II Feria Internacional de casas de muñecas y miniaturas. (Madrid)

Representaciones asturianas dentro de la feria.

La tienda de la Cometa, y otra chica que hacía cosas en punto de cruz, eran dos de las cuatro representaciones asturianas que había en la feria. Las otras dos eran Cristina Noriega y Maria José Santos (Carabosse); conocía el trabajo de las dos pero nunca había hablado con ellas, así que aproveché que las ví allí y os resumo un poco cómo es su obra y cómo la realizan.

Cristina Noriega. ¿Qué os voy a decir a aquellos que ya hayáis visto el trabajo de esta artesana?. Que ya me gustaría a mí poder hacer las cosas que hace ella (y luego quedármelas claro, no tener que venderlas). De entre todas las escenas que llevó a la feria destacaría el baño victoriano (quizás porque no lo había visto, porque en realidad lo que más me gusta de su obra son los cabinets y los chupetes y biberones que realiza).

Con María José Santos hablé más tiempo. Lo primero que me sorprendió fue su edad, así se lo dije, y es que es sólo cinco años mayor que yo y casi toda la gente que conozco en este mundo es gente como muy joven diez años mayor que yo (nací en 1977, por si tenéis curiosidad). Y es que Maria José a pesar de haber nacido en Barcerlona y criarse los primeros años de su vida en A Coruña, vino para Asturies muy pronto y desde entonces reside aquí. Para la realización de una muñeca tarda aproximadamente una semana. Lo hace todo, desde la muñeca en sí hasta vestirla. Las telas las tiñe a su gusto. Desde luego lo que más me sorprendió fueron los tacones de los zapatos, hechos con madera y como ella dice, coges una lija y a lijar hasta que le das la forma que quieras. Si tuviese bastante dinero no lo dudaría, y cómo le dije, le comparía a Victoria, muñeca victoriana de 1850-1860.

Maria Schumman y la post-feria.

Se me había olvidado hablar de María. Esta artesana realiza todo tipo de molduras en barro y escayola, además de otros objetos. Lo siento pero no tengo foto para enseñároslo. Yo le compré una placa con la última cena (a ver si le amplío la capilla que le hice a mi abuela) y varias jardineras/benditeras que también valen como plafones de luz.

El lunes como aún tenía ganas de ver cosas de miniaturas y hacer alguna compra más, me fui a la tienda de Elfo, que como siempre, es visita obligada cada vez que voy a Madrid.

FIN

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