Doctorando Oricela Ojeda
MOMENTO Nº1
MODELO DE COMPETENCIAS PARA
EL PROBLEMA
Planteamiento
del Problema
La educación es quizás uno de los campos
de desarrollo que tiene mayor potencialidad para promover cambios sistemáticos
a nivel societal
en el Siglo XXI, y su evolución depende en gran medida de la formación
profesional y competencias de los docentes. Ello es una verdad que se cumple en
cualquier nivel educativo; pero se nota con mayor exigencia en el sector
universitario toda vez que este profesor tiene la responsabilidad de formar un
egresado para la labor en un mundo globalizado donde lo único permanente es el
cambio.
En este sentido, se plantean unas
interrogantes primigenias:
¿Está formado el docente universitario
para gerenciar los procesos de cambio organizacional
que profundicen la competencias de los egresados para el mundo del Siglo XXI,
la sociedad planetaria?
¿Cuáles deben ser las competencias del
docente universitario para sistematizar los procesos de aprendizaje
organizacional en función de los modelos gerenciales que representan el
conocimiento de punta?
Estas y otras interrogantes se pueden
responder determinando la multifuncionalidad de actividades que debe cumplir el
docente para poder enfrentarse a los nuevos paradigmas educativos que implica
trabajar en ambientes organizacionales perneados por la incertidumbre y la
permanente generación de conocimiento. Se trata más bien, como lo afirma Florez (1996) de desplazar el paradigma determinista que
moldea y controla, en el cual se ha enseñado al aprendiente
a repetir y memorizar conceptos, negándole espacios a las discusiones, al
análisis crítico y al emprendimiento
mutuo.
Este cambio en el rol clásico de la
función docente hace que éste deba formarse con “una nueva visión de si mismo,
un manejo de modelos mentales flexibles, una visión compartida y capacidad para
trabajar en equipo” (Senge, 1990), todo ello para
convertirse en líder, maestro, gerente, facilitador, andragógo; en fin, convertirse en un “gestor del
conocimiento”.
En palabras de Fuguet
(2001), los docentes universitarios son “…gestores del conocimiento y lo que
eso envuelve en sus implicaciones sociales y morales. Especialmente se abre una
poderosa discusión sobre como formar a estos gestores de calidad”.
Es decir, el docente del Siglo XXI debe
favorecer la independencia del aprendiente en su
proceso de enseñanza – aprendizaje, incorporando e implementando nuevas
tecnologías, desarrollándolas paralelamente a los cambios que implica la
innovación de este proceso cuando se utiliza como elemento mediador a la
computadora que genera la interconectividad, para lo
cual debe producir estrategias didácticas de permanente actualización.
En este orden de ideas, el desafío actual
es el mejoramiento de la formación del docente a través de la transformación
cualitativa de estos procesos, para generar un nuevo modelo que de
respuesta a estas exigencias de una
manera holística, que abarque aspectos de ética y de
educación valorativa que le comprometa con el pleno ejercicio de sus
competencias profesionales y de praxis andragógica.
Sin embargo, dentro del devenir
universitario nacional se encuentran profesores con una gama variada de estilos
que se pueden considerar obsoletos o
actualizados desde el punto de vista tecnológico y proclive o no al cambio para
mejorar sus competencias.
El sustento de lo anteriormente planteado
se refleja en el estudio realizado por
Ojeda (2001) en
Igualmente el 75 % de los estudiantes
opinan que la motivación es escasa , no se evidencia planificación de los objetivos;
todo lo contrario el 55% demuestra que
la improvisación es la regla, no existen los contratos de aprendizaje,
la actitud del docente es de simple transmisor de conocimiento y sus acciones
están encaminadas a la reproducción de información, muchas veces obsoletas.
El 65 % de los estudiantes encuestados
coinciden que el docente es poco creativo ya que no busca nuevas formas de
aprendizaje que le permitan dar soluciones a problemas prácticos de la asignatura.que dicta. La
innovación no es la característica identificada en estos docentes, a
pesar de que es importante porque propicia en el estudiante cultivo para la
originalidad e ingenio.
En cuanto a la relación docente-alumno el
35% revela que hay poco respeto por los aprendientes en su dimensión humana, muchos no mantienen
una actitud personal y profesional que propicien la participación como vía para
su realización como persona.
También
un 65% de los encuestados opina que hay poca perseverancia en la
búsqueda de medios y tecnologías de información, medios, recursos y
oportunidades que garantice al estudiante mejores logros con el mismo esfuerzo
y tiempo. En definitiva no actúa como agente, actor y sujeto promotor del
cambio en el contexto educativo en esta casa de estudios.
En este sentido se hace necesario
proponer el diseño de un Modelo de competencias para Formación de Formadores en el marco de
General
ELABORAR UN MODELO DE COMPETENCIAS PARA
Específicos.
·
Analizar las
teorías educativas que fundamentan los programas formativos que se han de
implementar, con la finalidad de ubicar el basamento epistemológico del
estudio.
·
Análizar los
diferentes modelos gerenciales para
la sustentación de las competencias
necesarias del docente universitario del Siglo XXI.
·
Contrastar los
elementos teóricos documentales obtenidos con la opinión de informantes clave
del sector universitario regional y de participantes en los mismos.
·
Elaborar constructos conceptuales y filosóficos del Modelo de
competencia para Formación de Formadores, partiendo de las teorías gerenciales
y educativas que permitan generar
lineamientos metodológicos.
Desde el punto de vista social: el modelo
que se va a diseñar potenciará de manera sistemática los procesos de formación
de los docentes universitarios del Siglo XXI. Donde la práctica reflexiva, de
las sociedades en transformación, deben tener la capacidad de innovar,
negociar, reflexionando sobre la experiencia, la que favorece la construcción
de nuevos saberes. Las sociedades necesitan que los
profesores se comprometan en el debate político sobre la educación, a nivel de
los establecimientos, de las colectividades locales, de las regiones, del país.
Desde la generación del conocimiento: es
la reflexión conceptual para la
generación de constructos
sobre la formación de formadores en función de las competencias educativas y
gerenciales para que se tenga un egresado con la capacidad de trabajar en un
ambiente de cambio permanente.