo la
fábrica de los flanes "Quimili". Algunas máquinas
aún se ven por las salas, como parte de la decoración minimalista.
En el cóctel inaugural se vio ayer a los fotógrafos Gabriel
Valansi, Eduardo Pla, Susana Negri, Elda Harrington, Norberto Puzzolo,
Gustavo Frittegoto, Alicia Sanguinetti, Miguel Angel Cuarterolo y Eduardo
Longoni. También estaban los pintores Marcia Schvartz, Luis Felipe
Noé, Rogelio Polesello y Clorindo Testa, los coleccionistas Juan
Cambiasso, Mauro Herlitzka y Pablo Oks, el escultor Gyula Kosice y la
actriz Susú Pecoraro.
La
Nacion, 2 de junio de 2002 |
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