Votar
a los 16 años
Para Rosendo Fraga, la edad no es determinante
LA PLATA, 03 DE AGO (AIBA) El analista Rosendo Fraga consideró
que, de bajarse la edad de votación de los 18 a los 16 años,
no se produciría un cambio significativo en el resultado de una
eventual elección provincial.
En declaraciones radiales, Fraga desestimó que la propuesta de
reducir la edad de votación –impulsada por legisladores nacionales
justicialistas- tenga como objetivo producir el desembarco del matrimonio
Kirchner en la Provincia, teniendo en cuenta que el 40 por ciento de los
jóvenes de entre 16 y 18 años del país reside en
el territorio bonaerense.
"Bajar la edad del voto a los 16 años numéricamente
no produciría grandes cambios", indicó el analista,
y evaluó que la dirección del sufragio tiene más
vinculación con la extracción social que con la edad del
votante.
Al hacer referencia al proyecto, Fraga consideró que "no es
un tema central de vida o muerte que merezca una oposición principista",
y agregó: "me da la impresión de que no es el mejor
tema para empezar la reforma política. Además, bajar la
edad de votación no era un reclamo que estuviera plasmado en los
jóvenes, en la sociedad o en el campo de la política".
El consultor estimó que si el sufragio dejara de ser obligatorio,
una de cada cinco personas dejaría de ir a votar. "Sería
un cambio relevante, pero no sustancial", recalcó.
Reducción
de la edad de imputabilidad
Cafiero evitó fijar una postura
LA PLATA, 2 AGO (AIBA) El ministro de Desarrollo Humano de la Provincia,
Juan Pablo Cafiero, evitó fijar una postura clara acerca de cuál
debe ser la edad de imputabilidad de los menores y consideró que
"el esfuerzo hay que ponerlo en la prevención".
En referencia a las recientes declaraciones de Juan Carlos Blumberg -quien
consideró que si el gobierno nacional pretende que los menores
voten a partir de los 16 años también deberían ser
imputables a esa edad-, Cafiero sostuvo que "la discusión
de la edad lleva muchos años en todo el mundo, porque ningún
país se pone de acuerdo en determinar cuál es la edad, cuándo
una persona está actuando como adulto o tiene algún proceso
de maduración".
En declaraciones radiales, el ministro remarcó: "ahora yo
no sé hasta qué edad quieren algunos bajar la edad de imputabilidad,
si a los 14, a los 12 o a los 10 años", y consideró
que "hay algún límite que evidentemente los que quieren
este tipo de medidas deberán unificar y ahí veremos".
Esta discusión también se da en el marco del nuevo proyecto
de Ley de Minoridad, que será remitido próximamente a la
Legislatura bonaerense. La iniciativa tiene como objetivo reemplazar el
decreto-ley 10-067, que data de la última dictadura militar. De
acuerdo con lo informado por el funcionario, la nueva legislación
apuntará a la protección de los menores en materia preventiva
a partir de políticas públicas.
Polémica
por una iniciativa parlamentaria
Kirchner tomó distancia del proyecto para que voten los menores
"No lo tenía en carpeta", expresó
Condicionó su opinión a que se someta a debate público
si se puede sufragar desde los 16 años
"No estoy ni en favor ni en contra", agregó el Presidente
Dijo que el Gobierno jamás impondría esa iniciativa a la
sociedad, que para que algo así prospere debe haber consensos,
y que él no tenía el tema en carpeta. El presidente Néstor
Kirchner se desligó ayer en público del proyecto de ley
para reducir a 16 años la edad mínima de votación
que impulsa un grupo de legisladores afines a su administración
en la Cámara alta y llamó a que se promueva un debate en
la opinión pública en torno del tema.
"No
lo tenía en carpeta. Puede ser que alguien que esté cerca
de mí piense eso. Yo no estoy ni en contra ni a favor. Pero bueno,
creo que hay un proyecto de un senador sobre este tema", afirmó
Kirchner ayer durante una conferencia de prensa que brindó al término
de la visita que hizo en horas del mediodía a la Exposición
Rural de Palermo.
Sin
embargo, el senador riojano Jorge Yoma (PJ), autor de la iniciativa parlamentaria,
ratificó que hubo una reunión en la Casa Rosada de la que
participo, entre otros, el presidente Kirchner y en la que se trató
el tema de la bajar en dos años el límite para votar (ver
aparte).
"Jamás
impulsaría un proyecto de este tipo sin el consenso global de la
población. Creo que es fundamental el debate, pero, la verdad,
yo no lo tenía en carpeta", agregó el jefe del Estado.
"¿Pero
cómo ve esta posibilidad?", repreguntó LA NACION.
"Hay que discutir todo", respondió el Presidente.
La
posición expresada por el Presidente puede explicarse con un argumento
netamente político. Y es que dar impulso público a ese proyecto
de ley puede generar escollos en la estrategia oficial de acercamiento
con el peronismo por el cual se busca garantizar respaldo institucional
a la gestión, pues permitiría a la Casa Rosada sumar el
respaldo electoral de un sector social que no está aún bajo
la órbita del aparato partidario bonaerense. En este sentido, avalar
públicamente la iniciativa podría enfriar las relaciones
entre el kirchnerismo y el duhaldismo, que actualmente transitan un delicado
proceso de recomposición.
"Sin
mano militar"
En la misma tónica que Kirchner se manifestó también
el ministro del Interior, Aníbal Fernández, al término
de la conferencia de prensa. "No sería malo, pero en realidad
tendría que discutirse. No puede ser por mano militar y por parte
del Gobierno. Tiene que ser fruto de un debate mesurado e inteligente
que haga madurar la idea", consideró.
El
ministro no opinó sin embargo sobre la existencia de una reunión
en la Casa Rosada en la que Yoma habría expuesto los lineamientos
de la propuesta a Kirchner y a su esposa, la senadora Cristina Fernández.
Según
el senador, la esposa del Presidente se había comprometido entonces
a tratar el tema de inmediato en la Comisión de Asuntos Constitucionales
de la Cámara alta.
Por
lo pronto, lo único concreto en este panorama es que el PJ continúa
con sus planes de llevar la semana próxima al Senado el proyecto
de ley que promueve reducir a 16 años la edad mínima de
los electores. Y persiste en esa propuesta con la misma tesitura y los
mismos lineamientos que, supuestamente, se habrían conversado con
el Gobierno: sin disponer con la iniciativa la obligación de votar
para los ciudadanos comprendidos entre los 16 y los 18 años.
Las
estimaciones son que el proyecto podría avanzar, pero, de todos
modos, nadie desconoce que su suerte seguirá atada a los vaivenes
emocionales entre el jefe del Estado y Duhalde.
La Nacion, 3 de agosto de 2004
Blumberg:
si pueden votar, también son imputables
Reiteró así uno de sus reclamos
Juan Carlos Blumberg sostuvo ayer que si el oficialismo impulsa una ley
para que los jóvenes de 16 años puedan votar, también
se deberá insistir en la reducción de la edad de imputabilidad
penal, uno de los puntos principales de su petitorio apoyado por 5.085.000
personas y entregado al vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli,
y al titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño.
"Si
aceptamos que una persona está capacitada para votar a los 16 años,
también tiene que ser responsable de sus actos y responder por
ellos. El Congreso debe aprobar ya la reducción de la edad de imputabilidad",
dijo Blumberg a LA NACION.
El
padre de Axel Blumberg explicó que "está bien que los
chicos de 16 años voten, pero tiene que ser optativo y no obligatorio,
como ocurre para las personas mayores. Que vayan a votar sólo los
menores que están interesados en elegir a sus representantes".
Pero
Blumberg no sólo está interesado en que los jóvenes
voten. En el petitorio que les entregó a Scioli y Camaño
el 1° de abril último, día de su primera y multitudinaria
marcha para exigir justicia y seguridad, en el punto cuatro se pedía
"la reducción de la edad de imputabilidad penal".
En
ese sentido, Blumberg afirmó que no sólo se debe castigar
penalmente a los menores que comenten delitos, sino también a los
padres. "Si se demuestra que los padres de esos menores fueron los
instigadores del chico, también deberían ser castigados",
dijo más de una vez Blumberg.
Reforma
política: no sería obligatorio
El kirchnerismo quiere que se pueda votar a los 16 años
El proyecto alcanza a 1.500.000 jóvenes, ajenos a las estructuras
partidarias
Elaborado con claras intenciones políticas y electorales y con
destino de abrir una gran polémica, el justicialismo impulsará
la semana próxima en el Senado un proyecto de ley que promueve
reducir a 16 años la edad mínima de los electores, aunque
la iniciativa no dispondrá la obligación de votar para los
ciudadanos comprendidos entre los 16 y los 18 años.
La
propuesta, según trascendió, contaría con el visto
bueno del presidente Néstor Kirchner y de su esposa, la senadora
Cristina Fernández de Kirchner (PJ-Santa Cruz), que se comprometió
a tratarla de inmediato en la Comisión de Asuntos Constitucionales
de la Cámara alta.
El
proyecto podría avanzar, pero, en rigor, su suerte estará
subordinada a la compleja relación que tiene el jefe del Estado
con el líder del peronismo bonaerense, Eduardo Duhalde.
Es
que el objetivo político de la propuesta legislativa, visto desde
la óptica de los kirchneristas que la impulsan, será sumar
votos de un electorado que creen “volátil” y “ajeno
a compromisos de la estructura partidaria del PJ bonaerense”. En
definitiva ayudaría a dar sustento en las urnas a un eventual proyecto
propio del Presidente en la provincia de Buenos Aires en caso de que el
matrimonio Kirchner apueste a darle pelea al duhaldismo en las elecciones
legislativas de 2005, según creen los impulsores.
En
el caso de convertirse en ley, esta propuesta alcanzaría a 1.500.000
jóvenes de entre 16 y 18 años, de los cuales el 40 por ciento
está concentrado en el padrón electoral de la provincia
de Buenos Aires.
El
PJ tiene cerca de 1.700.000 afiliados en territorio bonaerense, donde
en las últimas elecciones votaron alrededor de 10 millones de personas.
Según
confirmaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada y del Congreso, el proyecto
de ley para convertir en electores a los menores de 16 a 18 años
fue conversado hace diez días en el despacho presidencial en una
reunión que mantuvieron Kirchner; la senadora Cristina Fernández;
el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el jefe del bloque de senadores
del PJ, Miguel Pichetto (Buenos Aires), y el senador Jorge Yoma (PJ-La
Rioja), entre otros.
En
realidad, la idea fue propuesta en aquel encuentro por Yoma, un ex menemista
convertido en un ferviente kirchnerista. Allí asintieron tanto
el jefe del Estado como la senadora Kirchner y Pichetto. La primera dama
se comprometió a analizar la propuesta en lo inmediato en la Comisión
de Asuntos Constitucionales, que preside.
Consultado
por LA NACION, Yoma se limitó a decir: "Si les exigimos a
los menores de 16 años que tengan obligaciones y les vamos a imponer
sanciones penales cuando delincan, también debemos darles la posibilidad
de elegir a las autoridades que los gobiernen". A la vez, destacó
que, "con el nivel de información que tienen hoy los jóvenes,
resulta necesario que tengan la posibilidad de votar".
Otra
de las fuentes consultadas, que pidió no ser identificada, dijo
que "en la medida en que la iniciativa logre el consenso de fuerzas
de la oposición en el Congreso, avanzaremos para que se convierta
en ley en lo inmediato".
La
propuesta redactada por Yoma sólo contempla dos artículos
que buscan modificar la ley electoral 19.945.
Si
bien el proyecto tratará de ser expuesto por el oficialismo como
un derecho que se les otorga a los jóvenes, y hasta podría
ser incluido como parte de la reforma política del Gobierno, lo
cierto es que, en el fondo, persigue el firme objetivo de enfrentar al
duhaldismo en el caso de que Cristina Kirchner decida presentarse como
candidata a gobernadora y dar batalla en la provincia de Buenos Aires.
El
Presidente y su esposa están convencidos de que si deciden enfrentar
al duhaldismo deberán contar con una masa crítica de electorado
ajena a la estructura del PJ.
La
semana última, el diputado kirchnerista Miguel Bonasso dijo en
Salta que en las encuestas que tenía en su poder la intención
de voto de los bonaerenses por Cristina Kirchner promedia el 63%.
Por
ahora, el conflicto entre Kirchner y Duhalde atraviesa una tregua. De
todas formas, los más encumbrados dirigentes duhaldistas consultados
por LA NACION creen que la situación actual "sólo parece
la quietud que precede a una tormenta".
En
este contexto existen dos escenarios posibles: si continúa la tregua
entre el Presidente y el caudillo bonaerense es probable que el PJ bonaerense
acepte ceder al kirchnerismo algunos lugares en la lista de candidatos
a diputados; en caso contrario, el Presidente rompería con el duhaldismo
y esto significaría una batalla electoral con todas las herramientas
posibles, incluso con la ley que otorgaría el poder de voto a los
menores de 16 a 18 años.
La
idea de dar derecho electoral a los menores de 16 no es nueva en la historia
reciente de la Argentina. El menemismo intentó usar esta herramienta
en 1997 para fogonear el controvertido proyecto de "re-reelección"
del ex presidente Carlos Menem.
Antes,
en 1993, surgió una iniciativa del mismo gobierno menemista para
que voten los menores de entre 16 y 18 años, pero se iba a instrumentar
en forma gradual: primero se iba a aplicar para las elecciones abiertas
partidarias y luego para las generales.
A
la vez, en la reforma constitucional de 1994, realizada en Santa Fe, los
convencionales Fernando Solanas, Juan Schröder y Gustavo Cardesa
presentaron una iniciativa que preveía incorporar en el artículo
67 de la Carta Magna un inciso que establecía el derecho de votación
a partir de los 16 años.
Pero
ninguna de estas medidas tuvo suerte y todo quedó en la nada. Por
lo menos hasta ahora.
Por Martín Dinatale, La Nacion 1 de agosto
de 2004
Hay
desconfianza en la oposición
Reclaman que el proyecto se incluya en la reforma política
Escepticismo, desconfianza, dudas. Estas fueron las sensaciones que, a
priori, despertó entre legisladores de distintas bancadas de la
oposición el proyecto de ley que promueve reducir a 16 años
la edad mínima para votar, que será impulsado por el justicialismo
en el Senado esta semana.
La
mayoría de los diputados y senadores consultados por LA NACION
coincidió en que una medida de esta naturaleza debería ser
incluida dentro del plan de reforma política que hasta ahora viene
demorando el Gobierno. Además, señalan que como se trataría
de una propuesta de reforma al sistema electoral, se necesitaría
una mayoría especial en el Congreso para aprobarla, por lo que
el consenso con la oposición sería ineludible.
"Un
proyecto de estas características no puede ser analizado individualmente,
sino dentro de un contexto de reforma política integral. En este
punto, el Gobierno está en deuda", señaló el
senador Ernesto Sanz (Mendoza), integrante de la Comisión de Asuntos
Constitucionales. En esta comisión, que preside Cristina de Kirchner
(PJ-Santa Cruz), comenzarían las deliberaciones sobre este proyecto.
"Antes
de avanzar con una propuesta de rebajar la edad para votar, yo apostaría
primero a una efectiva educación cívica entre los jóvenes.
No sería responsable aprobar una ley y largar a la calle a miles
de nuevos votantes si previamente estos jóvenes no han recibido
la educación adecuada", dijo.
También
desde el radicalismo, el diputado Mario Negri (Córdoba), miembro
de la Comisión de Asuntos Constitucionales, se expresó escéptico
sobre la efectividad de la posible ley.
"No
conozco en profundidad el proyecto del PJ, pero creo que el Gobierno se
equivoca si cree que sumará nuevos votos con el ingreso de nuevos
votantes en el padrón electoral. Las adhesiones se logran con políticas,
no con una rebaja en la edad para votar", enfatizó.
Desde
los bloques de centro, el senador Ricardo Gómez Diez (Renovador
de Salta) recordó que toda renovación en las leyes electorales
requiere una mayoría especial en el Congreso. "Es de esperar
que este proyecto sea fruto del consenso y que se inscriba dentro del
diálogo que el Gobierno ha decidido abrir con la oposición."
El
diputado Alberto Natale (Demócrata Progresista-Santa Fe) criticó
abiertamente el proyecto de Yoma. "Demuestra la falta de voluntad
del Gobierno para encarar una reforma política de fondo. Acude
a vías tangenciales con un claro fin especulativo, con el propósito
de acumular más poder, no para reformar la política, como
declama", asestó.
Más
conciliador se mostró el diputado Eduardo Macaluse (ARI-Buenos
Aires). "No me parece mal, pero hay que tener cuidado. No vaya a
ser que con este tipo de proyectos se pretenda resolver las cuestiones
electorales del partido oficial", advirtió.
Iniciativa
controvertida: la opinión de varios expertos
Rechazo de especialistas al proyecto
Para politicólogos y consultores, hay riesgo de clientelismo y
no sirve para comprometer a los jóvenes
Coinciden en que educación y trabajo son mejores que el voto para
formar una ciudadanía responsable
Dicen que los menores no votarán o que lo harán igual que
sus padres
Bajo compromiso político, cortocircuito entre la sociedad y los
partidos, apatía, educación política deficiente y
peligro de manipulación del voto y de clientelismo son algunos
de los argumentos que diversos consultores e investigadores sociales esgrimieron
para cuestionar la idea de que los jóvenes estén habilitados
para emitir su voto a partir de los 16 años.
Consultados
por LA NACION, analistas de opinión y politicólogos minimizaron
los efectos electorales de bajar la edad mínima para votar y expresaron
reparos a la iniciativa.
Eduardo
Fidanza, director de Catterberg y Asociados, consideró que sería
una medida poco conveniente para la Argentina. Y reclamó mejorar
las condiciones sociales, educativas y laborales de los jóvenes.
"Primero,
tenemos que asegurarles, a través de estas cosas, su condición
de ciudadanos y después invitarlos a ejercer el voto", opinó
Fidanza. De lo contrario, se podría caer en "un motivo más
para la manipulación electoral", explicó el analista,
y señaló que el clientelismo político abreva en las
asimetrías sociales.
"El
voto es una consecuencia del buen funcionamiento del sistema, no una causa
que lo provoca", objetó.
Una
postura similar expresó Sergio Berensztein, politicólogo
y profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella.
"El
voto no es condición necesaria ni suficiente para lograr una ciudadanía
más comprometida", recordó Berenzstein, para quien
en un país donde "la mayoría de los jóvenes
son pobres, esto puede significar una oportunidad más para el clientelismo".
En
opinión del especialista, si la iniciativa "fuera parte de
un programa más amplio de involucramiento en la política
estaría bien, pero tratándose sólo del voto suena
a maniobra electoral".
Consultado
sobre este punto, Berensztein explicó a LA NACION que se podría
intentar seducir a esa franja etaria mediante la implementación
de planes sociales específicos, "como si fuera una clientela
eventual más". O quizá sería posible que alguna
fuerza política, con buena llegada a los jóvenes, intentara
bajar la edad de los electores para lograr más votos, advirtió.
Por
último, marcó un dato sociológico sobre este grupo:
aunque entre ellos predomina la apatía hacia los partidos políticos,
"sí se involucran en iniciativas solidarias o de organizaciones
sociales", dijo.
También
Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, se
sumó a los rechazos al proyecto. "No hay que pretender una
politización de los jóvenes antes de tiempo", consideró
el analista, para quien muchos adultos miran "a los jóvenes
con la nostalgia de los 70". "Los que éramos politizados
queremos que se politicen", destacó.
Fraga
señaló que el bajo involucramiento de los jóvenes
en la política es un fenómeno mundial y, sin embargo, las
democracias más estables no han cambiado la edad mínima
de los votantes. "No hay razones de fondo para querer anticiparles
a los jóvenes un proceso ante el cual son bastante reacios",
sostuvo.
"En
favor del aparato"
Además, el director del Centro de Estudios Nueva Mayoría
explicó que el voto está más determinado por la clase
social que por la edad. "Los jóvenes votan según lo
hace su mismo estrato social, y si sus padres reciben un plan Jefes y
Jefas de Hogar, ellos van a votar en favor del aparato oficial",
señaló para cuestionar la supuesta independencia de las
nuevas masas electorales.
Para
Analía del Franco, directora de la consultora Analogías,
el proyecto puede compararse al que busca bajar la edad de imputabilidad
de los menores, pues ambos intentan darle mayores responsabilidades a
ese grupo. Sin embargo, no consideró que ése fuera el camino
adecuado. "Si el voto para ellos fuera optativo, su asistencia sería
muy baja, porque los menores de 25 años son los más escépticos
en relación con la política. Y si fuera obligatorio, no
es la mejor manera de incentivarlos a que participen: lo verían
como algo coercitivo", concluyó la analista.
En
consonancia con ella, el politicólogo especialista en comportamiento
electoral Carlos Gervasoni consideró que la medida no generaría
un gran impacto en el resultado electoral, debido a que la concurrencia
a las urnas entre los jóvenes, de ser optativa, no llegaría
al 50 por ciento, y, además, a que votarían igual que sus
mayores.
Pero,
a diferencia del resto de los consultados, Gervasoni aprobó que
este grupo pueda sufragar si lo desea, pues consideró que el corte
de los 18 años "es arbitrario".
"Hay
una minoría de chicos de 16 y 17 años que militan en política
o les interesa el tema, y esto sería un incentivo para que ellos
reafirmen su compromiso", sostuvo.
Por
Laura Capriata, La Nacion, 1 de agosto de 2004
Un sistema que se usa en Brasil desde 1988
La abstención es de apenas el 10%
SAN PABLO.- Los brasileños que tienen 16 y 17 años pueden
votar en todas las elecciones desde 1988, cuando fue realizada la última
reforma constitucional mediante la cual se autorizó el sufragio facultativo
para esas edades.
Dieciséis
años después, el porcentaje de participación ciudadana
de jóvenes sorprende y ya llega a aproximadamente el 50 por ciento
del padrón de electores menores de 18 años.
Este
año, en octubre próximo, un padrón electoral de casi
110 millones de brasileños irá a las urnas electrónicas
para elegir intendentes y otras autoridades legislativas en 5500 municipios.
"Ya
fueron hasta los Tribunales Electorales 3.500.000 jóvenes de 16
y 17 años que se tomaron el trabajo de hacer el trámite
de registrarse para votar en esta elección", explicó
a LA NACION el secretario del Tribunal Superior Electoral de Brasil, Paulo
Camarão.
Según
el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística
-IBGE, equivalente al Instituto Nacional de Estadística y Censos
argentino-, aproximadamente siete millones de personas en Brasil tienen
actualmente entre 16 y 17 años.
Objetivos
"Fueron dos los objetivos principales de permitir que menores de
16 y 17 años pudieran votar. Primero, para otorgarles este derecho
a ciudadanos que ya tienen en la actualidad discernimiento e información
suficiente para ejercer la elección de los funcionarios públicos.
Y segundo, para incentivar el ejercicio de la ciudadanía",
explicó Camarão.
En
las elecciones nacionales del 2002, en las que fue elegido Luiz Inácio
Lula da Silva como presidente de Brasil, votaron casi 3.000.000 de menores
de 18 años.
Según
el funcionario del Tribunal Superior Electoral, "la abstención
de los menores que se registran para votar nunca supera el 10 por ciento".
Para
incentivar el voto de los menores de 16 y 17 años el Estado brasileño
utiliza una campaña de comunicación y concientización
llamada "Elector del futuro".
La
campaña es ejecutada por los Tribunales Electorales Regionales
en los colegios secundarios.
Luis Esnal, La Nacion, 1 de agosto de 2004 |