TRAGEDIA
EN CARMEN DE PATAGONES: DICEN QUE RAFAEL ESTA TRANQUILO Y QUE EN NINGUN
MOMENTO SE QUEBRO
"No me di cuenta de lo que hice, se me nubló la vista y disparé"
Así le dijo Rafael a la jueza de Bahía Blanca, según
fuentes judiciales. También le informó que la noche anterior
había discutido con su padre, quien le habría dicho "algo
que no me gustó".
Mantiene
la mirada en el suelo, muy pocas veces alza la vista y cuando responde
lo hace relajado, muy tranquilo. En ningún momento se quebró.
La jueza de Menores que ayer le tomó declaración a Rafael
y los peritos que fueron para asistirlo se quedaron con una impresión
ambigua por la personalidad del chico que el martes asesinó a tres
de sus compañeros e hirió a otros cinco.
Por
un lado, según dijeron fuentes judiciales, les asombró la
forma en que el adolescente se desenvuelve. "Es formal, educado y
no parece que por ahora vaya a quebrarse", dicen. Pero reconocen
que "en sus silencios hay más" de lo que por el momento
consiguieron averiguar sobre él y de la relación que mantenía
tanto con sus padres como con sus compañeros de clase.
Pero
ayer, en medio de sus largos silencios, deslizó una frase ante
la jueza de Menores Alicia Georgina Ramallo que, según adelantaron
fuentes consultadas por Clarín, podría ser tomada como el
disparador de la tragedia. "Discutí con mi papá (esto
habría sido el lunes) y me dijo algo que no me gustó",
contó. Pero no agregó nada más.
Antes
de las siete de la mañana lo despertó el oficial de guardia
de la comisaría 1ª de Bahía Blanca, donde había
sido alojado. Pasó la noche en compañía de los policías
que se alternaban cada dos horas para vigilar el calabozo. No pidió
nada. Se conformó con las sábanas y frazadas que le llevaron
de la Secretaría del Menor de la provincia de Buenos Aires, cenó
y poco después de las 21 se durmió.
"Arriba.
Te vas para el juzgado", le ordenó el guardia y su respuesta,
un saludo de "buenos días", fue lo único que se
le oyó decir en su paso por la comisaría. No recibió
ninguna llamada; tampoco visitas. El comisario de Bahía Blanca
Adrián Otero consideró "llamativo" que ni sus
padres se acercaran a verlo pese a tener la autorización de la
Justicia para hacerlo.
Entró
al Tribunal de Menores N° 1, de la jueza Ramallo, escondido en el
asiento trasero de un patrullero. Estuvo con ella al menos 50 minutos,
pero permaneció en el juzgado unas 5 horas. La jueza pidió
que no fueran publicados datos que vulneraran el secreto de las actuaciones.
Pero trascendió que Rafael le habría dicho: "No me
di cuenta de lo que hice. Se me nubló la vista, disparé
y ahora tomo conciencia por lo que usted me dice."
Rafael
fue derivado más tarde a una celda de la Prefectura Naval, en el
puerto de Ingeniero White, en las afueras de Bahía Blanca. El prefecto
Jorge Rodríguez lo vio "como a un adolescente normal".
En
Tribunales también estuvieron los padres del joven. El suboficial
de la Prefectura (dueño del arma homicida) y su esposa aún
están en estado de shock. Muy poco fue lo que pudieron aportar
sobre las actitudes de su hijo, que usualmente vestía de negro,
oía al provocador músico Marilyn Manson, y que en su pupitre
habría escrito frases en las que se preguntaba por el sentido de
la vida.
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AQUI
ESTA ALOJADO RAFAEL. EL FRENTE DE LA PREFECTURA DE BAHIA BLANCA,
DONDE FUE TRASLADADO DESDE EL JUZGADO. (Foto: José López)
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El
padre lloró y pidió perdón
El suboficial de la Prefectura Naval Argentina padre del chico que con
su arma reglamentaria mató a tres compañeros en Carmen de
Patagones se quebró ayer.
Ricardo
Curetti, el intendente local, contó que intentó hablar con
él por teléfono, pero el hombre "solamente pedía
perdón y lloraba continuamente".
El
intendente dijo: "Estaba quebrado, lloraba continuamente, no podía
entablar diálogo, solamente pedía perdón por lo que
pasó."
Según
dijeron a Clarín voceros de Prefectura, la academia de la fuerza
brinda continuamente cursos en los que se enseña a cuidar el arma.
"Tiene que estar en un lugar seguro, lejos del alcance no sólo
de los menores sino de cualquier persona de la casa."
En
Neuquén y Trelew
Un policía desarmó a un chico que insultaba a su ex novia
y a otro alumno, frente a una escuela secundaria de Neuquén. Llevaba
una pistola 22 sin cargador. En Trelew, anoche, un joven de 17 años
fue detenido con un revólver calibre 32 cuando disparaba al aire
cerca de la Escuela 50, del barrio Corradi.
EN
LAS ESCUELAS BONAERENSES
Solá, en contra de los detectores de armas
El
gobernador Felipe Solá descartó la posibilidad de instalar
detectores de metales en los accesos a las escuelas públicas bonaerenses
y pretende que el lunes se reanuden las clases en el polimodal Islas Malvinas
de Carmen de Patagones, escenario de la tragedia de anteayer en un aula.
"No
podemos poner detectores de armas. Tenemos que actuar sobre las personalidades
que manifiestan depresiones o alguna frustración y darles asistencia
psicológica", aclaró Solá.
En
los centros educativos calificados "de riesgo social" (más
del 25% del total) funcionan gabinetes psicopedagógicos encargados
de detectar problemas de conducta o de aprendizaje entre el alumnado.
Estos equipos están integrados por psicólogos, asistentes
y pedagogos que recomiendan o inician los tratamientos para revertir estos
problemas.
El
Gobierno bonaerense rechaza las propuestas que buscan transformar a los
establecimientos educativos en ámbitos donde se desarrollen "actitudes
policiales". Para el gobernador Solá, la prevención
de episodios como la masacre de tres estudiantes secundarios registrada
en un aula de Carmen de Patagones "no pasa por tener mayores controles
sino por contener y asistir psicológicamente a los chicos que tienen
problemas".
En
Buenos Aires funcionan 1.102 escuelas polimodales, a las que asisten 570.900
estudiantes. Este volumen del sistema medio provincial hace difícil
la instrumentación de mecanismos de control como el que plantean
algunos sectores después de la matanza de Carmen de Patagones,
explicaron en la Dirección de Escuelas.
Solá
dijo a Clarín que las autoridades educativas intentarán
que la escuela Islas Malvinas reabra sus aulas la semana próxima.
"Es un objetivo difícil, pero no imposible. Los maestros y
los alumnos tienen que volver a ese lugar donde ocurrió el hecho
terrible. Hay que regresar rápido, perder el miedo y superar el
trauma. Así lo recomiendan los expertos que analizaron un caso
similar ocurrido en los Estados Unidos", explicó. Se refería
a la masacre de 12 chicos y un profesor registrada en un colegio de Columbine,
en 1999.
Según
el Gobierno bonaerense, éste es el primer paso para recomponer
la situación en una localidad como Carmen de Patagones, abrumada
por un episodio inédito y estremecedor.
"Después
habrá tiempo para conocer qué fue realmente lo que convirtió
a este chico taciturno en un asesino peligrosísimo", dijo
el gobernador.
Clarin, 30 de septiembre de 2004
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