Ley
del Turf
Sigue
la polémica por la posible
aprobación del simulcasting
LA
PLATA, 15 SEP (AIBA) La posibilidad cierta de que hoy se apruebe finalmente
en el Senado provincial la ley de apoyo a la actividad hípica bonaerense
sigue generando polémica, esta vez con declaraciones cruzadas entre
los hipódromos de San Isidro y La Plata, enfrentados en este caso
por el artículo de la norma que habilita el sistema de simulcasting,
es decir, la posibilidad de transmitir en esos circos carreras de otros
de países del Mercosur y recibir apuestas para esas competencias.
El
simulcasting apareció como una nueva piedra en el zapato para los
senadores, que ya habían logrado destrabar, aunque hiriendo a algunos
actores, la polémica inicial que rondaba la norma: la de las tragamonedas.
Por
mucho que reclamaron desde diversas asociaciones relacionadas con el Turf,
especialmente desde San Isidro, finalmente la ley sería votada
–casi con seguridad- sin el artículo que aprobaba la colocación
de slots en los circos hípicos, una movida que al gobernador Felipe
Solá le costó el compromiso de la creación de un
Fondo de Reparación Histórica para la actividad Hípica,
al que destina el 2 por ciento de lo que recaudan las tragamonedas en
la Provincia.
Ahora,
la polémica que traba en gran medida la aprobación de la
ley, que logró un amplio consenso en casi todos sus puntos, es
la que habilita el simulcasting. Tomando como "excusa" los intereses
del Mercosur, el artículo abriría las puertas para que,
por caso, el hipódromo de Maroñas, en Montevideo, usando
como plataforma el del Bosque, trasmita por TV sus carreras aquí
y gane un mercado nuevo de apostadores: el argentino.
Desde
San Isidro, nada quieren saber con el tema: el presidente del Jockey Club
de ese distrito, Bruno Quintana, ya lanzó la piedra al afirmar
que "sin tragamonedas y con una ley que autorice el simulcasting,
lo mejor que podemos hacer es cerrar las ventanillas, porque parece que
buscan liquidar al turf".
Fue
aún más duro: "quizá los hipódromos de
la Asociación Latinoamericana de Jockeys Club podamos sentarnos
en algún momento a debatir cuáles son las ventajas o desventajas
de un simulcasting y realizar convenios entre nosotros de ser necesarios;
pero no se puede aceptar que ese sistema se imponga mediante una ley;
que nos metan las carreras de afuera por la ventana. El simulcasting puede
servirle a un hipódromo, pero no a toda la actividad".
La
referencia de Quintana no es causal, sino más bien un claro mensaje
a los que regentean el hipódromo platense, desde donde se fomentó
desde un primer momento la sanción del simulcasting.
En
diálogo con AIBA Noticias, el interventor del hipódromo
platense, Gerardo Caressano, lanzó un reproche análogo hacia
el circo del Conurbano Norte: "el multicasting es una oportunidad
comercial tal como fueron las tragamonedas. Y así como nosotros
apoyamos a San Isidro con la propuesta de las máquinas de juego,
esperábamos que ellos nos apoyaran a nosotros con esta iniciativa.
Creo que nunca entendieron que la posibilidad de transmitir carreras del
exterior para nosotros es una herramienta comercial de gran valía".
Caressano
desmintió además uno de los principales argumentos que esgrimieron
los opositores a la iniciativa: que con su aprobación se terminaría
de destruir la industria local del Turf, de la que viven unas 70 mil personas
en el país. "Nos es cierto que el simulcasting afecte al trabajo
genuino que se genera alrededor de la actividad hípica. Todo lo
contrario: nos permitirá reactivar el flujo de caja de apuestas
sin necesidad de tener que suspender carreras pautadas en las reuniones
locales".
Por
lo pronto, la postura que estaría ganando las voluntades de los
trabajadores es una suerte de tercera posición que dejaría
conformes a todos: sancionar una norma "optativa" en cuanto
al simulcasting, es decir que cada hipódromo solicite si quiere
recibir las señales del exterior.
Con
todo, habría, en este tema, otro elemento que, aunque no lo reconocen,
estaría en la mesa de los senadores a la hora de evaluar el proyecto.
Es que el sistema de envío de señales para el hipódromo
de Maroñas, en Uruguay, está controlado por la empresa Codere,
la misma que controla algo más de la mitad de las tragamonedas
de la Provincia, con permisos otorgados durante la gestión de Eduardo
Duhalde como gobernador provincial y que atraviesa, en los últimos
tiempos, serios problemas judiciales tanto en el país como en el
exterior. (AIBA) |