¿Libertad
de expresión, morbo o falta de sentimientos?
¿Es legítimo que los medios de comunicación difundan
las espantosas imágenes de la decapitación de un rehén?
El
gobierno coreano Seúl quiere bloquear el vídeo de la decapitación
de Kim. La secuencia del asesinato está online en la Red.
Es
un debate profundo y doloroso. Hace mes y medio, cuando el terrorista
Zarqaui decapitó al norteamericano Nick Berg, los medios de comunicación
estadounidenses se negaron a difundir el vídeo, que fue propagado
a los cuatro vientos por las cadenas árabes y que en España
y América Latina reprodujeron -con sonido incorporado- televisiones,
radios y hasta periódicos de difusión nacional.
La
semana pasada, cuando los fanáticos islámicos cortaron en
Arabia Saudí la cabeza del ingeniero Johnson, la foto del cuerpo
sin cabeza apareció en medio mundo, aunque no en la BBC o en los
grandes medios de comunicación norteamericanos. En España
fue portada de casi todos los diarios nacionales y salió en todas
las televisiones, tanto públicas como privadas. Se ha vuelto a
reproducir la tragedia con el degollamiento del coreano Kim y vuelve la
polémica. ¿Es legítimo que los medios de comunicación
difundan las imágenes de la decapitación de un rehén?
¿Es libertad de expresión, se trata sólo de morbo
cruel o denota falta de sentimientos y de sentido común en los
periodistas?
El
debate está abierto y ha entrado en él hasta el propio Gobierno
de Seúl, que trata desde el martes y por todos los medios de bloquear
el acceso a la macabra grabación de la muerte de Kim Sun-il, que
está online en Internet y a la que se puede acceder a través
de la Red.
Fuentes
del Ministerio de Información de Corea del Sur aseguraron que el
Gobierno ha introducido un sistema de vigilancia de emergencia activo
las 24 horas del día, en un intento por bloquear cualquier página
’web’ que mostrase el vídeo de la ejecución.
"El
país esta de luto, el Ministerio siente que es necesario tomar
fuertes medidas", aseguró un funcionario que no reveló
su identidad. "Cuando creamos que es adecuado, emprenderemos acciones
judiciales o pediremos una investigación policial".
El
Ministerio también ha pedido la colaboración de las empresas
y multinacionales surcoreanas, como KT, Hanaro y Telecom, así como
a proveedores de servicios de Internet. La grabación que circula
por la Red, publicada en una pagina islámica, muestra un grupo
de hombres enmascarados y fuertemente armados detrás de Kim Sun,
quien se encuentra arrodillado, con una venda en los ojos y vestido con
un atuendo naranja.
Uno
de los hombres lee un comunicado mientras otro de los enmascarados agarra
a Kim, lo tumba en el suelo a la fuerza y le corta la cabeza con un largo
cuchillo.
Kim,
intérprete del idioma arabe, era un cristiano evangélico
que había trabajado en Irak durante un año para una firma
surcoreana que abastecía de alimentaos a la Coalición.
Periodistadigital.com,
25 de junio de 2004
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