CRONOLOGIA DE VEINTICINCO DIAS

 

DRAMATICOS

 

 

 

 

 

LAS FOTOS

 

1 de marzo de 1.981

 

Después de disputar el partido de liga contra el Hércules en el Camp Nou y antes de ir a buscar a su esposa al aeropueto, Quini es abordado por dos individuos a punta de pistola que le hacen subir a una furgoneta DKW.

Mari Nieves llega a El Prat y como no ve a su marido coge un taxi.

Llega a casa y como lo ve todo abierto y con luz, hace una serie de llamadas. Nadie sabe nada y comienza a sospechar. Avisa a la policía y a la Guadia Urbana de lo ocurrido. Alexanco y Oscar Segura investigan por su cuenta infructuosamente y comunican el hecho al presidente Núñez. La directiva se moviliza y lo pone en conocimiento del gobernador civil, Josep Cordech, que moviliza la Brigada Antiatracos.

Núñez, Gaspar, Segura y Alexanco pasan la noche en casa de los Castro. Se vive una madrugada llena de tensión.

 

2 de marzo de 1.981

 

A las 12:30 del mediodía se presenta una denuncia oficial de desaparición. Mari Nieves está destrozada y se recurre al doctor Bestit. La noticia ya es pública y corre como un reguero de pólvora. Van al domicilio de Quini directivos, jugadores y amigos. En la puerta de su casa se concentra decenas de periodistas y curiosos. Los telegramas y las llamadas de ánimo no paran. La policía hace diversas batidas y es localizado el coche de Quini con las puertas abiertas.

A las 15:00 se recibe una llamada en el diario La Vanguardia en que un grupo que se autodenomina Batallón Catalano-Español, revindica el secuestro diciendo que "un equipo separatista no puede ganar la liga" y que "el lunes sera liberado Quini". Al cabo de cuatro horas, el mismo rotativo recibe otra llamada, esta vez el grupo dice ser el PRE, que pide 350 millones por la liberación de Quini. Al igual que antes, se desconfía de la llamada. Por la noche llegan los familiares de Quini con Castro, portero del Sporting a la cabeza. Los padres se quedan en Asturias muy afectados.

Cuando sale del domicilio de Quini, Núñez dice que "no hay ninguna noticia" y reconoce que los algunos jugadores habían recibido anónimos y amenazas durante las últimas semanas.

Se pide la colaboración ciudadana pero, de momento las pistas son falsas y la investigación infructuosa. El nerviosismo aumenta. Hacia la media noche es encontrada en una cabina telefónica de L´Hospitalet una carta firmada por el jugador, en la que asegura que se encuentra bien. La policía lógicamente rastrea la zona, pero sin éxito.

 

3 de marzo de 1.981

 

Todos los diarios españoles publican el hecho en portada. También los europeos dedican grandes espacios a la noticia. Se dice que los secuestradores ya se han puesto en contacto con la directiva y que el Barça está dispuesto a pagar. Se habla de cien millones de pesetas. Las muestras de solidaridad crecen día a día. Los jugadores de la plantilla se reúnen en el vestuario, su moral está destrozada. El entrenamiento se reduce al mínimo a causa de los nervios y de la tristeza general.

A las 23:30 de la noche, los secuestradores se ponen en contacto con Mari Nieves, que les pide poder hablar con su marido; pero no lo puede hacer. La conversación acaba rápidamente si poder aclarar nada. Mari Nieves tiene un ataque de nervios.

 

4 de marzo de 1.981

 

Los padres de Quini envían una carta a los periódicos en que piden la libertad de Enrique. El vicepresidente del Barcelona el señor Nicolau Casaus dice que "estoy dispuesto a dar mi vida por su libertad". Y los jugadores dicen que están dispuestos a regalar la liga a cambio del jugador. El clima de tensión se hace insoportable y Mari Nieves tiene una lipotimia.

Jesús Castro pide a los secuestradores que digan alguna cosa y llora desconsoladamente. Se prohíbe que nadie que no sea familiar o amigo pueda acceder al domicilio del jugador. Pero el gran Hall del edificio de la Gran Vía de Carlos III, 50-52 continúa estando lleno. El gobernador civil da una rueda de prensa. Hay controles policiales en diversos lugares. 

 

5 de marzo de 1.981

 

Se siguen diversas pistas que resultan falsas. Se hacen batidas sin éxito. En el Estadio durante diez minutos los jugadores se reúnen para rezar con mossèn Joaquim Francès. Las pregarias se hacen en catalán, castellano y alemán. Se especula sobre la posibilidad que el Barça no vaya a disputar el decisivo partido de liga contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. Algunos jugadores son favorables a no jugar. Bern Schuster afirma "nojugaré, además de piernas tengo corazón, sólo quiero que vuelva Quini". La Federación dice que no se alterará el Campeonato.

 

6 de marzo de 1.981

 

La plantilla se entrena al Camp Nou. Algunos jugadores dicen que no se encuentran con ánimo de jugar el domingo. Schuster reitera su negativa y asegura que se va a Alemania hasta el lunes. El club le aconseja que se juege, pero en vista de la disparidad de criterios se hace una reunión entre Joan Gaspart, Helenio Herrera, Olmo y Alexanco. El vicepresidente pide que haya tranquilidad y dice que lo mejor que se puede hacer es jugar y dedicarle la victoria a Quini.

 

7 de marzo de 1.981

 

El Barça sale hacia Madrid. Schuster a última hora se añade a la expedición. Mientras tanto continua sin saberse nada de Quini.

 

8 de marzo de 1.981

 

Se juega el Atlético-Barça. Lleno absoluto. Ramírez sustituto de Quini sale con el número 14 en lugar de el 9 de Quini. Los jugadores desmoralizados y sin ganas de jugar son derrotados por los colchoneros. El partido acaba 1-0 y las esperanzas de obtener el título prácticamente se diluyen. En los vestuarios, después del partido, hay lágrimas y las pocas declaraciones son unánimes. "Nos ha pesado la sombra de Quini. Hemos jugado nerviosos, pero aún así hemos podido empatar." Cinco mil aficionados esperan en el aeropuerto con gritos de "Quini libertad". Gritos de ánimo hacia los jugadores que con los directivos van al domicilio de Quini.

 

9 de marzo de 1.981

 

Una noticia de la agencia EFE dice que fuentes próximas a la directiva señalan que la liberación es inminente y que el club ha pactado con los secuestradores la cantidad que se ha de pagar. El Barça lo niega. Los jugadores del Sporting dedican  su victoria a su excompañero. Todo el mundo se hace la misma pregunta "¿Dónde está Quini?". Schuster declara que por culpa de Núñez y de Helenio Herrera "se ha perdido la liga".

 

13 de marzo de 1.981

 

La expedición azulgrana sale hacia Salamanca. También viaja Schuster, ya que no se ha tomado ninguna medida hacia él.

 

15 de marzo de 1.981

 

El Barça juega el segundo partido sin Quini, también fuera y pierde 2-1. No se tienen noticias del secuestro

 

22 de marzo de 1.981

 

Partido en el Camp Nou contra el Zaragoza, empate a cero y muestras de solidaridad de toda la afición. Todavía no hay noticias, pero la policía va atando cabos. Nicolau Casaus está en Ginebra por encargo de la directiva

 

25 de marzo de 1.981

 

A las seis de la tarde es detenido en Ginebra (Suiza) uno de los secuestradores. Confiesa donde está Quini, que está secuestrado en el subterráneo de un taller mecánico situado en el número 13 de la calla Jarónimo Vicens, de Zaragoza. A las diez de la noche, la policía entra en el local y libera a Quini, después de detener a otro indivíduo. Al cabo de diez minutos, desde la Dirección de Policía, se ponen en contacto con Mari Nieves. Rápidamente se sabe la noticia del final feliz.

En aquellos momentos, en Wembley, España estava jugando y ganando un amistoso contra Inglaterra. A las once, después de conversar con el presidente del gobierno Calvo Sotelo, Quini habla con la prensa aragonesa: "Preguntadme lo que queráis. Estoy muy contento de poderos contestar". Media hora más tarde sale hacia Barcelona con el jefe de policía de Zaragoza. El gobernador civil de Barcelona dice: "Si no hubiera sido por la prensa habríamos detenido a los secuestradores en seis días". Y el vicepresidente Josep Mussons afirma que "no se ha pagado rescate".

La gente se amontona delante de la Dirección General de Policía de Barcelona para esperar la llegada de Quini. Se canta el "Asturias, patria querida" Es una fiesta. A las dos y media llega la comitiva y con un Quini demacrado, con barba y visiblemente agotado, baja de un SEAT 131 en medio de la ovación de centenares de aficionados. En el primer piso abraza a su esposa y poco después sale al balcón a saludar a todo el mundo, "me encuentro muy bien. Muchas gracias a todos", y se va hacia Fontpineda donde están sus hijos.

Acaba así la historia del secuestro. Quedaban atrás veinticinco días dramáticos. Quini ya está en casa.

 

El rescate y el juicio

 

La liberación de Quini fue posible gracias a un plan trazado por la policía y por el Barcelona que resultó muy eficaz. Los secuestradores habían pedido como rescate cien millones de pesetas, que tenían que ser depositados en una cuenta de un banco de Suiza.

Como que el Barcelona tenía que cobrar una cantidad de la firma suiza Omega, se negoció que la empresa ingresara la cantidad en la entidad financiera. Nicolau Casaus se trasladó a Ginebra para supervisar la operación. La policía española y la suiza actuaron coordinadamente y se consiguió que se levantara el secreto bancario para poder descubrir al titular de la cuenta donde se tenían que ingresar los cien kilos. El cerebro de la operación, un electricista de veintiséis años, no tardó en llegar a Suiza.

Y cuando retiró un millón de pesetas que necesitaba para cubrir los gastos del secuestro, ya que se habían quedado sin dinero, fue identificado. A partir de aquí se investigó donde se alojaba y que pasos seguiría. Y fue capturado cuando iba hacia el aeropuerto para coger un avión hacia París. Después ya todo sería más fácil. El detenido Víctor Manuel Díaz Esteban, confesó donde estaba Quini y se esperó el momento más oportuno para liberarlo.

Los tres malhechores que habían participado en el secuestro, no tenían antecedentes penales, lo que dificultó las investigaciones. Posteriormente confesaron que como se les estaba acabando el dinero presupuestado para el secuestro, habían pensado en liberar a Quini.

El jugador asturiano, después del final feliz, no tuvo malas palabras hacia los secuestradores: "se han portado muy bien conmigo. Me tenían afecto. Me han parecido buen gente y siempre me decían que no me pasaría nada..." Quini demostró una vez más que tiene un gran corazón.

Hecho que quedó confirmado en enero de 1.982, cuando se celebró el juicio. El jugador había retirado la acusación contra sus secuestradores aunque el Barcelona decidió seguir adelante la causa y pedir treinta y cinco millones de indemnización porqué consideraba que había sido perjudicado gravemente por el acto delictivo, ya que había provocado la pérdida de la liga. El abogado contratado por el club pidió además veintitrés años de prisión para los secuestradores y dos para el encubridor. Quini en su declaración minimizó la responsabilidad de los delincuentes, cosa que no comprendieron los dirigentes del club azulgrana.

La sentencia, dictada el 15 de enero, condenaba a los acusados a diez años de prisión y a pagar cinco millones al jugador. Quini renunció al dinero. Por otro lado se consideraba improcedente la demanda de la entidad barcelonista.