La próxima generación de canarios va a colocar las cosas definitivamente en su sitio. Con los matices que se quiera, con los interrogantes que se quiera, con los puntos oscuros que se quiera, pero la generación que nacerá en Canarias en los primeros 15 años del próximo siglo va a dar el cambio hacia la libertad, hacia la recuperación de nuestra soberanía. Será la generación más preparada de nuestra historia, sus padres no respirarán los mismos prejuicios, miedos y frustraciones y sobre todo el españolismo a ciegas inoculado durante siglos. Serán hombres y mujeres capaces de discenir más allá de miedos al futuro y sobre todo de lo ocurrido en el pasado. Serán canarios que querrán ocupar su puesto en el mundo con dignidad y sobre todo vivir en condiciones mejores a las de sus abuelos.

Herederos de un legado cultural, patrimonial e histórico que habrán acaparado con más facilidad y globalidad en sus mentes que sus abuelos, serán defensores de su territorio y naturaleza por necesidad imperiosa. Serán conscientes de que ser canarios con todas sus consecuencias será un motivo de orgullo y de que el progreso no está reñido con el mantenimiento de las señas de identidad.

Los canarios con la nueva psique canaria, empezarán a discutir lo que antes no era materia siquiera de discusión, la españolidad vista desde el punto de vista de los costos y los beneficios, la canariedad vista no sólo como elemento nostálgico e idílico y festivo, sino como bandera de una forma de hacer y sentir hacia adentro y hacia afuera.

La responsabilidad de todos y todas los que hoy leemos estas líneas es trabajar para que esa nueva generación sin los conflictos y sellos generados por el pasado vayan en la dirección política que ansiamos, porque esa será en definitiva la asignatura que para entonces tengamos que tener más preparada la de la Organización política que de salida a la generación de la Libertad canaria.