CANTARES |
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Cara vez que a ti me acerco |
sólo tu mirada busco, |
pones los ojos en blanco |
y yo me muero de gusto. |
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No hay amargura a tu lado, |
tus palabras son de miel, |
y son tus ojos dos astros |
que me alumbran por doquier. |
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El día que yo nací |
vistieron luto las flores, |
porque alumbraba mi madre |
al rey de los alcornoques. |
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¡Ay! decía un moribundo |
y le contestó un guasón: |
"No se queje, hermano mío, |
que va usted a cenar con Dios" |
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Cuando templa el guitarrico |
un baturro de Aragón, |
se arranca el diablo los pelos |
porque teme ver a Dios. |
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Díjole un rey a un soldado: |
¿quién manda aquí?¡vive Dios! |
Y el soldado respondiole: |
"la fuerza no, la razón". |
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No es sabio quien no predica |
la verdad en mis palabras, |
y ciego aconseja a todos |
que vayan por sendas falsas. |
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Cuando el ciego aleja a todos, |
llora el corazón del ciego, |
porque se ve sin amparo, |
privado de sus derechos. |
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FIN |
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Imprenta de Manuel Palau, B. de
Alagón, Morella. Editat amb "NUEVA RELACIÓN",
"PASO-DOBLE FLAMENCO" i "ARIA DE LA VIEJECITA" |
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(Document
d'Adelaida Moles) |
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