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Management Hablar de
Desarrollo Organizacional es hablar de Desarrollo Humano. Sin embargo, a
menudo pasamos por alto el elemento humano y ponemos más énfasis en los
nuevos métodos de producción o en los sistemas cuantitativos que prometen
mágicamente incrementar la productividad sin el involucramiento de los
empleados. Y es un
error muy común hacer a un lado a los trabajadores en los programas de
cambio. En muchas empresas, para tomar decisiones de cambios, sólo bastan
un par de juntas de staff administrativo, analizar algunos datos
presentados por los expertos y anunciarle a la gente de piso, sin tantas
formalidades ni preámbulos, los nuevos cambios que se van a implementar.
Pero, la experiencia nos demuestra que esto no funciona así. Varios de mis
compañeros de generación, Monarca
30, y yo también, pensábamos que eso era Desarrollo Organizacional.
Cuando iniciábamos nuestros estudios en la UDEM éramos demasiado
optimistas, creíamos que íbamos a ser los nuevos “agentes de cambio” que
revolucionaríamos las empresas donde laborábamos. Nos veíamos como
“médicos organizacionales” que, después de realizar un diagnóstico,
detectaríamos la “enfermedad”, prescribiríamos un programa de pasos para
el mejoramiento de la organización y los problemas quedarían solucionados
de una vez por todas. Afortunadamente
no pasó mucho tiempo sin que comprendiéramos la verdadera esencia y
proceso del Desarrollo Organizacional. Este es profundamente humanista. El
proceso de cambio comienza en el individuo, luego en su entorno –sea su
grupo familiar o laboral–, y finalmente ocurre en el nivel organizacional.
Sin embargo, por lo regular los procesos de cambio organizacional en las
industrias se conciben y generan a nivel de grupos ejecutivos y de ahí
bajan en cascada a través de la jerarquía. Otra
característica notable sobre el cambio en nuestros días es que éste no es
planeado. Simplemente ocurre y sólo hasta entonces, muchas veces demasiado
tarde, los grandes jerarcas organizacionales reaccionan con prescripciones
tan drásticas como la reingeniería, Mean Manufacture, fusiones al vapor o
cierres de plantas. A veces da la impresión de que no hay gente en las
organizaciones, sino puestos, títulos y funciones.
Una de las
cuestiones que empiezan a preocupar a mis estudiantes de Administración
que trabajan en maquiladoras es cómo se verán impactados por los últimos
planes de reingeniería. Por lo pronto, los viajes y la capacitación están
detenidos. “Somos víctimas de los corporativos,” me comentó un gerente
recientemente. En lo personal, más que víctimas, creo que somos peones del
gran ajedrez de la industria mundial. Además del cese
de capacitación y desarrollo en la industria debido al cierre de plantas
causado por la recesión en los Estados Unidos, las fluctuaciones en los
mercados internacionales, la sobreproducción de productos que fueron
manufacturados sin que los clientes los pidieran y alguien creyó que otro
alguien iba a necesitar, se cierne en Nuevo Laredo una seria amenaza de
despidos causadas por decisiones corporativas y programas de reingeniería.
En nuestra ciudad
se está decidiendo quién se va y quién se queda. Las cifras extraoficiales
de desempleo en la industria maquiladora para los primeros seis meses
arrojan más de 1000 desempleados. 300 empleados en la planta “S”, 150 en
la “D” y 150 en la ”H”, además de otros 50 en la “U” y 400 trabajadores de
otras diversas subsidiarias. Un gerente de una
de estas compañías comentó ante este proceso: “estamos corriendo a los
buenos, se están quedando los malos y están renunciando los que saben.”
Definitivamente nos hace mucha falta aprender más sobre cómo responder a
los cambios del entorno con programas adecuados y planeados, nos falta ver
a los empleados como seres humanos con identidad, pensamientos,
sentimientos y necesidades propias. En resumen, hace falta desarrollar primeramente a las personas para poder lograr el Desarrollo Organizacional. (*) Marco A. Franco es Bachelor of Science por la Secondary Education, y Master en Desarrollo Organizacional por la Universidad de Monterrey (UDEM), de México. También es Diplomado en Recursos Humanos por el ITESM. Estudió Kaizen (Mejoramiento Continuo) junto a Masaaki Imai, su creador, y en el Kaizen Institute of America. Coordinó la aplicación de programas de Kaizen en una importante cantidad de empresas. (Vea su CV completo). E-mail: monarka30@yahoo.com. Indice de los Archivos | Indice de Management |
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