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MARIA JOÃO PIRES  PIANISTA

¿Se considera una ecologista, en el más amplio sentido de la palabra?

Sí, pero no fanática. No me gustan los fanatismos. Soy profundamente ecológica, pero por respeto. Tenemos un planeta a nuestra disposición y tenemos que respetarlo. De la misma forma que soy ecológica en mi relación con las personas y conmigo misma. Creo, sobre todo, en la fílosofía. del respeto, pero sin fanatismos. Creo en la evolución del mundo con sus nuevas tecnologías, aprovechándolas al máximo, pero manteniendo el respeto por la naturaleza.


 

m4.jpg (10363 bytes) Nacida en Lisboa en 1944 empezó a tocar el piano a la edad de tres años y dio su primer concierto en público a los cinco años y no había cumplido 10 años cuando ya ganó el primer concurso (de Juventudes Musicales Portuguesas). Entre 1953 y 1960 trabaja intensamente con Campos Coelho y Francine Benoit. A los 16 se graduó en el Conservatorio de Lisboa, habiendo estudiado Piano, Composición, Armonía y Teoría. A partir de 1960 una beca concedida por la Fundación Gulbenkian le permitió estudiar con Rosl Schmidt en la Musikhochschule de Munich y con Karl Engel en Hannover, estudios en Alemania («de los que guardo un recuerdo horrible; sus fantasmas me persiguen todavía hoy»afirma la pianista). En 1970 ganó  el Concurso conmemorativo del Bicentenario Beethoven celebrado en Bruselas y, ya desde entonces, conciertos, grabaciones, recitales, la fama.

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Entre los  pianistas que marcaron positivamente su vida artística destaca: «El que más me influyó en la juventud fue Dinu Lipatti. Le oí en discos. Sólo con los discos me marcó profundamente. Fue en cierta manera mi profesor espiritual. De la actualidad, el pianista que más admiro, con el que tengo una comunicación mayor, es Radu Lupu».


Um lugar para a arte (Un lugar para el arte)


     
m32.jpg (16401 bytes) "Centro para o Estudo das Artes"      Más recientemente un proyecto que comenzó a madurar hace veinte años ya es una realidad el "Centro para o Estudo das Artes", http://www.belgais.net , un centro para el estudio de las artes enclavado en una finca de su propiedad -doscientas hectáreas de olivos, eucaliptus, pinos, naranjos y encinas- próxima a la ciudad de Castelo Branco, en la región portuguesa de "La Raya", y a menos de cincuenta kilómetros de la frontera con España por Cáceres. En mitad de un valle, y tras recorrer más de doce kilómetros por una pista forestal sin asfaltar, está la Granja Belgais. La granja que Maria João Pires ha acondicionado como hogar y escuela, sufriendo a menudo la incomprensión del Gobierno de Lisboa, cuenta con un huerto y un olivar. La pianista y su equipo son casi autosuficientes en ese refugio -incluso producen aceite-, donde se ha formado un coro de niños, que en su mayoría viven en Castelo Branco, y donde unos pocos alumnos se encierran allí periódicamente para recibir enseñanzas, en una atmósfera de inusual creatividad. «Tenemos que aprender que podemos hacer casi todo, en vez de comprarlo», dice Pires, que también ha diseñado las cortinas de Belgais, que luego su hermana cosió. «Lo demás es consumismo e incapacidad para crear».

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Por la casa y su patio central, con un pequeño estanque rodeado de naranjos, circulan jóvenes que lo mismo llevan una partitura bajo el brazo que regresan de la huerta. Los moradores de Belgais se reúnen a comer y cenar, y luego, en un pequeño auditorio de gran acústica invadido por la penumbra, en el que reinan dos pianos de cola (aquí grabó la artista su último disco con sonatas de Beethoven), hacen música. «En el fondo, el arte no se enseña, reconoce Pires. Podemos, eso sí, dar un apoyo a quienes quieren trabajar en la materia creativa. Pero es utópico hablar de la transmisión de conocimientos cuando se habla de arte, aunque siempre es positiva una cierta atmósfera y el trabajo en equipo en diferentes áreas, porque la parte musical sólo es una faceta del artista».

En Belgais también se preocupan de los oyentes. «Hemos organizado aulas de música con gente del pueblo, y les decimos que cuando se tiene una vida más armónica todo se vuelve mejor. La sinceridad se transmite también en las interpretaciones», dice la pianista portuguesa.

Sus planteamientos le han valido el premio Unesco a la defensa de los derechos humanos, sobre todo de mujeres y niños, que recogió hace diez días. Cuando se le pregunta el lugar más adecuado para que un músico defienda esos maltratados derechos, Pires esboza una sonrisa y responde sin un ápice de duda: «Mejor fuera del escenario»

Granja de Belgais
6005-150 Escalos de Baixo
Portugal
telephone: (+351) 272 467 539
fax: (+351) 272 467 649

centre@belgais.net .
"La ciudad -confiesa Pires- me hace perder la energía. Lo contrario que a mucha gente". Allí asegura haber encontrado la felicidad. "Amo la naturaleza, comprobar de cerca cómo se transforma. En ella puedes encontrar de todo. ¡Cuán pretenciosos somos en comparación con la naturaleza! ¡Cuán grande es y lo pequeños que somos nosotros!".

  De baja estatura, fuerte en su fragilidad, mirada penetrante y manos diminutas -en la muñeca derecha lleva tatuado un delfín- María Joao Pires, vegetariana, ecologista, de palabra cordial pero enérgica, ha encontrado en Belgais el lugar donde desarrollarse como persona y como artista. Belgais es, "además de una forma de vida", un lugar en el que creadores de todo tipo (pintura, escultura, literatura, poesía, danza, música,...) pueden intercambiar experiencias y conocimientos. Una realidad y no una utopía -"utópicas son las escuelas tradicionales. En todo caso sería una utopía humanista", dice- que busca, ante todo, profundizar en "el arte de la vida".

m28.jpg (10392 bytes)  Actividades educativas

Esta especie de oasis creativo acoge cursos para adultos de todo el mundo y proyectos dirigidos a los jóvenes, basados, no sólo en expresiones artísticas, también en el contacto con la naturaleza y una filosofía de libertad de pensamiento, a través del intercambio humano.

«Todas las actividades educativas de Belgais se basan en el mismo objetivo: que las personas intenten conocerse a sí mismas para expresarse».

Sin duda, los niños de la zona, sin acceso a cualquier forma de expresión artística, representan la principal motivación de Belgais. «Tenemos un proyecto para una escuela primaria experimental en dos idiomas, que, al mismo tiempo, está basada completamente en la expresión artística. También estamos comenzando con un Coro Infantil profesional con 30 niños», explica Maria Joao Pires.

"Las escuelas no hacen a la gente feliz. No nos ayudan a conocernos o encontrarnos a nosotros mismos". Allí ha grabado su último disco, centrado en la Sonata "Claro de luna" de Beethoven, que junto a Mozart, Schubert y Chopin son las cuatro columnas que sostienen el edificio musical de Pires.


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En todos los aspectos de su creación -desde el papel utilizado en la carpeta, reciclado, hasta los poemas impresos en ella- ha trabajado la pianista y su equipo. En su granja de Belgais -"no es mía, es de todo el mundo", puntualiza- Pires pone el mismo interés en practicar con el piano que en colaborar en las tareas domésticas o en cuidar la huerta. "No busco estar cómoda, sino estar donde las cosas suceden. Busco la verdad. Como artista eres tan importante como la mujer que limpia o atiende la cocina. No me creo más importante que ellas".       

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"la atmósfera es muy importante, tiene que ser la adecuada".

Si hay algo que preocupa a Pires en estos momentos es cómo conseguir dinero para su proyecto. El Gobierno portugués la tiene muy disgustada, aunque acaba de darle un dinero, "absolutamente insuficiente", y trabaja para encontrar otros patrocinadores privados. En España ha encontrado "mucho interés y receptividad" y ya tiene previsto en noviembre una reunión con la Junta de Extremadura.

En Belgais, una muestra más de su rebeldía como persona y como artista -"soy rebelde para muchas cosas", asegura- está todo su patrimonio personal, el dinero que ha ganado en todos estos años. "Mis hijos saben que el dinero no será para ellos. Están muy metidos en el proyecto y saben lo que tengo que hacer", afirma esta mujer empeñada en abrir las puertas de este centro "a todo el que venga con nuevas ideas".

La espiritualidad está en la atmósfera de esta antigua casa rehabilitada y en cuya construcción ha colaborado Pires con sus propias manos. "Rezo todos los días, a Dios y a mí misma", afirma quien no se siente atraída por ninguna religión en concreto y que asegura encontrar cosas positivas en todas.

Libertad es palabra frecuente en sus labios. Hace años dijo que lo de ser artista era el camino para ser libre. Hoy, transcurrido el tiempo, dice: "no creo que encontremos la libertad antes de la muerte, pero la sentimos. Es la estructura de nuestra alegría". Y para sentirse bien, una receta: "la verdad, con la gente y contigo mismo. La primera regla en mi vida es la verdad, ante los demás y ante mí misma


'La agresividad de Beethoven es sobre todo rebeldía, un camino para buscar su propia revolución intelectual'

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Maria João Pires.

Entrevista

Pregunta. ¿Por qué ha elegido Beethoven después de tantos años sin grabarlo?

Respuesta. Esas preguntas nunca tienen respuesta. Si hacemos un análisis técnico, sería porque la Sonata opus 27 número 1 era muy interesante y nadie la tocaba y que el conjunto de las dos, que son dos fantasías, podría ser interesante. La número 1 y la número 2 del mismo opus. La gente conoce la última, Claro de luna, y no la primera, algo más ingrata, con menos encanto aparente, menos atractiva en la primera audición, pero con características muy especiales.

m41.jpg (12593 bytes)  P. Recientemente nos explicó que Beethoven tiene un lado agresivo, heroico, explosivo. ¿Responde este álbum a una etapa de su vida con esas características?

R. No lo creo. Creo que la agresividad de Beethoven es sobre todo rebeldía, un camino para buscar su propia revolución intelectual. Por eso me encanta combinar a Beethoven y Schubert en los conciertos. Ambos tienen una evolución espiritual muy parecida, un ansia de liberación de la condición humana y de la vida material, aunque cada uno la alcanza de forma diferente. El primero por rebelión y el segundo por aceptación.

P. Éste es su primer disco grabado aquí, en Belgais. Supongo que se habrá sentido más cómoda trabajando en casa.

R. Obviamente. No sólo por sentirme en casa, sino porque esto es una casa, un lugar acogedor, donde puedo grabar música y hacer otras cosas, como a mí me gusta. El estudio y los hoteles son muy limitadores.

m42.jpg (12976 bytes)    P. ¿Ha realizado su sueño de vivir y trabajar en Belgais o aún le falta mucho?

R. Aún nos falta mucho. Sólo tenemos dos apoyos económicos y nos falta bastante por conseguir. La Deustche Grammophon nos ha asegurado que, si este nuevo disco tiene éxito, organizarán una colección especial grabada aquí y no sólo conmigo, sino con otros artistas. Hasta el momento tenemos sólo dos patrocinadores: el Ministerio de Educación portugués y un banco que nos ayuda para los conciertos.

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P. ¿El Gobierno portugués ya regularizó los atrasos de las subvenciones?

R. Sí. El nuevo ministro de Educación es una persona muy seria y, por primera vez, tengo muy buenas relaciones con ese departamento. No obstante, necesitamos de más apoyos, porque estamos organizando muchos proyectos. Además de la escuela de educación e iniciación a las artes para los niños, hemos puesto en marcha un coro profesional infantil y otras ideas, lo que nos plantea grandes problemas financieros. Me parece extraño que no obtengamos subvenciones cuando la Ley del Mecenazgo ofrece desgravaciones del 120%. Tal vez sea porque somos un centro experimental...

m46.jpg (6959 bytes)  P. Las autoridades españolas, y en concreto la Junta de Extremadura, han expresado gran interés en colaborar en su proyecto, especialmente para las dos regiones a ambos lados de la frontera.

R. El intercambio con España es muy importante. Durante el verano tuve que aplazar varias reuniones con la Junta de Extremadura por razones de trabajo, pero estamos buscando una fecha para noviembre. El 80% de nuestro presupuesto se dedica a la educación y el 20% a los conciertos u otro tipo de experiencias. La gente de esta zona necesita mucha educación, aunque ellos no lo perciban así. No entienden que, a través del arte y la cultura, pueden tener acceso a muchas cosas que el dinero no consigue. Espero que alcancemos un acuerdo con España, lo que será muy beneficioso para los dos países y sobre todo para las dos regiones fronterizas.

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'Detesto las religiones, consiguen lo contrario de lo que predican'  

P. ¿Qué opina de los atentados en EE UU?

R. Estados Unidos está pagando los errores que cometió en el pasado. Eso no impide que esté en contra y condene todo tipo de terrorismo. El fanatismo religioso es una de las plagas más terribles que puede sufrir el ser humano. Si los países de Oriente Próximo no hubieran estado presionados por las grandes potencias, fundamentalmente Estados Unidos y Rusia, probablemente hubieran resuelto sus problemas por sí mismos. No estoy de acuerdo con el paternalismo americano, es un paternalismo interesado.

P. ¿Apoya las represalias contra Afganistán?

R. No soy política, ni tengo pretensiones de hacer análisis políticos. Siento una profunda pena por las personas que han muerto, pero siento la misma pena por las personas que mueren todos los días de hambre o en guerras, o por los niños sin cuidados ni educación. Y la culpa es de las grandes potencias, de los países más desarrollados de Europa y de Estados Unidos. No apoyo a Europa y Estados Unidos en este caso. Soy profundamente comunista de espíritu. De alma y corazón. No pertenezco a ningún partido y creo que el sistema comunista que yo defiendo, una especie de utopía humanista, nunca se ha puesto en práctica. La filosofía comunista es maravillosa, pero su puesta en práctica ha sido un horror. En ese sentido soy completamente anticomunista.

P. ¿Qué opina de Bin Laden?

R. Es un fanático religioso y un asesino, pero tampoco le encuentro gran diferencia con Bush, un potencial asesino deseoso de hacer la guerra. La única solución para el presidente de EE UU, si tuviese voluntad de proteger a su país y al mundo, sería acabar con las armas. De todo tipo.

P. Siempre ha expresado su oposición a los fanatismos.

R. Las religiones siempre consiguen lo contrario de lo que predican. Plantean cosas maravillosas y hacen cosas horrorosas. Detesto las religiones.


m47.jpg (20487 bytes) "Un intérprete -afirma Pires- debe experimentar, buscar, y ofrecer al público experiencias que de otra forma no viviría.

Maria Joao Pires es una gran pianista, y como todos los artistas de sus mismas hechuras, debe en parte su tamaño a su singularidad. Maria Joao Pires, en resumen, toca a su manera. La culminación de lo interpretativo, que llamamos versión, se consigue precisamente a partir de una lectura individualizada de las partituras.

El maestro Carlo Maria Giulini   definió muy bien esa apropiación de la obra por parte del intérprete: "En el momento en el que yo hago música, la música es mía. En aquel momento hay una sola manera de hacerla que es la mía. Hacer música es un acto de amor y un acto de amor significa una posesión: uno está dentro de la música con todo su ser humano".

En un análisis sucinto, podemos definir las siguientes características de Maria Joao Pires. Técnicamente, da las notas melódicamente límpias, recrea los armónicos y resalta los ritmos. Expresivamente, la suma de estos tres elementos --que no es otra que la que confiere esencia a la música (melodía-armonía-ritmo)-- multiplica los efectos comunicativos.

La música bien hecha es arte siempre, pero es comunicación sólo a veces. Pires ha demostrado sobradamente que reúne las dos características

Entrevista

- ¿Por qué ha decidido hacer esta serie de conciertos?

- Se trata de un experimento. Una mezcla de piezas para piano Beethoven y Schubert con la voz humana a través de textos y poemas.

- Y ahí es donde entra el tenor Rufus Müler.

- Exacto, ha sido una suerte para mí que aceptara hacer esta gira conmigo, a pesar de haber contactado con tampoco tiempo de antelación. Su exquisita educación musical es fundamental para lo que quiero mostrar en las actuaciones

- ¿Está satisfecha del resultado de la experiencia?

- Sí. Tenía que buscar fórmulas nuevas para justificar los conciertos. Que no representara algo rígido y frío, sin comunicación con el público.

- ¿Está agotado el modelo tradicional de conciertos?

- Totalmente agotado. Mi objetivo es sentirme útil. Se me hace muy difícil la idea de un recital de piano sin más comunicación.

- Los críticos, cuando hablan de usted, suelen utilizar el término «virtuosa». ¿Está de acuerdo?

- (Risas) No, no me gusta nada. Hay grandes músicos o grandes intérpretes, pero cuando sale la palabra «virtuoso» parece que la música sea mucho más complicada, espectacular, y eso no es así.

- ¿Sensibilidad y técnica tienen que ir de la mano?

- No, no. Hay que tener un objetivo de interpretación musical y a partir de ahí buscar otros elementos como la inspiración, el control, la preparación física, que nada tiene que ver con el «virtuosismo», que es un concepto circense. Estos ingredientes te llevan a un resultado musical ideal, o no. El éxito no está garantizado.

- ¿Es inevitable etiquetar de «intelectual» esta música?

-La música no es intelectual. La música es arte, una expresión humana muy profunda. De todas formas, lo que sí es cierto es que la música clásica, aunque no me gusta utilizar ese término para definirla, requiere un mayor estudio y un mayor tiempo de preparación.

- ¿Es demasiado hermético el sistema?

- Exactamente. Las escuelas de todo el mundo se gastan mucho dinero y el resultado no es el deseado.


m15.jpg (10546 bytes) "Schubert es un poeta y un pacifista, un alma que encierra mucha nostalgia y sufrimiento, con una gran aceptación de la vida y de las cosas, una luz que sobrepasa la condición humana; Beethoven, en cambio, es una explosión, es todo rebeldía"


Entrevista 11 de Marzo de 2001

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Maria João Pires, en el jardín de su casa de Belgais, en Portugal, cerca de la frontera española

La pianista portuguesa Maria João Pires (Lisboa, 1944) es una mujer de manos pequeñas y cuerpo aparentemente frágil. Es algo introvertida, nada vanidosa y de una ternura natural. Desprecia el culto a la personalidad y huye de la fama, las entrevistas y las campañas de promoción. No le gusta viajar, detesta la vida en las ciudades y adora la naturaleza, la vida en el campo. Sueña con abandonar los conciertos, grabar música y dedicarse a su quinta de Belgais, un centro para el estudio de las artes que abrió al público a finales del pasado verano junto a Castelo Branco, una localidad muy próxima a la frontera española.

La genial intérprete ha convertido esa finca en "un lugar mágico y alternativo" para experimentar un nuevo concepto de la enseñanza artística "basado en la libertad, la imaginación y la creatividad", siempre al margen de la enseñanza académica tradicional y de cualquier tipo de convencionalismos. Su sueño desde hace quince años es casi una realidad, pero se ha encontrado con la falta de apoyo del Gobierno socialista portugués. Le prometieron una pequeña subvención para los dos primeros años, pero sólo ha recibido una cuarta parte de lo pactado, unos 40 millones de escudos. Con la aureola de seria, inadaptada y, en ocasiones, agresiva con los medios de comunicación, Maria João Pires no puede ocultar a una mujer entrañable y extremadamente sensible. Maria João Pires es, probablemente, la mejor pianista del mundo, pero encarna el símbolo de la antidiva.

¿No le parece ridículo que el Gobierno portugués no cumpla con una subvención tan pequeña?

Creo que la palabra ridículo no es la más adecuada, si me lo permite. Es una falta de respeto absoluta. Sobre todo por aquellos valores que no sirven a la política. Y, desgraciadamente, en Portugal la cultura no sirve a la política. En mi caso demostraron una cierta preocupación durante un tiempo y ahora me han abandonado. Sólo buscan la proyección exterior, de pura fachada. A la política no le interesa el objetivo de buscar algo profundo, verdaderas ideas o proyectos que valgan la pena y sirvan realmente al país, a las personas, a las nuevas generaciones...

No acaba de entenderse. Tienen un proyecto único entre las manos.

Es un proyecto único, especial, innovador, pero es un proyecto sin fachada. Es un trabajo completamente diferente. Es un proyecto de búsqueda, de investigación, pero ésa es la mentalidad del Gobierno portugués.

Un Gobierno socialista al que usted apoyó.

Sí, y sinceramente puse muchas esperanzas en su gestión. Pero ha sido una gran desilusión. Soy de izquierdas, y esperé diez años en esta casa a que cayera el Gobierno de Cavaco Silva. Ahora siento mucha más decepción con este Gobierno.

¿Qué va a hacer? ¿Esperar?

No sé. Hay también una especie de chantaje por parte del Gobierno, porque ellos saben que estoy completamente ligada a este proyecto. He invertido quince años de mi vida en esta casa y ellos saben que no lo voy a dejar así como así. Ya he demostrado mucho interés en este asunto, he invertido mucho dinero y gran parte de mi vida. Me están sometiendo a un cierto chantaje porque saben que después de quince años no voy a abandonar el proyecto ahora.

¿Puede pedir ayuda a otros países, a otras instituciones?

Tengo a una persona dedicada a buscar patrocinadores por todo el mundo. Eso es muy importante. Después he contactado con el presidente de la República [Jorge Sampaio], que va a intentar ayudarme. Él tiene suficiente sensibilidad para comprenderlo. Me costaría dejar esto, pero si no hay más remedio... De cualquier forma, no puedo esperar eternamente, y si no hay solución tendré que vender la quinta como una casa particular. Si el Gobierno español estuviera interesado podríamos hacer una parte de la escuela en España, que no fuese muy lejos de aquí, en Extremadura o Salamanca, y tener la otra parte más teórica en Belgais. La quinta de Portugal se quedaría con la enseñanza experimental, y España, con los espectáculos y los cursos más grandes, para más alumnos.

m16.jpg (16073 bytes) Tal vez podría construir ese auditorio soñado con materiales simples (piedra, barro y madera) y una acústica excelente.

Ni en mis mejores y más locos sueños imaginé que Portugal se interesase por ello. Tal vez con España lo consiga. Sería una sala de conciertos un poco futurista, un ejemplo de acústica en el mundo, pero sin cualquier tipo de lujos. Sería una sala exclusivamente para música, para festivales, que podría estar abierta todo el año.

Maria João Pires nos ha recibido en su quinta de Belgais, su sueño desde hace más de quince años. Construida en piedra, barro y madera, la finca es un fiel reflejo de sí misma, forjada en materiales primitivos y nobles. Decorada de forma sencilla, pero con un gusto exquisito.

¿De dónde viene su pasión por la naturaleza?

De mis orígenes. Mi familia es de campo. Yo nací en Lisboa de pura casualidad, pero mis padres proceden de la Beira Alta y Tras os Montes. Me siento muy próxima a la naturaleza, al campo.

m25.jpg (2021 bytes) Y a pasó más de cuatro años retirada en un monte perdido en el Alentejo, donde vivió sin luz ni agua corriente. ¿Cómo fue aquello?

Fue una experiencia muy gratificante. Estaba muy cansada de los conciertos, tuve un problema en una mano y tenía dos hijas muy pequeñas, a las que quería cuidar. Total, que decidí parar completamente. Tomé cierta distancia de las cosas, del mundo tal y como se vive actualmente. Fue un tiempo de reflexión, de reposo. Algo muy interesante.

¿La naturaleza está más cerca de las artes que las ciudades?

Sí y no. El arte contemporáneo está muy próximo al mundo moderno, al mundo de las nuevas tecnologías. Y tiene su valor porque es la expresión de una época. No creo, por otro lado, que todo el arte esté basado en la naturaleza, pero hay una época en el arte, la época romántica, que está estrechamente ligada a ella. De todas formas, creo que la naturaleza es nuestra fuente básica, y si queremos sustituirla completamente cometeremos un error dramático. Y eso ya está probado.

m17.jpg (14775 bytes) ¿Se considera una ecologista, en el más amplio sentido de la palabra?

Sí, pero no fanática. No me gustan los fanatismos. Soy profundamente ecológica, pero por respeto. Tenemos un planeta a nuestra disposición y tenemos que respetarlo. De la misma forma que soy ecológica en mi relación con las personas y conmigo misma. Creo, sobre todo, en la fílosofía. del respeto, pero sin fanatismos. Creo en la evolución del mundo con sus nuevas tecnologías, aprovechándolas al máximo, pero manteniendo el respeto por la naturaleza.

¿No le gustan mucho las ciudades?

Sí, tienen algunos atractivos. Me gusta ir al cine - aunque no voy nunca [no puede contener la risa] -, los espectáculos, los museos; pero no me gusta vivir en ellas.

Siempre ha sido de izquierdas, pero nunca militó en ningún partido.

Nunca fui militante. De joven era una izquierdista profundamente convencida y creyente. Pensaba que el mundo podía cambiar, que la injusticia humana podía terminar, pero eso son sueños de juventud. Hoy no soy militante de ningún partido, como sinceramente no creo en ningún partido ni en ninguna política. Es más, creo que la mayor hipocresía del mundo está concentrada en la política [vuelve a soltar las risas]. Si hoy me dieran a escoger entre un partido de izquierdas y otro de derechas, escogería uno de izquierdas por un automatismo estúpido, pero no creo que hoy sean mejores que los de derechas, siempre sin hablar de extremismos; sin hablar de animales, criaturas o monstruos tipo Le Pen.

¿Cuáles son sus preocupaciones vitales, sociales?

Tengo muchas preocupaciones, aunque me da pena no tener una mayor participación. Me gustaría trabajar más por el mundo que me rodea, por mi mundo más próximo, pero nada relacionado con la política. Si entras en ese mundo, entras en la gran mentira. Creo que el mundo está monstruosamente mal dirigido. Todas las sociedades ricas, armadas con ejércitos y evolucionadas tecnológicamente, como Estados Unidos y Europa, son completamente culpables de la miseria que padece el resto del mundo. La miseria no es producto de que haya mucha gente en este mundo, no. El mundo está horriblemente mal dirigido y la redistribución de la riqueza está realizada de una forma extremamente injusta.

m18.jpg (10260 bytes) No practica ninguna religión, pero...

No tengo religión oficial, ni clasificada en el repertorio habitual. Tengo una religión, pero no frecuento ninguna Iglesia.

Pero le atrae la filosofía oriental.

Me gustan los conceptos budistas, pero me gustan también los valores de otras religiones. No soy católica, ni practicante, y creo que las Iglesias, no las creencias, son también cómplices de la miseria en el mundo.

¿Trabaja mucho en el campo?

Depende de las épocas. Hace tiempo me dedicaba a ensayar conciertos, a ocuparme de la familia y a preparar este proyecto. Ahora trabajo en el campo, pero no tanto como me gustaría. Me gusta organizar cosas para recibir a gente, a niños, pequeños espectáculos. Hacemos muchas cosas aquí que no tienen repercusión pública, pero no me gusta hablar de esto porque parece que estoy haciendo caridad y no es nada de eso. El arte debe servir a todas las capas sociales. Creo que el arte es regenerador de la sociedad. Por eso creo que hay que dirigirse hacia los sectores más desprotegidos. Por ejemplo, los jóvenes toxicómanos podrían cambiar ese mundo por el arte si consiguiéramos interesarles un poco por ello. Son víctimas de una sociedad en perfecta decadencia y con un consumismo salvaje.

m30.jpg (11544 bytes) La cultura...

La cultura está dirigida para las élites y las personas con una cierta capacidad económica. La cultura debe llevarse a las escuelas.

Hay que democratizar la cultura.

Sí, pero no en el papel. Se organizan grandes acontecimientos, se invita a orquestas de lujo, se gastan fortunas incalculables en espectáculos y luego vamos unos cuantos. Democratizar no es eso. Es incentivar la cultura viva, que está en las escuelas, en los centros de enseñanza. Allí hay que organizar los acontecimientos con la participación de los jóvenes. El arte es regenerador y debe servir para educar a los jóvenes. Es criminal que un Gobierno no se interese por nada de esto y sólo se preocupe por lo que está en el papel, por la fachada.

m14.jpg (20111 bytes) Maria João Pires comenzó a tocar el piano a los tres años, interpretando de memoria las piezas que entonces estudiaba su hermana mayor. A los siete años ya ofrecía conciertos de Mozart en público y actuó en el teatro Nacional de Madrid. A los nueve recibió el premio más importante de Portugal para jóvenes músicos. Detesta hablar de música y de sí misma, pero no hay más remedio. "Hablar de música", ha dicho, "es como hacer una autopsia, algo que sólo se concibe después de la muerte para determinar su causa. La música es algo vivo, y analizarla, disecarla, no es conveniente; es como matarla un poco".

¿Cómo una mujer con unas manos tan pequeñas se hace pianista?

[Vuelve a soltar la risa]. El.piano no fue mi pasión. Fue el único instrumento que tuve a mano cuando era niña. Comencé muy joven y ya no lo dejé. No quiere decir que tenga las manos más propicias para tocar todo el repertorio de piano, porque no puedo.

Comenzó a los tres años escuchando a su hermana.

Sí, tocaba la música que oía a mi hermana, y así seguí. Podría haber tocado otro instrumento más apropiado para mí, pero, bueno... Cualquier instrumento hubiese servido para expresarme, pero ya tocaba desde hacía mucho tiempo el piano y no quería cambiar.

  No le gusta que la califiquen de niña prodigio.

Es un concepto que no me planteo. ¿Qué es una niña prodigio? Una niña que comenzó a tocar muy pronto y con talento. Estoy segura de que, si muchos jóvenes tuvieran la oportunidad de tocar un instrumento o practicar alguna disciplina de las artes desde muy pronto, habría decenas de niños extraordinarios, de niños prodigio. Los niños son extraordinarios. Las cualidades están en nosotros. Los niños no nacen prodigios. Nacemos más o menos igual, cada uno con sus cualidades propias. No todos se tienen que convertir en artistas profesionales, pero ahí está la democratización de la cultura. En tener más posibilidades para explotar alguna de nuestras cualidades. Eso es muy importante en el desarrollo del ser humano. De la misma forma que se les enseña a leer, escribir y contar, se debería enseñarles a desarrollar su creatividad. Esa parte de la expresión no es menos importante que leer y escribir. Son valores que deberían coexistir.

La pianista ha asegurado que nunca recibió nada de Portugal. Le fue concedida una beca de la Fundación Gulbenkian para estudiar en Alemania durante cinco años, pero consiguió sobrevivir al hambre gracias a la ayuda de su madre. "Ésa fue toda la ayuda que recibí", ha dicho, "y no de Portugal, porque la Gulbenkian no es portuguesa".

m24.jpg (9619 bytes) Uno de sus compositores favoritos es Chopin. ¿Creo que su madre tuvo bastante que ver en ese asunto?

Mi madre era una enamorada de Chopin. Le encantaban sus nocturnos y siempre me pedía que los tocara. Cuando murió decidí grabarlos todos y sufrí mucho. Fue una experiencia emocional muy dura. Los nocturnos son un homenaje a los Piscis, como mi madre y como Chopin. Eran del mismo día.

¿Creo que no le gusta mucho la música contemporánea?

Es más fácil para mí comprender cualquier tipo de jazz o de música étnica que ese ramo de la denominada música clásica, de esa llamada música seria. Ni sé por qué se la denomina así. La música del siglo XVIII, con la excepción de algunas obras geniales, no tenía nada de serio. En la época barroca también hubo un Bach que fue una excepción. Siempre hubo artistas que estaban fuera de su tiempo.

La periodista y escritora Inés Pedrosa acaba de publicar en Lisboa un libro con el perfil de 20 mujeres del siglo XX, entre ellas Maria João Pires. De sus influencias destaca, en primer lugar, un abuelo materno, "un filósofo extremamente bueno e inteligente"; después, a Francine Benoit, "una amiga más que una profesora de música, que me ayudó mucho en una época en que estaba muy susceptible, perdida y llena de dudas"; también a Dinu Lipatti, "mi verdadero profesor de piano, al que nunca vi, pero que conocí muy bien a través de dos o tres discos", y a Raddu Luppu, "uno de los mejores pianistas actuales; un místico, un espiritual que se alimenta de cosas invisibles". ¿Personas importantes para mí? "En el cine, Woody Allen. Hace vibrar todo en mi cabeza. Tengo una simpatía natural por él, porque es la única persona que conozco que consigue trasladar a la pantalla sus propias dudas, sus problemas, su inseguridad... Todo eso me provoca una enorme fascinación. Y también me encanta un grupo de personas que son todavía más fanáticas con su trabajo que los músicos: los bailarines, pero ellos tienen la disculpa del entrenamiento físico". A Maria João Pires no le gusta que la encasillen en nada, ni la consideren especialista en nada, ni siquiera en Mozart y Chopin.

¿Cuáles son sus preferencias?

Adoro la época romántica. Chopin, Schubert. No quiere decir que no me guste la música contemporánea. Me gustan las músicas étnicas, pero el tecno, por ejemplo, no lo considero una música. Son expresiones del mundo actual pero...

En España ofreció recientemente una serie de conciertos especiales, una idea nueva al margen de los conciertos convencionales.

Era una experiencia diferente. Planteamos la relación entre Beethoven y Schubert, que no existe aparentemente. No desde el punto de vista de la historia o de sus obras. Nada de eso. El primero tiene un lado heroico, agresivo, explosivo y extravertido, mientras el otro se mueve entre la introversión, el sufrimiento, la dulzura y la luminosidad. Parece que son antagónicos, pero hay una conexión entre ambos mucho más primaria, bucólica, de la pureza, de la expresión directa.

¿Y Schubert?

Está estrechamente ligado a mi nostalgia, a la soledad, a la aceptación del dolor.

Tampoco le gusta el calificativo de pianista, profesional.

El arte no es una profesión. A veces puede ser para sobrevivir, para construir esta quinta, para hacer cosas en la vida. A veces se conjugan los dos factores, pero no me gusta considerar el arte como una profesión.

¿Sigue pensando en abandonar los conciertos?

Me gustaría reducir el número de conciertos. Antes daba unos ochenta o noventa por año y me gustaría dejarlo en unos cuarenta. No me gusta viajar, ni los hoteles, ni los aviones. Adoro trabajar en casa, hacer discos aquí, donde ya he grabado dos. Me gusta el contacto directo con las personas que me rodean, ayudarles a salir de situaciones dramáticas. Es verdad que los conciertos tienen a veces esa magia especial, algo misterioso que surge entre el artista y el público. Pero eso ya no es suficiente para mí.

¿Cómo ve su futuro?

Es un punto de interrogación.


Barcelona   §   03 de Mayo de 2000 La Vanguardia

1m26.jpg (8605 bytes)  "Los buenos intérpretes pueden emocionar hasta al público menos familiarizado com la clásica"

 

-Ha dicho que no le gustan los conciertos...

-¿Asistira ellos o darlos yo? (risas)

-Creo que se refería más bien a lo segundo, pero dígamelo usted.

-Sí, no me gusta mucho hacer conciertos.

-¿Y todo eso de la magia del directo, de la comunión con el público...?

-Que no me agraden los conciertos no significa que no disfrute de la relación con el público. Mi ideal sería poder hacer todos los conciertos en un pequeño territorio cerca de mi casa. Lo que no me gusta nada es cómo están organizadas las carreras de artistas clásicos.

-¿Y cómo lo están?

-Pues ya sabe. Continuos viajes, todo deprisa. Así sí que la relaciones con el público, con los directores de orquesta, con las salas... son siempre cortas y superficiales.

-¿Toca para una inmensa minoría?

-No me interesa si mi público es grande o pequeño. Me es indiferente. Lo que me interesa es precisamente la relación que tenga con él. Me interesan esas relaciones que van madurando con los años.

-¿Quizá es por eso también que sólo aborda obras de unos pocos autores? ¿Busca profundizar en un repertorio limitado?

-No lo sé, ni me importa. Vivimos en una época en la que se busca explicación a todo. Lo analizamos todo. Yo prefiero dejar espacios, vacíos. Hay cosas que no tengo necesidad de saber por qué suceden. No se debe pretender saberlo todo, explicarlo todo. Vivo a la deriva de lo que me apetece tocar en cada momento. Escojo mi repertorio de forma intuitiva, impulsiva, para nada de forma intelectual. No tengo ningún complejo por tocar sólo unos pocos autores y no tocar otros...

-Será por eso que no le gustamos demasiado los periodistas, porque siempre...

-Preguntan lo mismo (risas).

-Bueno, eso también, pero yo iba a decirle que quizá no le gustamos porque siempre estamos pidiendo explicaciones.

-Sí, quieren ustedes saberlo todo, hasta lo que no tiene respuesta.

-Tiene usted fama de ser una persona moderna...

-Es una fama injustificada. Puede que tenga esa apariencia externa, pero en realidad soy una persona muy anticuada, muy ligada al pasado. ¿Sabe por qué? Porque el mundo actual, nuestra sociedad, no me agrada. Por eso vivo aislada en el campo. No he tocado nunca un ordenador...

-Ni toca nunca música contemporánea.

-Es lo que le decía antes sobre como escojo mi repertorio. Pero admiro algunas obras contemporáneas y me gustaría algún día tocar obras de autores actuales escritas para mí.

-¿Le interesa algún otro género de música que la clásica?

-Sí, mi visión de lo que es música contemporánea es abierta, no distingue géneros. La música, el arte, es o no es. En la clasificación de las músicas hay mucha rigidez, hasta racismo. Pero también es cierto que en esto del cruce de músicas y músicos hay mucho de moda. Esas cosas hay que hacerlas porque se sienten de verdad.

-Un caso concreto: todo un emblema del pianismo clásico como Barenhoim hace ahora discos de tango, de jazz y de música brasileña

-Lo que le decía: lo veo positivo si responde a una necesidad profunda. Tengo el disco de tangos de Barenboim y me parece muy bonito. Yo misma participé, en un tema de un disco de la cantante portuguesa Misia. La acompañé en un fado. Y no descarto trabajar con otros músicos no "clásicos".

-¿Cree que esas incursiones de músicos del mundo "clásico" en la música "popular" puede atraer hacia aquel a parte del público de esta?

-La idea que se tiene del público está llena de prejuicios. Se dice que hay, un público culto, que entiende, y otro que no. Es una visión simplista. Las cosas son más complicadas... Un buen intérprete puede emocionar hasta al público menos familiarizado con la música clásica. Mientras que otro, con las mismas obras, puede dejarle indiferente. El intérprete tiene un papel crucial, como en el teatro.

-Se dice que el público de la música clásica está envejecido irremisiblemente.

-Este, como otros muchos problemas que tiene el mundo, es un problema de educación. Falta una verdadera y amplia educación sobre el arte y su esencia. La educación está estructurada de forma errónea y nadie intenta cambiarla. Es un tema tabú... Además, en la música confluyen dos elementos, uno imperecedero, el arte puro, y otro cambiante, el factor estilo-época. Si se da más valor a este que a aquel es cuando la música clásica aparece como algo trasnochado, cuando los jóvenes la rehúyen como la imagen de un mundo pasado, que no tiene que ver con ellos y con la realidad de hoy, su realidad. Es el músico el que ha de velar porque prevalezca el arte puro, con independencia de los estilos, de los géneros, de las épocas, de las modas...

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Fuente : instituto-camoes.