Canción del Antiavionista
Que vienen, vienen, vienen 
los lentos, lentos, lentos, 
los ávidos carniceros. 

Que nunca, nunca, nunca 
su tenebroso vuelo 
podrá ser confundido 
con el de los jilgueros. 

Que asaltan las palomas 
sin hiel. Que van sedientos 
de sangre, sangre, sangre, 
de cuerpos, cuerpos, cuerpos. 

Que el mundo no es el mundo. 
Que el cielo no es el cielo, 
sino el rincón del crimen 
más negro, negro, negro. 

Que han desonrrado al pájaro. 
Que van de pueblo en pueblo, 
desolación y ruina 
sembrando, removiendo. 

Que vienen, vienen, vienen 
con sed de cementerio 
dejando atrás un rastro 
de muertos, muertos, muertos. 

Que ven los hospitales 
lo mismo que los cuervos. 

Que nadie duerme, nadie. 
Que nadie está despierto. 
Que toda madre vive 
pendiente del silencio, 
del ay de la sirena, 
con la ansiedad al cuello, 
sin voz, sin paz, sin casa, 
sin sueño. 

Que nadie, nadie, nadie 
lo olvide ni un momento. 
Que no es posible el crimen. 
Que no es posible esto. 
Que tierra nuestra quieren. 
Que tierra les daremos 
en un hoyo, a puñados: 
que queden satisfechos. 

Que caigan, caigan: caigan. 
Que fuego, fuego: fuego. 

    Source: geocities.com/es/poetasporlapaz/hernandez

               ( geocities.com/es/poetasporlapaz)                   ( geocities.com/es)