Hace tiempo recibí el siguiente excelente mensaje de un colega del Tec. El mensaje cuenta lo que ocurrió en una asamblea de herramientas en una carpintería.

Resulta que las herramientas tenían grandes diferencias que se habían incrementado al paso del tiempo. Así que decidieron tener una reunión para arreglar sus diferencias. Lo primero que decidieron hacer fue nombrar un coordinador de la reunión. El martillo se propuso así mismo, pero la asamblea se opuso pues hacía mucho ruido y además se pasaba el tiempo golpeando y esto se acentuaba cuando quería enfatizar algún punto. El martillo puso cara de enojado, contraatacó y dijo: tampoco debe ser el tornillo, pues para que funcione hay que darle muchas vueltas y lo más grave es que así atiende los asuntos, dando muchas vueltas inútiles. El tornillo sumamente ofendido respondió: que tampoco sea la lija, es muy áspera en su trato con los demás. Se la pasa de fricción en fricción. La lija rápidamente pasó a vetar al metro, que siempre se la pasaba midiendo a los demás, de acuerdo con lo que él esperaba de los demás, de acuerdo con sus medidas. Las cosas se tenían que hacer siempre a su manera. Pero en eso entró el carpintero y dio a todas las herramientas el mensaje de que usándolas a todas ellas de una manera creativa y eficaz se fabrican excelentes muebles. Por la noche, ya solas las herramientas, regresaron a continuar la asamblea interrumpida por el carpintero. El serrucho, que no había participado en la sesión anterior, toma la palabra y les dice:  Ha quedado demostrado que todos tenemos defectos, pero lo cierto es que el carpintero trabaja con nuestras virtudes y cualidades. Eso es lo que le da un gran valor agregado a nuestro trabajo individual; al trabajar sinérgicamente, podemos, en conjunto, lograr resultados extraordinarios. Yo recomiendo ya no pensar ni comentar nuestros puntos débiles o malos sino que hagamos la unión con nuestros puntos buenos. Así, la asamblea pudo destacar que si usaban la fuerza del martillo, la fuerza de unión que da el tornillo, la posibilidad de afinar y limar asperezas de la lija y la precisión y exactitud del metro podían crear y producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosas de sus fortalezas y de la gran sinergia que se produce al trabajar en equipo, usando las fortalezas y respetando las diferencias. Después de leer el mensaje, vinieron a mi mente las siguientes ideas:

  1. El trabajo en equipo –trabajo colaborativo se le llama ahora– es un elemento esencial para tener no sólo una organización exitosa sino además una organización que pueda competir en el nuevo entorno global que ha conducido a que los productos se comercialicen a nivel mundial (el tequila es uno de ellos), a las tan ya conocidas franquicias y, sobre todo, a considerar el talento como el arma estratégica más importante para competir.

  2. El grupo de trabajo debe ser complementario en sus habilidades. Cinco martillos no hacen un mueble de calidad, tampoco lo hacen cinco tornillos. Un equipo colaborativo eficaz no puede estar formado por cinco personas que tienen las mismas habilidades o los mismos talentos. Un soñador se complementa con una persona capaz de aterrizar esos sueños en acciones concretas.

  3. Las empresas al igual que las personas siguen dos estrategias para incrementar su productividad: ser excelentes en lo personal y buscar alianzas estratégicas con otras organizaciones y personas que complementan sus ventajas competitivas. Combinar mi fuerza de ventas con su talento en manufacturar con calidad. Combinar mi innovación y creatividad con su espíritu emprendedor. Esas son alianzas estratégicas clave.

  4. La eficacia de los grupos de trabajo se nota cuando actúan. Efectivamente, el trabajo en equipo no se platica, se practica. Hace poco leí un excelente mensaje en la playera de un muchacho del Tec. No decía una mala palabra, no decía nada relacionado con los múltiples problemas que tenemos en México, tampoco decía nada relacionado con la necesidad de cambiar o soñar, ni decía la famosa frase “just do it” –hazlo– Decía: “I just did it” -Ya lo hice- Ese es el resultado de los grupos de trabajo: Ya lo hicimos y lo hicimos bien.

  5. Los grupos eficaces de trabajo deben tener un atributo esencial: confianza, la cual se refleja en una gran lealtad hacia el grupo, en un gran compromiso y entusiasmo con el trabajo o misión del grupo y, desde luego, en una gran motivación basada en la certeza de que lo que se está haciendo es muy importante. Añádale respeto a los demás a esta mezcla y tendrá un grupo eficaz.

  6. En el proceso de toma de decisiones grupal, se recomienda usar la democracia- que todos participen y contribuyan- pero ya una vez decidido qué hacer se debe ser muy autócrata en la implantación: “just do it”, hazlo.