BUSCAN
UNA SALIDA POLITICA PARA UNA PROVINCIA CON INTERVENCION FEDERAL
La batalla entre Kirchner y Duhalde también se disputa en Santiago
El
Gobierno apura la elección a gobernador, pero quiere evitar la
victoria de un juarista. Los duhaldistas, de fuertes vínculos con
los Juárez, temen poner en riesgo al PJ.
Santiago
del Estero se ha convertido en un dilema al que el Gobierno nacional no
le encuentra solución. Después de haber intervenido la provincia
y destituido al matrimonio Juárez, ahora intenta reemplazarlos
por un gobernador peronista que no responda políticamente al juarismo.
Pero
lo único que ha logrado hasta ahora es que, después de casi
seis meses de intervención federal, Santiago del Estero se convierta
en otro escenario de la batalla entre Néstor Kirchner y Eduardo
Duhalde por el liderazgo del peronismo.
El
fallo de la Corte Suprema, que el martes suspendió la elección
para reformar la Constitución provincial, terminó de complicar
los planes del Gobierno. Por eso, la Casa Rosada decidió eliminar
la ley de lemas, convocar a elecciones para este verano y escapar de la
provincia lo más pronto posible.
"Ahora
que se hagan cargo los santiagueños, pero dando un paso hacia adelante",
le dijo a Clarín una alta fuente del Gobierno, aclarando que ese
"paso hacia adelante" no es otra cosa que evitar cómo
sea que el juarismo vuelva a instalarse en la Gobernación santiagueña.
Y
aquí es donde entra a jugar la pelea permanente que mantienen el
kirchnerismo y el duhaldismo con vistas al 2005. Es que los candidatos
peronistas que figuran en las encuestas de popularidad hechas en la provincia,
según lo reconocen hasta en la intervención, tienen algún
tipo de nexo con el juarismo.
El
interventor del PJ santiagueño es el diputado nacional Rafael González,
un aliado firme del presidente de la Cámara de Diputados, el duhaldista
Eduardo Camaño. Y la relación entre Eduardo Duhalde y Carlos
Juárez ha sido siempre tan sólida que sirvió para
que el veterano caudillo fuera uno de los pocos gobernadores que apoyara
a Kirchner en su carrera a la Presidencia.
El
mejor candidato peronista que asegura tener a la vista el diputado González
es otro legislador nacional, José María Cantos, un veterano
de la política santiagueña que tiene un diario, una radio
y el antecedente de haber ido a visitar a Juárez en su arresto
domiciliario reciente, el dato que lo crucificó ante los kirchneristas
con domicilio en Santiago.
En
cambio, la Casa Rosada auspicia al llamado Frente Popular para la Victoria,
que reúne a 22 intendentes de la provincia, al partido local Memoria
y Movilización (apadrinado por el secretario de Derechos Humanos,
Eduardo Luis Duhalde) y a los gremios de la CTA. Cuentan con el apoyo
entusiasta del secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, y con el
escepticismo del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del ministro
del Interior, Aníbal Fernández, quienes no avizoran en ese
grupo a un candidato firme para la Gobernación.
El
problema para todos los peronistas con intereses en Santiago es que, aunque
el PJ va adelante en las encuestas cuando se mide a los partidos, el dirigente
que aparece mejor posicionado en los sondeos es un radical, el intendente
de la capital de la provincia, Gerardo Zamora.
Y
aquí es donde se divide el agua entre Kirchner y Duhalde. Los seguidores
del Presidente, empezando por el interventor Pablo Lanusse, preferirían
que gane un radical antes que ponerle la banda a un juarista. En cambio,
los duhaldistas adaptan una cita de Perón con una sonrisa cuando
dicen que "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista,
aunque sea juarista".
Clarin, 24 de septiembre de 2004 |