Besarse, mujer, 
al sol, es besarnos 
en toda la vida. 
Asciende los labios, 
eléctricamente 
vibrantes de rayos, 
con todo el furor 
de un sol entre cuatro. 

Besarse a la luna, 
mujer, es besarnos 
en toda la muerte: 
descienden los labios, 
con toda la luna 
pidiendo su ocaso, 
del labio de arriba, 
del labio de abajo, 
gastada y helada 
y en cuatro pedazos.

    Source: geocities.com/es/poetasporlapaz/hernandez

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