Retornos de una sombra maldita 

 

¿Será difícil, madre, volver a ti? Feroces 
somos tus hijos. Sabes 
que no te merecemos quizás, que hoy una sombra 
maldita nos desune, nos separa 
de tu agobiado corazón, cayendo 
atroz, dura, mortal, sobre sus telas, 
como un oscuro hachazo. 
No, no tenemos manos, ¿verdad?, no las tenemos, 
que no lo son, ay, ay, porque son garras, 
zarpas siempre dispuestas 
a romper esas fuentes que coagulan 
para ti sola en llanto.

No son dientes tampoco, que son puntas, 
fieras crestas limadas incapaces 
de comprender tus labios y mejillas. 
Han pasado desgracias, 
han sucedido, madre, verdaderas 
noches sin ojos, albas que no abrian 
sino para cerrarse en ciega muerte. 
Cosas que no acontecen, 
que alguien pensó más lejos, 
más allá de las lívidas fronteras del espanto, 
madre, han acontecido. 
Y todavía por si acaso hubieras, 
por si tal vez hubieras soñado en un momento 
que en el olvido puede calmar el mar sus olas, 
un incesante acoso 
un ceñido rodeo
te aprietan hasta hacerte 
subir vertida y sin final en sangre. 
Júntanos, madre. Acerca
esa preciosa rama 
tuya, tan escondida, que anhelamos 
asir, estrechar todos, encendiéndonos 
en ella como un único fruto 
de sabor dulce, igual. Que en ese día,
desnudos de esa amarga corteza, liberados 
de ese hueso de hiel que nos consume, 
alegres, rebosemos 
tu ya tranquilo corazón sin sombra.

(De «Retornos de lo vivo lejano»)

    Source: geocities.com/es/poetasporlapaz/albe

               ( geocities.com/es/poetasporlapaz)                   ( geocities.com/es)