
Wu-men Kuan |
Caso |
Tozan fue a ver a Unmon. Este le preguntó de dónde venía.
“Del pueblo de Sato” dijo Tozan.
“¿En qué templo pasante el verano?” le preguntó Unmon.
“En el templo de Hoji, al sur del lago” replicó Tozan.
“¿Cuándo te fuiste de allí?” inquirió Unmon?
“El veinticinco de agosto” respondió Tozan.
Unmon dijo: “Debería darte tres golpes con el bastón, pero hoy te perdono.”
Al siguiente día Tozan se inclinó ante Unmon y le preguntó: “Ayer me perdonaste tres golpes. No sé por qué pensaste que había hecho algo malo.”
Unmon reconvino así las respuestas sin espíritu de Tozan: “¡Oh tú, saco de arroz! ¿Que te hace vagar de allá para acá?. Hoy estas al oeste del río, mañana al sur del lago.”
Antes que Unmon hubiera terminado de decir estas palabras, Tozan quedó iluminado. |
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Comentarios de Wu-men |
Si Unmon hubiera dado a Tozan el alimento del verdadero Zen y motivado a desarrollar un espíritu activo del Zen, su escuela no hubiera declinado como lo hizo.
Tozan tuvo una agonizante lucha toda la noche, perdido en el mar de lo correcto y lo equivocado. Llego a un callejón sin salida. Luego de esperar la madrugada, acudió nuevamente a Unmon y este nuevamente le hizo un libro de dibujos sobre el Zen.
Aunque tuvo una iluminación directa, no puede decirse que Tozan fuera brillante.
Ahora quiero preguntarte, ¿debería Tozan haber recibido los tres golpes?
Si dices que si, entonces admites que todo el universo debería ser golpeado.
Si dices que no, acusas a Unmon de haber dicho una mentira.
Si entiendes el secreto, entonces serás capaz de respirar el Zen a través de la mismísima boca de Tozan. |
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Verso |
La leona fieramente enseña a sus cachorros,
Los patea y ellos saltan.
Las palabras lanzadas por Unmon golpean directamente el corazón de Tozan,
Mientras que la primera flecha de Unmon es ligera, la segunda golpea profundo. |
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