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Reflexión
sobre una masacre
Después
del terrible acontecimiento, que conmocionó a todo el país,
los argentinos nos formulams ciertas preguntas. Aunque, la única
realidad es que nos debemos hacer cargo de nuestros actos y responsabilidades.
Por
Andrés Vicente (*)
Especial para Agencia NOVA
Seguramente
el caso del adolescente que mató a sus compañeros de su
escuela, en Carmen de Patagones, nos lleve a proferir exclamaciones de
distinta índole, lo mismo que el caso de la maestra que resultó
con huesos quebrados por la violencia de algunos de sus alumnos en una
escuela de la Boca; lo mismo que el niño de 8 años que cortó
a su compañera en una escuela de Palermo; lo mismo que.......
Los
ejemplos son innumerables....y cada vez más frecuentes...., lo
mismo que el observar la violencia constante que se produce los fines
de semana, dentro y fuera de los boliches, donde concurren miles de adolescentes
con edades que van desde los 16 años en adelante, una violencia
que por otro lado es fogoneada por un consumo absolutamente incontrolado
de alcohol y, en algunos casos -muchos- de diversos tipos de drogas.
Las
imágenes que nuestros jóvenes muestran después de
una noche de descontrol son absolutamente patéticas, pero lo grave
no es sólo la consecuencia final, sino que quienes tenemos el deber
y la obligación de que las causas que provocan estas situaciones
se modifiquen, no hacemos nada para que las cosas cambien.
¿O
acaso no somos los padres quienes tenemos en nuestras manos las soluciones?
¿O sólo creeemos que son los dirigentes los responsables
de que nuestra gente joven viva como vive? ¿O creemos que la clase
dirigente sale de un repollo y no -como sucede en realidad-, de la vasta
clase media argentina? ¿O creemos que no poner ningún tipo
de límites es positivo -porque venimos de una generación
que los tuvo en demasía-? Entonces decimos ..."bueno, son
chicos...". ¿O no nos damos cuenta que generando una sociedad
absolutamente competitiva sin ningún tipo de valores, lo único
que hacemos es que a nuestros hijos le deje de interesar lo que le pasa
al otro? ¿O no vemos que hicimos un país donde todo vale
y el que no acepta esos "valores" es un imbécil? ¿O
no miramos que somos nosotros, los padres, quienes permitimos que nuestros
hijos vayan a los "boliches" desde los 11 años, a la
"matineé" (como si tuvieran la conciencia de lo que eso
significa), pero "como todos van....", ¿O no comprendemos
que hacemos la "vista gorda" cuando los dejamos ir a Bariloche
a los 16 años y "que hagan lo que quieran", que rompan,
se tomen todo "y...si es una fiesta..."., y por encima de todo
esto lo vemos, lo observamos como si no fueran hijos nuestros....como
si fueran los de otros...
Son
nuestros hijos, los hijos de una generación, que viene de una época
donde ser joven era delito, donde muchísimos de nuestros amigos
ya no están y, equivocados o no, creían y creíamos
en algo, tenían y teníamos valores, creencias, utopías...pero
algo nos pasó....algo que permitió que los jóvenes
de hoy crean que un valor importante es el alcohol, como modo de decirnos:
"Hacemos lo que queremos, no nos pongan límites, ustedes no
saben nada, miren el país que nos dejaron, que me importa lo que
pase....". Y así, dale que dale, observamos "azorados"
las noticias de cada día, como si los maestros de las escuelas
donde concurren nuestros hijos fueran los culpables por no enseñarles
"bien", como si los médicos de los hospitales donde van
a atenderse nuestros hijos fueran los culpables por no atenderlos "bien",
como si las autoridades fueran las culpables porque a nuestros hijos "no
les ponen los límites", porque.....porque....porque.... y
nunca nos hacemos cargo de que los maestros somos nosotros, los médicos
somos nosotros.
Las
autoridades somos nosotros y la RESPONSABILIDAD primaria es nuestra, no
la de los otros.
Creo que nos seguiremos equivocando si miramos para afuera, en lugar de
mirarnos adentro.
(*)
Actor |