TRIBUNA:
DESPUES DEL HORROR EN EL AULA
Riesgos de tener armas de fuego en la casa
La
tragedia en Carmen de Patagones requiere análisis en distintas
perspectivas, que consideren tanto rasgos del victimario como de la sociedad
en la que el crimen fue posible.
Por
Pablo Dreyfus. Politólogo e Investigador especializado en el control
de armas de fuego.
Quienes
se oponen al control estricto de armas de fuego y quienes son contrarios
a las iniciativas para disminuir el número de armas disponibles
en nuestras sociedades generalmente argumentan que "las armas no
matan personas; son las personas las que matan personas". También
argumentan que "quien está dispuesto a matar también
puede matar con un cuchillo, con un martillo o atropellando con un auto"
y, acto seguido y en tono socarrón, preguntan: "¿Habría
que prohibir y limitar la venta de cuchillos de cocina, martillos y automóviles"?
Estos
sofismas irónicos pueden llegar a ser convincentes fuera de contexto,
pero pierden toda fuerza frente a una tragedia como la que ocurrió
en Carmen de Patagones. La verdad es que las armas de fuego, como por
ejemplo la pistola calibre 9 milímetros semiautomática con
la que este chico ejecutó a sus compañeros, no son simples
objetos.
Las
armas de fuego son artefactos que matan rápida y eficientemente
a distancia y que garantizan un margen de seguridad para el matador.
Frente
a un arma de fuego una víctima desprevenida tiene muy poco margen
para defenderse o escapar. Fue un arma de fuego al alcance de la mano
lo que permitió que este chico entrara al aula y ejecutara fría
y certeramente a sus colegas. Es cierto, son las personas las que matan,
pero matan más eficientemente cuando las armas de fuego están
al alcance de la mano.
Además
de reprimir severamente el comercio, la portación y tenencia ilegal
de armas de fuego, es tiempo de que las autoridades inicien en Argentina
una campaña sistemática y coherente de concientización
sobre el riesgo que implica tener un arma en casa y sobre la gran responsabilidad
que tiene quien compra y lleva un arma a su casa. Es tiempo también
de pensar en establecer responsabilidades penales para el propietario
de un arma que no tomó las medidas de seguridad necesarias para
que esa arma no caiga en manos de un menor.
En
este sentido, tal vez valga la pena mirar qué es lo que están
haciendo los vecinos. La nueva ley de control de armas de Brasil (país
que tiene tasas altísimas de muertes por arma de fuego) aprobada
en diciembre de 2003 establece en su artículo 13 que el propietario
de un arma de fuego que deje de observar los cuidados necesarios (cuidados
que están establecidos en un examen obligatorio y necesario para
poder comprar un arma) para impedir que un menor de 18 años o una
persona deficiente mental se apodere de un arma de fuego, será
penalizado con uno a dos años de prisión y una multa.
Sin
una política nacional consistente y sistemática para la
aplicación de las leyes de control de las armas de fuego corremos
el riesgo de que las tragedias como la ocurrida en la ciudad de Carmen
de Patagones se conviertan, parafraseando a García Márquez,
en banales crónicas de muertes ya anunciadas.
Clarin, 30 de septiembre de 2004 |