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EL JABALÍ DE ERIMANTO
Su muerte constituye el tercer trabajo de Heracles.
Jabalí que vivía a orillas del Erimanto, monte de la Arcadia y la Elide (hoy se llama Olonos), y nombre también
de un afluente del Alfeios, (hoy Diminiza o Azicolos).
El héroe fue en su búsqueda, le obligó con gritos a salir del cubil, le persiguió hasta hacerle caer en un barranco
lleno de nieve, y allí tras acabar de fatigarle se apoderó de el.
Al verle llegar Euristeo con el jabalí a la espalda se metió en una gran tinaja.
A la caza del jabalí va unida la lucha contra los centauros (ver Folos).
Para los habitantes de la Arcadia el jabalí no era otra cosa que el rió que a principios de primavera se
desbordaba a través del valle del Psofis, al que asolaba antes de desembocar en él Alfeios.
Heracles persiguiendo al animal, era el sol de verano que secando sus aguas les salvaba.
En el Rig-Veda, Rudra padre de Maruts (viento) es invocado como un jabalí celeste, los dardos del rayo escapan de
una nube tempestuosa que tiene forma de jabalí con los colmillos de acero, monstruo que es vencido por Indra.
En la mitología del norte Wodan, dios de la tempestad, tiene junto a él un jabalí, personificación del
viento tempestuoso que acompaña a la tormenta y que en la tierra destroza todo con su ímpetu violento.
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JACINTO
Era hijo de Amiclos, rey de Esparta y de Diomedes, según otras versiones sus padres fueron la musa Clio y Piero.
Fue un efebo sumamente hermoso del que Apolo se enamoró. Un día que lanzaban juntos el disco, al tirar el dios,
el disco rebotó contra una roca y
dio a Jacinto en la cabeza matándole. Apolo apenadísimo transformó la sangre que corría de la herida en una flor
que desde entonces lleva su nombre. En los pétalos de esta flor creían ver los griegos la letra inicial del nombre
de Jacinto.
En la fábula de la muerte de Jacinto causada por el golpe del disco de Apolo se ha visto el símbolo del sol del
verano que con su ardor mata a las flores de primavera.
En esta época del año se celebraban en Laconia las Hiacintia o fiestas de Jacinto. El primer día de la fiesta
estaba consagrado a demostraciones de tristeza por la muerte del adolescente, y al día siguiente resonaban los
acordes de la cítara y la flauta y mancebos y doncellas formando alegres corros celebraban la
apoteosis de Jacinto y su inmortalidad expresando así la confianza de los hombres en la renovación periódica de
la vegetación.
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JANO
Pertenece a la mitología romana. Era una divinidad de las más antiguas de Roma. Dios propio de Italia, fue en origen
un antiguo rey de ese nombre divinizado. En
ninguna otra mitología hubo una divinidad semejante ni equivalente.
Era el protector de las puertas (tanto de las ciudades como de las casas y templos) y de quienes las guardaban.
Tenía dos atributos La vara de portero, para apartar a los visitantes importunos, y las llaves.
Su mismo nombre indicaba las puertas en forma de arco bajo las cuales pasaban las vías más frecuentadas.
Tenía dos caras una que daba al exterior y otra al interior de la ciudad o casa, todo lo veía y lo vigilaba y
era el dios también de todo cuanto tenía principio, así pues se le invocaba al comenzar el día, el mes etc.
A causa de él, el primer mes del año era llamado Januarius.
Se le invocaba al empezar una empresa o negocio y como presidía todas las empresas, también la que da origen
a la vida, la concepción, llegó a ser el dios que presidía los nacimientos.
Era también el dios que presidió el mundo, el creador e iniciador de todo. Janus Pater, era padre de todos
los hombres y dioses. Las puertas de su templo estaban siempre abiertas (ver leyenda de
Tarpeia).
Se casó con la ninfa Fontus diosa de los manantiales.
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EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES
Era el símbolo mítico de la fecundidad, la eterna primavera y la perpetua ventura. Las manzanas que contenía
eran también símbolo de fecundidad.
Estaba situado cerca del monte Atlas, aunque según otros autores estaba al oeste de Libia, y para otros
cerca del
país de los Hiperboreos.
Cuando Zeus y Hera se casaron, Gea les ofreció como regalo unas manzanas de oro, que Hera encontró tan
hermosas que las hizo plantar en un jardín.
El árbol que salió de ellas producía frutos tan hermosos que Hera decidió hacer guardar el jardín por
un dragón inmortal de cien cabezas, hijo de Tifón y Echidna, y por tres ninfas, las Hespérides que eran:
Eriteia (la rojiza), Aiglé (la brillante) y Hesperoretousa ( la Aretusa del poniente). Eran las ninfas del
poniente e hijas de Erebos y Nix.
Las manzanas fueron robadas por Hércules en su 11º trabajo y Hera castigó a las Hespérides
transformándolas en árboles: un sauce, un olmo y un álamo. El dragón fue muerto por
Hércules y transportado al cielo donde se convirtió en la constelación de la serpiente.
Las manzanas fueron regaladas por Euristeus a Hércules y por este a Atenea. Esta diosa las devolvió al
jardín pues la ley divina prohibía que tales frutas estuvieran fuera del vergel de los dioses.
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JASÓN
Era hijo de Aisón (rey de Yolcos, hijo de Creteus fundador de la ciudad de Yolcos e hijo de Eolo, y hermano de
padre de Pelias) y de Alcimeda.
Pelias despojó a Aisón del reino de Yolcós, e incluso le condenó a muerte.
Pudiendo escoger el tipo de muerte, decidió envenenarse con sangre de toro. Según Ovidio su suerte fue distinta
puesto que consiguió volver a ver a su hijo e incluso fue rejuvenecido por las artes mágicas de Medea. Y aunque
desposeído del poder consiguió, temiendo por la vida de su hijo Jasón que era aún un niño,
hacérselo llegar a Cheirón el centauro que lo crió y educó.
Pelias inquieto por su mala acción, puesto que el poder correspondía a su hermano, interrogó al oráculo sobre cual
sería su suerte futura. La respuesta del mismo fue que desconfiase de un hombre que se acercara a él con una sola
sandalia.
De lo que sucedió a continuación hay dos versiones: La de Píndaros en la Píticas, dice que habiendo alcanzado
Jason la mayoría de edad, dejó a Cheirón y regresó a Yolcos. Al atravesar un
rió perdió una sandalia. Entró en Yolcos cubierto con una piel de pantera y calzando una sola sandalia. Se
dio a conocer y reclamó a Pelias el poder que este había usurpado a Aisón.
Pelias prometió concedérselo si traía el Vellocino de Oro y con él, el alma de Frixos, con objeto de que cesase la
maldición que desde la muerte de Atamás pesaba sobre la familia de los Aiolides.
La versión de Apolodoro cuenta, que estando celebrando un día un sacrificio, Pelias
vio llegar al joven de una sola sandalia y le interrogó diciéndole: ¿que harías
tu joven, si el oráculo te hubiera predicho que morirías a manos de un miembro de tu familia?. Jason contestó: le
enviaría a buscar el Vellocino de Oro, y Pelias le tomó la palabra.
Los poetas decían que la inspiradora de la idea fue Hera que estaba descontenta
con Pelias por que no le ofrecía los honores y sacrificios que le correspondían.
El caso es que al punto empezó a organizarse la expedición de los Argonautas en la que participáron los más ilustres
nombres de la época y que narra el poema de Apolonio de Rodas.
Jasón regresó del viaje casado con Medea y entregó a Pelias el vellocino. Pelias creyendo que nunca
regresaría había dado muerte a todos los suyos, y Medea tomará venganza haciendo morir al tirano.
Para ello persuadió a las propias hijas de Pelias para que hicieran hervir a su padre en un caldero, supuestamente
para rejuvenecerlo.
Por la muerte de Pelias Jason y Medea serán expulsados de Yolcos por Acasto, hijo de Pelias, y se refugiarán
en Corinto.
Después de 10 años de matrimonio y dos hijos, Jason se enamoró de Creusa (o Glauce). Medea tomó venganza en la
forma en que Euripides cuenta en su tragedia Medea, es decir envió una túnica envenenada a la novia y matará a
sus propios hijos.
Jason entonces quiso volver a Yolcos y con la ayuda de los Dioscuros arrasó la ciudad y reinó allí con su hijo Tesalo.
Jason considerado como el más antiguo de los navegantes, recibía culto en varias ciudades griegas como patrón de
la navegación, y su leyenda así como sus amores con Medea fueron inspiradores en numerosas obras artísticas.
Según una leyenda tuvo una muerte poco heroica. Un día siendo ya viejo, fue a sestear bajo la sombra de la nave Argos
ya también vieja, desvencijada y podrida, con la mala fortuna de que esta cedió y lo aplastó.
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JUNO
Ver HERA.
JÚPITER
Ver ZEUS.
JUTURNA
Perteneciente a la mitología romana, era una ninfa de las fuentes que primitivamente fue honrada a orillas de Numicius, no lejos de Lavinium y cuyo culto fue luego trasladado a Roma, en donde se le
dio el nombre de Pilón de Juturna a un manantial situado en el Forum, no lejos del templo de Vesta e inmediato al templo de los Dioscuros (Castor y Polux), de los que se le decía hermana.
Como la mayor parte de las divinidades de los manantiales, pasaba por ser favorable a la salud, y los poetas de la época imperial hicieron de ella la hija del rey mítico Daunus y hermana de Turnus el enemigo de Eneas. Virgilio hasta la hace tomar parte en la lucha al lado de su hermano.
Fue amada por Jupiter, y en recompensa, recibió la inmortalidad, y desde entonces reinó en los manantiales del Lacio.
Ovidio cuenta que era esquiva a los deseos del amo de los dioses y que de tal manera huía que éste tuvo que reunir a las demás ninfas y valerse de ellas para poder cogerla.
Pasaba por esposa de Janus y madre de Fontus el dios de las fuentes.
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