BEATRIZ RIVERA (Colombia)


       AL DOLOR DE UNA MUJER
         (A una amiga)

Antes de conocerlo era vital y hermosa,
Un surtidor de gozo y alegría,
Su risa congregaba y era un conjuro mágico
Que mataba nostalgias y tristezas
Y ahuyentaba las penas y la melancolia.

Su mirada de miel, traviesa y maliciosa
Fue por siempre su joya más preciada,
Era rocio fresco en las mañanas
Que alumbraba las noches y los dias
Como una gota de luz en sus pestañas.

Cuando el llego a su vida
Con ropajes de amor y de esperanza
Ella dejo el paisaje de flores y de trinos
Que habia en su ventana
Para irse a vivir muy cerca de la gloria,
En la esquina del beso y la confianza.

Con treinta y tres eneros y muchas experiencias
Se graduo como novia enamorada,
Y, como cuando tenia quince abriles
Se soño con pañales y con nanas,
Desamarro su blusa y temblorosa
Se jugo el corazon con malas cartas.

Después de conocerlo y de quererlo
Con toda la pasión que el despertara,
Una mañana se marcho en silencio,
La desnudo de besos y caricias,
Rompio la nube, destrozó sus sueños
Y se llevo la miel de su mirada.

Ella quedo asombrada, como ave sin su nido
El peso de su ausencia le borro la sonrisa
Y dibujo en sus ojos un paisaje de olvido.
Se torno dura y fria, una vieja sin años,
Un barco a la deriva con el norte perdido.

Ojala que mi amiga si volviera a encontrarlo,
A el, al tan mal ido,
Le pida le devuelva la risa de su boca,
Sus ganas de vivir, sus ilusiones,
Su alegre despertar en las mañanas
Y ante todo, esa dulce mirada que alumbraba
Como gota de luz en sus pestañas.

                               Beatriz Rivera
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          ELOGIO DE LA VIDA

Que hermoso es estar vivos,
Intensamente vivos y disfrutarlo todo
Desde la entraña misma de la vida.

Aspirar por ejemplo con hondura
El aroma del pan recien horneado
Y sentirnos sembrados de trigales,
De buena levadura,
De manos amorosas que le dierosn
Un sabor celestial con su dulzura.
Gozar con el saludo del vecino,
Con la risa infantil que pedalea
Sobre el viejo triciclo,
Con el vuelo armonioso de las aves,
Con la verde canción que canta el grillo
O con la lluvia mansa
Cuando pinta con sus pecas de hielo
Los cristales.
Hay demasiada muerte a nuestro lado
Y para derrotarla
Hay que seguir viviendo,
Gozando la palmada del sol cada mañana
Y su abrazo fraterno y compañero,
El viento redondeando las naranjas,
El olor de crispetas dominguero
Y el ballet de palomas en los parques
Bajo el canto pregon de los venteros.
Disfrutar de los besos, de la musica,
De nuestros pasos sobre el pavimento,
De poder abrazar un amigo,
De gritar un te quiero,
De un libro viejo y un café caliente
En las noches de invierno,
Y de esa fuerza inmensa de que esta hecha el alma
Que nos ayuda a derrotar por siempre el sufrimiento.
Hay que gozarlo todo,
No importa cuantos años habiten nuestros huesos.
Si son pocos, gocemos
De la limpia tersura
Que adorna nuestro cuerpo,
Descubramos el mundo a cada paso
Desde la hormiga humilde hasta el lucero
Y saquemos de adentro la alegria
Para estrenarla diario
Como un vestido nuevo.
Hay que seguir gozando de la vida
Aunque ese escultor llamado tiempo
Haya tallado en nuestro rostro arrugas
O haya encorvado un poco nuestro cuerpo.
Hora es de cosechar amaneceres,
De disfrutar silencios,
De asombrarnos de nuevo con el mundo,
De mirarnos por dentro
Y sabernos preñados de alegria,
Sin miedo a soledades ni a recuerdos.
Hay que vivir la vida a cada instante
Con un gozo infinito, con agradecimiento,
Y cual si fuera una cometa enemorada
De algun pedazo azul de firmamento,
Soltarle su cordel para que vuele
Desposada por siempre con el viento,
Hasta encontrar a Dios
Para contarle,
Con palabras redondas de contento
Que fue maravilloso haber vivido
Con honradez, pasión y sentimiento.



MILAGRO

Yo era una casa sola
deshabitada d presencias,
de dueños, de inquilinos.
Era una casa abandonada y triste
llena tan solo de recuerdos viejos.
Vivia sombriamente, como ella
derruida por dentro,
acabada por fuera,
no obstante, nunca quise
alquilarla (ni alquilarme)
venderla (ni venderme)
dejarla que muriera (ni morirme).
De pronto, una mañana
máss mañana que todas las auroras
un hilillo de sol
tan fino como el fugaz destello
de un diamante,
rompio la oscuridad,
quemo sus soledades y las mias,
señalo sin pudores mi flaqueza,
me rescato del hueco
en que yacia
y un milagro d luz
que no comprendo
me encendío el corazon
con la alegria,
derritio el abandono 
y la tristeza,
abrio todas las puertas
y ventanas
y me habito de nuevo
con la vida.

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