Prólogo..., bla... bla... bla...

Este libro tendrá pocos lectores, aunque con las páginas impresas nunca se sabe. Un libro es algo que va de un estante a otro previo paso por los ojos, al centro del cerebro y al olvido. Otra cosa es el autor de un libro.
En esta década es normal prologar; decir en pocas líneas lo que el autor no dijo en todo el texto. Los críticos podrán llamar a esto ejercicio de libertad, pero ninguno omitirá detalles tan necesarios para la existencia de los textos que siguen, como la presencia constante del doble. Yo creo que se trata de una influencia cultural con un vago tinte psicológico. Medio americanos, medio europeos, los personajes actúan la escritura pintándola de vida, como un helado en cucurucho o el brazo tostado por el sol de un viajero en automóvil por una carretera.
Lo que no es este libro es un número (la exactitud de un cuatro de borracho es primordial para el borracho pero no para sus oponentes). Ha sido escrito con los gestos de la charla, con las risotadas plásticas de un colega neoyorquino volando a 900 mil mach aprox. No he pretendido conquistar el resto del Universo pues allí se suceden las rotaciones y la gravedad mil millones de veces más rápido que en la Tierra. No es extraño que haya desarrollado ideas que puedan parecer inenarrables. Una vez me dijeron que las pirámides de Egipto estuvieron cubiertas de mármol. Una idea de lujo supuse. Yo quisiera preguntarle hoy a la Esfinge por mi suerte literaria. Respondería que la mejor manera de interpretar el silencio es callarse o algo parecido. Pero hasta que me responda de manera cabal y certera, no podré dejar de escribir sobre personajes que no me pertenecen del todo, que tienen algo que los convierte en desprotegidos de sí mismos.
"Encuentros en las ciudades" (1988) pertenece a la geografía de Valencia.
"Jaguar" (1981) y "René" (1983) son de mis años en Barcelona.
"Campos del Puerto" (1985), "Modelo 67890" (1985) y "Agua" (1980)
fueron escrito en Palma de Mallorca.
Las fechas precisas, como las letras, no tienen demasiado sentido. La voluntad de reunirlos se ha cumplido.
Cullera Julio 90

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