CANASTA
BASICA TOTAL
Una familia tipo necesitó $ 730 en agosto para no caer en la pobreza
Una
familia tipo debió reunir durante agosto un mínimo de 730,17
pesos para superar la línea de la pobreza y de 333,41 pesos para
no caer en la indigencia, según informó esta tarde el Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Los
datos difundidos reflejan los aumentos que se conocieron en oportunidad
de darse a conocer el nivel de precios al consumidor, que mostraron un
fuerte incremento en los alimentos básicos.
De
este modo, la canasta básica total (CBT) -suma algunos bienes y
mide la línea de la pobreza- en agosto subió 0,74 por ciento
con respecto a junio y en el año mostró un aumento de 2
por ciento.
Por
su parte, la canasta básica de alimentos (CBA) -que mide la línea
de la indigencia- subió en agosto 1,7 por ciento, de 327,97 pesos
a 333,41 pesos, quintuplicando el promedio acumulado entre enero y julio.
En
los primeros siete meses del año los alimentos esenciales sólo
habían subido 0,35 por ciento, por lo que sumado agosto el saldo
total muestra un encarecimiento de 2 por ciento.
Durante
agosto, la inflación fue de 0,3 por ciento, lo cual significa que
los hogares de menores ingresos que destinan el mayor porcentaje de sus
recursos a adquirir alimentos básicos y bienes esenciales fueron
los que más sufrieron el alza de precios.
Los
alimentos que más aumentaron fueron la cebolla 97,6 por ciento;
tomate redondo, 22,5 por ciento; choclo, 18,9 por ciento; papa, 7,7 por
ciento; banana, 4,2 por ciento; y pollo, 3,3 por ciento.
En
otro orden, el INDEC publicó el índice de salarios y coeficiente
de variación salarial (CVS) para el mes del julio. Este último
aún se utiliza para actualizar algunos contratos y fue de 0,66
por ciento.
Los
salarios en el sector privado crecieron en julio 0,3 por ciento y en el
año acumulan una mejora de 9 por ciento. La mitad de la mejora
se explica por el aumento ordenado para enero por decreto gubernamental.
Entre
los trabajadores informales (en negro), la recomposición alcanzó
a 1,1 por ciento en agosto y en siete meses reunió una variación
positiva de 4,8 por ciento.
En
el sector público se observó un avance de 1,12 por ciento
y en al año 4 por ciento, conseguido básicamente a partir
del aumento otorgado a los empleados con remuneraciones menores a los
1.000 pesos.
De
acuerdo con el trabajo del INDEC se deduce que la mejora de los sueldos
en el sector privado se segmenta en dos etapas bien definidas.
Entre
diciembre 2003 y enero de 2004 -cuando comenzó a regir el decreto
presidencial de un aumento no remunerativo de 50 pesos-, el índice
elaborado por el organismo registró un salto de 4,7 por ciento.
De enero a julio, la situación fue diferente y el alza promedio
fue de 4,2 por ciento.
Clarin, 8 de septiembre de 2004
LA
CANASTA ALIMENTICIA: INUSUAL DEMANDA EXTERNA
La cebolla, un producto de lujo
Es como para llorar. La cebolla será, al menos por algunas semanas,
un producto suntuario para los hogares argentinos. Es que los precios al
público de ese tradicional alimento se dispararon en los últimos
tiempos. Sólo en el último mes subió un 97,6%. Según
los especialistas, la razón es sencilla: no hay cebolla en stock.
La
trepada fuerte de los precios de esta hortaliza se inició a principios
de julio, cuando el producto para el mercado interno comenzó a
escasear debido a un crecimiento de casi 20% en los envíos para
la exportación.
En
el Mercado Central de Buenos Aires, que fija los precios mayoristas, esta
semana el kilo de cebolla de buena calidad llegó a costar 1,80
pesos. En las verdulerías de la Capital Federal, un disparate,
se pedían más de 3 pesos por kilo.
Según
técnicos de la Secretaría de Agricultura, la falta de cebolla
se originó en una mayor demanda externa, tanto de Brasil —destino
tradicional de los embarques— como de algunos países de Europa.
De una cosecha estimada en 600.000 toneladas, los clientes externos se
habrían llevado más de la cuenta, unas 250.000 toneladas,
dejando desabastecido al mercado local.
La
situación llevó a algunas situaciones insólitas:
en las últimas semanas, al Mercado Central ingresaron cargamentos
de cebolla chilena y hasta brasileña.
La
recolección de cebolla comienza en agosto en Santiago de Estero,
sigue a fines de octubre en las provincias del Cuyo y finalmente, hacia
fin de año, ingresa al mercado el grueso de la producción
desde el sur bonaerense. Así, el mercado se va aprovisionando de
diferentes orígenes a lo largo del año. Pero siempre es
habitual que hacia junio de cada año comience a notarse un faltante,
que se cubre con "cebolla de guarda" (la hortaliza que se almacena
directamente en el campo).
Pero,
según el analista frutihortícola Horacio Esteban, la escasés
nunca llegó a ser como la actual.
"Este
año la situación se complicó por dos factores. Por
un lado aumentó muchísimo la presencia de compradores brasileños,
que se llevaron la mejor cebolla, incluso poniendo plantas de empaque
en la zona productora. Por el otro, hubo malas condiciones climáticas
y mucha cebolla empezó a brotarse". Ese es el segundo incordio:
por estos días, los verduleros exigen altos precios, generalmente,
por cebolla de pésima calidad comercial.
Esteban
estimó que la situación comenzará a normalizarse
en las próximas semanas, cuando la oferta de Santiago del Estero
comience a notarse en el mercado. Hasta entonces, la popular cebolla seguirá
será un producto inalcanzable para muchos hogares argentinos.
LA
CANASTA ALIMENTICIA: LAS EXPORTACIONES AUMENTARON 34%
El aumento de la carne está frenando el consumo interno
La
demanda parece haber llegado a su techo, tras haberse recuperado un 6,5%
desde el 2003.
La suba de los precios de la carne vacuna, que promedió un 7,4%
en lo que va del año, puso un freno a la fuerte recuperación
del consumo interno que venía registrándose para ese alimento,
según un informe de la Cámara de la Industria de la Carne
(CICCRA).
"El
aumento de los precios de los cortes vacunos está generando un
estancamiento del consumo de carne", señaló la entidad
en un estudio.
En
un análisis basado en datos oficiales, la Cámara de la Industria
de la Carne señaló que, al cabo de los primeros siete meses
de 2004, cada argentino comía en promedio unos 63,1 kilos de carne
anuales.
Esa
proyección resultó algo inferior a los 63,4 kilos que se
contabilizaban en marzo pasado. De allí que se hable de un estancamiento.
Por
cierto que en relación al año pasado el consumo interno
de carne se ha recuperado fuertemente, cerca del 6,5%.
Miguel
Schiaritti, titular de la cámara frigorífica, atribuyó
esa situación a "la recuperación del poder adquisitivo
de la población".
Pero
advirtió que esta tendencia parece haber llegado a su techo y que,
incluso, la demanda interna de carne podría comenzar a retroceder
si —como vaticinan muchos analistas— siguen aumentando los
precios al consumidor.
Estos
pronósticos sobre subas en el mostrador se sustentan no solo en
la recuperación del consumo doméstico sino además
en el fuerte repunte de las ventas de carne al exterior.
Según
el Consorcio de Frigoríficos Exportadores (ABC), en el primer semestre
las exportaciones del sector totalizaron 260.000 toneladas, un volumen
que representó un aumento de 34% respecto de igual período
de 2003.
La
producción de carne, hasta ahora, respondió al desafío
de cubrir la creciente demanda que llega desde ambos frentes. La faena
de vacunos, según datos oficiales, creció cerca del 20%
respecto de los niveles del año anterior, y se mantiene en torno
a 1,2 millones de cabezas mensuales.
Pero
un dato preocupante, según Cámara de la Industria de la
Carne, es la baja proporción de novillos entre los animales que
van al matadero.
En
rigor, para aprovechar los buenos precios (desde la devaluación,
el valor promedio de la hacienda trepó 200%, mientras que la carne
en el mostrador lo hizo 83%), los ganaderos están enviando a faena
una cada vez mayor cantidad de hembras.
En
los siete primeros meses de 2004, las vacas representaron el 46,3% de
la oferta total, un dato preocupante si se tiene en cuenta que, de esa
manera, los productores están perdiendo a las "fábricas
de terneros".
LA CANASTA ALIMENTICIA: LA ESTABILIDAD DEL DOLAR
Vuelven los importados a los súper
Los
productos importados, que reaparecieron lentamente en las góndolas
después de la devaluación, este año lograron ganar
más espacio respecto del que ocupaban en el 2003. La estabilidad
del dólar, la inflación que hizo subir los precios de los
productos nacionales, más la reactivación del consumo fueron
las principales razones de la mayor afluencia de mercadería extranjera
en los súper.
"Este
año, el negocio creció más del doble", según
la experiencia de la importadora Gesón, encargada de proveer a
los comercios de arroces y fideos italianos, leche de coco y jugos brasileños
y mostaza de Dijon, entre otras cosas.
Para
Puro Tabaco, importador de los habanos cubanos torcidos a mano, (vendidos
en supermercados vip como el Disco de Recoleta o el Jumbo de Pilar, entre
otros canales de comercialización) las ventas, este año,
repuntaron un 20% respecto del 2003.
Los
precios de los comestibles importados se fueron acercando a los precios
de los artículos nacionales. Sin embargo siguen siendo caros para
los consumidores si se tiene en cuenta que medio kilo de fideos pueden
costar 5 pesos; 1 kilo de arroz italiano; 15 pesos; una salsa de soja
de Hong Kong, más de 20 pesos; y 200 gramos de marrón glacé,
unos 8 pesos.
No
obstante, los supermercados están comprando más. Jumbo,
empezó a recomponer el surtido en forma paulatina desde mediados
del 2003. Con una buena respuesta de parte de los clientes, el segmento
logró recuperar casi el 100% del que tenía antes de la devaluación,
a excepción de algunos productos como vinos y licores.
Gustavo
Domínguez, importador de estas bebidas desde Allied Domec coincidió
en que la recuperación no fue importante en estas categorías,
aunque sí repuntó la importación de wiskies escoceses,
ya que "hay buenos importados a precios más bajos que los
nacionales", dijo. Carrefour incorporó frutas tropicales y
pescados del Pacífico, entre los comestibles. Aunque tiene una
mayor presencia de importados en electrodomésticos, incluídos
televisores y reproductores de DVD de Oriente y de Brasil hasta vajillas
de porcelana china. Clarin, 8 de septiembre de 2004 |