UNIVERSIDAD YACAMBÚ
ENSAYO
SAE
LA COMPLEJIDAD EN EL CONTEXTO DE LA FORMACIÓN DE FORMADORES
La concepción clásica del conocimiento establecía que el conocimiento para que fuese válido debía poner en orden los fenómenos, rechazar el desorden, lo incierto , lograr la certidumbre, quitar las imprecisiones ,distinguir y jerarquizar . Esto implica que la complejidad que se presentaba bajo las representaciones de lo enredado , lo inextricable , el desorden , la ambigüedad debía ser rechazado como desconocido.
Todo conocimiento opera mediante la selección de
datos significativos y rechazando lo no significativo es decir, funciona
separando, distinguiendo, uniendo, centralizando ,
jerarquizando , etc. Estas operaciones son
dirigidas por principios de organización llamados paradigmas
, principios ocultos que gobiernan nuestra visión de las cosas y del
mundo sin que tengamos conciencia de ello. Vivimos bajo el paradigma de la simplificación , de la
disyunción, reducción y abstracción, Para evitar esta visión unilateral
y limitada Morin (1994) formula la idea de un pensamiento complejo .
El pensamiento complejo pone de relieve una
organización para el pensamiento , donde orden y
desorden se mezclan íntimamente y cuyo dinamismo genera nuevas formas
organizadas-desorganizadas.
Morin (1999) entiende por “paradigma de la
complejidad “un principio de distinciones / relaciones /oposiciones
fundamentales entre algunas nociones
matrices que generen y controlen el
pensamiento, es decir la constitución de teoría y la producción de los
discursos de los miembros de una comunidad.
De lo anterior resulta una evidente ruptura epistémica,
una transformación fundamental de nuestro modo de pensar, percibir y valorar la
realidad marcada por un mundo global que interconecta pensamientos y fenómenos,
sucesos y procesos, donde los contextos físicos, bio-psicológicos, sociales,
económicos y ambientales son recíprocamente interdependientes.
Asumiendo la complejidad de la realidad lo unico que
parece seguro es el cambio, por ello, convencida como Morin, infiero que cada vez
existe la necesidad de una reforma del pensamiento y por lo tanto una
transformación en los procesos de formación de formadores, cabe
preguntarse si el conocimiento que se adquiere en el proceso de formación responde
al momento de afrontar la realidad?
Hoy día se
puede afirmar que el conocimiento que se adquiere en el proceso de formación de
formadores no logra responder en muchas ocasiones a las demandas de la realidad
pero de igual manera los formadores con
astucias, intuiciones y recetas deberán afrontarla.
Son pocos los estudios que han asumido el desafío epistemológico,
específicamente los que se refieren al análisis del conocimiento
, al ejercicio del pensamiento y al aprendizaje en el proceso formativo
de los formadores.
Como lo afirma Zemelman H. (1987) El abordaje
epistemológico que se intenta realizar no plantea un nuevo modelo epistémico
sino una actitud frente al conocimiento y a la forma en que se aprende a pensar
la realidad educativa en contexto.
En la actualidad nos encontramos con que los
Formadores, no tienen las herramientas y elementos para provocar en los
aprendientes la capacidad de razonamiento de construcción, en la relación del
conocimiento con la realidad.
Por ello muchas técnicas y modos de enseñar quedan inertes ante la
realidad de los alumnos, no es cuestión de didáctica, no es una cuestión de la
psicología educativa, sino cambio de actitud en la forma de analizar y
comprender la realidad de todos los actores educativos que participan en
la formación de docente.
Es así que las dificultades actuales de la Formación docente poseen una
cuestión de fondo más que de forma: diseños curriculares que deben partir de
una epistemología de la práctica, basada en el conocimiento, en la acción y en
la reflexión en la acción, como posibilidad para acceder al conocimiento de la
práctica docente y como necesidad para pensarla.
En este sentido desde la formación docente deberíamos propiciar la
enseñanza de las incertidumbres. Se tendrá que enseñar principios de estrategia
que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto y modificar su
desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Más aún, es
imperativo que todos aquellos que tienen la carga de la educación estén a la
vanguardia con la incertidumbre de nuestros tiempos.
Apostar a una visión más integradora sobre educación implica una
transformación del pensamiento. En este sentido, la transformación en los
procesos de formación docente debe ser tal que debe habilitarnos a afrontar la
complejidad, con ayuda de los instrumentos conceptuales tendrá como misión
coexistir con la incertidumbre.
Transformar el pensamiento y la educación no es tarea sencilla, ya que
desde antaño ha dominado un pensamiento simplificador, reductor, estático y
lineal.
Morín, E. (1998). Introducción al pensamiento complejo. Gedisa.
Barcelona.
Morín, E. (1999). La cabeza bien puesta. Nueva Visión. Buenos Aires.
Zemelman H.(1987) “ La totalidad como perspectiva de descubrimiento”
Revista Mexicana de Sociología V. 41, no. 1 Enero – Marzo 1987.